Introducción
La enseñanza de emprendimiento ha sido motivo de progresiva preocupación. El 88% de publicaciones de Web of Science sobre enseñanza de emprendimiento en educación superior se concentra en los últimos 5 años, con tendencia creciente. Curiosamente, más del 28% de publicaciones se categorizan en las Ciencias de la Educación, mientras el 21% se distribuye entre Administración, Negocios y Economía. El 43% de estas publicaciones reportan a China como país de origen, mientras el 33% proviene de otros países del Sur Global, incluyendo Brasil, India, Malasia, México, Nigeria, Rusia y Sudáfrica. Solo al grupo de países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) acumulan el 63% de estas publicaciones. Ello indica que la formación de emprendedores es un desafío intelectual prioritario entre las economías emergentes. Al respecto, un reporte del Global Entrepreneurship Monitor1 ha revelado que la intención de trabajar por cuenta propia es mayor entre estudiantes de Latinoamérica que en otras regiones.
No obstante, un estudio reciente reveló una relación inversa entre tomar un curso de emprendimiento y la intención de emprender (Leiva et al., 2021). Nasiru et al. (2015) observaron un fenómeno similar en Nigeria. Ello sugiere que la educación de emprendimiento podría estar desalentando la creación de empresas entre universitarios, lo cual es pernicioso para una sociedad que, aparte de ser mayoritariamente joven, aspira a desarrollarse en la economía del conocimiento. Sin embargo, Martins et al. (2022) sugieren que enseñar emprendimiento apunta al desarrollo de competencias útiles para profesionales, con o sin interés de emprender. Independientemente, las evidencias de Leiva et al. (2021) y Nasiru et al. (2015) invitan a la reflexión sobre los contenidos que se están impartiendo en las universidades.
Los cursos de emprendimiento buscan desarrollar habilidades gerenciales, de comunicación y resolución de problemas (Garner et al., 2019), creatividad y liderazgo (Frank et al., 2005). Sin embargo, la literatura ha sido frecuentemente crítica. Martins et al. (2022) han notado que estos cursos suelen obviar contenidos sobre tolerancia y gestión de riesgos. Para Wahidmurni et al. (2019), estos cursos no deberían limitarse a transmitir conocimientos y entrenar habilidades sino también a desarrollar actitudes. También, Ahmad et al. (2018) y Madichie & Fiberesima (2021) han coincidido en la importancia de desarrollar sensibilidad a lo que ofrece y limita el contexto. Por último, Gong (2020) ha propuesto que los cursos de emprendimiento deberían entrenar habilidades de supervivencia en un ambiente corporativo cambiante.
Estas críticas parecen abordarse por Sarasvathy (2001) con su Teoría de la Efectuación. Vanderstraeten et al. (2020) definen a la efectuación como una lógica de toma de decisiones basada en la experticia del emprendedor. Desafortunadamente, la literatura no ha reportado una pedagogía de la efectuación, lo que este estudio señala como una brecha trascendental en la enseñanza de emprendimiento. Este artículo revisa la literatura sobre enseñanza de emprendimiento en educación superior y explora la pertinencia de la Teoría de la Efectuación como una alternativa para complementar la formación de futuros emprendedores.
El artículo está estructurado de la siguiente manera. La siguiente sección describe la aproximación metodológica aplicada en este estudio. Luego, se presenta una síntesis de estudios empíricos y se los contrasta con los principios de la Teoría de la Efectuación. Finalmente, se ofrecen conclusiones y se sugieren investigaciones futuras.
Metodología
Este estudio es una revisión bibliográfica de tipo “Triangulación Ecológica” (Banning, 2005). Como sugiere Thompson (2020), se intenta sintetizar argumentos en torno a la teoría, el método, las personas y los escenarios de casos. La Triangulación Ecológica permite abordar preguntas como qué intervención funciona para qué resultados para qué personas y en qué circunstancias. Sin sumergirse en el Determinismo Ambiental en la educación superior (Fumasoli et al., 2020; Rowston et al., 2021), la Triangulación Ecológica parte de que el comportamiento, las personas y el contexto ambiental son mutuamente interdependientes, por lo que analiza el sujeto de estudio desde diferentes perspectivas y de manera incremental e iterativa. Este proceso fortalece la validez de las conclusiones de estudios de revisión.
