INTRODUCCIÓN
El acné es considerado como una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente a la unidad pilosebacea; su duración dependerá del grado de inclusión e influencia de sus distintos factores etiológicos. Se calcula que esta patología aqueja alrededor del 80 % de adolescentes y adultos jóvenes entre 18 y 21 años de edad a nivel mundial; cifras que, en Ecuador, se reducen al 65 %.(1,2,3)
Esta se considera una enfermedad de etiología multifactorial, pero algunos autores señalan al componente genético como el responsable de la aparición del acné en un tercio de los pacientes adolescentes, en los que se manifiestan alteraciones en andrógenos y apolipoproteinas. (2,4)
Otros factores considerados en la etiopatogenia del acné son:(5,6,7)
Hiperqueratosis por retención e hiperproliferación de las células del conducto folicular.
Colonización y proliferación microbiana.
Aumento de la producción sebácea
Uso de compuestos químicos.
Presencia del agente microbiológico propionebacterium acnés.
Otros.
La manifestación clínica más evidente de esa enfermedad está dada afectación dermatológica; principalmente en el área facial, pudiendo presentarse en otras zonas del cuerpo humano como es el caso del cuello, espalda y tórax. La severidad y magnitud de esas lesiones son variables y determinan el grado de cronicidad de la patología.(6)
Se describe el uso de medicamentos tópicos, sistémicos o una combinación de ambos para el tratamiento del acné; los que persiguen el objetivo de disminuir el proceso inflamatorio. Los resultados obtenidos con la aplicación de estos esquemas terapéuticos son alentadores. (8)
La complicación más temida por los afectados resulta la presencia de una cicatriz residual que pudiera estar acompaña de hiperqueratosis y cambios de coloración en la piel circundante.
La misma favorece procesos perjudiciales para la psiquis de los jóvenes y adolescentes, sobre todo si el rostro queda dañado. (8,9,10)
Las facilidades que ofrece el mercado, para la adquisición de algunos fármacos dirigidos al tratamiento del acné, favorecen la tendencia a la automedicación de los individuos al respecto, motivados por diversas campañas propagandísticas en los medios de difusión masiva. (11)
La automedicación constituye un problema de salud, esta se ha convertido en una práctica habitual en países en vías del desarrollo. Múltiples factores se atribuyen como posibles causas del creciente auge de ese fenómeno, el que debe ser visto desde una óptica holística. (12)
Atendiendo a lo antes mencionado, se realizó una investigación con el objetivo de caracterizar la automedicación en pacientes con diagnóstico de acné que asistieron a consulta externa de Dermatología, en el Hospital Provincial General Docente de Riobamba, durante el periodo comprendido entre diciembre 2017 y mayo 2018.
MATERIAL Y MÉTODOS
A través de un estudio observacional, descriptivo, de corte transversal; se caracterizó la auto-medicación en 200 pacientes diagnosticados con acné, en el Hospital Provincial General Docente Riobamba (HPGDR), atendidos en consulta externa de dermatología, durante el periodo comprendido entre diciembre de 2017 y mayo de 2018.
Las variables objeto de estudio estuvieron dadas por:
Características sociodemográficas (edad, género, etnia, lugar de residencia, región en la que reside y escolaridad).
Automedicación.
Tipo de fármaco (natural y tradicional o química convencional).
Tipo de fármaco (natural y tradicional o química convencional).
Los datos fueron obtenidos empleando la técnica de revisión de documentos (historia clínica), para lo que se confeccionó la respectiva guía. Los mismos fueron organizados en una base de Microsoft Excel para su mejor procesamiento mediante técnicas estadísticas descriptivas (análisis de frecuencias relativas y absolutas), además de la prueba inferencial no paramétrica de Chi cuadrado de independencia.
Los investigadores recibieron permiso escrito por parte de las autoridades del HPGDR y el visto bueno metodológico de la comisión de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Chimborazo. La información resultante no se empleó con fines maleficentes, ni se divulgaron datos confidenciales de los pacientes.
RESULTADOS
El análisis de los datos permitió caracterizar la automedicación en 200 pacientes diagnostica - dos con acné, los que fueron atendidos en la consulta externa de Dermatología del HPGDR, durante el período diciembre de 2017 y mayo de 2018.
En relación con las variables sociodemográficas incluidas en el estudio, se pudo observar que la media de la edad de los participantes fue de 17,03 años, prevaleciendo el grupo etario de 17 a 20 años (58,50 %). También se pudo apreciar un predominio del sexo masculino (60,50 %), de los pertenecientes a grupos étnicos no blancos (71,50 %), de los pacientes residentes en el área urbana (53,50 %), así como aquellos de la Región Sierra, para un 51,00 % (tabla 1).
119 pacientes (59,50 %) declararon administrarse diversos tratamientos medicamentosos, para combatir el acné sin prescripción facultativa (tabla 2).
Los datos de los pacientes que se auto medicaban, en relación con las variables socio demográficas, mostraron una proporcionalidad con respecto a los del total de la población de estudio. Aunque resulta interesante señalar que aquellos residentes en la zona urbana, así como los pertenecientes al grupo etario entre 17 y 20 años tuvieron una prevalencia de más de un 10 % superior (tabla 3) a la observada en los valores totales (tabla 1).
