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Sophia, Colección de Filosofía de la Educación

On-line version ISSN 1390-8626Print version ISSN 1390-3861

Sophia  n.29 Cuenca Jul./Dec. 2020

https://doi.org/10.17163/soph.n29.2020.06 

MISCELÁNEOS

Reconfiguración de la religiosidad del joven en la sociedad contemporánea y su relación con el pensamiento complejo

Reconfiguration of youth's religiosity in contemporary society and its relation to complex thought

Dolores Vélez Jiménez1  [1]
http://orcid.org/0000-0003-1103-7856

Juan Mendoza Hernández2  [2]
http://orcid.org/0000-0001-5693-6789

1Universidad Autónoma España de Durango, Durango, México

2Universidad Iberoamericana, Cdmx, México


Resumen

La presente investigación parte de la indudable dificultad de analizar en el joven de esta época, el valor religioso por su participación en la cultura liberal que le proporcionan los centros educativos que lo acercan a la racionalidad científica, a través de la cual ve y analiza al hombre, a la sociedad y a Dios. La secularización será su método para contemplar y aceptar la religión, crear en ello una cultura juvenil que lo libere de formas, impuestas y autoritarias, descubriéndose como protagonista de su propia cultura religiosa. Se realizó una investigación ex post facto de alcance longitudinal a través de cinco periodos de tiempo. El objetivo consistió en describir los factores macrosociológicos involucrados en la dinámica y las relaciones entre los jóvenes y la religiosidad. Con un enfoque cuantitativo, participaron 167 sujetos en un diseño de cinco grupos equivalentes por la experiencia fenomenológica de la Jornada. Se concluye que la reconfiguración de la religiosidad propuesta en este estudio; lleva al joven a una responsabilidad de sí mismo en una sociedad masificada y anónima. Lo compromete a ser transformador en bien de los mismos jóvenes en una sociedad depresiva. Lo proyecta hacia el futuro para alcanzar un liderazgo en los destinos de la sociedad en la que vive a través del devenir en un pensamiento complejo de las relaciones hombre-comunidad-religión.

Palabras clave Cultura; racionalidad; secularización; religión; reconfiguración; pensamiento

Abstract

This research starts from the undoubted difficulty of analyzing in the young person of this time, the religious value for his participation in the liberal culture that the educational centers that bring him closer to scientific rationality provide him, through which he sees and analyzes the man, society and God. Secularization will be his method of contemplating and accepting religion, creating in it a youth culture that frees him in ways, imposed and authoritarian, discovering himself as the protagonist of his own religious culture. An ex post facto longitudinal research was carried out over five time periods. The objective was to describe the macrosociological factors involved in the dynamics and relationships between youth and religiosity. Using a quantitative approach, 167 subjects participated in a design of five equivalent groups based on the phenomenological experience of the Conference. It is concluded that the reconfiguration of religiosity proposed in this study; it takes the young person to a responsibility of himself in a massive and anonymous society. It commits you to being a transformer for the good of the youth themselves in a depressive society. He projects it into the future to achieve leadership in the destinies of the society in which he lives through becoming a complex thought of man-community-religion relations.

Keywords Culture; rationality; secularization; religion; reconfiguration; thought

Forma sugerida de citar:

Vélez, Dolores & Mendoza, Juan (2020). Reconfiguración de la religiosidad del joven en la sociedad contemporánea y su relación con el pensamiento complejo. Sophia, colección de Filosofía de la Educación, 29, pp. 183-207.

Introducción

Ante el marco de la modernidad, posmodernidad e hipermodernidad, los esquemas, paradigmas y gran parte de los contenidos culturales han cambiado. El factor más sensible y expuesto a esta dinámica son los jóvenes por la educación en la racionalidad científica, por la libertad y responsabilidad con la que viven desde los primeros años de su juventud. Esto los ha llevado incluso a generar su propia cultura, desde la cual protestan contra formas sociales establecidas y construyen las propias; siendo parte central de las mismas. Interesa analizar las repercusiones que en esta época suceden con la relación entre los jóvenes y la religión.

Es importante aclarar que la cobertura de una década es tiempo que mide la estabilidad y madurez de un proyecto en sí mismo y en las consecuencias de las personas que la viven. La Jornada es un proyecto nacido en la década de los sesenta, época de cambios de paradigmas culturales, de manera especial en la población juvenil. Cambios profundos y complejos que han dejado en el camino proyectos que en un principio prometían grandes realizaciones y permanencia. El proyecto de la Jornada aún sigue legitimado en sí mismo y en los testigos que la han vivido no obstante los cambios y el paso del tiempo.

La Jornada en cualquier época, región, condición sociocultural; e incluso religiosa, busca el desarrollo de la persona apoyada en los valores cristianos y en los de las culturas juveniles. El primer nivel del proyecto; precisamente es trabajar la persona. Las dimensiones de la misma; inciden en el estado civil, en el grado de profesionalidad, en la definición vocacional, en la identidad sexual, en la vinculación familiar, decisión y compromiso religioso; así como una participación política en una sociedad democrática. El objetivo específico de la Jornada; es probar que forma esta persona en el joven y comprobar que lo ha logrado a través de décadas sin alterar el proyecto, no obstante, los cambios culturales. Se considera que este objetivo, es la base del proyecto de la Jornada que le da su especificidad como proyecto integral en una sociedad que se caracteriza por un alto grado de personalización, responsabilidad y libertad. La Jornada apoyada en su larga historia, con su experiencia, con su cultura (ciencia), su servicio al hombre joven, su psicología, con su visión del hombre y de la vida, se propone responder al objetivo planteado, el cual se basa en la complejidad de las dimensiones eclesial, personal, social y familiar, para poder describirlas científicamente y determinar su relación con la vivencia de jornada. Hipotéticamente la jornada deberá haber incidido en alguna o algunas de estas dimensiones.

El Movimiento de Jornadas nace en la sociedad contemporánea y en los inicios de la Iglesia del Concilio Vaticano II, acontecimiento que buscaba ponerla en el corazón del mundo moderno: en la cultura urbana, en la política democrático-comunitaria, en la economía de la justicia social y en la religión secularizada. Las jornadas nacen con este reto en el área humana más significativa de la modernidad: los jóvenes, estudiantes universitarios y en tiempo equivalente. Son una propuesta vivencial de evangelización (pastoral) juvenil del estilo integral: personal-social-cultural-religioso. Por las características del pensamiento juvenil, se puede decir que en el corazón del mundo se encuentra la juventud como célula de la cultura contemporánea en sus aplicaciones.

