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Revista San Gregorio

versión On-line ISSN 2528-7907versión impresa ISSN 1390-7247

Revista San Gregorio vol.1 no.53 Portoviejo mar./may. 2023

https://doi.org/10.36097/rsan.v0i53.2143 

Artículo Original

Depresión y agresividad en el contexto del COVID-19: impacto de la pandemia en los universitarios

Depression and aggressiveness in the context of COVID - 19: impact of the pandemic on university students

Joan Carlos Espinoza Sotelo* 
http://orcid.org/0000-0002-8324-6668

*Universidad Privada del Norte, Perú joan9875@hotmail.com


Resumen

La salud mental en las personas es esencial para poder tener una vida óptima, sin embargo, luego de la pandemia, se han evidenciado estados de crisis en depresión y violencia que se han incrementado en la actualidad. El objetivo de este estudio consistió en determinar la relación entre la agresividad y la depresión en estudiantes universitarios durante la pandemia del COVID - 19. La investigación fue de tipo descriptiva, correlacional con diseño transversal utilizándose el método hipotético deductivo. La muestra estuvo conformada por 95 estudiantes universitarios. Los instrumentos que se utilizaron para recoger los datos fueron el cuestionario de agresividad de Buss y Perry; asimismo el inventario de depresión de Beck - II que fue adaptado por Espinosa. Se sometió, para su validación bajo el criterio de validez de contenido, a la evaluación por juicio de expertos; y para medir la confiabilidad se utilizó el coeficiente de Alfa de Cronbach. Para contrastar la hipótesis general, se aplicó el estadístico no paramétrico Rho de Spearman y se obtuvo un puntaje de .437 entre la agresividad y depresión. La correlación entre la agresividad física y depresión fue de .298, entre agresividad verbal y la depresión fue de .298, entre la ira y la depresión de .437 y finalmente entre la hostilidad y la depresión de .440. Se concluyó que la agresión y sus dimensiones se relaciona significativamente de forma positiva y débil con la depresión.

Palabras clave: agresividad; depresión; COVID - 19; estudiantes universitarios

Abstract

Mental health in people is essential to be able to have an optimal life, however, after the pandemic, there have been evidences of crisis states in depression and violence that have increased today. The objective of this study was to determine the relationship between aggression and depression in university students during the COVID-19 pandemic. The research was descriptive, correlational with a cross-sectional design using the hypothetical deductive method. The sample consisted of 95 university students. The instruments used to collect the data were the Buss and Perry aggressiveness questionnaire; likewise Beck's Depression Inventory - II that was adapted by Espinosa. It was submitted, for its validation under the criterion of content validity, to the evaluation by expert judgment; and to measure reliability, Cronbach's Alpha coefficient was used. To contrast the general hypothesis, the non-parametric Spearman's Rho statistic was applied and a score of .437 was obtained between aggressiveness and depression. The correlation between physical aggressiveness and depression was .298, between verbal aggressiveness and depression it was .298, between anger and depression it was .437 and finally between hostility and depression it was .440. It was concluded that aggression and its dimensions are significantly and weakly related to depression.

Keywords: aggressiveness; depression; COVID-19; University students

Introducción

La depresión, que es la causa principal de problemas de salud en el mundo, es un trastorno del estado de ánimo que puede ser crónico o recurrente en la que se ve afectada la habilidad de una persona para enfrentar la vida diaria. Existen más de 300 millones de personas en el mundo que han padecido de depresión en su modalidad leve, moderado o grave en el año 2019, y con la pandemia los casos han ido incrementándose (Organización Mundial de la Salud, 2020).

Esta enfermedad que, afecta a todas las personas, no discrimina entre condiciones económicas, sociales, de género, étnicas y de edad, es así que Obregón et al. (2020) refirieron que 1 de cada 5 estudiantes universitarios peruanos ha experimentado depresión en diversos grados, lo cual se refuerza con un estudio llevado a cabo por el Ministerio de Educación (MINEDU, 2019) en la que se reveló que el 85% de la comunidad universitaria presenta problemas de salud mental de los cuales el 82% muestra ansiedad, el 79% evidencia estrés y el 52% reacciona con violencia y si bien la depresión no distingue entre género, son las mujeres quienes suelen padecerlo más que los varones (Rodríguez et al., 2020). A nivel internacional, las investigaciones realizadas en los demás continentes en estudiantes universitarios muestran resultados similares, por dar un ejemplo, en Bangladesh el 82.4% mostraron síntomas depresivos a nivel medio a severo (Islam et al., 2020); en Estados Unidos el 63.1% evidenciaron altos nivel de depresión (Rudenstine et al., 2021), en Europa el 80.2% reportaron estados depresivos entre el nivel medio y moderado (Konstantopoulou y Raikou, 2020) y en África, se reportan los casos más bajos en la que solo el 31.9% muestran rasgos de depresión (Ojewale, 2020)

