1. Introducción
La castración quirúrgica en cerdos macho destinados a la producción de carne ha sido practicada desde hace mucho tiempo, principalmente en la etapa de lechones en la primera semana de vida, con la finalidad de eliminar las moléculas (androstenona y escatol) generadoras de olores y sabores no deseados conocidos como el “olor a verraco”, además de reducir problemas de comportamiento que arrancan desde la pubertad (Zamaratskaia y Rasmussen, 2015).
La práctica de la castración quirúrgica ha sido muy cuestionada, ya que generalmente se lleva a cabo sin anestesia ni analgesia causando dolor, estrés y una recuperación más larga (frente a la inmunocastración), siendo un tema muy controversial en cuanto al bienestar animal (Kress et al., 2019). El “olor y sabor a verraco” no es detectado por todos los consumidores y hay alternativas que evitan su detección, como el faenamiento del cerdo antes de la pubertad (Wang et al., 2023). Actualmente, del 14 al 93% de los cerdos macho producidos en Europa aún son sometidos a castración quirúrgica (van Ferneij, 2022), siendo Bélgica uno de los pocos países donde la inmunocastración emerge como una alternativa prometedora (de Briyne et al., 2016). En Australia, aproximadamente un 40% de la producción porcina utiliza la inmunocastración, siendo inferior a los valores reportados por Europa y América Latina. Brasil, al ser uno de los exportadores de carne más grandes del mundo, hace uso mayoritario de la inmunocastración, con un 65% de los cerdos sometidos a esta práctica. Por lo que es importante destacar que Brasil cuenta con dos de los diez principales productores cárnicos a nivel mundial, como son: JBS S.A. (siglas por su fundador José Batista Sobrinho) y BRF (Brazil Foods), mismos que optan por esta alternativa a fin de promover el bienestar animal y satisfacer las necesidades del consumidor (de Roest et al., 2009; Iocca et al., 2015).
La Organización Mundial de Sanidad Animal recomienda el uso de machos jóvenes (antes de la pubertad) sin castrar o inmunocastrados con el fin de fortalecer el bienestar animal, ya que la inmunocastración es una práctica mínimamente invasiva. Misma que implica la inmunización activa contra la hormona liberadora de gonadotropinas [GnRH] lo que suprime las funciones testiculares y como resultado evita el “olor sexual” en la carne (Morales et al., 2017). Se reporta que la inmunocastración reduce la espermatogénesis y el número de células de Leyding. Adicionalmente se informa cambios en las glándulas sexuales accesorias (Mitjana et al., 2020).
La inmunocastración cuenta con información científica publicada acerca del efecto de la aplicación de la vacuna anti-GnRH sobre el rendimiento productivo y la calidad de canal en porcinos. Los resultados son variables entre sí e incluyen un sin número de factores (edad de aplicación, intervalo entre dosis, niveles dietarios de energía, proteína, peso de faenamiento), que dificulta el análisis para poder conocer el beneficio de esta vacuna (Basulto Baker, 2020). Por lo anterior, este artículo tiene por objetivo analizar el efecto de la aplicación de la vacuna anti-GnRH sobre la calidad de canal y el rendimiento productivo en porcinos a través del uso de meta-análisis.
2. Materiales y Métodos
2.1. Búsqueda de artículos científicos
Entre julio y septiembre del año 2023 se realizó una búsqueda electrónica de artículos científicos en revistas indexadas en las siguientes bases electrónicas: CAB Direct, Elsevier biobase-CABS, Google Scholar, MEDLINE, PubMed, Science Direct (Journal), Scopus, Academic Search Complete, Scielo, CAB Abstract, y Directory of Open Access Journals.
Se utilizó una combinación de palabras clave (sin operadores booleanos), entre ellas: vacuna anti-GnRH, calidad de la canal, conversión alimenticia, consumo de alimento, porcinos, rendimiento de la canal y sus equivalentes en inglés y portugués, sin restricción de fecha. Cabe recalcar que el periodo de los artículos científicos incluidos para el estudio fue 1982-2023, con un total de 289 artículos localizados.
