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Letras Verdes, Revista Latinoamericana de Estudios Socioambientales

versión On-line ISSN 1390-6631

Letras Verdes  no.22 Quito sep./feb. 2017

https://doi.org/10.17141/letrasverdes.22.2017.2722 

Articles

Trayectorias de vida y ecologismos desde Suramérica. Un entrecruzamiento entre lo individual y lo colectivo

Life paths and environmentalism in South America. A cross-link between the individual and the collective

Erika Judith Barzola1  2  3  4  5  6 

1Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

2 Doctoranda en Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

3Magister en Sociología por el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

4Miembro del programa de investigación “Investigación cualitativa en ciencias sociales” (CIECS-CONICET-UNC).

5Miembro del programa de investigación “Estudios sociales rurales y crítica al desarrollo” (CEA-UNC).

6Docente de metodología de la investigación Universidad Siglo 21. Correo electrónico: erijbarzola@hotmail.com


Resumen

Durante el 2013 y 2015 desarrollamos un trabajo de investigación, en la ciudad de Córdoba, Argentina, a partir del que pudimos identificar tres corrientes del ecologismoque mantienen un interesante contrapunto con las corrientes postuladas por Martínez Alier, la corriente de protección, la de derechos socio-ambientales y la corriente del ecologismo por la vida. Además,nos fue posible rastrar diferentes trayectorias de vida de los diversos activistas socio-ambientales, lo que nos permitiócomprender como esas trayectorias individuales se conjugan y coadyuvan a caracterizar y particularizar los ecologismosreconocidos. A lo largo de este escrito buscamos presentar en primer lugar, las diferentes trayectorias de vida que hemos podido identificar en nuestro trabajo de investigación para, en un segundo momento, exponer las intersecciones que se dan entre éstas trayectorias y los rastros y características de los ecologismos identificados.

Palabras clave: acción colectiva;agro-negocio;conflictos socio-ambientales;ecologismos;trayectorias de vida.

Abstract

During 2013 and 2015 we carried out a research work, in the city of Córdoba, Argentina, which allowed us to identify three environmentalism currents that keep an interesting counterpoint with the currents advocated by Martinez Alier: the environmental protection, the socio-environmental rights and the life environment. In addition, we were able to trace different life paths from diverse socio-environments activists, which allowed us understand how these life paths are combined and contribute to characterize and itemize environmentalism. Throughout this paper we want to present the different life paths which we were able to identify with our research and then, to explain the intersections given between life paths and the traces and characteristic of the identified environmentalism.

Keywords: action;environmentalism; life paths;socio-environmental conflict.

Introducción

En 2004 Joan Martínez Alier publicaba El ecologismo de los pobres, un importante libro de reflexión y consulta para quienes estamos (pre)ocupados por los perjuicios socio-ambientales que genera el crecimiento destructivo y contaminante de las empresas multinacionales. En dicha obra, el autor establece la diferenciación entre tres ramas del ecologismo: el culto a lo silvestre, el evangelio de la ecoeficiencia y el ecologismo de los pobres. Esta clasificación nos condujo a reflexionar y realizar un trabajo de investigación en la Ciudad de Córdoba -Argentina-, durante el 2013 y el 2015, en la que se plantearon diversos objetivos. Por un lado, nos interesaba reconocer la presencia o ausencia de las corrientes del ecologismo postuladas por Martínez Alier (2004) y sus posibles variantes en el marco de un problema socio-ambiental que afecta a la provincia de Córdoba: la expansión del agro-negocio.

¿Era posible, en un contexto limitado a un problema puntual, reconocer las diferentes corrientes del ecologismo?¿Podríamos identificar las tres corrientes o solo reconoceríamos la presencia de alguna de ellas?En caso de reconocer alguna corriente,¿presentaría alguna discrepancia con lo señalado por Martínez Alier (2004)?Por otro lado, nos planteamos tomar conocimiento sobre la emergencia, construcción y características de los ecologismos, es decir, ¿podríamos rastrar cómo se van configurando el/los ecologismo/s? ¿Qué características presentaban? ¿Sería posible comprender de dónde provenían dichas características?

Concluimos la investigación identificando tres corrientes del ecologismo, a saber: la corriente de protección, la de derechos socio-ambientales y la corriente del ecologismo por la vida, que mantienen un interesante contrapunto con las corrientes postuladas por Martínez Alier (2004). Y nos fue posible rastrar diferentes trayectorias de vida de los diversos activistas socio-ambientales. Adentrarnos en las narrativas de las personas y en sus trayectorias nos permitió entender cuáles fueron las experienciasque contribuyeron a que se transformaran en actores sociales activos en contextos de conflictividad ambiental. Además, nos posibilitó comprender cómo esas trayectorias individuales se conjugan y coadyuvan a caracterizar y particularizar los ecologismosidentificados. Es decir, reflexionar sobre las trayectorias nos condujo a poner en consideración tanto la vida cotidiana como la vida colectiva de los sujetos y la influencia que existe entre ambas.Teniendo en consideración lo mencionado, el propósito intrínseco de este escrito es presentar, en primer lugar, las diferentes trayectorias de vida que hemos podido identificar a lo largo de nuestro trabajo de investigaciónpara; en segundo lugar, exponer las intersecciones que se dan entre estas trayectorias y los rastros y características de los ecologismos identificados.

