Introducción
¿Hay un fracaso escolar en todos los procesos deserción? ¿Adónde van los estudiantes que abandonan sus estudios? Las preguntas que surgen en este tema permiten profundizar en un aspecto de la realidad educativa y social ecuatoriana el cual muchos prefieren obviar, porque constituye uno de los vacíos del sistema educativo.
La deserción comprende a alumnos que, inscritos al inicio del ciclo escolar, no concluyen sus estudios en el tiempo que fue previsto para ello y no fueron matriculados en otro plantel. Además representa un problema social multicausal, siendo uno de los temas primordiales dentro de la sociedad, por ello se busca disminuir y erradicar este fenómeno.
Es importante señalar que la educación se llega a definir como un recurso fundamental para obtener ciertos medios, como adquisición, transmisión y un buen nivel social, que permita de cierta manera apoyar al desarrollo de la persona, y al mismo tiempo, transformar a la sociedad. Constituye un factor clave para la obtención de conocimientos y la formación de seres que busquen el bienestar social. Por ello, los procesos educativos buscan erradicar la deserción y para cumplir con ese propósito se requiere la implementación de una serie de estrategias académicas.
Los estudios disponibles sobre la deserción señalan que ocurre en relación con diversos ámbitos. De allí la importancia de este texto en abordar la deserción escolar y las condiciones que la hacen posible para encontrar soluciones prácticas.
Metodología
El acercamiento metodológico de este trabajo es cualitativo. Se emplea la metodología comunicativa crítica, la cual tiene como principal característica concebir que la realidad social es construida a partir de los conceptos individuales de cada persona, y por tanto, promueve el diálogo con los implicados. Para ello se ha considerado una encuesta con 60 adolescentes que abandonaron sus estudios y que pertenecían a la Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte de la ciudad de Guayaquil, Ecuador. El estudio encuentra que, para los exalumnos consultados, existe un cúmulo de factores relacionados con sus docentes, organización de los planteles y características del sistema educativo, que no favo-recen su permanencia en un plantel. Además, no se identifican adecuaciones significativas a las prácticas escolares para brindar atención a las necesidades e intereses de los alumnos. En las conclusiones se señalan acciones de cambio que, a juicio de los informantes y de la literatura existente, son necesarias para mejorar la atención de los jóvenes.
Resultados
El propósito de esta investigación es conocer las causas, consecuencias, repercusiones sociales y acciones de mejora de la deserción académica. Se trata de un problema educativo que repercute en el desarrollo del país. Lo que implica el riesgo de contar en el futuro cercano con recursos humanos de baja calidad y eficiencia, por ende, continuación en la pobreza en perjuicio de la familia, comunidad y del país. Hay muchos factores culturales que están asociados con este problema. Se ha determinado que si una persona no tiene claro hacia dónde quiere ir será muy difícil que vea, que a través de la educación formal pueda alcanzar mejores condiciones de vida y esto tiene mucho que ver con la motivación de los padres hacia sus hijos, ya que lo que los padres le dicen los incitan a no continuar estudiando y que se dediquen a labores del campo que es lo que les brinda dinero. Independientemente de los diversos factores que influyen para que se de este problema, la deserción escolar ha traspasado el ámbito meramente educativo para convertirse en un problema social que preocupa a educadores, economistas, políticos y a la sociedad en general. Por consiguiente, se hace necesario e indispensable analizar los factores que influyen en la deserción estudiantil en 60 adolescentes, entre 11 y 17 años, que abandonaron sus estudios y que pertenecían a la Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte de la ciudad de Guayaquil, Ecuador.
La primera pregunta formulada a los adolescentes que abandonaron sus estudios fue las razones por las que los dejaron. Las respuestas fueron las siguientes:
De los 60 exestudiantes encuestados se pudo evidenciar que el 25%, equivalente a 15 exalumnos, dejó sus estudios por problemas económicos en su hogar; el 37%, es decir, 22 exestudiantes, lo hizo porque prefirió trabajar y ganar dinero antes que perder tiempo estudiando; el 21%, correspondiente a 13 consultados desertó porque no le gustaba estudiar, tenía problemas académicos o de bullying; el 12%, es decir 7 exalumnos, dejó la institución educativa porque tuvo algún accidente, calamidad doméstica o enfermedad que le impidieron seguir estudiando; mientras que solo el 3%, o sea 2 de ellos, tenía problemas de drogadicción o alcoholismo. Finalmente, ninguna de esas opciones fue contestada por un estudiante.