2.2. Criterios de inclusión y exclusión
Se incluyeron artículos de investigación en español, inglés y portugués, en los que se empleó la vacuna anti-GnRH (inmunocastración) exclusivamente a porcinos sanos destinados al engorde. Para que los artículos hayan sido incluidos debían haber utilizado porcinos machos y detallar información respecto al número de unidades experimentales por tratamiento (repeticiones), incluir al menos dos tratamientos (grupo control: machos castrados o enteros), incluir mínimo una de las variables dependientes de interés con sus respectivos valores de la media y variabilidad: desviación estándar [SD], coeficiente de variación [CV], o error estándar de la media [SEM].
2.3. Variables analizadas
Las variables de interés utilizadas fueron ganancia diaria de peso [GDP] (g día-1), consumo diario de alimento [CDA] (g día-1), conversión alimenticia [CA] (kg kg-1), eficiencia alimenticia [EA] (kg kg-1), porcentaje magro (%), enrojecimiento y pH (30-45 min y 24 h). Finalmente se seleccionaron un total de 45 artículos (Figura 1): Aluwé et al. (2013, 2015), Andersson et al. (2012), Andreo et al. (2018), Argemí-Armengol et al. (2022), Batorek et al. (2012), Bonneau et al. (1994), Braña et al. (2013), Channon et al. (2018), Cronin et al. (2003), Dalla Costa et al. (2020), Daza et al. (2016), Dunshea et al. (2001), Fernandes et al. (2017), Font-i-Furnols et al. (2012), Fuchs et al. (2009), Grela et al. (2013, 2018), Iocca et al. (2015), Jeong et al. (2011), Kantas et al. (2014), Kress et al. (2019), Lealiifano et al. (2011), Metz et al. (2002), Molist et al. (2014), Morales et al. (2010, 2013), Needham y Hoffman (2015), Needham et al. (2017), Oliver et al. (2003), Oliviero et al. (2016), Pauly et al. (2009), Pérez-Ciria et al. (2022), Puls et al. (2014a, 2014b), Quiniou et al. (2012), Rikard-Bell et al. (2009), Seiquer et al. (2019), Škrlep et al. (2010, 2012, 2020a), Turkstra et al. (2002), van den Broeke et al. (2022), Zamaratskaia et al. (2008), Zoels et al (2020).

Figura 1 Flujograma de selección y descarte de artículos científicos.Figure 1. Flowchart for selection and discarding of scientific articles.
En todos los trabajos se usaron dos dosis de 2 ml vía subcutánea, el intervalo de aplicación varió entre 14 y 84 días. La edad a la primera dosis estuvo entre los 29 y 140 días, y la edad de aplicación de la segunda estuvo entre 84 y 182 días.
2.4. Análisis estadístico
Para el análisis estadístico se utilizó el software MIX 2.0 Pro en Microsoft Excel (Bax, 2016), empleando un modelo de efectos aleatorios. Se incluyó un total de 16 meta-análisis: ocho para rendimiento productivo y ocho para rendimiento y calidad de canal. En cada una de ellas se consideró dos tipos de grupos control (castrados y enteros) debido a la diferencia biológica entre ambas categorías. El tamaño de efecto entre el grupo tratamiento y el control se determinó por diferencia de medias (Ledesma et al., 2008).
El número de repeticiones para las variables del rendimiento productivo fueron 1.805, y para las variables de rendimiento y calidad de canal fueron 1.880, como se muestra en la Tabla 1.
3. Resultados
3.1. Rendimiento productivo
El efecto expresado como la diferencia de medias [DM] de los grupos analizados indico un incremento de GMD de 16.78 g día-1 en el grupo de inmunocastrados en comparación con el grupo control castrados quirúrgicamente. Así mismo, se observa un aumento de la GDP en 32,67 g día-1 (p = 0,00005) por encima del grupo control enteros (Tabla 2).

Tabla 2 Tamaño de efecto de la administración de la vacuna anti-GnRH sobre GDP, CDPA, CA y EA en porcinos.Table 2. Effect size of anti-GnRH vaccine administration on ADG, ADFI, FC and FE in pigs.
En cuanto al CDA, se observó una reducción de 78,78 g día-1 en aquellos cerdos que recibieron la vacuna anti-GnRH (p = 0,0028), en comparación con el grupo control de cerdos castrados quirúrgicamente. Por el contrario, el CDA mostró un aumento considerable de 132,92 g día-1 (p = 0,00052) en los cerdos del tratamiento en comparación con el grupo control de cerdos enteros.
