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LA GRANJA. Revista de Ciencias de la Vida

versión On-line ISSN 1390-8596versión impresa ISSN 1390-3799

La Granja vol.34 no.2 Cuenca jul./dic. 2021

https://doi.org/10.17163/lgr.n34.2021.06 

ARTICULO CIENTIFICO

LOS GRUPOS DE ACCIÓN Y LA APLICACIÓN DE TECNOLOGÍA DE ALTA PRODUCTIVIDAD PARA MAÍZ DE SECANO EN LOCALIDADES DEL PLAN PUEBLA, MÉXICO

THE ACTION GROUPS AND THE APPLICATION OF HIGH PRODUCTIVITY TECHNOLOGY FOR TEMPORARY CORN IN LOCATIONS OF THE PLAN PUEBLA, MÉXICO

José Regalado López1 
http://orcid.org/0000-0001-7548-4386

Nicolás Pérez Ramírez2 
http://orcid.org/0000-0003-2233-3765

Javier Ramírez Juárez3 
http://orcid.org/0000-0002-4993-6139

José Arturo Méndez Espinoza5 
http://orcid.org/0000-0002-9733-4175

1Colegio de Postgraduados, Puebla, México

2Colegio de Postgraduados, Puebla, México

3Colegio de Postgraduados, Puebla, México

5Colegio de Postgraduados, Puebla, México


Resumen

El objetivo del artículo es evidenciar la importancia que tienen los grupos de acción y la aplicación de tecnología no solo en la producción de maíz sino también en los ingresos económicos de los agricultores. Los grupos de acción constituyen el medio para hacer compras consolidadas de insumos, gestionar recursos financieros y favorecer una mejor comercialización del producto. La metodología consistió en sistematizar información del seguimienteo de un grupo de acción constituido por diez productores que aplicaron tecnología mejorada para producir maíz; esta información se complementó con una encuesta socioeconómica de 30 agricultores de tres municipios. Los resultados indican que la integración de grupos de acción permite incrementar los rendimientos en casi un 50% más respecto al grupo testigo, obteniendo una relación b/c de 2,44 en promedio. En conclusión, se produce un volumen de producción de maíz suficiente para satisfacer las necesidades de autoconsumo de las familias y excedentes para la venta; estos niveles de producción favorecen la reproducción de las familias rurales. Este artículo aporta información para la toma de decisiones en la implementación de programas de producción de maíz en otras localidades.

Palabras clave grupo de acción; tecnología; producción de maíz; Puebla

Abstract

The aim of this study is to show the importance of action groups and the application of technology, not only in corn production but also in the economic income of farmers. Action groups are the means to make consolidated purchases of inputs, manage financial resources and promote better marketing of the product. The methodology consisted of systematizing information from the follow-up of an action group made up of ten producers who applied improved technology to produce corn; this information was complemented with a socioeconomic survey of 30 farmers from three municipalities. The results indicate that the integration of action groups allows to increase the yields by almost 50% more with respect to the control group and a b / c ratio is obtained, on average, of 2.44 on average. In conclusion, a sufficient volume of maize production is produced to satisfy the families' self-consumption needs and surpluses for sale. These production levels favor the reproduction of rural families. This article provides information for decision-making in the implementation of corn production programs in other locations.

Keywords action group; technology; corn production; Puebla

Forma sugerida de citar:

Regalado-López, J., Pérez-Ramírez, N., Ramírez-Juárez, J. y Méndez-Espinoza, J.A. (2021). Los grupos de acción y la aplicación de tecnología de alta productividad para maíz de secano en localidades del Plan Puebla, México. La Granja: Revista de Ciencias de la Vida. Vol. 34(2):91-104. http://doi.org/10.17163/lgr.n34.2021.06

1. Introducción

México es deficitario en producción de maíz a pesar de ser el centro de origen de esta planta cultivada. En la actualidad, según ASERCA (2019), se importan 16,2 millones de este grano. La causa de este déficit fue que el Gobierno federal, por muchos años, inclinó su política a la importación de maíz y abandonó la producción local, esto con la justificación de que era más barato importar el grano que producirlo, lo cual trajo consecuencias en la seguridad y soberanía alimentaria. No obstante, la mayoría de los pequeños productores de la agricultura familiar, sin el apoyo del Gobierno, continuaron produciendo maíz, grano básico para el consumo de las familias y para alimentación animal. Por otro lado, ante este limitado apoyo del gobierno a la producción local de maíz algunas instituciones como el Colegio de Postgraduados continuaron haciendo actividades de generación y difusión de tecnología para los pequeños agricultores, específicamente en la producción de maíz.

