INTRODUCCIÓN
El clima familiar resulta una manifestación social funcional sistémica, en la que se producen interacciones dinámicas que facilitan las habilidades cognitivas en ese entorno. Este se forma atendiendo a las relaciones establecidas entre sus subsistemas durante la vida en común: comunicación social, dimensión emocional, interacción y crecimiento personal.(1) Para un desarrollo favorable, la educación en el seno de la familia debe sustentarse en el ejemplo de los padres para con los hijos, moldeando la percepción de estos acerca de la realidad y la forma en que tomarán decisiones en el futuro;(2) además de considerarse la influencia que ejercen los factores económicos y culturales en este fenómeno.(3)
La familia es un eslabón fundamental para la formación de la personalidad y la modelación de los rasgos psicosociales en los individuos. En ese contexto, las habilidades sociales comienzan a desarrollarse en el niño a través de la interacción con los otros miembros de esta, siendo preferible la existencia de un clima familiar favorable. Las dificultades comunicativas en esta estructura social generan afectaciones en la evolución emocional y cognitiva.(4,5,6,7,8,9)
La adecuada convivencia familiar potencia la capacidad de interacción intelectual, cultural y social de los adolescentes. La estabilidad de este núcleo estructural se establece a partir de la organización y control del cumplimiento de las funciones y roles de cada integrante. Estas variables pueden ser influenciadas por factores exógenos: la industrialización, la urbanización y la migración.(10,11)
Al entender a las habilidades sociales como la capacidad del individuo para organizar sus pensamientos, acciones y sentimientos, mediante la expresión de empatía al establecer y mantener relaciones interpersonales y durante la resolución de problemas.(12) Así, la interrelación entre padres e hijos influye en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños y adolescentes; por lo que, la calidad del vínculo familiar puede afectar la capacidad de adaptación psicológica y social de los hijos.(13)
El estudio que se presenta tuvo el objetivo de establecer la correlación entre clima familiar y habilidades sociales en estudiantes de la Unidad Educativa Carlos Cisneros, Riobamba, Ecuador, durante el primer trimestre del año 2022.
MATERIAL Y MÉTODOS
Esta investigación se desarrolló en la Unidad Educativa Carlos Cisneros, Riobamba, Ecuador, con enfoque cuantitativo, diseño no experimental, alcance correlacional y corte transversal. La totalidad de la población de estudio fue incluida: 187 adolescentes mayores de 15 años (95 mujeres y 92 hombres) matriculados en los cursos quinto y sexto de bachillerato.
Los datos se recopilaron a partir de dos instrumentos cuyos resultados constaban en el Departamento de Consejería Estudiantil de esa unidad educativa.
Instrumentos
Escala de Clima Familiar (FES, por sus siglas en inglés) de Moos y Trickect, en su adaptación española por Fernández Ballesteros y Sierra,(14) la que cuenta con valores de alfa de Cronbach superiores a 0,7 y cuyos ítems se valoran mediante una escala cualitativa, dicotómica y nominal (verdadero o falso). Esta se compone de tres dimensiones:
· Relación, la que se mide a través de las subescalas: cohesión (apoyo de miembros de la familia), expresividad (estímulo para una actuación abierta y expresión directa de opiniones y sentimientos) y conflicto (manifestación de ira y agresión).
· Desarrollo o crecimiento personal, evaluada mediante las subescalas: autonomía e independencia (capacidad para la toma de decisiones personales), actuación u orientación hacia el logro (actividades dirigidas a la obtención del éxito), orientación hacia actividades culturales e intelectuales (motivación de los estudiantes en la superación individual, formando parte de eventos políticos, sociales, intelectuales y culturales con la voluntad para aprender cosas nuevas), orientación hacia las actividades recreativas (forma de emplear el tiempo de ocio con el fin de disfrute) y énfasis en los aspectos morales y religiosos (ajuste a los valores y creencias que se comparten con la familia).
· Estabilidad o mantenimiento del sistema, la que consta de dos subescalas: organización (importancia atribuida a la organización y la estructura durante la planificación de actividades, asignando responsabilidades) y control (aplicación de normas y procedimientos en el hogar para estimular el funcionamiento familiar).
Escala de Habilidades Sociales (EHS),(15) cuya confiabilidad es de α=0,88 y mide la asertividad y las habilidades sociales ante situaciones específicas a partir de los comportamientos, pensamientos, emociones y conductas de la vida cotidiana que permiten relacionarnos con los otros. Esta se conforma por 33 ítems categorizados mediante una escala tipo Likert con cuatro alternativas de respuesta: no me identifico en absoluto (0), la mayoría de las veces no me ocurre o no lo haría (1), más bien no tiene que ver conmigo, aunque algunas veces me ocurra (2), me describe aproximadamente, aunque no siempre actúe o me sienta así (3), muy de acuerdo y me sentiría o actuaría así en la mayoría de los casos (4). Así, la puntuación total oscila entre 33 y 134; estableciendo los niveles globales de las habilidades sociales: bajo (<87), medio-bajo (87-94), medio (95-96), medio-alto (97-104) y (>104). Este instrumento midió el estado de seis factores inherentes a esta variable:
I. Autoexpresión en situaciones sociales.
II. Defensa de los propios derechos como consumidor.
III. Expresión de enfado o disconformidad.
IV. Decir no y cortar interacciones.
V. Hacer peticiones.
VI. Inicio interacción positiva con sexo opuesto.
Procesamiento
Los datos se almacenaron y organizaron en una base, empleando el programa SPSS versión 25, facilitando el procesamiento mediante estadística descriptiva (frecuencias absolutas, porcientos, medias, valor mínimo, valor máximo, varianza y desviación estándar) para establecer las regularidades en el estado de las variables estudiadas; además de pruebas de tipo inferencial para el análisis de la normalidad en la distribución de los datos (Shapiro–Wilk) y la correlación (Rho de Spearman) entre las variables fundamentales de estudio.