Metodología

La investigación que da origen a este escritose insertó en el paradigma interpretativo ya que “nos interesamos en las formas en las que el mundo social es interpretado, comprendido, experimentado y producido” (Vasilachis de Gialdino 2007,25). Al posicionarnos dentro de este paradigma partimos del supuesto ontológico que versa en la construcción social de la realidad. Consideramos que la realidad social es construida no solo por las acciones de las personas, sino también por los significados compartidos e interpretados mediante la interacción social. Desde esta perspectiva paradigmática desarrollamos una investigación de corte cualitativo.

La principal técnica de recolección de datos utilizada fue la entrevista en profundidad, cuyo dinamismo y flexibilidad posibilitaron la construcción conversacional entre el investigador y el entrevistado (Merlino 2012). El universo de esta investigación fueron los sujetos miembros de asociaciones de la ciudad de Córdoba vinculadas a la problemática de la expansión del agro-negocio. El muestreo teórico nos permitió la selección de los casos a estudiar en función de la potencialidad que estos ofrecían para profundizar o ampliar las categorías ya desarrolladas. Además, nos posibilitó trabajar con la noción de saturación teórica, dando por concluido el muestreo cuando la incorporación de un nuevo caso de estudio no aportaba información adicional a fin de desarrollar nuevas propiedades de las categorías con las que se estaba trabajando (Vasilachis de Gialdino 2007). La muestra quedó conformada por un total de 14 personas.

Trayectorias de vida

Bourdieu(1997) plantea que las trayectorias de las personas son posiciones que ocupa un mismo agente en un espacio en movimiento y en trasformación. Dichas trayectorias “toman en cuenta la relación entre lo particular del individuo y el campo de fuerzas y de interacciones por el que atraviesa en su recorrido biográfico, en el marco de las estructuras de reproducción social” (Kornblit 2007, 20). En lo que respecta a nuestra investigación, fue posible observar que el capital cultural incorporado e institucionalizado así como el capital social (Bourdieu 2000) son claves en las historias de vida que narran los sujetos. Estos capitales son expuestos en el campo social en el que “juegan” nuestros entrevistados, alternando su volumen e importancia en diferentes momentos del devenir histórico de los sujetos. Por esto, hemos considerado tomar ambos capitales a fin de establecer una tipología de sujetos, atendiendo a la preponderancia que en el relato de vida se le otorga a cada uno de ellos. Las tipologíasque hemos podido identificar remiten a: A) referentes académicos, B) referentes familiares y C) referentes sociales. Es menester remarcar que estas tipologías sonuna construcción teórica-analítica, al tiempo que son dinámicas, es decir, que un sujeto referente de una de las tipologías puedetransformarse en referente de otra.

Referentes académicos

Siguiendo lo planteado por Godard (1996) comprendemos que un individuo se constituye a partir de la articulación y conjugación de cuatro historias de vida: la residencial, la familiar, la de formación y la profesional. En el caso de quienes hemos tipologizado como referentes académicos sonlas historias de formación y profesional las que priman en los relatos. Estas personas se caracterizan por contar con capital cultural institucionalizado y dan cuenta de la posesión de capital cultural incorporado mediante la permanente alusión a su vida profesional. De esta manera, la profesión se transforma en un “índice” (Bertaux 1981; Bertaux yBertaux Wiame 1993 en Kornblit 2007) que ha marcado la experiencia de vida y por ende se encuentra presente a lo largo de toda la narrativa discursiva.

Fernández Pérez(2001) plantea que hay diversos factores que se encuentran ligados a la profesión, entre los que destaca la formación educativa de alto nivel, la actualización continua, la vinculación con las estructuras de poder y el estatus. Dicho planteo se condice con lo postulado por Bourdieu(2000) quien manifiesta que existe una fuerte vinculación entre el capital cultural y el capital social de un individuo. Según el autor:

El volumen de capital social poseído por un individuo dependerá tanto de la extensión de la red de conexiones que este pueda efectivamente movilizar, como del volumen de capital (económico, cultural o simbólico) poseído por aquellos con quienes está relacionado. En efecto, el capital social no es nunca totalmente independiente del capital económico y cultural de un individuo determinado, ni del de la totalidad de individuos relacionados con este (Bourdieu 2000, 150)

Las palabras de Bourdieu (2000), así como los dichos de nuestros entrevistados, nos llevan a reconocer que los referentes académicos cuentan con una extensa red de relaciones,principalmente en el marco de los campos en los que desarrollan sus actividades profesionales: instituciones educativas, medios de comunicación, establecimientos médicos y ámbito judicial. Por tanto, comprendemos que la profesión y la red de relaciones establecida a partir del desempeño profesional fueron los elementos que condujeron a ampliar el campo de los posibles (Bourdieu 1998) y, en consecuencia, a modificar las trayectorias de vida. No obstante, identificamos que hay discrepancias en relación a la particularidades que asume el “punto de viraje” (Kornblit 2007) en los diferentes relatos, lo que nos condujo a establecer dos sub-grupos dentro de los referentes académicos.

Para el primer sub-grupo identificado el punto de viraje en sus trayectorias de vida se encuentra asociado con los acontecimientos individuales de los que habla Bourdieu (1998), así como con las discontinuidades mencionadas por Clausen (1996 en Kornblit 2007). Por ejemplo, uno de nuestros entrevistados mencionaba:

A mí se me invita a participar, como asesor legal en la Secretaría de Salud en la Municipalidad de Córdoba, durante el gobierno de Giacomino. Conocía personalmente a quien en ese momento iba como secretaria de Salud en ese gobierno, la Dra. María José Manfredi, y ella me hace este ofrecimiento. Esto, fue un gran desafío desde el punto de vista profesional porque yo jamás me había desempeñado en la función pública (Damián Aguilar,abogado, Córdoba, mayo de 2014).1

A partir del relato de nuestro entrevistado se observa que el capital social, es decir, “el conjunto de recursos actuales que están ligados a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de inter-conocimiento y de inter-reconocimiento”(Bourdieu 1980, 2)potenció el rendimiento del capital cultural incorporado e institucionalizado. Esta situación se transformó en un punto de viraje para la vida de los sujetos quienes lo recuerdan como “un hecho bastante accidental que [les] tocó vivir”.SegúnBourdieu (1998) los acontecimientos individuales siempre son considerados como accidentales aunque dependan de la posición y las disposiciones de los actores y de aquellos a quienes afectan. Por su parte, Clausen (1996 citado en Kornblit 2007) considera que la accidentalidad se puede interpretar a la luz de las discontinuidades, es decir, incidentes tranformadores no esperados en la vida.

Para el segundo sub-grupo reconocido, el punto de viraje en sus trayectorias de vida se encuentra asociado con acontecimientos colectivos (Bourdieu 1998) y continuos (Clausen1996 en Kornblit 2007). Esto es así ya que los entrevistados consideran que el punto de viraje en sus trayectorias individuales se vincula con una cuestión de conciencia, laque manifiestan haber adquirido gracias a reflexiones colectivas emergidas de los diversos contextos en los que desempeñaban su vida personal yprofesional. Desde el punto de vista de Clausen (1996 en Kornblit 2007), estas situaciones se enmarcan en una continuidad acumulada es decir, cambios graduales que se han sucedido en el devenir histórico de las personas. Un ejemplo de lo señalado puede encontrarse en las siguientes palabras:

Yo creo que despertar, cuando uno despierta en la conciencia puede estar en algún lugar, uno no puede estar en ningún lado, entonces uno, yo creo que del grado de conciencia o de cultura que maneja, que es el conocimiento, se va posicionando y ocupando los espacios que realmente cree que lo necesita y cree que al mismo tiempo uno es necesario. Así es como me incorpore a la lucha (Marisa Torres, diseñadora, Córdoba, julio de 2014).

A la luz de lo dicho, es interesante resaltar que más allá de la particularidad que asuma el punto de viraje en la vida de los referentes académicos, sea este una discontinuidad o una continuidad acumulada, se comprende como un momento bisagra en las trayectorias individuales de las personas, lo que marca la transición desde lo privado e individual a lo público y colectivo.Según se desprende de los relatos, los referentes académicos se comenzaron a vincular con las problemáticas socio-ambientales por los roles que ocupaban en los ámbitos laborales. En algunos casos la vinculación se inició como un deber emanado del puesto, en tanto que en otros emergió como una preocupación y un afán personal por conocer y hacer conocer lo que pasaba en la provincia en materia socio-ambiental. Esto contribuyó a que la dinámica de la vida colectiva pasaraa formar parte de la vida cotidiana de los referentes académicos,a partir de lo que empieza a emerger un nuevo índice, el que si bien no niega la profesión, hace que nuestros entrevistados la asuman desde otro lugar. En este punto es preciso aclarar que

no necesariamente la vida de una persona tiene que tomar una dirección diferente para que ella sienta que ha ocurrido un punto de inflexión en su camino. Sí tiene que tener la sensación de que a partir de un cierto momento ha adquirido nuevos significados, ha pasado por un cambio en el modo de verse a sí misma tanto en cuanto a sus posibilidades como en cuanto a sus relaciones, lo que marca una diferencia entre el antes y el después(Kornblit 2007, 23).

Por ejemplo, una de nuestras entrevistadas mencionaba:

Nos llamaba la atención que como jóvenes no podíamos estar dejando a las personas mayores solas en todo esto cuando ellos estaban luchando realmente por parte del futuro que nos queda y tampoco veía yo, que dentro de mi profesión, el diseño, como que había un límite y bueno, puse el diseño y puse la comunicación al servicio de estas causas (Marisa Torres, diseñadora, Córdoba, julio de 2014).

Retomando los dichos de nuestros entrevistados se puede observar como la profesión se transforma en una herramienta que se comparte y redefine en el marco de una lucha colectiva. Esto es posible, según se desprende de los relatos, gracias a dos aspectos interrelacionados. Por un lado, la toma de conciencia, la que si bien está vinculada a lo personal se da gracias a lo compartido, a lo social. Por otro, el cambio en la posición, es decir, en el lugar ocupado en cada campo en relación con el capital que está en juego (Gutiérrez 2012). En este “nuevo” campo de juego, que asume características colectivas, la profesión adquiere rasgos“antropológicos” a partir de lo que el trabajo“territorial” se vuelve indivisible del ejercicio y desempeño profesional. Un ejemplo de lo dicho puede encontrarse en el siguiente fragmento:

El aporte que hacemos a esta lucha de gente que lucha por su derecho a la vida, a que no los fumiguen, es mostrar que los productos no son seguros como dicen, no son atóxicos, no son biodegradables, no se puede tomar un vaso de Randap y no te pasa nada, entonces es mentira, pero es mentira porque está demostrado en estudios científicos y un poco nos encargamos que esos estudios se difundan; los traducimos, los hacemos accesibles a todos los médicos del interior que están en los pueblos y también por supuesto de todos los vecinos que están luchando contra esto y también a la autoridad (Pedro García, médico, Córdoba, septiembre de 2014).

A raíz de estas palabras se puede establecer la dialéctica relación que existe entre la vida cotidiana de nuestros entrevistados, en donde su profesión, con matices entre lo individual y lo colectivo, continúa siendo el índice por excelencia y la vida colectiva a la que han ingresado debido a las discontinuidades o continuidades acumuladas que han signado su punto de viraje. Esta particular mixtura entre lo cotidiano y lo colectivo implicó que los sujetos se hayan convertido en referentes académicos dentro de las luchas contra las actividades y dinámicas del extractivismo que se llevan a cabo en nuestra provincia desde las corrientes del ecologismo de protección y de derechos socio-ambientales.

Referentes familiares

Al inicio del relato de quienes hemos englobado bajo la categoría de referentes familiares observamos que prima un índice caracterizado por la historia de vida familiar (Godard 1996), ya que la mayor parte de la trayectoria de los sujetos se encontraba circunscripta al contexto doméstico y privado. Por ejemplo, una de nuestras entrevistadas se describía como “una persona joven que estudia, que tiene una familia que la respalda porque si la familia no la respaldara no podría hacer todas las cosas que hace” (Vanesa Romero, estudiante, Córdoba, abril de 2014).

Del relato de nuestra entrevistada se desprende que la red de relaciones doméstica era la principal estructura de soporte, contención y referencia. Desde el punto de vista de Santamarina y Marinas (citadas en Kornblit 2007) las escenas vividas en el pasado configuran el contexto sociobiográfico del autor del relato, quien mediatiza dichas escenas en función de la selección que realiza otorgando relevancia a determinadas interacciones e hitos en su vida. Desde la noción de habitusde Bourdieu (1980) es posible comprender cómo la trayectoria de vida de los referentes familiares pone en relación lo particular del individuo (habitus) y el campo de fuerzas y de interacciones (familia) por el que atraviesa el recorrido biográfico de las escenas vivida en el pasado.

El punto de viraje a partir del que se modifica radicalmente la vida de los referentes familiares se asocia a la percepción personal, pero también colectiva, de una amenaza en la calidad de vida como consecuencia de la expansión del agro-negocio. A partir de esta situación, las personas comenzaron a organizarse con el propósito de interiorizarse sobre su futuro contexto y actuar en consecuencia, lo que generó un cambio en sus vidas cotidianas y por ende en sus trayectorias de vida. Para ellos, el temor actuó como punto de viraje asociado con acontecimientos colectivos (Bourdieu 1998) y discontinuos (Clausen1996 en Kornblit 2007) que marcó el inicio de una vida colectiva que anteriormente no existía. Un ejemplo de lo dicho puede encontrarse en las siguientes palabras:

La asamblea surge como preocupación. ¿Por qué preocupación? Porque nos enteramos por la tele que se instalaba Monsanto en nuestro barrio y entonces decidimos organizarnos, preocupados, algunos sabemos un poco más, otros un poco menos de lo que era Monsanto, algunos no sabían nada pero, bueno como que en seguida se, se tornó un tema muy importante en el barrio (Vanesa Romero, estudiante, Córdoba, abril de 2014).

A partir del relato de nuestra entrevistada comprendemos que en los contextos de conflictos socio-ambientales las emocione compartidas potencian la acción política colectiva directa (de Alba, Martín y Macario 2016), lo que marca el quiebre en las narrativas de vida de nuestros entrevistados, asumiendo las características de incidente tranformador no esperado (Clausen1996 en Kornblit 2007)e indica el surgimiento de un nuevo índice que se vincula con la historia residencial (Godard 1996). En consecuencia, en el devenir del relato se va observando un corrimiento del lugar de la familia a un segundo plano, para comenzar a cederle el espacio a lo colectivo. Esta situación condujo a que los sujetos vieron modificadas sus posiciones, sus relaciones y hasta su subjetividad.

Dejaron de ser meros actoresdel ámbito privado, para ser parte de un colectivo que se expresa y se ubica en el ámbito público. Esta interacción comunitaria en la esfera de lo público potenció el actuar político de los vecinos. Formar parte de la asamblea implica interiorizarse con los problemas de la comunidad y ser parte activa del conflicto desencadenado. Esto conduce a que los vecinos se comprometan y dejen de ser meros espectadores, para pasar a ser actores políticos. “Este cambio-ruptura de ‘dejar de ser y pasar a hacer’, tiene fuertes implicaciones en la construcción de una subjetividad nueva y distinta” (Hadad, Comelli y Petz 2012, 321).Esta subjetividad nueva y distinta puede entenderse a la luz del pasaje de la subjetividad individual a la subjetividad colectiva, con la consecuente ampliación de la subjetividad política que esto genera.

La subjetividad política se realiza finalmente en el campo del actuar, de la existencia en la vida cotidiana que deviene mundo y deviene en el mundo; actuar entendido como acción vivida y narrada, como prácticas humanas y sociales que son siempre con otros para el logro de lo construido…(Alvarado, Ospina, Botero y Muñoz 2008, 31).

El actuar con otros facilitó el establecimiento de nuevas redes de relaciones: pares-pares y pares-expertos. La relación par-par posibilitó un intercambio permanente a través del que los sujetos se fueron reafirmando y reconociéndose mutuamente (Bourdieu 2000). En tanto que la relación par-experto les permitió a los referentes familiares incrementar su capital cultural incorporado. Tal como lo expresa Bourdieu (1980, 2),

la red de relaciones es el producto de estrategias de inversión social consciente o inconscientemente orientadas hacia la institución o la reproducción de relaciones sociales directamente utilizables, a corto o largo plazo, es decir hacia la transformación de relaciones contingentes, como las relaciones de vecinazgo, de trabajo o incluso de parentesco, en relaciones a la vez necesarias y electivas, que implican obligaciones duraderas subjetivamente sentidas (sentimiento de reconocimiento, de respeto, de amistad, etc.) o institucionalmente garantizadas (derechos); todo ello gracias a la alquimia del intercambio (de palabras, de dones, de mujeres, etc.) como comunicación que supone y que produce el conocimiento y el reconocimiento mutuos.

La incorporación en la vida colectiva trajo aparejados reclamos en el marco de la red de relaciones domésticas que se asocian con la ausencia de las personas en sus hogares. Esto no hace otra cosa más evidenciar el desplazamiento del ámbito familiar. Al incorporarse a la vida colectiva los sujetos deben repartir su tiempo entre las acciones cotidianas que desarrollaban con anterioridad a la irrupción del conflicto y las nuevas actividades propias del accionar colectivo. Esto impacta de manera directa en la permanencia en los hogares y por lo tanto, en el tiempo que se dedica a cultivar las relaciones familiares. Al respecto, una de nuestras entrevistadas señalaba:

Uno se envuelve tanto también en la cuestión en el problema, en las ganas de hacer y en la lucha que se le pierden de vista muchas cosas digamos, como che quédate un ratito en la casa algún día, no. Pero bueno, es esa digamos, yo eh... como eso, tengo sobrinos que a veces me, reclaman que no esté (Vanesa Romero,estudiante, Córdoba, abril de 2014).

Pese a los reclamos, observamos que los entrevistados en sus relatos se presentan como protectores y representantes de su círculo familiar más íntimo. Por ejemplo:

Mi mamá nació literalmente en su casa en Malvinas, tiene cincuenta años, entonces bueno, entender que es un lugar que se ha ido construyendo también de a poco y bueno por ahí los que, los que más historia tenemos sobre el lugar eh, yo tengo veintitrés años digamos, pero toda la historia de los que están atrás mío sea volcado en mí digamos, entonces yo puedo entenderlo de esa manera (Vanesa Romero, estudiante, Córdoba, abril de 2014).

Esta posición de representación se vive en parte como “un incremento de conciencia”, como “un proceso de maduración personal”, pero también como un mandato familiar.Al respecto, Bourdieu (2000, 154)señala que:

Cada grupo tiene sus formas más o menos institucionalizadas de delegación, que le permiten concentrar la totalidad del capital social, merced al cual existe el grupo, en manos de un individuo o de unos pocos. Al representante plenipotenciario en cuestión, revestido de plena potestas agendi et loquendi, se le encomienda la tarea de representar al grupo, de hablar y actuar en su nombre y así, por mor del capital común, la tarea de ejercer un poder que trasciende con mucho su capacidad individual.

Las palabras de Bourdieu (2000) nos llevan a comprender cómo estos sujetos se han transformado en referentes de sus familias en el espacio conflictivo y cómo sus trayectorias de vida conjugan la vida colectiva y la vida personal en un mismo espacio-tiempo, donde se resalta la influencia dialéctica de ambas esferas y se imposibilita pensarlas de manera aislada, ya que el ecologismo por la vida no hubiese emergido sin estos referentes, y sin la emergencia de dichos ecologismos, la subjetividad de estos no se hubiese modificado.

Referentes sociales

Los referentes sociales se caracterizan por tener una trayectoria de vida signada por el sufrimiento. Esto es así ya que, las personas que hemos englobado dentro de esta tipologíahan experimentado la pérdida de algún familiar cercano por causas que ellos vinculan con las actividades del agro-negocio extractivista. Al inicio de los discursos se puede observar que el dolor es el índice que ha marcado la experiencia de vida de los sujetos. No obstante, con el devenir del relato se advierte que la resignificación del dolor de la pérdida se fuetransformando en un motor de lucha y en consecuenciasignó el inicio del punto de viraje en estas personas. Por ejemplo, una de nuestras entrevistadas manifestaba:

Yohabía perdido a mi hija por malformación de riñón. Un día estaba sentada al frente de mi casa y pasa una señora, y se puso a darme… digo yo el sermón, pero me decía que… que esté tranquila, que la pérdida de un hijo no era tanto, y un montón de cosas (la entrevistada irrumpe en llanto) Y… me dejó llorando esa señora y me que quedé pensando por qué me había pasado eso a mí. Entonces, me crucé al frente, y estuve hablando con Susana y le cuento lo que me había pasado, y ella me dice: “no, si a mí también me pasó lo mismo, a doña Mari también…” y bueno ahí me di cuenta yo… reaccioné, porque digosi nos está pasando a todos lo mismo, en la misma cuadra ¿qué está pasando?(Sonia Gastaldi, empleada, Córdoba, noviembre de 2014)

A lo largo del relato de nuestras entrevistadas se va pudiendo observar que la red de relaciones establecidas en el barrio adquiere un papel protagónico. Alicia Gutiérrez plantea que

el propio intercambio transformará los objetos intercambiados en signos de reconocimiento y, a través del reconocimiento mutuo de los agentes y el reconocimiento de la pertenencia al grupo, produce, construye el grupo y al mismo tiempo determina los límites del grupo: en otras palabras, delimita el espacio más allá del cual el intercambio no puede tener lugar (2012, 46).

Para las referentes sociales, fue el capital social el que las ayudó a salir de su dolor y contribuyó a la toma de conciencia sobre la situación socio-sanitaria del lugar.No obstante, las entrevistadas manifestaron percibir un fuerte estigma por parte aquellas personas que estaban por fuera del grupo de pertenencia. “El estigma da cuenta de una noción referida a otros, que implica una valorización negativa respecto a una característica particular” (Artega y Pérez 2011, 76). En el caso de nuestras entrevistadas esa característica remitía a la idea de locura, la que se asociaba con la pérdida de un hijo y con la falta de comprensión que, según ellas, existía de parte de sus vecinos quienes no podían entender lo que les estaba pasando y porqué estaban actuando de manera disruptiva en el espacio público. Según Artega y Pérez(2011), en este tipo de contextos, la principal preocupación de los actores sociales es evadir el estigma que recae sobre ellos. Lo que en ocasiones se traduce en un sentimiento de vergüenza ante la imposibilidad de hacerlo. En este sentido, para nuestros entrevistados, el estigma percibido no implicó el cese de las acciones que estaban desarrollando. Por el contrario, continuar con las labores emprendidas se transformó en la manera de demostrar que “no estaban locas”.

A partir de la persistencia y el combate al estigma, la red de relaciones y de apoyo construida principalmente entre las mujeres del barrio, quienes habían transitado experiencias similares, se fue consolidando. De esta manera, la vida colectiva empezó a tomar relevancia y comenzó a entremezclarse con la vida personal. Dicho de otra manera, las mujeres que compartían una trayectoria de vida y unas condiciones objetivas similares, se identifican unas con otras y a raíz de esto “se juntaron para salir a la calle a defender el derecho a la salud y a la vida”(Sonia Gastaldi, empleada, Córdoba, noviembre de 2014).

La vida colectiva terminó de generar un cambio en las trayectorias individuales de las personas. Este cambio puede ser entendido si se tiene en consideración que las mujeres abandonan el ámbito privado-doméstico para pasar a ocupar el ámbito público, a fin de hacer visible su situación, sus miedos y sus reclamos. Ocupar el ámbito público de manera colectiva implicó que estas personas se transformaran en referentes sociales dentro de su comunidad y se recurriera a ellas para gestionar frente al Estado diversas necesidades insatisfechas. Un ejemplo de lo dicho puede sintetizarse en las siguientes palabras:

Como la gente veía que nosotros les tratábamos de solucionar, se venían un montón. Nosotros no los podíamos ayudar. Porque no estábamos hablando de, de tres personas y un medicamento de doscientos pesos. Estábamos hablando de un montón de personas, con un medicamento de dos mil pesos, dos mil quinientos” (Sonia Gastaldi, empleada, Córdoba, noviembre de 2014)

Esta situación significó que nuestras entrevistadas pasaran a ser “un jugador” dentro de campos sociales desconocidos hasta el momento, lo que incidióen la manera en cómo eran vistas socialmente. Ya no se hacía alusión a ellas como las “locas” del barrio, por el contrario se las empezó a reconocer y a respetar, gracias a su acción y su rol social.Por un lado, las referentes sociales se comenzaron a vincular con el ámbito académico mediante el establecimiento de relaciones par-experto-par, la que dependía de los intereses del campo, la posición que asumían en dicho campo y el capital que se ponía en juego.Al respecto, citamos como ejemplo el siguiente fragmento:

En ese entonces se habían enterado a nivel mundial de que, lo que estaba pasando acá en Ituzangó. Me llama Jaime y me dice “se va a hacer la asamblea mundial de la salud de los pueblos, y ustedes tienen que estar acá”. Era la primera vez que salía del país, no conocía, no había salido ni de la provincia, podés imaginarte. Entonces, el me llama, y le digo yo que si vamos a ir. Me dice “haceme un informe, porque queremos que los libros que vayan a salir, queremos que salga lo de ustedes también” (Sonia Gastaldi, empleada, Córdoba, noviembre de 2014)

Acceder al ámbito académico implicó para estas personas incrementar su legitimidad social, así como la legitimidad de la lucha que estaban llevando adelante. Además, significó un reconocimiento de los saberes adquiridos debido a sus experiencias de vida. Desde el punto de vista de Bourdieu podemos decir que las referentes sociales vieron incrementado su capital simbólico, es decir,

una propiedad que percibida por agentes sociales dotados de las categorías de percepción que permiten percibirla, conocerla y reconocerla, deviene eficiente simbólicamente, semejante a una verdadera fuerza mágica: una propiedad que, porque responde a ‘expectativas colectivas’, socialmente constituidas, a creencias, ejerce una suerte de acción a distancia, sin contacto físico (Bourdieu 1997, 172-173).

Por otro lado, los referentes sociales comenzaron a ser jugadores dentro del campo político, a partir de la influencia que ejercían para con dicho ámbito.En sus palabras, esta situación trajo como corolario que los dirigentes ya no pensaran en ellas como simples “madres desesperadas” o “alborotadoras sociales” sino que pasaran a concebirlas como actores políticos de gran influencia. A raíz de esto, las entrevistadas reconocen que hubieron variados intentos de “hacerlas callar”, lo que implicó algunos cambios en la vida privada y colectiva.

En lo que corresponde al ámbito privado, la oferta trabajo por parte del Estado implicó la posibilidad de ser el sustento familiar, ocupando el rol de proveedoras del hogar. En tanto que para la vida colectiva, el trabajo ofrecido se transformó en un elemento de disputa, habida cuenta que fue visto como una oferta para acallar las voces y mitigar el costo político que la conflictividad social estaba trayendo. Un ejemplo de lo señalado puede encontrase en las siguientes palabras:

Cuando yo salgo a reclamar, yo era empleada municipal. Giménez, me dice: “usted como empleada municipal, no puede ir en contra de la municipalidad”. Porque yo estaba diciendo… mi hija tenía agroquímicos en la sangre y quería los resultados. Y me dijo eso, entonces yo le dije: “si ustedes me dieron el trabajo para callarme la boca, se equivocaron. Mañana presento mi renuncia” (Sonia Gastaldi, empleada, Córdoba, noviembre de 2014).

Las disputas internas a las que condujo el ofrecimiento de trabajo, sumados a otras problemáticas propias de la vida colectiva, no fue vivido como causante de abandono de los logros adquiridos y de la lucha. Algunas madres continuaron con sus reclamos, hasta el punto de llevar la problemática socio-ambiental al terreno judicial. Será este accionar el que termine de consolidar la posición de referente de estas personas, quienes comprenden y mencionan que deben ser actores de su historia más que meros espectadores.

Las trayectorias de vida y los ecologismos

Las trayectorias de vida hasta aquí descriptas nos ayudan a comprender las características y particularidades que asumen los diversos ecologismos que hemos podido identificar a lo largo de nuestro trabajo de investigación. Esto es así ya que consideramos que las subjetividades de los activistas ambientales se van entrelazando y reconfigurando en el marco de la dinámica colectiva, al tiempo que se va imprimiendo sobre lo colectivo características propias de lo subjetivo. Tal como afirma Gutiérrez retomando a Bourdieu, el habitus, en tanto estructura estructurante “no se deduce de las condiciones objetivas presentes, ni de las condiciones objetivas pasadas, sino de la puesta en relación de las condiciones sociales en las que se ha constituido el habitus que las ha engendrado” (Gutiérrez2012, 73). En consecuencia, “hablar de habitus es también recordar la historicidad del agente, es plantear que lo individual, lo subjetivo, es social, es producto de la misma historia colectiva que se deposita en los cuerpos y en las cosas” (Gutiérrez2012, 73). Tomando como referencia lo dicho, observamos que, como venimos mencionando, los referentes académicos se vinculan mayoritariamente con los ecologismos que hemos denominado “de protección” y “de derechos socio-ambientales”, en tanto que los referentes familiares y sociales se vinculan con mayor fuerza con el ecologismo que hemos denominado “por la vida”.

Corriente del ecologismo de protección

El ecologismo de protección, influenciado e influenciador de los referentes académicos, se caracteriza por el firme propósito de“aportar técnicamente al Estado”en materia socio-ambiental“y generar presión para que las medidas implementadas sean más racionales”.Para nuestros entrevistados la racionalidad es de tipo ambiental, es decir, aquella que “integra el pensamiento, los valores y la acción y es abierta a la diferencia, a la diversidad y pluralidad de racionalidades” (Leff 2004,21), lo que implica poner en tensión el ideal técnico-instrumental que caracteriza al proyecto de la modernidad. Desde este marco, el ecologismo de protecciónbusca la defensa de los bienes comunes por lo que la naturaleza en su conjunto se transforma en un sujeto de derecho a ser respetado, salvaguardándolo jurídico y políticamente del embate de las actividades extractivas. Considerar a la naturaleza sujeto de derecho implica cuestionar el paradigma antropocéntrico y comenzar a pensar en un paradigma biocéntrico que busque el equilibro sociedad-naturaleza (Gudynas 2010).

Desde nuestra perspectiva, lo que diferencia la corriente de protección de la corriente del culto a lo silvestre (Martínez Alier 2004)es, por un lado, el ataque al crecimiento económico que se observa en la corriente de protección y que según Martínez Alier (2004) no está presente en la corriente del culto a lo silvestre. Por otro lado, desde la corriente de protección no se apela al valor sagrado de la naturaleza sino que más bien se remiten al valor social y cultural que esta encarna, el cual es construido a partir de los conocimientos disímiles que los diferentes referentes académicos ponen en discusión en el contexto de este ecologismo y que, a su vez, es co-construido por la práctica y la dinámica propia del ecologismo.

Corriente del ecologismo de derechos socio-ambientales

Esta corriente surge después de la modificación de la Constitución Nacional Argentina del año 94, influenciado por los referentes académicos, ya que toman como base de su creación el artículo 41 por medio del que el Estado Nacional plantea que todos los habitantes del territorio tienen el derecho a gozar de un ambiente sano. El principal propósito que caracteriza esta corriente del ecologismo remite a “lograr el acceso a la justicia de comunidades afectadas por la violación de derechos humanos cometidos a partir de la degradación ambiental”, por lo que se hace mucho hincapié en la“defensa de los derechos humanos” en pos de lograr “una relación más armoniosa entre el hombre y el ambiente”.

Si bien Martínez Alier (2004) plantea que la justicia ambiental se encuentra muy limitada a su país de origen (Estados Unidos), desde nuestra perspectiva encontramos que la corriente del ecologismo de derechos socio-ambientales se asemeja al ambientalismo de justicia socio-ambiental descripto por Bebbington (2009) para el caso de conflictos socio-ambientales en Perú. Según esteautor (Bebbington 2009), el ambientalismo de justicia socio-ambiental parte de considerar como inequitativa la relación sociedad - medioambiente, a la vez que critica al modelo económico de producción por “dejar de lado” ciertos grupos de la sociedad. Al igual que la corriente de derechos socio-ambientales, el ambientalismo de justicia socio-ambiental se preocupa por las desigualdades en torno a la exposición a los riesgos derivados del modelo productivo y considera inaceptable esta inequidad (Bebbington 2009). Al respecto es posible recuperar nuevamente los dichos de los referentes académicos quienes, luego del punto de viraje en sus trayectorias de vida, comienzan a poner la profesión al servicio de lo colectivo en pos de evitar, mitigar, evidenciar las consecuencias del modelo productivo actual.

Corriente del ecologismo “por la vida”

La corriente del ecologismo “por la vida” se caracteriza por irrumpir en el espacio público de la mano de los referentes sociales y familiares, quienes, como hemos visto,son actores que buscan legitimarse en los conflictos socio-ambientales en los que se ven inmersos y quienes hablan en representación de su comunidad barrial o en la de sus familias.Tal como plantea Martínez Alier en relación al ecologismo de los pobres, la corriente del ecologismo por la vida

no es una reverencia sagrada a la naturaleza sino un interés material por el medio ambiente como fuente y condición para el sustento; no tanto preocupación por los derechos de las demás especies y las generaciones futuras humanas sino por los humanos pobres de hoy (2004, 34).

Para nuestros entrevistados, esto se traduce en una preocupación por la vida, la que no se entiende necesariamente en términos biológicos. La vida se comprende en enclave social, relacional, escindida de una visión antropocéntrica, concebida en el presente pero también en el futuro. “Pensar la complejidad de la vida”es pensar en lo colectivo, en los derechos, en el trabajo, en el tiempo, en el ocio y en la tranquilidad. Aspectos que quienes son activistas dentro del ecologismo por la vida ven constantemente amenazados por las dinámicas propias del capital extractivo.

La principal diferencia que observamos entre la corriente del ecologismo de los pobres y la corriente por la vida radica en la profunda criticidad que caracteriza a esta última. Es decir, la corriente del ecologismo de los pobres “señala que el crecimiento económico implica mayores impactos en el medio ambiente y llama la atención a los desplazamientos geográficos de fuentes de recursos y de sumideros de residuos” (Martínez Alier 2004,34), mientras que la corriente del ecologismo por la vida va más allá y critica efusivamente el “modelo imperante, hegemónico y globalizante de producir”.Esto nos conduce a considerar que, una de las características sobresalientes de lo que hemos denominado corriente del ecologismo por la vida sea su rasgo anticapitalista y anti-sistémico.

Reflexiones finales (para el debate…)

A lo largo de este trabajo buscamos poner de manifiesto como las trayectorias de vida de los activistas socio-ambientales se ven reflejadas en las características que asumen las tres corrientes del ecologismo que hemos podido reconocer y cómo dichas corrientes inciden en las trayectorias de vida de los sujetos.Nosposicionamos en el paradigma interpretativo, ya que nos interesamos por comprender cómo es interpretado, entendido y experimentado el mundo social. Mundo que, según esta perspectiva paradigmática, es una construcción social que realizan los sujetos mediante sus acciones y sus interpretaciones. Es por esto que rescatamos a las trayectorias de vida como una herramienta que nos posibilita comprender las diversas transformaciones de la sociedad en términos generales, y las características que asumen los ecologismos presentes en el centro del sur de Suramérica en términos particulares. En tal sentido, nos preocupamos por identificar las transiciones que los sujetos interpretan sobre su vida y la relación dialéctica que esto mantiene con las corrientes ecologistas.

En síntesis, deseamos que este escrito sea una contribución para, en primer lugar, revalorizar las trayectorias de vida como herramienta metodológica que posibilite romper con la noción que tal método no resulta apropiado para la construcción de conocimiento científico por imposibilitar la distinción entre la realidad subjetiva e interpretada por los sujetos y la realidad objetiva en la que se encuentran inmersos, dado que negamos la existencia de tal realidad objetiva. En segundo lugar, añoramos que este trabajo permita pensar las categorías establecidas como meras herramientas para leer un contexto social particular, pudiendo reconocer aspectos convergentes y divergentes sin la necesidad del forzamiento teórico para la comprensión de lo social.

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1El presente análisis se acompaña de fragmentos de las entrevistas realizadas, los que se presentan en un reglón aparte y entre comillas. Al finalizar cada fragmento se señala un nombre ficticio para cada entrevistado (a fin de respetar su identidad), la profesión, el lugar y el año en que se desarrolló la entrevista. Las expresiones de los entrevistados que se encuentren presentes en el cuerpo del texto se presentan entre comillas y en cursiva.

Recibido: de 2017; Aprobado: de 2017

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