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Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales (ReHuSo)

versión On-line ISSN 2550-6587

ReHuSo vol.4 no.1 Portoviejo ene./abr. 2019  Epub 30-Abr-2019

https://doi.org/10.33936/rehuso.v4i1.2143 

Articles

La sistematización de experiencias como método de investigación para la producción del conocimiento

The systematization of experiences as a research method for the production of knowledge

1Universidad de Guayaquil, Ecuador, anakarenmera875@gmail.com


Resumen

La sistematización de experiencias se ha instituido como una propuesta pedagógica para organizar, teorizar y reorientar las prácticas educativas. Se trata de una reflexión crítica y participativa de la experiencia vivida, que construye realidades de los sujetos o actores protagónicos del proceso educativo en la cotidianidad y tiene la capacidad de transformar este proceso partiendo de sus necesidades e ideales. Por ello, este tipo de sistematización pretende recuperar experiencias sociales, reconstruir referentes de identidad para las prácticas y empoderamiento popular y generar vínculos entre el saber y la experiencia en un marco ético. Un proceso de sistematización de experiencias pedagógicas debe tenerse en cuenta en cualquier ámbito educativo con el fin de aportar a la cualificación de las prácticas y así enriquecerlas en pro del mejoramiento del acto educativo. Se trata, en todo caso, de un proceso teórico y metodológico, que a partir de la recuperación e interpretación de la experiencia, de su construcción de sentido y de una reflexión y evaluación crítica de la misma, pretende construir conocimiento, y a través de su comunicación orientar otras experiencias para mejorar las prácticas sociales. En este sentido, el presente trabajo de investigación tiene como propósito indagar sobre las formas en que se sistematizan las experiencias vividas al interior de un contexto educativo específico y de esta manera poder contribuir en la resignificación de las prácticas educativas y los procesos pedagógicos que se dan alrededor de estas instituciones.

Palabras-clave:

Abstract

The systematization of experiences has been instituted as a pedagogical proposal to organize, theorize and reorient educational practices. It is a critical and participatory reflection of the experience lived, that builds realities of the subjects or actors involved in the educational process in everyday life and has the capacity to transform this process from their needs and ideals. Therefore, this type of systematization aims to recover social experiences, reconstruct identity references for popular practices and empowerment and generate links between knowledge and experience in an ethical framework. A process of systematization of pedagogical experiences must be taken into account in any educational field in order to contribute to the qualification of the practices and thus enrich them in order to improve the educational act. It is, in any case, a theoretical and methodological process that, based on the recovery and interpretation of experience, its construction of meaning and a reflection and critical evaluation of it, seeks to build knowledge, and through their communication to guide other experiences to improve social practices. In this sense, the purpose of this research work is to inquire into the ways in which the experiences lived within a specific educational context are systematized and thus to be able to contribute to the redefinition of educational practices and pedagogical processes around these institutions.

Key words:

Introducción

El proceso de sistematizar experiencias se entiende en el marco de la práctica docente como un espacio orientado a fortalecer el aprendizaje de los estudiantes desde una perspectiva de la formación integral. Por ello es importante dar a conocer estas prácticas del ámbito educativo para así elaborar una reflexión crítica sobre los procesos desarrollados y poder crear otros ambientes de aprendizaje donde el propósito sea la participación activa de los alumnos por medio de diversas actividades.

En este contexto, la sistematización a la que se ha hecho referencia se asume como una práctica concreta, que nace en un espacio educativo con el fin de desarrollar un aprendizaje significativo a través del fomento de las competencias. Este tipo de aprendizaje se retroalimenta permanentemente a través de la autorreflexión crítica; adicional a ello es innovador, porque atiende una necesidad del contexto identificada previamente, tiene una fundamentación teórica y metodológica coherente y genera impacto saludable en la calidad de vida de la comunidad en la cual está inmersa, posibilitando el mejoramiento continuo del establecimiento educativo en alguno o en todos sus componentes.