Basado en el modelo de Cardoso Ermel et al. (2021), este estudio inició con la búsqueda y selección de bibliografía en Web of Science con potencial para responder: ¿Qué marco teórico de emprendimiento utilizó? y ¿Qué intervenciones, con qué personas y en qué condiciones se concluyó que la enseñanza de emprendimiento funciona o no? Seguidamente, se evaluó la calidad de los estudios desde el rigor de los métodos empleados, otorgando mayor valor a los estudios de casos. Por último, se realizó la triangulación mediante la contrastación iterativa de evidencias con las teorías, métodos, actores y circunstancias en que se produjo o no los resultados esperados. Los resultaron se analizaron respecto de la Teoría de la Efectuación para evaluar su pertinencia en el abordaje de los desafíos prevalentes.
Para la búsqueda, se utilizó una combinación de los términos entrepreneurship y higher education en la Colección Principal de Web of Science, lo que arrojó 1.894 documentos comprendidos entre 2010 y 2022. El primer filtro consistió en seleccionar los últimos 5 años, lo que arrojó 1.384 documentos. El segundo filtro seleccionó los documentos en Ciencias de la Educación y se excluyeron artículos de revisión bibliográfica, reseñas de libros y editoriales, lo cual arrojó 274 documentos. Se examinaron los resúmenes y se seleccionaron aquellos con potencial de abordar las preguntas de investigación planteadas para la triangulación ecológica. Suplementariamente, se realizó una segunda búsqueda combinando los términos entrepreneurship y effectuation, lo que solo arrojó 12 documentos. Los hallazgos fueron sintetizados en formato de narración.
Resultados y discusión
Emprendimiento como asignatura de educación superior
La literatura sobre la enseñanza de emprendimiento presenta un doble patrón: primero, no hay una definición única e inequívoca de emprendimiento ni un único objetivo para incluirlo como asignatura de educación superior; y, segundo, se trata de una literatura considerablemente normativa. Según Mertz (2019), la literatura normativa encierra un fin normativo para lo que usa argumentos éticos, conceptos y principios y se materializa con recomendaciones. La literatura sobre la asignatura emprendimiento constituye un gran compendio del “deber ser”. El objetivo de este estudio, lejos de ser normativo, aboga por la necesidad de experimentar pedagogías inspiradas en la Teoría de la Efectuación, como alternativa para abordar las críticas prevalentes.
Los académicos están de acuerdo en que aprender emprendimiento es aburrido cuando se escuchan clases monótonas sobre historias de éxito contadas por docentes sin comprensión empírica del quehacer empresarial. Surgen así alternativas respecto de lo que debiera ser el objetivo de enseñar emprendimiento, como la de Ganefri et al. (2020), para quienes esta enseñanza debe impactar la capacidad de generar empleo y reducir desempleo. Otros autores proponen que el aprendizaje debe potenciar la intención de convertirse en empresario (Masri et al., 2021). Y otros, que el objetivo de enseñar emprendimiento es dotar al estudiante de conocimientos, competencias y habilidades para ser autosuficientes (Ezeudu et al., 2013). Esta plétora de objetivos añade complejidad al argumento sobre si un curso funciona o no. En los siguientes párrafos se revisan tres estudios de casos de enseñanza de Emprendimiento en Europa.
Universidad de Ljubljana (Eslovenia)
Este estudio fue elaborado por Ellermann (2017) y consistió en entrevistas a profesores, estudiantes y emprendedores que actúan como profesores visitantes. La Facultad de Economía (FELU) ofrece cursos de emprendimiento de pregrado, posgrado y de maestría en administración de empresas (MBA). En el 2006, la FELU introdujo el enfoque de Pensamiento de Diseño (Design Thinking) (Ericson, 2022) para enseñar emprendimiento, como alternativa al que hasta entonces era el enfoque tradicional, que se basaba en el desarrollo de planes de negocios. Según Nakata & Hwang (2020), el Pensamiento del Diseño propone al fracaso como indispensable puesto que, atreverse a fallar, facilita un aprendizaje apresurado y efectivo. Lo contrario, la aversión al riesgo retrasa la producción de opciones para resolver un problema.
La Universidad de Ljubljana fue una de las primeras universidades en aplicar el Pensamiento del Diseño a la enseñanza de emprendimiento. A decir de los profesores de la universidad, el método tradicional, enfocado en la redacción de planes de negocio, presentaba desventajas, como: 1) se prestaba para que muchos alumnos “reciclaran” ideas y planes de negocios de cursos anteriores; 2) las ideas de negocios se mantenían en el campo de lo abstracto (planes de negocio); y 3) muchos estudiantes no entendían que el propósito era desarrollar un negocio. Adicionalmente, el impacto del enfoque convencional fue bajo considerando que pocos iniciaron nuevos negocios. La evaluación del curso de emprendimiento basado en Pensamiento de Diseño se realizó mediante una encuesta, que llevó a Ellermann a concluir que esta aproximación de enseñanza de emprendimiento es más creativa que los hasta entonces convencional, mientras permite trabajar en necesidades reales de las personas.
