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Medina Morales, G. del C. y Villalón-Hernández, R. (2023). Estudio de la prevalencia del phubbing durante clases ocasionado por el uso de apps. Alteridad, (18)1, 59-69. https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.05
1. Introducción
Con la era digital y la fusión del Internet se crea un nuevo mundo donde la comunicación junto con la tecnología, ha llegado más allá de lo palpable. Sin embargo, es mucho más que una tecnología “Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social” (Castells, 2000, p. 1). Sobre todo “en una era de cambios acelerados donde se abren caminos promovidos por el uso de la tecnología” (Martín-Párraga et al., 2022, p. 37), que se van clasificando para distintos intereses y beneficios sociales. Surgen las tecnologías que permiten compartir información por medio de computadoras, televisores, tabletas y teléfonos celulares.
La revolución tecnológica es una realidad global. Actualmente está en su periodo de auge, presenta más oportunidades de empleo, interacción, innovación y desarrollo en todos los ámbitos sociales. Hoy en día, las personas pueden comunicarse, estudiar, trabajar sin tomar en cuenta la distancia mediante la conectividad digital. (Mulumeoderhwa, 2022, p.74).
El uso y servicios que proporcionan, los dispositivos móviles, y en particular los teléfonos celulares, facilitan y hacen la vida del humano más cómoda. Algunas de estas asistencias son la utilización del correo electrónico, comunicación a través de redes sociales, compras por Internet o consultas de información en la web (Villafuerte-Garzón y Vera-Perea, 2016).
Las TIC en la pedagogía también se encuentran presentes, ya que los y las estudiantes mantienen conexión con su entorno educativo, compañeros, docentes, contenidos y recursos (Campos-Soto et al., 2020).
De esta manera, al existir una relación estrecha entre el Internet, los dispositivos móviles y las aplicaciones de uso social e interactivo, el fenómeno del phubbing se ha frecuentado cada vez más en las aulas durante clases, por ello se realiza este estudio, con el cual podremos medir cuánto tiempo destina el discente durante sus clases a las aplicaciones, y cuáles son, para así en un futuro poder cambiar la pedagogía al actuar como docente en el aula aprendiendo a utilizar estas herramientas para la enseñanza.
1.1 Dispositivos móviles y su relación con el phubbing
Los dispositivos móviles permiten que la persona se encuentre localizable en cualquier momento y atenta a los distintos contenidos que ofrece (Pedrero-Pérez et al., 2012; Bian y Leung, 2014; Espina-Jerez, 2016).
Sin embargo, a pesar de los beneficios obvios de los teléfonos inteligentes, en los últimos años los investigadores se han preocupado cada vez más por sus posibles efectos adversos sobre la salud mental y física, la calidad de las interacciones sociales y escolares (Ha et al., 2008; Khan, 2008; Lee et al., 2014; Chotpitayasunondh y Douglas, 2016; Wang et al., 2023; Thomas et al., 2022; Zhan et al., 2022; Wu et al., 2022; He et al., 2022; Hernández-Gracia et al., 2021; Fernández-Andujar et al., 2022; Xio-Pan et al., 2022).
En 2007 nacen las aplicaciones móviles (apps), software en los teléfonos móviles y tabletas que realiza funciones para el usuario; herramientas que, al descargarlas, facilitan tareas en la vida cotidiana. “Las aplicaciones móviles se han convertido en una de las principales fuentes usadas por las personas para comunicarse, organizar su vida, entretenerse e incluso trabajar” (Velo-de-Sebastian, 2014, p. 12).
En ese sentido, los teléfonos móviles pueden disminuir la calidad de las interacciones interpersonales, produciendo un efecto de “tele-adicción”, donde las personas se desvían de los intercambios cara a cara con otros y, por lo tanto, pierden el arte de la interacción frontal (Habuchi et al., 2005; Chotpitayasunondh y Douglas, 2016).
