INTRODUCCIÓN
La meningitis es una inflamación de las meninges, que causa importantes daños a nivel cerebral, enfermedad mortal en el 50% de los casos no tratados. Los niños de tres a cinco años son más vulnerables, debido a que no han desarrollado totalmente su sistema inmunológico. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que esta afección representa una de las diez principales causas de morbilidad humana, considerada como una emergencia epidemiológica de alcance global.(1)
A nivel mundial la mayor frecuencia que se registra de esta enfermedad se localiza en África Subsahariana, ubicación conocida como el cinturón de las meningitis en la que en el año 2016 se reportaron entre 200 y 300 casos, de los cuales el 25% se presentó en lactantes, y de forma mayoritaria en menores de tres años. La mortalidad asociada a ese problema alcanzó entre el 5% y el 20% de los afectados, los que presentan secuelas de tipo sensorial.(1)
En el Ecuador, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en el 2015 fallecieron 3.194 niños menores de un año. La Sierra es la región con mayor número de muertes ese rango de edad, con una tasa de 1.570 por cada 1.000 nacidos vivos; seguida de la Costa, 1.432; en la Amazonia fueron 182 y en Galápagos 5 casos.(2)
Los agentes etiológicos responsables de las muertes por todas las causas en aproximadamente el 95% de los casos son el Haemophilus influenzae tipo B, la Neisseria miningidis y el Streptoccoccus pneumaoniae.(3)
Las manifestaciones clínicas son diferentes según la edad del niño; mientras menos años tiene es más sutil e inespecífica la sintomatología. La clínica es aguda en la mayoría de los casos, en algunos puede ser insidiosa y en una minoría avanza de manera rápida y progresiva, con mal pronóstico si no se interviene en las primeras horas.(4)
Ante la sospecha clínica de meningitis se debe realizar un examen físico general, hemocultivo y punción lumbar, recursos clínicos y de laboratorio que cuando sus resultados son positivos permiten establecer el diagnóstico de certeza.(4)
Como complicaciones de la meningitis se puede presentar: daño cerebral, hipoacusia, convulsiones e hidrocefalia.(5) Según la OMS, esta última es se produce por la acumulación excesiva de líquido en el cerebro, provocando una dilatación de los ventrículos cerebrales y un aumento de la presión intracraneal que puede dañar de forma irreversible al cerebro. A nivel mundial se estima que la enfermedad afecta a uno de cada quinientos niños.(6)
En el estudio que se presenta, coexisten en el paciente las patologías hidrocefalia y meningitis, las que causan alteraciones de las necesidades individuales, identificación realizada por medio de la valoración de los patrones funcionales, observándose que se encuentran afectados en el paciente estudiado los siguientes: 1-Percepción de la salud, 2-Nutricional, 3-Respiración, 4-Eliminación, 5-Actividad-ejercicio, 8-Rol relaciones y 9-Adaptación tolerancia al estrés.
La aplicación del proceso enfermero en un paciente pediátrico con diagnóstico médico de meningitis e hidrocefalia debe centrar su atención en la búsqueda de solución a las alteraciones derivadas de las necesidades básicas insatisfechas en el individuo; para lo cual resulta contribuyente que la valoración de enfermería sea realizada apegada a los modelos teóricos validados. El uso combinado de la Valoración por Patrones Funcionales (VPF) propuesto por Marjory Gordon(7) y del Modelo de Interacción Padre-Hijo-Entorno (MIP-H-E) de Kathryn
E. Barnard(8) resultan de valor para la práctica asistencial, ya que aportan información que permite apreciar y cuantificar la magnitud del problemas de la persona, y en base a esto establecer un juicio enfermero.
La valoración basada en la VPF;(9) permitirá, independientemente del modelo enfermero utilizado, estructurar y ordenar la valoración de enfermería a nivel individual, e identificar alteraciones en el ámbito familiar, para establecer diagnósticos enfermero por dominios de la NANDA-I.(10) Entre los principales datos que permite obtener esta guía de VPF se encuentran aquellos de orden físico, psíquico, social y del entorno, los que recogidos de manera ordenada facilitan el análisis de los mismos; para en consecuencia con esto realizar acciones dirigidas a satisfacer las necesidades afectadas.
El empleo del MIP-H-E establece un proceso de modificación mutua en el que la conducta de los padres influye en la del niño y viceversa; por lo que, las intervenciones de enfermería deben dirigirse a fomentar la sensibilidad de la madre y su capacidad de respuestas antes las señales que le transmite el niño, en lugar de intentar cambiar el estilo de vida de esta.(11)
En tal sentido, una función importante de enfermería consiste en apoyar a la persona que cuida al niño durante su primer año de vida, para alcanzar la evaluación interactiva como modelo global de asistencia sanitaria infantil; apreciación que se alcanza con el empleo de este modelo de valoración de la salud infantil.(12,13,14,15)
En el Hospital General “Isidro Ayora”-Loja (HGIAL), se encuentra un paciente pediátrico de 2 años 7 meses de edad, nacido prematuro de 35 semanas de gestación por cesárea, con diagnóstico médico de meningitis e hidrocefalia; se aplica el proceso enfermero para mejorar el estado de salud del paciente, mediante una atención integral incluyendo a la familia.
