Introducción
Existe un reconocimiento internacional, por parte de la sociedad, de que la educación es constitutiva del desarrollo económico y social de los países y que, especialmente, la educación superior representa la producción de conocimiento y aumento en ciencia y tecnología (Reis et al., 2017), además, la profesión del docente, es una actividad de carácter estresante, que los expertos avalan científicamente en lo relacionado a la salud ocupacional (Oramas, et al., 2007), por lo que, los síntomas más frecuentes son la ansiedad, la depresión y alteraciones del aparato fonológico (García y Vélez, 2018). Las condiciones y exigencias emocionales del docente universitario se relacionan con la aparición de cuadros de ansiedad y depresión ( Tacca y Tacca, 2019).
Los docentes de universidades públicas se ven afectados en cuanto a la satisfacción laboral y el estado de salud, debido a las factores de estrés que conviven en su entorno laboral (El-Sayed et al., 2014), conocer las fuentes de estrés laboral es el primer paso que debe considerar el encargado de cualquier institución educativa (Orgambídez-Ramos et al., 2015), por lo tanto, basado en el análisis de ciento cuarenta encuestas de docentes de veintitrés universidades (Păduraru, 2014) presenta las principales causas del estrés ocupacional que afectan en gran medida las actividades de los docentes universitario: Salarios bajos, búsqueda del equilibrio entre la vida personal y laboral, mayor exigencia para realizar investigaciones y falta de desarrollo en la carrera del docente universitario. Por otro lado, se desconoce con claridad el porcentaje de docentes que sufren estrés crónico, debido a la confusión con otras patologías (Cantos, 2019).
Las actividades en una universidad pública revelan que la intensificación del trabajo con mucha frecuencia interviene con la precariedad y la generación de estrés laboral (Silva, 2020), adicionalmente, la vida de un docente es un acto de equilibrio constante en el que se trata de hacer malabarismos con las responsabilidades personales y profesionales bajo el estrés generalizado de manejar las expectativas en una cultura a menudo muy competitiva (García y Vélez, 2018), el sistema asume que los docentes deben ser lo suficientemente experimentados y resistentes como para soportar toda la presión que conlleva el trabajo, ser miembro de la facultad en una universidad puede ser una de las carreras profesionales más gratificantes, pero también se ha convertido en uno de los trabajos más estresantes (Lashuel, 2020; Fuster-Guillén et al., 2019). Muy pocas universidades publica ofrece capacitación o ayuda en la gestión de proyectos y equipos, liderazgo, tutoría y resolución de conflictos, y mucho menos en la conciencia e intervención de salud mental, en otras palabras, según Millán et al. (2017) “
” (p.208), las consecuencias negativas para las universidades del estrés laboral, pueden ir de una licencia por salud temporal hasta la jubilación anticipada y una disminución constante de la calidad académica (Barbosa et al. 2019). Generalmente los docentes dan muy poca importancia a la relación de trabajo y vida personal, por lo que existen docentes mayores de 55 años que todavía no tienen una pareja, ni hijos y según Barradas, (2018), las exigencias académicas generan ansiedad e insomnio y esto afecta el desempeño del docente universitario a nivel laboral y personal.aprendemos cometiendo errores que nosotros, y en cierta medida nuestros estudiantes, terminamos pagando directa o indirectamente
En el Perú, mediante la implementación de la ley universitaria, los docentes además de la enseñanza adecuada, también deben realizar otras tareas, como realizar investigación y actividades de responsabilidad social, escribir informes y revisiones, buscar subvenciones y mejorar su visibilidad (Ley N° 30220, 2014). Adicionalmente Hasan et al. (2019), describen el conjunto de actividades que delimitan la vida académica del profesor: La cantidad de productos, manuales, ensayos, textos, libros, guía de prácticas, participación en eventos con presentación de trabajo, organización de eventos, formar parte de comisiones permanentes, participación como jurado evaluador y asesor de tesis, las disciplinas impartidas en cursos de pregrado y posgrado. En este sentido el estrés académico se refiere al sentido de la necesidad de conocimiento y la percepción simultánea de que no hay suficiente tiempo para una vida personal, las tensiones pueden incluir la incapacidad de administrar el tiempo, la falta de habilidades digitales para adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas de la educación superior (Nazari y Far, 2019; Palacios y Montes de Oca, 2017; Ramirez et al. 2020).
Los tipos de estrés según Barradas (2018) son: estrésagudo,estrés agudoepisódico y estrés crónico, pueden hacernos sentir mal o incluso enfermos, pero generalmente el estrés crónico no es tomado muy seriamente, distinguir entre estos tres tipos de estrés lo ayudará a ver claramente sus propias circunstancias. ¿Estás exagerando, viendo una situación temporal como permanente? ¿o has estado ignorando los signos durante años? nuevamente, la culpa no ayudará, conocer los tres tipos, también debería ayudarlo a encontrar una perspectiva y sentir más compasión por otras personas que están bajo estrés (Fernández, 2015).
Las autoridades públicas de los países europeos están prestando cada vez más atención a la promoción de la capacidad laboral a lo largo de la vida laboral y el mejor método para monitorear la capacidad laboral en poblaciones de trabajadores se está convirtiendo en una cuestión importante (El Fassi et al., 2013). Además, según Fernández (2015) “
” (p.123).Envejecer, tener sobrepeso, disminuir el estado de salud, tener un trabajo muy exigente mentalmente y trabajar en una institución de gran tamaño son factores que provocan disminución en la capacidad de trabajo
La capacidad de trabajo refleja las interacciones entre las características personales, las condiciones de trabajo, las capacidades funcionales de los empleados y también el estado de salud de los empleados (Mazloumi et al., 2014), la población de docentes en universidades publica está constituido por más del 50% que tiene más de 55 años y acompañado por las modificaciones de la Ley N° 30220 (2014) que dice, la edad límite para ejercer la docencia universitaria es de 75 años, por lo tanto, la edad avanzada de los docentes provocan que la capacidad de trabajo disminuya. Además, según López et al. (2019) el nivel de las aptitudes físicas y mentales del individuo está en función a las demandas de trabajo.
Los factores de tipo laboral como las malas condiciones ergonómicas, la mala gestión del trabajo, el bajo control sobre el trabajo y la baja satisfacción laboral se relacionan con la capacidad de trabajo no satisfactoria (Yang et al., 2013). Diferentes autores también reconocen el efecto de las demandas psicológicas y el control sobre el trabajo en la capacidad de trabajo (Emberland y Knardahl, 2015), también, el número de enfermedades se relacionaron inversamente con la calidad del trabajo (Alcaraz-Gaytán et al., 2019), el agotamiento emocional, el número de enfermedades explicaron el 55% del índice de capacidad de trabajo (Redondo, 2014).
Se ha demostrado en varios estudios realizados en grupos de profesionales que la edad, la obesidad, la falta de actividad física durante el tiempo libre, la baja capacidad musculoesquelética, los altos requisitos mentales, la falta de autonomía y la gran carga de trabajo físico, todos tienen un impacto negativo en el nivel de la capacidad de trabajo (El Fassi et al., 2013) por lo tanto, se entiende aquí por capacidad laboral según Robledo-Marín et al. (2019) “
p.17). Para contribuir a los estudios sobre la carrera docente, buscamos responder la siguiente pregunta: ¿qué relación existe entre el estrés ocupacional y la capacidad de trabajo de la carrera docente de avanzada edad? Por lo tanto, el objetivo fue identificar la relación existente entre el estrés ocupacional y la capacidad de trabajo de la carrera docentes de avanzada edad.Conjunto de habilidades, destrezas, aptitudes y/o potencialidades de orden físico, mental y social, que permiten desempeñarse en un trabajo”(
Metodología
La presente investigación es descriptiva y correlacional de enfoque cuantitativo (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018), se utilizó una muestra de 129 docentes nombrados de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, la técnica de recolección de datos fue la encuesta y el cuestionario como instrumento, el método utilizado fue el muestreo aleatorio simple, para medir el estrés ocupacional en docentes se utilizó el Cuestionario de Estrés Ocupacional (CEO) en español adaptada por García y Vélez, (2018), dividido en tres grupos: estresores ocupacionales, tensión psicológica y recursos de afrontamiento, tiene 140 ítems, medido por una escala Likert nunca (1), a veces (2), frecuentemente(3), Casi siempre(4), Siempre(5), el cual fue validado por medio de juicio de expertos y un coeficiente de 0.786 de Alfa de Cronbach.
En cuanto a la capacidad de trabajo percibido se usó una adaptación del cuestionario de capacidad de trabajo percibida (CTP), la versión en castellano de este instrumento fue obtenida y validada por López et al. (2011), comprende un total de 10 preguntas agrupadas en 7 ítems: estimación subjetiva de la capacidad de trabajo actual comparada con la mejor de por vida (0 a 10 puntos), valoración subjetiva de la capacidad de trabajo en relación con las demandas físicas y mentales de trabajo (2 a 10 puntos), número de enfermedades diagnosticadas por el médico (1 a 7 puntos), estimación de las limitaciones para el trabajo por enfermedad (1 a 6 puntos), ausentismo por enfermedad en los últimos 12 meses (1 a 5 puntos), pronóstico de la capacidad de trabajo pasados dos años (1, 4, 7 puntos) y recursos mentales (disfrute cotidiano, actividad y buen ánimo, optimismo) (1 a 4 puntos), la puntuación total del cuestionario oscila en el rango de 7 a 49 puntos, ee utilizó el punto de corte de pobre (0-14 puntos), moderada (15, 29), buena (30, 49).
Se cumplió con la entrega del consentimiento informado y el cuestionario fue aplicado de manera individual en el lugar de trabajo, seguidamente se ingresó a una base de datos en el programa SPSS V24, se utilizó la estadística descriptiva mediante tablas cruzadas para identificar los niveles de estrés ocupacional y la capacidad de trabajo; para contrastar la hipótesis se realizó la prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov, obteniendo un p<0.05, la cual demuestra que ambas variables no tienen distribución normal, por lo que, para determinar la relación entre las dos variables se utilizó el estadístico Rho de Spearman.
Resultados y discusión
El promedio de edad fue de 67 años y la desviación estándar de 3.54; en la muestra se observa un 64% varones y un 36% mujeres; Del total de docentes un 68% eran de categoría principal y un 23 % de categoría asociado y solo el 9% docentes auxiliares; respecto a los grados el 56% tiene grado de doctor, el 14% grado de maestría y el 30% solo tiene grado de bachiller, ver en la figura 1.
Se ha identificado que el 53% de docentes de edad avanzada presentan estrés crónico y solo el 21% percibe estrés agudo. Además, los niveles de capacidad en docentes universitarios el 47% percibe un nivel pobre y solo el 24% percibe alta capacidad de trabajo.
De acuerdo a la tabla 1 se observa que los docentes que presentan un nivel alto de tensión son los que perciben una capacidad de trabajo pobre con un 41%, pero existe un 12% con baja tensión y percibe una capacidad de trabajo buena, utilizando el Rho de Spearman = -0.601 con un P valor de 0.00** se demuestra la hipótesis: existe una relación negativa moderada entre el estrés ocupacional y la capacidad de trabajo percibida en docentes de edad avanzada.
Este estudio proporciona una nueva perspectiva sobre el estrés ocupacional al examinar mediante tres dimensiones y 14 indicadores en los docentes universitarios de avanzada edad, se demuestra un nivel de estrés crónico generado principalmente por la sobrecarga ocupacional, el nivel de responsabilidad, tensiones físicas y bajo nivel de recreación, estos resultados son similares a lo presentado por Barbosa, et al., (2019), donde expone que las horas de trabajo de los docentes universitarios regulares parecen no ser suficientes, pero se ven obligadas a llevar el trabajo a casa y no tienen tiempo para el ocio, la actividad física y la vida familiar, con el consiguiente aumento de su nivel de estrés y riesgo de enfermedad. Además, complementan lo identificado por Hasan, et al., (2019) los resultados muestran que los profesores universitarios de Kirkuk experimentaron un nivel moderado en subescalas de agotamiento y sugiere formular políticas públicas para organizar la carrera docente teniendo en cuenta la incidencia del estrés.
Por otro lado, los estresores ocupacionales representan las condiciones laborales de los docentes universitarios, estos son un factor que genera estrés crónico, como la ambigüedad en el rol y la sobrecarga ocupacional, por que acumulan muchas tareas, incluidas la enseñanza, la investigación, la divulgación y las actividades administrativas, este resultado es similar a Lagos, et al. (2019) en un estudio con docentes de sexo femenino identifico que, a mejores condiciones de trabajo, menor es el nivel de estrés laboral presentado en esta población docente femenino, pero difiere totalmente de los identificado por Chaudhry (2013), utilizando el cálculo de ANOVA no revela diferencias estadísticamente significativas entre los diferentes tipos de estrés y las condiciones de trabajo, tales como contrato permanente y de visita. Adicionalmente, (Moeller y Chung‐Yan (2013); Maldonado, et al. (2018) proponen que las universidades deben generar políticas de bienestar docente, estas políticas deben involucrar actividades de recreación física e identificar a los docentes con riesgos psicológicos.
La capacidad de trabajo recibido por docentes de edad avanzada tiene un nivel pobre, esto explicado principalmente por la alta demanda física y mental en el trabajo y por el ausentismo generado por situaciones de salud, este resultado concuerda con (Emberland y Knardahl, 2015; Haven et al., 2019; Gonzalez y Hernandez, 2016) los resultados actuales respaldan la idea de que las demandas mecánicas más altas, como trabajar con los brazos levantados tiene efectos a largo plazo, en el nivel de capacidad de trabajo. Además, la variedad de ocupaciones sugiere que los niveles de conflicto de roles, la primacía de los recursos humanos y el desafío positivo son predictivos la baja capacidad de trabajo actual y futura percibida (Emberland y Knardahl, 2015; Grados y Rúa, 2019).
Las relaciones observadas entre la capacidad de trabajo y las variables individuales generalmente corroboran las reportadas en la literatura, los resultados muestran una fuerte asociación entre el envejecimiento y la disminución de la capacidad laboral (El Fassi et al. 2013 ; Arastoo et al. 2013) también las enfermedades físicas y mentales tiene un mayor impacto perjudicial sobre la capacidad de trabajo percibida demostrado mediante las encuestas a docentes finlandeses (Mazloumi, et al., 2014)
Conclusiones
Los docentes universitarios de avanzada edad presentan una relación negativa moderada entre el estrés ocupacional y la capacidad de trabajo percibida.
Los docentes universitarios de edad avanzada presentan un nivel de estrés ocupacional de alta tensión.
El nivel de capacidad de trabajo percibida en docentes de edad avanzada, es pobre.