Introducción
El proceso de enseñanza aprendizaje requiere una ruptura con lo tradicional, otorgándole al discente un rol mucho más activo y protagónico en la construcción del aprendizaje que se constituye por un sistema de redes y vincula eminentemente a la tecnología, por lo tanto, es perentorio que los docentes, con un rol más de facilitador, apliquen estrategias y metodologías que promuevan esa participación y espacios que generen relación entre los elementos que intervienen en el proceso educativo.
En la facultad de comunicación social, según antecedentes en estudios realizados en esta misma facultad, hace falta que se apliquen los conocimientos adquiridos en clase mediante planteamiento de problemas o sucesos de la realidad a la que se enfrentarán como profesionales. Esto provoca que desconozcan la realidad del mercado laboral quitándole posibilidades a los nuevos profesionistas de laborar en trabajos que requieren habilidades y destrezas en manejo de equipos (Naranjo, 2014). En ese sentido, se pone de relieve la urgencia de la aplicación de metodologías activas en el aula, se debe conocer y aplicar estas metodologías de enseñanza aprendizaje para desarrollar las competencias de los estudiantes (Avilés, 2021).
Aplicación de metodologías activas
En el proceso de enseñanza aprendizaje las metodologías activas permiten un desarrollo autónomo del estudiante y el rol docente trasciende un paso cualitativo importante en el que se pasa de ser el detentor de los conocimientos a un facilitador o guía hacia él, mismo que se construye a partir de la implicación activa del alumnado. El aprendizaje activo acaece cuando el estudiante se ejercita en la lectura, escribe, intercambia ideas con sus pares o el docente, discute, cuestiona, resuelve problemas o desarrolla proyectos (Medeiros et al., 2020).
Cuando se aplican este tipo de metodologías se da paso al desarrollo en el estudiante de habilidades de orden superior, como la colaboración, el autoaprendizaje, entro otros; que son una demanda en la sociedad del conocimiento (Silva y Maturana, 2017). Estas metodologías toman una distancia sustancial respecto a estrategias didácticas de tradición, pues el centro del proceso enseñanza aprendizaje en este devenir lo constituyen el estudiante y las actividades en el aula (y fuera de ella mediante actividades asincrónicas) convirtiéndose en el centro. Ya en el aula virtual las actividades tienen el rol preponderante, significan agentes estratégicos para la construcción de nuevos conocimientos.
El debate, por ejemplo, que estriba en el enfoque basado en competencias, es una herramienta de aprendizaje muy útil para el desarrollo de la expresión oral y el pensamiento crítico. Las Instituciones de Educación Superior (IES) tienen el deber de crear espacios en el que pensar y contrastar no esté censurado, pues su nombre expresa justamente esa universalidad de ideas pertenecientes al colectivo. Esta herramienta promueve la capacidad de diálogo, el intercambio de ideas y la comprensión del otro, es una pieza capital de todo sistema democrático y su fomento en la universidad no puede ser más oportuno (Bermúdez y Casares, 2018). Esta metodología promueve la participación activa del estudiante que llega a un aprendizaje profundo como resultado de la dialéctica.
Desempeño docente
El docente debe tener cualidades que le permitan cumplir con su rol, cuyas prácticas deben estar orientadas hacia el desarrollo de habilidades y competencias de sus estudiantes con la finalidad de que puedan enfrentarse al mundo laboral con eficacia. El desempeño docente es una variable que incluye dimensiones como la praxis pedagógica, emocional, relacional, ética y los logros en el aprendizaje de los estudiantes. En otras palabras, como es una variable posee dimensiones como la emocional, las capacidades pedagógicas, responsabilidad, las relaciones interpersonales y los resultados de su labor (Fajardo, 2020).
El desempeño docente es una categoría que permite evaluar a los docentes en sus prácticas de enseñanza para procurar la calidad educativa. En otras palabras, el desempeño docente es relacional; es decir, mide el desarrollo de capacidades de interacción (Achata y Quispe, 2018). Entonces, las relaciones docente-estudiante, docente-contenidos, docente-docente o docente-directivo son el trasunto de la praxis integral del docente.
En la modalidad virtual es un axioma la autonomía del estudiante; sin embargo, quien guía el proceso, con todas sus competencias, sean estas digitales, comunicacionales y pedagógicas, es el docente. Entonces, se puede afirmar que el estudiante es el centro, pero el desempeño docente es un factor clave y sustancial para el proceso de aprendizaje; es decir, debe orientar, guiar, y evaluar el proceso de aprendizaje del alumno, para lo cual se debe tener el dominio de tareas y funciones específicas para la función docente (Palacios y Ramos, 2021).
Respecto a esas competencias se plantean diferentes herramientas didácticas susceptibles a su uso en el aula por el docente como parte de lo que configura su desempeño (ver Tabla 1), que pueden ser de tipo colaborativo como los muy conocidos ABP o también individual como la producción de artículos, para que por medio de ellas se conjuguen conocimientos previos y nuevos.
Como se puede ver, el docente puede tomar en ciertos casos los principios y modelos de la enseñanza tradicional; sin embargo, las metodologías activas en la educación virtual están mediadas plenamente por la tecnología, en consecuencia, supone un cambio de actividades, estructura de la sesión de clase y el formato de los trabajos autónomos y grupales. En todo sentido, el horizonte del docente tiene que ser distinto del que tiene en la modalidad tradicional. Sin lugar a dudas, una educación virtual practicada por un cuerpo docente habituado a la modalidad presencial, evidenciaría todas las deficiencias en cuanto a competencias digitales del profesorado, que no solo corresponde al mero uso de las tecnologías, sino darle significado pedagógico a su mediación en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Uno de los problemas que conciernen al contexto ecuatoriano es que el e-learning ha sido una modalidad muy poco implementada en el país, previo a la emergencia sanitaria por la Covid-19, pues las Instituciones de Educación Superior (IES) en cuanto a las carreras de grado se dedicaron a ofrecerlas de manera completamente presencial, lo que supuso una escueta experiencia y que muy pocos docentes tuvieran las competencias digitales necesarias para ejercer roles educativos en el e-learning, a diferencia de los posgrados que muestran un uso muy alto de plataformas habituales de esta modalidad.
Los estudiantes de IES, en un artículo que analizó la importancia de las herramientas y plataformas e-learning en las universidades de Ecuador, en un considerable número, estimó que la preparación de los docentes para el manejo de esta modalidad no es óptima puesto que para el 41,62% la preparación pedagógica del docente en el uso de las TIC y específicamente en el empleo de las plataformas e-learning, resulta deficiente. Por otro lado, otro grupo de estudiantes (34,77%) consideran que la preparación docente en estos temas es buena, otros (14,45%) lo catalogan de aceptable y para el resto resulta mala (Verdezoto y Chávez, 2018).
Estos porcentajes forman una paradoja respecto a los resultados referentes a los docentes que en un 91,8% aseguran que tienen las habilidades requeridas para hacer frente al fenómeno de la docencia virtual con solvencia (Tejedor et al., 2020).
A partir de lo antes mencionado, se evidencia la necesidad en el contexto ecuatoriano de fortalecer el desempeño docente frente a las nuevas tecnologías que se han transformado en un agente imprescindible para la educación contemporánea. En otras palabras, debe desarrollar competencias digitales que le permitan desenvolverse en los entornos virtuales de aprendizaje (Cagua et al., 2021). Estas son condiciones que deben desarrollar los docentes para que las clases virtuales sean de calidad y que los procesos de enseñanza aprendizaje no carezcan de efectividad.
Metodología
La investigación-acción es tipo cualitativa. Sin embargo, el diagnóstico se realizó a través de procedimientos estadísticos. El tipo de diseño de investigación-acción de la presente es no experimental transversal, descriptivo-explicativo.
La población corresponde a estudiantes de Comunicación Social del semestre 3ro y 4to de la sección matutina de la Universidad de Guayaquil, en el año 2022. El tipo de método de muestreo que se utilizó respecto a los alumnos es el probabilístico, aleatorio simple y con relación a los docentes el muestreo fue no probabilístico a conveniencia. El abordaje se realizó con relación a tres asignaturas importantes: competencias comunicativas, cinematografía y pensamiento crítico.
En la Tabla 2 se representa el mapeo de la muestra de estudiantes.
A este segmento se le realizó una encuesta de 20 preguntas cerradas y con escala de Likert, con base en la siguiente operacionalización de las categorías de análisis que se muestra en la Tabla 3 y Tabla 4.
Para la facción docente se estructuró una entrevista de 5 preguntas en las que se incluyan dimensiones de las dos categorías de análisis y fueron realizadas presencialmente. La muestra de docentes fue escogida de manera no probabilística a conveniencia, bajo los siguientes criterios:
La muestra total de docentes = 2
Con esta selección docente se pretendió poner de relieve la concepción que ellos tienen respecto a metodologías activas de la enseñanza en la modalidad virtual, siendo sus asignaturas prácticas y no solo puramente teóricas a diferencia de otras.
Resultados
En el presente apartado se interpretaron y discutieron los resultados de la investigación después del respectivo abordaje de los 148 estudiantes que se realizó mediante encuestas a la muestra seleccionada, elaboradas en un cuaderno de trabajo a partir de la definición operacional de las variables o categorías de análisis que son: la aplicación de las metodologías activas y el desempeño docente.
Se determinó que de los 148 estudiantes encuestados el 54,7% son de género masculino y el 45,3% de género femenino. Por otro lado, el 63,5% pertenecen al tercer semestre y el 36,5% al cuarto semestre.
En cuanto a las lecturas previas a la clase sincrónica como indicador del uso y desarrollo de habilidades cognitivas, los estudiantes en un 60% manifestaron que con la frecuencia a veces se realizan antes de entrar al aula virtual. Respecto a trabajos autónomos individuales que hacen énfasis en la redacción, en la Tabla 5 se evidenció una heterogeneidad en las respuestas, un 50% confiesa que los trabajos de escritura se los realiza ocasionalmente en paradoja de un 33,1% que manifestó que casi siempre se los realizaban.
Por otro lado, un 84% de los encuestados manifestó una buena orientación docente, mediante e-actividades, para resolver problemas que se presentan en la praxis del mundo laboral. Respecto al debate, como herramienta pedagógica que fomenta el desarrollo del pensamiento crítico y el diálogo, un 62% aseguró que el debate no era frecuente, solamente “a veces” se lo realizaba; sin embargo, un 28% consideró que sí se daba el debate con frecuencia. En la Tabla 6 se evidencia que la herramienta que más se utiliza para el debate académico es Zoom, aunque eso no exime otras herramientas como los foros de discusión y los chats en línea.
Respecto al aprendizaje colaborativo para el desarrollo de habilidades blandas, los trabajos grupales son un indicador importante en el uso de las metodologías activas; sin embargo, el considerable 53,4% indicó que a veces se realizan trabajos grupales; por otro lado, un 29,1% aseveró que se los realiza con mucha frecuencia.
Por otro lado, respecto al aprendizaje facilitado por los docentes, como se muestra en la Figura 1, los abordados califican el desempeño de los docentes como bueno en un 43,2%, otro 37,2% aseguran que es regular y un 18,2% que es excelente.
En correspondencia a las observaciones anteriores en cuanto a las estrategias docentes, en el presente gráfico los abordados argumentan que los docentes soy muy organizados y llevaban todas las indicaciones de las actividades planificadas con una casuística importante de 66,2% seguido por un 25% que aseveraban sobre los docentes que “hacían más simple el proceso y motivaban al aprendizaje”. En consonancia con esto, como muestra la Figura 2, el 48,6% considera que las competencias digitales docentes son buenas, un 33,8% considera que es regular y tan solo un 16,9% las considera excelente.
Según los encuestados, los docentes son muy recursivos en cuanto a las ventajas tecnológicas presentes en el proceso de enseñanza aprendizaje. Pues un 67,6% señaló que los docentes utilizaron Moodle, los foros, podcast, aplicaciones didácticas, pizarras digitales a favor del aprendizaje en una educación virtual.
Desde el punto de vista de la comunicación, como medio relacional (indicador de las relaciones interpersonales del desempeño docente) los abordados en el considerable 70,3% argumentó que los docentes utilizaban medios de comunicación como Moodle, los foros, WhatsApp y Zoom para interactuar con sus estudiantes y como se evidencia en la Figura 3, en un 91,2% de los abordados, los docentes tienen una relación muy estrecha con los contenidos, dominándolos respecto a la asignatura que facilitan.
Después del abordaje a los estudiantes, se puede deducir que hay aspectos positivos con los que se cumplen, respecto al uso de las metodologías activas en el espacio y modalidad virtual en la Facultad de Comunicación Social, en la carrera de Ciencias de la Comunicación.
Se evidencia, por ejemplo, que el autoaprendizaje es una habilidad que se ha desarrollado en esta modalidad virtual, por otro lado, el pensamiento crítico, que se los orientaba (según la versión de los educandos) a simular procesos a los que se enfrentarán en la vida profesional para su resolución de problemas, que en el aula virtual se fomenta el diálogo del estudiante con el docente y con sus pares, la disponibilidad de las herramientas y medios tecnológicos para desarrollar debates en la educación online con su utilización (Zoom, chats en línea y foros de discusión), que las estrategias docentes llevaban a un aprendizaje efectivo de los estudiantes, que el desempeño docente destacaba por su organización y planificación de las clases, que las competencias digitales docentes son buenas y que son recursivos al momento de utilizar las TIC, la forma de evaluar es positiva, un proceso de buena comunicación entre docente y estudiantes, el dominio de las asignaturas y una buena pedagogía para poderla facilitar.
Todo esto se muestra de forma positiva, no obstante, y de forma paradójica, también los estudiantes señalaron en algunas ocasiones que a veces se fomentaba la producción intelectual del estudiante (lo que contradeciría un verdadero desarrollo de habilidades de autoaprendizaje), con la misma frecuencia se fomentaba el debate (en contradicción del desarrollo de habilidades de comunicación y pensamiento crítico sobre todo) y la realización de trabajos grupales importantes para el desarrollo de habilidades blandas o de trabajo en equipo. Se analiza esta paradoja, pues se ha analizado el desempeño docente ligado al uso de las metodologías activas. Se muestra, por un lado, que los estudiantes dicen considerar efectivas las estrategias docentes para el aprendizaje, pero esas estrategias son parcialmente participativas, según lo analizado anteriormente.
Respecto a los docentes, se realizó una entrevista estructurada. Este instrumento se utilizó para conocer la apreciación de los docentes en cuanto a las metodologías activas en su ejercicio docente. Posteriormente a las entrevistas, se realizaró un análisis de datos. Los entrevistados fueron:
a.- Lcdo. Santiago Molina Andrade Msc., docente de la Facultad de Comunicación Social. Asignatura: cinematografía.
b.- Lcdo. Héctor Córdova Msc., docente de la Facultad de Comunicación Social. Asignatura: taller de televisión.
En la Tabla 7 se comparan las posturas de los docentes y se las unifica.
Las entrevistas permitieron poner de relieve el punto de vista en cuanto a la educación virtual de los docentes. La noción que se tiene en cuanto a las metodologías activas es que son acciones o estrategias que permiten la interacción y hacer frente a la monotonía que podría ser corolario de la modalidad virtual. Estas conceptualizaciones superficiales en cuanto a este tipo de metodologías activas ponen en evidencia la necesidad perentoria de profundización y praxis de este tipo de metodologías. Por otro lado, los docentes arguyen que comúnmente utilizan este tipo de metodologías para que se aprenda con la práctica.
En los docentes hay dos posiciones contrarias, por una lado se afirma que el influjo de las metodologías activas es del 100% en el aprendizaje de los estudiantes; sin embargo, hay una postura escéptica, es decir, es imposible medir su influencia en el aprendizaje. La comunicación en modalidad virtual carece de la riqueza discursiva en comparación con la presencial. Por último, se considera que es complicado que se de un buen desempeño por parte de los estudiantes, pues la educación virtual resta eficacia a las metodologías activas para que influyan directamente en el aprendizaje de los estudiantes.
Por un lado, la facción estudiantil manifestó que los docentes tienen un buen desempeño docente, las competencias necesarias, son recursivos en las clases, pero que no siempre se utilizan metodologías como debate, lecturas, redacción, entre otros. Por el lado docente, según su apreciación, se necesita la educación presencial para obtener mejores resultados en la aplicación de metodologías activas.
Conclusiones
El uso de las metodologías activas y el desempeño docente están íntimamente relacionados, sobre todo en la era del conectivismo, que aglutina principios de otros enfoques pedagógicos, sobre todo del constructivismo para la construcción de un aprendizaje en un contexto social prolífero, impregnado de entes tecnológicos que son relevantes e imprescindibles en el proceso educativo actual.
Los estudiantes reconocen que los docentes tienen competencias digitales y dominan el área de su asignatura; sin embargo, manifiestan que no es tan frecuente el debate, la lectura y la redacción, previo, durante y después de las sesiones sincrónicas. La investigación arrojó que los estudiantes tienen una buena percepción de sus docentes, pese a esto, con base en los resultados, aún falta hacer énfasis en las metodologías activas de la enseñanza.
Los estudios de educación virtual en el Ecuador deben ser desarrollados con mayor amplitud, a partir de la emergencia sanitaria debido a la Covid-19 para enriquecer postulados y conceptos a partir de las experiencias del contexto mencionado. Se evidencia que los abordados no consideran negativo el trabajo de los compañeros en una educación virtual. A pesar de la virtualidad, hay flujos de comunicación y es posible el trabajo colaborativo y cooperativo.
Existen herramientas que son funcionales para la educación e-learning y que su uso debe ser reforzado, no para imitar la modalidad presencial, sino más bien para que funcione como un paradigma independiente.
A su vez, la frecuencia en la utilización de metodologías que fomenten el pensamiento crítico, el diálogo, el autoaprendizaje, la cooperación, entre otros, no es la esperada. Se evidencia una postura refractaria por parte de los docentes a la modalidad virtual, se tiene como preferencia la presencialidad. Esta postura a priori, produce un escepticismo en cuanto al buen desempeño de los educandos.
Finalmente, las conceptualizaciones superficiales en cuanto a metodologías activas producen escepticismo y ponen en evidencia la necesidad perentoria de profundización y praxis de estos enfoques.