INTRODUCCIÓN
La infidelidad en torno a las parejas constituye un fenómeno social que se remonta hasta la antigüedad.(1,2) Los motivos por los que el individuo adopta este tipo de conducta varían en función del sexo.(3) Entre el 75 y el 85% de los hombres aluden razones de índole sexual; mientras que, en las mujeres se atribuye a un factor emocional.(4)
Con el transcurso del tiempo de relación de pareja, las conductas de infidelidad tienden a incrementarse por diversos factores:(3) falta de confianza, insuficiente amor, celos, maltrato, soledad, disminución de la gratificación sexual, rechazo, abandono, entre otros; además de la aparición de espacios virtuales que facilitan la comunicación con personas que tienen intereses comunes: sitios webs, chats eróticos y redes sociales.(5,6,7,8) Cualesquiera que sean los motivos, este fenómeno afecta el bienestar físico, psicológico, emocional y social del individuo.(9,10)
Los resultados de un estudio en el continente asiático mostraron que el uso extremo de internet puede conducir a la infidelidad en las parejas, debido a que facilita el engaño y las aventuras extramaritales.(11) En México se detectó que las parejas tienen conflictos por el uso excesivo de Facebook, Instagram, WhatsApp, entre otros recursos que emplean las personas para buscar relaciones paralelas;(12) mientras que, en un entorno boliviano se observó que la adicción a las redes sociales afectaba significativamente la satisfacción marital,(13) revirtiéndose en la dinámica familiar.(12,13) La masificación del uso de esos recursos constituye un hecho innegable; así, datos observados en Perú muestran que entre el 45,5 y el 75,9% de la población de Lima era adicta a las redes sociales.(10)
El periodo de aislamiento social durante la pandemia por COVID-19 durante los años 2020 y 2021 exacerbó el uso de redes sociales y otras aplicaciones de socialización,(14,15) evidenciándose que el abuso de la Internet se presenta más en varones (63,4%) que en las mujeres (57,2%).(16)
Lo expuesto motivó la presente investigación con el objetivo de determinar la relación entre conducta infiel y adicción a redes sociales en adultos de las áreas comerciales de Tarapoto, Lamas, San José de Sisa, Moyobamba y Naranjos, región de la Amazonía Peruana, durante el primer cuatrimestre de 2021.
MATERIAL Y MÉTODOS
El presente estudio tuvo un diseño n o experimental, de tipo correlacional y corte transversal.(17) Este se desarrolló en el departamento de San Martín que se ubica en la Amazonía Peruana, donde la principal actividad económica es la comercialización y producción agrícola.(18,19)
La población estuvo constituida por 342 trabajadores del área comercial de Tarapoto, Lamas, San José de Sisa, Moyobamba y Naranjos; correspondientes a estratos sociales medio y bajo (operarios eventuales y agricultores-comerciantes dueños de sus propios emprendimientos). La muestra seleccionada por el procedimiento de sujetos voluntarios posibilitó incluir 318 participantes con edades entre 20 y 40 años.
Los datos referidos a conducta infiel se recopilaron mediante una subescala del Inventario Multidimensional de Infidelidad (IMIN) de Romero et al.,(20) la que se compone de 20 ítems con respuestas cerradas a través de una escala tipo Likert: 1 (nunca), 2 (rara vez), 3 (algunas veces), 4 (frecuentemente) y 5 (siempre). La validación realizada por esos autores arrojó un alfa de Cronbach global de 0,984; mientras que, los resultados por dimensiones fueron los siguientes: infidelidad emocional (α=0,865), infidelidad sexual (α=0,974), deseo de infidelidad emocional (α=0,958) y deseo de infidelidad sexual (α=0,957).
El Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (ARS) de Escurra Mayaute y Salas Blas(21) permitió recoger los datos de esa variable. Este instrumento contiene 24 ítems que permiten evaluar tres dimensiones cuyos valores de alfa de Cronbach indicaron una adecuada confiabilidad: obsesión por las redes sociales (0,91), falta de control en el uso de las redes sociales (0,88), uso excesivo de las redes sociales (0,92). También, posee una escala tipo Likert 0 (nunca), 1 (casi siempre), 2 (algunas veces), 3 (rara vez) y 4 (siempre).
Luego de la aplicación de las encuestas, el procesamiento inicial del estado de las dimensiones correspondientes se realizó empleando el programa de Microsoft Excel, cuyos resultados se trasladaron a una base de datos en SPSS V25 de IBM. El procesamiento descriptivo se hizo mediante pruebas de frecuencia. El resultado del estadístico Kolmogórov-Smirnov mostró una distribución asimétrica, requiriendo análisis inferencial no paramétrico para realizar comparaciones mediante la U de Mann-Whitney y establecer el estado de la correlación a través de Rho de Spearman.
Durante el estudio se respetaron los principios éticos de investigación en humanos expuestos en la declaración de Helsinki.(22) Los participantes expresaron su conformidad mediante la firma del consentimiento informado. La información individual tuvo un procesamiento y almacenamiento que garantiza su confidencialidad. Además, se contó con la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Peruana Unión mediante informe No 2022-CEUPeU-018.