Para evitar la propagación del COVID - 19, el gobierno adoptó algunas medidas como el confinamiento y aislamiento social en la que ciertas actividades se suspendieron como los deportes, paseos turísticos, asistencia a los cines, museos o simplemente reuniones, los cuales para muchas personas eran recompensas sociales o ambientales, como lo denota la teoría conductual de la depresión la cual afirma que éste estado surge cuando una persona no recibe dichas recompensas (McPhee et al., 2020). Su impacto quedó demostrado en un estudio realizado en estudiantes universitarios chinos en la que, entre sus resultados, concluyó que las actividades físicas están relacionadas directamente con el alivio de emociones negativas (Zhang et al., 2020).

Otra de las consecuencias del confinamiento fue la pérdida de trabajo de gran cantidad de personas, quienes ya no podían costear sus propios estudios o la de sus hijos y para evitar la deserción universitaria, el MINEDU (2020), dispuso ofrecer créditos a tres mil estudiantes de universidades nacionales y privadas licenciadas que demuestren alto rendimiento y que cursen entre el quinto y penúltimo ciclo de estudios.

Aquellos estudiantes que pudieron continuar estudiando, lo hicieron de manera remota o virtual, sin embargo, no todas las casas o departamentos disponían de un espacio específico y libre de distractores externos, factores que Liu et al., señalaron como variables relacionadas a la depresión, ya que se percibe el entorno de enseñanza como un espacio problemático (Bresolin et al., 2020) y el confinamiento incrementó la agresividad sobre todo en aquellas personas que estuvieron encerrados en departamentos pequeños (Lebret, 2020). Otro estado emocional que se evidenció asociado a la depresión en los estudiantes fue el estrés, rasgo causado indistintamente de si contaban o no con recursos tecnológicos de calidad (Lovón y Cisneros, 2020).

Cobo et al. (2020), refirieron que cuando una universidad se interesa por la salud de sus estudiantes y colaboradores se convierte en una comunidad socialmente ejemplar, puesto que uno de sus servicios es la atención a sus estudiantes no solo en el sentido académico sino también en lo personal y en lo formativo, le enseñan hábitos y valores ciudadanos que influyen en su manera de ver el mundo a su alrededor y cómo actuar frente a las necesidades de los demás. Es bajo esta premisa que el MINEDU (2020) dispuso crear una red de soporte preventiva para toda la comunidad educativa en las universidades para hacer frente a factores de riesgo individual y comunitario, sin embargo, los estudiantes desconocen cómo acceder a ello.

Metodología

El presente estudio fue de tipo correlacional y transversal dado que describe relaciones entre dos variables, para este estudio la agresividad y la depresión. Asimismo, el diseño es de carácter no experimental y transversal ya que no se manipuló ninguna de las variables y la recolección de la información se realiza en un solo momento. (Hernández et al., 2014). Los datos se procesaron a través del programa SPSS v.25, trabajándose con estadística descriptiva para analizar las variables y para la estadística inferencial utilizando la Rho de Spearman.

La población estuvo conformada por 95 estudiantes de sexo masculino (n = 39) y femenino (n = 56) de universidades nacionales (n = 24) y particulares (n = 71), el tipo de muestreo fue no probabilístico por bola de nieve. Para los criterios de inclusión, se consideraron a aquellos estudiantes que eran universitarios y que continuaron su proceso educativo virtualmente bajo confinamiento, los de exclusión fueron los que estudiaban en el último ciclo, aquellos quienes iban a reservar su matrícula y los que no respondieron algún ítem en las pruebas.

