Luego de 2 500 Años #Metoo #Yotambien #Sevaacaer
Desde niña pude notar que existía una diferencia entre ser hombre o mujer. Por ejemplo, en mis primeros años de escuela aprendí que en el recreo las mujeres no debían jugar rudo, sino mejor preparar coreografías. También aprendí que una “señorita de bien” debía usar falda, aunque fuera una helada madrugada en Quito. En mi casa, noté el trato diferenciado para una niña y un niño; a mí me gustaban los juguetes de mi hermano, los autos, los soldaditos, y sus armas, pero yo tenía ollitas, bebés de plástico y peluches. Cuando era adolescente yo no tenía permiso para salir a una fiesta, o con amigos por las noches, pero mi hermano sí; “porque los hombres saben cuidarse”. A pesar de que estas son experiencias personales, son también comunes en la vida de muchas mujeres, pues son parte de una tradición cultural que condiciona a las niñas a jugar a la casita y a los niños a ser fuertes.
Ahora entiendo que esas estrategias de educación y los métodos de crianza que mis padres repetía inconscientemente, y con el afán de protegerme, responden a un sistema social que pretende relegar a media humanidad a una condición inferior de existencia. Ahora también entiendo que las ollitas y los bebés de plástico que tenía para jugar, así como los cuentos y rondas infantiles que me repetían, están creados para sostener los valores del sistema patriarcal, que designa a las mujeres como “elcorazón del hogar”, la paridora y servidora. En este sentido, se puede decir que nuestra cultura y sus productos, obedecen a roles e ideales de género que privilegian al macho; mientras que las mujeres estamos en condición de inferioridad. Este privilegio masculino, que se ejerce en el cotidiano, por medio de las ventajas en derechos sociales, económicos y políticos, se refleja por ejemplo en la brecha salarial y el feminicidio.
Esta condición de desigualdad social parte de la formación de los estados arcaicos, las nuevas estructuras económicas, avances tecnológicos y militares. Estos cambios sociales transformaron las relaciones de poder entre hombres y mujeres, en base al determinismo biológico y la división sexual del trabajo. Sí este sistemapatriarcal1, que surgió de una situación determinada por la biología, y que con el paso del tiempo se convirtió en una estructura creada e impuesta por la cultura, ha tardado aproximadamente 2500 años en desarrollarse (Lerner, 1990) ¿Cuánto tiempo nos tomará desmontarlo?
En consecuencia de este adoctrinamiento de 2500 años, seguimos arrastrando estructuras misóginas, las mujeres a nivel mundial somos vulnerables a la violencia de género y sexual. En este contexto, en los últimos años, la lucha feminista se ha ido nutriendo y creciendo en diferentes sectores. Un claro ejemplo de esto son las millones de personas que forman parte del movimiento #Metoo y la Marea verde que ha movilizado a varios países enLatinoamérica. Las consignas y los discursos de movimientos feministas de esta década, exigen el respeto y reconocimiento de los derechos de nuestrxscuerpxs2 3. Los cuerpxs del movimiento #Metooson vulnerados para complacer el deseo masculino. Los cuerpxs de la Marea verde son controlados por los estados y sus leyes; para complacer el deseo de dominación masculina. Todavía en 2019 nuestrxscuerpxs no nos pertenecen.
Hemos sido entrenadxs durante siglos para tener una relación distante y silenciosa con nuestrocuerpx, y por ende una especial forma de relacionarnos con otros y de vivir la sexualidad. El placer, lo escatológico, lo erótico y lo violento, han sido por mucho tiempo, y siguen siendo, un tema que no se trata; es un tema del que nos incomoda hablar. La lucha feminista que reclama los derechos de nuestrxscuerpxs a no ser asesinados, violados ni tocados, es también la lucha por romper el silencio frente algo que se ha convertido en parte de nuestro paisaje; es una lucha contra la impunidad y la misoginia naturalizada en la cultura y los gobiernos.