En la actualidad existe una política más favorable para producir maíz nacional, y la experiencia generada en el proceso de generación, difusión y aplicación de tecnología por el Colegio de Postgraduados y otras instituciones debe ser aprovechada para impulsar la producción de maíz local y disminuir la importación de este grano.

Concretamente la tecnología es un proceso combinado de pensamiento y acción cuya finalidad es crear soluciones útiles. En esta misma visión, Aguilar (2011) menciona que la tecnología es concebida como el conjunto de saberes, habilidades, destrezas y medios necesarios para llegar a un fin predeterminado. Por su parte, el Colegio de Postgraduados implementó este proceso de desarrollo tecnológico en terrenos de agricultores y consideró el conocimiento tradicional para generar tecnología de alta productividad apropiada a las condiciones de los productores y dar solución a una escasa producción de alimentos. La generación de tecnología no estuvo aislada de su difusión y escalamiento ya que estos procesos se realizaron por un equipo científico-técnico integrado y en constante comunicación.

Una de las estrategias del Colegio de Postgraduados para llevar a cabo la difusión y escalamiento de tecnología fue el asociativismo de los agricultores para integrar grupos de acción; en este entorno e interacción entre distintos actores se propició un aprendizaje social, es decir, los participantes en el grupo de acción aprendieron mediante la observación, las demostraciones de tecnológicas, y de los componentes y procesos que integraron la estrategia de difusión y escalamiento.

Con relación a los grupos de acción, Friedmann (2001), señala que en aprendizaje social el eje central es el grupo de acción integrado por menos de doce personas y orientado a una tarea específica; en este enfoque el grupo de acción aprende de su propia práctica. Este mismo autor menciona que el método correcto para llevar dicho cambio, desde el punto de vista científico, es la experimentación social, la observación minuciosa de los resultados y la voluntad de admitir los errores y aprender de ellos.

El programa Plan-Puebla fue una estrategia de desarrollo agrícola que se operó en el Valle de Puebla. Esta estrategia se sustentó en tres sectores: los productores, las instituciones del sector y un equipo técnico del Colegio de Postgraduados. El equipo técnico fue encargado de generar, difundir y aplicar la tecnología. A través de este programa de desarrollo agrícola el cambio social se alcanzó a través del incremento de la producción de maíz mediante la generación y aplicación de tecnología y la formación de grupos solidarios. En otro contexto mexicano, Regalado et al. (2005) en el Istmo de Tehuantepec utilizaron una estrategia para llevar a cabo la experimentación social en proyectos conducidos con asociaciones de productores, principalmente con la población indígena; las variables que integran la estrategia son: 1) información, 2) participación de los actores involucrados, 3) generación de iniciativas, 4) acción y 5) desarrollo.

Por su parte Cazorla et al. (2013) y Cazorla y De los Ríos (2018), desarrollaron el modelo denominado working with people (trabajando con la gente); este modelo se entiende como una práctica profesional desarrollada en cooperación, que busca conectar conocimiento y acción mediante proyectos en común que integran aprendizajes y valores en las personas (grupos de acción) que participan en trabajos conjuntos. Este modelo ha tenido una amplia aplicación con resultados favorables en Europa y otros países.

Las experiencias citadas evidencian la importancia de los grupos de acción y del proceso de experimentación social en el ámbito agrario. Una prueba del alcance que tuvo el programa de desarrollo Plan-Puebla con estos grupos y aprendizaje social se demostró en la localidad de Tlaltenango; los agricultores de esta comunidad en el inicio del programa producían rendimientos de entre 600 y 800 kg/ha y después del finalizado el programa alcanzaron niveles de producción de 7000 kg/ha; con estos rendimientos de maíz resolvieron las necesidades de grano para la familia y el excedente se destinó para la alimentación de ganado y para la venta, además las familias mejoraron sus ingresos y bienestar. Con estos logros los productores no tienen necesidad de complementar sus ingresos con actividades fuera de finca, contrario a lo que sucede en otros ámbitos (Chapman y Tripp, 2004; citado en Maziya et al., 2017).

