Introducción
La tradición oral es fundamental para que la cultura permanezca viva en los pueblos. Es una práctica rica en saberes, historia y vocabulario. Los principales guardianes y divulgadores de esta riqueza lingüística han sido de primera mano los ancianos, quienes a través de sus relatos van legando a las nuevas generaciones esta expresión cultural. El acto de narrar es tan antiguo como la historia de la humanidad misma, en la antigüedad los narradores eran considerados seres especiales, sabios prodigiosos, a quienes incluso se les atribuían poderes especiales. Sin embargo, con el pasar del tiempo y el acceso a la información especialmente en los últimos años, estos saberes populares se han ido perdiendo, ya sea por la gran cantidad de narraciones a las que tenemos acceso; así como también por la duda en la que se ponen dichos relatos, al contar con más información. La cuestión es que sean o no relatos verdaderos, la riqueza cultural que encierran, permite conocer la identidad de un pueblo, de allí su principal importancia.
El presente trabajo permitió la recolección de 204 creencias populares, mismas que fueron relatadas por mujeres mayores de 65 años, la mayor parte de ellas abuelas que han compartido con sus hijos y nietos estas narraciones, otras fueron hijas que las escucharon de sus ancestros, pero sin duda todas convencidas de la sabiduría que las mismas encierran en cada una de sus palabras. Fueron 86 abuelas quienes compartieron sus historias, anécdotas y consejos; todas ellas, mujeres nacidas en la ciudad de Riobamba, ciudad conocida como “Tierra de los Puruàhes”, “Sultana de los Andes”, llamada así por estar rodeada de majestuosos volcanes, ciudad histórica y noble, testigo de los hechos más trascendentales del origen de la República del Ecuador, que la convirtieron en la primera ciudad colonial fundada en territorio ecuatoriano, cuna de hombres y mujeres ilustres, altar de grandes primicias. (Oleas, 2020, p. 8).
Las manifestaciones culturales populares, abarcan formas de expresar tradiciones y costumbres en actos de un grupo importante de personas donde cabe englobar la música, la danza, el arte, los diseños, los signos y los símbolos, las interpretaciones, las ceremonias, las formas arquitectónicas, los objetos de artesanía, las narraciones y muchas otras expresiones artísticas o culturales. “Hay manifestaciones que expresan su sentido de identidad con mayor intensidad que otras, esto las diferencias de otras actividades que son parte común de la vida cotidiana. Por ejemplo, manifestaciones como la fiesta, el ritual de las procesiones, la música, la danza, las narraciones. A estas representaciones culturales de gran repercusión pública, la UNESCO las ha registrado bajo el concepto de patrimonio cultural inmaterial” (Romero, 2005, p. 62).
Según la UNESCO (2001), se define al patrimonio intangible como: “el conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folklórica, es decir, las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradición. Estas tradiciones se transmiten oralmente o mediante gestos y se modifican con el transcurso del tiempo a través de un proceso de recreación colectiva. Se incluyen en ellas las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la música, los bailes, los rituales, las fiestas, la medicina tradicional y la farmacopea, las artes culinarias y todas las habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales de la cultura, tales como las herramientas y el hábitat”.
Dentro de este contexto, se entiende que las creencias forman parte de estas tradiciones transmitidas oralmente de generación en generación. Una creencia puede ser un tipo de “relato popular o tradicional” ampliamente difundido en una comunidad de manera verbal, cuyo origen no es conocido con exactitud, pero una gran cantidad de individuos de una comunidad lo han escuchado, conocen e incluso creen en él.
Se considera que la realidad y las creencias están relacionadas estrechamente: lo que para nosotros es real depende de lo que nosotros creamos, de nuestro sistema de creencias. Las creencias y las ideas son vivencias que pertenecen al mismo género: no son sentimientos, ni deseos, pertenecen a la esfera cognoscitiva de nuestro yo, son pensamientos. Que un pensamiento sea creencia o idea depende del papel que tenga en la vida del sujeto; por lo tanto, la diferencia entre uno y otro tipo de pensamiento es relativa, relativa a su significación en la vida de cada persona, al arraigo que dicho pensamiento tiene en su mente. El mismo pensamiento puede ser creencia o idea. (Ortega y Gasset, 1940)