En la variable CA se observó una disminución, encontrándose que la vacuna anti-GnRH favoreció de manera significativa al grupo evaluado (p ≤ 0,00001) en comparación con los cerdos castrados. Es decir, los cerdos del grupo control castrados consumieron 168,54 g de alimento adicionales frente a los cerdos tratados con la vacuna anti-GnRH para hacer 1 kg de peso vivo. Los cerdos del grupo control enteros presentaron una menor CA, los cerdos a los que se les aplicó la vacuna anti-GnRH consumieron 73,11 g más de alimento para formar 1 kg de peso vivo.
En cuanto al parámetro EA, los cerdos vacunados ganaron 35,58 g de peso adicional a partir de cada kg de alimento consumido en comparación con el grupo control castrados (p ≤ 0,00001). Por el contrario, al analizar el grupo control enteros se evidencia una mejor EA (p = 0,00621), ya que ganaron 23,89 g de peso adicional a partir de cada kg de alimento consumido en comparación con el grupo tratamiento.
3.2. Rendimiento y calidad de canal
La administración de la vacuna anti-GnRH incrementó en 1,3% el porcentaje magro (p < 0,00001) en comparación con los cerdos castrados. Así mismo, el pH (30-45 min) post mortem incrementó en 0,04835 (p = 0,07738) por encima del grupo control, como se muestra en la Tabla 3. Por el contrario, el enrojecimiento fue mayor en los cerdos castrados en 0,99668 (p = 0,02495) por encima de los cerdos vacunados. De manera similar se encontró el pH 24 horas post mortem, 0,01804 (p = 0,04624) superior a los cerdos vacunados.

Tabla 3 Tamaño de efecto de la administración de la vacuna anti-GnRH sobre porcentaje magro, enrojecimiento y pH (30 – 45 min y 24h) post mortem en porcinos.Table 3. Effect size of anti-GnRH vaccine administration on post-mortem lean percentage, redness and pH (30 – 45 min and 24 h) in pigs.
Al comparar cerdos inmunocastrados versus enteros, el porcentaje magro (p = 0,13119) y enrojecimiento (p = 0,01016) fueron superiores en el grupo control en 0,56999 y 0,46318, respectivamente, por encima de los cerdos con anti-GnRH. El pH medido a los 30-45 min (p = 0,14923) y 24 horas (p = 0,20481) post mortem fueron superiores en el grupo tratamiento en 0,04863 y 0,03859, respectivamente.
4. Discusión
Se evidenció que la aplicación de la vacuna anti-GnRH favoreció el rendimiento productivo, ya que se encontró mejoría del CDA (p = 0,00028), CA (p < 0,00001) y EA (p < 0,00001) frente a cerdos castrados. Estos resultados son similares a los reportados por Kantas et al. (2014), en los que los cerdos castrados quirúrgicamente presentaron una CA 11% (p = 0,0005) más alta frente a cerdos inmunocastrados. Sin embargo, la GDP fue superior en los cerdos inmunocastrados 892 g día-1 frente a los 820 g día-1 (p < 0,05) de los cerdos castrados.
Por el contrario, en comparación con el grupo cerdos enteros, la aplicación de la vacuna anti-GnRH no favoreció el rendimiento productivo, ya que se evidenció mejor CDA (p = 0,00052), CA (p = 0,02574) y EA (p = 0,00621) en el grupo control, a excepción de la GDP, que favoreció al grupo vacunado (p = 0,00005). Sin embargo, en el estudio realizado por Kantas et al. (2014) se encontró que la GDP no fue diferente entre los cerdos enteros (888 g día-1) versus los inmunocastrados (892 g día-1).
La inmunocastración ha sido evaluada a través de un gran número de estudios que tuvieron como finalidad mejorar la calidad de la carne, demostrando que, en comparación con la castración quirúrgica, mejoró la calidad de la canal y el rendimiento productivo (Wang et al., 2023). Dentro del proceso de inmunocastración, entre la segunda semana posterior a la vacuna de refuerzo, los niveles de testosterona comienzan a disminuir debido a la ausencia de las hormonas GnRH, FSH y LH, causando que el metabolismo de los inmunocastrados cambie progresivamente a un metabolismo de machos castrados quirúrgicamente, dando como resultado el aumento del apetito y menor eficiencia en el uso del alimento (Brunius et al., 2011). Es así como, debido a su mayor consumo de alimento (+10 a 12%), se estaría ingiriendo mayores niveles de energía generando un mayor depósito de tejido adiposo (+9%), en especial frente a cerdos enteros (Moore et al., 2016). Por tanto, en el presente meta-análisis se evidenció el beneficio de la aplicación de la vacuna anti-GnRH en el rendimiento productivo en comparación con los cerdos castrados. Es importante mencionar que la aplicación de la vacuna anti-GnRH actúa a partir de la segunda a tercera semana posterior a la segunda dosis de refuerzo, causando la disminución de las concentraciones de androstenona y escatol durante, aproximadamente, 10 semanas después de la segunda vacunación, que hace que los cerdos inmunocastrados no liberen el “olor sexual” (Reyes-Bermúdez y Marín-Hernández, 2018).
