Introducción
El siguiente trabajo de investigación se presenta como un estudio de caso, en la ludoteca La Tardor. La observancia de la cotidianidad de éste sitio, ofrece diversos temas de posible investigación. Durante mi asistencia a la ludoteca pude observar mientras jugábamos con los niños, ciertas actitudes que me plantearon las siguientes interrogantes: ¿Cómo se puede dejar de reproducir la cultura del género? ¿Cómo crear la necesidad de hacer-hacerse? ¿Cómo mantener la curiosidad por descubrirse a sí mismo durante la infancia? ¿En qué medida influencia la cultura visual en la construcción de las identidades de género?
Objetivos
Intervenir con un dispositivo pedagógico que conlleve una actividad artística, para representar de forma visual e individual la construcción de la identidad de género en los niños y niñas de la ludoteca La Tardor.
Evaluar y analizar la actividad mencionada para interpretar como se han ido desarrollando los imaginarios de género, de los niños y niñas de la ludoteca.
Aportar a la ludoteca La Tardor a modo de retribución, una sugestiva investigación por tomar en cuenta para replantear y expandir la inculcación de valores de convivencia a los valores de identidad de género.
Propuesta del dispositivo pedagógico por intervenir
Después de involucrarme en mi contexto de estudio, decidí plantear una actividad guiada. La cual consistió en elaborar dibujos de ellos mismos en el tiempo presente y en el tiempo futuro. Les expliqué que quería que se dibujen en el presente para que se aceptaran tal y como son. Y que se dibujaran en el futuro, para que exploraran las posibilidades de lo que podían llegar a convertirse de mayores. Para dibujarse en el presente les propuse que se preguntaran ¿quién soy? Y para dibujarse en el futuro les propuse que se preguntaran ¿quién quiero ser? Intrínsecamente en mis intereses para la investigación estaba "explorar cómo se relaciona la construcción individual con la construcción social de la infancia" (Hernández, 2010, p.57), entre los colaboradores de la investigación.
Metodologías de la investigación
Me introduzco al campo de estudio desde la perspectiva del método de investigación etnográfico, éste método ayuda a reconstruir los sitios y a explorar el arte, atribuyéndole un significado lleno de conexiones a las prácticas artísticas con conocimientos, historias, usos y narrativas propias de los lugares. Esta investigación supone ayudar a desarrollar reflexividad y subjetividad, atender prejuicios, suposiciones y experiencias personales, mediante el análisis e interpretación de los datos. El cuaderno de notas, las fotografías y las entrevistas, se presentan como herramientas para obtener y sustentar la información durante todo el proceso de la investigación.
Entre las estrategias metodológicas más relevantes sobre el dibujo infantil, se destacan: los estudios de caso, los estudios transversales y los estudios correlacionales. Esta investigación acoge como método, a los estudios de caso. Marin Viadel (1998) dice que estos ocurren cuando:
“el investigador escoge unos pocos sujetos y hace un seguimiento en profundidad de los dibujos y de la personalidad y circunstancias que rodean a cada uno de ellos. Se trata de obtener la mayor cantidad de información posible de unos pocos, confiando en que las estructuras profundas de las conductas artísticas son más o menos comunes en todos los casos”. (p.18)
Durante mi periodo de investigación, pude presenciar que todos los niños y niñas presentaban las nociones básicas del dibujo, algunos presentaban más habilidad o gusto que otros en cuanto a éste tema. Por lo tanto se procedió a realizar la actividad del dibujo sin necesitar un previo aprendizaje. Se hizo la recolección de dibujos del tema sugerido, en 13 niños (6 hombres/7 mujeres) de 6 a 12 años, pertenecientes a la ludoteca La Tardor. A los niños se les entregó una hoja blanca tamaño A4, lápiz y goma de borrar. Para realizar este dispositivo pedagógico se requirió de dos sesiones. Una para dibujar y otra para interpretar los dibujos de modo oral, con una variabilidad de tiempo entre 30 a 45 minutos por cada sesión.
Al trabajo le atribuyo la perspectiva narrativa en género. Para de mi tema de interés "visibilizar los entramados políticos naturalizados con respecto al sexo-género" (Martínez-Guzmán, et al., 2014, p.115). Múltiples y polivalentes vínculos se encuentran entre las perspectivas narrativas de investigación y los estudios de género. La implementación de la perspectiva de género requiere investigaciones con una metodología feminista, para evitar los sesgos de la masculinización y para propiciar así la equidad en los distintos ámbitos educativos.
Finalmente la metodología empleada para el análisis e interpretación del dispositivo pedagógico, adopta posturas provenientes de la perspectiva de género en la educación. La cual requiere de una evaluación de las formas culturales de ser hombres y mujeres en nuestro propio contexto, de manera que sea posible rescatar aspectos valiosos y dejar de lado aquellos que no contribuyen a una realización humana plena (Barffusón et al, 2010).
