Señor Editor:

La leishmaniasis constituye una entidad infectocontagiosa provocada por un protozoo del género Leishmania, la que se transmite a través de la picadura de la hembra infectada del género Phlebotomus (parásito intracelular obligado que lo convierte en un blanco terapéutico difícil), cuyo reservorio natural son los cánidos, roedores y seres humanos.⁽¹⁾

Esta zoonosis está presente a nivel mundial, en especial en Latinoamérica, siendo señalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a la necesidad de implementar estrategias y programas de salud pública para mitigar su aparición.⁽²⁾

Durante los primeros 20 años del siglo XXI, la OMS reportó 1067759 casos de leishmaniasis cutánea (LC) y mucosa (LM), representando una media anual de 53387 contagios aproximadamente; aunque, se observó una tendencia en la disminución progresiva de la prevalencia en alrededor del 5%. Así, en 2020, se informaron 39705 nuevos casos a nivel mundial.⁽²⁾

En 2022, la LC en Colombia disminuyó a una tasa de incidencia nacional de 0,61 casos por cada 100000 habitantes (72 casos), en comparación con la tasa de 26.2 casos por cada 100000 habitantes registrada anteriormente, lo que se atribuyó al período de aislamiento social por epidemia de COVID-19.⁽³⁾

El 93,1% de los infectados en 2022 recibieron tratamiento, observando que el 84,7% de estos (61 casos) formaban parte de la población rural, el 75% estaba en el grupo etario de 15 a 44 años y el 87,5% eran de sexo masculino, afectando principalmente a agricultores y estudiantes.^(3,4)

La finalización de las medidas de aislamiento social podría conllevar a un alza de la incidencia de LC, imponiéndose la necesidad de reestablecer las medidas de seguimiento y control epidemiológicas correspondientes.

Conflicto de interés: los autores declaran no tener.

Fuente de financiamiento: autofinanciado.

Contribución de autores

Juan Santiago Serna Trejos y Stefanya Geraldine Bermúdez Moyano realizaron la búsqueda y análisis de la información; además de la redacción del artículo.