La perspectiva de la sistematización se relaciona con un proceso planeado y organizado de forma intencionada y consistente, en el cual resulta preponderante tener en cuenta tres aspectos básicos: las raíces del fenómeno, las consecuencias y los efectos secundarios. El acercamiento e interpretación de estos aspectos implica ciertas condiciones entre las cuales constan: el interés y disposición de aprender de la experiencia, tener una sensibilidad para que la experiencia hable por sí misma y la capacidad y habilidad para hacer análisis y síntesis. Particularmente en los contextos educativos, la sistematización aporta a la recuperación, análisis y fortalecimiento de estrategias metodológicas y pedagógicas en tanto devela concepciones, relaciones, dinámicas y caminos trazados alrededor del acto educativo.

Metodología

El enfoque y las técnicas predominantes utilizadas en este trabajo provienen de las propuestas críticas surgidas en el contexto de la metodología cualitativa. Con ello se determina que se asumen los fenómenos sociales desde la propia perspectiva de los actores sociales, dando paso a la construcción y comprensión de la realidad desde la importancia y los significados que los participantes le otorgan.

De acuerdo con lo anterior, en este texto se ha hecho énfasis en la sistematización de experiencias como método de investigación para la producción del conocimiento en estudiantes que cursan el Bachillerato Internacional de la Unidad Educativa Olmedo de la ciudad de Portoviejo, Ecuador. Por ello se elaboraron encuestas a 22 docentes que permitieron conocer, reflexionar y describir este tipo de procesos aplicados a sus alumnos. Adicional a lo anterior, se ha realizado un análisis estableciendo categorías descriptivas, obtenidas de los datos proporcionados por los estudiantes en mención, los que fueron relacionados para generar nuevos aportes en el ámbito abordado.

Específicamente, este estudio ha permitido validar las premisas metodológicas centrales de la experiencia, basadas en estrategias participativas, posibles de ser adaptadas a contextos específicos. Dado que la sistematización de experiencias implica la reflexión constante sobre el sentido de las actividades académicas, esto permitirá analizar y entender los alcances y los límites de los métodos y técnicas utilizadas durante los procesos de sistematización que se han desarrollado.

Resultados

Los datos que se muestran a continuación evidencian los resultados de la aplicación del método de la sistematización de experiencias que 22 docentes de la Unidad Educativa Olmedo de la ciudad de Portoviejo realizaron a los estudiantes del Bachillerato Internacional de esta institución. De acuerdo con ello, los profesores consultados poseen documentos en los que han registrados los datos que faciliten la reconstrucción de las experiencias de los estudiantes en distintos momentos de su proceso de enseñanza y aprendizaje. La encuesta pretendió conocer datos esenciales de este tipo de procedimiento.

Sobre los logros de la sistematización de experiencias

La primera pregunta de la encuesta dirigida a los profesores pretende conocer los logros que se han obtenido con el proceso de sistematización de experiencias. Sobre este aspecto se presentan a continuación los siguientes resultados:

Tabla 1 ¿Qué resultados ha obtenido de la recopilación de experiencias de los estudiantes? 

Fuente: elaboración propia

Los 22 profesores encuestados otorgaron respuestas disímiles en esta primera pregunta de la encuesta. Un 37% de los maestros considera que los resultados que ha obtenido de la recopilación de experiencias de los estudiantes ha sido el conocimiento de sus dudas e inquietudes en las diversas asignaturas. Un 6% señaló como opción el hecho de tener una idea de sus expectativas en el ámbito profesional y un porcentaje similar indicó que el resultado ha sido indagar en los problemas que tiene el estudiante en el ámbito familiar y afectivo. Mientras que apenas un 2% señaló que esta técnica sirvió para conocer las motivaciones que tienen estos jóvenes para superar sus dificultades.