Pepitone (1992) considera a las creencias como conceptos normativos y enraizados en los grupos culturales, “son estructuras relativamente estables que representan lo que existe para el individuo más allá de la percepción directa de cosas, eventos, personas y procesos”. Jodelet (1990) afirma que las creencias dependen de variables culturales históricas, individuales y ecológicas y tienen además una lógica y coherencia interna que organiza enunciados no verificados. “Son sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo que nos sucede e incluso dar sentido a lo inesperado”. Ramos (1992) determina que las creencias poseen funciones psicológicas que proporcionan apoyo emocional, control cognoscitivo, regulación moral y una identidad grupal, el autor plantea el hecho de que las creencias sean enunciados no comprobados y que poseer estas funciones las hacen diferentes del conocimiento o la información organizada.
La riqueza de contenido de las creencias las convierte en una forma de narración de la cultura a la cual se pertenece, de allí su aporte a la conservación de la misma y por ende su valor semántico, en tanto y cuanto permiten conocer a través de estos relatos, a las distintas sociedades.
Todo relato, literario o no, escrito u oral, se caracteriza por la manera de presentar, encadenar e interrelacionar los hechos que constituyen la materia del mundo narrado, en relación con el tipo de destinatario (oyente o lector) y los objetivos comunicativos perseguidos por el locutor-narrador (divertir, informar, formar, seducir). Coincide por tanto con una actividad discursiva, cuyo éxito pragmático depende de las estrategias elegidas por el sujeto enunciador. En síntesis, se puede afirmar que en el discurso del relato se combinan dos dimensiones básicas complementarias: la “dimensión estructural”, que coincide con la organización composicional de la historia narrada y la “dimensión situacional” de la interacción dialógica, es decir aquella «actividad comunicativa que el narrador realiza para atraer el interés del destinatario del relato: el oyente o el lector» por medio de las estrategias propias del discurso narrativo y de los procedimientos de evaluación del universo narrado “comentarios sobre la acción, reflexiones sobre el valor significativo de los personajes o de los acontecimientos, etc.” (Herrero Cecilia, 2006).
El valor de toda narración como expresión o manifestación cultural es innegable y debe ser recopilado y analizado en función de ser un vehículo a través del cual podemos descifrar los significados subyacentes en una cultura.
Metodología (Materiales y métodos)
La presente investigación es de tipo mixta cuali - cuantitativa, fundamentada en un proceso inductivo, que consistió en primer lugar en realizar una exploración a través del trabajo de campo y luego una descripción de lo recopilado mediante la transcripción de las entrevistas, lo que permitió conocer el mundo mediante los relatos y experiencias de vida de las personas que las han vivido. La investigación se dirigió a sujetos, que adoptaron la posición de emisores de relatos, centrados en la experiencia social, cómo se crea y cómo dan significado a la vida humana desde su contexto. La técnica utilizada fue la entrevista abierta, por la posibilidad de un diálogo con mayor profundidad, y por permitir que el entrevistado sienta más confianza y que sus respuestas sean más espontáneas y fluidas, especialmente por la población con la que se trabajó, permitiendo recopilar varias creencias en cada una de las entrevistas. La población se conformó por 86 mujeres riobambeñas de entre 65 y 90 años, quienes compartieron un total de 336 relatos.
Luego de compilados los relatos, mediante el método analítico sintético se encontraron varios de ellos repetidos en contenido, pero cada uno con un aporte significativo que enriqueció el total de las narraciones. Una vez analizadas y sintetizadas, se obtuvo un total de 204 creencias populares, mismas que fueron agrupadas en 17 temáticas, las que se crearon de acuerdo a la naturaleza del sujeto u objeto alrededor del cual giraba el relato, así tenemos: cuidado de los niños, animales, quitar el espanto y malas energías, el embarazo y el parto, sueños, muertos y el más allá, el clima y los fenómenos naturales, celebraciones populares, objetos cotidianos, el diablo y malos espíritus, la menstruación, señales del cuerpo, alimentos, rituales de protección, causas de mala suerte, sacramentos religiosos, salud y belleza.
Finalmente, se realizó un análisis comparativo numérico para determinar las temáticas con mayor número de creencias, así como las creencias nombradas más veces por los entrevistados.
Resultados
El presente documento muestra de manera resumida las creencias populares encontradas, mismas que fueron agrupadas en 17 temáticas, así como también se indica en cada una de ellas los relatos más nombrados por la población entrevistada.
Tabla Nº 3. Creencias de objetos y rituales que quitan el espanto y las malas energías (em)