Como se puede apreciar las razones para la deserción son distintas. En la actualidad por lo general la deserción estudiantil de la educación, principalmente de los adolescentes, sigue siendo un problema por resolver. El abandono de los estudios de quienes cursaban sus estudios en la Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte de la ciudad de Guayaquil, Ecuador, es el resultado de un proceso en el que intervienen múltiples factores y causas, algunos de los cuales son característicos de los jóvenes y de sus situaciones socioeconómicas, es decir factores extraescolares, y de otros más asociados a las influencias del propio sistema educativo, como los mencionados en la tabla expuesta anteriormente.
Lo siguiente que se les consultó a los adolescentes desertores fue la motivación o no que tuvieron en las clases. El resultado fue el siguiente:
En esta pregunta se les consultó a los exestudiantes si sentían algún grado de motivación para continuar con sus estudios en la Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte de la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Al respecto, un 25%, es decir 15 de exestudiantes, señalaron que sí, mientras que la gran mayoría, el 75%, correspondiente a 45 encuestados, indicó lo contrario.
Los resultados son una clara muestra que la motivación para estar educándose en una institución educativa es un factor importante para mantenerse desde el principio y hasta el final. Puede ser que un estudiante tenga múltiples causas para abandonar los estudios, pero si desde la escuela o colegio se lo incentiva a continuar, sus ganas de progresar bien podrían vencer cualquier obstáculo. Obviamente hay que prestar atención a cada caso en particular y evitar generalidades en este punto de la investigación.
Lo siguiente que se les consultó a los estudiantes estuvo relacionado con las actividades que se dedican en su tiempo libre actualmente.
Los resultados de esta pregunta determinaron que en la actualidad la gran mayoría de alumnos que desertaron se dedican al trabajo informal, es decir un 67%, equivalente a 40 encuestados; mientras que en el trabajo formal han incursionado un 13% de consultados, correspondiente a 8 personas. Los exalumnos que se dedican a las tareas del hogar y al cuidado de su familia son apenas el 18%, es decir 11 exestudiantes. Y apenas el 2%, lo que quiere decir un encuestado, señaló que no se dedica a ninguna actividad en mención.
La gran pregunta que se hacen instituciones tanto de gobierno, como ONGs u organismos internacionales es qué hacen actualmente los niños o adolescentes que dejan sus estudios. Los resultados de esta interrogante demuestran que el destino de la gran mayoría de quienes desertan es el trabajo informal. Se trata de la alternativa más fácil, por decirlo de alguna manera, de obtener dinero y de ayudar económicamente a sus familias. Si se considera que muchos de los encuestados provienen de estratos sociales en los que predomina la pobreza y la miseria, se debe tomar en cuenta que el hecho de que ellos puedan generar ingresos es una alternativa para los padres o personas que los tienen a cargo. Las tareas del hogar y el cuidado de la familia también es otra de las opciones que se debe considerar. Lo cierto es que la deserción es un fenómeno que cada vez gana más terreno en el Ecuador.
Lo siguiente que se les consultó a los estudiantes fue las razones por las que retomarían sus estudios. Estos fueron los resultados.
La última pregunta de la encuesta estuvo relacionada con las razones que tendrían los exestudiantes para, eventualmente, retomar sus estudios. La opción Si existe un cambio de institución educativa o de profesores, fue seleccionada por el 20% de los consultados, es decir 12 exalumnos; mientras que la alternativa Si mejora la posición económica de sus padres o de su familia, fue la ampliamente escogida con el 75%, es decir 45 encuestados. El último ítem, Por ningún motivo existente, fue seleccionada por el 5%, equivalente a 3 personas.
En esta interrogante se pretendió conocer la posibilidad de un escenario en que los exalumnos podrían retomar sus actividades educativas. Pese a que la opción de reinsertarlos es compleja, los encuestados señalan una mejora económica como una alternativa para retomar sus actividades académicas. En todo caso, no hay un programa estatal o de otro organismo que se conozca y que tenga como propósito la reinserción académica.
Discusión
La deserción, el rol de la familia y la sociedad como factores influyentes
Por deserción académica se define al abandono por parte de un alumno de sus estudios y constituye uno de los problemas a los que se enfrenta la educación ecuatoriana, pues el hecho de que los niños o adolescentes interrumpan su formación educativa es preocupante, ya que esto repercute en sus vidas en el presente y futuro. El término deserción proviene del término “deserto” que quiere decir abandono. Este término es utilizado por los militares cuando un soldado abandona su puesto sin ninguna autorización. Según esto, el concepto de deserción tiene una carga de culpa.
Así, la deserción escolar se ve influenciada por varios factores entre ellos familiares, económicos, de salud, afectivos y pedagógicos, que aumentan el riesgo estudiantil hacia el abandono escolar. En este texto se analizará algunos de estos factores y se reflexiona sobre esta problemática desde la perspectiva de diversos autores.
Para autores como Quishpe y Yupangui (2018), las causas del abandono escolar pueden clasificarse en: razones económicas, que incluye tanto las faltas de recurso del hogar para enfrentar los gastos que demanda la asistencia, a la escuela como el abandono que se produce para trabajar o para buscar empleo; problemas familiares, que comprenden las razones más frecuentemente mencionadas por las niñas y las adolescentes: la realización de quehaceres en el hogar, el embargo y la maternidad; aquellas asociadas a la falta de interés, incluida la carencia de importancia, que dan los padres; problema de desempeño escolar: bajo rendimiento, problemas de conducta y otros asociadas con la edad.
Este problema no solo afecta a los estudiantes dentro del entorno educativo sino que también se ha convertido en un problema social. Según Mori y Quispe (2015), la necesidad de trabajar obliga a muchos niños y adolescentes a interrumpir o abandonar sus estudios. Existen adolescentes trabajadores que puede estudiar y trabajar a la vez; mientras más pobres son las familias, mayores son las probabilidades de que los niños y niñas abandonen los estudios y se involucren en actividades productivas o asuman tareas domésticas.
La probabilidad de que un alumno abandone la escuela está vinculada con la situación socioeconómica de la familia. Por ejemplo, para Crispín y Escobar (2018), una de las principales causas para la deserción escolar puede ser la situación socioeconómica de la familia, ya que la mayoría de estudiantes tendrían que abandonar sus estudios para dedicarse a trabajar y poder sustentar sus gastos y asimismo ayudara en los gastos de la familia. Además estos autores señalan que los estudiantes cuyos padres hayan culminado sus estudios superiores y que tienen una buena remuneración, son los que están en menor riesgo de abandonar sus estudios, puesto que sus padres los motivará a seguir con sus estudios hasta culminar, porque reciben apoyo de ellos a diferencia de otros estudiantes que tienen un nivel socioeconómico bajo.
En este sentido, Lozada (2015) considera que la familia debe interesarse por las actividades de los alumnos realizan tanto en casa como en la institución educativa y además señala que los padres de familia deben estar en constante comunicación con sus hijos. Cuando ello no ocurre fácilmente el estudiante, niño o adolescente, se puede sentir desmotivado y se encuentra proclive a desertar.
Otros autores como Peña, Soto y Calderón (2016), también responsabilizan a la familia, puesto que es la encargada de preparar a los sujetos para la sociedad, investigaciones demuestran que su incidencia puede desencadenar el abandono de los jóvenes del sistema educativo.
Entre otras causas de la deserción, señalan Quishpe y Yupangui (2018), consta el duelo no procesado, esto se refiere al dolor que pasan los estudiantes por perder ya sea a un ser querido (papá, mamá, hermanos, etc.) y aunque parezca exagerado para muchos, también puede haber duelo por la pérdida de una mascota que apreciaban mucho. Estos sentimientos generan en el alumno a que deje de hacer las cosas que hacía porque simplemente se siente triste, deprimido. En el peor de los casos puede llegar a abandonar sus estudios.
Ordóñez y Saltos (2015) presentan cifras alarmantes sobre esta problemática, pues aseguran que en el Ecuador términos generales, siete de cada diez niños y adolescentes no escolarizados provienen de los hogares más expuestos a privaciones económicas. No obstante, se observa que entre los adolescentes que no concurren a la escuela, se ha incrementado la proporción que proviene de sectores socioeconómicos medios y altos, a la vez que el peso relativo de estos sectores aumenta con la edad. De ese modo, si bien en las edades más tempranas el principal motivo de deserción es simple y puramente la pobreza, a medida que llega la adolescencia aparecen factores como el desinterés por estudiar, la imposibilidad de compaginar estudios y trabajo o las cargas familiares
Para Smulders Chaparro (2018), la deserción se entiende como la salida del sistema escolar por aquellas personas que no han podido resolver sus problemas de diversa naturaleza y constituye una decisión personal del sujeto y no obedece a un retiro académico forzoso. Desde una perspectiva global y agrupando los factores externos analizados, en familiares, sociales y económicos, puede señalarse que el principal factor externo de la deserción de los estudiantes, es el económico. Sin embargo también influye lo social y lo familiar, en ese orden.
