SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue26Social Practices, (Des)protection of Environmental Rights and Strategic ActionsMame religiosity in resistance before mining author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Letras Verdes, Revista Latinoamericana de Estudios Socioambientales

On-line version ISSN 1390-6631

Letras Verdes  n.26 Quito Sep./Feb. 2019

 

Articles

Rondas campesinas y representación política en tiemposdel conflicto Congaen Cajamarca, Perú

Peasant Rounds and Political Representation in Times of CongaConflictin Cajamarca, Peru

10.17141/letrasverdes.26.2019.3900

Jorge Duárez-Mendoza1 
http://orcid.org/0000-0003-0182-5744

Jacqueline Minaya-Rodríguez2 
http://orcid.org/0000-0002-9177-5738

Junior Perez-Pachas3 
http://orcid.org/0000-0002-5437-3385

Joel Segura-Celis4 
http://orcid.org/0000-0001-6349-988

1Miembro del Instituto Seminario de Historia Rural Andina (ISHRA) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), jorgeluisduarez@gmail.com.

2Miembro del Instituto Seminario de Historia Rural Andina (ISHRA) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), jacqui.elena.minaya@gmail.com

3Miembro del Instituto Seminario de Historia Rural Andina (ISHRA) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), junior.perezpachas@gmail.com.

4Miembro del Instituto Seminario de Historia Rural Andina (ISHRA) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), gaia.jsc13@gmail.com.


Resumen

En el año 2012, en Cajamarca (parte norte de la sierra del Perú) se desataron eventos contenciosos de gran impacto social y político, que dejaron víctimas mortales y develaron la “traición” del presidente de la República,tras apoyar la implementación del proyecto minero Conga.Lejos de ser un evento aislado, el caso Conga constituye un conflicto síntesis, producto de varios años de pugna por los recursos naturales. Las rondas campesinas, organizaciones comunales de defensa social, fueron uno de los protagonistas más destacados. Este artículo estudia la representación política en tiempos de conflicto social en el terreno subnacional, examinando la participación de los jóvenes y las mujeres adultas de las rondas campesinas durante el conflicto en Cajamarca.Se plantea que eventos contenciosos como Conga impactanpositivamente en la identidad rondera y en el repertorio de acción colectiva, e impulsan elalistamiento a las organizaciones. Los lazos familiares siguen siendo un determinante de la identidad y el compromiso colectivo, no obstante,develan los dilemas que tanto jóvenes como mujeres deben enfrentar.

Palabras clave: acción colectiva; conflicto social; identidad; minería; Perú; repertorios de acción; rondas campesinas

Abstract

In 2012, contentious events of great social and political impact were unleashed in Cajamarca, the northern part of the Peruvian highlands. This caused several fatalities and revealed the “betrayal” of the president of the Republic by supporting the implementation of the Conga mining project. Far from being an isolated event, the Conga case constitutes a synthesis conflict, product of several years of struggle for natural resources. The rondascampesinas (peasant patrols), communal organizations of social defense, are one of the protagonists in it. This article analyzes the political representation in times of social conflict in the subnational scale, examining the participation of young people and adult women of the rondascampesinas during the conflict in Cajamarca. It is proposed that contentious events such as “Conga” positively impact the ronderaidentity and the repertoire of collective action, propitiating the enlistment in the patrols. Family ties continue to be a determinant of collective identity and commitment, but they also reveal the dilemmas that both young people and women must face.

Key words: action repertoires;collective action; identity; mining; peasant patrols; Peru; social conflict

Introducción1

Las rondas campesinas constituyen una de las organizaciones rurales de base más importantes de América Latina (Stan 1991). Son conocidas por su efectividad y gozan de alta confianza por parte de la comunidad, en contraposición al Estado (Meléndez 2016 Yrivarren 2017; Zavaleta 2014).

Como herencia de las propuestas extractivistas del gobierno de Alberto Fujimori durante la década de los 90, entre los años 2000 y 2010 Perú pasó por un intenso proceso de presencia minera, conocido como el “boom de los recursos naturales” (Zavaleta 2014). El panorama social y político en zonas rurales como Cajamarca, Ancash y Apurímac mostraba un país convulsionado, donde los principales actores eran el Estado, las empresas mineras y las personas que vieron afectados los recursos naturales de sus territorios.

Aproximarnos a la contienda implica abordar un conflicto síntesis, en tanto condensa años de oposición ciudadana a proyectos mineros como Conga, mediante el cual se ha alimentado un tipo de identidad colectiva compartido por hombres y mujeres de provincias rurales como Hualhuayoc, Celendín y Bambamarca. Las rondas campesinas son unos de los grupos opositores más contundentes (Meléndez 2016; Zavaleta 2014).

El presente artículo busca recoger el recuento del conflicto Conga en la voz de los jóvenes y las mujeres de las rondas campesinas, a fin de analizar su repercusión en torno a la representación política, la identidad colectiva y el repertorio de acción colectiva. Para una mejor organización de las ideas, el texto consta de cuatro secciones. En la primera presentamos algunas consideraciones teóricas sobre las imágenes de los actores, el carácter dual de la representación política (desde los grupos movilizados),la naturaleza relacional de la identidad colectiva, y la estructura organizativa como determinante de la efectividad del repertorio de recursos.

En la segunda sección exponemos los resultados de las entrevistas a los jóvenes ronderos durante el conflicto social. Analizamos la identidad rondera, los repertorios de acción colectiva y las redes de aliados, preguntándonos por la posibilidad de una red de rondas conformada exclusivamente por jóvenes. En la tercera sección analizamos las rondas campesinas de mujeres adultas. Profundizamos en la lógica de esta organización en un contexto marcado por la división sexual de las actividades cotidianas. Nos aproximamos además a la construcción de identidad colectiva y la movilización de recursos que impacta en la representación de dicha agrupación ronderil. Por último, en la cuarta sección, expondremos algunas ideas que engloben el análisis de los dos grupos entrevistados, resaltando los puntos claves coincidentes y algunos dilemas que cada grupo debe hacer frente.

Conflictividad social y representación colectiva

Entendemosla conflictividad social como la expresión contenciosa de una representación de intereses locales, por parte de actores con escasa confianza en las instituciones del Estado. Esa representación es propia de una política de ámbito local y regional que ha adquirido mayor relevancia ante la incapacidad de los partidos políticos nacionales de representar intereses locales. En ella, surgen líderes vinculados a la protesta, capaces de canalizar las demandas de los grupos sociales movilizados (Panfichi 2011). Diferentes autores han centrado el análisis de la representación política en la función de los líderes o representantes (Sartori 2005),sin embargo,¿qué sucede con la función que cumplen los grupos sociales movilizados? Consideramos relevante esta interrogante, ya que entendemos la representación política como un proceso que implica un doble movimiento: del representado hacia el representante y del representante al representado. En ese doble movimiento se generan procesos de identificación y orientaciones para la acción colectiva (Laclau 2006).