Fuente: Elaboración Propia
Tabla Nº 8. Creencias respecto a los rituales o costumbres de las celebraciones populares (cp)

Fuente: Elaboración Propia
Tabla Nº 12. Creencias sobre las señales que dan algunas partes del cuerpo (pc)

Fuente: Elaboración Propia
Tabla Nº 13. Creencias sobre las propiedades de algunos alimentos a favor o en contra de la salud (al)

Fuente: Elaboración Propia
Tabla Nº 16. Creencias relacionadas con algunos sacramentos religiosos (sr)

Fuente: Elaboración Propia
Discusión
Una vez compilados, agrupados y sintetizados los relatos de las creencias populares fueron analizados desde distintos aspectos, obteniendo lo siguientes resultados:
Como se puede observar en el Gráfico 1, las temáticas que aparecen en un mayor número son: creencias del cuidado que se debe tener con los niños pequeños (cn), con 22 relatos; creencias sobre los rituales que se pueden hacer para protegerse (rp), con 19; creencias relacionadas con los fenómenos naturales (fn), con 18; creencias sobre consejos para conservar la salud y la belleza (sb), con 18; creencias sobre las cualidades místicas de los animales (an); con 17 y creencias sobre las cualidades de algunos alimentos a favor o en contra de la salud (al), con 17. Se identifica que la mayoría de creencias giran en torno al cuidado de la persona, tanto en su parte física, como espiritual, para ello aconsejan utilizar elementos vivos e inertes propios del entorno de los relatores.
Finalmente, en el Gráfico 2 se muestran las creencias más nombradas entre la población entrevistada, debido a la gran cantidad de creencias recopiladas, se escogieron aquellas que tenía cinco o más repeticiones, lo que llevan a concluir que son las más populares y por lo tanto representativas. Se encuentran 21 creencias como las más representativas, de entre las 204 compiladas, se destacan las siguientes 6 con 15, 10 y 9 repeticiones: Poner en la muñeca del bebé una pulsera roja, aleja las malas energías (3cn, 15 rep.), Envolver a los recién nacidos evita deformaciones, asegura para el futuro un cuerpo firme, buen caminar y buen dormir. (9cn, 10 rep.), Una payacucha (mariposa Ascalapta Adorata) dentro de cara anticipa ladrones, gris enfermedad, negra muerte. (1an, 10 rep.), Si no se cumple un antojo de la embarazada, el bebé tendrá algún parecido al antojo. (4ep, 10 rep.), No cortar el cabello de los niños antes de los 5 años, puede provocarse tartamudez. (4cn, 9 rep.), Cuando el perro de la casa hace huecos en la tierra y aúlla, anuncia muerte. (4an, 9 rep.). Una vez más se puede evidenciar el cuidado de los más pequeños, como prioridad, tanto a nivel físico como espiritual.
Conclusiones
Se compilaron un total de 204 creencias populares, mismas que fueron clasificadas dentro de 17 temáticas, las que hacen referencia al sujeto u objeto que es el actor principal del relato: niños, animales, malas energías, embarazo, sueños, muertos, fenómenos naturales, celebraciones populares, objetos del hogar, diablo, menstruación, señales del cuerpo, alimentos, protección, mala suerte, sacramentos, salud y belleza. Dentro de cada una de estas temáticas se agruparon de entre 5 a 22 creencias, lo que permitió determinar que la temática con mayor número fue aquella que tenía creencias sobre el cuidado que se debe tener con los niños más pequeños, misma que agrupó a 22 relatos y la temática de menor número, con un total de 5 creencias fue aquella relacionada con la menstruación.
Para determinar las creencias populares más representativas de la ciudad de Riobamba, se identificaron aquellas con mayor número de repetición en las entrevistas realizadas, sobresaliendo: poner en la muñeca del bebé una pulsera roja, aleja las malas energías; envolver a los recién nacidos evita deformaciones, asegura para el futuro un cuerpo firme, buen caminar y buen dormir; una payacucha café (mariposa grande) dentro de casa anticipa ladrones, gris enfermedad, negra muerte; y si no se cumple un antojo de la embarazada, el bebé tendrá algún parecido al antojo.
Las creencias presentadas en este documento, dan cuenta de la riqueza cultural en el ámbito narrativo que tiene la ciudad de Riobamba, y de lo necesario que es recurrir a fuentes primarias de gran sabiduría popular, como lo son las personas de la tercera edad, abuelas, quienes tienen guardado en su memoria, nuestra historia, base del desarrollo de los pueblos, misma que necesita ser documentada o actualizada a través de este tipo de trabajos.