El presente artículo contribuirá al incremento del cuerpo teórico del conocimiento de la ciencia enfermero, al ofrecer una guía para la planificación del cuidado al paciente pediátrico con meningitis e hidrocefalia, a partir de la valoración por la VPF y MIP-H-E. Se plantea como objetivo aplicar el proceso enfermero en paciente pediátrico con meningitis e hidrocefalia, utilizando como herramienta de valoración hospitalaria por patrones funcionales de salud de Marjory Gordon en el HGIAL y el Modelo de Interacción Padre-Hijo-Entorno de Kathryn Barnard a nivel domiciliario, en el periodo marzo–agosto 2017.
DESARROLLO
Descripción del caso: niño de 2 años y 7 meses, nacido en Loja, que vive con sus padres y dos hermanas, siendo el tercero de los hijos, religión católica. Ingresó al servicio de Pediatría del HGIAL con diagnóstico médico de meningitis e hidrocefalia. La aplicación del proceso enfermero se inicia con la autorización de los familiares mediante la firma del consentimiento informado.
Antecedentes patológicos personales: niño nacido de 35 semanas de gestación, por cesárea, sin llanto, el cual es ingresado al servicio de Neonatología donde es diagnosticado de Hidrocefalia. Al mes de vida se le realizó intervención quirúrgica para derivación céfaloperitoneal. A los 2 años y 7 meses de edad acude al HGIAL, por presentar temblor de las manos e hipertermia según indica su madre, se le diagnosticó meningitis e hidrocefalia.
Exámenes complementarios.
• Punción lumbar: con una Glucosa de 2.0 mg/dl y un valor de proteínas en LCR de 346.9 mg/dl.
• Biometría hemática: 11.8 k/Ul en lo referente a los glóbulos blancos y una hemoglobina de 8.8 g/dl.
• TAC: Ventrículos laterales aumentados de tamaño, con alteración de su morfología, asociado a imágenes hiperdensas dentro de las mismas y densidades de 70 UH, con el aspecto de hemorragia intraventricular. Existe imagen lineal en proyección de la hoz del cerebro y del tentorio en posible relación a hemorragia subaracnoidea.
Valoración inicial de Enfermería
La obtención de los datos se obtuvo a través de:
a) Revisión de la historia clínica: permitió obtener datos sobre los parámetros vitales, síntomas y signos presentados por el niño, diagnóstico definitivo, pruebas realizadas, esquemas.terapéuticos, evolución y otras informaciones sobre el estado de salud y calidad de vida del paciente.
b) Entrevista del tipo no estructurada, basada en la VPF descritos por Marjorie Gordon(7) afectados en el paciente, la que fue dirigida a sus padres. Este método de investigación cualitativa permitió recabar información sobre los principales síntomas presentes en el niño, mediante la realización de preguntas clínicas, las que fueron efectuadas con un alto grado de flexibilidad, hasta lograr indagar sobre la totalidad de dimensiones correspondiente a los 11 patrones incluidos en esa guía de valoración funcional.Debido a que el paciente (unidad de análisis) es pediátrico, sus padres constituyeron la unidad de información, por ser las únicas personas con testimonios disponibles sobre el problema de estudio. Para minimizar el sesgo de obtención de datos, los investigadores no utilizaron lenguaje corporal o tono de voz enfático, evitando de esta forma influir sutilmente en los sujetos entrevistados; así como no intercambiaron opiniones con estos durante ese procedimiento.
c) Examen físico: realizado en sentido céfalo caudal; de forma general, regional y por apara- tos, el que permitió obtener datos objetivos (signos clínicos) identificados en el paciente.
Patrón 1-Percepción de la salud
Niño nacido vivo a las 35 semanas de gestación, por cesárea, sin llanto al nacer; la madre declara haberse realizado 5 controles prenatales. Los padres manifiestan tristeza y ansiedad frente a la situación de salud de su hijo.
Patrón 2-Nutricional–metabólico
Medidas antropométricas: peso 7,2 kg, talla 75 cm, IMC 12,8, perímetro cefálico 48 cm. El niño recibe alimentación por sonda nasogástrica, 5 tomas de 100 ml cada una. Se identifica desequilibrio nutricional inferior a las necesidades corporales.
Patrón 3-Respiración–circulación
Frecuencia respiratoria 26 x´, frecuencia cardiaca 133 x´, temperatura corporal 37,9 °C. Además, recibe oxígeno a un litro por cánula nasal.
Patrón 4-Eliminación
Estreñimiento: deposición una vez cada tres días.
Patrón 5-Actividad–ejercicio
En el miembro inferior derecho se observa disminución de la actividad muscular. Presenta llanto como expresión de dolor.
Patrón 8-Rol–relaciones familiares
Como sistema de apoyo se encuentra la familia, la misma expresa preocupación ante la situación de salud del niño.
