INTRODUCCIÓN
La humanidad ha sufrido diferentes epidemias a lo largo de su historia; estas provocaron la muerte de millones de personas y múltiples consecuencias sociales, económicas y políticas. Se calcula que la reciente pandemia de COVID-19 causó alrededor de 14,9 millones de defunciones a nivel mundial hasta diciembre del 2021 y alteraciones psicológicas en el resto de la población,(1) siendo imperante el incremento de la resiliencia de comunidades e individuos para enfrentar estas situaciones de desastres sanitarios.(2)
Esa catástrofe epidemiológica dejó en evidencia cómo la elevación de la posibilidad de una muerte repentina de seres queridos desestabiliza la psiquis de las personas.(3) En tal sentido, la resiliencia permite superar circunstancias adversas y reponerse a la carga emocional que representa perder familiares y amigos.(4)
Díaz et al.(5) plantean que el manejo del duelo requiere completar varias tareas simultáneas:
· Aceptar la realidad marcada por la pérdida.
· Trabajar el dolor de la pérdida mediante los sentimientos.
· Adaptarse al nuevo entorno que genera la pérdida.
· Recrear emocionalmente lo perdido y seguir viviendo resilientemente.
Los especialistas recomiendan que ante la pérdida de un ser querido por COVID 19, se debe enfocar la atención en la continuidad de la vida, desarrollando estrategias de afrontamiento efectivas para el tránsito normal por las etapas del duelo.(6)
Durante la pandemia de COVID 19, los resultados de un estudio con 200 participantes (100 religiosos y 100 ateos) en Argentina indicaron la presencia de una correlación negativa entre resiliencia y duelo en el grupo de ateos; sin embargo, entre los religiosos se manifestó una asociación significativa del duelo con la resiliencia.(3)
Los resultados de una encuesta a 16566 adultos mayores mexicanos mostraron que los centenarios eran más resilientes.(5) En un entorno peruano del departamento de Lambayeque fue uno de los más afectados por el covid-19, se observó que la mayoría de las personas con altos niveles de estrés eran menos resilientes.(7,8)
La investigación tuvo el objetivo de determinar la correlación entre el duelo y la resiliencia en adultos de la ciudad de Chiclayo, Perú, afectados por la pérdida de seres queridos durante la pandemia de COVID-19.
MATERIAL Y MÉTODOS
El estudio se desarrolló con un diseño no experimental, alcance correlacional y corte transversal.(9) En este participaron 305 personas adultas de la ciudad de Chiclayo con edades entre 18 y 82 años (49,2% hombres y 50,8% mujeres), los que sufrieron la pérdida de un familiar cercano y seleccionados entre toda la población mediante un muestreo cualitativo de tipo bola de nieve a partir de la sugerencia de familiares, vecinos o amigos que conocían de su caso, durante los meses desde septiembre de 2021 hasta junio de 2022.
Instrumentos
· Inventario Texas Revisado de Duelo (ITRD) (α=0,7)(10) integrado por 21 ítems que se miden mediante una escala tipo Likert con 5 categorías de respuesta, posibilitando establecer el estado de dos dimensiones: comportamiento en el pasado (α=0,75) y sentimiento en el presente (α=0,86).
· Escala de Resiliencia de Wagnild y Young validada en Perú (α=0,898; KMO=0,919),(11) compuesta por 25 ítems con una escala cuantitativa de siete alternativas cuya valoración va desde 1 (totalmente en desacuerdo) hasta 7 (totalmente de acuerdo).(12) Esta consta de dos dimensiones: competencia personal (17 ítems) y aceptación de uno mismo y de la vida (8 ítems). La primera hace referencia a la confianza, independencia, determinación, control, ingenio y perseverancia (ítems 1, 2, 3, 4, 5, 6, 9, 10, 13, 14, 15, 17, 18, 19, 20, 23 y 24); mientras que, la segunda refleja la capacidad de adaptación, equilibrio, flexibilidad y perspectiva de vida (ítems 7, 8, 11, 12, 16, 21, 22 y 25).
La aplicación de los instrumentos se hizo en línea, empleando un formulario confeccionado y distribuido mediante Google Forms.
El procesamiento de datos se realizó mediante el software estadístico SPSS versión 26 para Windows. La descripción del fenómeno se hizo a través de frecuencias relativas y absolutas, medias, desviación estándar y valores extremos. La normalidad de la distribución quedó establecida mediante asimetría y curtosis.(13) El análisis inferencial de correlación se generó a partir del coeficiente de Pearson y el de comparación utilizando la prueba t.
El estudio contó con el aval de la Universidad Peruana Unión, Tarapoto, Perú. Los participantes fueron informados de los objetivos y procedimientos de la investigación, firmando el correspondiente documento de consentimiento. Los autores respetaron el anonimato de los individuos encuestados y los resultados solo se emplearon con propósitos científicos.
