INTRODUCCIÓN
Desde tiempos remotos, el alcohol constituye una droga aceptada la sociedad, cuyo consumo resulta mayormente consentido y, hasta cierto punto, promovido de generación en generación en diversas culturas. En la actualidad, no obstante, el acercamiento a ese hábito se establece desde una edad cada vez más precoz; siendo la adolescencia, la etapa donde se empieza el consumo que se prolonga hasta la edad adulta. Datos ofrecidos por instituciones confiables ofrecen evidencias que reflejan un incremento de ese fenómeno a nivel mundial. (1)
El consumo de alcohol representa un problema crónico de salud en toda América Latina, siendo el causante de miles de muertes anuales; además de resultar un factor de riesgo importante de disímiles enfermedades crónicas no transmisibles, restando calidad de vida a individuos y sus familias. (2)
Barradas Alarcón et al. (3) refieren que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la declaración del Informe Mundial sobre la situación referida a Alcohol y Salud en 2014, reporta que cada año mueren 3,3 millones de personas en el mundo a consecuencia del consumo nocivo de esa sustancia, lo que representa el 5,9% del total de las defunciones; además de identificarse como factor de riesgo de más de 200 enfermedades y trastornos.
En Ecuador, según cifras publicadas en el diario El Comercio, (4) se consume 7.2 litros de alcohol per cápita por año, lo que ubica ese país en el noveno lugar de la lista de las naciones en las que más sustancias etílicas se ingieren en América Latina. Al respecto, el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censo (INEC)(5) revela que 912.576 ecuatorianos tienen este dañino hábito; de los cuales, el 89.7% son hombres y el 10.3% mujeres; además de que, el 2.5% de la población entre 12 y 18 años declara que consume algún tipo de bebida alcohólica.
Lo antes expuesto indica que el consumo de alcohol resulta uno de los mayores problemas psicosociales que existen en Ecuador. En relación con esa afirmación, algunos autores (6) afirman que la población estudiantil en el segundo y tercer nivel sufren una importante afectación; situación que implica un considerable riesgo para la salud individual y colectiva. La adquisición de este hábito en edades tempranas aumenta la probabilidad de que se agudice durante la vida adulta; además de estar identificado como la puerta de entrada al consumo de otras sustancias psicoactivas nocivas.(7)
El alcoholismo en estudiantes universitarios constituye un problema de interés para investigadores, organizaciones sociales, instituciones gubernamentales y otros en Ecuador. Al respecto, diversos pesquisas avalan esa afirmación: el “II Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas en la Población Universitaria Informe Regional” en 2012(8) y la “Encuesta Nacional sobre uso de drogas en estudiantes universitarios, 2015”;(9) así como, el proceso investigativo desarrolla-do en 2016 por Ruisoto et al.,(10) el que incluyó a diversas universidades de ese país.
Esa misma preocupación motivó el desarrollo de una investigación con el objetivo de analizar el consumo de alcohol en estudiantes de las Facultades de la Universidad Nacional de Chimborazo radicadas en el Campus Ms. Edison Riera, en la ciudad de Riobamba, Ecuador, durante el año 2017.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, de campo, de corte transversal, con enfoque cuantitativo, cuyo universo de estudio estuvo constituido por 3.278 estudiantes universitarios de las Facultades de Ciencias de la Salud (1176), Ciencias Políticas y Administrativas (868) e Ingeniería (1234) de la Universidad Nacional de Chimborazo, ciudad de Riobamba, Ecuador, matricula-dos en el período académico Abril-Agosto 2017. La selección de la muestra fue mediante un muestreo estratificado por conglomerados, la que se hizo empleando el programa EPIDATA; la muestra resultante estuvo integrada por 512 individuos, distribuidos por facultades de la siguiente manera: Ciencias de la Salud 184; Ciencias Políticas 137 e Ingeniería 191.
La medición resultó la técnica empleada para la recolección de datos, a través del Test de Identificación de los Trastornos Debidos al Consumo de Alcohol (AUDIT), (11) el que constituyó el instrumento utilizado. El nivel de consistencia interna determinado por Donoso,(12) a través del alfa de Cronbach, quedó establecido en el nivel satisfactorio (α = 0.83).
Los datos obtenidos fueron analizados mediante pruebas estadísticas del nivel descriptivo (Análisis de frecuencias), además de emplear la prueba inferencial Chi Cuadrado de Independencia para establecer la relación entre las variables de interés. El procesamiento de estos se hizo mediante el software IBM SPSS Statistics versión 20.
El AUDIT está compuesto por 10 preguntas que permiten evaluar el consumo de alcohol en los individuos, atendiendo a los diferentes niveles establecidos por la OMS:
Tras el proceso de selección de la muestra, los participantes firmaron un consentimiento informado, donde los investigadores comunicaron las características del estudio: objetivos, alcances, metodología. Los autores se comprometieron a respetar el anonimato de los involucrados y hacer un uso responsable de la información obtenida. El estudio contó con la autorización de la dirección de las instituciones involucradas.
