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Íconos. Revista de Ciencias Sociales

versión On-line ISSN 1390-8065versión impresa ISSN 1390-1249

Íconos  no.68 Quito sep./dic. 2020

https://doi.org/10.17141/iconos.68.2020.4310 

Articles

La Amazonía en el pensamiento militar brasileño:concepciones y acciones estratégicas del Ejército y la Armada en la década de 1990

Amazonia in Brazilian military thought: Army and Navy conceptual frameworks and strategic actions in the 90s

Dilceu Roberto Pivatto-Junior 1  
http://orcid.org/0000-0002-7834-2890

Raul Cavedon-Nunes 2  
http://orcid.org/0000-0003-1301-5976

Doctorante en Ciencias Políticas

Doctorante en Ciencias Políticas

1Dilceu Roberto Pivatto-Junior.Doctorante en Ciencias Políticas, Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) (Brasil). (dilceu.pivatto@hotmail.com)

2Raul Cavedon-Nunes.Doctorante en Ciencias Políticas,Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) (Brasil). (rcavedonnunes@gmail.com)


Resumen

La defensa de la Amazonía es uno de los temas prioritarios para las Fuerzas Armadas brasileñas. Desde las décadas de 1980 y 1990, las presiones externas e internas sobre la política del país para la región han provocado nuevas iniciativas gubernamentales como el Proyecto Calha Norte de 1985 y el Sistema de Vigilancia de la Amazonía (SIVAM) de 1990. Debido a las restricciones presupuestarias, fue necesaria una reorientación de las tropas y unidades militares hacia el norte y noroeste de Brasil, además de la elaboración de nuevas estrategias y doctrinas, un proceso poco estudiado en la literatura académica. Así, este artículo analiza los principales enfoques estratégicos del Ejército y la Armada brasileños hacia la Amazonía durante la década de1990. Desde la perspectiva teórica del institucionalismo discursivo, se utilizaron como fuentes documentos oficiales, revistas militares especializadas y entrevistas a oficiales que ocuparon cargos importantes durante el período examinado, entre ellos ex ministros y ex comandantes de las Fuerzas. Los resultados del estudio muestran una confluencia de pensamiento y planificación de las Fuerzas terrestres y navales para aumentar la presencia militar en la región. El fin de la guerra fría y la aparición de nuevos temas en la agenda de seguridad regional, como el narcotráfico y el medio ambiente, llevaron a los militares brasileños a repensar su estrategia de Defensa, conformando nuevas hipótesis de conflicto regional con la posible participación de potencias fuera del continente.

Descriptores: Amazonía; Armada; Brasil; Ejército; estrategia; Fuerzas Armadas.

Abstract

Defending Amazonia is one of the main priorities of the Brazilian Armed Forces. Since the 1980’s and 1990’s national policies for this region have been subject to increasing pressures, both domestic and external. These have prompted new government strategic initiatives such as the Calha Norte Project (1985) and the SIVAM (1990). Due to budgetary restrictions, a redeployment of troops and military units towards the north and northwest of Brazil was necessary, in addition to the development of new strategies and doctrines. This reorganization has not been sufficiently studied in the available academic literature. This article attempts to address this neglect and analyses the main strategic approaches adopted by the Brazilian Army and Navy towards Amazonia during the 1990s. The research has applied a discursive institutionalist perspective, using official documents and specialized military magazines as its main sources, in addition to interviews with officers who held important positions in the period under review, including former ministers and force commanders. The article concludes that, throughout the investigated period, the thinking of the army and of the navy tended to converge into the need to increase overall military presence in the region. The end of the Cold War and the rise of new issues in the regional security agenda such as drug trafficking and the environment, led the Brazilian military to rethink its defense strategy, developing new hypotheses of regional conflict which included the potential participation of extra-continental powers.

Keywords: Amazonia; army; Brazil; navy; strategy; armed forces.

1. Introducción

La región amazónica constituye uno de los temas de seguridad brasileños recurrentes. Mientras que a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX el principal desafío estuvo relacionado con el mantenimiento y la expansión de la frontera norte y oeste del país,1 desde las décadas de 1930 y 1940 se elaboraron proyectos para la reorganización del territorio brasileño, incluyendo la subdivisión de la Amazonía desde sus principales ríos (Mattos 1980). Además de mantener fronteras, la defensa de la Amazonía está estrictamente relacionada con los cambios políticos, económicos y estratégicos del Sistema Internacional. En el período de la Segunda Guerra Mundial, un acuerdo con los Estados Unidos de América trajo un nuevo impulso en la producción de caucho brasileño, lo que se conoció como la “Batalla del Caucho” (Mattos 1980, 94). En el contexto de la guerra fría, el pensamiento geopolítico liderado por MárioTravassos, Golbery do Couto e Silva, Carlos de Meira Mattos y Mário César Flores, añadido a la Doctrina de la Guerra Revolucionaria,2 apoyó las iniciativas económicas,3 militares4 y diplomáticas5 brasileñas para la región amazónica.

Sin embargo, a partir de mediados de la década de 1970, hubo una percepción de mayor inestabilidad política en la región norte del país, principalmente debido a los problemas fronterizos entre Venezuela y Guyana,y a las diferencias de posicionamiento entre los militares brasileños y las misiones religiosas que operaban en esos territorios (Marques 2007). En el mismo período, las presiones sobre Brasil se incrementaron con el Gobierno de Carter en los Estados Unidos, cuya política exterior para la región sudamericana se centró en los derechos humanos y en la no proliferación militar (Marques 2007). Este proceso continuódurante las décadas de 1980 y 1990, dando lugar a nuevas acciones brasileñas como el Proyecto Calha Norte (1985) y el Sistema de Vigilancia de la Amazonía (SIVAM) a partir de 1990 y una parte integral del Sistema de Protección de la Amazonía (SIPAM) (Lourenção 2003). En los últimos años,6 la Amazonía ha vuelto a ocupar el centro de atención internacional tanto de forma directa -aumento de la intensidad de los incendios en la región- como indirectamente debido a la intensificación de la crisis política en Venezuela (Walt 2019, Daniels et al. 2019).