RESULTADOS
El procesamiento y análisis de los datos recopilados permitió el alcance del objetivo propuesto.
En la muestra de estudio predominaron aquellos con edades entre 18 y 29 años (44,9%); así como, aquellos con estado civil soltero (49,3%) (tabla 1).
Los valores de las medias en todas las dimensiones y variables se ubicaron en los rangos medio y alto de los correspondientes puntajes. Según los criterios de Pérez y Medrano,(13) las cifras de asimetría y curtosis mostraron la existencia de una distribución normal al ubicarse en el rango entre 1,5 y -1,5 (tabla 2).
El análisis comparativo mostró la presencia de diferencias estadísticamente significativas (p=0,01) entre hombres y mujeres en cuanto a comportamiento y resiliencia, con valores t de 2,59 y 2,62 respectivamente.
Los resultados de la prueba de correlación Pearson mostraron su existencia entre las dimensiones del duelo y las de resiliencia (p=0,000); siendo inversamente proporcional y con una intensidad de débil a moderada en todos los casos (valores r que oscilaron entre -0,300 y -0,395).
DISCUSIÓN
La pandemia de COVID-19 generó una crisis mundial con 171 millones de contagios y 3,5 millones de muertes.(14,15) En América latina, Perú resultó uno de los países más afectados.(16) En 2021, los resultados de las medidas de control posibilitaron decretar el fin de la epidemia y la entrada a la fase de recuperación; sin embargo, Weinstock et. al.(17) definieron esta etapa como la “pandemia de duelo”.
Los hallazgos de esta investigación mostraron una relación inversa entre el duelo y la resiliencia, coincidiendo con Zhai y Du,(18) quienes destacan que las personas resilientes pueden reconectarse consigo mismos y minimizar el duelo. Asimismo, Vegsund et al.(19) consideran que las personas con esas características reconocen sus fortalezas y debilidades, teniendo menos episodios de duelo.
En un estudio con 430 personas coreanas, se observó que la resiliencia actuó como un factor protector interno e incidió indirectamente en el duelo.(20) Al respecto, Bonanno(21) destaca que esta capacidad amortigua los factores estresantes relacionados con la pérdida en los individuos.
Estudiantes mexicanos establecieron una correlación inversa entre la resiliencia y el miedo a la muerte.(22) Las intervenciones en individuos involucrados en experiencias traumáticas debería encaminarse a promover resiliencia.(23)
Contrariamente, Fernández et al.(24) encontraron una relación directa entre el duelo y la resiliencia en estudiantes de enfermería. Schwartz et al.(25) indica que el por una experiencia de duelo no amortigua los efectos traumáticos de un siguiente duelo necesariamente.
Algunas teorías muestran que la resiliencia constituye una variable multidimensional que debe potenciarse luego de un proceso de duelo.(26,27,28) En el contexto de la pandemia de COVID-19, muchas personas pudieron llorar la muerte de forma tradicional: despedirse, costumbres funerarias u otras tradiciones religiosas;(29) lo que constituye una complicación reconocida en el fenómeno del duelo,(30) incrementado la necesidad de resiliencia para comprender estas situaciones y constructos.(31)
La comparación, atendiendo al sexo de los participantes, mostró que las mujeres obtuvieron puntuaciones más altas de resiliencia. En concordancia con ese resultado, Meneses et. al.(32) encontraron a 347 mujeres limeñas con un alto nivel de esta capacidad.
Esta investigación presentó varias limitaciones para la posible inferencia teórica:
· La transversalidad de la recolección y análisis de los datos, siendo necesario que se implementen estudios de naturaleza longitudinal que le den continuidad.
· El factor subjetivo de los participantes puede interferir en el momento de su autorreporte.
· La muestra resultó reducida en cuanto a tamaño y diversidad de residencia.
CONCLUSIONES
La mayoría de los participantes eran solteros y tenían edades entre 18 y 29 años. La distribución de los datos cumplió con los patrones de distribución normal. Las medias de las dimensiones y variables indicaron un predominio de los rangos medio y alto de los puntajes. Se determinó la existencia de diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en lo relativo a comportamiento y resiliencia; además de establecerse una correlación inversamente proporcional y con una intensidad de débil a moderada entre las dimensiones del duelo y las de resiliencia.
Financiamiento: investigación autofinanciada.
Conflictos de intereses: los autores declaran no tener.
Declaración de contribución:
Mauro Sapo Sangay, Analí Delgado Medina y Ermes Calderón Graciliano participaron en la búsqueda de información y la redacción del artículo.
Jessica Aranda Turpo y Rosa Mercedes Ramírez Guerra asesoraron el estudio, además de participar en revisión de la versión final del artículo.