RESULTADOS
El sexo masculino predominó entre los participantes (62,3%), así como aquellos con edades entre 30 y 59 años (57,5%), los que convivían con sus parejas sin estar casados con estas (66,7%) y quienes se encontraban en la segunda etapa de la relación de pareja (51,6%) (tabla 1).
Con respecto a las conductas de infidelidad, globalmente preponderó el nivel medio (44,3%); mientras que, en sus dimensiones lo hizo el bajo con frecuencias que oscilaron entre el 45,6 y el 65,4 % (tabla 2).
En lo relativo a la adicción a redes sociales, los porcentajes indicaron un predominio del nivel medio en el análisis global y cada una de sus dimensiones, oscilando del 48,1 al 50,6% (tabla 3).
Al comparar los niveles de conducta infiel global atendiendo al sexo de los participantes, se establecieron diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres (U=6387,500; p<0,000) (tabla 4).
Los resultados de la prueba de Spearman mostraron la existencia de una correlación significativa, directa o positiva y con intensidad débil entre conducta infiel y adicción a redes sociales, así como entre sus respectivas dimensiones (p<0,001; rho=0,148-0.247) (tabla 5).
DISCUSIÓN
La dinámica familiar resulta susceptible a los problemas en las relaciones de pareja.(23) Similarmente, los resultados del estudio desarrollado en los Estados Unidos de América con la participación de 578 mujeres y 200 hombres mostraron que la adicción a redes sociales constituía un predictor significativo de la infidelidad de pareja (b=0,04; t(359)=8,21; p<0,001).(24) Entre 338 personas casadas del estado de Texas predominaron los que consideraron que las redes sociales favorecen los comportamientos de infidelidad y su adicción es potencialmente dañina para las relaciones románticas.(25) Asimismo, Mao et al.(2) destacan que el uso excesivo de internet ha conllevado el aumento de la infidelidad en línea en Bangalore, India. También, 120 participantes en una investigación en Shiraz, Irán, opinaron mayoritariamente que la adicción a internet tiene un efecto significativo en los matrimonios por el acercamiento comunicativo con otras personas que no son su cónyuge.(11)
Autores(26) de Guadalajara, México, mencionan que el uso de las tecnologías durante la pandemia de COVID-19 se incrementó, aumentando el impulso por mantener relaciones de pareja a distancia con el objetivo de tener intimidad y expresión emocional; aunque, la distancia limita la posibilidad del contacto corporal y las relaciones íntimas.
En otro estudio con una población de190 mujeres y 216 hombres casados de Kurdistán, Irán, se determinó una relación directa entre la sensación de soledad y la infidelidad a través de la Internet (p<0,01) durante la pandemia. El aislamiento social contribuyó a la adicción familiar a las redes sociales; así como a la generación de nomofobia en los individuos.(27)
La intimidad emocional tiene un impacto directo en la satisfacción de las relaciones de pareja según los resultados de un estudio en Puerto Rico, los medios digitales ayudaban a compartir experiencias, pensamientos y sentimientos mediante mensajes con contenido íntimo; además de adquirir otros gustos como el cibersexo o el sexting, imponiendo un desafío para los matrimonios.(28)
Investigadores peruanos(29) observaron que la mayoría de los usuarios de internet se obsesionan con el incremento del número de amigos virtuales, al verlo como símbolo de popularidad y éxito. En otro entorno de ese mismo país, también reportaron que los varones puntuaron significativamente más alto que las mujeres en la obsesión por las redes sociales.(30)
Encuestas a usuarios de las redes sociales en California, Estados Unidos de América, reflejaron que este recurso favorece la comunicación romántica con otros individuos en línea, incluso cuando están comprometidos con una pareja principal.(31)
De acuerdo con los resultados de Saeed et al.,(32) Facebook constituye una forma importante de socialización en el estrechamiento de las relaciones con otros y la búsqueda de nuevas; aunque, también promueven comportamientos promiscuos: coqueteo, divulgación de detalles relativos a la sexualidad personal, contacto íntimo emocional e involucramiento en actividades sexuales virtuales. Esta situación puede generar un uso desadaptativo de Facebook, teniendo consecuencias sociales negativas: aislamiento social, desconfianza en las relaciones, falta de cohesión social y adicción a las redes.
La principal debilidad del estudio que se presenta estuvo dada por la poca diversidad cultural y geográfica de los participantes, además de los insuficientes estudios empíricos al respecto para establecer comparación. Estas cuestiones imposibilitan generalizar los resultados a otros entornos.
CONCLUSIÓN
En el entorno investigado, los resultados mostraron un predominio del nivel medio de la adición a las redes sociales en los participantes y del bajo en las dimensiones de la conducta de infidelidad, en la que se estableció una diferencia significativa entre ambos sexos; existiendo una correlación estadísticamente significativa entre ambas variables.
Conflicto de intereses: los autores declaran que no existen.
Declaración de contribución
Luz Angélica Edquen Orrillo, Sintia Salas Tuanama, Gerson Venturo López, Julio Cjuno, Jessica Aranda Turpo realizaron el proceso investigativo en su integralidad, recolección de la información científica actualizada y redacción del artículo.