Desde una perspectiva metodológica experiencial, los profesores señalaron que en la aplicación de esta técnica los alumnos se comprometieron con el registro acordado. Este compromiso se ha plasmado en la documentación de sus ideas, pensamientos, emociones y actuaciones, en diversas facetas y momentos de la realidad. En este sentido, las experiencias registradas han servido para detectar inconvenientes en el proceso de enseñanza, las dudas que tienen los estudiantes en algunas materias y sus expectativas profesionales una vez que se gradúen de la institución educativa a la que pertenecen.

Acerca de las estrategias empleadas en el proceso de sistematización

Lo siguiente que se les consultó a los profesores fueron sus procederes y técnicas utilizadas para obtener la información de carácter experiencial de sus alumnos.

Tabla 2 ¿Cuáles son las estrategias que usted empleó con los estudiantes para sistematizar sus experiencias? 

Fuente: elaboración propia

De los resultados de esta pregunta se pueden inferir aspectos puntuales sobre las estrategias implementadas por los docentes. Un 9% ha empleado como técnica la organización de socio dramas donde los estudiantes expusieron sus problemas; un porcentaje similar señaló que ha aplicado cuestionarios con preguntas predeterminadas para indagar en las experiencias personales y académicas de los alumnos; mientras que un 27% ha creído pertinente la puesta en marcha de talleres de reflexión con los jóvenes. Finalmente, un 55% ha optado por realizar entrevistas personales con el propósito de conocer las expectativas, temores o inquietudes de los alumnos.

La aplicación de estrategias para sistematizar las experiencias de los futuros bachilleres responde a los procedimientos que emplea cada maestro. En este sentido, se apunta a obtener la mayor cantidad de datos posibles que sirvan para realizar un seguimiento en el estudiante y de esta manera mejorar su proceso de enseñanza y aprendizaje.

Sobre la utilidad académica del conocimiento de las experiencias de los estudiantes

La tercera pregunta de la encuesta dirigida a los profesores tuvo como propósito conocer el beneficio que tienen los docentes en la sistematización de experiencias de sus alumnos.

Tabla 3 ¿Cuál considera usted que ha sido la utilidad de conocer las experiencias de los estudiantes? 

Fuente: elaboración propia

La mayor parte de profesores consultados ha evidenciado que considera de mucha utilidad conocer las experiencias de los estudiantes. Un 73% de los encuestados señalan que este proceso ha sido útil porque han conocido más de sus alumnos. Un 14% sostuvo, en cambio, que el procedimiento empleado ha sido poco provechoso porque el estudiante se siente cohibido. Un 9% manifestó que el proceso ha sido innovador porque los alumnos han estado interesados, mientras que apenas un 4% indicó que la sistematización de experiencias es de poca utilidad, porque los alumnos no toman en serio este proceso.

Es indudable que este proceso es relevante, porque el registro se encuentra orientado a la reflexión, en donde se suman elementos contextuales y se comprenden los hechos más significativos de los estudiantes. Con ello se facilita la toma de decisiones que se deban adoptar ya sea en el ámbito académico o fuera del mismo.

Sobre las sugerencias para posteriores aplicaciones de la sistematización de experiencias

Lo siguiente que se les consultó a los profesores estuvo relacionado con la continuidad del proceso y las sugerencias brindadas en la aplicación de este método.

Tabla 4 ¿Qué sugerencias brindaría usted a otros docentes que deseen aplicar la sistematización de experiencias en sus estudiantes? 

Fuente: elaboración propia

La última pregunta de la encuesta pretendió obtener recomendaciones de los docentes sobre el proceso llevado a cabo. Una gran mayoría, el 64%, sugirió que los maestros siempre deben procurar disponer de tiempo para escuchar a sus alumnos; un 27%, en cambio, indicó que se deben aplicar fichas de observación, encuestas o cuestionarios con datos y preguntas sencillas de entender para los estudiantes. Mientras que un 9% manifestó que la sistematización implica exclusivamente tratar de obtener los datos más importantes. Finalmente, ninguno de los encuestados sugirió que no se aplique este método.

Es digno de destacar en este punto que las sugerencias de los profesores se encuentran encaminadas hacia los aspectos positivos de la sistematización y alientan, incluso, a fomentar y propagar este tipo de procedimientos en otras instituciones educativas. Para ello se requiere que el docente tenga, aparte del tiempo y ganas de aplicar el proceso, la predisposición de escuchar los problemas de los estudiantes y la capacidad de generar un clima de confianza para que ellos no se sientan cohibidos, sino que, por el contrario, puedan dialogar libremente sobre sus expectativas, dudas, temores y inquietudes surgidas en los distintos ámbitos y no solo en el académico.

Discusión

Entendiendo la sistematización de experiencias

La sistematización de experiencias requiere definiciones precisas para su estudio. Teóricos como Jara (2001) consideran este proceso como un enfoque teórico y metodológico, que a partir de la recuperación e interpretación de la experiencia, de su construcción de sentido y de una reflexión y evaluación crítica de la misma, pretende construir conocimiento, y a través de su comunicación orientar otras experiencias para mejorar las prácticas sociales.

Al sistematizar las experiencias se trata de entenderlas en el marco de un proceso histórico complejo en los que intervienen diferentes actores, que se realizan en un contexto económico-social determinado y en un momento institucional del cual el ser humano forma parte. Sistematizar experiencias significa entonces entender por qué ese proceso se está desarrollando de esa manera, entender e interpretar lo que está aconteciendo, a partir de un ordenamiento y reconstrucción de lo que ha sucedido en dicho proceso.

Según Mardones (2014), este tipo de procesos es relevante porque sistematizar las experiencias permite aprender críticamente de ellas y así poder mejorar la propia práctica. Es así como, en la medida en que se producen nuevos conocimientos se debe producir un diálogo fructífero con los marcos teóricos vigentes. Por lo tanto, en la sistematización de experiencias, se parte del principio de hacer una reconstrucción de lo sucedido y un ordenamiento de los distintos elementos objetivos y subjetivos que han intervenido en el proceso, para comprenderlo e interpretarlo.

El proceso de sistematización de experiencias asigna total validez a cada recurso que sea presentado como evidencia de lo ejecutado, ya que gracias a ello es posible estructurar, ordenar y establecer adecuadamente la experiencia desde los propios caracteres asignados; para así presentarla, compartirla y brindarle la utilidad necesaria con exactitud en su análisis (Castañeda, 2014).

Autores como Jiménez y Valenciano (2018), un aspecto muy importante, es que la sistematización no se refiere a cualquier tarea, sino que se relaciona con aquellas acciones en el marco de programas y proyectos, es decir, de intervenciones que tienen objetivos con intención, para transformar una realidad en particular. Al respecto, existen precisiones más fundamentadas sobre este tipo de procesos, como la que consta a continuación:

La sistematización de experiencias el resultado de la reconstrucción de una experiencia vivida, que revela la lógica y sentido de lo sucedido, y proporciona el análisis e interpretación crítica para producir conocimientos y aprendizajes desde la propia práctica en aras a lograr cambios transformadores. Se trata de un enfoque crítico-interpretativo que intenta describir e interpretar prácticas sociales singulares ofreciendo a los actores participantes un punto de vista privilegiado. (Casajús-Murillo y Gargallo, 2018, p. 60).

De esta forma, se entiende en este trabajo la sistematización de experiencias como un proceso pertinente e importante en tanto y en cuanto reconoce y valora la práctica como “una construcción colectiva de conocimientos sobre el quehacer, orientada a extraer aprendizajes, compartirlos y cualificarlos” (Ghiso, 2011, p. 5). En este sentido, la sistematización se basa en la reflexión sobre las experiencias con el propósito de ordenarlas, comprenderlas, extraer sus enseñanzas y comunicarlas en nuestros entornos comunitarios, basándose en la construcción conjunta de conocimientos prácticos, haciendo de éste un producto de carácter social (Aguiar, 2012).

A criterio de Cárdenas y Mayorga (2016), la sistematización se ha convertido a lo largo de la historia, en una método cada vez más usado para hacer una revisión y una análisis crítico acerca de una práctica específica, especialmente en el ámbito educativo y formativo. Adicional a ello, la sistematización de experiencias se cualifica en la medida en que el proceso permita, a quien la realiza, hacer una reflexión crítica de todos los componentes observados pero de una manera global para así mismo encontrar puntos comunes y diferentes que pueden dar resultados relevantes. En el contexto educativo, la sistematización consiste en ordenar las experiencias más significativas del aula, ordenarlo, darle un sentido y explicar los resultados de aprendizaje obtenidos. Teniendo en cuenta estos conceptos de sistematización, se puede decir que es la mejor herramienta que tienen las personas, en este caso los docentes, para evaluar sus prácticas de manera activa.

En este sentido, Castañeda (2014) señala que la sistematización requiere efectuar una revisión documental, lo cual encaminaría el inicio del proceso de levantamiento de información a partir de los registros respectivos efectuados de la experiencia. La información puede surgir de diversas formas que se consideran como medio de respaldo del trabajo empleado y su proceso de análisis, como: fotografías, fichas, cartas, materiales educativos y registros de trabajo grupal ejecutados.

Según Rodríguez (2018), en el ámbito educativo, la sistematización de experiencias educativas, ha venido re-configurando proyectos educativos y quehaceres cotidianos, invitando a sus participantes a observarse, interpretarse y reconocerse como protagonistas de su propio proceso.

Para Molano (2014), la sistematización de prácticas docentes puede obedecer a criterios institucionales, en tanto se asume el acto educativo como un proceso social que aporta a la construcción del saber y a la experiencia de los estudiantes. Otro factor de interés es que también contribuye a visibilizar y reflexionar en torno a las discusiones y construcciones realizadas sobre las diversas prácticas pedagógicas.

Desde la perspectiva de Bustamante (2016), la sistematización busca inmiscuirse en la dinámica de las experiencias y además de ser considerada una metodología, un proceso y una interpretación crítica desde la práctica profesional e investigación, es de gran relevancia considerarla como una fuente de información en la que los actores relacionados sean parte activa dentro del proceso y como un proceso de conocimiento científico, que aporte a las futuras intervenciones profesionales y permita una trasformación social.

En cuanto a la sistematización de experiencias educativas, autores como Barbosa-Chacón, Barbosa y Rodríguez (2015), señalan que se trata de un proceso que tiene como propósito hacer observación y seguimiento en pro de contribuir con la calidad académica.

Algunas de las estrategias que se pueden emplear para sistematizar las experiencias y que se consideraron en la encuesta aplicada a los profesores de la Unidad Educativa Olmedo de la ciudad de Portoviejo han sido las siguientes: elaborar talleres de reflexión, organización de representaciones dramáticas, entrevistas personales y cuestionarios con preguntas predeterminadas.

Respecto de lo anterior, Casajús-Murillo y Gargallo (2018) señalan que hablar de un método aplicado a la experiencia va a permitir indagar sobre las actuaciones de los participantes, aprender de lo acertado o desacertado de las mismas, aunar esfuerzos para, en la continuidad, mejorar su práctica y permitir a los miembros de una determinada institución educativa tener una visión pormenorizada, a la par que global del trabajo realizado. En definitiva y finalmente crecer mejorando el modelo de gestión y el rumbo de esta experiencia.

Sobre la entrevista aplicada en este tipo de procesos, Castañeda (2014) refiere que para llevarla a cabo es importante generar una guía de preguntas, que permitirán obtener los requerimientos para la construcción de la experiencia, donde la fuente de la información serían las personas que dieron a conocer y compartieron sus impresiones de la práctica ejecutada y la que se desea sistematizar. Es importante que dentro de la ejecución de la entrevista se establezca: los objetivos planteados para la sistematización, cómo se debe realizar la narración de las experiencias, la apreciación personal, la precisión de datos y la constata constatación de información emitida desde la perspectiva de las personas participantes de la experiencia.

De acuerdo con Bermúdez (2018), “el énfasis en la socialización de multiplicidad de experiencias sistematizadas ha dado lugar a encuentros colectivos en los cuales se comparten las diversas maneras de hacer y los múltiples aprendizajes que de ahí se derivaron” (p. 143). Además considera que la recuperación y valoración de la práctica han sido centrales en la configuración y construcción de los procedimientos pedagógicos. En este proceso, la sistematización de experiencias se perfila como una posibilidad de diálogo entre el saber que se gesta desde las prácticas y el conocimiento teórico producto de un proceso de racionalización formal.

Desde el abordaje de Rodríguez (2018), la sistematización de experiencias es relevante porque permite apreciar y reconocer un sinnúmero de conocimientos colectivos, tejidos en distintos territorios y tiempos. La sistematización de experiencias aparece como una de estas perspectivas, que responde a necesidades propias de nuestras latitudes que permiten apreciar y reconocer un sinnúmero de conocimientos colectivos, tejidos en distintos territorios y tiempos.

Desde diversos enfoques, este tipo de procesos ha tenido resultados halagadores. Según Jiménez y Valenciano (2018), el objetivo de un proceso de sistematización es facilitar que las personas que participan de las experiencias prácticas como por ejemplo proyectos, talleres, sesiones u otras, se involucren en procesos de aprendizaje, de generación de nuevos conocimientos, iniciativas de políticas y estrategias a partir de las propias experiencias. Además señalan que la sistematización facilita la obtención de conocimientos consistentes, sustentados, para poder comunicarlos, confrontarlos con otros y con el conocimiento teórico existente.

Conclusiones

A lo largo de este trabajo se ha podido deducir que el proceso de la sistematización de experiencias posee ciertas características que se deben tomar en cuenta al momento de su realización. Se trata de un abordaje busca producir un relato descriptivo de la experiencia; una reconstrucción de su trayectoria y complejidad desde las diferentes miradas y saberes de los actores que tengan algo que decir sobre la práctica. Adicional a ello se apoya en diversas técnicas como la encuesta y la entrevista para obtener la información requerida.

Otro aspecto clave de la sistematización de experiencias es que busca provocar relatos de los sujetos involucrados para reconocer sus diversas lecturas e identificar temas significativos que articulan la experiencia. En el ámbito educativo, este proceso contribuye a mejorar la construcción del conocimiento en tanto y en cuanto la relación entre profesores y estudiantes se vuelve más significativa en el aula de clases y los contenidos que se tratan adquieren mayor relevancia. Este tipo de sistematización permite centrar la mirada en el contexto de situaciones cotidianas y, por ello, el aprendizaje empieza a producirse por medio de la reflexión de la experiencia, del diálogo y la exploración de acontecimientos en un espacio y tiempos determinados.

Finalmente se puede dejar en claro que la sistematización de experiencias busca crear conciencia acerca de las prácticas ejercidas en los diferentes ámbitos sociales, para permitir la autoevaluación y actuar sobre aquello que hay que mejorar. Por ello, este tipo de sistematización pretende construir espacios nuevos de reconocimiento que le permitan tanto al profesor como al alumno valorar de forma equitativa todas las dimensiones de la práctica educativa.

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Citación/como citar este artículo: Mera, A. (2019). La sistematización de experiencias como método de investigación para la producción del conocimiento. Rehuso, 4(1), 113-123. Recuperado de: https://doi.org/10.33936/rehuso.v4i1.2143

Recibido: 26 de Marzo de 2019; Aprobado: 25 de Abril de 2019; Revisado: 30 de Abril de 2019

Contribución de la autora: Autora Ana Mera Rodríguez Contribución Concepción y diseño, redacción del artículo y revisión del documento.

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