Por otro lado, Jaros et al. (2005) indican que la falta de hormona GnRH impide un mejor desempeño en etapa de recría y engorde, ya que los machos enteros poseen una mayor tasa de deposición de proteína y menor deposición grasa por acción de la testosterona, obteniendo una mejor conversión alimenticia, rendimiento magro y ganancia diaria de peso. Sin embargo, el engorde de machos enteros presenta la gran desventaja de la presencia del “olor sexual” en la canal. Fue así como en este meta-análisis, los cerdos enteros presentaron un mejor desempeño productivo por el efecto de la testosterona frente a los inmunocastrados. Esto coincide con los resultados presentados por van den Broeke et al. (2016), donde los cerdos enteros en distintas etapas (entre 20 a 105 kg) presentan una tendencia (p > 0,05) a superar a los inmunocastrados en la variable GDP. Sin embargo, entre los 105 y 133 kg los inmunocastrados tienen una mayor GDP versus los cerdos enteros, 984 vs 877 g día-1 (p = 0,014) respectivamente. Otra desventaja en el uso de machos enteros es la menor ingestión de alimento, gastan más energía y reducen la tasa de crecimiento a niveles por debajo del potencial óptimo debido al aumento de la agresividad y comportamiento sexual (Pauly et al., 2009). En el estudio realizado por Metz et al. (2002), 116 kg de peso vivo, se aprecia que los cerdos enteros consumieron 2,60 kg día-1 frente a los 2.78 kg día-1 de los animales inmunocastrados (p < 0,01). Lo anterior coincide con lo reportado por van den Broeke et al. (2022), trabajo en el que los cerdos enteros consumieron 2,48 kg día-1 en comparación a los 2,97 kg día-1 de los cerdos inmunocastrados (p < 0,001).
En cuanto al rendimiento y calidad de canal en el presente meta-análisis se evidenció que los cerdos que recibieron la vacuna anti-GnRH mostraron un mayor porcentaje magro y pH (30-45 min) en comparación con los cerdos castrados. Los cerdos castrados presentaron un mayor enrojecimiento y pH (24 h post mortem) que el grupo vacunado. Por el contrario, los cerdos vacunados presentaron menor porcentaje magro y enrojecimiento, y un mayor pH (30-45 min, 24h) en comparación con los cerdos enteros. Rosenvold y Andersen (2003) manifiestan que factores como sistema de producción, grupo racial, alimentación y manejo ante‐mortem de los animales y manejo post‐mortem de la carne, llegan a interferir en las características de rendimiento y calidad de canal. Cabe recalcar que el manejo ante-mortem es muy importante, ya que factores como ayuno, transporte, aturdimiento y especie influyen en la fisiología del estrés, que puede afectar a la calidad de la canal (Rosenvold y Andersen, 2003).
En este trabajo no se encontraron diferencias en el nivel de pH medido entre 30 y 45 min post mortem en ninguna de las comparaciones realizadas. En todos los grupos el pH osciló entre 6,25 y 6,32, por lo que no se estaría presentando una carne PSE, sino más bien una tendencia hacia una carne DFD (oscura, firme y seca) (pH mayor o igual a 6,3). Esto coincide con lo reportado por Castrillón et al. (2005), quienes mencionan que podrían considerarse como una carne normal aquellas cuyo pH oscila entre 5,9 y 6,2 (medidos a los 45 min). De manera similar, en el estudio realizado por Dalla Costa et al. (2020) no se encontraron diferencias entre cerdos inmunocastrados y aquellos castrados quirúrgicamente, sin embargo, hubo valores altos entre 6,5 y 6,65. Estos valores de pH más altos estarían ocasionados por el consumo temprano de los niveles de glucógeno muscular (Henckel et al, 2002).
