INTRODUCCIÓN
Las enfermedades infecciosas constituyen uno de los principales azotes para la humanidad. Al respecto, el descubrimiento de los agentes etiológicos y el desarrollo de métodos adecuados para su control representan un gran avance teórico de la medicina.(1)
La meningoencefalitis se caracteriza por la inflamación de las meninges. Se estima que alrededor del 80 % de esos casos lo causan virus, mientras que entre el 15 y el 20 % lo hacen bacterias; los casos restantes se atribuyen a intoxicaciones, hongos, medicamentos y otras patologías desencadenantes. El manejo individual de esta representa un reto para el médico asistencial, el microbiólogo y el epidemiólogo al momento de establecer un pronóstico satisfactorio. Por otra parte, la aparición brusca de la sintomatología y un posible desenlace fatal ocurre en pocas horas.(2)
Las estadísticas indican que, en períodos no epidémicos, el 25% de los afectados son menores de 1 año y el 50 % menores de 3 años; por eso es fundamental reconocer que esta enfermedad es causa de muerte en niños de todo el mundo, sin distinción de raza, nivel económico o sociocultural.(3)
En el caso de la originada por bacterias, la presentación clínica, evolución y pronóstico dependen de las particularidades de: huésped, agente etiológico, inicio oportuno de la terapia antimicrobiana y medidas de soporte. Esta continúa siendo una enfermedad importante que representa una sustancial morbilidad y mortalidad que puede llegar a alcanzar el 30-50% en algunos países.(4)
La meningoencefalitis en pacientes pediátricos está relacionada con varios factores: estado nutricional, edad, inmunocompetencia, virulencia del agente, localización geográfica del domicilio, estación del año y características climáticas locales. (2)
La meningitis bacteriana no tratada resulta mortal casis siempre; sin embargo, si se trata tempranamente, ese dato se reduce a menos del 10 %, que fundamentalmente se deben a complicaciones derivadas de la sepsis y de la enfermedad de base de los pacientes. Se calcula que entre el 5 y el 20 % de los pacientes, que superan esta patología manifiestan algún tipo de consecuencia neurológica, la que depende de la edad y la etiología. En el caso de los niños, las secuelas más comunes son: sordera bilateral, hipoacusia, retraso mental, espasticidad y/o paresia y epilepsia.(4)
Atendiendo a lo expuesto, los autores del artículo que se presenta decidieron realizar una investigación con el fin de describir la meningoencefalitis bacteriana en pacientes atendidos en el Hospital Pediátrico Universitario “José Luís Miranda” de Villa Clara, durante el periodo comprendido entre el 2007 y el 2012.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio de tipo no experimental, descriptivo, transversal en el Hospital Pediátrico Universitario “José Luís Miranda”, provincia de Villa Clara, Cuba; durante el período 2007 – 2012. Se trabajó con la totalidad de la población de estudio, la que estuvo integrado por 56 casos interpretados mediante el método diagnóstico del Síndrome Neurológico Infeccioso: meningoencefalitis bacteriana, en ese entorno de investigación (tabla 1).
Los participantes fueron seleccionados a partir de las Tarjetas de Declaración Obligatoria (EDO), lo que permitió solicitar las respectivas historias clínicas de los pacientes y recopilar los datos de interés; los que estuvieron relacionados con variables sociodemográficas y clínicas (manifestaciones, positividad de los estudios microbiológicos, diagnóstico etiológico y evolución). Los mismos fueron procesados mediante técnicas estadísticas descriptivas (análisis de frecuencias).
El análisis de las variables relativas a los elementos microbiológicos del diagnóstico, responden a los estándares internacionales acerca de las infecciones del sistema nervioso central.(5) Los datos recopilados fueron procesados utilizando pruebas estadísticas descriptivas, además de la aplicación del Chi cuadrado de independencia.
Los autores tuvieron en cuenta las siguientes consideraciones bioéticas: uso de la información con fines únicamente investigativos, respeto al secreto profesional, obtención del permiso por las respectivas autoridades y publicación de los resultados con fines estrictamente científicos.
RESULTADOS
El análisis de los datos arrojados por los documentos revisados permitió describir la meningoencefalitis bacteriana en ese entorno de investigación.

Tabla 2. Número de pacientes con meningoencefalitis bacteriana según año en que se le diagnóstico y grupo de etario
Los datos acerca de la edad de los pacientes de la población estudiada posibilitaron observar que la mayoría de los casos se produjeron en niños menores de 1 año, para el 42,86% (tabla 2).
De un total de 56 pacientes, 42 (75,00%) cursaron la enfermedad sin alguna complicación, mientras que un 14 (25,00%) si presentaron, los que además desarrollaron shock séptico y 8 de ellos padecieron de meningoencefalitis neumococcica. El fallecimiento de 8 pacientes resultó la consecuencia más grave dentro del contexto estudiado (tabla 4). Estas dos variables resultaron dependientes, atendiendo a los resultados obtenidos en la prueba de Chi cuadrado realizada.
Con respecto a los gérmenes causantes del meningoencefalitis bacteriana en la población estudiada, 12 (21,43%) fueron causados por meningococo y una cifra similar por neumococo; aunque resulta importante señalar que en otros 20 (35,71%) no se precisó alguno en específico (gráfico 1).
En relación con los síntomas y signos observados al momento del diagnóstico, la totalidad de los casos incluidos en el estudio presentaron fiebre y 35 (62,5%) de ellos tuvieron vómitos (tabla 3). La prueba estadística Chi cuadrado permitió establecer la dependencia entre esa variable y el grupo etario.
DISCUSIÓN
La meningitis resulta un problema de salud relativamente frecuente, cuyos datos epidemiológicos indican que entre el 10 y el 20 % de los que la padecen quedan con secuelas permanentes.(6)
A partir del registro de vigilancia epidemiológica en el Servicio de Infectología del Hospital Garrahan, Argentina, varios investigadores(7) observaron que el 62% estaba constituido por menores de 12 meses entre una población de pacientes pediátricos; en el estudio que se presenta, también prevalecieron los menores de un año de nacidos, pero con niveles inferiores (42,86%).
El análisis de los gérmenes causales del meningoencefalitis bacteriana presentes en la población estudiada por Ballesté López (8) arrojó un predominio de staphylococcus aureus (60,0%); resultado que no coincide con lo observado por los autores del artículo actual, quienes reportan una mayoritaria presencia de meningococo y neumococo.
Un estudio en otro contexto cubano, al analizar los síntomas y signos al momento del ingreso, los investigadores no encontraron la presencia de fiebre en el 100% de los afectados, aunque esta también resultó la preponderante característica al respecto.(2) Sin embargo, en relación con las complicaciones reportadas, los resultados indican al shock séptico como la principal complicación que se manifestó entre los niños enfermos; cifras congruentes con las observa-das por Donatién Rojas et al.(9) en una población menor de 18 años.
La meningitis bacteriana se señala como una causa significativa de morbimortalidad en el mundo. En países occidentales se reporta una mortalidad de alrededor del 25,00 %,(10) pero en el entorno de investigación estudiado las cifras fueron inferiores (14,29 %), lo que pudiera estar relacionado con las políticas públicas establecidas al respecto en Cuba.
CONCLUSIONES
En el contexto investigado, entre los pacientes diagnosticados con Meningoencefalitis bacteriana predominaron los menores de un año y los de género masculino.
En relación con la patología en cuestión, la etiología fue mayoritariamente neumococcica y meningococcica; los síntomas más frecuentes fueron fiebre, cefalea y vómitos escasos; así como la complicación más importante observada resultó el fallecimiento de algunos pacientes.