En este contexto se plantean las siguientes interrogantes: ¿en qué consistió el proceso de experimentación social en el programa de desarrollo Plan-Puebla? ¿cuál fue el papel que desempeñaron los beneficiarios y grupos de acción para producir los cambios favorables en la producción maíz?

El tema que se aborda en este artículo es importante ya que en México existe un déficit importante en la producción de maíz y es necesario aplicar acciones que permitan disminuirlo. Los grupos de acción, con sustento en la difusión y aplicación de tecnología, también son relevantes puesto que son una alternativa para mejorar la producción, los ingresos y el bienestar de los agricultores; sin embargo, este conocimiento había sido poco aprovechado dada la existencia de una política desfavorable para la producción interna. En el actual escenario de una política más propicia para ser autosuficientes este conocimiento puede ser un insumo importante para contribuir a la producción de maíz. El objetivo de este estudio fue analizar un estudio de caso, en tres municipios de Puebla, para evidenciar la importancia que tienen los grupos de acción y la aplicación de tecnología, no solo en el incremento de los rendimientos de maíz sino también en el ingreso y bienestar de los agricultores.

2. Metodología

Esta investigación se sustentó en un estudio de caso que, de acuerdo con Yin (1994) citado por Arzaluz (2005), es una estrategia de investigación que permite organizar datos sociales sin perder de vista el conjunto de las relaciones del fenómeno que se estudia; además, emplea algunos elementos de tipo cualitativo y cuantitativo (Hernández, 2014). Las etapas de la investigación fueron: talleres participativos con informantes clave de amplia experiencia en la producción de maíz; integración de grupos de acción con productores sobresalientes; establecimiento de parcelas demostrativas en terrenos de agricultores; y escalamiento de la experiencia a otros productores; a estas actividades se les dio seguimiento y al final de los ciclos agrícolas se hicieron estimación de rendimientos en las parcelas.

Para tener una caracterización del contexto socioeconómico, se entrevistaron a 30 productores de las localidades de Tlatenango, Santa Ana Xalmimilulco y Calpan. El instrumento fue un cuestionario que integró preguntas sobre las características de los productores y sus familias.

La información de las distintas etapas de la investigación fue sistematizada y los datos de la encuesta fueron capturados en el programa Excel para estimar parámetros básicos del conjunto de datos.

2.1 Área de estudio

El área de estudio abarcó a tres municipios del estado de Puebla e integran la Microrregión de Atención Prioritaria de Huejotzingo (MAP) (Figura 1). En el municipio de Tlatenango se generó la experiencia, en el territorio Huejotzingo se escaló la experiencia generada y la municipalidad de Calpan se consideró como testigo para hacer un comparativo de los resultados. La MAP, de acuerdo con el Colegio de Postgraduados (2015), es conceptualizada como un “espacio geográfico donde convergen problemas sustantivos de carácter productivo, ambiental o social, y en donde los Campus del COLPOS, a través de sus académicos, definen áreas de influencia para realizar actividades de vinculación y transferencia tecnológica, de manera organizada, y sistematizada, retroalimentando las actividades de educación e investigación.

Las actividades agropecuarias constituyen la fuente principal de ingresos de la población. De acuerdo con datos de INEGI (2007), en el área existían 12 949 unidades, de las cuales con actividades agropecuarias sumaban un total de 9 710 y sin actividades agropecuarias 3 239 unidades. Sobre una superficie de 33616,7 ha, estas unidades desarrollaron una agricultura de temporal, en la que con base al conocimiento y los recursos disponibles emplean estrategias que les permite asegurar las necesidades internas de las unidades y una mayor participación en el mercado local. Las estrategias consisten en dos sistemas productivos; 1) un sistema basado en la producción de maíz combinado con la producción de leche y carne, y 2) sistema tradicional de maíz intercalado en árboles frutales; la primera prevalece más en el municipio de Tlaltenango y en la localidad de Santa Ana Xamimilulco y la segunda en Calpan.