Universidad Politécnica de Milán (Italia)
El caso de la POLIMI fue realizado por Piva (2017) y se centró en el curso “Entrepreneurship Stream”, que es parte del MBA ejecutivo. El objetivo educacional era ayudar a los estudiantes a evaluar ideas de negocios y aprender a anticipar problemas. El curso permite contactar con empresarios con experiencia práctica que puede ayudarles en el desarrollo de sus ideas de negocios, así como enseñar a comunicar ideas a inversionistas o socios potenciales. El curso tiene una duración de 60 horas y tiene 4 componentes claves: la asignación de un mentor, los discursos de invitados, la formación de grupos y la selección de ideas de negocios. La evaluación final del curso es un ejercicio cercano a la realidad empresarial. Consiste en el análisis de una idea de negocios y el desarrollo de un modelo de negocios. El comité de evaluación, conformado por profesores, inversionistas, directores de incubadoras, reciben un documento escrito y proveen retroalimentación a los estudiantes.
Los alumnos apreciaron la oportunidad de ampliar sus redes de contacto. Asistir a clases y, particularmente, a las reuniones con emprendedores y mentores es crucial en el desarrollo de planes de negocios. Por último, aplican un esquema de incentivos para estimular a los estudiantes a trabajar y a los mentores a proveer ayuda adecuada. La universidad ofrece premios a los mejores proyectos, lo que ha tenido efectos positivos en los estudiantes.
Universidad de Cambridge (Inglaterra)
Este caso estuvo a cargo de Bischoff (2017). La Universidad de Cambridge enseña emprendimiento en el Centro para el Aprendizaje del Emprendimiento (CAP) de la Escuela de Negocios Judge. El propósito del CAP es fomentar el espíritu empresarial, para lo que ofrece 4 programas educativos, entre ellos, el Diploma de Posgrado en Emprendimiento (DPE). La enseñanza es práctica, con seminarios de planes de negocio y estudios de casos, mientras se alienta el establecimiento de redes de cooperación. El objetivo del programa es desarrollar las habilidades prácticas y los conocimientos de los participantes para lograr un emprendimiento exitoso.
El programa imparte cursos en: 1) conciencia y habilidades empresariales, que proporciona conocimiento general básico de los emprendimientos y que familiariza a los estudiantes con la tecnología y teoría utilizadas; 2) reconocimiento de oportunidades y evaluación de ideas; 3) preparación e implementación de casos de negocios, donde los estudiantes diseñan y comunican sus modelos de negocios; y 4) gestión de la empresa temprana, que aborda el tema de estructuras legales y la gestión de la operación. A los 10 años desde el inicio del CAP, los exalumnos habían creado 250 nuevas empresas, con una generación de 2.500 plazas de empleo directo. Una lección importante fue el valor de contar con empresarios como parte del claustro. Esto permite que los participantes conozcan ejemplos de la vida real. También, es indispensable el desarrollo no solo del conocimiento sino de habilidades sociales, de liderazgo, de creatividad para la solución de problemas, así como la formación de redes de colaboración e innovación.
Los tres casos descritos reflejan resistencia a paradigmas convencionales de enseñanza de emprendimiento en educación superior. Sobresalen aspectos como el entrenamiento para la disposición a aceptar riesgos en la Universidad de Ljubljana, la presencia del mentor en la POLIMI y el involucramiento de empresarios en la Universidad de Cambridge. Estas alternativas pedagógicas parecen favorables para abordar los desafíos sugeridos en la introducción de este artículo. Para plantear una alternativa adicional, en los próximos párrafos se introduce la Teoría de la Efectuación.
La Teoría de la Efectuación
La Teoría de la Efectuación (Sarasvathy, 2001) aborda el emprendimiento desde la perspectiva de los emprendedores expertos y sus procesos de toma de decisiones. Define al emprendedor experto como alguien que, solo o colaborativamente, ha fundado una o más compañías en las que ha permanecido al menos 10 años o las ha conducido a cotizar en mercados bursátiles. Además, un experto ha logrado un alto desempeño como resultado de su experiencia y práctica (Ericsson, 2021). Para Sarasvathy, el razonamiento predominante entre emprendedores expertos es efectual en lugar de causal. En los procesos causales, se busca el logro de un efecto definido previamente con los medios a los que se puede acceder; en los procesos efectuales, en cambio, no se comienza definiendo un efecto a lograr, sino que este surge a partir de la utilización y configuración cotidiana de los medios de los que se dispone y que están al alcance inmediato.
