Introducción y método
Los planteamientos académicos en investigación artística no cuentan con tanta trayectoria como otras áreas de conocimiento (según Gray y Malins, 1993, no más de 50 años actualmente,), por lo que sus métodos se han ido apropiando de sistemas considerados como válidos para poder integrarse en la estructuración de difusión del conocimiento científico.El presente trabajo expone un proceso de análisis sobre la literatura existente para determinar posibilidades en el diseño de investigación artísticadesde el plano metodológico.1Consiste en una revisión bibliográfica de enfoques y modelos de investigación en artes, que pueda visibilizar y poner en valor estrategias, instrumentos y procesos desde la experiencia artística.Así, el objetivo es localizar estrategias para la investigación artística,útiles y válidas desde la perspectiva de la forma de producción científico-académica contemporánea que a su vez, atiendan a las especificidades de las investigaciones artísticas. El enfoque general de este trabajo es el cualitativo desde el análisis documental, teniendo como materiales de estudio documentos sobre metodologías desde las artes desde 1984 hasta 2019 (total de 60 documentos).2
Arte y producción de saberes
La necesidad de reivindicar unos modos de hacer específicos en torno a la investigación artística surge dentro del ámbito académico. Esta cuestión es relevante en la medida que implica la inserción de este tipo de investigaciones en un contexto ya condicionado por unas lógicas de legitimación tradicionalmente asentadas. Por afinidad con los estudios humanísticos, las investigaciones en artes han sido situadas en relación con los mismos (Wesseling, 2019). En las últimas décadas,esto ha propiciado un espacio para un fructífero debate que tambiénvisibiliza los conflictos que surgen en estos procesos de validación. Por otra parte, cabe señalar que el interés en la investigación en artes lleva a abordar estas cuestiones fuera del ámbito académico, transformando en ocasiones, la naturaleza de las propias prácticas artísticas (Cotter, 2019).
Uno de los ejes de este debate se encuentra en la propia definición terminológica, así algunos autores plantean arts-based research (Barone y Eisner, 2006), arts-informed research (Cole, Neilson, Knowels y Luciani, 2004), A/r/t/ography (Irwin y de Cosson, 2004) opractice-based research (Candlin, 2000; Frayling, 1997). Para Sullivan (2006) el término con mayor consenso es practice-based research, y para Borgdoff (2010) el más explícito es práctica como investigación.Elo(2019), en este sentido, plantea queinvestigación artística es un término paraguas que puede abarcar todo tipo de investigaciones en artes, y es el que se ha tomado de referencia en este texto.
Entre otros factores, la dicotomía entre arte y ciencia viene determinada por la sistematización de disciplinas, enmarcando cada una de ellas en posiciones determinadas de producción; sin embargo, comparten en esencia su función como corrientes cuestionadoras y generadoras de conocimiento desde distintas opciones de abordaje de los fenómenos. A pesar de ello, el imaginario colectivo y las reticencias desde el ámbito académico han producido relaciones incómodas entre las dos áreas que, adicionalmente, en muchas ocasiones provoca su no convivencia (Prophet, 2011). Este es el dilema donde se sitúa la investigación artística al intentar integrarse en los parámetros de la producción académica actuales (Sullivan, 2006). Un conflicto que, en todo caso, no ha sido exclusivo del campo de las artes, sino que ya ocurrió desde las ciencias sociales y, por ello, puede ser un antecedente de guía para la validación.En este sentido, el logro de áreas como las ciencias sociales ha sido superar el método científico (entendido como único e inflexible; Gustems, Portela y Calderón, 2017) al concretar sus propios enfoques metodológicos y productivos. Como indica Moraza (2008), la neutralidad del conocimiento está basada en un mito de verdad, una producción y difusión de la verdad asociadas a las áreas científicas al igual que se asociaba el arte a la representación de la belleza como único fin (Sánchez, 2013). Planteamientos que, con la evolución y la colaboración entre disciplinas, desdibuja la idealización del método único en favor de estrategias con capacidad de integración para responder a las particularidades de los fenómenos situados a investigar. Poniendo en valor, de este modo, aspectos para la generación de saberes como la apertura al descubrimiento, la curiosidad, la creativa y el espíritu crítico. La validación, pues, partiría de la aplicación de estos elementos para el desarrollo de procesos de rigor (Gray y Malins, 1993; Ramírez, 2013).Estos, para su evaluación, serán transparentes, y replicables(mismo proceso y mismos resultados, asociado a un paradigma positivista) o transferibles (similar proceso y resultados potencialmente variables, asociado a un abordaje interpretativo).Elo (2019) plantea que la investigación artística, más que servir para acumular conocimiento, pone el eje en configurar saberes relacionales.