Datos espaciales georeferenciados tomados del INEGI, (2012).

Figura 1.  Municipios que integran el área de estudio 

2.2 Los grupos de acción

En San Pedro Tlaltenango, el grupo de acción se integró por productores de maíz que combinan la producción del grano con la ganadería. En San Ana Xalmimilulco el grupo se conformó como una Sociedad de Producción Rural (SPR), figura legal establecida para llevar a cabo procesos de producción, comercialización, entre otras actividades. Mientras que en San Andrés Calpan se identificaron a 7 productores individuales, en cuyas parcelas se realizaron estimaciones de rendimiento para conocer sus niveles de producción de maíz.

Estos grupos practican dos sistemas productivos relacionados con la producción de maíz. El primero consiste en un sistema basado en la producción de maíz en condiciones de secano que se combina con la producción de leche y carne; y el segundo en un sistema tradicional de maíz intercalado en árboles frutales. El primero prevalece más en el municipio de Tlaltenango, y en la localidad de Santa Ana Xamimilulco, mientras que el segundo se utiliza más en el municipio de Calpan. En ambas localidades se identificaron productores clave para dinamizar procesos para la formación de los grupos de acción; para el caso de Tlaltenango, uno de los líderes de la producción de maíz desempeñó este papel y en Santa Ana Xalmimiluco, el representante de la Sociedad de Producción Rural fue el representante del grupo; cada uno de estos productores asumió responsabilidades en sus localidades. Para el caso de Tlaltenango, el responsable tuvo el rol de presidente del Comité de Decisiones del Programa Intensivo para la Producción de Maíz, y en Santa Ana Xalmimilulco el responsable de grupo se ocupó de los cargos y actividades comunitarias.

3. Resultados y discusión

El proceso de experimentación social generó evidencias en variables sobre: información de la tecnología empleada (dosis de fertilización), integración y comportamiento de los productores de los grupos de acción y factores institucionales.

Tecnología empleada

La tecnología que provocó cambios en la producción de maíz se generó bajo el enfoque diseñado por Laird (1977) consistente en desarrollar los trabajos experimentales en terreno de los propios productores, utilizando los componentes del método científico, que por sus ventajas se introdujo en el Plan Puebla (CIMMYT, 1974).

Este enfoque presentó ventaja en la etapa de difusión porque mantenía constantes las prácticas agrícolas que realizaban los productores. Los componentes de la tecnología fueron 130 kilogramos de nitrógeno, 40 kilogramos de fosforo para una densidad de población de 50 000 mil plantas ha-1. Posteriormente, se aumentaron los niveles de nitrógeno, fósforo y se adicionó potasio, utilizando semillas mejoradas y una densidad de población de 60 000 plantas ha, para obtener mayor volumen de grano y forraje. Durante el periodo de 1967 a 1992, se constató que se habían producido cambios en la producción de maíz (Díaz, 1999), y se notó la presencia de productores de Tlaltenango con niveles de producción de más de 6 ton/ha (Regalado, 1996). La información tecnológica en el diagnóstico se expone en los siguientes párrafos.

Fertilización: con base en la Tabla 1, se aprecia la relación entre los niveles de aplicación de fertilizantes, uso de semillas hibridas y rendimientos por hectárea. Los datos muestran una diferencia en algunos casos de más del 50% entre el volumen de grano producido con materiales mejorados que con materiales nativos.

Fuente: Taller sobre “reconocimiento de la tecnología local de producción”

Tabla 1.  Dosis de fertilización y niveles de producción con el uso de semilla mejorada y criolla. 

Los funcionarios públicos tienen la idea de que el ingreso de los productores de maíz es muy bajo, e incluso a veces presentan pérdidas, sin embargo, los cálculos de los costos y beneficios demostró lo contrario, tal como se muestra en la Tabla 2. Este cálculo se realizó considerando el costo de $4.0 por kilogramo de maíz. La relación beneficio costo resultó positivo incluso con un rendimiento de 4,5 t/ha. Este ingreso se obtiene únicamente del grano sin considerar el forraje, ahora, si se consideran que ambos productos se destinan para la alimentación del ganado y de este último se obtienen carne y leche, entonces las ganancias son mayores.