Patrón 9-Adaptación y tolerancia al estrés
Ante situaciones de estrés el niño manifiesta llanto e irritabilidad y los padres exteriorizan ansiedad frente al problema de salud de su hijo.
Plan de cuidados de enfermería
La planificación y ejecución de las intervenciones hospitalarias, se establecieron de forma prioritaria de acuerdo a los patrones funcionales alterados. Así como la evaluación del plan de cuidados se realizó en base a la puntación diana de cada diagnóstico enfermero.
DISCUSIÓN
En la bibliografía consultada no se evidencian resultados de investigaciones en las que aborde de forma conjunta las patologías hidrocefalia y meningitis en niños. Razón por la cual, las comparaciones de los resultados obtenidos se realizan de manera independiente.La novedad del estudio de caso radica en que se elaboran las intervenciones de enfermería para el niño en base a la satisfacción de las necesidades que se encontraron alteradas en el momento de la valoración.(16,17,18,19)
Toledano y Domínguez(20) fundamentan los cuidados de enfermería simultáneamente con el equipo de salud que se implementan en niños con hidrocefalia, sin embargo, estos cuidados no se aplican a partir de la taxonomía NANDA-I. La relación entre estos estudios de caso se basa en que establecen cuidados de enfermería dirigidos a mejorar la situación de salud del paciente, tales como: medicación adecuada, correcta alimentación, control de la eliminación, exámenes de laboratorio y valoración de signos vitales.
En el presente estudio se realizan las intervenciones en base a las necesidades prioritarias y a las taxonomías antes mencionadas, estandarizando el cuidado con el fin de brindar una atención de mejor calidad y calidez para la recuperación total o parcial del paciente y la familia. Según Hernández las intervenciones de enfermería estructuradas en teoría, evidencian logros en los cuidados para el bienestar de personas en condiciones especiales; es necesario establecer estrategias institucionales enfocadas al cuidado de enfermería humanizado con sustento disciplinar.(21)
Las líneas de acciones referidas no se sustentan en la taxonomía NANDA-I; sin embargo, guardan relación con los diagnósticos extra hospitalarios formulados en el presente caso como la integridad familiar, el cuidado integral y conductas saludables.En el Tratado de Enfermería Infantil se formulan actividades terapéuticas e intervenciones de enfermería diversas e integrales a nivel hospitalario y domiciliario.(22) Las directrices establecidas en ese texto y las expuestas en este caso coinciden, en lo referente a los cuidados en el hogar, promoviendo la integridad familiar para mejorar la calidad de atención de los padres hacia el niño.
Los resultados alcanzados armonizan con los diagnósticos de enfermería formulados en el Manual de Enfermería Pediátrica (13) como: hipertermia, dolor agudo y riesgo de infección, resaltando que en este manual no se exponen lineamientos dirigidos a visitas domiciliaras. Rodríguez M.(23) en su investigación con pacientes de meningitis bacteriana brinda cuidados de enfermería estandarizados durante la hospitalización. Sin embargo, ese autor no refiere acciones dirigidas al seguimiento domiciliario y a la valoración de la integridad familiar.Al aplicar el proceso enfermero se fortalece la función del rol cuidador en el ambiente hospitalario y domiciliario, debido a que desaparece el riesgo que existía previo a la intervención de enfermería. Los familiares son capaces de brindar de forma satisfactoria cuidados especiales en el niño con diagnóstico de hidrocefalia, así como prevenir e identificar las complicaciones basado en los conocimientos adquiridos y sin riesgo de cansancio al disminuir los niveles de ansiedad.
CONCLUSIONES
• La aplicación del proceso enfermero basado en la Valoración por Patrones Funcionales de Marjory Gordon a nivel hospitalario y en el Modelo de Interacción Padre-Hijo-Entorno de Kathryn Barnard en el domicilio, permitió identificar y tratar las necesidades afectadas, estableciendo prioridades en la atención brindada a ese paciente y su familia.
• Basado en la taxonomía NANDA-I, se formularon los diagnósticos de enfermería a nivel hospitalario, dirigidos a tratar el patrón respiratorio ineficaz, la hipertermia, el estreñimiento, el dolor, el riesgo de infección y de aspiración. A nivel domiciliario se ofrecieron intervenciones enfocadas en la corrección del desequilibrio nutricional inferior a las necesidades corporales, el deterioro de la movilidad física, la ansiedad, el conocimiento deficiente sobre el manejo de este tipo de paciente, la baja autoestima y el riesgo de cansancio del rol cuidador.
• La ejecución de las intervenciones de enfermería logró satisfacer las necesidades fisiológicas que se encontraban alteradas en el niño, alcanzando cambios positivos en el desarrollo de conductas generadoras de salud, centradas en el enfoque salutogénico de la promoción sanitaria, la prevención de enfermedades y la identificación de complicaciones; para lo que se contó con el apoyo familiar, lo que además contribuye a evitar el riesgo de cansancio del rol cuidador.