Así como las aplicaciones son facilitadoras de distintos servicios en favor del usuario, también tienen su descontento puesto que existen aquellas que demandan una constante visualización o acercamiento, pudiendo provocar complicaciones de diversa índole en la vida de dichos consumidores:
En estas aplicaciones, la adicción se centra en las comunicaciones interactivas que pueden acceder en todo momento cuando no existe un control o restricción de las mismas, su uso permanente y constante genera en los estudiantes desconcentración del entorno donde ellos están. Nuestra sociedad está rodeada de tecnologías que están innovando cada día, pero esta innovación no es usada educadamente, generando peligros y riesgos. (Rosado-Álvarez et al., 2015, p. 1)
La llegada de los teléfonos inteligentes y, posteriormente, de las aplicaciones, trajo consigo una serie de psicopatías relacionadas con su uso. La Organización Mundial de la Salud (2008) menciona que una de cada cuatro personas sufre trastornos relacionados con las tecnologías.
En la literatura hay una amplia variedad de problemas que han surgido a raíz del uso del Internet y dispositivos móviles. Existen fenómenos relacionados con el uso de los teléfonos celulares y las aplicaciones, algunos de ellos muchas veces suelen ser desconocidos para las personas. Dentro de estas tecnopatías se encuentran la nomofobia, o la filia a los teléfonos móviles, es decir, el miedo a estar sin el teléfono móvil (Asensio et al., 2018), la vibransiedad, o síndrome de la vibración fantasma. Cerca del 70 % de los usuarios percibe en algún momento la vibración del teléfono cuando realmente no existe (Ponce-Aguirre, 2012; Capilla-Vilchis, 2018, Medina y Regalado, 2021). El sleep texting es una patología que implica escribir mensajes de textos mientras duermen (Mobile World Capital Barcelona, 2013). El FOMO (Fear of Missing Out), es un temor generalizado de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente (Przybylski et al., 2013). WhatsAppitis se conoce técnicamente como síndrome de De Quervain, pulgar de BlackBerry, pulgar de jugador, tenosinovitis estiloides radial, pulgar de mamá o tendinitis de mensajes de texto adolescentes (Malarvani et al., 2014). El phubbing como objeto de este estudio es un neologismo que se compone por dos palabras, phone que en español significa teléfono y snubbing, desairar, fenómeno que aparece con la creciente y avanzada tecnología.
De acuerdo con Nazir y Piskin (2019), este término surge cuando en 2012 varios expertos se citaron para encontrar la palabra que describiera el comportamiento de ignorar a otros por utilizarr el celular. Para 2013 aparece en el diccionario australiano, Macquarie Dictionary la palabra phubbing ya como un verbo, describiéndolo como el acto de desairar a alguien al restarle atención por mirar el teléfono móvil.
Chotpitayasunondh y Douglas (2016) consideran que este fenómeno, de ignorar al interlocutor por atender el dispositivo móvil se ha normalizado y se explica desde lo psicosocial, por ejemplo, la interacción humana, los intercambios sociales (Berg et al., 1995; Cialdini, 1993; Falk y Fischbacher, 2006) y la reciprocidad (Pelaprat y Brown, 2012). De esta forma se creó un comportamiento de reciprocidad aceptada, de mutua intención de priorizar la interacción digital por encima de la presencial.
La población juvenil es la que permanece más tiempo conectada virtualmente a través de sus teléfonos móviles por lo que podrían estar ejerciendo el fenómeno phubbing constantemente, aunque desconozcan la definición del acto. La mayoría de las personas ha tomado los dos lugares, como phubber quien ignora y como phubbee, el que es ignorado, términos que mencionan Chotpitayasunondh y Douglas (2018 p. 304).
Existe una campaña que se realizó a través de una página web llamada Stop Phubbing (Haigh, 2022), para prevenir el phubbing, informar, crear conciencia y aconsejar cómo detener este acto.