Este análisis demuestra que la producción de maíz es rentable. En el ámbito social, la introducción de los componentes tecnológicos contribuyó a generar condiciones para fortalecer este tipo de iniciativas en el ámbito comunitario, considerando las experiencias para mejorar los procesos productivos y provocar cambios en la arquitectura institucional. Desde el componente ambiental, Turrent (2019) señala que los resultados de estudios llevados a cabo en trigo con dosis agronómicas NPK todos los años, con y sin corrección de acidez del suelo, con y sin rotación de cultivos, con y sin incorporación de estiércol demuestran que el uso de dosis agronómicas de fertilizantes actúa como degradante del suelo a largo plazo. Sin embargo, es necesario realizar estudios más específicos relacionados con el impacto de los componentes tecnológicos sobre el agua.

Tabla 2.   Costos de producción ($), rendimiento (t/ha) y relación b/c en el cultivo de maíz en Tlaltenango 

Grupo de acción de Tlaltenango

La experiencia de estos productores llevó a plantear la siguiente interrogante ¿cómo visibilizar la apropiación de la tecnología generada para la producción de maíz que les permite mejorar sus ingresos y permanecer en su comunidad sin necesidad de inmigrar? La respuesta consistió en seleccionar a los 10 mejores productores de este municipio para formar un grupo de acción que fueran conductos para transferir este conocimiento a otros productores tanto de la localidad como fuera de ella, así como a directivos de instituciones local, estatal y federal, buscando incorporar la experiencia en la política pública para la producción de maíz. La estrategia de seleccionar a los mejores productores de maíz coincidió con el trabajo planteado por Marrubio y Santoyo (2010), que consideró el principio de construir sobre lo que saben los mejores. Construir sobre los que otros saben implica trabajar con la gente, una línea de investigación desarrollado por el Grupo GESPLAN, que de acuerdo con Cazorla (2013) incorpora elementos clave de la planificación como aprendizaje social, participación colaborativa y modelos de dirección de proyectos. Con base a estos elementos, el grupo estableció 10 ha de lotes demostrativos para exponer la aplicación de tecnología de alta productividad y obtener altos rendimientos de maíz; en la Tabla (3) se muestran las fuentes y volumen de fertilizante empleado.

Tabla 3.  Rendimientos (t ha-1) obtenidos por los primeros y segundos participantes en Tlaltenango 

El Colegio de Postgraduados (CP)-Campus Puebla financió en este primer año la siembra de las 10 hectáreas. Con este recurso cada productor estableció una hectárea con fines demostrativos y el resto de la superficie que tienen bajo su control se financió por ellos mismos; en términos de porcentaje, el monto aportado por el CP representó el 30% de los costos de producción por hectárea, y el 70% restante se aportó por cada uno de los integrantes del grupo. En términos de financiamientos y como resultado del primer año, se generó un esquema para la producción de maíz que se operó en los siguientes años y que consistió en la aportación del 50% de la presidencia municipal y el otro 50% se cubriría por el grupo de acción. Bajo este esquema en este segundo año, se amplió la superficie a 147 ha aproximadamente y el grupo adquirió una sembradora de precisión. En el tercer año se amplió el programa a un mayor número de productores, en su mayoría jóvenes que después de su experiencia migratoria incursionaron nuevamente en las actividades agropecuarias. Fue muy interesante observar que el grupo de los primeros participantes estableció como requisito para los productores de nuevo ingreso el obtener un rendimiento mínimo de 6,0 t ha-1, para recibir el financiamiento de la presidencia municipal. En términos de rendimientos y con base a la Tabla 4, se observó que en el comportamiento en los niveles de producción de maíz durante el primer año (2011), los iniciadores del proyecto registraron un volumen de producción promedio de 7,24 t ha-1, nivel de producción que se sostiene durante el periodo de 2013-2014, también, hubo casos en el que algunos miembros del grupo obtuvieron rendimientos mayores a 10 t ha-1. Estos niveles de rendimientos superaron los niveles de producción de 2,2 hasta 3,7 t ha-1 planteado por la estrategia de Mas Agro, un programa nacional dirigido a homogenizar el nivel de producción de maíz en condiciones de temporal entre los pequeños productores (Turrent et al., 2017).

Entre los integrantes del grupo de acción se generalizó el uso de semilla mejorada, sin embargo, a nivel de la localidad este uso es bajo. De acuerdo con Espinoza et al. (2003) este tipo de comportamiento es similar con respecto al uso de semillas mejoradas a nivel nacional.

Escalamiento en otras localidades

Con base a los resultados obtenidos y por la iniciativa de producir la semilla HS-2 propiedad del Colegio de Postgraduados por una empresa familiar a través de un convenio de colaboración y por el interés de un grupo de acción integrados en una figura jurídica como Sociedad de Producción Rural (SPR) por utilizar esta semilla, la presidencia municipal de Huejotzingo, municipio al que pertenece la localidad de Santa Ana Xalmimilulco, diseñó y operó un esquema similar de financiamiento utilizado por el grupo de acción de Tlaltenango.

Santa Ana Xalmimilulco

Los factores que determinaron la formación y participación del grupo de acción en el proyecto de maíz HS-2 fueron: 1) la participación del responsable del grupo de Santa Ana Xalmimilulco en el Consejo Municipal de Desarrollo Rural Sustentable de San Miguel Huejotzingo, 2) intercambio de experiencia sobre el uso de semillas hibridas con los productores de San Pedro Tlaltenango, y 3) participación de algunos integrantes del grupo en un proyecto piloto para introducir maíz hibrido HS-2 entre los productores. Estas acciones crearon las condiciones para que los productores participaran en la siembra de 100 ha del maíz hibrido HS-2 (Regalado et al., 2010). Los resultados de esta primera experiencia en Santa Ana Xalmimilulco corroboraron la posibilidad de elevar los niveles de rendimientos tanto de grano y forraje mediante la aplicación más precisa de los componentes tecnológicos, incluyendo el uso de esta semilla. Con base a los datos de rendimientos de los primeros integrantes que utilizaron esta semilla tal como se muestra en la Figura (2), se demostró que el uso de este material representaría una alternativa para obtener un mayor volumen de grano para abastecer a la unidad de producción y forraje verde para el ensilado y seco que se utiliza durante todo el año, en cantidad suficiente y de calidad para apoyar a la actividad ganadera, con el propósito de mantener o elevar la producción de leche que, según los propios productores, se estima en un volumen de 90 mil litros diarios.

Figura 2:  Rendimientos en t ha-1 obtenidos en el proyecto de maíz HS-2 

San Andrés Calpan (productores testigo)

Durante los tres primeros años de la operación del proyecto de producción de maíz aplicando tecnología de alta productividad, las estimaciones de rendimientos se llevaron a cabo en terrenos de los integrantes de los grupos de acción, sin embargo, y con el propósito de conocer las diferencias en llevar a cabo o no la producción de maíz en forma de grupo de acción, en el año 2014, además de realizar estimaciones de rendimientos en lotes de productores de los dos grupos de acción, se consideró a un grupo de productores de Calpan que sembraron maíz durante el ciclo primavera-verano 2014, sin participación en programas implementados en Tllatenango y Santa Ana Xalmimilulco.

Comparación de variables tecnológicas y características personales de productores con y sin grupos de acción

Este análisis se sustenta en la información recabada mediante la aplicación de un cuestionario que incluyó variables relacionadas a los niveles de rendimientos de maíz, componentes tecnológicos empleados, y otros factores de carácter personal de los integrantes de los grupos de acción, así como de productores testigo.

Rendimientos de maíz

Con base a los datos de la Tabla 5, se puede observar una relación entre los grupos de acción y los rendimientos de maíz, sobre todo en lo que respecta al rendimiento promedio y el máximo. Dicho comportamiento se puede considerar para establecer que la aplicación de los componentes tecnológicos se aplica con mayor precisión cuando los productores se encuentran integrados en un grupo de acción, dado que la consecución de los recursos financieros para la obtención de los insumos en tiempo y calidad es posible hacerlo a través de este se asociaciones.

Fuente: Elaboración propia con datos de campo, 2015.

Tabla 4.  Rendimientos obtenidos con y sin grupo de acción 

La relación entre el uso de la tecnología sobre los rendimientos de maíz se aborda en diferentes estudios (Regalado et al.,1996; Díaz et al., 1999; Damián et al., 2007), quienes coinciden con los resultados obtenidos en Tlaltenango; en la misma línea Gürel (2019) coincide en que los avances en la agricultura a menudo han sido el resultado de innovaciones en componentes individuales (como mejoramiento, insumos químicos, tecnologías de riego), sin embargo, en Tllatenango como en Santa Xalmimilulco los cambios se produjeron considerando como variable la aplicación del conocimiento tecnológico a través de los grupos de acción. Noriega et al. (2019) relacionan la capacitación y difusión de innovaciones tecnológicas bajo el modelo de escuelas de campo con la productividad de maíz; y en este mismo sentido Velázquez et al. (2019) encontraron que la adopción de tecnologías determina la productividad y competitividad de la producción de maíz. Estos cambios en la producción de maíz generan excedentes de grano y forraje, que como señala Lutz y Herrera (2007) puede incidir positivamente en las familias y comunidades. Si bien los productores de Tlaltenango y Santa Ana Xalmimilulco se apropiaron de los componentes tecnológicos para producir niveles altos de rendimientos de maíz, la consecución de los recursos para adquirir los insumos para su aplicación se hace efectiva siempre y cuando los productores realicen esta práctica como grupos de acción, tal como se llevó a cabo en Tlaltenango y posteriormente en Santa Ana Xalmimilulco.

Como instrumento de captación de información de campo se utilizó un cuestionario para recabar información de los integrantes de los grupos de acción, así como de los productores testigo. En la Tabla 6 se observan los componentes tecnológicos que emplearon los productores durante el ciclo agrícola 2014 para producir cambios en la producción de maíz. Con base a esta información, se pudo observar que en las localidades donde se llevaron a cabo las actividades como grupos de acción, los productores aplicaron con mayor precisión los componentes tecnológicos generados por la investigación agronómica del Plan Puebla, utilizaron semilla mejorada y la mayoría realizaron prácticas de conservación de humedad, lo que les permitió sembrar durante el mes de abril y lograr una germinación más homogénea de la semilla.

Fuente: Elaboración propia con datos de campo, 2014.

Tabla 5. Componentes tecnológicos empleados por los grupos de acción para la producción de maíz de temporal  

Características de los productores que integraron los Grupos de Acción

Con base a la información captada en campo mediante la aplicación de cuestionarios, se observó que el 80% de los jefes de familias de las localidades son de sexo masculino, pocas mujeres están al frente de las unidades familiares tomando decisiones en la producción agrícola, más bien, su participación consiste en apoyar otras actividades en el hogar como el cuidado de los miembros de la familia y en la preparación de alimentos para los jornaleros durante la cosecha.

Con respecto a la edad, en Calpan se observó una mayor población adulta y con menor número de años de estudios, mientras que, en los dos grupos de acción, se notó mayor población joven; en este sentido se destaca el caso de un integrante que inmigró a los Estados Unidos de América y una vez retornado a Tlaltenango, incursionó en las actividades agropecuarias. Actualmente las familias de los y las integrantes de las tres localidades permanecen en la comunidad, realizando actividades hacia el interior y fuera de la unidad familiar.

Fuente: Elaboración propia con datos del trabajo de campo 2014.

Tabla 6.  Edad y años de estudio de los integrantes de los Grupos de Acción

Los grupos de acción y la estrategia de gestión

Los grupos de acción gestionaron un conjunto de componentes que constituyeron la estrategia para aplicar la tecnología y producir altos rendimientos de maíz, estos componentes fueron: insumos, semillas, financiamiento, asistencia técnica y proceso de comercialización.

Insumos

El grupo de acción de Tllatenango generó una serie de decisiones relacionadas con la adquisición de insumos y semilla de forma consolidada con la empresa que ofreciera mejor calidad de los productos y pesos completos. Estas decisiones se fundamentaron sobre las experiencias de algunos socios integrantes de los grupos, así como la ventaja de disponer recursos económicos que le otorgó una autonomía económica que le permitiese una mejor negociación para adquirir los insumos a un mejor precio y de manera oportuna. En el primer año de operación del proyecto el grupo de Tlaltenango, en coordinación el Campus Puebla, compraron sus insumos de forma consolidada un mes antes de la siembra. En el segundo año, la presidencia municipal participó en el proyecto e intentó hacer la compra con otra empresa y con los mismo productos, buscando abaratar aún más el precio de los insumos; dicha propuesta no prosperó porque el grupo solicitó al proveedor un análisis del producto para corroborar que el porcentaje de ingrediente activo era el mismo que aparecía en el envase, esta se negó a presentarla lo que ocasionó que el presidente municipal, a través de la regiduría de agricultura, realizara la compra con la empresa que sugirió el grupo.

