INTRODUCCIÓN
Los individuos del mundo contemporáneo han cambiado sus hábitos relacionados con la nutrición. Ese fenómeno no siempre resulta favorable para la salud individual y colectiva. Al respecto, las principales manifestaciones reportadas son: sedentarismo, desorden en el momento de las comidas importantes del día, consumo de alimentos con bajo valor nutricional o de aquellos con elevados contenidos de grasas y carbohidratos, entre otras. Lo anterior redunda en la proliferación de diferentes enfermedades no transmisibles como: sobrepeso, obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión, etc.(1)
Guerra et al.(2) reporta un incremento de la prevalencia de la obesidad, la que se presenta con mayor frecuencia desde etapas tempranas de la vida. Esa situación eleva considerablemente el potencial riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles entre las que resaltan las cerebro-vasculares, la diabetes, la hipertensión y otras similares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)(3) hace énfasis alrededor de la importancia de la promoción de una alimentación adecuada, que contribuya al crecimiento físico, la salud y desarrollo mental, el desempeño personal, la productividad individual y el bienestar integral del ser humano en todas las etapas de la vida.
Por otra parte, la obesidad visceral o abdominal se asocia con el diagnóstico de síndrome metabólico, el que se relaciona con resistencia a la insulina, hipertensión, dislipidemia y genera enfermedades tales como: diabetes de tipo II, patologías cardiovasculares, entre otras.(4)
La Coordinación de Talento Humano de la Empresa Eléctrica Riobamba solicitó un estudio con el objetivo de caracterizar el estado nutricional, a partir de los datos reportados por el Hospital del IESS de esa ciudad, lugar en el que se realizó el monitoreo de salud periódico, en el año 2015.
MATERIALES Y MÉTODOS
En la Empresa Eléctrica de Riobamba S. A. (EERSA) se llevó a cabo un estudio observacional descriptivo, de corte transversal; con el objetivo de identificar los factores de riesgo del síndrome metabólico relacionados con el estado nutricional, en los empleados de la institución en cuestión, en el año 2015. Se trabajó con toda la población, la que estuvo constituida por las historias clínicas de los 105 trabajadores contratados durante el período de estudio, con edades entre 25 y 60 años de todas las áreas de esa entidad y que manifestaron estar de acuerdo con ser parte de la investigación.
Los indicadores antropométricos peso y talla permitieron determinar el índice de masa corporal, mientras que la circunferencia de la cintura constituyó el parámetro para establecer el riesgo metabólico; la interpretación de ambas variables se realizó tomando en consideración los criterios establecidos por de la Organización Mundial para la Salud para población adulta.(5)
Los parámetros bioquímicos (glucosa, colesterol total, triglicéridos, HDL y LDL) permitieron establecer el índice aterogénico cuyos puntos de cohorte fueron determinados por el laboratorio responsable del análisis bioquímico, quienes tomaron las muestras mientras los participantes se encontraban en ayunas, durante el tercer trimestre del año 2015. Las mediciones antropométricas fueron tomadas por el médico ocupacional institucional, una vez conocidos los resultados de los exámenes de laboratorio.
Los datos fueron obtenidos mediante la técnica de revisión de documentos, para lo cual se creó la respectiva guía; los mismos fueron procesados a través de estadísticas descriptivas (análisis de frecuencias y de cuartiles), además de la prueba inferencial no paramétrica chi cuadrado de independencia, para establecer la posible relación entre las variables.
La investigación contó con la autorización de la gerencia de la EERSA y se obtuvo el consentimiento informado de los participantes como respeto a su autonomía. La información resultante no se utilizó de manera maleficente.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los valores observados permitieron caracterizar el estado de nutricional y la dislipidemia aterogénica en los empleados de la EERSA. En relación con lo anterior, se determinó una preponderancia de los individuos de sexo masculino (73 %), dato que resulta coherente con la media nacional en esa institución; al respecto, Pinos Mora(6) informa que alrededor del 76% de esa masa laboral son hombres, debido a las características de las labores fundamentales que constituyen su objeto social, pero que en las áreas administrativas predomina el sexo femenino.