En términos teóricos, el trabajo parte de los supuestos del institucionalismo discursivo, indirectamente utilizado por autores como Jensen (2016), Marques (2007) y Martins Filho y Zirker (2000). Este enfoque supone que los cambios estratégicos y doctrinales se originan en las comunidades epistémicas y en los espacios discursivos (Schmidt 2008; Jensen 2016). A partir de una crisis interna o externa, las ideas serían responsables de organizar la acción colectiva y construir coaliciones. Luego sigue una disputa política sobre el espacio, cuyas armas incluyen la producción y propagación de ideas. Con la deslegitimación de las instituciones existentes, el nuevo cuerpo de ideas comienza a apoyar nuevas instituciones o directrices. Por lo tanto, la metodología utilizada es cualitativa e inductiva, utilizando análisis documentales y entrevistas con el objetivo de identificar el pensamiento militar brasileño sobre la región amazónica y entender sus formulaciones estratégicas.

El concepto de pensamiento militar comprende producciones de ideaciónen los debates dentro de las organizaciones militares y en las formulaciones estratégicas delimitadas por las autoridades militares. En cuanto a las fuentes, se eligió utilizar: i) entrevistas con oficiales que ocupaban importantes cargos militares, ex ministros y ex comandantes; ii) revistas especializadas de circulación dentro de organizaciones militares brasileñas; y iii) producciones bibliográficas producidas por los propios militares. Las entrevistas permiten una mejor profundización del pensamiento de aquellos que fueron los protagonistas en la toma de decisiones. En cuanto a las revistas militares y otras producciones bibliográficas, es posible identificar el debate producido y publicado durante este período.

Se entiende que existe una complementariedad de la formulación estratégica de las autoridades militares con la circulación de ideas publicadas en las revistas y libros utilizados en este artículo. En la medida en que los comandantes militares formularon la estrategia brasileña a adoptar en la Amazonía, las producciones de ideaciónpublicadas en revistas y libros contribuyen a aumentar los debates, formando espacios discursivos y comunidades epistémicas. Entre estos espacios, cabe destacar los clubes militares -Club Militar y Club Naval- y las escuelas de altos estudios militares donde se forma el oficial brasileño, como la Escola de Comando e Estado Maior do Exército(ECEME), la Escoela Superior de Guerra (ESG) y la Escola de Guerra Naval (EGN). Sobre la Armada brasileña no hay muchos estudios académicos, a diferencia del Ejército, sobre el que existe una producción literaria relevante. Esto se traduce en un mayor uso de entrevistas a oficiales de la Fuerza Naval, mientras que la Fuerza Terrestre se basa principalmente en documentos y revisión bibliográfica, así como entrevistas realizadas y publicadas durante la década de 1990.

Los resultados de la investigación indicaron que en el Ejército las principales formulaciones en la posguerra fría se centraron en la Estrategia de Resistencia y la Estrategia de Presencia para obtener disuasión contra posibles intervenciones externas en la Amazonía. Para esto fue necesario utilizar los ríos interiores con la Armada y la coordinación con el SIVAM de la Fuerza Aérea. En 1997, la Doctrina Gama fue aprobada, consolidando dos hipótesis de uso de la fuerza: Convencional (Doctrina GAMA-C), para regiones de vegetación abierta como Roraima, y de Resistencia (Doctrina GAMA-R), para una guerra prolongada y de fricción en la selva contra una fuerza innegablemente superior a la brasileña.

En la Armada se puede percibir una preocupación porla posibilidad de conflictos en la región amazónica, regulares e irregulares en los accesos fluviales y en situaciones fronterizas; percepción integrada en ciertos aspectos con la estrategia de presencia del Ejército. Por lo tanto, el apoyo táctico y logístico se convertirían en factores determinantes, con el uso de buques más pequeños y de alta velocidad para transportar suministros y tropas. El Cuerpo de Marines ha llegado a desempeñar un papel importante en este entorno de la selva, dada la necesidad de su formato para operar en áreas ribereñas y su preparación para las operaciones terrestres y de selva. En 1994 se creó el Comando Naval de la Amazonía Occidental -el actual 9º Distrito Naval, creado en 2005- que, además del uso de un grupo de infantes de marina, tenía buques de patrulla y helicópteros en sus ejercicios en el canal del río Amazonas y en sus principales afluentes.

2. Perspectivas estratégicas del Ejército brasileño: desde el Proyecto Calha Norte hasta la Doctrina GAMA (1985-1997)

En el período entre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de las Malvinas, el Ejército brasileño trabajó en su Estrategia y Doctrina a partir de las siguientes hipótesis de guerra: i) guerra convencional7 o revolucionaria en América del Sur; ii) guerra convencional o nuclear entre los bloques occidental y soviético; y iii) guerra general con un enemigo interno que actúa como agente del bloque soviético (Marques 2001). Sin embargo, desde finales de la década de 1970, la percepción de los militares brasileños sobre la congelación de las esferas de influencia de los Estados Unidos y la ex URSS, y sobre la caída de la importancia estratégica de América del Sur para el bloque occidental, llevó a un cambio en la dirección de la política exterior y de Defensa de Brasil, en particular en la gestión de Ernesto Geisel (1974-1979) y João Figueiredo (1979-1984). Además, la Guerra de las Malvinas (1982) reforzó el acercamiento diplomático y militar entre Brasil y Argentina, ya en marcha desde la firma del Acuerdo Tripartito Itaipú-Corpus (1979).

En relación con la Amazonía, hasta la década de 1990, tuvieron lugar las principales acciones del Ejército, con el fin de ampliar su presencia e influencia en la región. A los resultados positivos del Proyecto Radar Amazónico (RADAM)8-iniciado en 1970 en el marco del Programa de Integración Nacional (PIN)- y al comienzo de la construcción de la carretera Transamazónica en el mismo año, siguió la creación por la Conferencia Nacional deObispos Brasileños (CNBB) del Consejo Misionero Indígena (CIM), con el objetivo de trabajar con las comunidades indígenas principalmente en el Amazonas (Marques 2007). En la década de1980, el Proyecto Calha Norte representó la mayor acción del Estado brasileño para la Amazonía, coordinado por un Grupo de Trabajo Interministerial (GTI) compuesto por el Ministerio del Ejército, de la Armada y de la Aeronáutica, y otros ministerios. Temiendo la posibilidad de desbordar los conflictos de los países vecinos o el tráfico de drogas en territorio brasileño, las principales propuestas del proyecto se pueden resumir en lo siguiente: i) el aumento de las relaciones bilaterales con los países de la región; ii) el incremento de la presencia militar; iii) la intensificación de las campañas de recuperación de las fronteras; y iv) la definición de una política indígena apropiada para la región (Diniz 1994).

