Estimada editora:
En referencia a la revisión de Moreno-Zambrano y colaboradores (1), que muestra de forma detallada, precisa y concisa las manifestaciones neurológicas del SARS-CoV2 y el potencial neurotrópico de esta infección. También se considera de la misma manera en el trabajo de Cortés, ME (2). Los dos trabajos anteriormente mencionados fueron publicados en el número más reciente de esta revista. Al momento de la publicación de estos trabajos sobre la afección neurológica en relación al SARS-CoV2 se había descrito principalmente en adultos y adultos mayores. En la actualidad, también se han descrito manifestaciones neurológicas en pediatría. Dong y colaboradores (3), realizaron un estudio retrospectivo, con 2135 casos y edad promedio de 7 años, que describe principalmente clínica leve-moderada (90%) y mayor severidad en menores de un año. Respecto a los síntomas neurológicos destacaron la aparición de encefalopatía en los pacientes con situación clínica crítica. El estudio no proporcionó detalles de los pacientes con clínica neurológica. Dugue y colaboradores (4), reportaron a un infante de 6 semanas de vida, previamente sano, sin antecedentes perinatológicos de interés, que presentó fiebre, tos y dos crisis febriles, sin encontrar el agente en líquido cefalorraquídeo (LCR) tras realizar reacción en cadena de la polimerasa (PCR - polymerase chain reaction). Parri y colaboradores (5) en un estudio multicéntrico de Italia, describieron 130 casos de niños confirmados con COVID-19, encontraron manifestaciones neurológicas como alteración del estado de consciencia (somnolencia y agitación) en 4/130 (3%) y crisis febriles en 2/130 (1.5%), no detalla las edades, ni la realización de PCR en LCR. Cai y colaboradores (6), en una serie de 5 casos con diagnóstico de neumonía por COVID-19, describieron a un niño de 8 meses cuyo motivo de consulta fue una crisis epiléptica sintomática aguda en el contexto de hematoma subdural secundario a trauma craneoencefálico, en el que tras detectar la fiebre ampliaron el estudio que permitió diagnosticó neumonía por COVID-19. También será importante vigilar el impacto neuropsicológico que pueda tener la infección por SARS CoV-2 en los niños, además del mayor riesgo de tener cuadros más severos en los afectados por enfermedades neurológicas crónicas preexistentes (7). Debemos realizar una búsqueda activa de signos/síntomas neurológicos para poder detectar el posible impacto sobre el neurodesarrollo en este grupo de edad.