Los factores académicos y su rol en la deserción
Educar implica a la totalidad del ser humano y de su contexto, por esta razón el proceso de aprendizaje resulta tan complejo y debe abarcar sistemas educativos, modelos pedagógicos, medios de comunicación, técnicas didácticas y de involucramiento. Por ello, autores como Vázquez y Kustala (2018) sostienen que el docente debe estar involucrado con sus estudiantes y motivarlos para evitar la deserción o fracaso académico.
Para Morentín y Ballesteros (2018), el abandono educativo es un reflejo de la necesidad existente de mejora del actual sistema educativo; fracaso y abandono escolar significan fracaso de la escuela y pérdida de su sentido social. Las políticas educativas actuales han tratado de ofrecer diferentes opciones para revertir esta situación. Sin embargo, añade que no se puede atribuir a la escuela la responsabilidad exclusiva de la decisión de abandono.
En este contexto, Peña, Soto y Calderón (2016) señalan que la relación entre docentes y estudiantes puede ser causal de la deserción y consideran que debe existir un mejor involucramiento de los docentes en la realidad de los alumnos.
Desde la perspectiva de Avilés y Mera (2018), para evitar la deserción existe una serie de procedimientos académicos que se pueden implementar desde la institución educativa y señalan que en el contexto educativo actual se debe de dar importancia a estrategias que permitan lograr un avance progresivo de enseñanzas acorde a las competencias educativas que logren en el estudiante una formación más valida y permitirle asimilar integralmente contenidos textuales de una determinada asignatura necesaria para su formación a futuro, en ello radica la calidad educativa del cual todo estudiante pueda alcanzar el compromiso de dar todo de si durante la instrucción del docente. Por ello es indudable que la deserción es un fenómeno que se encuentra influido por la planeación educativa, el diseño y programación curricular, las normas y políticas escolares y se deben tomar en consideración aspectos como el siguiente:
Para fortalecer el aprendizaje de los niños y evitar en cierta medida la deserción escolar, la educación en el Ecuador ha ido transformándose, creando un currículo flexible; es decir, se conoce la diversidad en el aula de clase, y por tanto el aprendizaje no es homogéneo, por lo tanto el maestro no puede, impartir sus clases con igualdad o por cumplir un cronograma, lo que se busca es un excelente aprendizaje, el cual el alumno debe construirlo por sí mismo (Quishpe y Yupangui, 2018, p. 19).
Según Binstock y Cerruti (2005), aunque el abandono de la escuela secundaria se produce en un determinado momento, es el resultado de un proceso largo y complejo en el que pueden intervenir un gran número de factores. Algunos de éstos pertenecen al individuo, como la mala salud, la desnutrición o la falta de motivación para aprender. Otros se refieren a características socioeconómicas de los hogares de los estudiantes, que constituyen factores que facilitan o restringen la matriz de oportunidad disponible. Además, los factores a nivel escolar también desempeñan un papel en el aumento de las presiones para abandonar la escuela, como el ausentismo de los docentes, la ubicación de la escuela y la provisión educativa de mala calidad.
Para Adrogué y Orlicki (2018), al analizar la deserción escolar como una problemática social se requiere de la colaboración de todos los actores entre ellos directivos, docentes padres de familia para colaborar de manera activa y desinteresada por el bienestar de los estudiantes. Para ello se deben implementar técnicas, destrezas, estrategias y motivaciones con el propósito de formar estudiantes competentes y sobre todo para lograr que los educandos culminen exitosamente sus estudios en el año respectivo.
Otra forma de motivación académica es que el estudiante cuente con un tutor a quien acudir en el caso de que se le presente un problema. La relación que tenga con esta figura, explican Vázquez y Kustala (2018), debe buscar desarrollar las potencialidades del individuo, principalmente el pensamiento crítico, capacidad creativa y el desarrollo personal. Así, este tipo de encuentros se configura como un intercambio de conocimientos y experiencias facilitando de tal forma el proceso de aprendizaje, la adquisición de técnicas y herramientas educativas y el desarrollo de la consciencia del alumno sobre las estrategias que utiliza para aprender
En la actualidad del proceso educativo el docente tiene la labor inmediata de formar continuamente a sus estudiantes, buscar en ellos un mejor proceder académico, por ello el educador necesariamente tiene que acompañar en todo momento al educando partiendo de ideas básicas que le permitan razonar de manera estructurada en base a conocimientos previos.
Es decir, todo educador debe ser un fiel consejero, motivador que proporcione la ayuda pedagógica efectiva para que su grupo estudiantil alcance un nivel formativo y desarrolle en ellos, nuevos conceptos educativos mediante todos los recursos posibles que están al alcance, en este aspecto, el educador debe brindar su apoyo incondicional, dicho modelo mejorara el desempeño colectivo del aula (Avilés y Mera, 2018, p. 22).