La condición estética y social de la mujer, en su gran mayoría,continúa siendo de objeto sexual, pues la construcción social del cuerpx femenino se enfoca en su capacidad reproductiva, de servicio y sumisión ante el hombre. Algunos hombres, presas de la necesidad de lucir su virilidad, llegan a cometer incluso violaciones grupales u otros actos violentos para reafirmar su masculinidad, fuerza y dominio frente a otros hombres. (Bourdieu, 2000, p.70). Por esta razón, los movimientos feministas apuntan a la denuncia de machos violentos y las instituciones que los encubren. En parte, para lograr esto es importante visibilizar la normalización de la violencia sexual y de género, que nos hemos negado a ver y discutir.
En este sentido, la práctica artística es una valiosa forma de visibilizar la problemática e impulsar la transformación de hábitos culturales que lo mantienen. Pero, dentro del contexto cultural del Ecuador, como explica Anamaría Garzón en su artículo“Y Todavía no hay grandes mujeres artistas...” (Garzón, 2018) las voces de las mujeres artistas y curadoras del Ecuador tienen una menor participación en comparación a los hombres dentro de exhibiciones, premios, salones, etc. Esto demuestra claramente cómo, las estructuras patriarcales, están presentes en todos los aspectos de nuestras vidas, y cómo, el ser mujer artista, a veces supone una constante búsqueda de espacios, validación y justificación de nuestro trabajo. La idea del genio artista nos persigue, pues no hay genias, sino musas.
Dentro del campo de las artes, el feminismo ha tenido gran influencia desde los años sesenta y ha marcado un camino para futuras generaciones. En el año 2017, cuando el movimiento #Metoo tomó fuerza en Estados Unidos, yo me encontraba en New York cruzando un MFA. A la vez, confrontaba con terapia el trauma del abuso sexual sistemático al que fui sometida durante mi infancia. Para mí, ese momento y esas circunstancias fueron las ideales para abrir el diálogo sobre el abuso sexual infantil a través del arte. Fue en esta coyuntura que nació elProyecto Red Hood, que se apropia del cuento Caperucita Roja para denunciar mi experiencia de abuso y resaltar la naturalización de la violencia sexual. Este trabajo artístico lo explicaré en detalle más adelante.
Estrategias artísticas de denuncia de abuso sexual
El arte puede ser un espejo para reflejar nuestra realidad, o una ilusión que nos permitereimaginarla. La violencia sexual es una frecuente e impune realidad, pues una de cada tres mujeres en el mundo la ha experimentado4. Durante mi investigación del Proyecto Red Hood, sobre abuso sexual, encontré dos obras que abordan el tema directamente desde la voz de la víctima-sobreviviente; estas obras son: Themattresspiece (CarryThatWeight)(Sulkowicz, 2014-2015) y ¿Conoces a Eduardo López? (Téllez, 2017).
El trabajo Themattresspiece (CarryThatWeight) de Emma Sulkowicz, es especialmente interesante por su duración y carácter público. En este performancede resistencia, la artista cargó un colchón durante todo su último año de universidad; como símbolo de protesta ante la violación que vivió en los dormitorios del campus y la falta de sanción para su agresor. Emma Sulkowicz cargó elcolchón durante sus actividades diarias, para ir a clases, e incluso durante la ceremonia de graduación. Ella esperaba terminar con el performance, una vez que su agresor fuera separado de la institución, como sanción y protección para sí misma. Pero sus derechos fueron negados y su agresor no fue responsabilizado por sus actos.
El colchón de Emma Sulkowicz es la carga que tienen las víctimas de violencia sexual, es el peso del trauma y el peso de vivir con la certeza de que su agresor no será castigado. El peso del colchón es la pesada realidad de ser mujer en un sistema patriarcal, que nos niega justicia y derechos sobre nuestros cuerpos. Ese pesado, grande e incómodo colchón que Emma Sulkowicz cargó todos los días, también fue levantado por otras mujeres, que se solidarizaron con ella, que le ayudaron a sobrellevar su trauma y a levantar su voz de denuncia.