Financiamiento

En Tlaltenango se generó un esquema de financiamiento que en los programas de desarrollo rural en Europa se denomina gestión próxima de financiamiento (Cazorla et al., 2005). Este esquema consistió en una mezcla de recursos de los beneficiarios y de la autoridad local en forma de subsidio, evitando el endeudamiento que constituye un factor que limita el acceso al financiamiento (Almeraya et al., 2011). La incorporación de las autoridades locales en este tipo de proyecto permitió una relación más estrecha con los grupos, sobre todo para planificar acciones como: definición de beneficiarios, superficie sembrada, necesidades de insumos, monto a aportar por las instancias involucradas, propuesta de posibles proveedores, definición de tipo de fertilizantes, solución de problemas derivados en el proceso de compra, recorridos de campo, y estimación de cosecha.

Asistencia técnica

En el estudio realizado por Afful et al. (2015), se demostró que los productores de maíz, al recibir información de la extensión pública, aumentaron sus niveles de producción de maíz en condiciones de secano. Estos resultados coinciden con la iniciativa desarrollada en Tllatenango, que se sustentó bajo la premisa de que los productores disponen de un conocimiento acumulado sobre el manejo del cultivo de maíz y que la labor del técnico debía ser de facilitador. La asistencia técnica consistió en facilitar información de carácter técnico y sobre las ventajas que disponían como grupo para llevar a cabos procesos de gestión con otros actores.

4. Conclusiones

La integración de un grupo de acción con los mejores productores de maíz de Tlaltenango para transmitir sus experiencias mediante el establecimiento de lotes demostrativos con la participación del Colegio de Postgraduados y de autoridades locales constituyó una estrategia para producir cambios en la producción de maíz

El proceso de aprendizaje social contribuyó a la creación de grupos de acción que definieron: 1) componentes tecnológicos que se aplicaría en los módulos demostrativos, 2) estrategia para la gestión de insumos, 3) el establecimiento de las relaciones con actores institucionales y locales, y 4) una asistencia técnica para facilitar procesos en el ámbito técnico y gestión de financiamiento; acciones que crearon las condiciones para que el grupo demostrara su capacidad para producir cambios en la producción de maíz, y la viabilidad de este cultivo.

Es posible incorporar la experiencia generada por los grupos de acción en un programa estatal más amplio de producción de maíz, en zonas con mayor potencial para la producción de maíz de secano, mediante una gestión más de carácter empresarial que permita integrar a este tipo de agricultura en la red de valor; para ello se requiere de voluntad política de actores que toman decisiones a este nivel.

Referencias

ASERCA (2019). «Reporte del mercado de maíz». Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria. Consultado 26 de noviembre 2020. Online: https://bit.ly/2WIxKsSLinks ]

Afful, D. y col. (2015). «Contribution of Public Extension to Food Security of Smallholder Farmers in Limpopo Province, South Africa in an Era of Climate Variability». En: Journal of Human Ecology 50.3, 205-212. Online: https://bit.ly/3fUHLsJLinks ]

Aguilar, F. (2011). «Reflexiones filosóficas sobre la tecnología y sus nuevos escenarios». En: Sophía 11, 123-172. Online: https://bit.ly/3vD64lwLinks ]

Almeraya, S. y col. (2011). «Uso del crédito: implicaciones para el desarrollo rural». En: Revista mexicana de ciencias agrícolas 2.1, 111-124. Online: https://bit.ly/34xzuWCLinks ]

Arzaluz, S. (2005). «La utilización del estudio de caso en el análisis local». En: Región y sociedad 17.32, 107-144. Online: https://bit.ly/2R3GnM0Links ]

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Recibido: 06 de Febrero de 2020; Aprobado: 15 de Abril de 2021

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