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Sophia, Colección de Filosofía de la Educación

versión On-line ISSN 1390-8626versión impresa ISSN 1390-3861

Sophia  no.35 Cuenca jul./dic. 2023

https://doi.org/10.17163/soph.n35.2023.09 

Articles

Armando Hart y sus claves metodológicas para la enseñanza del marxismo

Armando Hart and his methodological keys for the teaching of marxism

Yenisey López-Cruz1 

Lídice Duany-Destrade2 

1 Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba . yenisey@uo.edu.cu

2 Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba. lidiced@uo.edu.cu


Resumen

Armando Hart Dávalos (1930-2017) fue uno de los intelectuales que reconoció la validez del marxismo cuando el mundo hablaba de su “crisis”. Realizó valoraciones sobre los errores cometidos en la asunción de esta teoría. Además confirmó su utilidad para formar individuos con un pensamiento crítico capaces de cuestionar el mundo contemporáneo. Sus reflexiones son válidas para interpretar y transformar los complejos escenarios sociales que caracterizan la realidad. A pesar de ser distinguido como uno de los marxistas más lúcidos, no abundan los estudios en torno a sus reflexiones. De ahí que este trabajo pretenda revelar las claves metodológicas que se identifican en su pensamiento. Las que resultan necesarias para la interpretación y la utilización del marxismo en calidad de recurso educativo para formar al hombre encargado de cambiar su contexto. Los resultados obtenidos señalan como claves esenciales: el reconocimiento de la esencia antidogmática del marxismo, el electivismo como instrumental teórico-metodológico para pensar y hacer praxis política, el papel determinante de la producción material, sin desdeñar el papel activo del aspecto subjetivo y la incidencia de la espiritualidad en la política, la relación entre cultura y política, y el reconocimiento del carácter relativo de todo conocimiento asociado a los procesos políticos y sociales.

Palabras clave: Armando Hart; marxismo; enseñanza; filosofía; Cuba; claves

Abstract

Armando Hart Dávalos was among the intellectuals who recognized the validity of Marxism when the world was talking about its “crisis”. He made assessments about the mistakes made in the assumption of this theory. He also confirmed its usefulness to form in the subjects cultural tools that enable critical thinking and the ability to question the contemporary world. Its reflections are valid for interpreting and transforming the complex social scenarios that characterize reality. In spite of being distinguished as one of the most lucid Marxists, there are not many studies about his reflections. Thus, the present work aims to reveal the methodological keys that are identified in his thought. These keys are necessary for the interpretation and use of Marxism as an educational resource to train the man in charge of changing his context. The results obtained point out as essential keys: the recognition of the anti-dogmatic essence of Marxism, electivism as a theoretical-methodological tool for thinking and doing political praxis, the determining role of material production, without disdaining the active role of the subjective aspect, the importance of spiritual life as an essential theme of political life, the relationship between culture and politics, and the recognition of the relative nature of all knowledge associated with political and social processes.

Keywords: Armando Hart; Marxism; teaching; philosophy; Cuba; keys.

Introducción

Para establecer una sociedad saludable es imprescindible formar sujetos históricos racionales, críticos y previsores. Los que, ante los desafíos actuales, encaucen la libertad personal en función de cuestionar y transformar la sociedad a favor de una vida digna. En esta tarea tienen un rol importante los centros de Educación Superior. Instituciones donde se forman los futuros profesionales que deben contribuir a crear un desarrollo humano sostenible y una cultura de paz (UNESCO, 2021; Sánchez, 2011).

Entre las asignaturas que favorecen la misión de las Universidades de educar e instruir se encuentra la Filosofía. Para la enseñanza de esta materia se debe recurrir a todo el arsenal teórico que define el constructo de las naciones. A todos los sistemas y pensadores que hayan resultado útiles para interpretar y transformar los contextos, en correspondencia con las urgencias epocales. Pero particularmente aquellos que, como definió Escalona Delfino, se convierten en “permanencias ideológicas”, en tanto “(….) pervivencias o permanencias transhistóricas de las utopías sociales (….)”1.

En el caso de la historia de las ideas cubanas, Armando Hart Dávalos legó un pensamiento valioso para entender el presente y proyectar el futuro de Cuba y del mundo. Sin embargo, sus ideas han sido poco sistematizadas. La Historia ha recogido más su accionar en la lucha insurreccional. Y en el imaginario popular es recordado por ser el primer ministro de Educación y Cultura del Gobierno Revolucionario, y como promotor martiano. Como demuestran López y Duany (2022), aun cuando muchos intelectuales han destacado sus aportes teóricos, existe un vació que convida a emprender estudios desde las ciencia sociales donde se evalúe su pensamiento en sus dimensiones y en su unidad orgánica.

En toda la documentación generada por este intelectual martiano durante su práctica revolucionaria, se descubre un pensamiento marxista. Si con la debacle del socialismo europeo comienza a subestimarse esta teoría, Hart (2005) se erige como defensor de la misma. Reflexiones que al decir de Duany (2020), resultan valiosas en tiempos en que se habla de crisis del marxismo y se desmerita su valor como ciencia y teoría para la acción, a favor de la construcción de un mundo de justicia social.

La comprensión del pensamiento de Marx, Engels y Lenin por Armando Hart le posibilitó establecer la utilidad práctica y metodológica del marxismo. Desde este criterio, desarrolló en su concepción demostraciones y reflexiones críticas acerca de esta teoría como método potenciador de capacidades intelectuales y prácticas sociales necesarias en la formación de los profesionales cubanos. Su pensamiento constituye una síntesis, actualización y revitalización de la misma en función del proceso de formación del sujeto de la transformación social. Y sellan sus aportaciones al pensamiento marxista revolucionario cubano.