En agosto de 1988, la difusión internacional de imágenes de incendios en la selva amazónica, sumada, cuatro meses después, al asesinato del cauchero Chico Mendes (que tenía contactos con autoridades gubernamentales, parlamentarios y el Banco Interamericano de Desarrollo -BID- en los Estados Unidos), reavivó las críticas a Brasil, añadiendo la cuestión ambiental a la cuestión indígena. Este proceso provocó reacciones de militares y políticos del país, como un documento de la ESG sobre el tema en 1990 y una Comisión Parlamentaria de Investigación sobre la Internacionalización de la Amazonía en 1991 (Diniz 1994).Los principales destinatarios de estas iniciativas fueron organizaciones no gubernamentales (ONG), iglesias, empresas multinacionales y ecologistas. De esta manera, una crisis política internacional9 se sumó a la crisis económica interna. En septiembre de 1990, la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE) presentó el proyecto del Sistema de Vigilancia de la Amazonía (SIVAM), parte integrante del Sistema de Protección de la Amazonía (SIPAM) (Lourenção 2003).

Otro hecho que impulsó las acciones del Ejército brasileño en la región amazónica fue el ataque, el 26 de febrero de 1991, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Comunistas (FARC) a un destacamento del Ejército brasileño estacionado a orillas del río Traíra (Nobre 2013). La reacción brasileña se llamó Operación Traíra, que eliminó 12 guerrilleros y recuperó gran parte del material capturado (Nobre 2013). A partir de entonces, se puede observar una serie de transferencias de unidades del Ejército brasileño a la región amazónica, sistematizadas en el cuadro 1.10

Así, para los oficiales del Ejército brasileño, el final de la guerra fría no representó el advenimiento de una “era de paz”, sino la necesidad de cambiar sus posibilidades de guerra. Por un lado, el General Benedito Onofre Bezerra Leonel (jefe del Estado Mayor del Ejército entre 1993 y 1994) vio la llegada de la “era de la información”, a partir de la cual sería necesario reevaluar los principios de la guerra gestados en la era napoleónica y en la era industrial. Por otro lado, como MeiraMattos (1993), el General consideró indispensable que las Fuerzas Armadas tuvieran un poder disuasorio tal que desalentara cualquier tipo de “aventura” contra la soberanía brasileña (Leonel 1996, 25). Esto se debió a que existían muchas incertidumbres sobre las demandas de preparación militar derivadas de “la combinación de las causas o razones de la guerra tradicional, con la incidencia de conflictos internos violentos” (Leonel 1996, 11). En un artículo del año siguiente, indicó que la agenda de las “nuevas amenazas” traía consigo escenarios estratégicos de conformación difusa, la rápida y continua evolución de la doctrina, la permanente mutabilidad tecnológica y la descentralización de las operaciones militares (Leonel 1997).

Cuadro 1 Transferencias de unidades del Ejército brasileño 

En 1996, el entonces jefe del Estado Mayor del Ejército, el General Délio de Assis Monteiro, concedió una entrevista publicada en la Revista do Exército Brasileiro. En su discurso destacó, entre los objetivos de la política militar de tierra de Brasil, la necesidad de adaptar la Doctrina Militar del Ejército a los diversos ambientes operacionales en consonancia con las hipótesis de conflicto admitidas y la realidad brasileña y sudamericana (Monteiro 1996, 6). Al preguntársele cómo compatibilizar la reducción del presupuesto del Ejército brasileño con la necesidad de garantizar la operatividad y la presencia en todo el territorio nacional, el General Monteiro destacó la “prioridad de la defensa estratégica de la Amazonía” y la inversión en un "núcleo de fuerza" para constituir núcleos de modernidad capaces de desempeñar las funciones de Fuerza de Despliegue Rápido y de Núcleo de Tropas de Paz (Monteiro 1996, 10). En el ámbito estratégico, la Fuerza Terrestre “priorizaría las estrategias de disuasión, presencia y proyección de poder”, de acuerdo con la política de defensa nacional de 1996.

2.1. El Sistema de Planificación del Ejército (SIPLEx) (1985) y la Doctrina Gama (1997)

La Guerra de las Malvinas fue un punto de inflexión tanto en la esfera estratégica como en la estructura y la doctrina del Ejército brasileño. En junio de 1982, el entonces ministro del Ejército, General Walter Pires de Carvalho e Albuquerque, emitió la Nota Ministerial 009 al Estado Mayor del Ejército, indicando la necesidad de reevaluar, basándose en las lecciones de la reciente guerra, el entonces Plan de Organización y Articulación de la Fuerza. Según el General, era necesario un núcleo poderoso, esencialmente profesional, con características de fuerza de intervención, esencial para la estrategia de disuasión deseada (Albuquerque 1982 enCampos 2011, 143). Así, el Jefe de Estado Mayor del Ejército, General Leonidas Pires Gonçalves, publicó el llamado “Estudio histórico-doctrinal de la Guerra del Atlántico Sur” (Campos 2011, 144).

En junio de 1985, el ministro Leonidas presentó al presidente de la República, José Sarney, un memorando explicativo en el que se solicitaron recursos extrapresupuestarios para iniciar un programa de reestructuración de la Fuerza Terrestre (Campos 2011). En diciembre del mismo año, se aprobó el Sistema de Planificación del Ejército (SIPLEx, Ordenanza 077-EME), que contenía varios planes básicos, entre ellos, el Plan de Estructuración del Ejército, que constaba de tres horizontes de planificación: FT 90, FT 2000 y FT-21 (Campos 2011). Según Campos, el FT-90 introdujo innovaciones doctrinales relacionadas con la potencia de fuego, la defensa antiaérea, el mando y control y la aeromovilidad (helicópteros), contemplando gran parte de las enseñanzas del conflicto Malvinas/Falklands (Campos 2011, 161).