En un estudio realizado en América Latina (México, Colombia y Brasil) señala que la mayor población (75 %) con dispositivos móviles admiten hacer uso del mismo para fingir estar ocupados y no hablar con otras personas, casi la mitad de los encuestados dijeron que para “matar el tiempo” y por distraerse diariamente, y un tercio, para consultar una dirección en vez de preguntar a otro individuo o pedir un taxi (Koob y Schulkin, 2019).
El Instituto de Ciencias Sociales en Croacia realizó una investigación internacional “El fenómeno phubbing: Sus predictores y consecuencias en una perspectiva transcultural” donde se cuestionaron los hábitos de uso de teléfonos móviles, la adicción a Internet y la cantidad de horas en línea, así como el autocontrol. A pesar de que los resultados arrojaron que pasaban más de nueve horas al día conectados a Internet, el phubbing y el FOMO fueron de bajos a moderados, se encontró que las mujeres realizaban más phubbing pero el hombre es quien permanecía más tiempo conectados a Internet (Brkljačić et al., 2018, p.110).
En el caso de México, en el estado de Hidalgo, se realizó un estudio en estudiantes de nivel superior acerca de la presencia del phubbing en el aula y dentro de los resultados sobresale que entre un 50 % y 75 % del alumnado encuestado utiliza el celular dentro de clase sin el consentimiento del profesor, atendiendo asuntos personales ajenos a la práctica educativa (Hernández-Gracia et al., 2020).
En México, el fenómeno phubbing aún es desconocido por muchos, inclusive son escasos los estudios relacionados con fenómenos emergentes relacionados con el uso de dispositivos móviles. Asimismo, la mayor parte de la literatura que se encuentra acerca de las investigaciones relacionadas con el phubbing se han enfocado en los trastornos emocionales o afectaciones en las relaciones interpersonales que sufren los usuarios. Sin embargo, investigaciones sobre phubbing en el contexto áulico son escasas, de ahí el hecho de esta investigación.
2. Metodología
El estudio tiene un enfoque cuantitativo correlacional. Se construyeron dos variables, la prevalencia de phubbing y el uso de las aplicaciones.
2.2 Población
El estudio se realizó en la División Académica de Educación y Artes de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, con 3490 alumnos distribuidos en cuatro licenciaturas; 1131 de la licenciatura en Ciencias de la Educación, 735 de la licenciatura en Comunicación, 1573 de la licenciatura en Idiomas y 51 de la licenciatura en Gestión y Promoción de la Cultura.
2.3 Muestra
La selección de la población fue al azar con estudiantes de las licenciaturas de Ciencias de le Educación, Idiomas, Comunicación y Gestión y Promoción de la Cultura, en el periodo 2019-2021. En total participaron 643 estudiantes, 471 del sexo femenino y 172 del sexo masculino. La edad media de los participantes fue de 20 años con una desviación estándar de 2,8.
2.4 Procedimiento
Se utilizó un instrumento de elaboración propia que constó de 27 preguntas. Se conformó de tres partes. La primera recabó la información relacionada con la edad, género, licenciatura y semestre. La segunda, constó de 21 preguntas en escala de frecuencia (Nunca, Pocas veces, Casi siempre, Siempre) que miden la prevalencia del phubbing de los estudiantes universitarios en clase. La tercera, fue de dos preguntas, una dicotómica, para conocer si el encuestado estaba familiarizado o no con el término, y una pregunta abierta para rescatar sus opiniones acerca del fenómeno.
Prevalencia del phubbing (ej. Cuando estás en clases, ¿revisas/utilizas tu dispositivo móvil (celular, tableta, computadora)? con un alfa de .73. tras realizar un análisis confirmatorio, los datos se ajustaron al modelo (c2 = 16.79, df = 3, p = .001; SRMR = .01, AGFI = .95, TLI = .92, CFI = .98, RMSEA = .08, CI 90 % [0.05, 0.12]).