RESULTADOS
El análisis del consumo de alcohol en los estudiantes de las tres facultades estudiadas en el contexto de la Universidad Nacional de Chimborazo (Ingeniería, Ciencias de la Salud y Cien-cias Políticas), arrojó altos índices relacionados con esta problemática; el 70.2% (tabla 1) de la población estudiada manifestó haber ingerido algún tipo de bebida etílica por lo menos una vez en su vida (tabla 1).
El nivel de consumo de alcohol se establece a partir de la cantidad y frecuencia con la que este se realiza por parte de los individuos. Al respecto, resulta importante destacar que la mayoría de los encuestados que declararon ingerir bebidas etílicas lo hace dentro del nivel normal (73.2%), siendo la facultad de Ingeniería la de peores resultados en cuanto los indicadores, los que reflejan más de un 5% de consumo perjudicial y dependencia (tabla 2). La prueba estadística Chi Cuadrado permitió establecer una relación de dependencia entre las variables “facultad” y “nivel de consumo”.
En la población estudiada que declaró ingerir bebidas alcohólicas, las mujeres resultaron prevalecientes en el nivel normal (81.1%), mientras que los varones lo hicieron en aquellos correspondientes a consumo de riesgo (24.3%), consumo perjudicial (4.5%) y dependencia (6.5%); situación que refleja la necesidad de establecer medidas al respecto, sobre todo entre los estudiantes de sexo masculino (tabla 3). En relación con estas variables, el estadístico Chi Cuadrado permitió establecer la existencia de dependencia entre “género” y “nivel de consumo”.
La mayoría de los estudiantes que declararon consumir alcohol pertenecieron a la clase social media (453 de 512 individuos). Los datos indicaron que el consumo de riesgo preponderó en
aquellos de clase alta (32%), mientras que el perjudicial fue en los de clase baja (12,1%) (tabla 4). Entre las variables “clase social” y “nivel de consumo”, también se estableció la existencia de dependencia según el valor de Chi Cuadrado.
Los resultados obtenidos reflejan la etiología multicausal del alcoholismo. El desarrollo de acciones, con respecto a la situación diagnosticada en el entorno de investigación, requerirá del análisis de los datos observados acerca de las variables de estudio.
DISCUSIÓN
La Secretaría Técnica de Prevención de Drogas (SETED) reportó que, en 2014, aproximadamente el 59.14% de los jóvenes universitarios en la provincia de Chimborazo ingerían bebidas alcohólicas, lo que representó la quinta tasa más alta de Ecuador. (9) Anteriormente, en 2012, en el Informe Regional del II Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas en la Población Universitaria (8) indicó que el 88,7% de los individuos estudiados habían consumido alcohol en algún momento.
En concordancia con esas cifras, en el estudio que se presenta se observaron altos indicadores de ese consumo (70.2%) en tres facultades de la UNACH. De la misma forma, Ruisoto et al.(10) evidenciaron que el 87.55% de estudiantes de diversas instituciones de educación superior del Ecuador tenían la misma situación al respecto. Otro resultado similar en un entorno con las mismas características fue corroborado por Alonso et al.(13) durante un proceso investigativo.
Los investigadores del presente estudio observaron que, en la facultad de Ingeniería de la casa de estudios en cuestión, se obtuvieron las peores cifras en cuanto a esta problemática de salud. En relación con ese resultado, Montaño et al. (14) refieren resultados equivalentes en un entorno de investigación similar, pero en una universidad colombiana.
La comparación del consumo de alcohol en la población estudiada atendiendo al género permitió identificar la preponderancia de este hábito entre los hombres (35.3%). Al respecto, Jiménez y Posada(15) observaron una situación semejante; de igual manera que el investigador Ruisoto et al.,(10) quien obtuvo valores parecidos en varias universidades ecuatorianas públicas y priva-das, siendo el 49,73% en varones y 23,80% en el caso de las mujeres.
En relación con la clase social atendiendo a la situación socioeconómica, los estudiantes enmarcados en el nivel alto resultaron los que mostraron mayores problemas de consumo de alcohol, sobre todo en las categorías de dependencia y consumo perjudicial; lo que coincide con las cifras observadas en un estudio desarrollado en universitarios colombianos en 2007.(16) También existió similitud con los hallazgos obtenidos por Montaño et al.,14 asimismo, Castaño et al.(17) señala que las personas con más recursos económicos son más propensas a incidir en el consumo de sustancias psicoactivas.
CONCLUSIONES
El desarrollo constante de acciones de promoción de salud y prevención de enfermedades relacionadas con el alcoholismo resulta una actividad importante en el entorno investigado; pues aproximadamente las tres cuartas partes de los estudiantes de las tres facultades investigadas en la Universidad Nacional de Chimborazo han consumido alcohol alguna vez en su vida. Los educandos de las especialidades de ingeniería mostraron los mayores niveles de consumo problemático.
Los representantes del género masculino, así como los estudiantes de clase alta resultaron los más afectados por este nocivo hábito; en los que predominaron en los niveles correspondientes a consumo de riesgo, consumo perjudicial y dependencia.