Analizando uno de los movimientosimplicados en la representación política (de los representados hacia el representante), sostenemos que los primeros no cumplen un rol pasivo, restringido a la expresión de determinadas demandas que son canalizadas por los líderes políticos. Por el contrario, la expresión de demandas plantea un complejo proceso en el queentran en juego distintos elementos sociopolíticos y culturales, entre los cuales destacamos: 1) la identidad colectiva, 2) la movilización de recursos, y 3) las imágenes que construyen de los actores políticos.

La identidad política

El presente análisis tiene como punto de partida reconocer que toda identidad tiene carácter relacional. Nos distanciamos de cualquier concepción “esencialista” de las identidades, sosteniendo que es en las interacciones sociales, en el reconocimiento de diferencias y en los sentidos de pertenencia donde se constituyen las identidades políticas(Gramsci 2001. Esa constitución implica un proceso simultáneo de diferenciación externa y de homogenización interna, el cualestá marcadopor el antagonismo(Aboy 2001).

En la constitución de las identidades políticas determinados nodos discursivospermiten condensar un conjunto de significados que orientan la acción colectiva. Estos nodos pueden apelar a narrativas constituidas en diferentes experiencias políticas: la defensa de los derechos humanos, la promoción de la democracia, la cuestión indígena, entre otros. Lo sustantivo aquí es la hibridación o el tejido de esas narrativas a través de la articulación de sentidos en la acción política (Laclau y Mouffe 2004). Las prácticas articulatorias que constituyen y organizan relaciones de sentido (creencias, mitos e ideologías, por ejemplo) nunca tienen lugar en un vacío discursivo.Toda práctica articulatoria de sentido tiene lugar en un campo parcialmente sedimentado (Aboy 2001).

La movilización de recursosy repertorios de acción

Eltercer elemento para analizar los grupos sociales movilizados son los recursos que utilizanen su acción colectiva.Entre los que juegan papeles importantes y permiten la acción colectiva, podemos mencionar la profesionalización, los liderazgos yla experiencia.Otra variable importanteal respecto es la estructura organizativa con la que cuentan los grupos sociales movilizados (Zald 1992). Diferentes investigaciones han dado cuenta de cómo en contextos de protesta son fundamentales los procesos organizativos, la existencia o no de experiencias organizativas previas, la presencia de organizaciones de diverso tipo y la intervención de agentes externos como ONG, iglesias y partidos políticos (De Echave et al. 2009).

Los repertorios de acción están condicionados por el proceso político y social en el que se encuentran inmersoslos grupos (Retamozo, 2010; Tarrow 2012).En nuestro caso de estudio, ese proceso está marcadopor la expansión minera, la cual ha generado una competencia de “proyectos geográficos”, y ha producidoconflictos sociales por el acceso a los bienes naturales y su uso.

Las imágenes de los actores del sistema político

Los grupos sociales movilizados comprendenel ser y quehacer del Estado y las organizaciones políticas a partir de determinadas imágenes.Esas imágenes se han forjado mediante diferentes experiencias de interacción con estos actores. Determinadas temáticas (el centralismo y la corrupción, por ejemplo) se convierten en un medio por el cual una imagen bastante compleja del Estado y del sistema político en su conjunto se construye simbólicamente en la cultura pública (Gupta 2015).Los imaginarios posibilitan sintetizar la experiencia fragmentaria de lo real (Cléro 2004).

Consideramos que las imágenes de los actores del sistema político, que producen y reproducen los grupos sociales movilizados, se encuentran influenciadas por “prácticas locales contenciosas” y “luchas históricas duraderas”. La primera noción hace referencia a conflictos locales explícitos, que generan interacciones con los actores del sistema político (la resolución de un conflicto minero, por ejemplo). La segunda noción remite a largos procesos conflictivos en los quese inscriben dichas prácticas contenciosas (luchas más amplias en torno al desarrollo, la autonomía, los derechos, etc.). Ambas nociones se relacionan en tanto las luchas históricas duraderas pueden brindar un sustento identitario a través de las prácticas locales contenciosas (Escobar 2010).

Antecedentes

La ronda campesina, como organización de autodefensa, nace en el caserío de Cuyumalca, provincia de Chota (Cajamarca, Perú) en el año 1976. Las primeras tareas de la asociación se direccionaron en contra de los robos de ganado y bienes de los campesinos de la comunidad; es decir, alrededor del cuidado del orden público (Huamaní, Moscoso y Urteaga 1988; Starn 1991).Rápidamentesurgieronnuevas organizaciones,con lo cual su labor se expandió. Antes del contexto propiciado por Sendero Luminoso y su arremetida contra el Estado, las rondas campesinas adoptaron una nueva tarea: la administración de justicia, ante la pasividad y corrupción que caracterizaban a las fuerzas policiales, que, más que combatir el delito, lo defendían. Así adquirieron cierta legitimidad, al resolver de manera más eficiente y eficaz los problemas que el Estado no solucionaba. Dicha legitimidad se reforzó a través de los años.

Luego de un crecimiento político del liderazgo campesino que trascendió lo rural, en los años 80, Sendero Luminoso desarticuló gran parte de la organización campesina (Damontey Glave 2016). Sin embargo, para estos mismos autores, la presencia de la agrupación subversiva en Cajamarca no fue mucha, en comparación conlas regiones del centro y sur del país. Por lo tanto, es necesario esclarecer que las rondas campesinas de Cajamarca no comparten las mismas características de las organizaciones surgidas en departamentos como Ayacucho, Junín, Pasco, Apurímac, entre otros. Dichas organizaciones, denominadas Comités de Autodefensa, fueron direccionadas por el Ejército con la estricta labor de defenderse y atacar a Sendero Luminoso. Por el contrario, las rondas campesinas de Cajamarca tienen como principal característica su autonomía en todos los aspectos. Aunque no niegan la militancia de sus integrantes en algún partido político, la ronda se desliga de cualquier dirección partidaria o incluso del propio Estado.

En cuanto al conflicto minero en Conga, es una consecuencia del “boom minero” o “boom de los recursos naturales” (Zavaleta 2014),originado en pleno auge del sistema neoliberal implantado por el presidente Alberto Fujimori, en la década de 1990. Las políticas de apertura permitieron la “transnacionalización” del sector extractivo,elproceso de privatización, elcambio de la matriz productiva y el desarrollo de nuevas tecnologías (Zavaleta 2010). Sin embargo, también surgieron nuevas formas de representación, nuevos actores y nuevos líderes independientes, con acción regional.