Factores clave y modelos de investigación artística
En modelos metodológicos de investigación artística destacan aspectos en primer plano como la subjetividad, la apertura hacia otras disciplinas, yel sentido crítico-interpretativo.La integración de otras áreas al proceso de investigación en artes será contemplada como un ágora donde abordar problemas comunes mediante formatos híbridostransdisciplinares (Nowotny,2006). En este tipo de escenarios, es necesario dar cabida a las subjetividades de los agentes implicados, lo que presupone que otros elementos como la experiencia, el posicionamiento, el contexto y el conocimiento corporeizado son factores que deben reconocerse como parte delproceso.
Previamente se mencionaba que las metodologías del arte pueden seguir a las sociales y su enfoque cualitativo hacia su legitimación,donde los factores expuestos (subjetividad, experiencia, transdisciplinaridad, posicionamiento) son analizables sin necesidad de categorizar herméticamente los resultados. Apropiarse, de este modo, de enfoques interpretativos(abordaje de significados-experiencias de las prácticas contextualizadas) o socio-críticos(implicación participante del investigador con espíritu transformador). El carácter interpretativo de las prácticas y experiencias artísticas es constante durante todo el proceso, y a su vez estas prácticas potencian múltiples interpretaciones (Borgdoff, 2010). No deberían, por tanto, obviarse esas posibilidades interpretativas de análisis, reflexión y crítica a la hora de plantear recorridos y resultados de investigación artística. El rigor y la coherencia en estos procesos, con mayor flexibilidad y fases interpretativas múltiples, se sostienen en factores como la contextualización (no solo física, sino discursiva y sensitiva) y el conocimiento situado (Haraway, 1995). En esta línea, Borgdoff (2010) expone que la investigación en artes recoge elementos propios de las prácticas artísticas como el estudio del objeto (tangible o intangible), la importancia del acto procesual, y la relación con agentes y contextos que participan de la producción.
Sullivan (2006) estudia la investigación en relación con los actos que ésta implica, ayudando asía identificar el tipo de saberes que circulan. Determina tres elementos principales que participan en los estudios procesuales y prácticas culturales: estructura, agencia y acción. En función de los mismos, presenta cuatro actos: (1) teoréticos (operaciones conceptuales complejas), (2)formativos (comprensión a partir de la experimentación y el conocimiento performativo, equiparable a la observación y la confirmación empírica), (3)interpretativos (dinámicas creativas, saberes de una investigación-creación) y (4)críticos (potencial transformador de lo artístico).
Para ubicar de qué manera esos factores se definen en modos concretos de metodologías artísticas de investigación, se presentan en este momento algunos planteamientos propuestos por distintos autores, los cuales comparten las características generales que señala Insúa (2013): trato de gran variedad de temáticas, empleo de metodologías híbridas, y desarrollos epistemológicos plurales. En primer lugar, Frayling (1993) presenta una categorización de tres vías de investigación artística (basada en la práctica), donde las opciones de abordaje son: (1) investigación dentro del arte, (2) investigación para el arte y (3) investigación a través del arte. Borgdoff(2010), partiendo del modelo anterior, plantea estas vertientes: (1)investigación sobre las artes (siendo un planteamiento de investigación aplicada), (2)investigación para las artes (donde la práctica es el proceso de investigación y resultados en sí mismos), y (3) investigación en artes (en la que el propio proceso creativo genera y aglomera los conocimientos teórico-prácticos). Elkins (2005), por su parte, replantea estas corrientes con otros tres enfoques: la investigación artística puede (1) informar sobre el arte o el resultado artística, aproximándose a áreas como la historia o la crítica, (2) equiparar producto artístico e investigativo en un abordaje conjunto, o (3) comprender la práctica artística e investigativa como una misma acción. De estos tres últimos, Sánchez (2013) matiza que el primero se corresponde con una investigación sobre o con las artes, mientras que los otros responden a procesos de investigación en artes, que en su opinión es el abordaje más interesante para la legitimación de instrumentos y recursos metodológicos propios.