Uso de aplicaciones. Se dividió en dos dimensiones: a) Acercamiento que mide cuáles son las aplicaciones que influyen en la prevalencia del phubbing en espacios académicos. Consta de cuatro preguntas como, por ejemplo: ¿Con qué frecuencia usas WhatsApp mientras estás acompañado? Y cuenta con una fiabilidad de .66. b) Alejamiento que mide el deseo permanente del estudiante por dejar de hacer phubbing. Se compone de cuatro preguntas como, por ejemplo: ¿Has deseado dejar de revisar el WhatsApp mientras estás acompañado? Cuenta con una fiabilidad de .80.
Tras un análisis confirmatorio los datos de la variable, se ajustaron al modelo (c2 = 64.31, df = 17, p = .000; SRMR = .03, AGFI = .95, TLI = .94, CFI = .96, RMSEA = .06, CI 90% [0.04, 0.08]).
Se realizó una prueba piloto para medir su consistencia interna. Una vez que se realizó la prueba piloto del instrumento, se desarrolló un formulario para que los y las participantes contestaran en línea y se les invitó a participar a través de las redes sociales, volantes y por invitación directa de 35 profesores investigadores de la División Académica. A cada uno de los participantes se les garantizó la libertad para responder abiertamente y la confidencialidad de sus datos. No se excluyeron participantes.
Los registros fueron tratados en SPSS sin pérdida de datos, se trabajó con un intervalo de confianza del 95 %. En esta aplicación se realizó el análisis factorial, la fiabilidad de variables y dimensiones. Posteriormente se calcularon medias, DE, y correlaciones.
Se utilizó AMOS para determinar la bondad de ajuste y grado de libertad. Se realizó un análisis confirmatorio para las variables, se verificó que el ajuste del modelo de medición a los datos. Se utilizó un intervalo de confianza del 95 %, para evaluar la bondad de ajuste de los modelos, utilizamos índices de ajuste propuesto por investigadores anteriores (Byrne, 2016; Kline, 2016) chi cuadrado y probabilidad asociada (c2 con p>.001), raíz cuadrática media estandarizada residual (SMSR =.01), índice de Tucker-Lewis (CFI =.98), y error cuadrático medio de aproximación (RMSEA =.08).
3. Resultados
La participación de los y las estudiantes, distribuidos de la siguiente manera, 48 % de la licenciatura en Ciencias de la Educación, el 17 % de la licenciatura en Comunicación, el 4 % de la licenciatura en Idiomas y 31 % de la licenciatura en Gestión Cultural.
El 83 % del grupo encuestado desconocía el término phubbing como un fenómeno emergente a partir del uso del teléfono celular. La tabla 1 muestra que existen diferencias significativas de la prevalencia del phubbing entre ambos géneros. Hombres como mujeres consideran que pocas veces utilizan su celular en espacios áulicos, es decir, no se asumen como phubbers.
A pesar de este resultado, el alumando es consciente que, revisar su celular con mucha frecuencia puede perjudicarles académicamente. Se puede usar el teléfono para cuestiones académicas, sobre todo ahora en tiempos de pandemia y pospandemia.
La tabla 2 muestra que no existen diferencias entre hombres y mujeres en la disposición por alejarse del teléfono celular para revisar sus aplicaciones.
Tras realizar un análisis de correlaciones, se presentó una significancia entre las variables de uso de apps y la prevalencia. Esto sugiere una correlación negativa, a mayor alejamiento menor prevalencia de phubbing en los espacios académicos, tal como se muestra en la tabla 3.
Como se puede ver en la tabla 4, los y las estudiantes se distraen en las aplicaciones orientadas a la comunicación instantánea o con aquellas que les permiten ver series o jugar videojuegos en línea.
En consecuencia, el 23 % indicó que siempre ha deseado dejar de revisar su celular mientras está en clase. El 21 % del alumnado respondió nunca, es decir, la mayoría no ha sentido ese deseo de evitar la revisión de las aplicaciones de sus móviles mientras están en compañía, ya que no las utilizan. Consideran que las redes sociales han cambiado la forma de socializar actualmente, los temas a discusión en las reuniones se derivan del intercambio de contenido visto en las redes. Consideran que se deben explorar estrategias que disminuya esta práctica de su uso con fines sociales en las clases porque se ha convertido en un hábito más que una necesidad.
4. Discusión y conclusiones
Esta investigación amplía las discusiones previas sobre el phubbing, como fenómeno emergente que impacta en diversos ámbitos de la comunicación. La base de correlacionar la prevalencia del phubbing en clase con el uso de las aplicaciones no había sido explorado en la literatura y los resultados concluyentes.
En general, el hecho de que el estudiantado evite utilizar aplicaciones estaría asociado a las normas establecidas por parte del profesorado, esto significa que por parte del estudiante no hay autorreconocimiento, ya que como Bianchi y Philips (2005) mencionan, no está claro por qué las personas no ejercen el autocontrol necesario cuando el uso puede ser inapropiado. Así como Obregón (2015) dice que existe una paradoja importante que la sociedad dice no depender, pero a la vez fomenta la dependencia hasta que se vuelve adicción. En general, los encuestados desconocen que alejarse puede ser fundamental en su rendimiento académico y en su relación social con los otros de manera presencial.
Los efectos de la prevalencia de phubbing en los espacios académicos, y en particular en clases son trascendentes, ya que el 54 % de los y las estudiantes revisa su teléfono celular en clases. Este dato indica que los phubbers se hacen presentes cuando el profesor o la profesora está impartiendo sus clases, o cuando sus compañeros/as exponen. Este resultado significa que solo el 46 % del profesorado no padece del acto de desaire por parte de sus estudiantes, sin embargo, los reclamos por parte de docentes se han exhibido, comentando que, se dan cuenta de que los y las estudiantes realizan prácticas ajenas a las clases en sus dispositivos evidenciándose el phubbing.
Estos hallazgos tienen estrecha relación con el uso de las aplicaciones, los estudiantes sienten la necesidad de mantenerse comunicados de manera inmediata y mediada. Esto se relaciona con lo que Jie et al. sostienen respecto a que la necesidad de relacionarse inducirá el deseo de los estudiantes universitarios de buscar apoyo emocional en las redes sociales, especialmente cuando las necesidades en el contexto fuera de línea no están bien satisfechas (2020, p. 2).
Es posible que la jerarquía de necesidades de Maslow haya cambiado con la inserción de la tecnología en la comunicación mediada (Rico, 2017). La necesidad de seguridad, de pertenencia a un grupo, afiliación, de reconocimiento y autorrealización quedan supeditadas al uso de las aplicaciones sociales e interactivas en los teléfonos celulares.
El acto de ignorar al otro de manera presencial por conectarse con el mundo digital, refleja que se ha normalizado este fenómeno en nuestros entornos que ha provocado problemas emocionales, así como rupturas personales, familiares y académicos. Esto equivale que la autopercepción de ser descorteses es nula, por consiguiente, el deseo de salir de la situación se vuelve inexistente. Como mencionan Capilla-Garrido y Cubo-Delgado (2017), las enfermedades tecnológicas aumentan por su uso excesivo (p. 178). En la actualidad, el phubbing es común, ya que de acuerdo con Vanden-Abeele et al. (2019) “las personas realmente no parecen darse cuenta, y cualquier efecto sobre la distracción y la intimidad de la conversación, ya sea positivo o negativo, parece ser bastante pequeño” (p. 42).
Es una realidad que, como mencionan Davey et al. (2018), a mayor dependencia al teléfono celular, mayor será el comportamiento asociado al phubbing entre universitarios.
El resultado evidencia que entre los estudiantes existe una necesidad de que las estrategias pedagógicas se orienten al uso de los teléfonos celulares en clases. Este hecho tiene relación el 45 % de los encuestados, quienes dicen no desean dejar de revisar su teléfono celular.
En general, esta situación ha provocado serios problemas en las relaciones interpersonales, pues hay quienes son rechazados e ignorados porque en medio de la comunicación que se abre entre dos o más personas, se sienten afectados porque alguien presta más atención al dispositivo móvil que a los mismos sujetos reunidos, desarrollando conductas como las siguientes: no dejan de mirar el móvil, escriben mientras hablan, bajan la mirada a cada instante, no ponen atención o interrumpen. ¿Qué sentirán estas personas que se han visto ignoradas o rechazadas por culpa de una “máquina”, creación del mismo ser humano? “La dependencia a la tecnología hace que el individuo llegue a afectar las relaciones interpersonales con las personas que están en su entorno social” (Durán-Nieves, 2014, p. 182).
La variable alejamiento de la app, opuesta al acercamiento, muestra que el estudiantado identificó su disposición de no hacer phubbing. Consideran que alejarse de las aplicaciones y de los dispositivos móviles es una tarea difícil. La consigna académica de ausentarse de la comunicación mediada, se ha vuelto una tarea complicada. Sin embargo, en el aula se espera que el estudiante tenga sus cinco sentidos en clase, cuando exponen en clase, esperan que la audiencia preste toda la atención. Esto no cambia, por el lado del profesorado, aunque cuente con el tributo de mayor jerarquía, se espera participación e interactividad en el aula como resultado de la comprensión temática. Al final, el trabajo de concientización no solo debe recaer en los padres y las madres, sino también en el profesorado, como mencionan Santana-Vega et al. (2019), deben implicarse para crear un espacio de aprendizaje común sobre los problemas que genera el mal uso del móvil y la necesidad de utilizarlo de manera responsable.
De acuerdo con los resultados, las aplicaciones que distraen a los y las estudiantes son aquellas relacionadas con la comunicación instantánea; Terán-Prieto (2019) confirma que el WhatsApp y las redes sociales son las de mayor uso entre adolescentes y jóvenes, donde se encuentra una alta prevalencia por su uso inadecuado; así como el riesgo de abuso y dependencia de estas.
Los resultados de esta investigación en relación con el uso y abuso de las redes sociales son consistentes con otros estudios anteriores, Bendayan y Blanca (2019) sostienen que existen comportamientos específicos con el uso excesivo de Facebook que se asocian con el uso problemático del teléfono móvil y el phubbing. Esto coincide con lo que Karadag et al. (2015) asevera que el deseo de mostrar la existencia de uno al asomarse en las redes sociales pueden ser los factores que amplifican esta adicción. Aunque para Igarashi et al. (2005), los jóvenes no necesitan relaciones totalmente integradas con otros, sino relaciones que funcionen parcialmente en respuesta a la demanda situacional de uno. Cobra sentido entonces que los y las estudiantes estén más pendientes de su celular porque están a la expectativa de las reacciones que provocaron sus publicaciones o mensajes instantáneos.
Por último, en general, este estudio se enfocó al phubbing del estudiante en el aula a partir del uso de las aplicaciones en su dispositivo móvil. El estudio aporta a la literatura una contribución para entender la relación existente entre las aplicaciones de los teléfonos inteligentes y el comportamiento de los universitarios en las aulas mediante las variables de prevalencia de uso y las apps. Una de las limitaciones del estudio fue que se centró únicamente en estudiantes de las áreas de ciencias sociales y humanidades de una única universidad pública. Se deben realizar validaciones transdisciplinares adicionales que permitan las comparaciones y explicar los comportamientos específicos en comunes. Corresponderá a los científicos sociales abrir futuras investigaciones de estudios comparativos entre todos los fenómenos que surgen del uso de los dispositivos móviles para identificar cuál tiene mayor impacto en la calidad académica de universitarios y, por ende, en su vida social, ya que se desconoce si impondrán nuevas reglas a la forma de comunicarnos cara a cara.