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Ñawi: arte diseño comunicación

versión On-line ISSN 2588-0934versión impresa ISSN 2528-7966

Ñawi vol.7 no.1 Guayaquil ene./jun. 2023

https://doi.org/10.37785/nw.v7n1.a10 

Artículos originales

Análisis y documentación del flujo migratorio de Bahía de Caráquez, del siglo XIX al XXI

Analysis and documentation of migratory flow of Bahia de Caraquez, from 19th to 21st century

Nicolás Alejandro Pablo Otero1 
http://orcid.org/0000-0002-2218-9858

1Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), Guayaquil, Ecuador. npablo@espol.edu.ec


RESUMEN:

Este proyecto intenta exponer el desarrollo migratorio de la ciudad de Bahía de Caráquez, desde el siglo XIX, hasta la actualidad. La investigación de este tema busca presentar algunos indicadores clave, como el flujo migratorio, sus cambios demográficos y sus acontecimientos más importantes, a través de un documental, el cual señala quienes fueron los primeros migrantes y los grupos familiares extranjeros más notables. También busca exponer otros acontecimientos, como el movimiento telúrico del año 2016 que causó una drástica disminución de la población. El objetivo principal del proyecto es presentar toda esta información al público general y a las personas que estén interesadas en el tema, para que pueda ser accesible tanto en proyecciones, como en las redes sociales, y que, con el uso de las técnicas de posproducción, logre mostrar todos estos hechos migratorios de manera cronológica, visual, atractiva y amigable.

Palabras claves: Historia; cultura; Bahía de Caráquez; Manabí; migración

ABSTRACT:

This project tries to show the migratory development of the city of Bahia de Caraquez, from the 19th century to the present. The investigation of this topic seeks to present some key indicators, such as the migratory flow, its demographic changes, and its most important events, through a documentary, which narrates who were the first migrants and the most notable foreign family groups. It also seeks to expose other events, such as the earthquake of 2016 that caused a drastic decrease in the population. The main objective of the project is to present all this information to the public and to people who are interested in the subject, so that it can be accessible both in projections and on social networks, and that, with the use of post-production techniques, manage to show all these migratory facts in a chronological, visual, attractive and friendly way.

Keywords: History; culture; Bahia de Caraquez; Manabi; migration

1. INTRODUCCIÓN

Bahía de Caráquez ha estado conformada por varias familias de origen extranjero, entre ellas, libanesas, palestinas, italianas, croatas, francesas y turcas. Varios factores, como la colonización europea, la búsqueda de nuevas oportunidades comerciales y los estragos de conflictos políticos, dieron como resultado un incremento migratorio en la zona norte de Manabí (provincia de Ecuador).

Ante la falta de información consolidada que narre estos hechos, surgió la necesidad de realizar una investigación que estudie profundamente este fenómeno migratorio. Posteriormente, los datos recopilados serían presentados bajo los lineamientos de una edición audiovisual, con herramientas de posproducción, como la animación digital y la corrección de color, y como resultado final, se presentará un breve documental histórico, que explique todos estos acontecimientos de manera gráfica y amigable.

2. Metodología

El tipo de investigación, por su alcance es descriptiva, porque según Roberto Hernández-Sampieri y Christian Mendoza (2018), busca estudiar propiedades, características y el perfil de una comunidad, en otras palabras, son los acontecimientos y lugares propios de la ciudad en donde se ha desarrollado todo este fenómeno poblacional.

Este proyecto tiene un enfoque cualitativo, y se utilizará el método de observación. Además, se complementará el diseño metodológico con técnicas como entrevistas a expertos y pobladores; también se realizará el levantamiento de información histórica. Para el caso de las entrevistas, previamente se identificaron a las personas expertas sobre el tema histórico de la ciudad de Bahía de Caráquez. En cuanto al levantamiento de información, se usaron fotografías, libros y otros archivos históricos que hacen referencia a los acontecimientos relevantes del tema.

3. Marco Teórico

3.1 El documental y sus orígenes

Existen varios conceptos que describen al documental. Magdalena Sellés (2016), aunque su estudio es difícil de abarcar, sostiene que un documental trata de mostrarnos una realidad social, desde el punto de vista del autor, quien es el que organiza todo su material para selección a puesta en escena. Entre otras coordenadas, Manuel Gómez Segarra (2016) expresa que un documental no se trata de sólo realizar un reportaje, informar, o recopilar documentos, sino que también se debe contar una historia.

Interpretar estas aportaciones, pueden ayudar a comprender mucho mejor el fin de un documental. Ambas coinciden en que un documental debe relatar una realidad, por lo tanto, el documental, con todo su material organizado, debe narrar, no sólo mostrar esa situación.

Una breve reseña del documental relatada por Sellés (2016), sugiere remontarnos al 28 de diciembre de 1895, con una proyección de varios filmes que los hermanos Lumière presentaron en el Salón Indicen del Grand Café, en París. Según Sellés, estos hermanos buscaban registrar elementos de la realidad, por lo tanto, estos films serían fragmentos de esa realidad. Esta proyección, según añade Kemp (2021), se llamó La sortie des usines Lumière. Conocer este evento es clave, porque refuerza la idea de la realidad representada por los documentales, al igual que los audiovisuales futuros.

Sellés también asegura que el director John Grierson, uno de los primeros influyentes documentalistas del cine, llamó a Robert Joseph Flaherty como el “padre del documental”, ya que el primer trabajo de este último director fue Nanuk, el esquimal (1922), un documental mudo que buscó proyectar el punto de vista de Nanuk, quien buscaba sobrevivir a través de la caza.

Para concluir, tomando como referencia todas estas definiciones y esta reseña, se puede entender que un documental es una obra audiovisual que narra una realidad social, pero desde el punto de vista de su autor, quien no busca realizar un simple reportaje, sino proyectar esa situación, sustentada con material que ha sido previamente recopilado a través de una investigación, y llevarla a un nivel artístico para llegar a un gran número de personas, quienes probablemente podrían empatizar con la obra, gracias a esas técnicas artísticas aplicadas al film.

3.2 Tipos de documentales

Para comprender la clasificación de los documentales, hay que tomar en cuenta lo que sostiene Vincent Pinel (2009), quien afirma que no hay que referir al documental como un solo género, sino como una gran familia que se ramifica según la diversidad de su contenido, sus formas y sus géneros.

Por otro lado, María Pinto Molina (2011), sugiere y explica la siguiente clasificación: el documental social, que trata una realidad social; el reportero, que utiliza técnicas de reportaje para fortalecer su investigación; el explorador, cuyo objeto de estudio es un entorno social, hallado en la diversidad cultural; el de invención, el cual, a pesar de ser catalogado como ficción, no se aleja completamente de la realidad; el cronista, que se rige de los hechos de la realidad, desde un punto de vista objetivo; el verité, que muestra una situación social común; el de naturaleza, que proyecta la vida misma en el ecosistema natural, con fines educativos y científicos; el contemporáneo, el cual protagoniza al material audiovisual de la obra (imágenes, sonidos y música) para que la audiencia interprete el mensaje; el científico, el cual tiene intención educativa y didáctica; y finalmente el histórico, que intenta proyectar acontecimientos del pasado, a través de archivo bibliográfico.

En resumen, un documental no es un solo tipo de género, sino que se clasifica según su intención y su contenido. Esta clasificación es necesaria, porque ayuda a identificar qué tipo de documental es el proyecto audiovisual que saldrá como resultado de esta investigación. Por lo tanto, tomando como referencia lo expuesto por Pinto, se puede catalogar este proyecto como un documental histórico, porque narra acontecimientos del pasado. En el punto 3.3 se profundizará su definición.

3.3 El documental histórico

Para reafirmar el concepto de un documental histórico, Nila Bermúdez (2010) lo define como la construcción de un proyecto audiovisual, que consiste en recrear hechos históricos, a través de un material de archivo (fotografías, grabaciones de video o audio, testimonios, documentos), y que deben estar organizados mediante una narrativa y de la edición.

También afirma que, para elaborar un documental, se debe haber realizado una investigación profunda del tema, y también debe estar conformado por los siguientes elementos: material audiovisual de archivo, reconstrucciones con actores o con arte digital, la narración del locutor que explique el tema, la participación de quienes han sido parte del proceso histórico o de la memoria familiar, la narración de historiadores y otros especialistas que aporten con su conocimiento y también con su punto de vista, y sonidos originales de archivo, o bien, de lugares actuales donde sucedieron los hechos.

Bermúdez clarifica pertinentemente el concepto de un documental histórico, porque expone su arquitectura y su propósito como obra audiovisual, y detalla cada uno de sus elementos y cómo deben ser utilizados. Toda esta definición ayuda al realizador cinematográfico a presentar, de manera correcta y sin alejarse de la idea práctica, un proyecto de documental histórico.

3.4 Edición audiovisual

En los puntos anteriores, nos hemos referido al documental histórico como una narración, cuyo material debe estar ordenado. Precisamente, José Martínez y Federico Fernández (2010), aseguran que, tomando como antecedente que una obra audiovisual cuenta con tres etapas (preproducción, producción y posproducción), la tercera fase, la de la posproducción, se encargaría de trabajar con la edición y montaje; y de ser el caso, con efectos digitales para el proyecto.

Según Martínez y Fernández, la edición es el proceso de identificar y reordenar todo el material recopilado del producto audiovisual, para que tenga sentido, para que sea lógico y para que su mensaje sea comprensible. Debe tener expresividad, y para lograrlo, se debe sonorizar los videos correspondientes, ya sean con sonidos ambientales o musicales.

Esta definición es fundamental, porque deja bastante claro cuál sería la tarea del editor, ya que nos indica que es el responsable de escoger el material audiovisual capturado en la etapa de la producción, para llevarlo al proceso de edición y montaje, reordenándolo según lo que se busca proyectar.

3.5 Tareas de la posproducción

La posproducción comprende tareas que, como sostiene Mariola García-Uceda (2011), en ciertos casos intentan corregir los errores cometidos durante la etapa de la producción. Una de ellas, y la más importante, es la de la edición y montaje, por ser un proceso clave para todo el flujo de trabajo, cuya definición está argumentada en el anterior epígrafe. María Bestard (2011) añade la tarea del montaje musical. Señala que su función es elegir los sonidos y los temas musicales más acordes a la imagen en escena y a lo que se necesite comunicar.

Nuevamente, Martínez y Fernández enfatizan en los efectos especiales, los cuales, los clasifican de la siguiente forma: la rotoscopía, las lluvias artificiales, las explosiones y las gráficas realizadas por computadora. En el caso de la posproducción, se toma en cuenta este último elemento, por ser una tarea añadida posterior a la producción, y como menciona Martínez y Fernández, también cuenta la animación digital. Otra fase muy importante en la posproducción es la corrección de color, tal y como añade García-Uceda.

Después de recopilar estas definiciones, se puede aclarar que las tareas de la posproducción tienen funciones diferentes, pero comparten el mismo fin, el cual, no sólo es corregir el material obtenido en la producción, sino también manipularlo según lo que el resultado final requiera. De ser el caso, también se puede incluir la tarea de animación digital, la cual será importante para realizar este proyecto audiovisual, porque ayudará a graficar algunos índices que resultarían de la investigación.

4. Desarrollo

4.1 Descripción del contexto

Aunque es posible recurrir a testimonios, a libros y a otros textos que revelen información sobre el desarrollo histórico del flujo migratorio de Bahía de Caráquez, actualmente no existe un documento compilado que recoja todos estos datos, ni mucho menos un registro audiovisual sobre el tema. Por otro lado, los expertos, que han estudiado durante años el tema, y que pueden explicar fielmente los hechos, ya son adultos mayores, por lo que es muy probable que la población joven no conozca estos acontecimientos.

Hay que considerar que, tomando como referencia lo relatado por los historiadores Gustavo Hidalgo (2022) y Graciela Moreno (2022), la ciudad ha sufrido altos y bajos en su desarrollo, sin embargo, en la actualidad ya sólo quedan más de 3000 habitantes, evidenciando una dramática disminución poblacional que sufrió la ciudad, causada por el terremoto del año 2016 (Figura 1). Hidalgo comentó que, este sismo también provocó la pérdida de muchos documentos históricos de su propiedad.

Debido a lo expuesto anteriormente, es difícil encontrar información histórica sobre la migración de la ciudad, por lo tanto, surge la necesidad de presentar un registro audiovisual que presente todo este contenido.

Figura 1 Los historiadores entrevistados, el Sr. Gustavo Hidalgo y la Sra. Graciela Moreno. Fuente: autoría propia, 2022. 

4.2 El documental como herramienta de difusión del flujo migratorio de Bahía de Caráquez

Se sugiere realizar un documental histórico, para que el público interesado, en especial jóvenes y otras personas familiarizadas con las nuevas tecnologías de comunicación, pueda acceder fácilmente a este audiovisual. No se sugiere desarrollar una serie web, ya que habría que realizar un estudio más profundo de los datos históricos, como el desarrollo cronológico de cada una de las familias extranjeras, y hay que tomar en cuenta que, según Hidalgo, muchas de estas familias ya no están presentes en la ciudad, y recopilar información más detallada sobre ello, generaría mayor tiempo y costo, sin embargo, un documental presentaría un compilado resumido, fácil de comprender. Esta investigación, además de los historiadores mencionados, también contará con la participación de cuatro miembros familiares, cuyos antepasados fueron parte de esta migración. Los miembros serán el Sr. Horacio Bellettini, el Sr. Pedro Otero, la Sra. Gladys Saker y la Sra. Norma Uscocovich.

4.3 Flujo migratorio de las familias extranjeras de Bahía de Caráquez

4.3.1 Antecedentes

Según lo narrado por el historiador Gustavo Hidalgo (2022), hay que considerar que la primera expedición que llegó a la localidad que actualmente es Bahía de Caráquez, fue realizada por el español Bartolomé Ruiz, en 1526, quien se refirió al lugar como una bahía hermosa y que se podían observar unas mil casas de más de cuatro metros de altura, sin embargo, luego de otras expediciones, los españoles descubrieron que la zona ya contaba con algo de educación, artesanías y riquezas. Posteriormente, Pedro de Alvarado, cuñado del rey Carlos V de España, llegó a la bahía, con el fin de saquearla e incendiarla.

Después de un primer intento de fundación en 1562, cuyo desarrollo urbano fracasó por una epidemia de sífilis en 1595, el Dr. Antonio de Morga, presidente de la Real Audiencia de Quito, quería fundar un puerto cercano a Quito, y crear una carretera que los uniera. Fue así como José de Larrazábal, bajo instrucciones de Morga, logró terminar dicho tramo y fundó el puerto como “San Antonio de Morga de la Bahía de Caráquez” en marzo de 1624, sin embargo, a pesar del éxito de la carretera, por quejas de los comerciantes en el puerto de Guayaquil, el virrey de Lima ordenó abandonar este puerto y cerrar su vía terrestre, interrumpiendo su desarrollo en 1629.

4.3.2 Primeros asentamientos

En 1832, se asentó el primer español don Félix Estrada de Versalles, quien encontró en Bahía de Caráquez, una caleta de pescadores y con una hacienda, propiedad de doña Juana Santos y de don Mariano Jiménez. Construyó lo que sería la primera casa extranjera, ubicada en el malecón, en la esquina de la actual calle Antonio Ante.

La historiadora Graciela Moreno (2022) añade que, tras la separación como parroquia del cantón de Montecristi, Bahía comenzó a desarrollar una creciente actividad económica, atrayendo a comerciantes de Charapotó, de Rocafuerte, y del mismo Montecristi, en especial, cuando celebraban ferias mensuales, en las que también arribaban barcos. La demanda de productos como el cacao, la miel, el caucho y las maderas finas también incrementó el comercio local, a tal punto de atraer mercancía extranjera.

El Sr. Hidalgo menciona que Charapotó sufrió un incendio aproximadamente en 1860, el cual obligó a las familias más pudientes a migrar a Bahía, entre ellas europeas, como la familia Centeno, de origen español. Asegura que otras familias, como los Santos, los Rivero, los Zambrano y los Hidalgo, también fueron las primeras que llegaron al puerto.

Por todos estos factores, la migración proveniente de los pueblos mencionados hizo que Bahía alcanzara un número poblacional de, según sostiene Moreno, unos 800 habitantes, en el año 1867 (Figura 2).

Figura 2 Bahía de Caráquez, entre 1850 y 1900. Fuente: Graciela Moreno. 

4.3.3 Desarrollo y auge social

Según lo relatado por la Sra. Moreno, son muchas las causas que lograron el incremento del desarrollo poblacional en Bahía. La principal fue el puerto mismo, el cual era un importante medio de transporte de mercancía y de personas. El Sr. Hidalgo sostiene que, gracias a este puerto, se logró una masiva importación y exportación de productos como el cacao, el café, la copra y tagua. Esta última, según Hidalgo, es un marfil vegetal cuyas características sólo se encuentran en la zona norte de Manabí, y que, por tal razón, Bahía de Caráquez se había convertido en el mayor exportador de tagua del mundo. Al menos, cada tres días, entraba un buque, y a la semana, transportaba entre 8.000 y 10.000 quintales de todos estos productos. En cuanto a la tagua, narra que fue llevado a Alemania por don Manuel Córdova, y a partir de ese entonces, ese país se convirtió en el mayor importador de tagua, seguido por Italia, e Inglaterra. Incluso, gracias a la apertura del Canal de Panamá, llegaban buques directamente desde Hamburgo.

También relata que, el puerto logró que la educación se desarrollara rápidamente en Bahía a partir de finales del siglo XIX, debido a que, en aquella época, era más fácil enviar a los hijos de aquellos habitantes a que se eduquen en ciudades extranjeras y mejor desarrolladas como California, Illinois, Nueva York, y a otras ciudades de Europa. Esto gracias a los buques, que les tomaba entre cinco a seis días llegar a Estados Unidos; a diferencia de las ciudades en Ecuador, cuyo recorrido de Bahía a Guayaquil (por barco) y de Guayaquil a Quito, podía durar hasta 18 días en total.

Cabe mencionar que, según Pedro Otero (2022), descendiente de la familia colombiana Otero, narra que su bisabuelo llegó desde Colombia, y se dedicó a ser profesor. De hecho, asegura que muchos colombianos llegaron a la zona norte de Manabí, para ser educadores y que, en muchos casos, fueron contratados por hacendados para enseñar a sus hijos de manera particular.

Por otro lado, Hidalgo y Moreno concuerdan que, a finales de siglo XIX, hubo una migración masiva de colombianos, debido a una crisis política en su país. Según Hidalgo, aproximadamente 60.000 colombianos llegaron a Ecuador para huir de la persecución política por parte de los conservadores que castigaban a los liberales y la mayoría migró a Manabí. Añade que la familia Otero llegó a Bahía aproximadamente en los años sesenta de siglo XIX, lo que hizo que fuera una de las primeras en asentarse. Hidalgo también menciona a las familias colombianas Rojas, Bernal, Becerra y Palau.

De esta última familia, destaca el Sr. Ignacio Palau, quien, según Moreno, tuvo la ambiciosa idea de implementar el primer ferrocarril en Bahía (Figura 3), cuyo presupuesto, según Hidalgo, demandaba unos 300.000 sucres, sin embargo, este dinero no fue desembolsado debido a la influencia política opositora de Guayaquil, que estaba presente en algunas autoridades gubernamentales. No obstante, en 1895, Eloy Alfaro asumió la presidencia y ordenó directamente los estudios y la contratación del ferrocarril Bahía-Chone-Quito. Fue así como este proyecto inició en 1909, y según Moreno, con la ayuda de un cuerpo de ingenieros franceses que también se asentaron en Bahía. Añade que, con la presencia del ferrocarril, Bahía de Caráquez se volvió un puerto interesante, donde habría mucho futuro, y por tal razón, se convirtió en el centro donde convergían todos los productos de la zona, para exportarlos a través de los buques extranjeros.

Figura 3 El ferrocarril en Bahía de Caráquez. Fuente: Graciela Moreno. 

Retomando el tema del desarrollo de la educación en Bahía de Caráquez, Hidalgo relata que, el obispo de Portoviejo, Pedro Schumacher, de origen alemán, ordenó en 1886 la construcción del colegio “Liceo Mercantil” (más tarde sería el “Liceo Pedro Carbo”, y finalmente el colegio “Eloy Alfaro”), y del colegio “Liceo Montufar” (Figura 4). Eran los dos primeros centros educativos público-privados en Bahía. El primer colegio fue regentado por, según Moreno, oblatos franceses. Argumenta que, por esta razón, muchas familias de la zona norte de Manabí migraron hacia Bahía de Caráquez para recibir una mejor educación.

Figura 4 El colegio “Liceo Mercantil” (i) y el colegio “Liceo Montufar” (d). Fuente: Graciela Moreno. 

Sin embargo, también la creciente economía, no sólo atrajo a los comerciantes locales. Moreno sostiene que, como Bahía ya era el segundo puerto exportador del Ecuador, fue llamando la atención de los extranjeros que vivían del comercio. Este fenómeno comercial logró que algunas familias europeas se asentaran y construyeran negocios. Aunque una de las casas comerciales más fuertes era la de los Jalil, familia libanesa bastante influyente en la ciudad que provenían de Chone, también funcionaba otra casa comercial muy importante, la casa Tagua, formada por familias alemanas, que importaban productos extranjeros a la ciudad (Figura 5).

Figura 5 La Casa Jalil (i) y la Casa Tagua (d). Fuente: Graciela Moreno. 

Dentro de esta migración, también se consideraron a las familias árabes con visión comercial. Entre ellas, destacaban las turcas, sirias, palestinas y libanesas. Los miembros de la familia Saker, que, según la Sra. Gladys Saker (2022), la última de sus descendientes en Bahía de Caráquez, eran y son amantes del comercio al igual que ella. Su abuelo Rashid Saker (Figura 6), de 18 años, huyó de la Primera Guerra Mundial y viajó desde el Líbano (en ese entonces Imperio Otomano) en un barco hacia Guayaquil en 1916, y después de casarse con una mujer libanesa, Hortencia Adum (Figura 6), por cuestión étnica y por obtener la nacionalidad ecuatoriana, se dedicaron a la venta de telas y, posteriormente, recorrieron gran parte de país siendo comerciantes. Aproximadamente en 1922, los hijos de esta pareja (tíos y padre de la Sra. Saker) decidieron asentarse en Bahía porque, según Saker, a su tío Jorge le encantó el puerto.

Figura 6 Hortencia Adum (i) y Rashid Saker (d). Fuente: Gladys Saker. 

Otra familia europea, que influyó mucho en la economía de la antigua ciudad, era la de los Uscocovich. Norma Uscocovich (2022), descendiente directo, relata que su bisabuelo Gregorio Uscocovich (Figura 7), proveniente de Dubrovnik, Croacia (en ese entonces Imperio Austrohúngaro), era teniente de la marina mercante y trabajaba en una naviera de la misma ciudad. Posteriormente obtuvo el grado de capitán y comenzó a recorrer la costa sudamericana, llegando primero a Argentina, hasta finalizar en Perú. Fue en la ciudad de Lima donde se enteró de las excelentes cosechas de cacao en la zona norte de Manabí, y decidió viajar a Bahía de Caráquez en el año de 1882. Primero construyó una hacienda productora de cacao cercana a Chone, luego trajo a sus hermanos Miguel y Santiago Uscocovich a finales de 1884, y en diciembre del año 1889 abrió una casa comercial exportadora de productos nacionales e importadora de artículos europeos en Bahía, encargando a Santiago su administración, mientras que, a Miguel, el manejo de la hacienda. Posteriormente, en 1891, regresó a Dubrovnik y se casó con Nicolasa Beuta (Figura 7). Años después, se asentaron definitivamente en Bahía, con nueve hijos.

Figura 7 Nicolasa Beuta (i) y Gregorio Uscocovich (d). Fuente: Norma Uscocovich. 

Por otro lado, el Sr. Horacio Bellettini (2022), descendente directo de la familia italiana Bellettini, narra que su abuelo, Luis Bellettini, un oficial de alto rango de la Marina Italiana, envió a su hijo Umberto Bellettini (Figura 8), a visitar un familiar médico radicado en Guayaquil. Este pariente era colega del Dr. Virgilio Ratti, un notable médico radicado en Bahía de Caráquez, y al ver que, entre Guayaquil y Bahía existían varios barcos que hacían servicio de cabotaje y carga, decidió viajar en uno de ellos para ir de vacaciones, llegando en 1926 y siendo recibido por el Dr. Ratti. Sin embargo, después de conocer a doña Margarita Zedeño (Figura 8) en Bahía, sin mencionar que le gustó mucho el lugar, terminó asentándose, para luego, especializarse en la producción de fideos, de caramelos, y posteriormente, crear una fábrica de fideos llamada “La Milanesa”. Aprovechó la facilidad del ferrocarril y del mismo puerto para exportar este producto a toda la zona norte de Manabí.

Figura 8 Margarita Zedeño (i) y Umberto Bellettini (d). Fuente: Gabriel Bellettini. 

Por todo lo anteriormente mencionado, se puede evidenciar que, en Bahía de Caráquez, la presencia de familias extranjeras era notable, la cual, según Moreno, permaneció desde el último tercio del siglo XIX, hasta el primer tercio de siglo XX. Moreno añade que, Bahía ya era una ciudad europeizada y contaba con un nivel de educación bastante superior, el cual hizo que sea diferente culturalmente al resto de las localidades de la zona norte de Manabí, sin mencionar que hasta surgieron algunos clubes, como el de caza y pesca, el de tiro, el náutico, y el de tenis (Figura 9). Hidalgo asegura que esta mezcla cultural dio origen al motivo por el cual, la gastronomía manabita es catalogada como una de las mejores de Latinoamérica. Moreno también sostiene que, gracias a la facilidad de transporte del puerto, algunos bahieños lograron recurrir a la educación extranjera, lo que influyó en la política de la ciudad, debido a que, los que manejaban el municipio, eran graduados en Estados Unidos y en Europa.

Figura 9 Bahía Tennis Club, fundado en 1922. Fuente: Graciela Moreno, tomada en 2019. 

Gracias al puerto, libros, revistas y periódicos del extranjero también llegaban con mucha facilidad, los cuales eran leídos por los bahieños, enterándose de los acontecimientos más recientes de Europa o Estados Unidos, como la moda, la tecnología, la arquitectura, entre otros temas, y como resultado de la fácil importación de productos extranjeros, Bahía contaba con mercadería novedosa como cámaras fotográficas, máquinas de escribir, artefactos para el hogar, enlatados europeos, etc. Incluso la iglesia de la ciudad (Figura 10), cuyo financiamiento para su construcción fue donado por don Alberto Santos Hevia, según Hidalgo, sus planos fueron diseñados en California, y los materiales para dicha construcción provenían de Estados Unidos.

Figura 10 Iglesia La Merced, inicios del siglo XX. Fuente: Graciela Moreno. 

Hidalgo también sostiene que, gracias a esta masiva concentración extranjera, Bahía de Caráquez contó hasta con 14 consulados extranjeros, todos ellos con sede en la casa de la familia Santos, y que no estaban en otro lugar del país. Incluso, asegura Hidalgo, que fue ahí donde se fundó el primer consulado americano de América Latina, por tal razón, esta casa es comúnmente conocida como la “Casa Americana” (Figura 11). Entre los cónsules que el Sr. Hidalgo menciona, eran don Alberto Santos Hevia, cónsul de Estados Unidos y de China; y don Lorenzo Tous (francés), cónsul de Francia e Inglaterra. Entre otros consulados, se encontraban los del Líbano y Siria, de Panamá, y también de España.

Figura 11 La Casa Americana, a inicios del siglo XX. Fuente: Andrea Quijije. 

Rodolfo Chávez (1947), menciona a un grupo de notables de Bahía de Caráquez, algunos extranjeros. Entre ellos: don Stavros Dimitrakis y don Céfiro Constantino, provenientes de Grecia: don Vicente Becerra, don Camilo Solís y don Fabio Fernández, de Colombia; don Hugo Dierck, de Alemania; don José Marazita, de Italia; don Juan Sperack, de Austria; y don Pedro Discomps, de Francia.

4.3.4 Declive migratorio

Tras un importante auge del comercio en Bahía de Caráquez, Moreno (2022) explica que, a partir de la década de los 30, varios sucesos provocaron el descenso lento de este desarrollo. Uno de ellos, fue la presencia de azolve en la bahía, el cual generaba varios inconvenientes a los buques durante el ingreso. Relata que, incluso un buque alemán lleno de pianos, se había varado en el puerto. Se creyó que estos instrumentos habían sufrido daños permanentes (humedad) por este incidente, por lo que fueron abandonados en Bahía, no obstante, muchas familias adecuaron estos pianos en sus casas, dando como resultado a que los hijos de estas familias recibieran instrucción musical, en especial, los de los extranjeros. Según Moreno, no había casa que no tenga un piano en la ciudad.

Otro importante factor que desencadenó este declive fue la presencia de plagas en la zona norte de Manabí. Moreno narra que, estas plagas cortaron la producción fluida del cacao, por lo que el comercio cayó repentinamente.

Seguido de este hecho, el estallido de la Segunda Guerra Mundial provocó que algunos extranjeros dejaran el país, en especial las familias alemanas. Hidalgo (2022) sostiene que, a pesar de que Ecuador no tenía conflicto con los aliados o con el Eje, el entonces presidente Carlos Arroyo del Río, decidió aliarse de manera sumisa con el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, lo que dio como resultado la expulsión de las familias alemanas, italianas y japonesas del país, y también la confiscación de sus bienes y de sus propiedades. En cuanto a Bahía, Hidalgo añade que, sin los alemanes, la casa Tagua fue perjudicada y la comercialización de sus productos como el cacao, la tagua, el café y la balsa, cayó tanto que la mercadería tuvo que ser rematada a compañías americanas, con precios extremadamente bajos.

Posterior a la Segunda Guerra, Bahía vuelve a crecer comercialmente, pero, como menciona Moreno, ya no con el mismo auge de inicios del siglo XX. Hidalgo añade que, a partir de este nuevo periodo, los exportadores locales, como los Santos, los Delgado y los Balda, son quienes lograron levantar la economía de la ciudad, aunque ya no con la misma fortaleza de antes (Figura 12).

Figura 12 Vista parcial del muelle de Bahía y de la casa Nevárez Páez (d) a mediados del siglo XX. Fuente: Graciela Moreno. 

Moreno sostiene que este nuevo auge, que surgió también por el boom bananero, se mantuvo hasta la década de los 60, ya que, para esa época, hubo una fuerte crisis que obligó a muchos dueños de propiedades a venderlas. Menciona también otros factores, como la nueva presencia de plagas que acabó con el negocio del banano, el cierre del ferrocarril, e incluso la competencia del puerto de Manta, que ahora es uno de los más importantes del país. Para ese entonces, ya había una emigración de Bahía a Guayaquil. No obstante, el boom del camarón, que surgió en la década de los 70, y se mantuvo hasta los 90, generó un gran incremento económico en Bahía, tanto que hasta dio una perspectiva de que la situación iba a cambiar completamente para bien. Sin embargo, otra plaga, la Mancha Blanca, acabó con el sector camaronero.

Figura 13 Vista aérea de Bahía de Caráquez. Fuente: Graciela Moreno, tomada semanas antes del terremoto de 2016. 

Moreno comenta que, Bahía ha intentado sobrevivir con el sector turístico, pero por haber sufrido catástrofes naturales, como las inundaciones provocadas por el fenómeno climatológico “El Niño” entre 1997 y 1998, y dos terremotos importantes (uno en 1998, y el otro y más devastador, en abril de 2016), que no solo afectaron este sector gravemente, sino también al índice poblacional de la ciudad (Figuras 13 y 14).

Figura 14 La casa Nevárez Páez, después del terremoto de 2016. Antes de ser demolida (i), y después de dicha tarea (d). Fuente: Graciela Moreno. 

Según datos del censo obtenidos por el INEC en 2001, Bahía de Caráquez contaba con una población de 19.703 habitantes. En 2010, este instituto realizó otro censo, el cual reflejó un ligero incremento poblacional, llegando a los 20.921 habitantes (Figura 15). Sin embargo, Moreno relata que la iglesia de Bahía hizo un nuevo censo posterior al sismo de 2016 y reportó unos 3.800 habitantes. Asegura que este acontecimiento causó el mayor declive social de la historia de Bahía.

Figura 15 Índice poblacional de Bahía de Caráquez, de 1950 a 2010. Fuente: diseño propio. 

Hidalgo y Moreno mencionan que, actualmente en la ciudad, de las familias extranjeras ya sólo quedan muy pocas, entre ellas, los Uscocovich (Croacia), los Bellettini (Italia), los Pablo (Palestina), los Otero (Colombia), los Estrada (España), los Bernal (Colombia), una persona de la familia Dimitrakis (Grecia), y una sola persona (la Sra. Gladys) por parte de los Saker (Líbano).

5. CONCLUSIONES

Después de realizar esta investigación, se puede concluir que, durante este proceso, fue posible recopilar la información histórica referente al tema. Se encontraron fuentes bibliográficas, material fotográfico, e incluso se realizaron las entrevistas a los historiadores y a los miembros familiares para compilar todos estos datos y presentarlos en el documental histórico. Se logró filmar a los historiadores (Hidalgo y Moreno), y de los cuatro familiares, se obtuvieron testimonios de dos de ellos por video (Saker y Otero), y de los restantes, por notas de audio (Bellettini y Uscocovich), debido a que no estaba disponibles presencialmente.

Se encontraron hechos que expliquen sobre el desarrollo cultural e histórico de Bahía, y se logró presentar una infografía animada de las olas migratorias, presente en el proyecto audiovisual. Gracias a todo el material registrado, se cumplió con la realización del documental histórico sobre el flujo migratorio de Bahía de Caráquez, desde el siglo XIX, al siglo XXI, aplicando las técnicas de posproducción correspondientes.

De acuerdo con el método de la observación se demostró que, efectivamente, hubo un importante flujo migratorio en la ciudad, logrando un incremento en la economía y en la educación de la zona, hasta inicios del siglo XX. Se evidenció también que la ciudad sufrió un progresivo declive comercial a partir de esta última fecha, hasta la actualidad, que finalmente terminó en un dramático descenso poblacional, dejando a Bahía de Caráquez casi deshabitada.

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Recibido: 14 de Octubre de 2022; Aprobado: 15 de Noviembre de 2022

Magíster en Posproducción Digital Audiovisual, en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (2022). Ha colaborado con varios trabajos audiovisuales en cuanto al área de posproducción. También ha dirigido proyectos informativos, utilizando la técnica de la animación digital. Ha recibido reconocimientos por haber proyectado algunos cortometrajes, y también ha dictado charlas educativas sobre temas relacionados a la animación.

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