Laobra¿Conoces a Eduardo López?,de Issa Télleztambién es una estrategia de denuncia que busca justicia y resarcir la violación que vivió. Esta artista mexicana fue agredida sexualmente por un hombre de aproximadamente 1.70 metros de altura, que vestía una camiseta a rayas, de un equipo de fútbol de Monterrey. La altura y vestimenta es la única información que tiene la artista para realizar su denuncia y buscar justicia; el nombre se presume falso. En búsqueda de una solución a un proceso sin respuesta, Issa Téllez repartió folletos durante un partido de fútbol y su posterior celebración, con el objetivo de encontrar a su agresor. En los folletos se podía leer:
¿Conoces a Eduardo López? Cometió un delito sexual en contra de mí y no lo encuentro. Un rasgo característico es que portaba una playera de rayados. Si conoces a un Eduardo López que ha cometido delitos sexuales o crees que podría cumplir con el perfil, por favor contáctate conmigo.(Téllez, 2017)
El cuento de la Caperucita Roja y la estrategia para matar lobos
A continuación expondrémi experiencia de creación artística y los métodos empleados en la producción del ProyectoRed Hood, que busca, a través del arte, una forma de liberación, catarsis y denuncia del abuso sexual infantil. Este proyecto se desarrolló inicialmente entre Estados Unidos y Ecuador, en el marco de mis estudios de maestría en la School of Visual Arts de New York, entre 2017 y 2018. El ProyectoRed Hood reúne una serie de acciones emprendidas con el objetivo de denunciar y vengarme de Francisco Barros, la persona queabusósexualmente de mí.5
Ser víctima de abuso sexual es vivir con las consecuencias psicológicas del trauma. Aunque no se vean, o tratemos de esconderlas, las heridas están en nuestra piel y en nuestros pensamientos. Este tipo de traumas sin resolver tienen como consecuencia ansiedad, trastornos digestivos, pesadillas y depresión, entre otros síntomas. Por eso es necesario buscar una forma de liberarse, de transformar el trauma, de resignificarlo, de darle otro sentido para que el dolor se transforme en rabia y la rabia en fuerza. Yo empecé a enfrentar el trauma con el apoyo de lxs artistas que en ese momento estaban a mi alrededor y que compartieron sus experiencias de abuso conmigo, encontré fuerza en aquella hermandad que nos permitió reconocernos como víctimas, para luego asumirnos como guerrerxs.
Reconocernos como víctimas es importante, pues eso implica entender las estructuras sociales, que imponen roles de género que privilegian a los hombres. Como Susan Brownmiler explica en su célebre libro Againstourwill (Brownmiler, 1975),las mujeres somos entrenadas para ser víctimas de abuso por parte de los hombres, que son incapaces de controlar sus apetitos; las mujeres aprendemos a ser las presas, las princesas, indefensas, y los hombres a ser los machos conquistadores o los héroes salvadores. Estos roles de género se inmiscuyen, se aprenden y se performan desde los primeros años de nuestras vidas.
Los juguetes y juegos, los cuentos y las rondas infantiles son algunas de las muchas formas de mantener y replicar un modelo social de dominación masculina, pues estas, aparentemente inocentes, formas de entretenimiento de niñas y niños son creadas con una función pedagógica y civilizatoria. Como explica Jack Zipes, refiriéndose a los cuentos de hadas, estos “establecen normas estrictas de comportamiento que pretenden regular y limitar la naturaleza del desarrollo de los niños y regular las relaciones sexuales y el comportamiento social de los adultos jóvenes.”6 (Zipes, 2006, p.32. Traducción de la autora).
Uno de los cuentos infantiles de origen medieval, difundido en el mundo y responsable de enseñar a cientos de generaciones los valores patriarcales en las relaciones entre hombre y mujer, es el cuento Caperucita Roja. Susan Brownmiller argumenta que “las mujeres son entrenadas para ser víctimas de abuso sexual” (Brownmiller, 1975, p.309) y señala a la Caperucita Roja como una parábola de esto. Ella dice que, “La violación se filtra en la conciencia de nuestra infancia con grados imperceptibles. Incluso antes de aprender a leer, se nos ha aleccionado mentalmente, para ser víctimas”7(Brownmiller, 1975, p.310. Traducción de la autora). El cuentoCaperucitaRojaenseña y condiciona a las mujeres a ser las presas del lobo feroz, quien representa un hombre de gran apetito sexual (una bestia), que engaña a la pequeña niña para cumplir su objetivo. Yo me identifico con la CaperucitaRoja, con la niña obediente que fue engañada para satisfacer el deseo del lobo feroz.