Discusión de los dibujos
Los resultados que se interpretan en los dibujos, se concentran en indagar sobre detalles y cuestiones concernientes a la construcción de género de las niñas y niños de la ludoteca La Tardor, los cuales se apoyan y fundamentan en autores conocedores del tema.
En los dibujos de las niñas, se reveló una feminidad que gira en torno a la falda o el vestido y el cabello excesivamente largo y en su mayoría suelto. Todas se dibujaron con las pestañas exuberantes y remarcadas, algunas lo hicieron hasta con un guiño. Carro (2010) señala que: "desde que nacemos, nuestros gustos están socialmente dirigidos; socialización que conduce a las niñas hacia la coquetería y el artificio"(p.27).
Por otro lado los dibujos de los niños demostraron “posiciones cómplices con las versiones hegemónicas de la masculinidad” (Vidiella et al., 2010, p.109). Todos los dibujos de los niños se exhibieron con el cabello corto, el mínimo detalle en sus rostros (sin pestañas), y simplicidad en sus vestimentas que se limitaban a los pantalones cortos y/o largos.
Fue fácil diferenciar y separar los dibujos de los niños con los dibujos de las niñas. El detalle en las vestimentas que habitan en el dibujo de sus cuerpos, los separaba y clasificaba por género. No se concibieron como iguales, claramente la mujer es lo opuesto al hombre. Tal como expone Herraiz (2010) en sus investigaciones sobre el dibujo, los niños retratan una normalidad de género y sexo vigente en la sociedad y la cultura que los contextualiza.
En cuanto a sus proyecciones a futuro, se establecieron profesiones que seguramente responden a deseos de sus padres o adultos, provienen de la influencia de la cultura visual, o se manifiestan a partir de sus deseos y aficiones. Tanto las niñas y los niños se inclinaron a profesiones comúnmente pertenecientes a su género. Las niñas se sumaron a profesiones provenientes del espectáculo, la naturaleza, la justicia, la maternidad y la cocina. Mientras que los niños se sumaron a profesiones como la naturaleza, el deporte, el espacio, la tecnología y la paternidad.
Según las niñas, la adultez femenina estaría sujeta a los tacones, el vestido, cabellos sueltos y largos, y el maquillaje (lo digo por las pestañas remarcadas, cosa que el maquillaje ocasiona en ellas). Estos elementos en sus dibujos nos remitirían a la construcción de sus identidades en torno al consumismo. González (2005) dice:
<<La imagen publicitada de la mujer moderna deseada no se aleja en lo fundamental de la tradicional mujer-madre. Si ya las mujeres pueden aparecer representadas con otras identidades más poderosas (desde la ejecutiva, la política, la profesional) hay dos características que son constantemente remarcadas como indispensables para ser aceptadas/valoradas: una, su condición de objeto sexual, que le hace permanecer esclava (consumidora) de toda la tecnología de la belleza, para atraer la mirada del Hombre, obtener reconocimiento/existencia gracias al deseo de Él. La segunda es la obligación de endosar siempre las virtudes, la ética del cuidado y mantener, por tanto, la identidad maternal en todos sus comportamientos: la disponibilidad, la sonrisa permanente, el servicio, etc.>>. (p.183)
Según los niños, la adultez masculina sigue respondiendo a los cánones comunes de la masculinidad, cabello corto, barba y pantalones cortos y/o largos. Elementos que responden al pánico de los hombres por parecerse a las mujeres. A pesar de que el feminismo ha hecho que las mujeres pidan a los hombres ser diferentes a lo que han sido por tradición, los medios de comunicación demuestran lo contrario, presentando según González (2005):
<<héroes tecnificados modernos, se nos ofertan también, como modelos masculinos «más reales», a individuos exitosos en el ámbito económico, político, sexual... y que, en definitiva, ostentan toda la parafernalia fálica: la riqueza, el mando, la capacidad de conquistar/coleccionar jóvenes y bellas mujeres -seducidas gracias a los otros poderes- que están a su servicio y se someten a sus deseos>>. (p.182)
¿Quién quiero ser? pasó a ser ¿Qué quiero ser? Durante el proceso insistí en hacerles reflexionar sobre sus anhelos en el futuro en cuanto a su persona, al corregirles el qué por el quién, se tornaba un conflicto. Sin afán de contrariarlos y someterlos a juicios de valor muy filosóficos y sicológicos, no se insistió en el tema. Reconozco que ésta pregunta pudiese presentarse complicada no solo en la infancia, sino también en la adolescencia y la adultez. El hecho de que prestasen unos minutos en pensar en ellos, me contribuía mucho para dar sentido al dispositivo pedagógico, evaluando su condición de infantes y el contexto en que se encontraban. Al igual que María Elena González y María Dolores Callejón (s.f) en su experiencia en el aula, no es tan importante el resultado material realizado por los niños y niñas, sino la capacidad de transmitir información.