La información se obtuvo mediante la técnica de encuesta a través dos cuestionarios, la escala de agresividad de Buss y Perry (Andreu et al., 2002). Dicho instrumento evalúa la agresividad bajo las dimensiones agresividad física, agresividad verbal, hostilidad e ira. Cuenta con 29 ítems, con respuesta de tipo Likert y su intensidad se describe con niveles muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto. También se utilizó el inventario de depresión de Beck (Sánchez y Farfán, 2019), el cual la evalúa mediante las dimensiones somático - motivacional y cognitivo - afectivo. Consta de 21 ítems con estilo de respuesta Likert y su intensidad se distribuya en los niveles mínimo, leve, moderado y severo. Ambas pruebas fueron digitalizadas en Googleform para facilitar la calificación y ordenamiento de la data, el cual se envió a los estudiantes para su resolución. El consentimiento informado se colocó al inicio de la prueba y solo aquellos que deseaban continuar con la aplicación, daban por entendido su aprobación. Parta contrastar las hipótesis se hizo uso de a prueba no paramétrica Rho de Spearman.

Resultados

Frecuencia de las variables de estudio

A continuación, en la tabla 1 se presentan las frecuencias de las variables de estudio:

Tabla 1 Frecuencia de la variable agresividad 

Como se puede visualizar en la tabla 1; el 55.8% de la muestra, es decir 53 de los estudiantes universitarios pertenecen al grupo que manifiesta tener entre baja y muy baja agresión. El 44.2% restante que equivalen a 42 alumnos forman parte de las categorías medio y muy alto. Si bien existe diferencia entre los niveles de agresión, no es muy significativa por lo que está latente la presencia o aparición de reacciones hostiles ya que el 22.1% de los encuestados se ubican en el rango medio y existe la posibilidad de que éstos se inclinen hacia la alta agresión en caso no se trabajen las causas que la originan.

En la tabla 2, se observa que en lo que respecta a la variable depresión:

Tabla 2 Frecuencia de la variable depresión 

El 41% de los estudiantes universitarios que equivalen a 39 participantes están en el grupo que expresa tener mínima o leve depresión, mientras que el 59% de la muestra, es decir 56 de ellos, pertenecen al grupo que está dentro de las categorías moderado y severo. En este caso en particular, más de la mitad de los encuestados manifiestan tener niveles de depresión que pueden afectar su vida cotidiana, lo cual es preocupante porque dicha condición es considerada la enfermedad de salud mental con mayor prevalencia a nivel mundial y con esto podemos confirmar que se mantiene vigente.

En lo que respecta a la frecuencia de la variable agresión con respecto al sexo se muestran en la tabla 3 los resultados siguientes:

Tabla 3 Frecuencia de la variable agresión con respecto al sexo 

Como se puede apreciar en la tabla 3, el 59% de la población de sexo masculino muestra más niveles de agresividad entre los rangos medio y muy alto a comparación del 33.9% que representa el sexo femenino en los mismos rangos. Otro dato relevante a considerar es que el 66.1% de las mujeres encuestadas se ubican en los rangos bajos de agresividad, es decir que casi las dos terceras partes de la muestra femenina no adoptan reacciones hostiles a diferencia de los varones.

Prueba de hipótesis general

En la tabla 4 se muestran los resultados del coeficiente de asociación entre la agresividad y la depresión:

Tabla 4 Coeficiente de Spearman entre agresividad y depresión en estudiantes universitarios 

Como se observa, la significancia asintótica es de .000, la cual es menor a .05, determinándose que existe correlación altamente significativa entre las variables de intensidad moderada, dado que tiene un coeficiente de .427; esto quiere decir que a medida que se incrementa la agresividad, se incrementa también la depresión.

Se entiende que este resultado mantiene vigente las teorías conocidas, pues una persona con depresión, no se limita a sentirse mal, encerrarse y llorar, ya que puede adoptar otras reacciones, entre ellas la agresividad, demostrándose así el objetivo principal de la investigación que era determinar la existencia de relación entre las variables y si bien este resultado no es de tipo causal, es decir que la presencia de la agresión no explica la aparición de la depresión, la asociación entre ambas permitirá hacer estudios para crear modelos predictivos y determinar en qué grado una de ellas es la causante de la otra variable.

Prueba de hipótesis específicas

La tabla 5 se muestra el grado de asociación entre la dimensión agresividad física y la depresión:

Tabla 5 Coeficiente de Spearman entre la dimensión agresividad física y la depresión en estudiantes universitarios 

Como se aprecia, el p. valor es de .00 que es menor a .05 y un coeficiente de asociación de .298, lo que demostró que existe relación altamente significativa entre la agresividad física y la depresión en moderada intensidad. La magnitud de la relación indica que una reacción física agresiva se vincula levemente con la depresión, pues la persona que se encuentra en ese estado normalmente tiene momentos en que pierde la voluntad de hacer algo y se entiende que la agresión física es una acción por su propia naturaleza.