Con respecto al nivel de escolaridad de los pacientes de la población de estudio, los datos permitieron apreciar que entre los pacientes que se auto medicaban prevalecieron aquellos con nivel medio vencido (77,31 % de estos); mientras que en el caso de los que no lo hacían predominaron los que tenían nivel básico (43,21 %), seguidos de los de nivel superior, para un 30,86 %. La prueba de Chi Cuadrado permitió establecer la dependencia entre esas dos variables (tabla 4).
La mayoría de los pacientes que se auto medicaron utilizaba fármacos elaborados a partir de principios de química convencional; entre los que sobresalieron aquellos que los consumían en presentación de tabletas (57,98 %) (tabla 5).
DISCUSIÓN
En relación con la edad en que el acné afecta a los individuos, Torres Fajardo (10) establece que esto ocurre principalmente entre 17 y 20 años; lo que coincide con lo observado en la investigación que se presenta. Al respecto, Veliz Barandiarán (11) manifiesta que esa patología comienza su afectación entre los 12 y 13 años de edad en los individuos; en su estudio observó que solo el 12 % de los afectados tuvieron una edad superior a los 25 años. De igual manera, Rojas Bruzón (4) también evidenció una mayor incidencia entre los pacientes de género masculino (59,60%).
Balon Quimi(12) refiere que la pigmentación melánica de la piel guarda relación con la manifestación de esta patología. Ese autor reportó que en pacientes de etnia negra e indígena existe menor incidencia de esa enfermedad de la piel; sin embargo, en los autores del actual estudio observaron minoría de pacientes de piel blanca, pudiendo estar relacionada con los crecientes niveles de mestizaje presentes en la población.
En relación con lo anterior, Flores Santander (13) encontró diferencias significativas en los tipos de lesiones cutáneas atendiendo al color de la piel, hallando prevalencia de las inflamatorias en el fototipo claro y de las no inflamatorias en el fototipo oscuro.
En 2018, Balon Quimi(12) realizó una investigación en el centro de salud de Santa Rosa, Salinas, cuyos hallazgos indicaron mayor incidencia del acné en personas residentes en las zonas costeras rurales; lo que difiere de lo encontrado en el contexto del HPGDR.
Tobón- Marulanda (14)manifiesta que la automedicación resulta una práctica inadecuada con la potencialidad de generar determinadas complicaciones en los pacientes diagnosticados con acné; según este, países como Perú, España, Chile y México reportan porcentajes superiores al 60 % al respecto.
En relación con el género, la investigación de Alshehri, (15) en alumnos universitarios de Arabia Saudita, mostró que las mujeres tenían una tendencia a realizar esta práctica significativamente mayor. En el cantón Otavalo, Ecuador, Sánchez Sarmiento(16) observó un predominio de la automedicación en pacientes de género femenino (62,41 %); datos coincidentes con los hallazgos en la investigación que se presenta.
Una de las principales causas de la automedicación, en pacientes residentes en zonas rurales con patologías dermatológicas, está dado por la falta de acceso a ese tipo de consulta debido a factores de orden geográfico, de disponibilidad de servicios de salud, económicos, entre otros; conclusión a la que arribó Ramos Rueda luego de realizar un estudio en Lima, Perú, donde el 52.87 % de la muestra estudiada mostró esa característica.(17)
Al analizar la automedicación en una población atendida en el Hospital San Juan, provincia de Chimborazo, Ecuador, Martínez Ramos(18) observó que la mayoría de los que declaraban esa práctica vivían en la región Sierra de ese país; lo que muestra un punto coincidente con los resultados de la investigación cuyos resultados se presentan.
Con respecto al nivel de instrucción de los pacientes que se automedican, Solis Guim (19) también halló que la mayoría (34 %) poseían una escolaridad concluida correspondiente a la secundaria.
La producción y comercialización de diferentes fármacos sintéticos como la isotretinoina, acompañado de fuertes campañas de marketing, hacen que el uso de los mismo gane más adeptos en relación con otras terapéuticas. (15, 20) Atendiendo a lo cual, no sorprende que la mayor parte de los individuos que participaron en la investigación los prefieran para automedicarse contra el acné.
A pesar de la efectividad demostrada por diferentes medicamentos elaborados en base a principios naturales en el tratamiento del acné, tales como el propóleo, (20,21,22) el grupo más reducido de los pacientes de la población estudiada declaró utilizarlos.
CONCLUSIONES
Los datos permitieron apreciar un predominio del grupo de edades de 17 a 20 años, del sexo masculino, de aquellos de color de piel no blanca y de nivel escolar medio, además de los que residían en la región sierra y en el área urbana.
Los pacientes con edades entre 14 y 20 años resultaron los que más se automedicaban, así como los que se administraban fármacos sintéticos en presentación de tabletas.
La prueba de Chi Cuadrado permitió establecer la existencia de dependencia entre la automedicación y el nivel de escolaridad.