Mujer de 36 años, diestra, sin antecedentes perinatales de interés, ni patológicos previos, no crisis febriles y desarrollo psicomotor normal. Inició con crisis epilépticas a los 28 años. Presenta dos semiologías; la primera con aura deja vú, seguido mareo y sensación de que “se cae en un túnel” de pocos segundos de duración y el segundo tipo, precedido o no de aura y seguido de desconexión del medio, mirada primaria, automatismos bilaterales en manos, de minutos de duración. Ocasionalmente presenta evolución tónico-clónica bilateral. La evaluación neurológica no evidenció déficit focal. La carbamazepina permitió una reducción parcial de las crisis, menor al 50%. La suspendió durante el embarazo por decisión propia. Posteriormente se utilizó levetiracetam sin obtener control, y se añadió lamotrigina persistiendo las crisis epilépticas. El electroencefalograma interictal registró actividad theta intermitente en la región temporal bilateral independiente, predominantemente en el lado izquierdo y escasas ondas agudas en la región temporal derecha (Figura 1). La resonancia magnética cerebral de 1.5 Teslas evidenció una malformación arteriovenosa (MAV) localizada en el lóbulo temporal derecho con nutrición del segmento M2 de la arteria cerebral media y drenaje venoso cortical superficial y profundo tributarios hacia el segmento sagital superior y vena cerebral interna ipsilateral (Figura 2a y 2b). Los hallazgos semiológicos y electrofisiológicos son compatibles con epilepsia del lóbulo temporal de etiología estructural (1). Se propuso abordaje con radiocirugía pero la paciente rechazó. La localización del lóbulo temporal corresponde aproximadamente al 19% de todos los casos de MAV y cuando existe compromiso extenso del drenaje venoso cortical se pueden desarrollar crisis epilépticas como el caso de la paciente (2)(3). (Figura 2)