Por su parte, en la tabla 6 se muestra la relación entre la agresividad verbal y la depresión, así como la magnitud de asociación:

Tabla 6 Coeficiente de Spearman entre la dimensión agresividad verbal y la depresión en estudiantes universitarios 

Se aprecia que dado que la significancia asintótica es menor a .05 y con un coeficiente de asociación de .343, se afirma que existe correlación altamente significativa entre la agresividad verbal y la depresión en baja intensidad. Al igual que con la agresividad física, la de tipo verbal implica una acción y decisión para hacer uso de la voz y expresar lo que siente, incluso elevar un reclamo, pero dado que la depresión hace que la persona tenga afectada la volición, su uso es probable que sea ocasional demostrado en su débil fuerza de asociación.

Asimismo, la tabla 7 evidencia los resultados de la correlación entre la dimensión ira y la depresión además de la intensidad de la asociación

Tabla 7 Coeficiente de Spearman entre la dimensión ira y la depresión en estudiantes universitarios 

De lo observado, la ira se asocia con la depresión de manera altamente significativa (p. valor < .05) y en moderada intensidad (Rs = .437), lo cual implica que a medida que se incremente los niveles de ira, lo mismo sucederá con los niveles de la depresión. La magnitud que existe entre ambas indica que la ira, manifestada en enfado, rabia, etc., puede verse potenciada por la depresión y viceversa, lo cual motiva a trabajar básicamente en la población masculina ya que los resultados han mostrado que son los que tienen mayor nivel de agresividad.

Finalmente, la tabla 8 muestra la magnitud de la relación entre la dimensión hostilidad y la depresión:

Tabla 8 Coeficiente de Spearman entre la dimensión hostilidad y la depresión en estudiantes universitarios 

Como se aprecia, el p. valor es de .00, el cual es menor a .05 y se demuestra que existe asociación altamente significativa entre la hostilidad y la depresión, siendo la correlación de intensidad moderada (Rs = .440). Nuevamente las teorías se ponen de manifiesto ya que cuando una persona está deprimida, tiende a tener pensamientos negativos, los cuales concuerdan con la hostilidad, pues uno de sus indicadores evidencia que la persona tiene la convicción de que hablan mal de él y que hay mala intención en los comentarios de sus allegados, además de considerar que se quieren aprovechar de él, lo cual demuestra la distorsión de sus ideas.

Discusión

Analizando los resultados, se puede observar que el 44.2% de la población total presenta niveles de agresión entre medio y muy alto; esta información coincide con lo obtenido por Tamayo et al. (2020) quien encontró en su estudio que el 34% presenta sentimientos de agresividad. Respecto a la depresión, se visualiza que el 29.5% de la muestra tiene depresión severa, lo cual refuerza que dicha enfermedad afecta a los universitarios en confinamiento y es coherente con los resultados del estudio de Wathelet et al. (2020) quienes mostraron que el 16.1% tenían depresión severa.

Es importante mencionar que la población universitaria peruana, ya mostraba problemas de salud mental desde antes de la pandemia, sin embargo, se ha visto que se han incrementado los casos en cuanto a las variables estudiadas y es que, como ya se ha mencionado, los hogares no son espacios diseñados para una educación libre de factores externos perturbadores como ruidos, contar con los equipos informáticos necesarios para cubrir la demanda estudiantil, el ancho de banda de internet, entre otros. Adicionalmente a ello, el aislamiento social produjo que se cierren universidades conllevando a que la educación se torne remota, con ello y el ámbito social fue modificado y alterado, situación para lo cual muchas personas no estaban preparadas ni menos pensaron que fuera a durar hasta el día de hoy.

En lo que se refiere a los resultados según el sexo, se demuestra que el 60.8% de la población femenina tiene niveles entre moderado y severo de depresión, lo cual concuerda con lo obtenido por Rodríguez et al. (2020) quienes mostraron en su estudio que son las mujeres quienes suelen padecer más de dicha enfermedad a comparación de los varones.

Asimismo, el 59% de los participantes evidenciaron depresión entre el rango moderado y severo, lo cual concuerda con diversos estudios en universitarios a nivel internacional como por ejemplo Islam et al. (2020), Konstantopoulou y Raikou (2020), Ojewale (2020) y Rudenstine et al. (2021); sin embargo no todos los estudios muestran que la depresión es una enfermedad que lo padezcan más las mujeres como lo refieren Remes et al. (2019), pues en su investigación hallaron que los varones adultos suelen tener más depresión cuando viven en zonas desfavorecidas, pues muestran dificultad en sus logros laborales y en proporcionar el sustento a la familia.