El FT-90 tuvo como principio la reorientación de la preparación militar del Ejército brasileño hacia la región amazónica, en la confluencia del Proyecto Calha Norte de 1985 (Kuhlmann 2007). En los años siguientes, las brigadas de selva pasaron de dos a cinco, mientras que fueron suprimidas la artillería costera y antiaérea, y solo se creó una brigada antiaérea ubicada en el estado de São Paulo (Kuhlmann 2007). En los años 2000, se puede mencionar el traslado de las brigadas de operaciones especiales de Río de Janeiro a Goiás en 2003, y en 2004 la 2ª Brigada de Infantería Motorizada de Niterói (RJ) a São Gabriel da Cachoeira, en el Amazonas. En el mismo año (2004), se creó la 8ª División del Ejército, con cuartel general en Belém (PA) (Kuhlmann 2007).

Inicialmente no se preveía una disminución del personal cerca de la costa, lo que indica que el Ejército brasileño mantuvo la estrategia de “presencia” en todo el territorio y de “masa” para contrarrestar con “cantidad” las posibles amenazas cualitativamente superiores (Kuhlmann 2007). Los recursos extrapresupuestarios solicitados al presidente José Sarney se utilizaron principalmente en la región del Amazonas, además de la creación de la Aviación del Ejército y las inversiones en guerra electrónica (Kuhlmann 2007). El acontecimiento central en este sentido fue la creación del 4º Batallón de Aviación del Ejército en Manaus (AM), en 1992, en el mismo año en que se activó el Centro de Instrucción de Aviación del Ejército en Taubaté (SP) (Kuhlmann 2007).

Otra característica del FT 90 fue la creación de pelotones para proteger la frontera con Colombia (cinco nuevas unidades entre 1988 y 2003) y Venezuela (una unidad en 1994), además de una en Río Branco (1993) (Kuhlmann 2007). La creación de las Brigadas de Respuesta Rápida -también conocidas como “empleo inmediato” o “Fuerzas de Acción Rápida”- tuvo en la aviación del Ejército su eje principal, apuntando a la movilidad táctica y estratégica (Campos 2011). En términos estratégicos y doctrinales, la creación de un “núcleo de intervención” de preparación para el empleo se asoció con el concepto de disuasión, como se ve en la Nota Ministerial 009 de 1982.

Sin embargo, en el decenio de 1990, las restricciones presupuestarias y la intensificación de la Amazonía como prioridad condujeron a la extinción de la primera brigada de artillería costera (1992), situada en Niterói (RJ), y al traslado de varias unidades de la costa al interior del país. La necesidad de modernización tecnológica junto con la propuesta de SIPLEx de ampliar el personal del Ejército brasileño sobre la base del principio de “masa” y la Estrategia de Presencia hizo que sus costos fueran demasiado altos para el contexto económico de la posguerra fría.

La Doctrina Gama (IP 100-3, 1997),12creada bajo el comando del General Germano ArnoldiPedrozo,13 representa la adopción de una estrategia híbrida por parte de la Fuerza Terrestre brasileña para la región del Amazonas, en sus variantes “C” (Convencional) y “R” (Resistencia) (entrevista alGeneral Roberto JugurthaCâmaraSenna, mayo de 2020). En términos estratégicos, el objetivo de la Doctrina Gama era preparar al país para dos escenarios: en el caso de un enemigo con poder militar equivalente o inferior al brasileño, el uso de fuerzas y tácticas convencionales y la ejecución de operaciones de corto plazo (Doctrina Gama C). En el caso de una potencia militar indiscutiblemente superior a la brasileña, se adoptarían acciones no convencionales en un combate prolongado, evitando el compromiso directo con el enemigo (Doctrina Gama R) (Rocha 2000).

Según el entonces comandante de comunicaciones Mauro Raimundo Marques da Silva (2000), tanto la guerra del Golfo (1991) como la de Kosovo (1999) son ejemplos de casos en los que hubo una coalición con un país con una fuerza innegablemente superior. En este sentido, el autor llama la atención sobre la necesidad de acciones conjuntas entre el Ejército, la Armada y la Aeronáutica, en particular debido a la importancia de controlar las vías fluviales y las bases aéreas, medios esenciales para mantener la logística de las operaciones. Además, para hacer frente a una fuerza externa superior, la Estrategia de Resistencia (Doctrina Gama R) se ejecutaría en cuatro fases: i) preparación del área de resistencia; ii) resistencia inicial a la invasión e internamiento (operaciones convencionales); iii) combate de resistencia (operaciones no convencionales); y iv) expulsión del invasor (Silva 2000).

En términos estratégicos, el entonces ministro del Ejército, General Zenildo Gonzaga de Lucena, destacó la importancia de la Amazonía:

El Amazonas ha sido objeto de mucha controversia en la prensa mundial y muchos hablan de ello, incluso de falsedades. [...] Todo esto deja claro que la Amazonía ha sido durante mucho tiempo una zona estratégica de gran interés para los brasileños. Se impone la urgente necesidad de integrarla en el entorno nacional y articularla con nuestros vecinos, que también son depositarios de este patrimonio. Esta es la principal razón de la prioridad nacional que se le da a nuestra Amazonía hoy en día. Para ella se orienta el destino manifiesto de Brasil (Lucena 1996, 11).

A finales de la década de 1990, el entonces jefe del Estado Mayor del Ejército, General Gleuber Vieira, asumió el cargo del Ministerio del Ejército con el objetivo de continuar modernizando la Fuerza Terrestre mediante la estructuración de las Fuerzas de Acción Rápida y de las Fuerzas de Listo Empleo. En una entrevista concedida a la Revista Verde Oliva en 1998 y publicada por la Revista del Ejército Brasileño en 1999, el General Gleuber destacó que la zona amazónica seguía siendo una prioridad para el Ejército en cooperación con otros organismos gubernamentales, citando acciones como el Proyecto Calha Norte y el Programa de Prevención y Control de Quemaduras e Incendios Forestales en la Amazonía Legal (PROARCO) (Vieira 1999). Además, destacó la importancia de la cooperación regional por medio de la IV Conferencia Logística de los Ejércitos Americanos (IV CLEA), celebrada en julio de 1998 en Brasilia.

3. Perspectivas estratégicas de la Armada brasileña: control de ríos interiores y apoyo logístico

Desde el período colonial, la Armada brasileña hizo las primeras incursiones en el Amazonas. Según el ex ministro de la Armada, Almirante Mauro Cesar, estas iniciativas se intensificaron con el Brasil independiente y la creación de una pequeña fuerza para actuar en la región. Siempre ha habido, por parte de los gobiernos brasileños, la intención de mantener abiertas las vías fluviales, dadas las limitaciones de infraestructura de las carreteras en el Amazonas -considerar, por ejemplo, la necesidad de construir la carretera Transamazônica que tomaría décadas para su expansión-. Lo que realmente funciona son los ríos: incluso se dice que una vía fluvial bien construida puede ser un medio de transporte menos contaminante que cualquier otro(entrevista al ex ministro de la Armada de Brasil (1995-1998), Almirante-de-Esquadra Mauro Cesar Rodrigues Pereira, 20 de junio de 2019).

Las Fuerzas Armadas son grandes representantes de la presencia del Estado brasileño en la Amazonía. Sin embargo, las mayores vulnerabilidades se producen en la Amazonía occidental, compuesta por los estados de Amazonas, Acre, Rondônia y Roraima, siendo el eje estratégico principal de la región los ríos Solimões y Amazonas. Además del acceso a las fronteras con Colombia y Perú, tales vías fluviales unifican las dos subregiones amazónicas: la occidental, centrada en Manaus, y la oriental, con sede en Belém, con las dos capitales distantes 1500 kilómetros. También cabe destacar los principales afluentes del río Amazonas, como los ríos Negro, Juruá, Purus y Madeira -este último se acerca a la frontera brasileña con Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela-. Perú y Colombia utilizan los ríos Solimões y Amazon para acceder al océano Atlántico. Los barcos peruanos a menudo patrullan el río Javari y constantemente necesitan cruzar las aguas brasileñas para llegar a puntos en su país (Elia 2000, 69-72). Estos factores contribuyen a una mejor comprensión de la importancia estratégica de la Armada para mantener la presencia del Estado brasileño en esta región de fronteras de difícil acceso y control.

Es importante resaltar que existe una diferencia considerable dentro de la región cuando se compara la Amazonía oriental con la Amazonía occidental, y esto se refleja en las vulnerabilidades del país para proteger estas regiones. La Armada enfatiza que el este de la Amazonía está más desarrollado y articulado desde sus carreteras, y el acceso al océano estimula el crecimiento de la región. Por otro lado, se considera que la Amazonía occidental es la región más vulnerable del país en la que el único punto de apoyo logístico sería Manaus, lo que enfatiza la necesidad de pensar en el desarrollo de otros puntos de apoyo en la región. Otro aspecto estratégico que se destaca es la existencia constante de grupos guerrilleros -asociados con el narcotráfico- activos en la Triple Frontera Brasil-Perú-Colombia. De esta manera, las operaciones ribereñas satisfarían las necesidades de mantener el control de las vías fluviales y sus respectivos márgenes mediante el uso de medios navales, anfibios y aéreos, incluidos los helicópteros a bordo. Para esto, la flotilla amazónica -con sede en Manaus- tendría un grupo de infantería de la Armada y un escuadrón de helicópteros (Elia 2000, 72-83).

Existe una continuidad del pensamiento estratégico de la Armada con respecto a la Amazonía, ya que los almirantes brasileños apoyan la presencia de la Armada en la región, aunque con algunas consideraciones. Para el ex comandante de la Armada, Almirante Moura Neto, la Armada es responsable del apoyo logístico, el transporte de tropas y el desempeño de los Marines con un Batallón de Operaciones Ribereñas. La importancia de este batallón es la posibilidad de su participación en acciones de combate terrestre, conjuntas o no, con el Ejército brasileño. A diferencia del Ejército, la Armada ve el Atlántico Sur como un área prioritaria para sus operaciones, otorgándole una mayor importancia estratégica (entrevista a ex comandante de la Armada de Brasil (2007-2015), Almirante-de-Esquadra Julio Soares de Moura Neto, 16 de julio de 2019).

Sobre la base de los elementos destacados anteriormente, la preparación naval brasileña durante la década de 1990 se produjo con fines defensivos que apuntaban, sobre todo, a la integridad terrestre y marítima nacional en un escenario en el que no había amenazas bien caracterizadas (hipótesis de conflicto). Con esto, la Armada pensó en su estrategia desde cuatro escenarios diferentes: i) disputas con las principales potencias, que podrían actuar unilateralmente con temas de protección ambiental como justificación, lo que sería una forma de acceder a los recursos naturales del país; ii) conflictos regionales, que requerirían la capacidad de proyectar poder naval/aéreo y anfibio con cooperación internacional, lo que significaba que la Armada preparó sus capacidades de movilidad y flexibilidad junto con la Fuerza Terrestre, así como su capacidad para transportar y desembarcar rápidamente para brindar apoyo; iii) conflictos fronterizos irregulares en los cuales Brasil se vería amenazado por acciones irregulares originadas en países vecinos debido a conflictos internos o actividades ilegales -guerrillas, producción y tráfico de drogas, contrabando-; y iv) para problemas internos, como el Amazonas, en la lucha contra posibles focos de guerrilla, y en la necesidad de transporte hidrográfico en regiones fluviales navegables que actúan en cooperación con el Ejército (Flores 1990, 13-20).

De acuerdo con las características del escenario amazónico, patrulleros -con helicópteros a bordo- serían el medio más eficiente para servir al sistema de apoyo logístico a lo largo de las canaletas de los ríos principales. Para el Almirante Vidigal (1997), la Armada debería estar preparada para operar con las fuerzas terrestres del Ejército en especial, y con la Fuerza Aérea bajo mando único. Con el objetivo de una mayor extensión del área de operación de los barcos, la Armada debería tener embarcaciones más pequeñas, de alta velocidad y de tiro pequeño para garantizar el desplazamiento dentro de los ríos pequeños. Esta mayor presencia de la Armada en el Amazonas contribuye como un factor disuasorio en el que el desempeño de los Marines sería fundamental para un posible teatro de guerra en la selva (Vidigal 1997).

La región fronteriza brasileña, que se refiere especialmente al Amazonas, se entiende como una región de amenazas de baja intensidad. Los conflictos fronterizos irregulares, en opinión del Almirante Mario Cesar Flores, afectarían más al Ejército y a la Fuerza Aérea. Esto implicaría la necesidad de que la Armada se prepare para operar aisladamente o en cooperación con el Ejército, la Fuerza Aérea y las fuerzas policiales en las regiones fronterizas cuya configuración fluvial permitiría el uso de barcos/embarcaciones y tácticas que requieren tripulaciones navales profesionales. El Amazonas -y sus accesos fluviales- es una región de preocupación y esto se puede ver en la orientación básica de la Armada cuando se trata de controlar las aguas continentales del país. La seguridad de las instalaciones y los medios relacionados con el transporte por vías fluviales sería parte de la participación de la Armada en cuestiones de seguridad interna, además de la capacidad de llevar a cabo operaciones contra la guerrilla en áreas fluviales (Flores 1990, 19-22).

Con respecto a la necesidad de controlar los ríos en el Amazonas, el ex comandante de la Armada, Almirante Guimarães Carvalho, declaró que hay una frase que a la Armada le gusta citar: “Quien controla el río, controla el margen”. Para cualquier actividad que se desarrolle en la Amazonía, el uso de los ríos es indispensable, y en este caso, la Armada debe cumplir este papel (entrevista al ex comandante de la Armada de Brasil (2003-2006), Almirante-de-Esquadra Roberto de Guimarães Carvalho, 18 de julio de 2019).

Ese pensamiento ha estado presente durante los últimos 50 años, como lo señaló el Almirante Mario Cesar Flores, quien manifestó que la Armada estaba preocupada por su presencia en el Amazonas mucho antes de que fuera ministro de Fuerza durante el Gobierno de Collor. Cuando fue ministro de la Armada, Flores prestó atención a lo que llamó “acción para-policial para controlar las vías fluviales de la región”. Dado que la Armada no había tenido ningún problema realmente militar en la región, según el Almirante, el patrullaje naval debería ser constante para satisfacer las necesidades de seguridad de esa región (entrevista al ex ministro de la Armada de Brasil (1990-1992), Almirante-de-Esquadra Mario Cesar Flores, 15 de julio de 2019).

Un aspecto que destacar es la forma en que la Armada brasileña piensa en su estrategia y forma de operar en la región amazónica con el uso de Marines. El Almirante Flores, cuando había tomado el curso de Comando y Estado Mayor en la Armada de los Estados Unidos, en el Naval WarCollegeen 1969, escuchó con cierta frecuencia en conferencias y por algunos oficiales estadounidenses -con la experiencia de la guerra de Vietnam- un fuerte debate sobre los conflictos fluviales. El militar estadounidense mostró que el conflicto del río ya no era entre barcos, sobre todo porque el Vietcong en ese momento no los tenía. Durante la Guerra de Vietnam, se notó que, en escenarios de conflicto fluvial, el uso de barcos se centró en el transporte de pequeñas tropas terrestres que fueron desembarcadas y, desde entonces, se llevaron a cabo operaciones en tierra. Este pensamiento estratégico-operacional influyó en la Armada brasileña en la creación de operaciones fluviales. En la actualidad, cuando hablamos de entrenamiento en la Flotilla del Amazonas, hablamos de las operaciones fluviales, y estas operaciones se pueden hacer con los Marines y/o con las fuerzas del Ejército. Las operaciones de guerra en sí mismas solo tienen lugar en tierra, los barcos se utilizan para el transporte y la garantía de apoyo logístico, por lo tanto, no hay hipótesis de conflicto directo entre barcos para controlar los ríos.

La década de 1990 se puede considerar como un período de paz reforzado por el final de la guerra fría, que hizo que las Fuerzas Armadas reconsideraran su estrategia de Defensa nacional. Además del uso de embarcaciones de diferentes tamaños en cantidades suficientes para patrullar los ríos y actuar en situaciones críticas, la Armada no estaría restringida a las patrullas fluviales, proporcionando el uso de helicópteros para ampliar las capacidades de operación en áreas más restringidas y de difícil acceso. En cuanto a la protección de las vías fluviales y los medios de transporte, junto con la neutralización de cualquier acción guerrillera en las zonas fluviales, la preparación militar incluyó el uso del Cuerpo de Marines en operaciones anfibias, de acuerdo con la idoneidad operativa y capacidad de contribuir a las operaciones del Ejército. Por lo tanto, la capacidad anfibia de la Armada estaría asociada con su capacidad logística y de movilidad dentro de las necesidades características de la Amazonía (Flores 1990, 22).

Sin embargo, en 1998, parte de los activos flotantes de la Armada se consideraron obsoletos y en pequeñas cantidades para satisfacer las necesidades de Defensa de la región; ello se expandió después de la implementación de SIPAM, en el que la Armada tendría una mayor contribución a la vigilancia y protección de la región amazónica. Ese mismo año, la Armada tenía los siguientes medios navales para operar en la región: i) tres corbetas Classe Imperial Marinheiro con 40 años de servicio; ii) dos barcos de patrulla fluvial Classe Pedro Teixeira con aproximadamente 25 años de servicio; iii) tres barcos de patrulla fluvial Classe Roraima con aproximadamente 20 años de servicio; iv) cuatro patrulleros de ClassePiratinicon más de 25 años de servicio. Estos medios tendrían apoyo aéreo -cinco helicópteros Esquilo- y el apoyo terrestre de dos grupos de Marines. En la región amazónica, la Armada tendría que actuar en patrullas fluviales y costeras, así como en la Policía naval en un área que corresponde a aproximadamente 11000 millas de vías fluviales y fronteras con siete países -Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa- (Obino 1998, 117).

La necesidad de desarrollar capacidades de proyección de potencia naval considera la importancia de crear fuerzas especializadas para operar en cuencas fluviales;por lo tanto, las condiciones para llevar a cabo el patrullaje naval fluvial deberían proporcionar apoyo táctico y logístico para las fuerzas que operarían en tierra y en pequeñas operaciones fluviales -singular o combinadas- en el Amazonas. Los buques y embarcaciones tendrían que atender el control de rutina de las cuencas antes mencionadas en sus actividades fluviales. Los activos flotantes y sus respectivas tripulaciones navales serían indispensables, pero la Armada solo desempeñaría excepcionalmente un papel importante en las operaciones y el Ejército tendría la mayor responsabilidad. Esta preocupación muy específica sobre la creación de una Fuerza para operar en cuencas fluviales refuerza la declaración anterior sobre el Amazonas y su papel secundario en la estrategia de la Armada. Es posible comprender este pensamiento estratégico de acuerdo con la máxima prioridad de la Armada para el Atlántico Sur, una prioridad basada en la necesidad de proteger las rutas de transporte marítimo y apoyar la proyección de poder en posibles conflictos de baja intensidad en otras regiones (Flores 1990, 25-32).

Para poder responder a las amenazas del escenario amazónico, las operaciones deben basarse en pequeños medios y proyectos navales, lo que permitiría a la Armada actuar en los límites del territorio brasileño. Según el vicealmirante José Obino (1998), las dificultades para actuar en la región se acentuaron debido al pequeño número de unidades y la precariedad de los armamentos. Para aumentar las capacidades operativas en las vías fluviales de la Amazonía, en 1994 se creó el Comando Naval de la Amazonía Occidental, subordinado al 4º Distrito Naval con sede en Belém. Asociado con esto, en las preocupaciones en laPolítica de la Armada con respecto a la adquisición de nuevos medios de apoyo logístico flotante, aéreo, terrestre, móvil y de soporte, se destacó la necesidad de que las patrullas operaran con helicópteros orgánicos integrados y barcos rotativos para vigilar. Los demás buques podrían actuar independientemente con los Marines o en conjunto con los buques patrulla (Obino 1998, 121-131).

Además de su importancia económica, el Amazonas es una región estratégica que permite el tránsito entre los principales canales fluviales del país en esa región, lo que posibilita satisfacer las solicitudes logísticas de SIPAM. Para que esto sea factible, se buscó la modernización de los talleres y la capacidad de atraque simultáneo, así como un aumento en el número de personal para actividades industriales. Se prestó especial atención a los siguientes puntos fijos: i) la Estación Naval de Río Negro, que debe transformarse en una base fluvial con un dique flotante para reparación, mantenimiento y capacitación; ii) la Base Naval de Val-de-Cão, que necesitaba ser modernizada en su parque industrial; y iii) la Estación Naval en Tabatinga para el eventual estacionamiento de barcos, que también sirve para la capacitación de medios en tránsito. La importancia de estos puntos fijos se ve reforzada debido a las limitaciones de operar en la región, considerando la precariedad de los medios para controlar las vías fluviales -en una región atípica para la Armada- donde las carreteras y ferrocarriles son casi inexistentes (Obino 1998, 131).

En general, el dimensionamiento de estas fuerzas en la Amazonía no necesitaría ser grande. La movilidad naval permite el refuerzo con unidades de otros distritos navales con barcos y embarcaciones y, si es necesario, con helicópteros. Las lanchas rápidas de varios tamaños se usarían para ejercicios de vigilancia y patrullaje en aguas cercanas a puertos e interiores de ríos. Por lo tanto, esto justificaría la necesidad de proporcionar una fuerza fluvial en el Amazonas compuesta por patrulleros de la Flotilla del Amazonas. Se entiende, por supuesto, la importancia de utilizar embarcaciones civiles en las regiones fluviales para el transporte de personal y material -suministros de combustible y alimentos-, y embarcaciones más pequeñas para patrullaje y desplazamiento táctico de fracciones de tropas. En logística, los oficiales de la Armada también destacan la importancia de usar botes para las instalaciones de reparación y un pequeño dique flotante. Es esencial garantizar el control y el acceso a los ríos para movilizar tropas y suministros de transporte, teniendo en cuenta que hay pocas carreteras y casi ninguna en la región amazónica (Flores 1990, 33).

4. Conclusión

Con base en el análisis de las principales perspectivas estratégicas del Ejército y la Armada de Brasil en relación con la región amazónica en el período posterior a la guerra fría, las conclusiones se pueden dividir en dos niveles: estratégico y operativo. En el ámbito estratégico (objetivos políticos de la Defensa nacional), existe una percepción conjunta de que el fin de la guerra fría no significó el advenimiento de una “era de paz” en la humanidad, sino el cambio en las hipótesis del uso de la fuerza. La creciente inseguridad de los militares brasileños con respecto a la soberanía del país sobre la región amazónica llevó a la expansión de sus operaciones en esa región, incluso en un contexto de recursos presupuestarios limitados.

Las causas de la intensificación de las acciones estratégicas en la Amazonía son de origen externo e interno. A escala internacional, la década de 1980 fue desfavorable para los países en desarrollo como Brasil, que buscaban un mayor protagonismo como potencias regionales e interregionales, tanto económica como política y diplomáticamente. Las presiones sufridas por los gobiernos militares brasileños en relación con el tema de los derechos humanos, sumadas a las crecientes tensiones que involucran actividades económicas y militares en la región amazónica (ONG, iglesias, narcotráfico y disputas fronterizas) condujo a iniciativas como la transferencia de brigadas del Ejército brasileño a la región y la creación del Comando Naval de la Amazonía Occidental (1994) para integrar el SIPAM/SIVAM junto con la Fuerza Aérea.

En el ámbito operativo, la Doctrina Gama del Ejército, en sus variantes Convencionales y de Resistencia, abogó por la sinergia con el concepto de proyección de poder de la Armada de los ríos del interior. Ambas fuerzas vieron la necesidad de combinar una estrategia defensiva con operaciones defensivas y ofensivas, que varían según las capacidades del enemigo: mayor ofensividad si el invasor era de un nivel igual o menor que el brasileño, y la priorización de las operaciones defensivas si el enemigo tenía indudablemente mayor poder.

Las mayores inversiones realizadas se hicieron para permitir la logística en la región con el fin de garantizar el control de la tierra, el aire y, principalmente, el río. De ahí la importancia de la sinergia con la Fuerza Aérea dentro del alcance de SIVAM y el uso de buques de tiro más pequeños para transportar tropas, combustible, alimentos y municiones. Como se analizó en el artículo, las lecciones de la Guerra de Malvinas (1982) impulsaron las inversiones para satisfacer las necesidades logísticas y de Comando y Control de las Fuerzas Armadas de Brasil: los helicópteros, radares, Defensa antiaérea y sistemas de comunicación se convirtieron en una prioridad para obtener mínimo poder disuasorio en el ámbito de operaciones amazónicas. Por ende, tanto el Ejército como la Armada, durante la década de 1990, pensaron sus estrategias con propósitos esencialmente defensivos. Dentro de las hipótesis de conflicto, se percibe una mayor atención a las amenazas de baja intensidad y los conflictos fronterizos irregulares, sin descartar la posibilidad de un conflicto regular contra la presencia militar de otros países de la región.

Mantener la presencia del Estado brasileño en el Amazonas se ha convertido, cada vez más, en una necesidad en la que la Armada entendió la importancia del papel del Ejército en la región y por eso su apoyo logístico patrullando los ríos, con la posibilidad de emplear al Cuerpo de Marines en operaciones ribereñas. Además de los recursos económicos, el Amazonas tiene un gran valor estratégico para Brasil, especialmente su capacidad de moverse desde los principales ríos y sus afluentes. El control de los ríos permite la movilización de tropas y el transporte de suministros; esta importancia se intensifica ya que prácticamente no hay carreteras en la región, por lo que es posible comprender la preocupación de la Armada por garantizar un fuerte apoyo logístico en los lugares con mayor dificultad en el acceso a la tierra. En términos generales, cada una de las Fuerzas Armadas ha desempeñado su papel en la protección de la región. El Ejército y la Armada tienen visiones estratégicas que se unen de acuerdo con el pensamiento de cada Fuerza, que se complementa con una estrategia dirigida a la defensa del territorio brasileño.

Apoyos

El presente trabajo se llevó a cabo con el apoyo de la Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior(CAPES), Brasil - Código de Financiación 001. Es resultado de la investigación doctoral de los autores vinculados al proyecto “Pensamiento militar brasileño: estrategia, política y estructura de fuerza en los siglos XX y XXI”, coordinado por Eduardo MunhozSvartman (PPGCP-UFRGS).

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Cómo citar este artículo:

14Pivatto-Junior, Dilceu Roberto y Nunes, RaulCavedon. 2020. “La Amazonía en el pensamiento militar brasileño: concepciones y acciones estratégicas del Ejército y la Armada en la década de 1990”. Íconos. Revista de Ciencias Sociales 68: … https://doi.org/10.17141/iconos.68.2020.4310

1El gran desafío fue preservar y ampliar las fronteras establecidas por los tratados de Utrecht (1713) y Madrid (1750), destacando la conquista de Guyana (1809) y su regreso a Francia en 1817 (Tratado de París), la cuestión del oro en Amapá (1895-1900) y del caucho en Acre (1894-1903) (Mattos 1980).

2Para una descripción y análisis de la Doctrina de la Guerra Revolucionaria en el Ejército brasileño, ver Martins Filho (2008).

3Ejemplos son la construcción de infraestructura vial (la autopista Belém-Brasília, terminada en 1960, y la autopista Transamazónica iniciada en 1970) y la ampliación de la frontera agrícola y ganadera (Pieranti e Silva 2007).

4En 1956 se creó el Comando Militar del Amazonas y en 1969 su sede se trasladó a Manaus (AM).

5En 1978 se firmó el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) entre Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Suriname y Venezuela.

6Ha continuado la producción académica sobre la importancia estratégica de la región para Brasil, que abarca temas como las propuestas de internacionalización de la región, las interacciones regionales, las presiones internacionales, la política exterior brasileña, los escenarios de conflicto, la soberanía cibernética y geopolítica (Nunes 2015; Gheller et al. 2015; Fuccille 2015; Silva y Ribeiro 2016).

7Se puede destacar aquí una posible conflagración con Argentina, hipótesis que perdería fuerza sobre todo durante la década de 1980.

8El objetivo del Proyecto RADAM era llevar a cabo la detección por radar para la investigación de los recursos naturales en la Amazonía, ampliándose posteriormente a las demás regiones del país (Serviço Geológico do Brasil 2020).

9Curiosamente, 1987 y 1988 fueron los años en que Brasil sufrió las represalias del Gobierno de Ronald Reagan por su Política Nacional de Informática (1984), y en los que compitió con los Estados Unidos en el mercado de los principales carros de combate en Arabia Saudita con el EE-T1 Osório (Hurrell 2013; Farnsworth 1987).

10La información sobre estas transferencias se ha tomado de los sitios web de las respectivas unidades.

111ª Brigada de Infantería de Selva: http://www.1bdainfsl.eb.mil.br/; 16ª Brigada de Infantería de Selva: http://www.16bdainfsl.eb.mil.br/; 2ª Brigada de Infantería de Selva:http://www.2bdainfsl.eb.mil.br/

12El documento “IP 100-3 bases para la modernización de la doctrina del empleo de la Fuerza Terrestre en la Amazonía (Doctrina Gama) - Puerto 054-EME-Res, de 18 de julio de 1997 (1ª ed./1997)” no está disponible para su consulta pública. Sin embargo, sus hipótesis y directrices pueden inferirse de documentos y estudios adyacentes elaborados sobre el tema en el período siguiente, en particular del ECEME.

13Ex comandante del Comando Militar de la Amazonía (1994-1998).

Recibido: 19 de Enero de 2020; Revisado: 25 de Marzo de 2020; Aprobado: 08 de Junio de 2020

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