Antes de las medidas económicas de la década de 1990, Cajamarca no aportaba más del 3% al PBI minero. Posterior a ello, se originó una fuerte conflictividad social en el marco de un inusitado crecimiento económico (Prodiálogo, Prevención y Resolución de Conflictos 2016).Luego de algunos años de preparación de los informes técnicos y el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), en el año 2010 la Empresa Yanacocha (encargada de la ejecución del proyecto “Minas Conga”) presentó para su aprobación el EIA a los caseríos que supuestamente formaban parte del área de influencia del proyecto. En una audiencia pública, los 32 caseríos lo aprobaron. Entre lasdenuncias al proceso, la principal fue que la audiencia para la aprobación no se realizó con los caseríos del área de influencia directa. Eso generó una reacción por parte de diversas organizaciones de la sociedad civil en Cajamarca y, sobretodo, de personas que conformaron las zonas afectadas. Por lo tanto, también de las rondas campesinas.

No es objeto de esta investigación profundizar en la cronología de los hechos ocurridos principalmente en el año 2012. Sin embargo, es importante resaltar que marcaron un antes y un después en los ámbitos político y social del país. Permitieron cuestionar la representatividad formal ejercida por el presidente Ollanta Humala, que cambió de plan de gobierno desde Conga.También motivaron la aparición de nuevos líderes, nuevas formas de representación y la evolución de uno de los actores más importante del conflicto: las rondas campesinas. Esto se reflejó en la renovada participación de jóvenes y mujeres, en lo que ahondaremos a continuación.

Identidad rondera, agencia de jóvenes en las rondas

El estudiodescribe las acciones y recoge las percepciones de jóvenes que participaron activamente en el contexto de Conga desde 2012, dentro de sus espacios de activismo, ya sean la ronda campesina, la universidad o en ambos espacios simultáneamente.

La identidad rondera se forma por tradición o por algún acontecimiento que genere movilizaciones en la población ronderil, y se mantiene por convicción. Tal es el caso de Conga. Los jóvenes entrevistados caracterizan las rondas campesinas como una organización que garantiza el orden, la seguridad y la justicia a sus propios miembros. Es autónoma, independiente y reconocida constitucionalmente.

Los jóvenes se unieron a las rondas bien porque son hijos de padres o madres ronderas y continúan así la tradición familiar o porque, ante un conflicto como el de Conga, buscaron organizaciones que fueran capaces de articularse en una sola voz que representase sus intereses. Sonlas rondas las que, por su rol de defensa, lograron captar a esa población. Mantienen su actividad ronderil porque aseguran que las rondas son el mecanismo más acertado para administrar justicia, para defender la propiedad privada, comunal y el medioambiente, así como un mecanismo de fiscalización sobre las autoridades políticas.

De esa manera,el conflicto Conga impactó en el interés de los jóvenes por sumarse a las rondas, puesto que estas habían asumido el rol de defensa territorial y de recursos (el agua,por ejemplo). Antes de Conga, algunos jóvenes ya participaban en las rondas; sin embargo,tras el estallido del conflicto, la participación e identidad se volvieron mucho más activas y se fortalecieron.

El interés porintegrar las rondas proviene, en primer lugar,dela influencia que generan los padres y la comunidad. Padres y madresronderos y comunidades con rondas fuertes estimulan la participación de jóvenes (incluso niños),al llevarlosa las asambleas, a rondar ya otras actividades. Aunque la mayoría de edad suele ser un requisito que permite ocupar algún puesto dirigencial, no es indispensable para que los jóvenes puedan insertarse a temprana edad en algunas dinámicas de las rondas.

Los jóvenes imprimen una alta valoración a la actividad ronderil: es dignificante y otorga capacidad de acción, sin embargo,conlleva responsabilidad. La ronda es una institución funcional y repercute en la vida diaria de la ciudadanía en su jurisdicción. Es dignificante porque ser rondero implica la continuidad de la tradiciónronderil. Brinda capacidad de acción porque, al ser una institución que goza de legitimidad y aceptación entre la población, es capaz de resolver muchos problemas de manera eficiente y eficaz.

Comparten el mismo perfil que todo dirigente ronderil debe cumplir: ser instruido (así se garantizaría su competencia), honesto, puntual, con capacidad de liderazgo, respetuoso de sus costumbres, disciplinado, luchador y haber participado en las luchas llevadas a cabo por las rondas (de manera que comprenda que los logros obtenidos no han sido sencillos de alcanzar). Además, debe ser alguien con coraje, transparente y de carácter fuerte, para manejar situaciones complejas y tomar decisiones adecuadas. Por otro lado, si bien la edad no es un factor preponderante, la experiencia de dirección ronderil es crucial para asumir un alto cargo.

Los hechos contenciosos generan en las organizaciones que ciertos liderazgos se legitimen. El conflicto socioambiental en Conga ha modificado algunos aspectos clave en la evolución de las rondas campesinas, más allá de los cambios en el discurso. La problemática ambiental es un nuevo punto en agenda para las rondas, dados los diversos conflictos ambientales ocurridos a partir de la última década del siglo pasado.Es así que la participación de jóvenes en las rondas campesinas es propia de suevolución, a raíz de sus nuevas agendas o preocupaciones. Estamos lejos de afirmar que el papel de los jóvenes ronderos antes de Conga fue inexistente;sin embargo, la nueva generación tieneciertas características que se distinguen de las anteriores, sobre las que vale la pena reflexionar.

Algunos elementos que explican la agencia (entendida como la capacidad de operar para producir cambios) de los jóvenes de las rondas campesinas son la ética, la experiencia y el compromiso. La puntualidad, la honestidad y un fuerte sentido de la justicia son características fundamentales que debe tener quien aspire a ser rondero y más aún, un dirigente. La comunidad confía en el papel de las rondas, ya que estas no son solo administradoras de justicia, por el contrario, se muestran como un ejemplo ético ante la comunidad. Si un rondero comete algún error, es castigadode igual manera. No obstante, y sin ánimo de generalizar, las rondas campesinas son consideradas organizaciones abiertas. Es decir, aunque tiene un orden interno de funcionamiento, no son jerárquicas ni hay privilegios entre sus miembros.

Repertorios de acción colectiva desde los jóvenes

El repertorio de acción es el conjunto de herramientas y capacidades desplegadas colectivamente por un grupo social o político en el marco de una coyuntura específica, para cumplir objetivos políticos inmediatos (Tarrow 1997.A su vez, estos están condicionados por el proceso político, social, cultural y económico en el que se encuentran (Retamozo 2010; McAdam, McCarthy y Zald 1999; Melucci 1989).