El objetivo del Proyecto Red Hood era convertirme en mi propio héroe y dar muerte al lobo con mis propias manos. El ProyectoRed Hood utiliza mis pesadillas y el cuento de la Caperuza como material paratransformar mi trauma. Para esto fue necesario enfrentar las memorias ocultas y reprimidas, hablé con mi familia, quienes ignoraron el hecho durante muchos años, con una terapeuta y con varios policías y fiscales. Creí que para enfrentar el abuso era necesario poner una denuncia en la fiscalía de Pichincha en Ecuador; a pesar de que el delito había prescrito, pues quedaría constancia de que Francisco Barros es un criminal. La denuncia en la fiscalía tuvo como consecuencia una fuerte depresión, en parte, debido a la revictimización sufrida durante el proceso, pues tenía que recordar y revivir esas memorias para responder las repetidas preguntas de los peritos.
Al final, la denuncia fue un proceso perdido, inútil. La jueza me dijo: “Por lo menos tiene la satisfacción de que se sacó el trauma, porque no podemos hacer nada”. Esa respuesta no fue suficiente, no fue nada; yo quería justicia, quería que ese hombre sufriera, llorara y perdiera las ganas de vivir, deseaba que él sea miserable, que su cuerpo sea vulnerable, débil, un despojo.
Policías, fiscales y jueces no hacen nada por castigar la violencia sexual y de género: ¿Será porque aún se celebra a los machos que maltratan a las mujeres?, ¿Será porque nuestro gobierno está lleno de machos, que hacen leyes para mujeres? o ¿Será acaso porque nuestras vidas y nuestros cuerpos no son valiosos? Por la inoperancia del sistema judicial, el ProyectoRed Hood busca justicia (o venganza), así como visibilizar una problemática social tan arraigada, como oculta en nuestra comunidad.
La primera fase de producción del Proyecto Red Hood consistió en conversar, contar mi historia y luego escuchar las historias de las demás personas -No estamos solas, no
somos las únicas, somos más víctimas de las que creemos-. De todos lxs artistas que me contaron sus historias de abuso sexual, el 80% eran mujeres, la mayoría de ellas lo hacían con lágrimas en los ojos, o con la voz quebrada, sin embargo, nadie tenía el interés de hacer obras de arte que cuenten sus experiencias.
Para mí, el arte no es solo una forma de expresarse estéticamente, es una forma de hacer preguntas y de cuestionar la realidad en que vivimos. Creo que el arte es otra forma de ver el mundo, pues el quehacer artístico nos permite transformar la realidad de a poco. En este sentido, el proceso de producción del ProyectoRed Hood supuso un amplio impacto en mi vida, en gran parte transformó mi trauma y mi realidad, a través del proceso, y ese era su propósito, más allá de la creación de obras de arte.
Este proyecto inició con la reconstrucción de los hechos, como una forma de denuncia; y continuócon una acción de destrucción y venganza. El ProyectoRed Hood está compuesto por dos performances principales, una instalación y varias fotografías complementarias. A continuaciónexpondréel proceso de creación del las obras Grandma’s housee In thewoods.
Para Grandma’s houseconstruí dos muñecas de fieltro y una habitación para ellas. La primera muñeca era pequeña, con cabello oscuro y labios rojos, vestía una falda azul y una blusa blanca.Esta muñequita la hice para que me representara. La segunda muñeca era el lobo feroz (Francisco Barros), la bestia vestía una camisa blanca y un pantalón azul sujeto por una correa negra, su rostro estaba cubierto por una máscara de lobo y sus manos, por garras. Las muñecas, elaboradas a mano no son el objeto artístico, sino un medio para poder contar una historia. La pequeña niña de fieltro y el lobo feroz están para ser usados como se lo haría en una cámara Gesell, para reconstruir los hechos del crimen, que los policías, fiscales y jueces nunca investigaron a profundidad.
