INTRODUCCIÓN
El conocimiento acerca de un objeto, fenómeno o individuo es determinante para la toma de adecuadas acciones relacionadas con estos. Así, la percepción de un evento como amenazante desencadena comportamientos consecuentes en el individuo.(1)
A fines de 2019, en Wuhan, China, se lanzó una alarma por la posible aparición de un nuevo virus y el 8 de diciembre de ese año reportaron el primer caso, cuyos síntomas indicaban una enfermedad respiratoria grave. El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronuncia su apoyo a las autoridades chinas para enfrentar la amenaza.(2,3)
En enero de 2020, la OMS y las autoridades sanitarias chinas informan la aparición de una enfermedad que es provocada por un nuevo coronavirus, la que no se pudo contener y el 11 de marzo de ese año se declara que el Síndrome Respiratorio Agudo/Grave (SARS-CoV2) alcanza la categoría de pandemia.(3,4,5)
La transmisión de nuevo virus se produce de persona a persona o por medio de contacto con superficies u objetos contaminados.(6,7) El riesgo de contagio de COVID-19 depende de los factores como la edad.(8) Con respecto al clima, la OMS postula que el virus se puede propagar en cualquier tipo de ambiente.(9,10)
La OMS considera que la propagación del virus fue rápida debido a la tardanza en la adopción de acciones preventivas de salud por la insuficiente información acerca de esta infección.(11) En la región de Latinoamérica, la falta de conciencia popular sobre el acatamiento de las medidas de cuidado y prevención de la transmisión favoreció el incremento acelerado de la morbi-mortalidad.(12)
El 29 de febrero de 2020, el Ministerio de Salud Pública (MSP) de Ecuador, confirmó el primer caso de COVID-19 importado desde España.(13) El virus se propagó inicialmente en las provincias Pichincha y Guayas antes de extenderse a toda la nación. Así, el gobierno decretó cuarentena obligatoria y aislamiento social, esa situación causó incertidumbre, miedo, estrés, depresión, ansiedad, sentimientos de alerta social, entre otras emociones; además de falta de abastecimiento de productos y elevación de los precios en los servicios de sanidad.(14,15)
El MSP informó un número importante y creciente de profesionales de salud contagiados, pero los servicios nunca dejaron de trabajar.(16,17) Para disminuir esta incidencia en ese importante sector, la OMS(18) recomendó el uso del equipo de protección personal, el lavado frecuente de manos con agua y jabón, utilizar naso-buco y protección ocular, distancia social de un metro al menos y evitar tocarse ojos, nariz y boca, además de la limpieza y desinfección permanente de las superficies de contacto.(19)
La forma en que los individuos perciben el riesgo ante este tipo de contingencias resulta de interés para la ciencia.(20) Por todo lo planteado, se realizó un estudio con el propósito de describir la percepción de riesgo de contagio por COVID-19 en estudiantes de la carrera de Enfermería de la Universidad Nacional de Chimborazo (Unach), durante el mes de agosto de 2020.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se desarrolló un estudio no experimental, descriptivo y transversal. La totalidad de la población quedó incluida en el estudio, estuvo conformada por 263 estudiantes de la carrera de Enfermería mayores de 17 años que voluntariamente accedieron a participar en el estudio: 51 hombres y 212 mujeres matriculados de primero a sexto semestre y en el internado rotativo durante el período académico abril-octubre 2020.
Para la recolección de los datos, se empleó una adecuación de la encuesta de percepción de riesgo de COVID-19 elaborada por investigadores de la Universidad Europea.(21) La aplicación se realizó en línea empleando el software Microsoft Forms para Office 365 (licencia contratada por la Universidad Nacional de Chimborazo).
Se estudiaron las variables: edad, nivel de riesgo percibido, medidas de protección y estado emotivo al salir de casa. Los datos se organizaron en una base empleando el programa de Microsoft Excel se procesaron mediante estadísticas del nivel descriptivo: análisis de frecuencias relativas (porcentaje) y absolutas.
Se obtuvo el consentimiento informado de los participantes, además del permiso de las autoridades de la carrera de Enfermería para la aplicación del cuestionario. Toda la información se manejó únicamente con fines investigativos y de manera que garantizó el anonimato de los individuos de la población.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La investigación ofreció datos importantes para la toma de decisiones por parte de las autoridades universitarias y sanitarias en el contexto formativo donde se realizó el estudio.
El 95,44% de los estudiantes eran menores de 26 años, también predominaron aquellos con un nivel medio de riesgo de contagio de Covid-19 (49,05%), seguido del alto (25,09%) (tabla 1). Al respecto, Hans Kluge,(22) jefe de la Oficina Europea de la OMS, resaltó la existencia de un aumento de la tasa de contagiados por coronavirus en jóvenes entre los 15 y 24 años, cifras que se triplicaron desde finales de febrero hasta mediados de julio de 2020, pasando de una tasa de 4,5% al 15%. Serrano García(23) menciona que la situación que generó la pandemia alarmó a los jóvenes profesionales de la salud, comenzando a extremar con las medidas de protección contra el virus.
La mayoría de los participantes (36,88%) declaró sentir miedo al exponerse a un posible contagio en ambientes fuera de su casa, seguido de los que manifestaron estar nerviosos en esa situación (27,1%) (tabla 2). Sandín et al.(24) plantean que la ansiedad es uno de los principales factores emocionales que se presentaron en su población de estudio (15,6%) y el otro fue el nerviosismo (14,4%). Estos autores señalan que este tipo de afectación psicológica produce reacciones fisiológicas, tales como: aumento de la presión cardiaca, conductancia de la piel y tono muscular, además de dilatación de pupilas, sudoración, descenso de la temperatura corporal y agarrotamiento. Comúnmente, estos factores se relacionan con una intolerancia a la incertidumbre.
Las medidas de protección más utilizadas por la población estudiantil investigada fueron: uso de mascarilla e higiene de manos (40%), seguida del uso de guantes (12%) y de la protección facial/ocular (11%).
Jiang Wu et al.(25) mencionan que las acciones de bioseguridad más recomendadas para reducir el riesgo de transmisión del coronavirus son el uso de mascarilla y el lavado frecuente de las manos. El estudio realizado por esos investigadores en Pekín mostró que el uso de estas protecciones al salir de la casa puede reducir hasta en un 70 % la posibilidad de contagiarse, además su uso intermitente es importante debido a que minimiza significativamente el riesgo de contagio.
CONCLUSIONES
Los estudiantes menores de 26 años y aquellos con un nivel medio de riesgo de contagio de Covid-19 predominaron en el estudio, así como los que declararon sentir miedo en ambientes fuera del ambiente de su hogar. El uso de mascarilla y la higiene de manos fueron las medidas de protección más utilizadas por la población estudiantil investigada.
Conflicto de intereses: los autores declaran que no existen.
Declaración de contribución:
Verónica Quishpi Lucero asesoró el proceso investigativo y participó en la confección del artículo científico.
Michael Lenyn Cachimuel Santacruz, Anthonny Alejandro Velastegui Escobar y Daniela Alexandra Veloz Salgado realizaron recolección, procesamiento e interpretación de los datos, además de ser parte de la redacción del artículo.