Consideraciones éticas
La investigación contó con la autorización de la máxima dirección institución educativa en cuestión y se siguieron los principios establecidos en la Declaración de Helsinki. Los padres y tutores legales emitieron el respectivo consentimiento informado para el uso de los datos, los que fueron utilizados respetando el anonimato de los participantes y cuyos resultados solo tuvieron un uso científico y académico.
RESULTADOS
Una vez procesados los instrumentos y establecidos los correspondientes puntajes individuales relativos a ambas variables y se procedió al establecimiento de las regularidades en la población de estudio.
La distribución de los valores relativos a las dimensiones de la FES posibilitó observar que (tabla 1):
· Con respecto a relación y estabilidad, predominó la categoría promedio (62,6% y 66,8%, respectivamente), seguida de mala (16% y 22,5%).
· En relación con desarrollo, los puntajes mala (44,9%) y promedio (38%) estuvieron presentes en la mayoría.
Aunque, en todos los factores de las habilidades sociales existió un estado heterogéneo de las cifras de las frecuencias con predominio del valor de escala bajo, la evaluación global de las habilidades sociales reflejó que la mayoría se agrupó en las categorías medio-alto y alto (54%), señalando que un 26,7% quedó con puntaje enmarcado como bajo (tabla 2).
La heterogeneidad de la distribución de la frecuencia en el análisis de la habilidad social global y sus respectivos factores quedó evidenciada en los valores considerables de varianza en cada uno de estos (tabla 3).
En el contexto de investigación, los resultados de la prueba de Rho de Spearman indicaron que no existió correlación estadísticamente significativa entre clima familiar y habilidades sociales (p>0,05) (tabla 4).
DISCUSIÓN
García Uribe y González Márquez mencionan que el funcionamiento familiar y la forma en que el individuo interactúa con el resto de la sociedad se pueden ver afectados por diferentes factores: dificultades con la convivencia, poca comunicatividad, ausencia de figura paterna, violencia, falta reglas y normas, entre otros; incrementando el riesgo de disfuncionalidad social.(16)
Contrariamente a lo establecido en el presente contexto de investigación, en un estudio realizado en Cajamarca, Perú, se observó la existencia de correlación estadísticamente significativa, alta intensidad y positiva entre el clima familiar y las habilidades sociales (p<0,05).(17) Un resultado parecido obtuvieron los autores Aguirre Andrade et al.(18) y Pizarro Garrido et al.,(19) aunque sus valores de Rho fueron de moderada intensidad: de 0,203 a 0,402 y de 0,21 a 0,36 respectivamente.
Sin embargo, Díaz Sánchez y Jáuregui Vallejos(20) reportaron hallazgos similares a los determinados en la presente investigación, informando la inexistencia de correlación en el clima familiar y las habilidades sociales (p>0,05).
Con respecto al estado de las diferentes variables, dimensiones y factores, Aguirre Andrade et al.(18) encontraron que el 78,6% de su población tenía un clima familiar favorable y el 73% poseía un nivel alto en las habilidades sociales.
Mientras que, Díaz Sánchez y Jáuregui Vallejos(20) obtuvieron un 22% de sus participantes con nivel alto en las habilidades sociales; además de un predomino del nivel promedio en las dimensiones del clima familiar: relación (37,9%) y estabilidad (51,6%), siendo la categoría tiende a buena en lo referido a desarrollo (37,9%).
Al analizar el clima familiar, Ramírez Córdova(13) encontró que la mayoría de los involucrados en su estudio tenía puntuación de buena en las dimensiones relación (42,7%) y desarrollo (37,3%), pero de mala en cuanto a la estabilidad (44%).
Similarmente a lo observado en el estudio que se presenta, Pizarro Garrido et al.(19) reportan una heterogeneidad en los valores de frecuencia de las categorías de los diferentes factores de las habilidades sociales. Sin embargo, en relación con el clima familiar, ellos mencionaron la presencia de un predominio del nivel promedio en las dimensiones relación y desarrollo, siendo el valor de tiende a bueno en lo que respecta a la estabilidad.
Otros autores, como Estrada Araoz et al.(21) y López Mamani(22) un clima social bueno en la mayoría de las familias investigadas (60,5% y 81% respectivamente); además de preponderar los niveles alto y regular en las habilidades sociales.
Las principales limitaciones del estudio estuvieron dadas por la puntualidad contextual de la población estudiada, impidiendo la generalización o traspolación de los resultados a otros entornos. También, se observó una diversidad en los resultados de otras investigaciones que apoyan el carácter casuístico del fenómeno estudiado.
CONCLUSIONES
Con respecto al clima familiar, en las dimensiones relación y estabilidad predominó la categoría promedio; mientras que, en la referida al desarrollo fue el valor de escala mala.
Se observó heterogeneidad en las cifras de las frecuencias de todos los factores de las habilidades sociales, siendo mayoritario el nivel bajo; aunque, en la valoración global preponderaron los niveles medio-alto y alto.
En el contexto de investigación, los valores de Rho indicaron que no existió una correlación estadísticamente significativa entre clima familiar y habilidades sociales, así como entre las respectivas dimensiones y factores de estas variables.
Conflictos de intereses: las autoras de la presente investigación declaran no tenerlos.
Declaración de contribución:
Alexandra Elizabeth Lara Logroño desarrolló el proceso investigativo en su integralidad y participó en la concepción y redacción final del artículo científico.
Edda Lorenzo Bertheau asesoró el proceso investigativo y realizó la corrección final del artículo científico.