Desde su nacimiento, las rondas campesinas han pasado por procesos de cambios como respuesta adistintas coyunturas que complejizaron su accionar: desde sus primeras labores en los 70, asumiendo funciones de vigilancia del territorio, hasta el actual involucramiento político en sus distintas formas. Dichos cambios hanimpactado en los discursos, acciones y resignificacionesronderiles. Sin embargo, se mantienen algunas lógicas de carácter esencial para las rondas.

El primer elemento es su carácter colectivo. En efecto, la colectividad es propia del discurso de todos los jóvenes entrevistados y, en muchos casos, también lo es la actividad agrícola, por lo que la tierra es una representación de la comunidad. Formar parte de una ronda implica muchas veces un doble sentido de acción: ser rondero y ser campesino.

Elsegundo elemento característico es la asamblea como espacio de encuentro,abierto y autónomo,pues allí se eligen a los representantes, se debate y se organizan las acciones.Durante la efervescencia del conflicto Conga, la asamblea sirvió como espacio de concentración y preparación estratégica. Así lo señala Juan (30), de Celendín, integrante de la ronda de su comunidad, quien en su época universitaria fue parte del Centro Federado de su escuela (ingeniería ambiental). Además, al igual que Juan, muchos jóvenes señalan que crecer en un ambiente (familia y comunidad) vinculado a la actividad rondera edifica un sentido de pertenencia.

Muchos jóvenes se comprometieron de forma gradual, según las actividades en las que se iban enrolando, que vandesde reuniones de la ronda de su comunidad yencuentros de redes de ronderos de la región hasta las coordinaciones de carácter nacional, comolo fue la Central Única Nacional de Rondas Campesinas (CUNARC).El conflicto en Conga ha significado una creciente participación juvenil, puesto que afectaba la vida diaria,más aúnpara quienes provenían de familiasronderas. Ello amplió la organización y permitió la expansión de acciones contenciosas renovadas. En efecto, el primer rol asumido por los jóvenes fue el liderazgo de las distintas movilizaciones y el papel de “fuerza de choque” ante las embestidas policiales, a partir dela noción de su fortaleza física.

En los últimos años, los jóvenes cajamarquinos están pasando por un proceso de profesionalización, como estrategia de movilidad social ascendente. Sin embargo, esto no es la regla: es posible caracterizar dos caminos tomados por ellos,según las oportunidades y decisiones. Un primer grupo se mantiene en las labores tradicionales agrícolas (no se desliga de su entorno más cercano) yun segundomigra a la ciudad para seguir una carrera profesional (desligándose en muchos casos del entorno donde creció).

El segundo grupo es el más cercano a nuestra investigación, aunque la información nos permite analizar algunos aspectos en un ámbito más general.Los jóvenes de ese grupo escogencarreras como Ingeniería Ambiental y Ciencias Agrarias. Refieren que su intención es aprender y proponer soluciones para mejorar la actividad del agro en sus lugares de origen. Para los jóvenesmovilizados, la universidad o el instituto son espacios de desarrollo de repertorios de acción colectiva. Este es el caso de Elber (28), del distrito de Cortegana, egresado del Instituto Técnico de Computación e Informática, quien comenzó su participación ronderil en 2014. Ahora es el coordinador general de las rondas campesinas de la provincia de Celendín. Ronald (24), estudiante en la Universidad Nacional de Cajamarca (UNC),de la misma provincia, pertenece a la base ronderildel centro poblado de Celendín. Ambos jóvenes tuvieron sus primeros acercamientos a las rondas campesinas cuando aún estaban en el colegio y comenzaban a desatarse los distintos enfrentamientos en Celendín. Ahora, ambos son militantes del MAS (Movimiento de Afirmación Social)en Cajamarca.

La profesionalización de los jóvenes es vista como un mecanismo estratégico de lucha. Se ha logrado expandir la presencia de las rondas campesinasen gran medida gracias a que los jóvenes se desenvolvieron en espacios distintos a la agricultura, creando nuevas redes de comunicación.Algunas de las tareas más importantes desplegadas por los jóvenes ronderossonla información y la organización de acciones contenciosas. Las redes de comunicación originadas en espacios educativos sirvieron para informar sobre los reclamos y demandas de la ciudadanía de Cajamarca en contra del proyecto. Algunas acciones fueron el reparto de volantes yla coordinación de talleres de debate, muchas veces organizados por partidos políticos y otras asociaciones. La elevada inserción de jóvenesdurante o inmediatamente después del conflicto Conga es relevante, no solo en las rondas campesinas, sino en partidos políticos.2Su entrada en esas organizaciones ha generado aprendizajesdesde otros enfoques en torno aasuntos dirigenciales, políticos y ciudadanos.

Asimismo, dentro del propio grupo juvenil existen opiniones divergentes, que nos parece importante resaltar. Heriberto (25),ronderodel poblado de Santa Rosa, en Celendín, tiene una posición más crítica sobre el papel juvenil durante y luego de la contienda en Conga. Señala que muchos jóvenes estuvieron involucrados en la “lucha social” incluso desde la época escolar, debido a que a través de talleres conocían de la presencia delas empresas privadas en las distintas instituciones educativas.Inclusoconocían actos de corrupción de empresarios, que involucraban a algunas de las autoridades de los colegios. Cuando los días de convulsión se acercaban, algunos alumnos, por su propia iniciativa, pedían permiso para asistir a las movilizaciones en defensa de los recursos naturales.

Para Heriberto, gran parte de las iniciativas que tuvieron los jóvenes en las cepas del conflicto cambiaron cuando los partidos políticos comenzaron a tener mayor presencia en los medios de comunicación. En ese cambio, señala,los jóvenes cumplían un papel utilitario a los partidos, repartiendo volantes o pegando afiches. Ellos se han enfrascado en sus “fanaticadas”,lo que limita su protagonismo, sulibertad para diferir,proponer ideas o representar. Sin embargo, dentro de lo que pudiera parecer pesimismo, Heriberto cree que la actividad política es positiva siempre y cuando cumpla un verdadero papel organizativo, y que los jóvenes decidan tener un papel más activo en esos tipos de organización.

