Introducción
La conducta adaptativa (CA), se define como el conjunto de habilidades conceptuales (lenguaje, lectura, escritura, conceptos de dinero, tiempo y números), sociales (habilidades interpersonales, responsabilidad social, autoestima, credulidad, ingenuidad y resolución de problemas sociales) y prácticas (actividades de la vida diaria, habilidades ocupacionales, uso del dinero, seguridad, atención médica, viajes/transporte, horarios/rutinas y uso del teléfono) que han sido aprendidas y realizadas por personas en su vida cotidiana (1)(2).
En este sentido, la importancia de la CA se podría resumir en al menos tres puntos. En primer lugar, la CA es observable desde los 0 años y hasta en adultos mayores, en lo que concierne para: a) educar o enseñar habilidades, b) prevenir o mantener conductas típicas, y c) evaluar conductas esperadas para su edad (3). En segundo lugar, la CA permite: a) identificar fortalezas y debilidades en las demandas de la vida diaria; b) evaluación de programas de intervención y planificación; c) comparar la conducta de la persona a través de diferentes situaciones; d) comparar la información recolectada a través de distintos informantes; e) comunicar la información de las conductas entre agencias de servicio; y f) designación de nuevos programas de intervención e investigación (4)(5). Finalmente, su estrecha vinculación con constructos como: a) autodeterminación (6); y b) predictor de calidad de vida (7).
Dicho lo anterior, la aproximación al concepto de CA espera abrir el debate sobre cómo entendemos, su desarrollo y de qué manera se puede generar conocimiento acerca de los estándares mínimos necesarios para que personas con o sin discapacidad intelectual sean socialmente integradas y así alcancen niveles apropiados de autodeterminación y logren mejorar sus estándares de calidad de vida. En ese sentido, el Manual de la Asociación Americana de Discapacidad Intelectual y del Desarrollo (AAIDD)(1) vuelven a reafirmar la importancia de la CA para considerar el desarrollo típico de la persona. En el ámbito internacional, entre los años 1977 y 2016 se ha utilizado una serie de instrumentos para medir la CA en diversas poblaciones con y sin desarrollo típico(2). Pero las escalas más sugeridas, debido a las altas propiedades psicométricas y coherencia con las dimensiones de la CA que conocemos actualmente, son: Escalas Vineland de Conducta Adaptativa (Vineland-III) (3), Escalas de Conducta Independiente (SIB-R) (4), Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptativa (ABAS II) (5)(6), Escala Diagnóstica de la Conducta Adaptativa(7) y Escala para el Diagnóstico de la Conducta Adaptativa (DABS) (8)(9).
En Chile, existe escasa información en esta línea de investigación, por lo que es necesario profundizar sobre las habilidades de CA en personas con o sin discapacidad. Sin embargo, la legislación es clara y establece normas, a través del Decreto Supremo Nº170 de Educación Especial en términos de Proceso Diagnóstico Integral(10) el Decreto Exento Nº 83 de Diversificación de la Enseñanza y Adecuaciones Curriculares(11), y las orientaciones prácticas de este último(12). En consecuencia, se sugieren instrumentos de evaluación de esta área, tales como: Inventario para la Planificación de Servicios y la Programación Individual (ICAP) (13); Escala de Madurez Social de Vineland(14) y Escala de Intensidad de Apoyos (SIS) (15). Si bien, algunos de estos instrumentos avanzan en considerar la evaluación de la CA, no son coherentes con lo solicitado por el Decreto N°170(10), referido a las dimensiones conceptual, social, práctico y delimitación operativa y al considerar a lo menos dos(2) desviaciones estándar para indicar que posee un descenso significativo en su conducta adaptativa. Por lo tanto, si se quiere responder desde un punto de vista ético, cumplir con este criterio para realizar un diagnóstico y estar en coherencia con los estándares internacionales que consideran la CA, en Chile, se debe avanzar con la utilización del Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptativa (ABAS-II - Versión Chilena) en sus cinco escalas(6), convirtiéndose en una opción congruente con el constructo actual de CA.
Siguiendo en esta línea y, considerando la evidencia presentada, es necesario reportar datos que demuestren si el uso del cuestionario ABAS-II presenta diferencias o relación en las habilidades evaluadas, en grupos de distinto sexo y edad en escolares con desarrollo típico, pertenecientes a establecimientos educativos. En consecuencia, los objetivos del presente estudio son: a) comparar las habilidades que mide el cuestionario ABAS-II (versión chilena) cuestionario Escolar-Profesores según sexo y edad categorizada y b) Relacionar estas habilidades por edades agrupadas.
Método
Muestra
Se realizó un estudio con datos de corte transversal de tipo comparativo-correlacional. Se evaluó a 457 estudiantes (229 mujeres y 228 hombres) con edades entre 5 a 18 años (M=12,98 y DE=5,22), cuyos colegios fueron seleccionados de manera no probabilística por conveniencia considerando aquellos de comunas rurales y urbanas, con nivel de enseñanza básica y media, y pertenecientes a establecimientos educativos públicos de Chile.
Participaron de este estudio solo estudiantes que no presentan diagnóstico asociado a necesidades educativas permanentes o transitorias, siguiendo los criterios establecidos por el Ministerio de Educación. Todos los procedimientos realizados en esta investigación fueron coherentes con los estándares éticos estipulados en la declaración de Helsinki.
Procedimiento de recogida y análisis de datos
Las evaluaciones se llevaron a cabo en las dependencias de los centros educativos seleccionados. Se categorizaron las edades en los siguientes rangos <10 años (n= 158), 10 a 16 años (n= 152), >16 años (n= 147). La aplicación del cuestionario ABAS-II, en su versión Escolar-Profesores(6), incluyó 9 habilidades: 1) comunicación, 2) utilización de los recursos de la comunidad, 3) habilidades académicas funcionales, 4) vida en la escuela, 5) salud y seguridad, 6) ocio, 7) autocuidado, 8) autodirección y 9) social. Divididas en 3 dominios (conceptual, social y práctico), a partir de las cuales se obtuvo un Alfa de Cronbach de 0.98. Por motivo de edad de los estudiantes, en este proceso no se evaluó la habilidad adaptativa de empleo.
Dicho cuestionario se diseñó para niños y adolescentes de 5 a 21 años, el cual debe ser respondido por los profesores, profesor de apoyo u otros profesionales familiarizados con las actividades diarias en la escuela de los estudiantes evaluados, con al menos 3 meses de conocimiento del estudiante(6). Los evaluadores fueron capacitados para aplicar el cuestionario y/o realizar la entrevista al informante.
Para establecer normalidad se utilizó la prueba de Lilliefors (Kolmogorov-Smirnov) por el número de muestra superior a 50 individuos, la cual demostró una distribución no normal (véase tabla 1). Por lo anterior, para comparar los datos se usaron las pruebas no paramétricas; U de Mann-Whitney para dos muestras independientes (por sexo) y Kruskal-Wallis para más de dos muestras independientes (por edad categorizada), considerando una significancia de p<0,05 (confianza al 95% como mínimo).
Luego, para asociar las habilidades medidas por el ABAS-II se usó el coeficiente de correlación de Spearman (rho) entre las dimensiones totales de los dominios conceptual, social y práctica. Todos los cálculos estadísticos fueron realizados en el programa estadístico R-Studio.
Resultados
En cuanto a la comparación por sexo de las dimensiones evaluadas, no se evidencian diferencias estadísticamente significativas (Tabla 1) a (p>0,05).
Mujeres (n=229) | Hombres (n=228) | General (n=457) | Prueba Normalidad | ||||||||
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Habilidades | X | DE | ME | X | DE | ME | p | X | DE | ME | p |
Conceptuales | |||||||||||
Comunicación | 79,33 | 10,15 | 83 | 79,61 | 10,05 | 83 | 0,888 | 79,47 | 10,09 | 83 | 0,001 |
Académicas funcionales | 76,66 | 13,03 | 82 | 77,29 | 13,24 | 82,5 | 0,553 | 79,97 | 13,13 | 82 | 0,001 |
Autodirección | 74,03 | 10,66 | 78 | 74,73 | 11,05 | 79 | 0,309 | 74,38 | 10,85 | 79 | 0,001 |
Sociales | |||||||||||
Ocio | 61,17 | 6,91 | 63 | 61,25 | 7,48 | 64 | 0,469 | 61,21 | 7,20 | 63 | 0,001 |
Social | 72,8 | 8,27 | 76 | 73,49 | 8,56 | 76 | 0,296 | 54,04 | 7,28 | 57 | 0,001 |
Prácticas | |||||||||||
Utilización de los recursos de la comunidad | 54 | 7,46 | 57 | 54,07 | 7,11 | 57 | 0,357 | 54,04 | 7,28 | 57 | 0,001 |
Vida en la escuela | 71,67 | 9,5 | 76 | 72,02 | 9,21 | 75,5 | 0,881 | 71,84 | 9,35 | 76 | 0,001 |
Salud y seguridad | 60,35 | 6,31 | 63 | 59,9 | 6,89 | 62 | 0,222 | 60,12 | 6,60 | 63 | 0,001 |
Autocuidado | 72,47 | 6,25 | 74 | 72,54 | 5,97 | 74,5 | 0,988 | 72,51 | 6,10 | 74 | 0,001 |
*Nota. n= cantidad de sujetos; X= promedio; DE= desviación estándar, ME= mediana, p= valor de significancia
En lo referido a la comparación por rango etario, se muestran diferencias significativas en las habilidades conceptuales, sociales y prácticas (Tabla 2). En cuanto al tamaño del efecto, se denotan efectos grandes entre edades en todas las habilidades relacionadas a la dimensión de conceptuales (efecto > 0,250). Se muestran efectos medianos (efecto entre 0,100 y 0,249) en los otros casos, excepto en la habilidad de autocuidado que presenta un efecto pequeño (efecto < 0,100).
<10 años (n= 158) | 10 a 16 años (n= 152) | >16 años (n= 147) | Tamaño efecto | ||||||||
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Habilidades | X | DE | ME | X | DE | ME | X | DE | ME | p | |
Conceptuales | |||||||||||
Comunicación | 71,20 | 12,29 | 71 | 82,32 | 5,11 | 83 | 85,41 | 3,21 | 87 | 0,001 | 0,342 |
Académicas funcionales | 66,19 | 15,80 | 66 | 81,18 | 6,66 | 83 | 84,21 | 5,15 | 85 | 0,001 | 0,302 |
Autodirección | 66,82 | 12,74 | 69 | 76,55 | 8,17 | 79 | 80,26 | 4,74 | 81 | 0,001 | 0,275 |
Sociales | |||||||||||
Ocio | 57,14 | 9,43 | 62 | 62,78 | 4,92 | 65 | 63,96 | 3,59 | 64 | 0,001 | 0,113 |
Social | 68,30 | 11,11 | 70 | 74,80 | 6,05 | 77 | 76,64 | 3,19 | 77 | 0,001 | 0,121 |
Prácticas | |||||||||||
Utilización de los recursos de la comunidad | 48,17 | 9,33 | 48,5 | 56,73 | 2,76 | 57 | 57,55 | 2,57 | 58 | 0,001 | 0,217 |
Vida en la escuela | 65,54 | 11,24 | 62,5 | 73,62 | 7,28 | 76 | 76,77 | 3,62 | 77 | 0,001 | 0,194 |
Salud y seguridad | 55,96 | 9,37 | 59 | 61,98 | 2,93 | 63 | 62,69 | 1,95 | 64 | 0,001 | 0,187 |
Autocuidado | 69,30 | 8,96 | 74 | 73,85 | 2,86 | 75 | 74,56 | 2,09 | 76 | 0,001 | 0,074 |
*Nota. n= cantidad de sujetos; X= promedio; DE= desviación estándar, ME= mediana, p= valor de significancia
Considerando el tamaño de efecto, se analizó la incidencia por edad de las habilidades del dominio conceptual sobre el dominio social y práctico, considerando la dimensión total. Se muestran correlaciones positivas en todas las habilidades relacionadas, según edades agrupadas medidas con el coeficiente de correlación de Spearman. Dichas relaciones disminuyen a medida que la edad aumenta, tanto para las dimensiones del dominio de habilidades sociales y prácticas. Los resultados de los análisis de todas las relaciones obtenidas en las variables estudiadas son significativas independiente del rango etario considerado para su análisis (Tabla 3) (p<0,05).
Sociales | Prácticas | |||
Habilidades Conceptuales | rho | p | rho | p |
<10 años | ||||
Comunicación | 0,82 | 0,001 | 0,85 | 0,001 |
Académicas funcionales | 0,78 | 0,001 | 0,86 | 0,001 |
Autodirección | 0,86 | 0,001 | 0,85 | 0,001 |
10 a 16 años | ||||
Comunicación | 0,43 | 0,001 | 0,61 | 0,001 |
Académicas funcionales | 0,52 | 0,001 | 0,78 | 0,001 |
Autodirección | 0,65 | 0,001 | 0,58 | 0,001 |
>16 años | ||||
Comunicación | 0,50 | 0,001 | 0,63 | 0,001 |
Académicas funcionales | 0,47 | 0,001 | 0,62 | 0,001 |
Autodirección | 0,44 | 0,001 | 0,61 | 0,001 |
*Nota. rho= coeficiente de correlación de Spearman, p= valor de significancia.
Discusión
A la fecha, no se había encontrado evidencia que permitiera saber si el cuestionario ABAS-II, en el contexto de Chile, presenta diferencias o relación entre las habilidades que evalúa, según grupos de distinto sexo y edad en escolares con desarrollo típico, pertenecientes a establecimientos educativos públicos.
Frente a ello, el presente estudio reporta que, al comparar los puntajes obtenidos en cada habilidad evaluada, no encontraremos diferencias entre hombres y mujeres. Los resultados sugieren que el cuestionario ABAS-II es un instrumento que utiliza preguntas inclusivas, no existiendo diferencias entre hombres y mujeres al evaluar la CA de estudiantes con desarrollo típico en un amplio rango etario (5 a 21 años).
Lo anterior, difiere a lo observado en una muestra clínica(16), quienes encontraron diferencias de sexo en las áreas de habilidades sociales y de comunicación entre niños con trastornos del espectro autista (TEA) y niños con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), dado que los déficit en comunicación y en interacción social son algunas de las características más latentes del TEA (17). Estos resultados demuestran la necesidad de adoptar un enfoque de desarrollo para comprender las diferencias de sexo que pueden tener implicaciones de diagnóstico, pronóstico, intervención y para brindar apoyos en niños con TEA y TDAH, considerando, además, la alta prevalencia de este último cuya sintomatología tanto conductual como atencional afecta negativamente en todos los aspectos de la vida(18).
En este estudio, también se comprobó que al segmentar la muestra en grupos homogéneos (<10 años - 10 a 16 años - >16 años), se encuentran diferencias en cada una de las habilidades. Lo cual refleja que las escalas están construidas de forma gradual, en sintonía con los criterios de diagnóstico actualizados de las escalas más utilizadas para evaluar la CA; Vineland ‐ III (3) y ABAS-III (19), lo que permite captar el efecto del desarrollo y maduración de los que se evalúan.
En esta línea, un estudio realizado en niños y adolescentes con diagnóstico confirmado de discapacidad intelectual, reveló que en comparaciones planificadas por grupos de edad (0 a 5 y 6 a 18 años), aquellos individuos con déficit leves en el comportamiento adaptativo obtuvieron puntajes más altos en todos los puntajes por dominio (20).
Otro estudio reportó que el patrón general de la CA presenta un aumento inicial durante la primera infancia, seguido de una meseta en las habilidades durante la adolescencia para los individuos en una muestra clínica, enfatizando en la importancia del CA para el empleo y la calidad de vida (21) . Por lo que se refuerza la importancia de evaluar el CA durante la adolescencia para asegurar ganancias continuas. Otro estudio comprobó que los dominios del ABAS-II (conceptual, social y práctico) en mujeres con TEA tienden a ser menores que los hombres en edades más avanzadas (16)(22).
Este artículo aporta información, respecto a que a mayor edad existe menor asociación en las habilidades del dominio conceptual (comunicación, académicas funcionales y autodirección), social y prácticas, las que poseen una relación que disminuye en las categorías de mayor edad. Esto complementa la idea que el funcionamiento adaptativo aumenta desde la primera infancia hasta la edad adulta en individuos con desarrollo típico(6) y que las calificaciones se correlacionan más fuertemente con el comportamiento social en edades más tempranas(23). Lo que da a suponer que existen una menor relación entre habilidades conceptuales y sociales a medida que los estudiantes avanzan en su vida académica.
De hecho, la literatura argumenta que algunos hábitos podrían generar un mayor rendimiento académico en escolares, entre ellos: lectura en casa, acompañamiento familiar, la alimentación sana y nutritiva, la estimulación temprana o educación prescolar, el hábito de estudio, el hábito preescolar de dominar dos idiomas y, el descanso y sueño adecuado(24), así como también la importancia de desarrollar habilidades de autorregulación desde los primeros años para mejorar el desempeño académico como el éxito futuro en diferentes ámbitos(25) . Dando a entender que las habilidades sociales, en términos de relaciones entre amigos y compañeros de escuela no son factores relevantes en el éxito académico.
Asimismo, se reporta que el poder explicativo de las habilidades sociales en términos de asertividad, empatía, enfoque emocional y estresores escolares referentes a la tensión relacionada al papel del estudiante, solo predicen el 18% del desempeño escolar(26)(27)(28)(29).
Por lo tanto, el ABAS-II es un instrumento útil para evaluar los comportamientos conductuales y sociales en poblaciones escolares, entregando datos que se pueden utilizar como indicador al momento de diagnosticar e intervenir en poblaciones que presentan notables diferencias entre las habilidades conceptuales y sociales, ya que de esta manera se podría hacer un seguimiento continuo para que los estudiantes logren una formación más integral por medio de diversas estrategias ejecutadas por los docentes de turno.
Conclusiones
El cuestionario ABAS-II versión Estudiantes - Profesores, aplicado en escolares con desarrollo típico en establecimientos educativos públicos de Chile, presentó diferencias estadísticamente significativas en todas las habilidades vinculadas a los dominios (conceptual, social y práctico), cuando son comparadas por rangos etarios, sin embargo, cuando se compara por sexo no existen diferencias. Se observaron correlaciones positivas altas en el grupo de menor edad, disminuyendo en el grupo de mayor edad, principalmente en los dominios conceptual y social. Dichos hallazgos son un aporte para futuras investigaciones, intervenciones y políticas públicas vinculadas al ámbito educativo, considerando que estos resultados avalan al cuestionario ABAS-II en su versión Estudiantes-Profesores, para ser usado en la evaluación, seguimiento y planificación de intervenciones de la CA en la etapa escolar de niños con desarrollo típico. Por lo tanto, las futuras perspectivas orientan a seguir estudiando el comportamiento psicométrico del instrumento en la población chilena, usando una mayor muestra de estudiantes y contemplando el uso de los otros cuestionarios del ABAS-II.
En síntesis, esta investigación podría contribuir al marco legal, que establece el Decreto Supremo Nº170 con respecto a la realización de un Proceso Diagnóstico Integral, fijando normas para determinar los alumnos con necesidades educativas especiales que serán beneficiarios de la subvención para educación especial(10). Además, del Decreto Exento Nº 83 cuyo propósito es la Diversificación de la Enseñanza y Adecuaciones Curriculares, dando criterios y orientaciones de adecuación curricular para estudiantes con necesidades educativas especiales de Educación Parvularia, Educación Básica e integración escolar de alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales(11) y de las orientaciones prácticas que establecen cómo implementar este último documento en el aula(12). No obstante, falta información sobre qué instrumentos se deben utilizar en niños con desarrollo típico para tener parámetros medibles de la conducta adaptativa, que permitan generar de manera oportuna los apoyos que sean necesarios y de este modo maximizar los efectos positivos que el sistema educativo puede brindar, sobre todo a estudiantes que provienen de medios socio culturales menos favorecidos.
Finalmente, las limitaciones de este estudio fueron no haber considerado todas las habilidades que contempla el cuestionario ABAS-II (empleo), el número de estudiantes evaluados, los informantes fueron solo profesores y la selección de la muestra fue por conveniencia. Aunque también presenta una serie de ventajas, por ejemplo, amplio rango etario y uso de datos segmentados por sexo y edades agrupadas, para observar las diferencias que hasta el momento del envío de este artículo no habían sido reportadas en el contexto nacional.