Respecto a la agresividad, el estudio mostró que los varones poseen niveles más altos de esta variable a comparación de las mujeres, resultado que difiere de la investigación de Bibi et al. (2020) quienes determinaron que la agresión general en ambos sexos es similar salvo por la dimensión agresión física en la que los varones tuvieron mayor puntaje. No es de extrañarse este resultado, pues ya sea por cuestiones culturales o de aceptación social, la mayoría de los varones suelen relacionarse de una manera que puede considerarse agresiva, ya que forma parte de su interacción con personas de su mismo sexo, mientras que las mujeres suelen relacionarse mediante muestras de cariño.

Del análisis realizado a las dimensiones de la agresividad, se observa que la ira se correlaciona con la depresión a nivel débil, lo cual concuerda con los estudios de Charles et al. (2021) y Yang (2020), aunque discrepa con los resultados de Clear et al. (2020), pues su investigación arrojó que una mayor dificultad en regular la ira se relaciona con un comportamiento agresivo más no con la depresión ni ansiedad. Acerca de la dimensión hostilidad, este estudio demostró que existe una correlación positiva con la depresión, lo cual coincide con lo obtenido por Marks et al. (2020) quienes manifestaron que en su investigación con universitarios y en la población en general, la agresión y síntomas de ansiedad social se correlacionan con la depresión.

Conclusiones

Los resultados descritos son similares con estudios realizados en todo el mundo. Se demostró que existe una relación moderada entre la agresión y depresión entre los estudiantes universitarios. Esta asociación refuerza y mantiene vigente las teorías de ambas variables, además ha evidenciado que el sexo es un factor que impacta en cada una de ellas de manera notoria, es así que las personas de sexo masculino tienen puntajes elevados en la agresividad mientras que las de sexo femenino tienden a tener altos niveles en depresión.

Indistintamente de los argumentos de que las mujeres son más sensibles y por ende más predispuestas a la depresión y que la naturaleza del varón es ser más agresivo, este estudio demostró que existe alto nivel de agresividad en algunas encuestadas femeninas, lo cual invita a realizar estudios que profundicen qué factores pueden asociarse con dicha variable. Por otro lado, también hay que considerar que algunos varones se ubicaron en bajos niveles de agresión, por lo que el estudio sugerido anteriormente debe tomar en consideración al sexo como una variable influyente. Es importante realizar investigaciones fuera del contexto COVID-19 para determinar si los altos índices de agresión y depresión fueron influenciados y en qué medida, por la pandemia.

Si bien, desde que se levantaron ciertas restricciones, las personas han dejado de lado la precaución y realizado actividades no permitidas, esto es una clara muestra de la necesidad del ser humano de socializar, de mantenerse activo mediante actividades que fomenten la salud mental y por encima de ello, que se sientan felices y es por ello necesario retomar la promoción de la salud mental y los diversos servicios que ofrece el Estado mediante los medios de comunicación, llámese televisión, radio o redes sociales, para hacer frente al incremento de la agresividad y depresión como consecuencia de las disposiciones tomadas ante la pandemia, esto incluye a las universidades, puesto que ofrecen ayuda psicológica virtual, sin embargo, los mismos estudiantes desconocen de ello y aparentemente, las casas de estudio dan por entendido que ellos saben cómo acceder a ello.

Es un campo relativamente nuevo tener atenciones especializadas de manera remota, sin embargo, la capacidad de adaptación del ser humano y la preparación, así como la capacitación de profesionales de la salud mental en los entornos virtuales, pueden ser provechosos para aquellas personas que tienen dificultades de desplazamiento o por los horarios que no les permiten que se le pueda dar una atención psicológica que trabaje tanto la depresión como la agresividad.

Finalmente, desarrollar talleres de control de impulsos, manejo de la frustración, resolución de problemas, habilidades comunicativas, entre otros puede favorecer la disminución de los niveles de depresión y agresividad en los estudiantes universitarios, pues no basta con enseñarles aspectos teóricos profesionales, sino también mostrar la relevancia de la salud mental en todas las etapas de la vida en el ser humano.

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Recibido: 27 de Marzo de 2022; Aprobado: 01 de Marzo de 2023

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