En el pH medido a las 24 horas post mortem si se encontró diferencia significativa, presentándose un pH más bajo en aquellos cerdos inmunocastrados (5,49) versus los cerdos castrados quirúrgicamente (5,51). Lo anterior coincide con lo reportado por Dalla Costa et al. (2020), quienes también encontraron un pH más bajo en inmunocastrados (5.68) frente a los castrados quirúrgicamente (5.72). Un pH (24 horas) se ve afectado de manera significativa cuando el stock de glucógeno muscular es inferior a 53 mol g-1, que en el caso de los cerdos inmunocastrados se asocia a un menor consumo de alimento frente a los castrados quirúrgicamente (Henckel et al, 2002). No se encontró diferencias entre los cerdos inmunocastrados (5,8) y enteros (5,64), sin embargo, en estos últimos el pH fue más bajo. Los cerdos enteros gastan de forma más temprana su glucógeno debido a su mayor actividad física por la presencia de testosterona (Batorek et al. 2012). Aquellas mediciones de pH inferiores a 5,5 indican una tendencia hacia una carne PSE, Dalla Costa et al. (2017) consideran un pH normal entre 5,5 y 5,8 (medidos a las 24 horas).
Con respecto al porcentaje magro en cerdos en condiciones intensivas de producción (alimentación balanceada), se debe esperar un porcentaje de carne magra mayor al 50% (peso vivo 100 kg) (Overholt et al., 2016). En el presente estudio, en todos los grupos analizados, se obtuvo un porcentaje de carne magra mayor al 50%, en los machos castrados fue de 54,06% mientras que, en los cerdos inmunocastrados fue de 55,33%, observándose un mejor valor, sin embargo no representó una diferencia significativa. Estos resultados coinciden con Andersson et al. (2012) ya que reportan que los cerdos inmunocastrados (56,9%) y los castrados quirúrgicamente (57%) obtuvieron valores más bajos en comparación con los machos enteros (57,7%). Así mismo, Pauly et al. (2009) reportan que los cerdos inmunocastrados (56,3%) presentan canales más magras en comparación con los cerdos castrados quirúrgicamente (54,5%), viéndose favorable la aplicación de la vacuna anti-GnRH.
Por último, en cuanto a las características visuales de la canal se analizó el enrojecimiento, a pesar de que varios factores y pigmentos influyen en la coloración del músculo. La oxidación de la mioglobina a oximioglobina es el principal contribuyente en el color rojo brillante de la carne (Wallace et al., 1982). Los resultados para los determinantes del color de la carne son inconsistentes en la literatura (Pauly et al., 2009). En el presente meta-análisis se evidenció que los cerdos castrados presentaron mayor enrojecimiento en comparación con los inmunocastrados, mismos resultados fueron obtenidos por Daza et al. (2016). Este efecto está asociado a un mayor consumo de alimento y por lo tanto mayor ingestión de nutrientes para la hematopoyesis (Henckel et al, 2002; Wang et al., 2023). En este meta-análisis se evidenció que los cerdos enteros presentaron mayor enrojecimiento frente a los cerdos inmunocastrados. Sin embargo, hay autores que no describen diferencias relevantes (Aluwé et al., 2013; Gispert et al., 2010) cuando se compara cerdos inmunocastrados versus machos enteros. En machos enteros la presencia de testosterona genera una mayor actividad física y metabólica que demanda de mayor cantidad de oxígeno y producción de elementos hematopoyéticos dando una mayor coloración a los tejidos (Škrlep et al. 2020b). Varios factores pueden influir en el color de la carne de cerdo, como el manejo de los animales durante el transporte y en el matadero, el método de sacrificio y las condiciones de recolección de datos (Mancini y Hunt, 2005).
5. Conclusiones
El uso de la vacuna anti-GnRH favorece el rendimiento productivo (CDA, CA y EA) y magro en comparación con cerdos castrados quirúrgicamente, no así cuando la comparación se la hace con los cerdos enteros.
Contribuciones de los autores
Debra Andrea Trujillo-Torres: investigación, curación de datos, recursos
Eduardo Fabián Aragón-Vásquez: conceptualización, redacción – borrador original
Renán Patricio Mena-Pérez: validación, redacción – borrador original
Jimmy Rolando Quisirumbay-Gaibor: análisis formal, metodología, administración del proyecto, redacción – revisión y edición