En el video registro de Grandma’s housesolo se puede apreciar mis manos moviendo las muñecas en la colorida habitación, no hay palabras, únicamente el ruido de fondo que me recuerda la casa donde fui abusada. La niña de fieltro está jugando hasta que llega el lobo feroz y enciende el televisor, ese es el medio que él usa para engañarla, se baja los pantalones, toca su sexo. La niña intenta salir, pero no puede. Luego él la convence para que vea una telenovela, mientras él la desviste.
El video es el registro de una acción que se realizó una única ocasión. La recreación del abuso sexual con los muñecos de fieltro fue una experiencia que me permitió verme a mí misma siendo abusada, esto me ayudó a entender lo sucedido con otra mirada, no como víctima, sino como un testigo lejano.
Luego de atestiguar el abuso recreado por las muñecas de fieltro, entendí que era necesario también crear un castigo para el lobo feroz, por lo que asumí el personaje de Caperucita Roja y el leñador que la salva. La niña que fue engañada y devorada por el lobo, ahora se convertiría en su propio héroe. Para esto creé una capa y un hacha roja. La capa roja es un símbolo del abuso sexual y también representa la madurez de una niña que pasa a ser mujer. El hacha representa al héroe. La mujer de capa roja y hacha sería quien llevara a cabo el acto de justicia, quien castigaría al lobo, quien convertiría su cuerpo en un despojo. De esta manera creé el performance de destrucción y venganza.
In thewoodses un performance ritual, en la que soy capaz de matar metafóricamente al lobo feroz, a mi abusador. Con el hacha entre mis manos puedo destruir su rostro, acabar con su cuerpo, liberarme de su recuerdo y de su sensación en mi piel. Para esta acción, utilizo globos con la impresión del rostro de Francisco Barros,y del lobo feroz. Los globos llenan un cuarto desde el piso al techo, en medio del cuarto estoy yo, vistiendo la capa roja, y sujetando fuertemente el hacha. Los globos me rodean, tocan todo mi cuerpo, me asfixian. La única manera de ser libre es destruir todos esos rostros, la única manera de no sentirlos en mi piel, es hacerlos estallar.
Decidí que el lobo feroz -el monstruo- sea un globo, pues es un cuerpo frágil e infantil; de cierto modo, mi intención era regresar el gesto de objetualización hacia el sujeto masculino que me violentó. Al mismo tiempo, estos globos me recordaron una pesadilla recurrente que tengo desde que fui abusada; miles de lobos corren hacia mí para comerme, me cubren por completo, me asfixian y yo soy incapaz de liberarme. La performance tituladaIn thewoodshace referencia al bosque deCaperucita Roja, el bosque donde acechan los predadores sexuales, donde las bestias son humanos y no existen leñadores salvadores. In thewoodsha sido repetida en cuatro ocasiones y aún tiene los efectos de la primera vez, no hay satisfacción más grande que liberarse luego de la asfixia, y no hay dicha más bella que ver convertido en basura el cuerpo de quien osó abusar de mí.
El Proyecto Red Hood es un largo camino que aún no he terminado, pues implica buscar formas de sanar las heridas del abuso sexual, y de buscar justicia poética a falta de justicia ordinaria y legítima. En un contexto donde el Estado, la policía e incluso nuestras familias nos dan la espalda a las víctimas de violencia de género y sexual, no nos queda más que buscar otras formas de sobrellevar el trauma y continuar con la vida. Como mujer, como artista, esta es la forma que yo encontré. Espero que mi obra por más intimista que sea, pueda ser un aliento para otras mujeres y un llamado de atención para todos los demás, para darnos cuenta que cuatro de cada diez o más mujeres en el mundo hemos vivido violencia sexual y que este tipo de violencia solo es la cumbre de un sistema patriarcal que debe ser transformado.
Las mujeres deberíamos hacer ruido, alzar nuestras voces desde nuestra trinchera y seguir sanándonos. Las mujeres en la cultura, deberíamos trabajar para que haya menos musas pintadas en los museos y galerías; para que haya más mujeres creando, mostrando otras realidades, luchando por un mundo equitativo. Por eso, me niego a ser una musa, a ser una bella flor, me niego a ser una mujer servicial y obediente, me niego a defender con mi silencio un sistema patriarcal.