El estudio de Sarasvathy consistió en un cuestionario de 17 preguntas a emprendedores expertos, provenientes de industrias diversas. Las preguntas respondían a una simulación de emprendimiento del juego Venturing2, que la misma autora diseñó y en el que se formulaban problemas de decisión empresarial que llevarían a Venturing a convertirse en una compañía. Los hallazgos fueron los siguientes: primero, los emprendedores expertos toman decisiones a partir de los medios que tienen a la mano y se enfocan en 3 aspectos: 1) quienes son ellos mismos, con énfasis en sus intereses y experiencias; 2) qué conocen, refiriéndose a experiencias propias o de terceros cercanos en negocios similares; y, 3) a quienes conocen, específicamente, quienes podrían ser los primeros clientes y socios estratégicos.
En segundo lugar, los emprendedores expertos, en vez de proyectar escenarios de rentabilidad sobre su inversión, conciben el emprendimiento alrededor de cuánto estarían dispuestos a perder. Así, tienden a minimizar el gasto en recursos que no agregarían valor directo e inmediato y, en algunos casos, hasta en estudios de mercados. Por último, los expertos suelen ponderar que los clientes con mayor potencial de demanda se conviertan en socios. El pensamiento efectual propone un proceso colaborativo de agregación de valor mutuo entre proveedores y usuario de un bien o servicio. Es más, los expertos prefieren crear un segmento de mercado nuevo en lugar de realizar un análisis competitivo para identificar la oportunidad óptima entre los segmentos existentes. La Tabla 1 muestra las diferentes intersecciones mercado / producto que los expertos propusieron durante el estudio, con el caso de Venturing.
Sarasvathy concluyó que los expertos no aplican el pensamiento causal sino el efectual. El pensamiento efectual se concentra en diseñar los flujos del negocio entre los sistemas y suprasistemas en los que interactúa; en cambio, el pensamiento causal parte de la necesidad y expectativas de un mercado existente para el desarrollo del producto o servicio. Sarasvathy formuló un set de principios que sintetiza el pensamiento efectual, que se muestran en la Tabla 2.
El pensamiento efectual tiene sus detractores. Kitching y Rouse (2020), por ejemplo, señalan que la Teoría de la Efectuación soslaya la influencia de los contextos socio estructurales y culturales en la creación de empresas, por lo que no puede explicar cómo los contextos hacen posible ciertos negocios en determinados tiempos y lugares. Similarmente, Arend et al. (2015) han criticado que la causalidad de la Teoría de la Efectuación no es explícita ni normativa. Más recientemente, Bylund y Packard (2022) han señalado que la efectuación no puede admitirse como una teoría del emprendimiento sino como una tipología del proceso emprendedor. No obstante, como lo han argumentado Coudounaris y Arvidsson (2019), la Teoría de la Efectuación no está aún madura, mientras el consenso respecto de su validez es aún emergente. En la siguiente sección se analiza un estudio de caso de la Teoría de la Efectuación en la enseñanza de emprendimiento.
La Teoría de la Efectuación como asignatura experimental
Günzel-Jensen & Robinson (2017) aplicaron principios de Efectuación en un curso de emprendimiento. El diseño pedagógico se basa en el Pensamiento de Diseño, asume a los estudiantes como emprendedores aprendices y combina contenidos teóricos y prácticos sobre el diseño de un negocio. Los estudiantes acogieron favorablemente los principios de la efectuación por ser novedoso en lo pedagógico y en la forma de estimular el espíritu empresarial. No obstante, se constató que los estudiantes presentan dificultad para evitar el pensamiento causal en sus acciones y tomas de decisiones. Si bien no hay evidencia del impacto de este curso en la creación de emprendimientos, la acogida de los estudiantes sugiere que el desarrollo de pedagogías en esta línea puede ser favorable para el logro de los objetivos de la enseñanza de emprendimiento.
Conclusiones
La enseñanza de emprendimiento es un desafío intelectual dinámico, aún en crecimiento y lejos de su madurez. La literatura aún carece patrones definidos de objetivos de impartir cursos de emprendimiento en educación superior. Esta vaguedad conduce a ambigüedades frente a la aspiración de identificar qué funciona y qué no funciona en la enseñanza de emprendimiento. Al proponer la Teoría de la Efectuación, se constató que la literatura al respecto es aún incipiente. Además, siguiendo los criterios de la Triangulación Ecológica, se cuenta solo con evidencia empírica de países desarrollados, lo cual limita proyectar los beneficios potenciales de aplicar los principios de la efectuación en otras regiones. Investigaciones futuras deberían apuntar al planteamiento de pedagogías basadas en la Teoría de la Efectuación y llevar a cabo estudios con grupos de control para obtener evidencias prescriptivas para la enseñanza del emprendimiento.