En este contexto, señalan González y San Fabián (2018), que un estudiante que, por las causas y factores que fuere, va perdiendo su interés por lo escolar y por su formación, es un alumno en riesgo de abandono. Los centros escolares, de acuerdo con las políticas del sistema educativo del que forman parte, suelen desarrollar y poner en práctica diversos tipos de medidas y programas, ya sean preventivos o paliativos, de lucha contra el abandono, en orden a aminorar ese riesgo. Constituyen caminos o vías destinadas a asegurar la persistencia de los estudiantes en el contexto escolar, o para reengancharlos o reincorporarlos en la educación o en otras actividades formativas que le permitan transitar al mundo socio-laboral.
Por ello es preocupante, según González (2015), que diversas dimensiones y dinámicas de funcionamiento curricular y organizativo de los centros educativos estarían en la raíz de porqué ciertos estudiantes, ante una experiencia escolar que no les resulta significativa ni satisface sus necesidades e intereses, fracasan e, incluso, abandonan.
Quishpe y Yupangui (2018) explican que entre los factores escolares, la pedagogía empleada por los docentes son decisivos para que el alumno decida establecerse o alejarse de la escuela, ya que en ella se desarrollan metodologías acordes o no a las necesidades de los estudiantes, que bien puede despertar o apartar el interés de los educandos.
Uno de los factores institucionales de mayor peso es el de una relación positiva entre estudiantes y docentes. Los docentes deben estar disponibles en ayudar o aclarar las dudas que los estudiantes puedan tener en clases. Al respecto, Fullan y Longworthy (2014) señalan que se deben poner en juego las diversas posibilidades que ofrecen las metodologías de aprendizaje colaborativo, basadas en la indagación, de carácter práctico, en la que alumnos investigan temas, cuestiones, asuntos de sus vidas y experiencias. Elementos como los indicados ponen de manifiesto el papel que pueden desempeñar nuevos modos de desplegar el trabajo con los estudiantes en las aulas, marcadamente diferentes de los estilos de enseñanza autoritarios y chapados a la antigua, con poco diálogo y flexibilidad, cuyo uso desmoraliza a los jóvenes.
En esta misma línea, Aristimuño y Parodi (2017) manifiestan que los factores por los cuales los estudiantes pierden interés, faltan frecuentemente a clase y abandonan la escuela, muestran que se trata de procesos en los cuales intervienen múltiples aspectos, pero entre los cuales la soledad, el anonimato en la institución, y la pérdida de sentido del acto educativo son centrales en la percepción de los estudiantes. Estos autores plantean que las principales condiciones que provocan el absentismo escolar -como sinónimo de autoexclusión-, son el sentimiento de pérdida de autoestima del estudiante, y el desencuentro entre sus intereses y los de la escuela. Por ello, Parodi (2015) aboga por un acompañamiento que implica: conocimiento del estudiante y su entorno, integración de su familia a la vida del centro escolar, trabajo coordinado entre los educadores, una atención a la educación integral no solo en su componente intelectual, definición de estrategias concretas de apoyo, adaptaciones curriculares de los docentes y un registro sistemático de las intervenciones.
Conclusiones
El texto ha indagado en las causas y consecuencias de la deserción académica. Tanto los problemas familiares, aspectos académicos y la difícil situación socio-económica en que se encuentran los sesenta niños y adolescentes encuestados de la Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte de la ciudad de Guayaquil, Ecuador han incidido en el fracaso escolar que conllevó su decisión de abandonar las aulas de clases.
Las tasas de deserción y repetición escolar tienden a aumentar y a menudo el resultado es el fracaso escolar, esto conlleva a que los niños, niñas y adolescentes busquen un sustento económico para su familia. Los padres no se preocupan por el bienestar de sus hijos, no piensan en el futuro de ellos y no toman a la educación como una importante prioridad, por lo contrario les hacen partícipes en otras actividades que no sea la educación. Los docentes deben concienciar a los padres de familia sobre la importancia que tiene la parte afectiva de los niños y adolescentes en su desarrollo y fomentar charlas sobre las causas y efectos que produce la deserción escolar.
De esta forma, en este artículo se ha explorado en el rol que cumple la escuela, la motivación que deben brindar los docentes a sus estudiantes y el papel que cumplen o deben cumplir las tutorías en el acompañamiento integral de los alumnos. También se ha hecho hincapié en que el aprendizaje brindado en las instituciones educativas sea significativo de tal manera que el estudiante mantenga siempre el optimismo por aprender algo nuevo que le sirva para desenvolverse en la vida.