El análisis de la edad en la población estudiada refleja un valor mínimo de 25 años y un máximo de 60, con una media de 44 años; existiendo concordancia con lo reportado por Pinos Mora(6) al respecto.
Los datos recopilados permitieron establecer el predominio de los individuos con sobrepeso (50 %) entre los participantes, seguido de aquellos con obesidad (25 %); lo que indica que el 75 % (gráfico 1) de la población estudiada tenía ese factor de riesgo que incide sobre un importante número de enfermedades crónicas no transmisibles.
En relación con esa variable, Vintimilla Rojas y Moscoso Sarmiento(7) detectaron una situación similar en una muestra de trabajadores públicos oficinistas en la ciudad de Cuenca, Ecuador; en ese entorno, la obesidad o el sobrepeso afectaban al 72,1 % de los participantes. Esos autores insisten en la necesidad de realizar acciones para modificar los estilos de vida de los trabajadores en aras de mejorar su estado nutricional.
La dimensión de la circunferencia de la cintura constituye un indicador importante para establecer el riesgo metabólico en las personas. En el 73 % de los participantes en el estudio (gráfico 2), se observó la presencia de este factor predisponente a la ocurrencia de un evento cardiovascular en los próximos 10 años (según el score de Framinghan). En un estudio desarrollado por Aráuz Hernández et al.(8) se reportó que el perímetro abdominal del 57,5% de la población investigada posibilitó clasificarlo en las categorías de riesgo metabólico incrementado o alto.
El perfil lipídico constituye el segundo indicador en importancia, dentro del score de Framinghan, para el riesgo de enfermedad cardiovascular, superado únicamente por el aumento de presión arterial. En la población de estudio se observó que prevaleció la presencia de dislipidemia; altos niveles de colesterol en el 58, 1 % de los individuos; mientras que los relativos al LDL fueron bajos en el 52,38 %.
En 2010, en Costa Rica, las autoridades sanitarias reportaron 3 938 muertes a causa de enfermedades cardiovasculares, lo que suponía el 20 % de las defunciones (55 % en varones y 45% en mujeres). Al respecto los principales factores de riesgo reportados fueron la prevalencia de sobrepeso y obesidad (IMC ≥ 25), el colesterol elevado (>200 mg/dl) y los triglicéridos elevados (≥200 mg/dl).(8)
La mayoría de los individuos de la población estudiada tuvieron más de una 10 % de perímetro abdominal, la que al ser analizada atendiendo a los datos de circunferencia de la cintura permitió establecer una relación positiva y estadísticamente significativa entre esas dos variables (P < 0,0001; r = 0,39). Al respecto, Soutelo et al. informaron resultados de correlación similares al obtener (p < 0,0001; r = 0,87).(9) Varios autores coinciden en que estas constituyen importantes factores de riesgo de la diabetes mellitus tipo II.(10,11)
Los datos obtenidos por los investigadores también posibilitaron determinar la existencia de una relación positiva y significativa entre el perímetro abdominal y el índice de masa corporal (P < 0,0001, r = 0,59). Un proceso investigativo llevado a cabo en Bogotá, Colombia, en una población de hombres adultos reporta una correlación correspondiente con la observada, sobre todo en aquellos cuyos índices de perímetro abdominal los ubicaba en el tercil 2 y 3 (r = 0,53).(12)
CONCLUSIONES
En congruencia con los datos nacionales de los empleados de la EERSA, los individuos de sexo masculino prevalecieron entre la población estudiada, así como aquellos mayores de 35 años.
Los datos recopilados permitieron establecer un predominio de los trabajadores con sobrepeso, así como de los que tenían un riesgo metabólico muy aumentado, constituyendo ambos factores de riesgo importante para diversas enfermedades crónicas no transmisibles.
Con respecto al perfil lipídico, se observó una presencia mayoritaria de empleados con niveles altos de colesterol, mientras que en los relativos al LDL fueron los bajos.
El análisis de correlación realizado permitió establecer que esta resultó positiva y estadística-mente significativa en el caso de la masa grasa visceral con respecto al índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura.