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Revista Chakiñan de Ciencias Sociales y Humanidades

versão On-line ISSN 2550-6722

Revista Chakiñan  no.18 Riobamba Set./Dez. 2022

https://doi.org/10.37135/chk.002.18.05 

Artículo de Investigación

LAS PRÁCTICAS SHAMÁNICAS DEL PUEBLO CHACHI EN EL NORTE DE ESMERALDAS, ECUADOR

THE SHAMANIC PRACTICES OF THE CHACHI PEOPLE IN THE NORTH OF ESMERALDAS, ECUADOR

1Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Departamento de Sociología y Estudios de Género, Quito, Ecuador, email: 1995torresjon17@gmail.com


RESUMEN

Se parte de la concepción del shamanismo como conjunto de creencias y prácticas tradicionales que aseguran la capacidad de curar enfermedades y también de generar el sufrimiento humano. En tal razón, las prácticas shamánicas constituyen parte esencial de los pueblos indígenas, al presentar una gama de dimensiones que estructuran la forma de ver y entender el mundo, desde el reconocimiento de la existencia de seres espirituales, hasta la creencia de espíritus que otorgan poder a los shamanes para hacer el bien y el mal. Este artículo tuvo como objetivo describir las prácticas shamánicas del pueblo Chachi del norte de Esmeraldas e identificar las relaciones entre la envidia y la brujería. Se empleó un enfoque cualitativo con un diseño de investigación etnográfica y un análisis explicativo a partir de relatos de los interlocutores. Los resultados mostraron que la población chachi realiza prácticas shamánicas con dos fines: mejorar la salud y hacer el mal.

PALABRAS CLAVE: Shamanismo; brujería; seres espirituales; rituales

ABSTRACT

It starts from the conception of shamanism as a set of traditional beliefs and practices that ensure the ability to cure diseases and generate human suffering. For this reason, shamanic practices constitute an essential part of indigenous peoples, presenting a range of dimensions that structure the way of seeing and understanding the world, from the recognition of the existence of spiritual beings to the belief in spirits that grant power to the shamans to do good and evil. This article aimed to describe the shamanic practices of the Chachi people of northern Esmeraldas and identify the relationships between envy and witchcraft. A qualitative approach was used with an ethnographic research design and an explanatory analysis based on the interlocutors' accounts. The results showed that the Chachi population performs shamanic practices with two goals: improving health and doing evil.

KEYWORDS: Shamanism; witchcraft; spirit beings; rituals

INTRODUCCIÓN

La antropología como ciencia social se ha enfocado en el estudio de las culturas a escala planetaria. De esta forma, intenta comprender y explicar la particularidad de cada una de ellas. Desde los primeros estudios antropológicos, la dimensión espiritual ha sido clave para entender la cosmovisión de los pueblos indígenas. La espiritualidad como factor explicativo permite comprender las dinámicas sociales de los pueblos. En el contexto indígena, la espiritualidad está llena de prácticas shamánicas que en ocasiones se asocian con la brujería y las maldiciones entre miembros (Malinowski 1973).

Las prácticas shamánicas se definen como eventos que condensan diversos significados y forman parte del constructo social de cada cultura indígena. Como creencia cumplen una función social que trasciende lo racional, al tener como fin sanar los diversos males físicos, psicológicos y espirituales provocados por seres malignos presentes en el mundo metafísico y también producto de la magia negra (Harner 1996).

Los casos de brujería o maldiciones no solo están presentes en el mundo indígena, al contrario, es una práctica generalizada. Según Ochoa (2002:139) “la brujería es un fenómeno ancestral muy común en las sociedades indígenas, que deriva de la cara oscura del shamanismo, y normalmente se asocia a la Magia negra”.

En este sentido, el pueblo Chachi no resulta ajeno a esta realidad, más bien estas prácticas se constituyen en parte inherente de su identidad. Al igual que otros pueblos indígenas, la etnia Chachi posee su propio sistema de creencias procedente del reconocimiento de seres espirituales y la figura del shamán o miruku, poseedor de poderes mágicos para hacer el bien y el mal (Medina 1997).

El shamán en el pueblo Chachi es aquella persona que posee poderes mágicos para hacer el bien y el mal; la creencia en sus poderes mágicos ha provocado conflictos entre miembros de una misma comunidad. Los casos de brujería y maldiciones conforman situaciones del diario vivir de esta población. En ocasiones se desarrollan eventos extraños, como muertes misteriosas y asesinato de los shamanes. La mayoría de las explicaciones que giran en torno a estos hechos están directamente relacionadas con las prácticas de brujería (Añapa 2003).

Hubo un caso de adulterio que terminó en muerte. Un joven estudiante se metió con una mujer casada y en represalia a esto el esposo viajó hasta la ciudad de Esmeraldas a buscar una bruja. La bruja por el valor de $1500 lanzó un hechizo al joven y este al pasar los días murió. Luego de este hecho los familiares del difunto fueron a consultar con otros shamanes o brujos y ellos les dijeron que la muerte se debió a una maldición

(A. S. San Nicolás, comunicación personal, 22 abril, 2021).

Las tensiones conflictivas alrededor de las prácticas shamánicas del pueblo Chachi y sus consecuencias en el mundo espiritual y físico son un hecho que condiciona las relaciones sociales. Por ello, se hace pertinente plantear preguntas sobre la manera en que funciona el shamanismo dentro de esta etnia y sobre los factores que determinan el uso de los poderes shamánicos para fines malévolos. En tal sentido, en la presente investigación se realizó un análisis etnográfico de las prácticas shamánicas del pueblo Chachi del norte de Esmeraldas.

Se consideraron cinco ejes analíticos: Antropología y Shamanismo, Generalidades del pueblo Chachi, Prácticas shamánicas del pueblo Chachi, Rituales de curación, Envidia y Brujería. Estos ejes explican los diversos mecanismos que operan dentro de las prácticas shamánicas del pueblo Chachi. Sobre la base de estas ideas se desarrolló una estructura analítica y explicativa, para comprender de forma detallada las tensiones y conflictos establecidos alrededor del shamanismo en el territorio chachi.

METODOLOGÍA

El presente artículo de investigación es resultado de una investigación realizada en comunidades chachis ubicadas al norte de la provincia de Esmeraldas, donde se empleó el enfoque cualitativo por la interacción de los participantes y el diseño de investigación etnográfica.

Se conoció con profundidad la realidad social de cada interlocutor y las tensiones alrededor de las prácticas shamánicas. La selección de la muestra se realizó tomando en cuenta el criterio no probabilístico intencional homogéneo, debido a que las comunidades chachis en la provincia de Esmeraldas comparten las mismas creencias en los shamanes.

Como sustento teórico se considera a Malinowski (1973), quien en sus investigaciones sobre los pueblos Trobriand del Pacífico occidental describe prácticas shamánicas y el uso de la magia como condicionante para las relaciones sociales.

De igual modo, Michael Harner (1996) realiza un estudio antropológico sobre los pueblos indígenas de la Amazonía, donde muestra diversas prácticas shamánicas que incluyen rituales de curación y la extracción de objetos maleficios de los cuerpos. Dentro de sus aportes más importantes está el reconocimiento de sustancias alucinógenas como la ayahuasca, que permite a los shamanes alcanzar estados de consciencia sobre el mundo espiritual que los rodea.

Asimismo, los aportes de Philippe Descola (2005) sobre las relaciones ecológicas permiten explicar las diversas relaciones existentes entre seres humanos y no humanos. En dicha investigación, el autor reconoce la existencia de otras formas de seres que conviven con los humanos.

De modo similar, Marisol de la Cadena (2019) sostiene que la realidad del mundo indígena incluye seres espirituales a los que denomina seres tierra, que ostentan poderes para hacer prosperar a las comunidades o por lo contrario enfermarlas, dependiendo de las buenas relaciones que existan entre estos entes y el hombre. Según la autora, los proyectos extractivos estarían generando rupturas entre pueblos indígenas y los seres tierra.

Tomando en consideración dichos antecedentes, la investigación se realizó a través del siguiente proceso:

En primer lugar, se seleccionaron los participantes tomando en cuenta la familiaridad, experiencias y conocimiento sobre prácticas shamánicas. Se eligió a 32 interlocutores entre hombres y mujeres provenientes de las comunidades Zapallo Grande, Hoja Blanca, Piedra Blanca y Pichiyacu.

En segundo lugar, se aplicaron entrevistas semiestructuradas. Las preguntas se enfocaron en conocer las prácticas shamánicas del pueblo Chachi, para así ahondar sobre los diversos conflictos sociales que giran en torno a estas prácticas. Así también, se obtuvieron datos que permitieron establecer una relación directa entre envidia y brujería, bajo el enfoque metodológico de la descripción densa propuesta por Clifford Geertz (1992) y teniendo en cuenta que las prácticas de los sujetos condensan significaciones profundas que permiten analizar el funcionamiento de una sociedad, en este caso el pueblo Chachi. El empleo de la descripción densa permitió determinar el grado de participación de las prácticas shamánicas en el sistema de creencias de la sociedad chachi.

En tercer lugar, se procedió a transcribir las entrevistas y a sistematizar los datos. En su mayoría las entrevistas se desarrollaron usando el idioma nativo, el cha'palaa, por lo que la mayoría de los datos empíricos tuvieron que ser traducidos al español.

Se identificaron elementos empíricos que ilustraron las tensiones existentes alrededor de las prácticas shamánicas y de los factores que explican la relación entre la envidia y la brujería en comunidades chachis del norte de Esmeraldas. De esta manera, se procedió al análisis y explicación analítica de los hechos, para corresponder a los objetivos planteados.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados de esta investigación etnográfica se reflejan en dos productos mencionados con anterioridad. En primer lugar tenemos una revisión teórica sobre los aportes antropológicos de autores como Malinowski (1973), Harner (1996), Descola (2005) y De la Cadena (2019) para comprender las prácticas shamánicas en pueblos indígenas. En segundo, se presentan los resultados del análisis empírico sobre el shamanismo del pueblo Chachi.

LA ANTROPOLOGÍA Y EL SHAMANISMO

En el siglo XX los antropólogos europeos emiten juicios de valor sobre las diversas culturas bajo estudio, en ocasiones consideraban como culturas escasamente desarrolladas y en todo caso inferiores a la sociedad occidental. No obstante, gracias al aporte de Malinowski (1973) se ha podido evidenciar que los pueblos aborígenes tienen un sistema complejo de creencias que dan sentido a su existencia, sistemas que muy fácilmente pueden ser comparables con los de los países occidentales.

Los pueblos indígenas dentro de sus estructuras sociales diseñan normas que determinan ciertos patrones de conducta social. Por lo tanto, entender el shamanismo en tiempos modernos implica reflexionar sobre la funcionalidad que tiene para la sociedad en general y no solo para los indígenas.

De hecho, el shamanismo como práctica milenaria está presente en todas las sociedades indígenas y como tal, se constituye en parte esencial de la vida de los pueblos, sobre la cual se condensan significados y formas de ver y entender el mundo interior y exterior. De ahí que implica analizar en detalle cómo las creencias condicionan las relaciones sociales en comunidades indígenas.

La cuestión del shamanismo a veces evoca directamente a la brujería, tal como lo sostiene Malinowski (1973:58): “la hechicería o la brujería es un tema de importancia en todas las relaciones intertribales. El terror que ejerce la hechicería es enorme sobre los indígenas y condiciona las relaciones sociales”.

Dicha investigación permite reflexionar sobre el lado oscuro de ciertas prácticas shamánicas; sin embargo, existen porque tienen una funcionalidad social. Es más, el autor enfatiza que estas prácticas pueden infligir enfermedades y por su puesto causar la muerte. Por lo tanto, se conforman como un problema dentro de las comunidades indígenas.

De acuerdo con Carlos Ochoa “

la brujería es parte del shamanismo, se remonta a la creencia primitiva en la reencarnación, la cual se basaba en la creencia materialista de la sustancia de las almas, que se activan como fenómeno social, producto de la envidia

” (2002:127). Si bien las prácticas shamánicas pueden verse como positivas, existen momentos en que toman otros fines, en su mayoría orientados al mal. El shamanismo en sus diversas dimensiones se constituye en parte importante de cualquier proceso productivo en las sociedades indígenas, lo que determina el éxito de sus actividades cotidianas (Malinowski 1973).

Fericgla (1998) sostiene que la práctica de la brujería está presente en diversos espacios geográficos del mundo, incluso en Occidente (Rodríguez y Lincoleo 2016). En este sentido, Herner (1996) plantea que el shamán posee a su disposición un poder supernatural al ponerse en contacto con los seres espirituales mediante un estado de trance o cantos mágicos y tiene a su orden espíritus capaces de curar diversas enfermedades y, por otro lado, de proferir maldiciones. Esta última posibilidad genera conflictos, ya que muchas veces los shamanes hacen mal uso de los poderes mágicos.

Asimismo, autores como Guhl (2020), Contreras (2020), Fagetti (2010) y Acuña (2016) reconocen la existencia de conflictos sociales entre pobladores indígenas por asuntos de shamanismo, debido al uso de poderes sobrenaturales para fines maléficos. En ocasiones, los pueblos indígenas los emplean en eventos sociales de carácter competitivo.

GENERALIDADES DEL PUEBLO CHACHI

El pueblo Chachi es un grupo indígena asentado en las tierras boscosas de la provincia de Esmeraldas, Ecuador, perteneciente a la región costa. Su presencia, según datos historiográficos data del siglo XVI (Carrasco 1983). De acuerdo con Barrett (1994), el pueblo cayapa tiene su origen en la provincia de Imbabura y durante el proceso de la conquista española tuvo que migrar hacia las zonas boscosas del chocó esmeraldeño. En este proceso fundaron el primer pueblo llamado Tutsat, donde vivieron cientos de años, pero debido a la escasez de alimentos se vieron obligados a buscar nuevas tierras y de esta manera se esparcieron por toda la provincia (Añapa 2003).

La historia oral cuenta que los cayapas migraron bajo el consejo y guía del shamán, “quien no satisfecho con las condiciones en Ibarra, encomendó con la ayuda de su magia a un jaguar que fuera a buscar otro territorio más conveniente” (Barrett 1994:33). Después de un mes el ser espiritual regresa trayendo consigo buenas noticias, sobre una región despoblada cerca de Tutsat.

En este lugar tuvieron una lucha constante con los supuestos indios bravos que habitaban estos territorios (Añapa 2003). Actualmente, el pueblo Chachi se ha establecido en alrededor de 56 comunidades situadas en las zonas montañosas de los cantones Río Verde, Quinindé, Muisne, San Lorenzo, Esmeraldas y en el cantón Eloy Alfaro.

De acuerdo con investigaciones de Wolf (1879), Basurco (1982), Barret (1994), Carrasco (1983) y Estupiñán (1980), el pueblo Chachi siempre ha tratado de mantener su estructura social intacta a lo largo del tiempo; o por lo menos hasta que llegaron los misioneros y las introspecciones de los colonos y familias negras a sus territorios en busca de tierras.

La presencia de otros grupos sociales incidió en aspectos culturales y sociales y sobre todo en el surgimiento de nuevos conflictos interétnicos con el pueblo afro. En la actualidad se estima que la etnia Chachi tiene una población de casi 20 mil habitantes, quienes han mantenido sus rasgos enmarcados en la organización tradicional, aunque en las últimas décadas se han generado nuevas formas de organización social (Yépez 2011).

LAS PRÁCTICAS SHAMÁNICAS DEL PUEBLO CHACHI

En la sociedad chachi al shamán se le considera como un sabio que durante toda su vida vela por el bienestar del pueblo (Añapa y Estupiñán 2016). Su práctica se orienta a la curación de diversas enfermedades y a mantener el equilibrio entre las fuerzas negativas y positivas del mundo espiritual. Si bien los shamanes actuaban como atalayas que advertían a la población sobre desastres futuros, en los últimos años se han visto envueltos en casos de brujería, lo que genera tensiones entre los miembros (Añapa 2003).

Los conocimientos de los shamanes chachis provienen de las montañas, cerros y lagunas. En este sentido, “los cerros son poderes que se encuentran impregnados en las grandes montañas o cordilleras y para poseerlo el shamán debe realizar su canto mágico. Cada cerro o espíritu, es instrumento de curación para las enfermedades” (Añapa y Estupiñán 2016:70).

Según la creencia del pueblo Chachi, el shamán que poseía más espíritus tenía más poder. Tras su muerte estos espíritus vagan por el mundo espiritual buscando nuevos patrones, situación aprovechada por los aprendices de este oficio para apoderarse de ellos (Carrasco 1983).

Los shamanes chachis con el fin de obtener más poder viajan por todo el país buscando nuevos maestros, situación que ha cambiado la esencia del shamanismo y ha desembocado en casos de brujería y maldiciones entre los pobladores.

En épocas antiguas hubo un caso, cerca de nuestro pueblo, un brujo hacía mucho daño y como represalia una noche mientras dormía el señor, le rompieron la cabeza con la piedra. Esto sucedió debido a la maldad de los brujos, de esa manera vivían los brujos. Los brujos han sido de gran ayuda para las familias, así que cuando me enfermaba, recurría a sus poderes, pero actualmente en vez de curar hacen maldades a la gente

. (M. D. Tumbabiro, comunicación personal, 22 abril, 2021)

La maldad -como la denominan los miembros chachis- es una práctica cotidiana de la sociedad cayapa. Familias enteras han fallecido producto de la brujería sin que los culpables sean condenados. Los gobernadores, mediadores en este caso, han detenido a los shamanes mediante el despojo de sus piedras mágicas (Carrasco 1983). Sin embargo, en los últimos años la figura del uñi se ha debilitado y no hay autoridad que pueda hacer frente a los shamanes. Ante esta situación los perjudicados toman la justicia por su mano y han asesinado a algunos acusados de proferir maldiciones.

LOS RITUALES DE CURACIÓN

Desde la perspectiva antropológica los rituales constituyen elementos claves para comprender la estructura y el proceso social de los pueblos. Victor Turner (1969), quien estudia los procesos rituales de la tribu Ndembu, explica que los rituales tienen como fin provocar desgracias o revertirlas las maldiciones (Turner 1969).

En el caso de la etnia Chachi, la creencia en seres espirituales que conviven con la población, capaces tanto de provocar enfermedades en las personas como de curarlas, explican las relaciones sociales. Retomando la noción de ecología de las relaciones de Descola, Lavazza plantea que “

los no humanos también tienen experiencias pues forman un todo con la de humanos

” (2016:3).

De forma similar, en Perú ciertas comunidades indígenas establecen vínculos con los antes mencionados seres tierra, entes espirituales que tienen presencia en la vida social y que son utilizados tanto para prosperar como para generar daños (De la Cadena 2019). García (2016), por su parte, en su investigación sobre el pueblo Mapuche da cuenta también de la existencia de estos seres.

Esta creencia empuja a la sociedad chachi a buscar ayuda de los shamanes, quienes poseen el poder de curar diversas enfermedades comúnmente no tratadas por la medicina occidental. La curación incluye una ceremonia completa:

  • Primero, los enfermos tienen que frotar velas por todo su cuerpo, que posteriormente son entregadas al shamán, quien las sopla con aguardiente y las coloca en la mesa, lugar sagrado donde se encuentran piedras mágicas con poderes curativos. Tras la entrega de las velas los enfermos tienen que acostarse frente al shamán (Añapa y Estupiñán 2016).

  • Segundo, el shamán prende las velas, comienza a cantar y con la ayuda de cigarrillos, perfumes, ayahuasca y aguardiente, empieza a trabajar. Unos cuantos minutos después, confirma si las enfermedades son causadas por los seres malignos o se deben a casos de maldición.

  • Tercero, el shamán ofrece indicaciones que deben seguir los enfermos para poder curarse. Las curaciones pueden tomar días, dependiendo de la gravedad de las enfermedades. En ocasiones tienen que trasladarse hacia la ciudad en la búsqueda de shamanes de otras nacionalidades, cuando se padecen maldiciones que no pueden ser tratadas por los locales (Añapa y Estupiñán 2016).

Según la creencia del pueblo Chachi, a veces la maldición de los shamanes consiste en la introducción de objetos mágicos en el cuerpo como la vela, para lo cual es necesaria una curación mágico-espiritual. En ocasiones la falta de recursos económicos impide la contratación de los servicios de los shamanes para extraer los objetos incrustados. Mientras no se cure la salud de la persona se irá deteriorando hasta que finalmente fallece.

Cuando tenía 17 años, a mi padre le dijeron que tenía vela y debía viajar hasta la ciudad de Ambato para retirar la prenda. Fue así, que sin conocer la ciudad emprendí el viaje, finalmente llegué a una iglesia en donde tuve que pagar a la rezandera para que me entregara un papelito en el cual estaba escrito el nombre de mi padre, la verdad no entiendo cómo llegó ese papelito hasta ese lugar. En esa iglesia había montón de velas que tenían pegadas muchos papelitos como lo que me entregaron, algunas velas eran grandes y otras ya por apagarse. Según los shamanes, la vela por apagarse significa que la persona está a punto de morir

. (A. T. Tapuyo, comunicación personal, 23 de abril, 2021)

La creencia de los chachis en seres espirituales y maldiciones condiciona sus dinámicas sociales y productivas. Aunque una minoría, especialmente cristianos evangélicos, parece haberse desprendido de estas prácticas, a las que consideran paganas.

El pueblo Chachi a primera vista practica la paz, razón por la que ha sido conocido como pacífico, incluso tímido, por autores como Barret (1994) y Carrasco (1983). Sin embargo, cuando nos adentramos en las profundidades de la sociedad chachi, podemos darnos cuenta de la existencia de una dimensión espiritual peligrosa en la cual se llevan a cabo disputas de poderes y se desprenden sentimientos de odio y resentimiento. Estas tensiones terminan en la materialización de las maldiciones o brujería que tiene con fin enfermar o matar lentamente a las personas.

LA ENVIDIA Y LA BRUJERÍA

Los resultados de las entrevistas dan cuenta de que la mayoría de miembros chachis del norte de Esmeraldas hacen uso de los shamanes, en busca de soluciones a sus diferentes problemas de salud, pero también para proferir maldiciones hacia sus enemigos.

De acuerdo con la creencia chachi, las personas se enferman debido a dos causas: seres espirituales malignos que habitan el territorio, capaces de quebrantar la salud e incluso causar una muerte repentina y la brujería. En ambos casos, se requiere de los conocimientos de los shamanes para curarse.

Mi esposo, desde hace años está enfermo, muchas personas de la comunidad le tienen odio (…) Antes vivíamos bien entre los vecinos. Sin embargo, los problemas comenzaron a surgir a partir de que mis hijos se hicieron profesores. La gente piensa que los profesores viven bien y eso no les gusta. Todos los shamanes nos dicen que mi esposo no puede vivir bien por la envidia que tienen ciertas familias (…) Hemos gastado mucho dinero en médicos y shamanes, pero la salud de mi esposo sigue en deterioro. No solo mi esposo es blanco de la envidia de los vecinos, sino también mis hijos y mis nietos. Algunas familias de nuestra comunidad tienen envidia a mis nietos, saben que están estudiando en la universidad y como sus hijos no lo están, quieren que fracasen y terminan recurriendo a los brujos para que lancen sus hechizos sobre mis nietos. A veces mi esposo y yo reflexionamos sobre lo que pasa a nuestros nietos e hijos, nosotros como familia no pensamos mal contra nadie (…) Los hechiceros que lanzaron las maldiciones a nuestra familia ya han fallecido. Entonces todo el tiempo hemos vivido golpeados por los brujos. Los brujos invocan a los seres malignos y les envían para que enfermen a las familias. De esta manera, algunos de mis nietos han fracasado en los estudios. A veces tiene ataques de miedo que aparecen de la nada, y hemos llevado a los shamanes y nos dicen que son maldiciones lanzadas por envidia

. (L. T. San Nicolás, comunicación personal, 24 de abril, 2021)

El relato ilustra cómo las familias chachis hacen uso de los shamanes para proferir maldiciones entre vecinos con el fin de que estos fracasen. En tiempos antiguos la mayor parte de los conflictos espirituales ocurría entre shamanes que luchaban para medir sus poderes espirituales.

Nuestros abuelos vivieron en Tutsat por muchos años. Se dice que salieron de ese lugar porque había muchos conflictos entre shamanes. A veces los shamanes se peleaban entre ellos para ver quién era el más poderoso, en este proceso lanzaban maldiciones a las familias. De la lucha entre shamanes los que sufría eran las familias, a veces los brujos encomendaban a las serpientes para que picaran a las familias de sus enemigos o también invocaban a seres espirituales malignos que viven en las montañas para enfermar. En la comunidad de la Ceiba había un brujo que tenía enemigos, sus contrarios le lanzaron la maldición al shamán pero este pudo esquivarla y cayó la maldición sobre su hijo. El hijo empezó a tener ataques epilépticos de la nada y le llevaron a la ciudad de Quito con la ayuda de unos gringos, ya estando en el hospital la situación empeoró. Entonces como el papá era shaman, ya se había dado cuenta que la enfermedad de su hijo no necesitaba medicina occidental sino tradicional. Pidió permiso a los directivos del hospital para aplicar los conocimientos del shamanismo y así salvar al hijo. Los doctores accedieron y en pocos días el niño empezó a estabilizarse. Con el tiempo el niño recuperó la salud, pero la enemistad entre shamanes y la lucha de poderes siguió. De entre tantas maldiciones que le proferían los demás shamanes, no pudo defenderse y finalmente cayó enfermo porque le incrustaron un objeto maleficioso en la cabeza y murió

(A. T. Torres, comunicación personal, 22 abril, 2021).

En la época actual, los shamanes son utilizados con mucha más frecuencia para trabajos de maldición. Y, sobre todo, las curaciones se han visto como una forma de negocio en la que cada shamán puede cobrar hasta $300 dependiendo del tipo de enfermedad. En lo privado los chachis mantienen sus discursos de odio y resentimiento entre miembros de la comunidad o entre familias que terminan en maldiciones.

La envidia es un sentimiento de todos los días dentro de las comunidades chachis. Desde tiempos remotos la sociedad chachi ha vivido así. Las enemistades entre las propias familias siguen en la actualidad. Los shamanes más poderosos se mataban entre ellos, si un shamán moría hoy, al día siguiente moría otro. La rivalidad siempre estuvo presente entre los miembros chachis, una de las causantes para que los chachis migraron de Tutsat a otras partes de la provincia fue esta, las maldiciones que proferían los shamanes a las familias (…) En estos tiempos, el deseo de superarse viene acompañado por la envidia de otras personas que no quieren que las familias se superen. Mi suegro me comentaba que tenía un potrero con buen pasto para la crianza de ganado, en tiempos buenos, las vacas se desarrollaban bien, pero en la comunidad (…) hay un brujo que públicamente profería que los animales de mi suegro se iban a enfermar, a menos que mi suegro contratara a ese brujo para que quitara la maldad lanzada en el potrero. Entonces mi suegro con el afán de evitar pérdida de ganado contrataba a este Shamán para quitar la maldición a un costo de $300 (…) ahora estamos sembrando balsa, espero que los brujos no hagan ningún tipo de maldad

. (J. A. Tapuyo, comunicación personal, 25 de abril, 2021)

El relato muestra dos elementos primordiales para entender la práctica del shamanismo en la sociedad chachi: la lucha para medir el grado de poder mágico y los deseos de superación que generan envidia, ya sea en brujos o entre miembros de la comunidad. En este contexto, el dinero resulta un factor clave para entender las prácticas de brujería. En épocas pasadas las personas accedían al shamán para curaciones; en la actualidad los clientes solicitan tanto la curación como la brujería.

La comunicación anterior permite notar el alcance de la brujería en aspectos de la productividad. Es así, que dentro del territorio chachi muchos emprendimientos familiares han fracasado debido a las maldiciones. En ocasiones para no ser presa de estas las familias buscan shamanes de otras nacionalidades.

Yo tengo una finca de cacao de aproximadamente seis hectáreas y muchas veces se me hace difícil encontrar peones (…) La envidia creo que también incide mucho en que la gente no quiera trabajar en mi finca. Pienso que la gente no quiere que ciertas familias progresemos. Cuando recién estaba haciendo la finca escuché rumores de un shamán que había visitado mi propiedad, no sé cuál fue su intención. Los shamanes pueden ver el futuro y cuando piensan que una familia va a triunfar de una hacen maldades y por eso es que a veces vivimos experimentando desgracias, enfermedades

. (A. T. Tapuyo, comunicación personal, 23 de abril, 2021).

De esta manera, las prácticas shamánicas, especialmente la brujería, son vistas como maléficas, al estar al servicio de personas con fines egoístas. Mientras la creencia en seres espirituales siga vigente, la etnia Chachi hará uso del shamán con fines benévolos o no. De acuerdo con Malinowski (1973:11):

(…)

en sí, la magia no es buena ni mala; es simplemente el imaginario poder de controlar las fuerzas de la Naturaleza, y este control puede ser utilizado por el mago para bien o para mal, para beneficio o perjuicio de los individuos

.

CONCLUSIONES

Se establecieron diferencias entre prácticas shamánicas chachis benévolas y maléficas que incluyen ritos, uso de sustancias como la ayahuasca o el aguardiente y cantos mágicos que invocan a los seres espirituales residentes en montañas, cerros y lagunas.

Los shamanes chachis pueden ordenar a los seres espirituales curar enfermedades o infligir daños a los miembros de la comunidad. Tal situación desemboca en el aumento de conflictos sociales. En este sentido, para la sociedad chachi la brujería es real y como tal merece una atención especial, ya que puede provocar muerte. Las creencias en shamanes condicionan las actividades productivas y determinan el éxito y fracaso de los proyectos personales.

La sociedad chachi está atravesada por sentimientos de odio, envidia y resentimiento, que usualmente instan la práctica de la brujería. Los conflictos sociales son llevados al mundo espiritual donde intervienen seres de otras dimensiones que obran según las órdenes del shamán. Dentro de estos portales se libran las grandes batallas y se lanzan maldiciones a las familias

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Recibido: 06 de Diciembre de 2021; Aprobado: 08 de Marzo de 2022

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