Por lo que estas reflexiones constituyen claves necesarias para la enseñanza de la filosofía en las aulas universitarias. Convirtiéndose en recursos educativos para motivar, dinamizar y actualizar los contenidos no solo de esa asignatura, sino de toda la disciplina del marxismo. Una de las que se encuentra definida en el currículo base de las carreras universitarias cubanas, según el Documento Base para el diseño del Plan de Estudio E, elaborado por el Ministerio de Educación Superior (2016).

Todo lo anterior permite identificar como problema científico la carencia de un tratamiento sistematizado sobre el pensamiento de Armando Hart Dávalos, a través del cual se revelen los aspectos que, como recursos educativos, son valiosos para formar sujetos históricos comprometidos con sus contextos desde la disciplina del marxismo.

El objetivo de este artículo es revelar las claves metodológicas que se identifican en el pensamiento de Amando Hart Dávalos. Las que en calidad de recurso educativo, desde la disciplina del marxismo, son valiosas para formar al hombre encargado de cambiar su contexto. Entre las que se identifican como medulares la asunción del electivismo como instrumento teórico metodológico y la comprensión dialéctico materialista de los procesos sociales.

La investigación se desarrolla a partir de un enfoque dialéctico materialista, apoyado en el paradigma hermenéutico para interpretar y analizar los textos2. Durante su desarrollo se utilizaron como métodos científicos el histórico lógico, el analítico-sintético, el inductivo- deductivo. Todos útiles para cumplir con el objetivo de este escrutinio científico.

El resultado de la investigación se ha organizado en dos momentos. Parte de evaluar el comportamiento de la enseñanza de la Filosofía en las Universidades cubanas. Diagnóstico que permite reconocer como, a pesar de ser un contenido neurálgico en la formación de los profesionales, ha enfrentado problemáticas que afectan el cumplimiento de sus objetivos instructivos y educativos.

El marxismo en la formación de los profesionales cubanos

La educación superior se enfrenta cada vez más a fuertes retos. Como apunta Yanes­­­ (2016), la complejidad del mundo actual está urgida de individuos capaces de interpretar los contextos a partir de leyes generales, que permitan penetrar en la esencia de los procesos y fenómenos que ocurren en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Potenciar en las universidades, dentro de las materias a impartir los contenidos de la asignatura de Filosofía, favorece la formación de un pensamiento complejo, crítico, racional y radical (pp. 121-141).

Sin embargo, en contraposición con esto señala Orozco (2015), se percibe una tendencia a disminuir la presencia de la filosofía y al reduccionismo de su contenido en el diseño curricular (p. 326). Hoy se habla de disminuir el tiempo lectivo de esta materia para ampliar los contenidos propios de la profesión. Para Pupo (2004), hoy se desconoce el valor práctico incalculable de este saber sintético-integrador, que ofrece un corpus teórico útil no solo para entender la relación del hombre con el mundo, sino para transformarlo (p.1).

La filosofía ofrece al sujeto presupuestos teóricos útiles para transformarse a sí mismo y reedificar su contexto. Determinado por las condiciones materiales de vida y resultado de la evolución del conocimiento humano; no es algo intemporal y abstracto, sino que constituye expresión de su época. En correspondencia con lo anterior su evolución histórica se caracteriza por ser un proceso de continuidad, ruptura y superación. Muestra de la ascensión del proceso del conocimiento humano, de su propia esencia y de sus vínculos multifacéticos con la realidad.

En este sendero de desarrollo del quehacer filosófico universal, el Marxismo constituyó un momento especial de superación y ruptura. Representó una revolución en el pensamiento, caracterizada fundamentalmente por la conversión de la filosofía en ciencia. Como apuntó Lenin (1980), su genio estuvo “(…) en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad. Su doctrina apareció como continuación directa inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo” (p. 21).

Aunque surge en Europa, es asumida en América Latina por una clase revolucionaria presta a realizar transformaciones sociales radicales. Su asunción se ha distinguió de otras regiones del mundo. Sánchez (2018) afirma que ha estado en correspondencia con las luchas políticas revolucionarias en torno a posiciones antiimperialistas, nacionalistas y patrióticas, frente a los problemas políticos económicos, sociales y culturales generados por la globalización neoliberal (Sánchez, 2018).

A partir del 1º de enero de 1959 en Cuba se asume el marxismo como sostén teórico y conceptual de toda la revolución naciente. Al explicar el proceso de institucionalización y masificación del pensamiento marxista, González (2021) señala que no dejó de ser complejo, particularmente por las polémicas suscitadas entre dos posiciones enfrentadas. Una representada por quienes apoyaron la total influencia soviética, y otra, la socialista cubana, que abogaba por retomar el pensamiento socialista nacional histórico, pero sin desechar al marxismo auténtico. En la enseñanza al decir de González (2021) se institucionaliza el marxismo como “fundamento teórico general dentro del medio académico, docente y de investigación”. Se impulsó la obligación de cursar en todos los planes universitarios la filosofía y economía política marxista (pp. 2-3).

En la actualidad la disciplina del marxismo pasa a formar parte del curriculum base de todas las carreras universitarias. El Ministerio de Educación Superior (Cuba, 2016) establece que su misión está en dotar a los estudiantes de los presupuestos filosóficos, teóricos, metodológicos y políticos-ideológicos que fundamentan la concepción científica del mundo; para la interpretación práctico-revolucionaria de los complejos problemas del mundo contemporáneo (pp. 17-18). Es la asignatura de Filosofía la primera en el ciclo, le sigue la Economía Política y concluye con Teoría Política.

La enseñanza de esta teoría no ha estado exonerada de errores y complejidades, como lo señalan Ferrer et al. (2021). Desde sus inicios y hasta la actualidad, factores internos y externos han coincidido y afectado su aceptación y el cumplimiento de su misión social. Entre ellos el tener un sistema de conocimientos desactualizados y la no problematización de su contenido (pp. 55-62). La autora Carmen Julia Pulido (2018) hace un análisis, a nuestro juicio acertado y objetivo, de las causas y como se expresa la crisis en la enseñanza del marxismo. Es optimista cuando habla del futuro de esta disciplina. Asegura que la solución está en recurrir a las armas cognoscitivas que ofrece esta materia para evaluar los problemas contemporáneos, las cuales constituyen nuestras propias fortalezas y que se hallan en todo el pensamiento cubano. Hoy pobremente expuesto, y donde como apunta Guerra (2010) puede encontrarse “un modo de pensar y vivir críticos frente a las alienaciones originadas por los sistemas de dominio y exclusión” (p.14).

A finales del 2000 el Ministerio de Educación Superior emite la Resolución No. 83 en la que se aprueban modificaciones para las asignaturas de la Disciplina Marxismo. Entre ellas los fondos de tiempo, el orden de precedencia, el objetivo general y las indicaciones metodológicas. Entre las líneas de trabajo se hace hincapié en la articulación del marxismo con las ideas más revolucionarias de la nación (p. 5).

En correspondencia con lo anterior apremia renovar los contenidos y enriquecerlos desde la mirada de seguidores del marxismo que le han enriquecido a la luz de las urgencias actuales. Tal es el caso de Armando Hart Dávalos.

Claves para enseñar el marxismo

Convenientes en la impartición del marxismo, a juicio de las autoras, pueden asumirse como recursos educativos dos claves que se advierten en el pensamiento de Hart: el antidogmatismo y el electivismo. Ambas son efectivas para valorar toda la producción teórica universal y nacional. Facilitando la asunción de las ideas que han sido resultado de la aprehensión de individuos para transformar los contextos socio históricos.

La primera de las claves en la que debe apoyarse el docente que imparte la disciplina del marxismo está en el reconocimiento de su esencia antidogmática. Ante la denominada “crisis del marxismo”, Hart (2005) señala que este es un cuerpo de ideas que no son “verdades eternas” o recetas, sino que orientan y alientan hacia la liberación social del ser humano (p. 25). Apunta, que fue concebido no solo como instrumento teórico para interpretar los diferentes contextos y estudiar las realidades sociales y las tendencias económicas. Es, sobre todo, un arma ideológica para la transformación revolucionaria, en un hacer que implica además, su propio enriquecimiento. Este pensador tiene en cuenta el principio materialista del análisis histórico concreto.

Entonces, para Hart (2005) el marxismo es, y así lo asume, un método, un instrumento que se revela como fundamento científico y filosofía de la praxis para la redención humana. De esencia antidogmática. Caracterizado por “ser una espiral, que obliga permanentemente y por razones de su propia naturaleza a analizar comportamientos nuevos presentes en la vida real” (pp. 20-21). Reconoce que la herencia cultural no puede ser desechada. El pensamiento filosófico y social de Marx, Engels y Lenin debe ser estudiado de la mano de un análisis socio histórico, pero atemperado para los días que corren. Esto es posible solo porque el marxismo leninismo es una ciencia que brinda herramientas para comprender una realidad no prevista por sus fundadores (pp. 20-21).

En correspondencia con lo anterior, el antidogmatismo caracterizó el pensamiento y el actuar de Hart. De esta manera deja para la Educación Superior una premisa esencial, que perdura en sus líneas de trabajo:

Las universidades no pueden vivir al margen de sus tiempos, pues corren el riesgo de verse envueltas como antes de la Reforma una inercia infecunda. Para ello, tienen que insertarse ágilmente en las actualizaciones del medio circundante, con flexibilidad y sin perder rigor, como agentes impulsores del desarrollo, de lo nuevo, tienen que ser capaces de asegurar las respuestas urgentes que el país demanda (Carreras, 2013, p. 320).

Hart (2005) convoca a releer las obras originales de los clásicos del marxismo, para interpretar científicamente el complejo escenario que caracteriza la sociedad humana en la actualidad (p. 21). Particularmente todas las contradicciones y fenómenos sociales que hoy afectan al mundo debido a la unipolaridad, el hegemonismo imperial, la globalización neoliberal y el impacto negativo de la ciencia y la tecnología. Resulta también una teoría valiosa para comprender los procesos revolucionarios que se han llevado a cabo en América Latina. En fin, los aciertos y desaciertos de la izquierda americana. Entre ellos el fenómeno nacionalista, el incremento de la productividad del trabajo en los países capitalistas más desarrollados y la explotación neocolonial en el tercer mundo, la revolución científico-técnica y su impacto, los fuertes antagonismos sociales, la globalización y su incidencia en la cultura, el hegemonismo imperial. Así como: las causas subjetivas de la desaparición del socialismo europeo, las tendencias y líneas principales del capitalismo y su proceso de decadencia, la contradicción entre imperialismo y neocolonia, despotismo revolucionario, entre otros. Sin dejar de lado el valor para explicar la experiencia cubana y los errores que no deben cometerse.

Siguiendo la mirada de Hart (2005), el marxismo es indispensable en la formación profesional. No solo como método científico para el estudio de la realidad, sino también para transformar revolucionariamente la sociedad y lograr la liberación humana (pp. 62-71).

A los estudiosos y profesores de esta disciplina, Hart (2005) les recomienda “relacionar las ideas expuestas por los clásicos con fenómenos objetivos presentes en la sociedad y en la historia” (pp.19-29), y les alerta del peligro de la enseñanza de esta ciencia a partir de los manuales. Criterio que está en correspondencia con la posición asumida ante la polémica intelectual surgida a partir de cómo enseñar el marxismo. Aseguró que para una mejor comprensión de los filósofos y sus teorías era necesario alejarse de las interpretaciones y de los manuales. Era imprescindible “ir a sus fuentes originales, para interpretar y estudiar lo que realmente ha pasado, con vistas a orientar las acciones de hoy y de mañana” (p. 20). Actuar en las aulas en correspondencia con esto potencia en los estudiantes reflexiones críticas frente al aprendizaje reproductivo.

Otra de las claves está asociada al electivismo cubano. Hart (2014) asume el electivismo como instrumento teórico-metodológico para pensar y hacer su praxis política, ajustado al afán de escoger lo mejor de todos los sistemas, sin adscribirse a ninguno (p.159). En tal sentido utiliza el electivismo como método para analizar la herencia de la tradición filosófica universal y cubana, en su unidad, superación y ruptura. Y para desarrollar una elección crítica, en contraposición a los juicios preconcebidos.

Concepción que define al electivismo asumido por Armando Hart en su vertiente dialéctica. Es decir, como anota Pérez (2012), la utilidad de realizar “una selección crítica coherente que apunte a las tendencias y posibilidades de su aplicación práctica, considerando el carácter mutable de la realidad y el nivel de relatividad que acompaña a la verdad en cada momento del desarrollo histórico de las ciencias” (p. 97). Por tanto, su propuesta estuvo orientada a aportar objetividad y cientificidad a los análisis referidos a la defensa de los intereses de los oprimidos y explotados, “sin ismos ideologizantes” (Carreras3, 2017, p. 30). O sea, este método, le llevó a emplear los argumentos necesarios para oponerse a las teorías hegemónicas. Por consiguiente, Hart rechaza “la asimilación acrítica de lo que viene de afuera y acepta su asimilación crítica sobre el fundamento del análisis de las realidades concretas” (Carreras, 2017, p. 107).

El electivismo dialéctico distinguió -al decir de este intelectual martiano- la asunción del marxismo en el caso de Cuba. De este modo señala con fortaleza el hecho de que:

(…) quienes entendieron las ideas de Marx y Engels en el sentido cabal, fueron a sus esencias, las aplicaron a la realidad objetiva concreta que tenían delante y lo hicieron con inteligencia y sin concesiones, pudieron promover un cambio revolucionario en la historia (Hart, 2014, p. 74).

Es primordial entonces, a la hora de explicar en las aulas cómo llegó y se aplicó el marxismo en Cuba, tener en cuenta que el pensamiento cubano está caracterizado por ser resultado de un proceso de continuidad y ruptura. Es decir, todo nuestro constructo teórico nacional ha estado transverzalisado por ideas que buscan dar solución a nuestras problemáticas epocales, particularmente las asociadas a la dependencia económica y política y a la aspiración de una sociedad basada en la justicia social. Una de las esencias del marxismo es que constituye un arma ideológica a favor de los más humildes y en busca de un ideal social humanista. Por tanto, no puede establecerse una barrera entre el pensamiento revolucionario nacional y la teoría marxista. Se trata pues, afirma, de encontrar entre los pensadores cubanos las esencias del marxismo que le permitieron lograr lo que hasta entonces había sido una utopía libertaria, es decir, la construcción de un proyecto socialista que no es una copia del socialismo europeo. De ahí que Hart (2014) apuntase: “(…) en el pensamiento marxista cubano se encuentran las claves para no cometer los errores del llamado socialismo real” (p.108).

Para Hart (2006), el pensamiento cubano es aquel que ha dado respuesta a las urgencias epocales de la nación. Que además ha estado abierto a todo el pensamiento universal que le fuera útil para explicar y transformar su realidad (p. 22). Y hacia donde consideró, debían dirigirse las miradas en aras de revelar sus particularidades y su valor práctico para llevar a cabo las transformaciones sociales.

En la Reforma educacional cubana, que necesariamente debió realizarse con el advenimiento de la Revolución triunfante, se asume un ideal educativo que partía de la tradición de lucha y las ideas de los pensadores cubanos, en unión con lo más universal del pensamiento occidental. Todo ello en función de desarrollar habilidades que garantizaran la formación de un profesional en correspondencia con los imperativos de nuestra realidad y de la práctica social contemporánea. Y en consonancia con los valores morales que deben distinguir al profesional revolucionario.

Coincidiendo con Pulido (2018), afirmamos que la enseñanza del marxismo adoleció del acercamiento al pensamiento cubano y de los seguidores de esta teoría. Es solo a partir del significado que tuvo en el plano ideológico la desaparición del campo socialista, que se han dado pasos, aún insuficientes, para incorporar en el contenido de la asignatura, la temática de pensamiento cubano. Dejando de lado el pensamiento latinoamericano y buena parte del universal. Por supuesto con la intención de que estos contenidos sean abordados en el postgrado a partir de lo asumido como formación continua.

El papel de la subjetividad en la enseñanza del marxismo en Cuba

La tergiversación del marxismo por algunos de sus seguidores motivó a Hart a reflexionar en torno al “determinismo económico”. Interpretación que minimizaba el valor que los clásicos le otorgaban al papel de la subjetividad para los procesos sociales. En relación con ello se descubren en el pensamiento de este martiano, ideas que se revelan como claves metodológicas para la enseñanza de esta teoría.

Evaluar la respuesta que Hart da al problema fundamental de la filosofía es, a nuestro juicio, neurálgico para entender su pensamiento y su praxis revolucionaria. En tanto, como indica Carreras Varona (2014) esto “le abrió un camino insospechado al conocimiento humano al ejercicio de la voluntad del hombre” (p.167). El esclarecimiento teórico sobre los problemas de la identidad entre el ser y el pensar y de su relación dialéctica es clave en cuanto al aspecto ontológico. La posición asumida por Hart es materialista. Pero se detiene para esclarecer el “abismo infranqueable” que algunos seguidores del marxismo habían establecido entre lo objetivo (materia o ser) y lo subjetivo (espíritu o conciencia) (p.166).

Para Hart (Carreras, 2014), el hombre está hecho de carne y espíritu, constituye en esencia una sola identidad. Por ello consideró que “el debate en torno a lo primario entre la materia o la conciencia debe superarse resaltando que separar o divorciar estos dos grandes componentes de la vida es erróneo” (pp. 166-167). De este modo, reafirma el daño realizado por los marxistas reduccionistas a la teoría, al divorciar lo material de la vida espiritual. Convoca entonces a releer a Marx para no pecar de reduccionistas e ignorar que el materialismo clásico, al valorar los factores subjetivos en los procesos históricos encerraba una noción ética.

En función de lo planteado, Hart (2017) asume como esencial la forma en que los clásicos explicaron el papel determinante de la producción material, sin desdeñar el papel activo del aspecto subjetivo (p.18). Analiza entonces sobre una de las tesis fundamentales del marxismo: la relación establecida entre base económica y superestructura. Para Hart (2005) esta tesis “es la llave necesaria para abrir el camino del conocimiento científico de la historia de la sociedad” (p. 4). Alerta que, “en ella está el sustento del equilibrio social y su coherencia” (p. 6).

Sin embargo, Armando Hart reconoce que los clásicos, no se detuvieron en profundizar en el papel de la superestructura y su independencia con respecto a la base económica. Lo que ha sido señalado por muchos como determinismo económico. Criterio asumido por seguidores de esta teoría, marxistas dogmáticos, quienes no reconocieron la relación dialéctica entre estos elementos y obviaron que su esencia materialista está “precisamente en la relación causa y efecto y su infinita multiplicidad de interrelaciones” (Hart, 2005, p. 6).

En función de esto, es importante dejar establecido que Hart no niega al factor económico como determinante a las formas de la superestructura. Pero considera importante no subestimar el papel de la superestructura o tratar de forma anticultural sus complejidades. Profundiza entonces en cómo inciden las formas de la superestructura en la vida material, y se detiene a explicar la relación dialéctica de estos elementos como expresión causa y efecto, así como su vínculo con las relaciones sociales. Convoca a estudiar la complejidad de esta relación base económica y superestructura para entender los cambios sociales que urgen a la sociedad en función de la dignificación humana, y los resultados negativos en la construcción del socialismo.

Lo anterior llevó a Hart (2005) a considerar lo neurálgico de abordar con rigor el papel de la superestructura. Asegura, que si bien las condiciones de vida materiales económicas condicionan los movimientos sociales. (…) para realizarlos se requieren paradigmas culturales (…) (p. 13). Es por lo que, considera lo subjetivo prioritario para asegurar una revolución social fundada en la justicia, donde es inevitable resguardar los valores sociales y humanos. Solo respetando esta relación afirma, se asegura la victoria del socialismo sobre el capitalismo voraz que destruye la humanidad (p.13).

Al reconocer a la superestructura política, jurídica, ideológica, moral y cultural como la forma a través de la cual opera la economía, Hart (2005) deja claro el peligro que entraña subestimar su papel, sus valores o tratar de forma anticultural sus complejidades (p. 40).

Atender la producción espiritual, un imperativo contemporáneo

Vinculado a lo analizado en el subtítulo anterior, se destacan las valoraciones de Hart sobre la vida espiritual. Tema que motivó la atención del martiano en muchos de sus escritos, y que está ajustada a las exigencias contemporáneas de explicar, entender y construir el socialismo. Y que están dirigidas esencialmente a valorar, a la luz de la teoría leninista de Revolución Social, las revoluciones sociales en el siglo XX.

Según Hart (2014), no es una limitación que Marx y Engels no fueran explícitos en evaluar el papel de la producción espiritual en el proceso revolucionario. Esa no era su urgencia social. A ellos les urgía revelar el papel determinante de la producción capitalista en la explotación de la clase obrera. Lo esencial para los clásicos fue “separar el abismo creado entre la producción espiritual y lo material” (p. 74), en ello está uno de sus aportes. En reconocer, que el hombre necesitaba tener satisfechas sus necesidades primarias de vida, para luego crear la producción espiritual. Valoraciones necesarias en las aulas para sostener la tesis de que el marxismo no es un dogma y su vigencia.

Magistralmente Hart (2014) hace uso del precepto filosófico del condicionamiento objetivo de las ideas para explicar el hecho de que los clásicos del marxismo no se hubiesen detenido en desarrollar el valor de la producción espiritual en los procesos sociales. No los crítica, respondieron a una urgencia social de su época histórica. La actual exige, afirma el intelectual, prestar atención a los fenómenos espirituales, como cuestión vital para el mantenimiento de los procesos revolucionarios en sentido universal, y el cubano en particular. Es una tarea por la que esperan todos los pueblos de América y el mundo (p. 85).

En este sentido, Hart centra su atención en temas tan importantes como el fundamento objetivo de lo espiritual. La necesidad de la utilización de la herencia cultural de los pueblos en las revoluciones, la importancia de las utopías libertarias, y la función ideológica del arte.

En los procesos sociales actuales, afirma Hart (Hart y Carreras, 2014), no debe desestimarse el valor del legado cultural de la humanidad. El hecho de tergiversar el legado filosófico, particularmente el marxismo y renunciar a las enseñanzas de la primera revolución socialista encabezada por Lenin, llevó a privar a la cultura “de la rica e ilimitada capacidad humana de crear, amar y soñar”. Así como a la incapacidad de producir los cambios que necesitaba la construcción del “socialismo real” (p. 74). Ideas en las que, a juicio de las autoras, refuerza el valor actual del marxismo y de la Revolución Socialista. Teoría y proyecto social que muestran un mundo mejor, asociado a la justicia, la dignidad humana, frente a lo que prima y es considerado como estándar de calidad de vida: la ideología y el modelo económico capitalista.

En el caso de Cuba, este intelectual es del criterio que la construcción del socialismo parte de una herencia universal, pero también de una rica herencia nacional donde convergen las ansias de justicia y el alto sentido de sensibilidad humana. Por tanto, no concibe antagonismo entre la producción espiritual nacional y la teoría marxista. Lo que refuerza lo ya abordado sobre lo imprescindible de actualizar los contenidos de la disciplina del marxismo. Fue consciente Hart que aún cuando la institucionalización de la enseñanza nacional tuvo un marcado sustento marxista no era apropiado desechar el resto del quehacer teórico, particularmente el nacional. Afortunadamente, el hecho de no prestar atención a las ideas nacionales ha sido superado, y en los programas de estudio se potencia el tratamiento del pensamiento cubano.

Hart (2005) reafirma el valor de la teoría marxista acerca de las transformaciones sociales a favor de la libertad y la conquista de la felicidad (p. 26). Concuerda con los clásicos que las revoluciones sociales no son hechos casuales, sino resultado de condiciones objetivas y subjetivas. Advertida ya por Marx y Engels lo determinante del “ser social”, Hart presta atención a “la conciencia social”. Particularmente al fundamento científico de la capacidad humana de producir su vida espiritual. Significando con ello que las utopías sociales no son producto de la enajenación social y constituyen el impulso a partir del cual los hombres orientan su práctica humana transformadora.

En el mismo orden de valoraciones en torno a la producción espiritual se revela en las reflexiones de Hart (2005) el reconocimiento del fundamento ético de la teoría marxista como otra de las claves para tener en cuenta. Aún cuando los padres del marxismo no realizaron amplias reflexiones éticas, lo ético, se reflejó en la sociedad pensada para dignificar al ser humano. Y en cómo, al descubrir verdades científicas colocan en el centro de su atención al sujeto, capaz de transformar su realidad (pp. 48-49).

Idea que es defendida y desarrollada también por Vázquez Sánchez (2006), destacado estudioso ético, cuando apuntó:

Si bien en Marx no encontramos una ética en sentido estricto, como un cuerpo de verdades sistemáticamente articulado, no se puede ignorar que, a lo largo de su obra, se encuentran explícitas -para no hablar de las implícitas más abundantes- reflexiones, afirmaciones e ideas sobre la naturaleza ideológica de la moral y su carácter histórico social, su vinculación con las relaciones de producción y los intereses de clase, así como sobre su función en la sociedad, y particularmente en la sociedad socialista (p. 298).

Hart (2005) en la crítica marxista al capitalismo y en la defensa de la utopía social de una sociedad de justicia e igualdad descubre el fundamento ético de esta teoría. De ahí que afirmase:

Podemos cimentar la ética a partir del estudio de la plusvalía, y colocar como piedra esencial de una moral ciudadana el honor del trabajo; otro elemento a destacar es la disposición humana para asociarse con el objetivo de forjar una sociedad enriquecida material y espiritualmente. Constituyen valores fundamentales de la ética: exaltar el honor del trabajo y la vocación social del ser humano (Hart, 2005, pp. 48-49).

La idea anterior se reitera en la obra del pensador cubano. Pone al descubierto la crítica que realizan los clásicos del marxismo al sistema capitalista. Descubren el cimiento inmoral de la propiedad privada y de la plusvalía, y fundamentan el valor moral de la propiedad social y con ella de los valores del socialismo: el amor al trabajo y el colectivismo. Refuerza Hart (2017), la interpretación marxista de que “la lucha en favor de los pobres”, es “la pieza central de la ética universal”. Solo así afirma, podrá “comprenderse la verdadera dimensión y el alcance de los grandes errores que tuvieron lugar bajo la bandera del socialismo en el siglo XX” (p. 43).

Esta mirada favorece que, en las aulas universitarias, el docente promueva intercambios en los cuales se debata sobre el escenario sociopolítico actual. Potenciando en los educandos una posición crítica objetiva sobre la realidad cubana y el valor del proyecto social socialista. Pertinente en tiempos donde se minimiza el valor del socialismo y se ensalza el capitalismo. Contribuyendo a la formación de educandos en correspondencia con los imperativos de nuestra realidad y de conformidad con los valores morales que deben distinguir al profesional revolucionario.

Cabe destacar que la ética se constituye en uno de los pilares del pensamiento de Hart. Sus análisis sobre el papel de la eticidad en el proceso histórico cubano y en el pensamiento nacional llevan a entender por qué, a su juicio, en la moral está el fundamento de la existencia humana. Pero solo si se asumen los postulados éticos más humanistas que conduzcan a un decir y un hacer en función de la redención universal del hombre. Es decir, para Hart (2005), “el sentido de la vida del ser humano está en su pasión por la verdad científica y la justicia entre los hombres” (p. 87).

En el caso de la experiencia cubana, Hart (2014) identifica a Fidel Castro como el marxista más completo. Considera que en él se sintetizan los principios éticos más revolucionarios y humanistas del siglo XX. Convoca entonces a estudiar el pensamiento y el accionar del líder histórico de la Revolución Cubana. Portador de un pensamiento síntesis de la eticidad universal de América y de Cuba. Quien en su praxis política reconoció el papel determinante de los factores morales para alcanzar y defender las conquistas sociales (p. 58).

Con respecto a las reflexiones sobre lo ético se debe resaltar lo oportuno de ellas en la formación de los profesionales cubanos. Teniendo en cuenta que la formación universitaria cubana tiene un carácter fundamentalmente humanista. En tanto está dirigida no solo a formar competencias profesionales, sino a formar valores que definan a un mejor individuo, comprometido con la especie humana. En correspondencia con el objetivo primordial que declara Hart para el sistema educacional cubano:

Educar para una sociedad democrática, para un pueblo libre preparar a cada individuo para pensar por sí mismo. Si nuestro primer deber es garantizar la libertad, protejámosla de la ignorancia, de los prejuicios y de los miedos, que tienden a detener o a desviar la marcha del hombre hacia el mundo realmente libre (Carreras, 2017, p. 593).

A partir de lo anterior, Hart manifiesta otra clave para tener en cuenta en la enseñanza del marxismo, en este caso la relación que establece entre cultura y política. Que descubre como una de las particularidades de nuestro constructo teórico, y a partir de la cual se fundamenta su concepción de “política culta”. La que, como apuntó, es herencia legada desde los padres fundadores de la nación hasta Fidel Castro: “Félix Varela nos enseñó en pensar; José de la Luz y Caballero, nos enseñó a conocer; José Martí, nos enseñó a actuar, y Fidel Castro, nos enseñó a vencer” (Hart, 2014, p. 58).

Visceralmente martiano, Hart (2018) entiende la política como “sensibilidad ante los problemas de los demás, la política como el arte o la capacidad de llegar a los demás, la política como la identificación con las aspiraciones y los objetivos del pueblo (…)” (p. 91). Asumir esto lo llevó a desarrollar una concepción y una praxis política que está en correspondencia con lo establecido por Max Weber (2000) como un intelectual y “político de vocación” (pp. 21-23).

Por lo anterior, Hart (Carreras 2018) introduce el tema de la cultura para significar el papel de la subjetividad en la política. Insiste en advertir que “(…) la cultura no es asesoría a la vida del hombre, está comprometida con el destino de la humanidad y situada en el sistema nervioso de las civilizaciones” (p. 36). Basada en las amplias posibilidades de alcanzar la dignificación humana a través del vínculo entre la cultura y la política. Advierte que, ante los nuevos contextos, “la necesidad de la unidad de nuestros pueblos es tan profunda que no se manifiesta por la vía política, sino por las vías culturales” (p. 174).

En relación con esto, Armando Hart desde su cargo como Ministro de Educación del Gobierno revolucionario, expuso en el mensaje al pueblo cubano: “(…) en un sistema político en que la dignidad moral de la persona humana representa su fin más alto, la acción política, singularmente en el orden económico, y la acción educativa, se complementan como factores correlativos de un proceso integrador, tendiente a elevar los niveles de vida del pueblo” (Carreras, 2013, p. 313).

Las reflexiones de este marxista consecuente demuestran que el análisis de la cultura requiere no hacer abstracción de su dimensión ideo-política, porque eso sería obviar la finalidad de su función transformadora. En este sentido, Hart (Carreras, 2018) afirmó: “(…) todo el que asuma desde la política la defensa de la soberanía y las transformaciones sociales en nuestros pueblos y países a favor de la justicia para todos tiene que ser un fiel defensor de los propósitos culturales a más largo alcance” (p. 21). De ahí que defendiese la ideología socialista, pues “(…) lo que trata es de ampliar la libertad, de ampliar la democracia y de profundizar en el campo del arte” (p. 81).

Estas reflexiones son opuestas a la falsa concepción de neutralidad política del arte. Según Hart (Carreras, 2018) existe un “nexo sutil, dialéctico y consiguientemente contradictorio entre el arte y la política” (p. 90). Lo que emerge durante todo el desarrollo histórico de la humanidad. Donde, al decir del intelectual, se advierte el papel político e ideológico del arte, como “forma de expresión que facilita la trasmisión del mensaje ideológico” (p. 97).

Todo lo anterior ronda en torno a la idea que ya hemos expuesto en este artículo. La importancia que Hart da a la subjetividad en la construcción del socialismo, vinculado a cuestiones relacionadas con el ideal de la cultura de hacer política. Particularmente cuando evalúa el caso Cuba. Donde afianza que deberá enseñarse a profundidad el legado cultural de la nación que acompaña nuestro proceso político. La conjugación de este legado con la tradición del pensamiento marxista posibilitará formar una aptitud crítica sobre fuertes bases culturales y científicas que permitan la defensa de nuestra identidad nacional.

Todo lo abordado por Hart sobre la relación política-cultura es contenido esencial de la Teoría Política. El pensamiento de este intelectual es de obligada referencia en esta asignatura. En tanto ofrece un sistema de ideas acerca de la política, desde un enfoque marxista leninista, que revitalizan y actualizan este contenido. En sus ideas se sostiene el carácter objetivo y clasista de la política, su relación con la lucha de clases, la participación política, la socialización política, la cultura política, la democracia, entre otros aspectos. Es mucho más útil si se tiene en cuenta que lo hace enjuiciando la realidad nacional y los movimientos de izquierda en el siglo XX y XXI. Sus análisis no son contemplativos, su crítica no es para nada contrarrevolucionaria. Está dirigida a revelar esas deficiencias que quebrantan el ideal socialista.

Para interpretar los procesos sociales, la historia de la humanidad Hart (2014) nos insta a comprender la dialéctica del conocimiento. Solo una reflexión dialéctica de la historia posibilita sustraer de ella las vías para construir mejor el futuro. Convoca a promover una cultura crítica acerca del desarrollo de la ciencia, que se contraponga a la adopción de modelos o esquemas rígidos en la vida social. Lo cual conduce a otra de las claves a tener en cuenta en la enseñanza del marxismo: el reconocimiento del carácter relativo de todo conocimiento. En ello está implícito el valor práctico revolucionario del materialismo de Marx y Engels. Lo que expresa de la siguiente manera:

Ni negar las posibilidades de nuevos conocimientos ni elevar las verdades descubiertas a la categoría de valores absolutos e inmutables. El conocimiento de hoy contribuye a forjar el de mañana, como el de ayer hizo posible el de nuestro presente. Es en la cadena y el proceso mismo de conocer donde se haya lo verdadero, es en la relación causa-efecto y sus posibilidades de entrelazamiento donde se encuentra la esencia de la gnoseología de Marx (p.79).

En toda la obra de Hart este alude a lo obligatorio del estudio de los procesos sociales ocurridos en todo el desarrollo de la humanidad. Pero no solo de los más universales, sino de las etapas de luchas llevadas a cabo por cada uno de los pueblos. Pues, la verdad del presente es resultado de toda la historia nacional y local. Es decir, para explicar el presente y proyectar el futuro hay que conocer el pasado.

Por tanto, volvemos al punto en el que hace referencia Hart a la importancia de la asunción del marxismo-leninismo a partir de la conjugación de la cultura universal, con la política y el sentido ético de la vida. Lograr un mundo mejor requiere de no obviar los fundamentos éticos del movimiento humanista y de liberación universal que se creó con el marxismo. Esta fue y ha sido siempre la posición asumida por el pensamiento cubano con respecto a la teoría marxista. Hemos sido capaces de guiarnos por sus métodos de análisis histórico para conquistar nuestra realidad. Armando Hart (2014) lo subraya así:

Los cubanos asumimos los descubrimientos científicos, económicos y sociales de Carlos Marx desde la cultura espiritual y ética de nuestra América. Nos guiamos por el pensamiento de Marx, porque sus aportes y su sentido humanista universal -punto de partida de la ética socialista- nos sirvieron para interpretar la historia humana, nos brindaron claridad en el estudio de la evolución económica y social de Cuba y América Latina, nos dieron los métodos de análisis histórico para confirmar la raíz popular de nuestro patriotismo (…) (p. 88).

En la Cuba actual, como señaló Díaz Canel (2022), Presidente de la República, se es consciente que el marxismo se fundió con la sólida tradición política heredada de las luchas libertarias (p. 4). Lo que ha permitido la consolidación de una concepción socialista con sólidas bases científicas. La misma que, por medio de la práctica revolucionaria, logró crear una sociedad humanista y de justicia social. Ratifica esto el valor metodológico de tomar las lecciones que nos brinda la historia. Para alcanzar un futuro mejor, es necesaria la aplicación objetiva y concreta de cada conocimiento adquirido de la historia. Por supuesto, siempre teniendo en cuenta su condicionamiento económico. Actuar así le otorga a este proceso variedad de posibles resultados prácticos a partir de los cuales se conforma la historia real.

Todo esto indica que los horizontes educativos de nuestra nación cuentan con concepciones fundamentadas en un saber crítico, auténtico y profundamente humanista. Las que constituyen herramientas en el proceso de enseñanza del marxismo. Dígase potenciar la enseñanza desde posiciones antidogmáticas, reconocer el papel activo de lo subjetivo en las transformaciones sociales, el carácter objetivo de las utopías y de los movimientos sociales para promover cambios prácticos y duraderos. Así como el valor de la conciencia humana, agente fundamental de la práctica social, y de la ética en la lucha revolucionaria, liderada por la clase obrera para vencer las desigualdades sociales.

Todas ellas aportan al proceso educativo la posibilidad de traducir los problemas emergentes que enfrenta la humanidad. Puesto que la enseñanza debe convertirse en un proceso de formación de profesionales con alto sentido universal, preparados para enfrentar nuevos contextos y retos.

Conclusiones

Lo valorado hasta aquí permite afirmar que resultan aún insuficientes las vías y métodos utilizados para dar cumplimiento a la misión social de la disciplina del marxismo en la Educación Superior cubana. De ahí que este trabajo sea un llamado a los esfuerzos científicos sistematizadores del pensamiento nacional, donde están los fundamentos históricos e ideológicos del proyecto social cubano. Resultados que, incorporados en la docencia universitaria, contribuirían a formar sujetos transformadores de una realidad que reclama trabajar en función de la supervivencia de la especie humana.

Las ideas marxistas de Armando Hart Dávalos constituyen valiosas herramientas para cumplir con la misión social de la disciplina del marxismo de potenciar en los futuros profesionales un pensamiento crítico y una praxis social comprometidos con las urgencias sociales contemporáneas.

En este resultado científico se identifican como claves metodológicas que en calidad de recurso educativo contribuyen a motivar, dinamizar y actualizar la disciplina del marxismo las siguientes: el reconocimiento de la esencia antidogmática del marxismo, el electivismo cubano como instrumental teórico-metodológico, la explicación al problema fundamental de la Filosofía, la argumentación del papel determinante de la producción material, el fundamento ético del marxismo, el reconocimiento de la relación dialéctica entre la vida material y la espiritual, la incidencia de la espiritualidad en la vida política, la relación entre cultura y política, y la relatividad del conocimiento asociado a la comprensión de los procesos políticos y sociales.

Apoyos y soporte financiero de la investigación

Entidad: Universidad de Oriente

País: Cuba

Ciudad: Santiago de Cuba

Proyecto subvencionado: Pensamiento, Cultura, Economía e Historia.

Código de proyecto: 9469

Este artículo es resultado del tema de investigación La relación ética, cultura y política en el pensamiento de Armando Hart Dávalos, realizada para optar por el grado científico de Doctor en Ciencias Filosóficas. Adjunto al Programa Doctoral en Ciencias Históricas y Filosóficas de la Universidad de Oriente. Santiago de Cuba, Cuba.

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NotasSantiago

Recibido: 13 de Septiembre de 2022; Revisado: 05 de Diciembre de 2022; Aprobado: 10 de Diciembre de 2022

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