El dispositivo pedagógico se hizo para que los niños y niñas tuviesen la oportunidad de explorarse, conocerse y soñarse a nivel personal. El hecho de que el dispositivo se haya llevado a cabo a nivel grupal, influenció en el modo de mirarse a uno mismo y de ser mirado. Es así como los dibujos y su interpretación oral reafirmaron que “La construcción de la identidad se articula no de manera determinista y natural, sino a partir de múltiples compromisos, alianzas, lealtades y rechazos, que cada cual construye mediante una serie de estrategias" (Hernández, 2007, p.33). Quienes se percibieron diferentes o muy soñadores al momento de dibujarse de mayores, fueron los que más incómodos se demostraron al momento de interpretar los dibujos de manera oral, e incluso no lo hicieron. Coincidentemente, los dos pusieron que querían ser astronautas.
Las múltiples posibilidades del dibujo quedan condicionadas a “factores biológicos, sociales y culturales que determinan la forma y el fondo de su discurso al momento de dibujar sobre algo” (Jiménez & Mancinas, 2009, p.162). Entre los factores que pudiesen haber influido en la realización del dispositivo pedagógico podría mencionar desde el hecho en que se interrumpió el juego de los niños para realizar una actividad guiada hasta mi despedida como investigadora.
Los diálogos que manteníamos con las niñas y niños sobre los programas de televisión, películas y videos que circulan por las redes, denuncian la gran cantidad de horas que dedican a los medios de comunicación. Cuestión que sugiere, una de las tantas fuentes que revelan de donde salen las ideas de los niños y niñas. Jiménez y Mancinas (2009) en sus investigaciones sobre el dibujo, exponen la fuerte presencia de los medios de comunicación y los avances tecnológicos que hacen que los niños construyan su vida alrededor de éstos.
Conclusiones
Son las costumbres adquiridas en la infancia las que moldean los roles de género. Por tanto es necesario liberar las definiciones estereotipadas de lo femenino y lo masculino, y reivindicar la importancia de la experiencia física y emocional de la persona. Queda pendiente por educar a los niños y niñas sobre las distintas posibilidades de construir su masculinidad y su femineidad. En algunos ámbitos sociales dialogar acerca de temas de género o preferencia sexual sigue hiriendo la susceptibilidad de quienes interactúan en estos diálogos, la solución la sitúo en prácticas educativas que sutilmente enseñen a los individuos a dejar de estigmatizar o condenar estos temas, ya que el no conocimiento de los mismos, sólo les limitará su visión y les sentenciará a la sumisión de poderes y saberes.
La perspectiva de género en la educación ha tenido como finalidad abrir nuevos horizontes en el campo educativo, destacando la equidad de género, reconociendo las diversidades sexuales y sugiriendo nuevos modos de relacionarse entre el igual y distinto género. Como educadores evolutivos se debe pensar “en que lo revolucionario debe entenderse como un posicionamiento ante un mundo por construir, más que como una denuncia del mundo dado” (Aguirre, 2011, p.32). Esta perspectiva se presenta propicia para aplicar en entidades que practican la educación no formal, aprovechando sus ideologías y flexibilidad al momento de educar. Ya que la construcción del género y la identidad son temas emergentes que no son abordados por "las áreas disciplinares de la Escuela, o son enfocadas de forma descontextualizada de las vivencias de los estudiantes" (Cunha, 2015, p.3).
Tal como lo dicen las guías metodológicas construidas para trabajar en desarrollo del género, se requiere de arduo trabajo y sobre todo tiempo para trabajar en torno a éste tema. El cual podría parecer complicado por intervenir en sociedades con valores e identidades preestablecidas que no demuestran flexibilidad o apertura, a pensamientos que se presentan divergentes.
En cuanto a la metodología empleada en éste trabajo, defino a la narrativa, como una herramienta experiencial, que abre una amplia gama de posibilidades analíticas sobre los sistemas dominantes y naturizados del género. La perspectiva narrativa me permitió dar significado a la experiencia al narrar, y repensar las vivencias a través de lo que conocemos de ellas. El identificar como se han ido construyendo las identidades en cuanto al género desde la infancia, pudiese ser un aporte mediador para “ayudar a suprimir prácticas opresoras de identidad de género y opción sexual” (Vidiella et al., 2010), las cuales son sumamente recurrentes en la etapa de la adolescencia.