La red de aliados y la posibilidad de una red rondera juvenil

Aunque se encuentran en una etapa de apaciguamiento, las tensiones entre las distintas partes del conflicto continúan hasta la actualidad. Los escenarios de conflictos socioambientales están compuestos por una multiplicidad de agrupaciones;cada unacon perspectivas y estilos distintos,aunque en determinadas coyunturas trabajan en conjunto. Algunos de los organismos que jugaron un papel importantedurante el conflicto fueron las rondas campesinas, las Juntas de Agua Potable (JAS), las organizaciones no gubernamentales (ONG), juntas del agua y algunos partidos políticos. Al respecto, Elbercoloca en el panorama al Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP), y a las universidades y los colegios que pararon las clases durante el conflicto. Para los jóvenes, todas esas agrupaciones cumplieron determinados papeles, al unirsepara defender una sola causa.

Más allá de las tensiones que pueden existir cuando distintas formaciones se juntan, según la perspectiva de los actores,el nivel de discrepancias ha sido muy bajo. Muchos de los organismos civiles y políticos se unieron en torno a las discrepancias con el Estado, identificadas en gobiernos regionales y el gobierno central.Sin embargo, esto no es absoluto. Elbery Ronald (ambos militantes del MAS) reconocen que el gobierno regional organizaba eventos informativos para dar a conocer los problemas ambientales que podían acarrear los proyectos mineros como Conga. Los jóvenes refieren que ese tipo de acciones del gobierno subnacional fue clave como mecanismo de contraposición a las estrategias comunicativas de las mineras, quienes también realizaban talleres de información a su favor, lo que iba calando entre la población.A raíz del papel explicativo del gobierno regional, la ciudadaníaempezó a tener una posición más crítica.

El rol de otro tipo de aliado recae en la participación de actores como Milton. Él no es rondero;sin embargo, desde hace algunos años ha sido parte de la organización de diversos sectores, comprometidos con la defensa de los recursos naturales. Milton era secretario regional de la juventud en Cajamarca, cuando decidieron formar el Consejo Regional de la Juventud. En ese espacio participaban también los gremios de maestros, las mujeres, aglomeradas en sus propias organizaciones y, por supuesto, jóvenes en vías de profesionalización. Todos ellos estaban reunidos en una plataforma institucional.

Tomando en cuenta los relativamente pocos años de la organización política juvenil en las rondas campesinas y otros espacios organizativos, es difícil constatar una red exclusiva de jóvenes ronderos. Según los entrevistados, los jóvenes han activado labores políticas importantes en sus comunidades. A pesar de ello, no existe una fuerza política netamente impulsada por jóvenes ronderos. ¿A qué se debe esto?,¿resultó o resulta perjudicial?

Aunque las actividades de las rondas se han expandido en gran parte gracias a la labor de los jóvenes, ellos carecende los elementos suficientes para constituir una colectividad que permita elaborar una red de aliados, como es el caso de las mujeres en Bambamarca,que explicamos más adelante. En ese sentido, las redes de aliados con las que los jóvenes comparten acciones y experiencias son las mismas con las que trabajan las rondas campesinas, en general. El cometido de los jóvenes en ese aspecto es seguir fortaleciendo el espaciotradicional de las rondas. Ello no implica un retroceso oestancamiento; a través de la historia, ese tipo de organización ha demostrado su capacidad de adaptación a las coyunturas que se le presentaron. Por lo tanto, se encuentran en un proceso que dista mucho de acabar. En la voz de los actores, el conflicto se ubica en una etapa de apaciguamiento y organizaciones como las rondas son “un león dormido”.

Rondas campesinas de mujeres: representación y dilemas

Hemos visto que las rondas campesinas han sidoesenciales para el análisis de la representación política y la contienda por los recursos, desde la perspectiva de los jóvenes.Siguiendo el mismo abordaje teórico, nos aproximaremos a la experiencia y la percepción de las mujeres ronderas en Bambamarca,durante el mismo momento temporal, para auscultar la movilización de recursos y la identidad colectiva. Ello nos permite reflexionar sobre el valor que se le imprime a la mujer rondera y qué imagen tienenellas de sí mismas.

Entrevistamosa mujeresadultas de rondas campesinas, mayores de 29 años, la mayoría con más de dos décadas de activación en sus rondas,con grado de instrucción de primaria o secundaria, madres de familia con esposos ronderos.Las mujeres organizadas en las rondas constituyen una representación política reconocida desde sus acciones y experiencia como ronderas. La situación contenciosa vivida en Conga reforzó su identidad colectiva, pues han participado activamente en las coordinaciones y acciones estratégicas. Sin embargo, debido a la división sexual del trabajo y las actividades cotidianas, las mujeres ronderas deben sortear limitaciones para la representación en encuentros políticos importantes, como las grandes asambleas.

Al igual que los jóvenes, las mujeres entrevistadas coinciden con el alto valor de las rondas campesinas, pues las reconocen como agrupaciones efectivas (en comparación con el Estado) en la impartición de justicia y la defensa colectiva. Además, consideran que la asamblea es el espacio de toma de acuerdos por excelencia. Todas reconocen que los sucesos de Conga en 2012 fueron altamente violentos, y que terminaron con la vida de algunos de sus compañeros ronderos. De esas matanzas responsabilizan principalmente al Estado. Por otro lado, indican que sus familias y esposos las apoyan.Aunque ha sido difícil, han logrado con sus acciones ganarse el respetode la comunidad y de su propia familia.

División sexual de la vida y la política

Para este estudio, es preciso reconocer el entorno de mujeres y hombres que habitanun mismo espacio, dotado de múltiples significaciones, de las cuales se van formando un tipo de habitus (Bourdieu 1979) a lo largo de la vida. Como muchos otros espacios, lasubsistencia en Bambamarca está establecida por ideas y actividades que parten de la división sexual del trabajo, bajo un esquema patriarcal. Así, muchas actividades de las mujeres suelen vincularse a la casa y ubicarse en el ámbito privado; mientras que los hombres desempeñan actividades que generan ganancia económica, en el ámbito de lo público (Starn 1991; Córdova 2007). Starn (1991, 61) señala que

los hombres pueden salir solos de noche, viajar a su libre albedrío, embriagarse en público. Ellos controlan la economía y representan a su familia en asuntos comunales. Las mujeres, por el contrario, están atadas a la cocina, el lavado, el pastoreo y la crianza de los hijos.

Durante las entrevistas, las mujeres confirmaron que las actividades estaban divididas de forma similar a la señalada. Empero, a lo largo de las actividades políticas de las mujeres ronderas en Bambamarca, hemos podido evidenciar una ligera tendencia ala posibilidad de apoyo de las familias y los esposos, vistos en las labores domésticas en ausencia de sus parejas dirigentes, por lo general (Córdova 2004). Sin embargo, las mujeresaún deben lidiar con espacios de representación marcadamente machistas, especialmente las asambleas.