Estrategias e instrumentos gráfico-metodológicos
A partir de las características descritas anteriormente, un punto de partida para el ejercicio en investigación artística es defender las cualidades representativas de este campo (la cultura visual y la experiencia estética) para interpretar los afectos, situaciones y cruces interdisciplinarios que se producen en el proceso artístico. Cabe destacar, por otro lado, el planteamiento deFernández-Polanco (2014, p. 218) para “pensar con las imágenes”, esto es, comprender las imágenes no solo como materiales que analizar, sino como representaciones con sus propias narrativas (interpretar desde la posición de investigador conjuntamente con ellas y con los discursos que encierran). Así, las imágenes funcionan como resultados, método y proceso de análisis en una investigación, siendo representaciones productoras de conocimiento. Son así, las imágenes fotográficas, los dibujos, bocetos, pinturas, imagen en movimiento, las que posibilitan, por un lado, un modo de documentar procesos y por otro, un corpus de imágenes que adquiere un carácter medial entre la práctica y la investigación. Los modos de hacer ensayados en las prácticas artísticas suponen un campo de pruebas de aquellos instrumentos que pueden llegar a insertarse dentro de las investigaciones artísticas, en un camino en el que las metodologías de investigación acaban visibilizando hasta qué punto se nutren de la propia práctica. Con este fundamento, son varias las técnicas de investigación con recorrido desde otras áreas que pueden ser adaptadas a las necesidades de metodologías propias. Se pueden mencionar, entre ellas, estrategias como el archivo, recurso presente en la historia del arte no solo como sistema de ordenamiento, sino como formato de creación artística (Guasch, 2011). De la misma manera, caben en estas metodologías técnicas como la investigación-acción participativa, que está relacionada con el arte de contexto (García-Cano, 2013), así como las historias de vida que recupera la esencia del estudio etnográfico hacia planteamientos de auto-etnografía (Insúa, 2013), que necesariamente incluye en el proceso la subjetividad del investigador participante para las interpretaciones y construcción de significados visuales. Por otro lado, y aproximándose a la idea de cuaderno de bitácora, una estrategia de documentación interpretativa es el diario de investigación, en el que caben notas, pero también otras formas de representación de los procesos. En este sentido, Gray y Malins (1993) proponen desarrollarun diario que vaya recogiendo las observaciones del estudio.
¿Qué recursos pueden ser de utilidad en un análisis de datos en investigación artística para situar los procesos dentro de los marcos de producción académica y científica?Se han localizado varios gracias a la revisión de la literatura, que tienen como punto común la prioridad del componente analítico-visual para la presentación de los procesos y guardarán, por ello, patrones estéticos relacionados con las artes visuales y el diseño: la organización infográfica y el visualthinking.Estos permiten destinar la construcción visual a la recogida y exposición de subjetividades e interacciones, posibilitando además representaciones de procesos no-lineales, rizomáticos, que se expanden,modifican e interrelacionan según el propio proceso avanza.
El primero de ellos sería el uso de mapas conceptuales para la definición o categorización de ideas, acciones, vínculo, juicios, símbolos, flujos de movimiento y de poder (Ribas, 2017).Estos pueden adaptarse a las necesidades de cada estudio y presentarse desde sus formas más populares (por ejemplo, en forma word cloud), o insertando distintos elementos para expresar mayorcomplejidad. Enlazando con esta manera de representar se localiza el segundo recurso: el pensamiento diagramático y sus manifestaciones visuales, donde el diagrama funciona como “método o herramienta que propicia nuevos imaginarios, al mismo tiempo que analiza y traduce” y abre posibilidades creativas para reinterpretar los análisis que contiene (Del Pozo, 2014, p. 321). Con estas dos herramientas se contempla también el uso de cartografías críticas que puedan visibilizar y responder a problemas de investigación en artes (Perales, 2010) desde lo relacional, lo experiencial, y lo gráfico. Pudiendo convertirse estos recursos en investigaciones en sí mismas (Ribas, 2017) o en mecanismos de teorización de realidades y fenómenos (Guattari, 2006).El tercer y último recurso que se localiza con esta intención es la relatoría gráfica, que consiste en producir imágenes capaces de captar las energías, flujos, ritmos y actividades del proceso, con la particularidad de ser materiales generados mientras transcurre la acción. Siendo, de este modo, una herramienta metodológica de comunicación de procesos a partir de registros gráficos multiformato que construyen narraciones no-lineales (Boserman, 2014).
Conclusiones
La ausencia o falta de concreción de metodologías propias desde las artes, y su consecuente adopción de estrategias traducidas desde otras disciplinas, puede entenderse como una desventaja, pero también como una oportunidad para la búsqueda de escenarios eficaces que respondan a potencialidades de la investigación en artes, e intentar así desde este lugar el posicionamiento de mecanismos propios dentro del ámbito general de producción en investigación.El trabajo con otras disciplinas es un modo de valorizar los saberes de las prácticas artísticas para la comunidad académica,ofreciendo opciones metodológicas diversas que destaquen la cualidad, la experiencia, la sensibilidad y la crítica, y adaptando los recursos de investigación y análisis a los fenómenos e inquietudes del arte. Será determinante para ello la presentación explícita de cómo funcionan las claves en el proceso interpretativo de investigación.
Gracias a la revisión de la literatura se pueden concretar estrategias y técnicas que funcionan de manera coherente desde un enfoque artístico, esforzándose por determinar métodos para combatir imaginarios que interpretan los procesos como poco rigurosos o ambiguos. Entre ellas, como técnicas se han destacado en este texto el arte de contexto, la etnografía de enfoque artístico, o la auto-etnografía. Como instrumentos para el análisis y visualización de resultados se han presentadocomo herramientasel diario gráfico y las representaciones desde el pensamiento visual, entre las que destacan la estructura diagramática, mapa o cartografía conceptual, y relatoría gráfica.