Para conservar la religiosidad en los jóvenes es necesario liberarla de costumbres, de imposiciones doctrinales autoritarias y simplemente disciplinares. Esto solo se podría lograr con la ayuda de los científicos de la religión y los científicos del desarrollo de la persona. Ambos factores son partes fundamentales en las culturas juveniles que en la religiosidad llevan a una secularización tanto de la religión como de la conciencia. Por la secularización propuesta por los científicos en la sociedad moderna, los jóvenes tanto universitarios como nacionales, le dan un lugar interesante a la religión en sus culturas, considerándola una forma nueva y adecuada a través de la Jornada. Indiscutiblemente que el recurso y discurso de los científicos sociales; representan un elemento nuevo en la modernidad para que los jóvenes no consideren la religión como una simple devoción, costumbre impuesta o una enajenación y no la rechacen como tal. Dietz et al. (2011) en un estudio realizado con jóvenes españoles en cuanto a la religión dentro de las escuelas con mecanismos como materias y actos religiosos, demuestra que estos actos no están contra del progreso y modernidad; pues representan tradiciones de la sociedad a la que pertenecen. La postura de los jóvenes, no viene de la sociedad o de las instituciones políticas o religiosas, sino de los mismos jóvenes, cuando inician sus propias expresiones culturales y prácticas sociales que les acreditan como protagonistas de su historia.

El trabajo de investigación de Luengo (1993); ha despertado inquietudes e interés para la relación de los jóvenes con la religión en cualquier aspecto de la misma; de manera especial en la cultura (universidad) y en la educación (pastoral). Se puede decir que, al investigar este fenómeno juvenil, se le dio un lugar considerable a la religión, y a esta; su labor en la sociedad contemporánea en dirección de la cultura con la que la juventud se identifica. El segundo documento referencial en el trabajo de investigación; es el del Dr. Eduardo Sota García, investigador y maestro de la Universidad Iberoamericana, en México, Religión por la libre. Un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes. Sota (2010) a 17 años del trabajo del Dr. Luengo, retoma el mismo esquema con el mismo planteamiento y los mismos destinatarios.

Urteaga (2004) expresa que se trata de transformaciones drásticas en las condiciones sociales y culturales que hicieron posible la emergencia-existencia de la juventud en la sociedad moderna mexicana. Se acepta que la juventud nace como sujeto, en los cambios considerables de la sociedad y exige la construcción de nuevos marcos de interpretación de la complejidad juvenil actual; por lo tanto, se puede decir, que el fenómeno juvenil se construye en la historia y solamente tiene significado en los contextos de la sociedad en la que interactúa para definir o tomar una visión, sobre todo a partir de las últimas cinco décadas. Es necesario seguir este planteamiento: juventud y contextos socioculturales; donde los jóvenes son actores en la cultura que los define como tales.

Max Weber (1976) es el sociólogo de la racionalidad científica, de los valores de la cultura y del fenómeno religioso en la modernidad. De alguna forma es una referencia obligada en la sociología de la religión, por la agudeza y ubicación de sus propuestas. La racionalidad científica es el punto más importante en su análisis del fenómeno religioso. Weber (1976) considera que, por esta racionalidad, la religión se ubica en el sitio que le corresponde frente a la autonomía de las leyes de la ciencia, que gozan de su propia metodología. Por la aplicación de la racionalidad científica, el fenómeno religioso debe ser reubicado en las fuerzas y factores de la nueva sociedad secular y plural, para competir su lugar en las instituciones de la misma sociedad. Acusa Weber (1976), que el impacto o consecuencias de esta aplicación al fenómeno religioso, ha sido un desencanto que inserta a sus seguidores en un proceso de desacralización y secularización. Lo mágico es lo que no alcanza la legitimidad explicativa, en otras palabras, lo no explicado por la racionalidad científica.

Emilio Durkheim (1982) en la búsqueda de la objetividad del fenómeno religioso, parte de lo social. Ningún fenómeno podría ser explicado fuera de ello. No cuestiona el origen sobrenatural de la religión, pero con su capacidad metodológica, le exige también su objetividad desde lo social, como fuente de todo conocimiento y análisis de la realidad. En Durkheim (1982) se tiene que las religiosas, son representaciones colectivas, que expresan realidades colectivas. Los ritos son maneras de actuar que no surgen sino en el seno de grupos reunidos y que están destinados a suscitar, a mantener o rehacer ciertas situaciones mentales en ese grupo. Pero entonces, si las categorías son de origen religioso, tienen por ello que participar de la naturaleza común de todos los hechos religiosos, deben ser también, producto del pensamiento colectivo.

Para Durkheim (1982) existe una relación causal determinante entre la sociedad y la religión, para afirmar fundamentalmente que esta última nace de lo más significativo de la sociedad que es lo comunitario. Es una correspondencia biunívoca, la dinámica sociocultural repercute en el fenómeno religioso, porque si la religión ha engendrado todo lo que es esencial en la sociedad, es porque la idea de sociedad constituye el alma de la religión.

La posición de Marx (2012) ante el fenómeno religioso como ante el sistema capitalista es más radical y totalizante. No contempla presencia de religión en el futuro, sino más bien su desaparición total. Este aniquilamiento se irá dando conforme la sociedad libere de la apropiación privada los medios de producción social. La religión es coadyuvante causal de esta forma de explotación, por lo cual concederle espacios, sería aceptar que la sociedad siguiera enferma de ataduras institucionales. Desde el punto de vista filosófico, la religión es irracional al no ser explicada por los paradigmas de la razón dado su origen extraño. De acuerdo con Marx (2012) cuando la parte infraestructural (leyes económicas) quede libre de dependencias, explotaciones, alienaciones, miedos, impotencias, esclavitudes, ideologías, el fenómeno religioso (religión) desaparecerá, por lo cual; no tiene sentido la secularización ni el pluralismo cultural, que sólo resitúan lo religioso en la sociedad moderna.

La juventud no es un dato terminado y homogéneo de ayer, hoy y de mañana, más bien se hace y proyecta a partir de la realidad social. Aplicando la sociología de Berger (2006), la construcción social de la realidad. La juventud en un primer momento es una construcción social, producto de los contextos de la época que se está viviendo. Acepta que siempre la cosmización se ha legitimado por lo sagrado, lugar que no pierde en la sociedad moderna, sino coloca a las instituciones de la misma, dentro de un marco de referencia cósmico y sagrado. Sin embargo, colocándose en la línea de Weber (1976), Durkheim (1982) y Marx (2012) científicos de la religión, Berger (2006) acepta también una fuerte y rotunda crisis en la capacidad legitimadora de la religión.

Luckmann (1973) al igual que Peter Berger (2006), es uno de los científicos modernos del fenómeno religioso en la sociedad contemporánea. Se le reconoce por la agudeza de sus investigaciones, forma su propia dirección y la aplica en fenómenos concretos de su tiempo. En su libro La religión invisible, reconoce lo mismo que los científicos anteriormente mencionados: La sociedad contemporánea ha sufrido un cambio en, si bien apoyado en los planteamientos de los clásicos su relación con la religión; se ha secularizado, vive un pluralismo cultural y la resitúa en estos contextos de la nueva época. En efecto, la capacidad de donación de sentido se ha manifestado en diferentes formas de presencia social a lo largo de la historia y está conduciendo a nuevas formas a partir de los hechos de la emancipación de las distintas esferas de la vida social, personal y el consiguiente pluralismo. La legitimidad de los fenómenos sociales cuenta ahora con un ángulo institucional secularizado y múltiple.

José María Mardones (1991) es un científico de la religión postmoderna. En su producción sobre el fenómeno religioso en la cultura moderna, que por cierto es abundante, toca todos los puntos que una sociedad secularizada y plural necesita para leerse en su interrelación con el fenómeno religioso en esta nueva época. En cuanto al correr del tiempo y el debilitamiento, el ethos puritano fue perdiendo relevancia social en el proceso de secularización, se encuentra en un orden productivo que pierde su legitimidad y que se ve socavado en sus cimientos. Para el mismo autor, los puntos clave desde los cuales se analiza esta realidad religiosa de la postmodernidad, son la secularización y el pluralismo, y la cultura occidental se fragmenta en perspectivas. Para Mardones (1991) el pluralismo es uno de los rasgos fundamentales de la sociedad contemporánea. En su contexto, modernidad equivale a decir pluralidad de visiones de la realidad, de estilos de vida, de valores y creencias. La modernidad rompe este aislacionismo y uniformidad cultural. El proceso mismo de la modernidad es la causa principal del pluralismo. La religión cristiana ya no va a ser considerada de la misma manera, ni ejercerá las mismas funciones en una sociedad culturalmente uniforme que en una sociedad pluralista. Mardones (1996) explica que la configuración de lo religioso; toma la línea de una personalización, se dirige a las convicciones y responsabilidades de la persona, esta reconfiguración de la religión en la modernidad es una auténtica reinterpretación de la tesis de la secularización, en otras palabras, muestra la forma que adopta actualmente, que es lo que parece corresponder a la religión en la sociedad de la modernidad avanzada.

Los tiempos de la época actual son hiper-modernos, la sociedad es liberal y se caracteriza por la fluidez y la flexibilidad, desligada de los grandes principios de la modernidad como son: revolución, disciplina, laicidad, liberación, ciencia, mercado, tecnología, organización, institucionalidad, moralidad, compromiso; que han tenido que adaptarse al paso hiper-moderno para no desaparecer. En relación con el fenómeno religioso, mientras los científicos de la modernidad lo resitúan en la sociedad plural por la secularización, Lipovetsky (2008) dice:

El regreso de lo religioso no es una expresión adecuada porque el fenómeno se presenta esencialmente como pos-tradicional, desembarazado de la autoridad heterónoma de una tradición impuesta y basada en el compromiso subjetivo de los individuos, con todo lo que se deriva de ahí en materia de participación parcial, de bricolaje de las creencias, de conversaciones, de neomisticismos, de sentimentalización de la fe, de creencias sin integración o con la desinstitucionalización de la religión ha llegado el momento de la individuación, de la dispersión, de la emocionalización de las creencias y las prácticas (p.149).

Después de un extenso análisis de causas y efectos del objeto de estudio, se establecen como problema de investigación las siguientes consideraciones. En la cultura moderna el fenómeno religioso ha entrado en una desubicación de espacios y personas, produciendo para sí mismo una incomodidad hasta en las áreas más tradicionales que habían sido sus soportes por muchísimo tiempo. La racionalidad científica inaugura la modernidad: nueva época, es decir, cambio de época, que analiza e interpreta la realidad sociocultural desde sus paradigmas que inciden incluso en lo religioso, redimensionando su relación con la misma. La teoría de la religión en la modernidad se llama secularización que en su tendencia suave la contempla como parte de la cultura moderna y no como una fuerza incuestionable e intransformable, sino histórica y por lo mismo analizable por la metodología científica. Con base en Sota (2015) en esta nueva situación, la religión (Iglesia) ha sufrido un declive en la participación de su gente de manera especial los jóvenes formados en la modernidad secular, aceptando que las tendencias de la sociedad contemporánea de secularización, pluralismo religioso, son las mismas de los jóvenes universitarios y nacionales. Requiere de un equipamiento cultural y pastoral adecuado, así como agentes que la actúen con mentalidad y ubicación apropiadas. ¿Las jornadas de vida cristiana con sus niveles y su práctica participativa testimonial, son un proyecto que la Iglesia debe adoptar para ocupar un lugar en la juventud de la sociedad contemporánea? La religión, está necesitada de un diálogo con la modernidad vía la secularización, para redimensionarse en la cultura de racionalidad científica y así tener acercamiento con la juventud.

Si la religión de Iglesia está interesada en ocupar espacio histórico-personal-cultural-social-religioso en la juventud de la sociedad secularizada y plural, necesita proyectarse con las propuestas y prácticas de las Jornadas Juveniles de Vida Cristiana. En este trabajo, los jóvenes como sujetos de su historia, autónomos en sus expresiones, creadores de sus propias formas, son un factor significativo en sus objetivos y resultados. El análisis de un fenómeno cultural como lo es la reformulación de la religiosidad juvenil en la sociedad contemporánea; no puede llevarse a cabo sin una aplicación de la lógica de la razón aplicada a la ciencia, para generar de ahí un método que guíe la investigación a resultados confiables. Siguiendo el planteamiento de Durkheim (1982) que pide que el sociólogo investigador debe estar libre de prenociones, fantasmas de representación, ideologías, concepciones preconcebidas; esta investigación cuenta con el rigor metodológico apropiado para liberarla de todo ello.

Es por esto, que lo anteriormente expuesto, es una representación franca del pensamiento complejo. Castrillón (2014) establece un pensamiento complejo de la relación hombre-dios y hombre-comunidad, pensamiento que tiene bases en Kant y Hegel; y que además integra al contexto al analizar a Hölderlin (1770-1884) Sobre la religión en donde el hombre tiene necesidades básicas, pero de las necesidades más altas está la relación con las implicaciones religiosas. Estas implicaciones son las que se traducen en dimensiones para esta investigación, debido a que tocan lo cotidiano, o sea, lo eclesial, personal, social y familiar.

Este pensamiento complejo con base en los filósofos mencionados, parte de la razón, a lo cual en este estudio se adelanta como racionalidad y que en el mismo análisis se detalla como una condición de época; y hace congruente la propuesta de investigación a través de periodos de tiempo. Incide en la participación en comunidad, lo cual es explícito y fundamental de las jornadas realizadas. Lo anterior guarda estrecha relación con el discurso de Morin (1990) en donde se enfatiza que, para ser, es necesario aprender una cultura. El ser humano per se es complejo, no existen sus dimensiones de manera independiente, esto hace válida la relación de la reconfiguración de la religiosidad como una categoría que integra cuatro dimensiones (eclesial, personal, social y familiar) y que a su vez dota de complejidad al pensamiento de los jóvenes. En este punto es necesario precisar la comprensión de la reconfiguración, como el producto de la incidencia de las jornadas en la vida misma de los jóvenes, de sus pensamientos y de sus acciones a posteriori.

Esta investigación busca respuestas comprobatorias en una larga cobertura de tiempo y numerosas generaciones en diferentes contextos socioculturales, reclama un recurso conceptual adecuado, un instrumento o diseño de investigación, hipótesis a comprobar, variables independientes y dependientes, indicadores para ser aplicados en las dimensiones del proyecto de investigación.

La teoría entrega una visión de la realidad, las hipótesis aprovechan parte de la misma, para concretizar en cierto aspecto esta realidad, las variables operacionalizan los puntos a investigar, los indicadores organizarán las dimensiones que de forma aplicada y práctica definen el fenómeno de aplicación. Todos estos elementos forman la metodología, por eso no sólo es necesario sino integral y aplicable. El hallazgo más importante de esta investigación es el que de alguna manera hace converger elementos que parecían o venían siendo irreconciliables.

  • La juventud universitaria pensante de la modernidad, con la religión.

  • La racionalidad científica de la sociedad moderna, con la religión expresada por la secularización en su forma suave.

  • La posibilidad y capacidad de la Jornada de reconfigurar la religiosidad de la juventud en la sociedad contemporánea.

  • La ayuda de los científicos de la religión (Marx, Durkheim, Weber) para que los jóvenes de la sociedad contemporánea aceptaran la religión des-institucionalizada, desacralizada y des-eclesiastizada, para llegar a una secularización incluso de la conciencia juvenil de estos tiempos modernos.

Resulta conveniente investigar las expresiones históricas de la iglesia y los jóvenes en la época de la modernidad, de no hacerlo, los fenómenos sociales, culturales y religiosos no serán explicados integralmente. Todo proceso de investigación debe entregarle a la sociedad conocimiento nuevo en su fenomenología reciente o aspecto de la ya existente que reclame explicación de este nivel, por lo que un fenómeno reciente de esta sociedad es la juventud (jóvenes) como substantivo social, con perfil propio (específico), con proyecto transformador basado en la racionalidad científica de la modernidad. Deja de ser una simple fuerza física o de choque, así como un botín ideológico de control político y se convierte en este cambio de época en un agente cultural y religioso por ser la mente y conciencia más secularizadas.

Los jóvenes, no obstante, la complejidad y heterogeneidad de esta sociedad moderna, no son un sujeto tangencial o marginal de la misma, sino un sujeto significativo, dinámico y relevante que en todas sus expresiones exige explicaciones serias y actuales, sobre todo para este trabajo en su relación con lo religioso en esta sociedad secularizada y plural, pero con visión de desarrollo precisamente del pensamiento complejo ante lo complejo del contexto.

Si la Iglesia establece un diálogo con la conciencia secularizada de la juventud, en la sociedad contemporánea, coopera para que los partidos políticos, instituciones sociales, instituciones económicas, no ideologicen, no enajenen, no manipulen y masifiquen a la juventud. Si la sociedad educa a la juventud en la ética de los valores: dignidad, responsabilidad, sociabilidad, participación, respeto, civilidad, coopera para que el fenómeno religioso sea elegido por la juventud como una vocación y no recibido como una costumbre, imposición o simple doctrina. Si la sociedad en la educación de la juventud ofrece una posición adecuada en la secularización y el pluralismo, un respeto funcional y una aplicación equilibrada del Estado laico, ayuda para que la Iglesia haga lo mismo y así evite un rechazo y resentimiento con la juventud. Por todo esto, el beneficio social de la investigación; es muy digno de tomar en cuenta para cooperar a una salud social a través de uno de los factores más fuertes y significativos de la modernidad.

Investigar el fenómeno juvenil en su identidad y sus comportamientos socio-religiosos, socioculturales y sociopolíticos, impactarán a los sistemas educativos y pastorales para una nueva proyección en esta sociedad moderna que ha roto esquemas, modelos, costumbres e instituciones tradicionales, con relación a los jóvenes.

Materiales y métodos

Al llevar a cabo la investigación científica, el método sociológico implica definir el objetivo general de la investigación como un objetivo epistémico que denota la profundidad del estudio. La presente investigación es de carácter descriptivo, por lo tanto, el objetivo rector queda como sigue: Describir los factores macrosociológicos involucrados en la dinámica y las relaciones entre los jóvenes y la religiosidad, a través de un estudio longitudinal en cuanto a la vivencia y experiencia dentro del Movimiento de Jornadas. De forma particular, se busca determinar la relación de los jóvenes con la secularización en la sociedad moderna, aceptando que ellos son más cercanos a la racionalidad científica y por otra parte si esto los ha separado de la religión de Iglesia.

Ciertamente, los fenómenos sociales que pertenecen a la complejidad de la realidad sometida a los contextos de la historia que son cambiantes y mudables, no gozan de la estabilidad de los fenómenos de las ciencias naturales que se analizan con el rigor y exactitud del positivismo científico. Sin embargo, tienen su objetividad específica que permite ser investigada con sus propias leyes y metodología. La objetividad de los fenómenos sociales se construye en la participación, en la interrelación, en la interactuación, en la actuación comunitaria, desde donde se dan las organizaciones, las instituciones, los grupos, en una palabra, los fenómenos sociales (hechos sociales) que en una sociedad compleja exigen investigación. Dadas las condiciones, esta investigación por su alcance es de tipo básico, porque busca proveer de conocimiento del fenómeno social.

El método abarca la dirección del razonamiento y las acciones que se llevarán a cabo en el camino previamente determinado. Etimológicamente, el ‘método’ significa el esfuerzo para alcanzar un fin, el camino de la investigación; es la manera de abordar la realidad, la manera de estudiar los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad. Tal como afirma Vélez (2014) es importante dejar la visión reduccionista de la metodología como un simple conjunto de métodos, ya que el método se erige con un carácter global de las actividades a realizar en el proceso de investigación.

La metodología cuantitativa de acuerdo con Tamayo (2007), consiste en el contraste de teorías ya existentes a partir de una serie de hipótesis surgidas de la misma, siendo necesario obtener una muestra, ya sea en forma aleatoria o discriminada, pero representativa de una población o fenómeno objeto de estudio. Rodríguez Peñuelas (2010) señala que el método cuantitativo se centra en los hechos o causas del fenómeno social, con escaso interés por los estados subjetivos del individuo.

Al presentar una tipología de la investigación, se tiene que, por su amplitud es una investigación macrosociológica. Por su profundidad se trata de una investigación descriptiva porque presenta la realidad tal como fue apropiada por el instrumento y analiza los fundamentos del problema. Como estudio especial se presenta una investigación expost-facto, de diseño estructurado de grupos equivalentes, los cuales corresponden a cinco períodos en el tiempo de trayecto aplicativo de las Jornadas durante 50 años. Lo anterior hace que sea una investigación por alcance temporal, de tipo longitudinal. Se utilizó un muestreo estratificado a partir de períodos de 10 años, esto a partir de 1969; en donde para cada período se utilizó una muestra aleatoria, dada la macrosociología de los sujetos participantes en el tiempo y espacio geográfico de la realización de jornadas al abarcar participantes de nacionalidades mexicana, cubana y estadounidense. El número de sujetos participantes por período o grupo equivalente quedó como sigue: Período 1 con 26, período 2 con 34, período 3 con 26, período 4 con 31 y período 5 con 30. Por lo tanto, el tamaño de muestra global fue de 167 participantes en la investigación como informantes clave.

La hipótesis de trabajo fue seleccionada como relación entre variables, en donde quedó establecida al referir que los movimientos de jornadas juveniles inciden en las dimensiones de la juventud. Las variables detectadas fueron operacionalizadas a través de cuatro indicadores, a saber: existencia, pertinencia, fuerza e impacto. Las dimensiones consideradas en lo específico fueron: dimensión personal, dimensión familiar, dimensión social y dimensión eclesial. Esto proporcionó como producto, un instrumento con 59 ítem de medición considerados como variables ordinales. Las variables nominales necesarias para reforzar las mediciones fueron la edad, sexo, año de jornada, rol familiar actual y rol laboral actual.

La validez del instrumento y, por ende, de la investigación se focalizó en el tipo de validez de contenido emitida y dictaminada por un grupo de doctores y post-doctores en Ciencias de la Educación. La validez de constructo se basó en la elección de dimensiones y la operacionalización con indicadores. En cuanto a la confiabilidad de la investigación, se utilizó el coeficiente Alfa de Cronbach para cada estrato en prueba, para lo cual se obtuvieron los siguientes resultados: Período 1, alfa igual a 0.95, período 2, alfa igual a 0.967, período 3, alfa igual a 0.978, período 4, alfa igual a 0.971 y período 5, alfa igual a 0.821. Se confirma con los valores de alfa, que la investigación cuenta con criterio de confiabilidad, dado que el rango de este factor debe estar entre 0.7 y 1.0 para garantizar la cientificidad del estudio.

Resultados

De manera consistente al planteamiento de los cinco grupos equivalentes, los cuales se subdividen en los periodos de tiempo que a continuación describen los resultados de forma nominal. El primer grupo corresponde a una muestra de participantes de jornada entre 1969 y 1979. La edad actual promedio es de 57 años, el 50% del sexo femenino y 50% masculino. El rol familiar actual del 100% es de padres de familia y el rol laboral es de 85% profesionistas y 15% con empleos diversos. El segundo grupo representa a los participantes de jornada entre 1980 y 1989. La edad actual promedio es de 52 años, el 50% del sexo femenino y 50% masculino. El rol familiar actual del 100% es de padres de familia. En cuanto al rol laboral, 62% son profesionistas, 12% empleados y 26% comerciantes. El tercer grupo se integra por los participantes de jornada en el periodo comprendido de 1990 y 1999. La edad actual promedio es de 43 años. El sexo se distribuye en 60% femenino y 40% masculino. El 100% tienen rol familiar de padres. El rol laboral cambia notablemente a 80% empleados, 10% desempleados y 10% profesionistas. El cuarto grupo se conforma por los participantes de jornada entre el año 2000 y 2009. La edad actual promedio es de 33 años. El sexo de los participantes se distribuye en 65% femenino y 35% masculino. El rol familiar también cambia drásticamente a un 10% padres de familia y 90% como hijos en casa. Respecto al rol laboral, 12% profesionistas, 85% con empleos diversos y el 3% sin empleo. Dentro del quinto grupo que corresponde al periodo del año 2010 al 2019, los participantes cuentan con edad promedio de 22 años; 55% del sexo femenino y 45% masculino. El 5% padres de familia y el 95% hijos en casa. El rol laboral demuestra que el 52% son empleados y el 48% no tienen empleo.

Las dimensiones fueron analizadas de manera ordinal con base en la escala de tipo Likert, de acuerdo con la equivalencia: 4=Demasiado, 3=Mucho, 2=Poco y 1=Nada. Para realizar el procesamiento se utilizó el paquete informático estadístico para análisis en ciencias sociales.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 1. Reconfiguración Jornada 1969-1979 

El análisis general de la Reconfiguración Jornada 1969-1979 de la Figura 1 muestra el impacto de la jornada con mayor tendencia hacia la dimensión eclesial. Las medias estadísticas de las dimensiones se distribuyeron de la siguiente forma: eclesial 3.38, personal 3.15, social 3.0 y familiar 2.62. Inferencialmente, se aplicó la prueba r de Pearson con significancia de 0.05 a dos tallas; en donde, para este periodo se encontró correlación positiva de 0.524 entre la dimensión social y la dimensión personal. Estos resultados son consistentes dados los movimientos juveniles de la década en estudio.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 2. Reconfiguración Jornada 1980-1989 

En cuanto al análisis general de la Reconfiguración Jornada 1980-1989 de la Figura 2 muestra el impacto de la jornada con mayor tendencia nuevamente es hacia la dimensión eclesial. Las medias estadísticas de las dimensiones se distribuyeron de la siguiente forma: eclesial 3.44, personal 3.15, social 3.26 y familiar 2.71. Inferencialmente, se aplicó la prueba r de Pearson con significancia de 0.05 a dos tallas; en donde, para este periodo se encontró correlación positiva más alta de 0.625 entre la dimensión eclesial y la dimensión personal. Seguido de 0.561 entre la variable de base que es la Jornada y la dimensión personal. También sobresale el valor de correlación 0.517 entre las dimensiones eclesial y familiar, 0.473 personal y familiar, 0.466 social y familiar. Estos resultados son indicativos de que en este periodo las dimensiones apuntaron hacia el ámbito familiar.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 3. Reconfiguración Jornada 1990-1999 

Respecto al análisis general de la Reconfiguración Jornada 1990-1999 de la Figura 3 nuevamente muestra el impacto de la jornada con mayor tendencia hacia la dimensión eclesial. Las medias estadísticas de las dimensiones se distribuyeron de la siguiente forma: eclesial 3.42, personal 3.04, social 3.19 y familiar 2.85. Inferencialmente, se aplicó la prueba r de Pearson con significancia de 0.05 a dos tallas; en donde, para este periodo se encontró correlación positiva alta de 0.720 entre la dimensión eclesial y la dimensión personal. La jornada cobró importancia al obtener 0.550 respecto a la dimensión familiar y 0.469 con la dimensión personal. Mayor incidencia de la dimensión eclesial sobre la dimensión sobre la dimensión familiar con 0.497. Lo anterior emana un periodo de reconfiguraciones interesantes a la vista de lo que representó la salida del siglo.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 4. Reconfiguración Jornada 2000-2009 

De acuerdo con el análisis general de la Reconfiguración Jornada 2000-2009 de la Figura 4 muestra el impacto de la jornada con mayor tendencia y reafirma hacia la dimensión eclesial. Las medias estadísticas de las dimensiones se distribuyeron de la siguiente forma: eclesial 3.26, personal 3.16, social 2.87 y familiar 2.90. Inferencialmente, se aplicó la prueba r de Pearson con significancia de 0.05 a dos tallas; en donde, para este periodo se encontró correlación positiva de relación de la jornada con 0.581 hacia la dimensión social y 0.571 hacia la dimensión eclesial. Seguido de 0.454 entre la dimensión eclesial y las dimensiones personal y social en el mismo valor. La dimensión familiar reduce sus coeficientes con las otras dimensiones en comparación al periodo anterior.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 5. Reconfiguración Jornada 2010-2019 

Finalmente, el análisis general de la Reconfiguración Jornada 2010-2019 de la Figura 5 reafirma como en los periodos anteriores el impacto de la jornada con mayor tendencia hacia la dimensión eclesial. Las medias estadísticas de las dimensiones se distribuyeron de la siguiente forma: eclesial 3.50, personal 3.40, social 3.40 y familiar 3.0. Estos resultados, contrariamente a lo que la dinámica social más reciente representa, se mantienen o elevan respecto a las medias anteriores. Inferencialmente, se aplicó la prueba r de Pearson con significancia de 0.05 a dos tallas; en donde, para este periodo se encontró correlación positiva alta de 0.705 entre la variable jornada y la dimensión eclesial; lo anterior reivindica y refuerza la parte de religiosidad entre los jóvenes de este periodo. La jornada cobró importancia al obtener 0.521 respecto a la dimensión personal, de la misma formal, la dimensión eclesial influye en la dimensión personal con 0.529. Se encuentra correlación de la dimensión personal sobre la dimensión social con 0.497. Estos resultados demuestran que la jornada sigue siendo una propuesta válida.

Discusión

Como se puede evidenciar en los resultados, son abundantes los aspectos que formulan la discusión. La época de cambios, entre los años sesenta y setenta ubican los grandes cambios socioculturales, sociopolíticos y también socio-religiosos. A partir de este tiempo nada de estas líneas conservarán la misma dirección porque tanto los sujetos como sus proyectos han sido profundamente cuestionados, a un grado tal que estos cambios ya son parte de su proyección y su identidad. Solamente cuando esto sucede, se puede aceptar que se ha dado un verdadero cambio. La jornada no tiene que cuestionar su proyecto e identidad porque nace en esta época como una propuesta en su género. Forma parte de la línea sociocultural-religiosa que se presenta como una esperanza en la formación integral de los jóvenes de la presente década.

La religión no quedó al margen de este cambio de paradigma, más aún su esfuerzo e interés fue un ejemplo para el mundo institucional. El paradigma ya no se dirigía hacia la jerarquía, sino hacia el pueblo. Sin metodología, dejó de ser deductiva para partir de la realidad del hombre que buscaba a Dios desde la cotidianidad. Se liberó de la teología para dirigirse a la cultura que, al contacto de la misma, propiciara la secularización como la presencia de la religión en la modernidad. Esta apertura abrió posibilidades de relación de los jóvenes con la religión que al cambiar de dirección paradigmática la hacía menos moralizante, institucional y autoritaria, se hacía humilde y aceptaba que la cultura no era etnocéntrica sino plural. Así también los jóvenes ocupaban un lugar con sus culturas en esta nueva época.

Sin embargo, no todas las fuerzas que la forman avanzaron en este paradigma. El encuentro con la cultura moderna las acobardó, las confundió y las desubicó en estos nuevos contextos. Aún sobre los diversos acontecimientos de esta trayectoria de cincuenta años, se puede evidenciar que una estrategia como lo son las jornadas, que demuestran; su incidencia en las dimensiones que hacen complejo el pensamiento; lo eclesial, lo personal, lo social y lo familiar. Los resultados colocan una mayor relación entre lo eclesial y personal, aunque no se diluye la importancia de lo familiar.

La incidencia de la Jornada en lo social equipa a la persona del joven para vivir su socialidad en lo ético, en la justicia, en la corresponsabilidad, en la participación y en el liderazgo para servir a su sociedad. La incidencia de la Jornada en la Iglesia ayuda al joven a ubicar su persona en la experiencia religiosa y así tener una relación más personal, libre y responsable sin negarse a sí mismo. Se trata de un medio adecuado para la religiosidad del joven en la sociedad hiper-moderna con los ajustes que la misma le marque.

Los aportes más significativos de los investigadores de las culturas juveniles son los siguientes: En primer lugar, una posición de protesta contra formas socioculturales adultas establecidas e impuestas. En segundo lugar, el joven debe ser protagonista de su propia cultura, así inaugura la agencia juvenil de la misma. El joven debe ser estudiante (pensante). Debe ser transformador (innovador). Con sentido de justicia. Con relación al pueblo (bien común). Líder para en un futuro dirigir los destinos de la sociedad con sentido de servicio. Todo este entramado como reflejo de un pensamiento complejo.

Con apoyo en estos planteamientos y en la investigación practicada, la Jornada como proyecto es una cultura juvenil, lleva al joven a una responsabilidad de sí mismo en una sociedad masificada y anónima. Lo compromete a ser transformador en bien de los mismos jóvenes en una sociedad depresiva. Le despierta un sentido comunitario tomando como base la familia. Lo proyecta hacia el futuro para alcanzar un liderazgo en los destinos de la sociedad en la que vive.

Los resultados son contundentes al establecer relación de la Jornada con alguna de las dimensiones medidas en los diferentes periodos de tiempo. La dimensión eclesial indiscutiblemente es la más impactada, se logra el propósito de religiosidad en los jóvenes sin descuidar las dimensiones personal, social y familiar, en ese orden de ideas, están presentes de manera significativa en los resultados; entendiendo que la complejidad misma del joven puede ser abarcadora de estas dimensiones independientemente de los distractores y movimientos de la vida moderna.

Las culturas juveniles son un capítulo indispensable en el análisis juvenil de esta época, donde los jóvenes no son solamente una fuerza social, sino también cultural y religiosa. Era obligado en una sociedad multicultural y multidireccional que los jóvenes establecieran y trabajaran su propio perfil como sujetos de sí mismos. De lo contrario, no serían jóvenes y quedarían a merced de los movimientos de la sociedad que los definía como pasivos o menores de edad. En épocas anteriores se hablaba de los jóvenes, pero no de cultura juvenil, de estudiantes, de artistas, de deportistas, de hijos de familia, de bautizados, pero no de agentes de sí mismos.

La identidad del joven se manifiesta en sus propuestas, en sus protestas, en sus lenguajes y en sus expresiones culturales y prácticas sociales. Mientras esto no se tuvo, la sociedad consideraba a los jóvenes de acuerdo con sus necesidades y circunstancias políticas y económicas. La ruptura de formas culturales adultas ha sido toda una conquista juvenil en una sociedad de cambios continuos y complejos que reclama una identidad para vivir en ella. En este proceso de culturas juveniles hubo pronunciamientos que no alcanzaron esta identidad por no fundamentarse en ellas o conformarse con una relación débil con las mismas. El Movimiento de Jornada, ha ocupado un lugar demasiado importante en los jóvenes de estos tiempos modernos. Ese lugar se ubica en la persona del joven, en la familia, en la religión, en lo económico, en lo social, en lo político, no obstante, la cobertura de cincuenta años. Analizando la historia de los jóvenes en México y la del movimiento de Jornadas se propone como el instrumento adecuado para la educación integral del joven en la sociedad contemporánea, los temas más problemáticos para la juventud moderna ha sido el de la religión, de manera especial en lo referente a la moral y dentro de ello a la sexualidad. Ningún movimiento juvenil de los registrados en la historia lo ha considerado parte importante en sus expresiones culturales y prácticas sociales.

En los jóvenes, esta distancia de la religión no se debía al liberalismo que en México tomó una dirección anticlerical, sino a la cercanía de la racionalidad científica que como ya se mencionó llevaba a la secularización, sí se dieron rutas y escenarios juveniles, pero no trabajaban esta relación: joven-religión en la sociedad contemporánea. Tampoco la Iglesia lo hizo, tal vez por los prejuicios contra la racionalidad científica, la laicidad y la secularización. Por la investigación realizada se concluye que la Jornada es una propuesta que, sin negar la racionalidad científica y la secularización de la conciencia, logra una aceptación de la religión. En su proyecto, crea una Iglesia capaz de dialogar con el joven sin negar su sentido personal. Una Iglesia capaz de dialogar con la ciencia reconociendo su autonomía, con la ética y moral del joven, reconociendo su responsabilidad con las culturas juveniles sin desconocer sus protestas a formas hechas de la religión tradicional.

Conclusiones

En esta investigación se concluye que el Movimiento de Jornadas que nació precisamente en este tiempo de cambios a distancia de más de cincuenta años, sigue siendo presente, no obstante, los fenómenos de secularización, pluralismo cultural, inculturación, debilitamiento institucional, desencanto religioso por la racionalidad científica, tolerancia moral en la sexualidad que tiende a una ingobernabilidad y en ocasiones a libertinaje.

Si la Iglesia no avanzó del todo con el paradigma del Concilio Vaticano II, la Jornada con su proyecto, su Iglesia, su cultura, su familia, su socialidad, para seguir presente en los contextos de la sociedad moderna. Si la religión (Iglesia) desea estar presente en la cultura moderna, en la cual los jóvenes son protagonistas por la racionalidad científica, la Jornada es un instrumento apropiado para ello.

La Iglesia reconoce que las ciencias, sobre todo las humanas y sociales tienen también su visión de la religión. Más aún le prestan ayuda para legitimarse ante los hombres de esta época. Este pensamiento científico lo aportarán para el fenómeno religioso, Max Weber, Emilio Durkheim, Karl Marx. P. Berger, Luckmann, José María Mardones y Lipovetsky. Lejos de ser una desventaja o deslegitimación, le ayudaron para redimensionarse por la secularización de la sociedad moderna. En los análisis o estudios religiosos la referencia a este recurso es casi nula por la falta de conocimiento o prejuicios sobre el mismo.

Todos ellos coinciden que la religión es necesaria en la sociedad porque es generadora de cultura en un aspecto muy importante de la misma, que la hacen insustituible. Por las aportaciones especialmente de Weber, Durkheim, Berger, Luckmann, Mardones y Lipovetsky, la religión guarda legitimidad en la sociedad moderna por la secularización que le da presencia en las nuevas generaciones. Se puede afirmar que la secularización es resultado de los científicos de la religión en la época moderna, muy especialmente de Weber por la racionalidad científica, de Durkheim por la objetividad de lo social, de Marx por las leyes del materialismo histórico, de Luckmann por el valor de la conciencia y determinación del individuo, de P. Berger por la construcción de la objetividad social, de Mardones por la des-institucionalización y des-eclesiastización.

Por la investigación se concluye que, los jóvenes se ayudan más de los científicos de la religión que de los teólogos de las instituciones por tener más cercanía a la racionalidad científica. Se reconoce que, por la secularización, algunos grupos y movimientos de Iglesia no resistieron la racionalidad científica en la religión y fueron incapaces de vivirla en los tiempos modernos. Otros más se conflictuaron y aún siguen sin resolver del todo el desconcierto dando pasos hacia atrás para ubicarse en el estatus anterior.

Ciertamente no todos los planteamientos de los científicos mencionados son aplicables al proyecto de la Jornada, porque de alguna manera también fueron de su época y por lo mismo tienen su ideología. Sin embargo; sí se relacionan en la importancia de la religión y en la secularización de la misma, para seguir viviendo en la sociedad contemporánea. La Jornada en el primer nivel de su proyecto define la persona hombre con los valores de la cultura juvenil: protesta, propuesta, cambio liberación de estructuras adultas y establecidas.

En el nivel cristiano, se guía más por los científicos de la religión para liberarse del pensamiento tradicional y así vivir su proyecto de la secularización en la cultura contemporánea. Para las culturas juveniles y los científicos de la religión sigue siendo un instrumento válido para la religiosidad del joven en la modernidad, se comprueba por la investigación realizada. En el nivel eclesial tanto la racionalidad científica, la construcción de la realidad social, las leyes de la historia, sobre todo la desinstitucionalización y la des-eclesiastización, le permiten crear otro tipo de Iglesia para conservar su proyecto en estos tiempos hiper-modernos y así seguir siendo la propuesta hasta ahora comprobada.

Otro recurso teórico-metodológico de esta investigación, es el aporte de los científicos sociales de la cultura juvenil para fundamentar la Jornada desde la ciencia aplicada a los jóvenes de nuestro tiempo. La Jornada para permanecer como proceso formativo de los jóvenes de esta época requiere de un conocimiento científico de la realidad, que antes no se había desarrollado y mucho menos aplicado en los trabajos pastorales de las nuevas generaciones.

La Jornada, si no es el único, sí es uno de los instrumentos más adecuados para la religiosidad de los jóvenes de la sociedad contemporánea que se define por la secularización, el pluralismo cultural, la diversidad social y la globalización. Los jóvenes que suelen asistir a la Jornada en su inmensa mayoría lo hacen sin relación con la Iglesia que los bautizó, los llevó a la primera comunión e incluso los confirmó.

Sin duda, el contacto con la racionalidad científica como parte del sistema educativo, el ambiente de secularización que cada vez se va dando sobre todo a nivel de jóvenes, la tolerancia de forma de conductas modernas, la pérdida de la fuerza religiosa en la familia, han provocado la distancia de los jóvenes con la Iglesia. Por la investigación realizada en las cinco décadas de la Jornada, se concluye que ésta es un instrumento apropiado para relacionar al joven con la Iglesia y a esta con el joven.

El instrumento de la Jornada es un proyecto integral como ningún otro pronunciamiento juvenil lo ha tenido, precisamente es lo que forma su especificidad y su identidad. No es solamente una protesta social para que el joven se libere de la masa, una protesta política para tomar parte en la administración del bien común, una protesta cultural para ser agente de sus destinos, una protesta a la distribución injusta de oportunidades sociales para la realización de los jóvenes. La Jornada parte de la persona como hilo conductor e integrador de todas sus dimensiones fundamentales que la hacen única en la formación axiológica del joven. Esta acepta en el fenómeno de la cultura la autonomía de las ciencias temporales como la psicología, la antropología, las ciencias sociales, la historia, las matemáticas con una disposición tal que las considera como ayuda para entender mejor al hombre de la cultura urbana. Le despierta un sentido comunitario tomando como base la familia. Es en estos aspectos en donde se precisa la reconfiguración del pensamiento común hacia el pensamiento complejo, el cual dimensiona y redimensiona al joven en cuanto a lo eclesial, personal, social y familiar.

Los fenómenos culturales y sociales no son de una sola dirección sino multidireccionales por la complejidad de la realidad que para su análisis y comprensión exigen una interdisciplinariedad e integración. La educación religiosa de la juventud antes de la Jornada había sido en una sola línea, la del adoctrinamiento, sin tomar muy en cuenta la persona, la familia, la sociedad e incluso la Iglesia como comunidad de vida. Se comprobó en las generaciones de las décadas estudiadas, que la incidencia en la persona del joven lo ayuda para ser responsable en su estudio, en el trabajo, en la familia, en la sociedad y en la Iglesia.

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Recibido: 15 de Diciembre de 2019; Aprobado: 15 de Mayo de 2020

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Coordinadora de Posgrado e Investigación de la Universidad Autónoma España de Durango. Doctora y Post-doctora en Ciencias de la Educación. Docente de Posgrado y diseñador curricular en diversas Instituciones de Educación Superior de México y Postdoctorados Internacionales. Publicaciones enfocadas a la epistemología e investigación. Conferencista internacional.

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Seminarista con estudios de Filosofía, Teología, Normal y Periodismo. Licenciado y Maestro en Sociología. Doctorante en Ciencias Sociales. Asesor de comunidades. Investigador y docente en IMDOSOC, Seminario Diocesano, Universidad Pontificia de México, CUDEC.

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