En sus inicios, las rondas eran exclusivamente masculinas. Las mujeres solo apoyaban en contextos de alta crisis como huelgas de gran envergadura, por ejemplo, el paro agrario de 1988 (Córdova 2004). En la formación de las rondas masculinas y femeninas fueron importantes los grupos pastorales de la comunidad. A través de personajes como elmonseñor Luis Dammert, apoyaron las rondas masculinas e incentivaron la creación de las rondas de mujeres.

Haciendo un paralelismo contextual y temporal en torno a la incursión de las organizaciones femeninas en contextos de problemática social en Perú,observamos los Comedores Populares Autogestionarios de Lima, a finales de los años 70 y 80. Tanto las mujeres de las rondas campesinas como las de los comedores populares han sido apoyadas por la Iglesia católica, ONG y algunos partidos políticos de izquierda. La época demandaba organización en la búsqueda soluciones para diversos problemas. En el caso de Cajamarca, eran los robos de animales y los problemas de justicia (demarcación de tierras, por ejemplo). En Lima, la falta de servicios básicos, empleo y alimentación (Córdova 1996; Blondet y Montero1995).

Enambos casos, fue duro para las mujeres incursionar en la actividad organizacional. Las ronderas indican que “al inicio era muy duro ser mujer yrondera al mismo tiempo”, pues no podían prescindir de “sus tareas”.Al igual que las mujeres de los comedores,muchas debían despertarse horas antes que el resto de su familia, para terminar de limpiar y cocinar, y solo así salir a sus nuevas labores en la organización. Además, también vivieron violenciafísica y psicológica por parte de sus maridos (Minaya 2015; Córdova 2004).

Las ronderasidentifican actitudes machistas en su familia, aunque sus relatos marcan un nivel de violencia mucho menor que elvivido por las mujeres de los comedores populares.Luego de varios años de actividad,indican que sus familias las apoyan más y se sienten más orgullosas de su papel en la comunidad. A pesar deello, la mujer campesina y ronderaestá lejos de gozar de las mismas oportunidades políticas que los varones, en espacios compartidos.

Movilización de recursos e identidad de las mujeres ronderas

Durante el conflicto Conga, hombres y mujeres desplegaron acciones estratégicas de enfrentamiento al proyecto minero. Sin embargo, las mujeres asumieron también acciones “propias de ellas”,como la preparación y repartición de comida para los involucrados en la protesta, y el cuidado de los hijos durante susasambleas.

La acción colectiva es producto de orientaciones intencionales desarrolladas dentro de un campo de oportunidades y restricciones (Melucci 1989), que se consolidan desde la experiencia y la acción. Los discursos, a su vez, reafirman identidades individuales (la imagen del líder) y colectivas, con fines de cohesión (la imagen de todo el colectivo). En ese sentido, la experiencia basada enlos roles de género que dividenlas actividades de las personas que comparten un mismo espacio social, y atraviesan todas las dimensiones de la vida, impactanlas prácticas políticas,potenciando algunas y limitando otras. Así, las acciones de división por género abren y cierran posibilidades para la acción política.

Las rondas de mujeres son conocidas desde antes de la explosión del conflicto Conga, debido a que ya gozaban de prestigio por su efectividad en la impartición de justicia. El Estado, por el contrario,era percibido por su incapacidad, indiferencia y acción violenta, a favor de intereses contrarios a la ciudadanía.

En los años de existencia de las rondas femeninas, las mujeres han debido pasar por una serie de obstáculos construidos a partir de discursos y actividades patriarcales (Starn 1991; Córdova 2004). Desde la perspectiva de este estudio, que trata de evitar las concepciones esencialistas, rechazamos la noción de que la mujer rondera ha sido anulada en sus agencias y posibilidades de representación política. No obstante, debemos tomar encuenta que, en espacios oficiales o importantes para la dinámica ronderil, las mujeres no se desenvuelven en igualdad de condiciones subjetivas ni objetivas. En efecto, sobre la mujer organizada pesa un “techo de cristal” (TheEconomist 2009; Heim y Golant1995), entendido como las barreras casi invisibles, peroexistentes en su camino profesional, político y económico. Estas pueden ser subjetivas (“la mujer es débil y su naturaleza es tierna y maternal”), discursivas (la vergüenza de hablar en público cuando hay varones porque “ellas no saben tanto de política como los hombres”) y concretas (la mujer se queda muchas veces en casa al cuidado de los hijos o de la casa y posterga su participación en coordinaciones colectivas), entre otras.

La mujer ronderausanuevos espacios de negociación y convencimiento político, como la ronda de mujeres, la casa, los comedores, los mercados, los partidos políticos, entre otros. No obstante, todavía encuentra obstáculos en espacios compartidos y es objeto de mayores ataques simbólicos, tanto por parte de los ciudadanos de la comunidad como de actores estatales, encomparación conlos hombres organizados.

Con el paso del tiempo y bajo las coyunturas surgidas a partir del caso Conga, se han configurado algunos cambios, aunque pequeños aún, hacia la nivelación dentro de la pareja. Ello se traduce en mayores procesos de negociación entre hombre y mujerrondera en el hogar (Córdova 2004).Como consecuencia, la identidad ronderil de las mujeres se ha robustecido, debido principalmente a la participación en diversas actividades, coordinadas en una red contenciosa para hacer frente al proyecto minero. Algunas ideas que refuerzan su autoimagen se reflejanen sus acciones durante el conflicto, como lo afirma Rosa (58) una mujer rondera de la comunidad de Bambamarca .“Ese año yo me enfrenté a las máquinas al lado del lago”; “luego de Conga, mi esposo y mis hijos más me apoyan como rondera”.

Las grandes asambleas ronderiles: la voz como representación

Tanto para los jóvenes como para las mujeres,la asamblea es el espacio primario para consolidar la toma de decisiones. Constituye por tanto una de las estrategias más potentes de movilización de recursos que caracteriza a este tipo de organización colectiva. Las mujeres ronderas de Bambamarca consideran que la asamblea sirvió como espacio de coordinación y preparación para la acción contra Conga. Asimismo, para la afirmación política, expresada a través del discurso y del debate.

Durante los días de convulsión en Conga, se prepararon asambleas convocadas para hombres y mujeres ronderas. Estas sirvieron de escenario para la afirmación de la identidad política de quienes participaron, mediante las intervenciones discusivas.El discurso y la identidad se reconfirman no solo desde lo que se dice, sino de cómo se dice y, más específicamente, desde quién lo dice. Al respecto, debemos preguntamos: ¿quiénes hablan más veces? ¿Las mujeres son escuchadas al igual que los varones? ¿En qué tareas/comisiones eran delegadas las mujeres?

En espacios como las asambleas, las mujeres se encuentran subrepresentadas y limitadas en la acción colectiva, al igual que ensus oportunidades de reafirmación identitaria individual y colectiva, frente a la presencia de los compañeros varones. Al respecto, algunos estudios (Córdova 2004; Starn 1991) indican que las mujeres sienten vergüenza de hablar porque “una mujer no debe hablar en público”. Ahora bien, las entrevistadas señalan que desde hace algunos unos años han perdido el miedo a hablar en público, aunqueaún les cuesta manifestarsedelante de hombres que “sí saben de política”. Muchas veces, ese tipo de asambleas culmina con la conformación de comisiones en las que las mujeres tienen roles de apoyo, y el papel protagonista corresponde al varón.

Sin embargo, estamos lejos de afirmar que la única dimensión de poder real es la asamblea; son importantesotros espacios donde se tejen consignas o decisiones que finalmente se consolidarán en la asamblea central. En estos también participan las mujeres ronderas, a través de las conversaciones, la casa, el mercado y la calle, entre otros. Es decir, la realidad contiene múltiples dimensiones, sobre las cualeslas agencias humanas se concretan.

Liderazgo y experiencia organizativa femenina

Tanto los hombres como las mujeres ronderas comparten el ideal del líder o lideresa ronderil: honesto u honesta, conexperiencia, liderazgo y el respeto de la mayoría, entre otras bondades. Dentro de los recursos de acción colectiva de las mujeres, podemos mencionar el liderazgo y la experiencia organizativa. Al respecto, las mujeres cuentan con lideresas reconocidas por su trayectoria, su entrega a la actividad ronderil, su capacidad de organizar las reuniones y de brindar opiniones, aunque casi únicamente en espacios femeninos. Enel caso Conga, eran las mujeres lideresas de sus rondas quienes organizaban las reuniones y comunicaban los acuerdos y acontecimientos suscitados. Las rondas campesinas, tanto de varones como de mujeres, gozan de alta confianza y experiencia organizativa, por resolverproblemáticas como los abigeos o problemas de tierras entre las familias, en su comunidad.

Profesionalización y comunicación de los jóvenes: opinan las mujeres

Las mujeres ronderas dieron su opinión sobre el papel de los jóvenes que participaron durante el conflicto Conga. Ellas consideran a los jóvenes unaparte clave para el gran movimiento ronderil, puesto que, por ejemplo, muchos jóvenes universitarios informaban y participaban activamente en las movilizaciones, eincluso encabezaron algunos actos de sabotaje a los miembros de la policía.

Los jóvenes universitarios jugaron un rol clave para la movilización de recursos durante 2012. Como señalamos, muchos de ellos se unieron como ronderos luego del conflicto Conga,guiados por la imagen positiva de lasrondas. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con las jóvenes. Muchas de ellas decidieron activarse políticamente en espacios universitarios o en algunos partidos políticos, y rechazaron las rondas de mujeres como una opción.Es curioso que,a pesar de que las rondas femeninas gozan de alto prestigio, no haya muchas jóvenes integrándolas, ya sea porque prefieren trabajar y no invertir mucho tiempo en las actividades ronderas, porque eligen otros espacios de actividad política (partidos políticos) o porque deben migrar para trabajar. No obstante, existen algunos casos de jóvenes hijas de ronderos que deciden continuar con la tradición.

Así lo hicieron muchos jóvenes que provenían de familias ronderas. En ese sentido, las mujeresentrevistadas tienen una opinión favorable y apoyan la profesionalización de estos, aunque implique el alejamiento de sus tierras de origen. Muchas mujeres reconocen el contexto de pobreza en elque se encuentran y anhelan que sus hijos “sean mejores que uno” o que “sean algo en la vida”, “para que no sufran como nosotros que trabajamos y trabajamos” (Córdova 2004). Las mujeres aseguran que lo mejor para sus hijos es migrar a la ciudad y estudiar o conseguir “mejores condiciones de vida”, aunque por ello no los tengan“luchando en las rondas”. Así, el efecto de la movilidad social cobra un alto precio a la organización comunal,desde el ámbito de lo colectivo y de la unión familiar. Sin embargo, algunos jóvenes deciden profesionalizarse con la idea de aportar al desarrollo de su comunidad.

A modo de conclusión

El conflicto Conga impactó directamente en los imaginarios, identidades y decisiones de vida de grupos como jóvenes y mujeres ronderas.Para las dinámicas de las rondas campesinas, Conga ha marcado una oportunidad de renovación y fortalecimiento de la representación política y laidentidad ronderil.

Esa identidad se forja desde muy temprana edad para aquellos que han crecido en medio de padres ronderos y comunidades ronderas. Sin embargo, luego del inicio del conflicto minero Conga,y en función delas acciones de defensa desplegadas, muchos jóvenes y algunas mujeres decidieron unirse a las rondas campesinas, por identificarse con suslógicas y estrategias, que (re)significaronla representación y la acción colectiva de las rondas en Cajamarca.

Las rondas campesinas siguen siendo un organismo potente,cuya principal característica es laadaptación a los contextos contenciosos. En ese sentido,destacamos el papel de los jóvenes y el creciente proceso de profesionalización,que ha constituido una notable oportunidadpara la movilización social, así como para la renovación de estrategias colectivas y redes de comunicación que vigorizan a las rondas. Existe un grupo que ha elegido carreras profesionales conexas a la problemática que acarrea la presencia minera. Sin embargo, la migración a otras ciudades para estudiar o trabajar dibuja un dilema en torno a la necesidad y la pertenencia a las rondas.

Las rondas campesinas compuestas por mujeresconstituyen una representación política reconocida por su experiencia de más de 20 años y por sus acciones coordinadas para hacer frente al proyecto minero Conga, durante 2012. La identidad ronderil femenina también se potenció mediante el reconocimiento y el autoreconocimientopor su valioso papel.Al aumentar el prestigio se produjo, hasta cierto punto, una posibilidad de negociación con la pareja y los hijos,sobre las actividades en el hogar.Sin embargo, a diferencia de los hombres,las mujeres ronderas aún deben sortear limitaciones bajo supuestos patriarcales que limitan su representación política, mediante la división sexual de las actividades de la vida cotidiana.

Así,espacios como las asambleas generales (presencia de hombres y mujeres) persisten en la desigualdad de condiciones para la reafirmación política de la mujer a través del uso de la palabra.Para un estudio más profundo de esa realidad, es necesario prestar atención a otros espacios no “oficiales” o no escritos de las rondas: las coordinaciones antes de las asambleas, la casa, el centro de trabajo, los mercados y los comedores, por ejemplo. Estos sonámbitos altamente reveladores de las agencias, posibilidades y limitaciones de las mujeres ronderas. Queda pendiente saber si tanto hombres como mujeres jóvenes seguirán reproduciendo algunas de las formas de hacer política desde enfoques machistas, aprendidos de las personas más adultas, en espacios públicos y privados. Quizássea necesarioconsiderar la alternancia de género para los cargos más altos de representación ronderil, como las federaciones o frentes mixtos.

Por último,es necesario resaltar que el nacimiento y la evolución de formas de organización colectiva como las rondas campesinas, y más aún la integración y alta participación de jóvenes y mujeres, son una respuesta ante la poca presencia y eficacia del Estado para satisfacer las necesidades de laciudadanía. Ante ello, el líder deja de representar la voluntad de sus seguidores y surge la necesidad de formar nuevas formas de representación, nuevos líderes y demandas. Como parte de ese proceso, actualmente en las rondas convergen diversas motivaciones, discursos y prácticas acumulados a través de su historia: un fuerte sentido de justicia, capacidades administrativas, defensa delos recursos naturales, además de orgullo y respeto por el trabajo ronderil. Todas estas características son parte del significado de ser rondero.

Bibliografía

Aboy, Carlés. 2001. “Repensando en populismo”. Ponencia presentada en el XXIII Congreso Internacional Latin American StudiesAssociaton,Washington D.C.,2-8 septiembre. [ Links ]

Blondet, Cecilia, y Carmen Montero. 1995. Hoy: menú popular. Comedores de Lima. Lima: IEP.Zarka, Yves. 2004. Jacques Lacan. Psicoanálisis y política. San Diego: Nueva Visión. Córdova, Patricia. 1996. Liderazgo femenino en Lima: estrategias de supervivencia. Lima: Fundación Friedrich Ebert. [ Links ]

Damonte, Gerardo, y Manuel Glave. 2016. Industrias extractivas y desarrollo rural territorial en los Andes peruanos: los dilemas de la representación política y la capacidad de gestión para la desentralización. Lima: GRADE. [ Links ]

De Echave,José, AlejandroDiez, Ludwig Huber, Bruno Revesz, Xavier Lanata, y Martín Tanaka. 2009. Minería y conflicto social.Lima: IEP. [ Links ]

Escobar, Arturo. 2010. Territorios de diferencia: lugar, movimientos, vida, redes. Popayán: Envión Editores. [ Links ]

Gupta, Akhil. 2015. “Fronteras borrosas: el discurso de la corrupción, la cultura de la política y el Estado imaginado”. En Antropología del Estado, editado por AbramsPhilip, AkhilGupta y TimotyMitchell, 71-144. Ciudad de México: FCE. [ Links ]

Gramsci, Antonio. 2001. Cuadernos de la cárcel. Mexico: Universidad Autónoma de Puebla. eim, Pat, y Susan Golant. 1995. Smashing the Glass Ceiling, Tastics for Women Who Want to Win in Business. Nueva York: FiresideBook. [ Links ]

Huamaní, Gisselle, Martín Moscoso, y Patricia Urteaga. 1988. “Rondas campesinas de Cajamarca: la construcción de una alternativa”. Debate Agrario3: 63-86. https://www.academia.edu/2107700/Rondas_campesinas_de_Cajamarca_La_construcci%C3%B3n_de_una_alternativaLinks ]

Laclau, Ernesto. 2006. La razón populista. México: FCE. [ Links ]

Laclau, Ernesto, y Chantal Mouffe. 2004. Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Buenos Aires: FCE. [ Links ]

McAdam, Doug, JonhMcCarthy, y Mayer Zald.1999. Movimientos sociales, perspectivas comparadas. Oportunidades políticas, estructuras de movilización y marcos interpretativos culturales. España: Itsmo. [ Links ]

Meléndez, Luis. 2016. “Todos los (Gregorio) Santos: de rondero campesino a candidato presidencial antisistema”. En Anti-candidatos: el thriller político de las elecciones 2016, editado por Carlos Meléndez,173-20. Lima: Planeta. [ Links ]

Melucci, Alberto. 1989. Nomads of the Present. Social Movements and Individual Nerds in Contemporary Society. Londres: Hutchinson. [ Links ]

Minaya, Jacqueline. 2015. “No matarás ni con hambre ni con balas. Las mujeres de los Comedores populares autogestionarios en El Agustino durante la violencia política”. Anthropologica33(34): 165-188. http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/anthropologica/article/view/13090Links ]

Panfichi, Aldo. 2011. “Contentious Representation in Contemporary Peru”. EnFractured Politics: Peruvian Democracy Past and Present,editado por JohnCrabtree.89-104. Londres: University of London Press. http://blog.pucp.edu.pe/blog/aldopanfichi/tag/representacion-contenciosa/ [ Links ]

Prodiálogo, Prevención y Resolución de Conflictos. 2016. “Conflictividad socioambiental en la región Cajamarca”. Documento de sistematización. http://www.prodialogo.org.pe/sites/default/files/material/files/cfsa-cax.pdfLinks ]

Retamozo, Martín. 2010. "Movimientos sociales: un mapa de la cuestión". (Pre) textos para el análisis político. 233-256. Ciudad de México: FLACSO. [ Links ]

Sartori, Giovanni. 2005. “En defensa de la representación política”.En Democracia y representación: un debate contemporáneo, editado por Miguel Carbonell,21-34. México: Coordinación de Documentación. [ Links ]

Starn, Orín. 1991. Con los llanques todo barro. Reflexiones sobre rondas campesinas, protesta rural y nuevos movimientos sociales. Lima: IEP. [ Links ]

Tarrow, Sidney.2012. El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Madrid: Alianza Editorial. [ Links ]

The Economist. (5 de Mayo de 2009). “The glass ceiling”. 5 de mayo. http://www.economist.com/node/13604240Links ]

Yrivarren, Joaquín. 2017. Ruido político y silencio técnico. Un ensayo sobre la discusión socioambiental de Minas Conga. Lima: Punto Cardinal. [ Links ]

Zald, Michel. 1992. “Looking Backward to Look Forward. Reflections on the Past and the Future of the Resource Mobilization Research Program”. EnFrontiers in Social Movement Theory, editado por Aldon Morris y Carol McClurg, 326-348. New Haven: Yale UniversityPress. [ Links ]

Zavaleta, Mauricio. 2014. La batalla por los recursos en Cajamarca. Lima: PUCP [ Links ]

1Este artículo se desarrolló en el marco del proyecto de investigación E18151751 del año 2018 VRIP-UNMSM.

2Sobre todo en el MAS y el partido político Tierra y Libertad.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons