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Íconos. Revista de Ciencias Sociales

versión On-line ISSN 1390-8065versión impresa ISSN 1390-1249

Íconos  no.62 Quito sep./dic. 2018

https://doi.org/10.17141/iconos.62.2018.3244 

DOSSIER

La configuración del trabajo en el siglo XXI: el mercado Eloy Salmón y los movimientos moleculares del capital

The Configuration of Work in the XXI Century: The Market Eloy Salmon and Molecular Movements of the Capital

A configuração do trabalho no século XXI: o mercado Eloy Salmón e os movimientos moleculares do capital

María Luisa López-Guerrero* 

* Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudiante de la Maestría en Antropología Social, Universidad Iberoamericana, México. mluisagro@gmail.com


Resumen

Los comerciantes de la calle Eloy Salmón, ubicada en la ciudad de La Paz, Bolivia, han sido vistos como una economía “informal” excluida de los circuitos de acumulación de capital global y asociados con pobreza y bajos salarios. La historia de estos comerciantes bolivianos ha estado marcada por procesos de exclusión y marginación de la economía oficial y del aparato estatal boliviano desde su establecimiento en 1952. Se propone -siguiendo el concepto de David Harvey- que los comerciantes de la Eloy Salmón son parte de los movimientos moleculares del capital. Esto debido a que dentro de su organización existen formas propias de institucionalidad, códigos internos entre los comerciantes y prácticas culturales que permiten un anclaje social local así como tejer relaciones con el capitalismo global, creando con ello una “resistencia” frente al Estado.

Descriptores: economía informal; economía popular; movimientos moleculares del capital; comerciantes; Bolivia; capitalismo global

Abstract

The vendors of the street Eloy Salmon, located on the city La Paz, Bolivia, have been perceived as practicing an “informal” economy, excluded from the circuits of global capital accumulation and associated with poverty and low salaries. The history of these Bolivian vendors has been characterized since its establishment in 1952. We propose -using the concept of David Harvey- that the vendors of Eloy Salmon are part of the molecular movements of the capital. This can be explained by observing that in their existing organization they have their own institutional forms, internal codes of exchange, and cultural practices that allow there to be social and local attachments, as well as the fostering of relationships with global capitalism, which creates “resistance” to the State.

Keywords: informal economy; popular economy; molecular movements of capital; vendors; Bolivia; global capitalism

Resumo

Os comerciantes da rua Eloy Salmon, localizada na cidade de La Paz, Bolívia, têm sido vistos como uma economia “informal” excluída dos circuitos de acumulação do capital global e associados à pobreza e aos baixos salários. A história desses mercadores bolivianos tem sido marcada por processos de exclusão e marginalização da economia oficial e do aparato estatal boliviano desde a sua criação em 1952. Propõe-se -seguindo o conceito de David Harvey- que os comerciantes da Eloy Salmón são parte dos movimentos moleculares do capital. Isso devido a que dentro da sua organização existem formas próprias de institucionalidade, códigos internos entre os comerciantes e práticas culturais que permitem uma ancoragem social local e tecem relações com o capitalismo global, criando assim uma “resistência” frente ao Estado.

Descritores: economia informal; economia popular; movimentos moleculares do capital; comerciantes; Bolívia; capitalismo global

Introducción

La siguiente investigación es de carácter antropológico y económico sobre la calle Eloy Salmón, una de las calles comerciales más importantes de La Paz. En este mercado, se ofrece todo tipo de aparatos electrónicos, línea blanca y electrodomésticos. Sin embargo, el comercio en la Eloy es, como lo relata Rossana Barragán (2006), un comercio en las calles: en tiendas instaladas en casas, vitrinas y puestos en las aceras. Las mercancías que centran esta investigación son los videojuegos y celulares, que es realizada por los comerciantes y no por las empresas productoras. Además de estas características, la venta es en efectivo y existe el regateo, por lo que se lo coloca dentro del concepto de trabajo “informal”. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2014 estimó que la proporción del empleo “informal” en Bolivia alcanza el 75,1% de la población empleada (OIT 2014).1 Esta proporción proviene de una serie de procesos históricos y políticas estructurales hacia dentro de Bolivia a finales de la década de 1970 y durante la de 1980 con las políticas neoliberales que determinaron una nueva configuración laboral al margen del Estado y de la economía “formal”.

Frente a estas formas de conceptualizar el trabajo, a finales del siglo XX han surgido diversas propuestas para visibilizar sus prácticas y el papel tan importante que juegan estos actores en la economía nacional: globalización desde abajo (Alba et al. 2015), movimientos moleculares del capital (Harvey 2007) y “economía popular” (Tassi et al. 2014; Tassi et al. 2013; Arbona et al. 2016; Tassi et al. 2012) frente al “trabajo informal”.

En el caso de los comerciantes de la Eloy Salmón, es el concepto de “economías populares” el que más ha sido utilizado para rescatar la especificidad de sus prácticas. Antropólogos como Nico Tassi et al. 2014; Carmen Medeiros (Tassi et al. 2013); Juan Manuel Arbona et al. 2016, entre otros, lo han retomado para acercarse al real funcionamiento de estos agentes económicos en pleno siglo XXI. El concepto de “economía popular” trata de romper la visión de estos comerciantes como economías informales y reconocerles su capacidad de negociación con el capitalismo global.

Sin embargo, a partir del análisis de los datos obtenidos en el trabajo de campo que realicé en 2017, puedo señalar que el concepto “economía popular” oculta una realidad más amplia y compleja. El trabajo “informal” y “la economía popular” surgen para explicar una forma de organización del trabajo a finales del siglo XX. La propuesta de este artículo va más allá de estos conceptos; se asume que esta economía es una economía capitalista, principalmente por la búsqueda individual de la riqueza y por la capacidad de estos actores en reinvertir constantemente su capital, pero bajo el funcionamiento y organización propia de los actores, por lo que se decide utilizar el concepto de movimientos moleculares del capital de David Harvey (2007). Dicho concepto permite ver una economía bajo la lupa del capital pero con identidad propia, nacional y étnica. Para las estructuras de poder y la oligarquía boliviana, este tipo de economía es “informal”, ilegal y no forma parte de los circuitos regulados por el Estado.

El objetivo de este trabajo es mostrar que los sectores del comercio en la Eloy Salmón provienen de un origen campesino indígena con un pasado de explotación, exclusión y marginación histórica, cuyos orígenes se pueden encontrar en una etapa anterior a la Revolución nacional de 1952 mediante, principalmente, del pongueaje.2 Una vez iniciado el desarrollo de esta economía de indígenas campesinos desde la década de 1950, las políticas neoliberales que aplicó el Estado boliviano en la década de 1980 provocaron el crecimiento del comercio “informal”. Por lo tanto, estos sujetos representan una “resistencia” (para ellos el comercio representó en esos momentos empleo e ingresos para sus familias) al Estado que, al margen de él, han encontrado condiciones que les permiten una mejor calidad de vida y estabilidad económica. Tal afirmación fue manifestada por ellos directamente.

La calle Eloy Salmón

El comercio de celulares y videojuegos es exclusivo de un sector de comerciantes en la ciudad de La Paz, no se encuentran en un centro comercial, en un supermercado o en algún establecimiento oficial de la marca (el cual no existe); su venta se realiza en las calles. La calle Eloy Salmón es el espacio comercial más confiable para adquirir estas dos mercancías. 3Ubicada en el macrodistrito comercial Max Paredes en la zona centro oeste de la ciudad, 4 la calle le debe su nombre al compositor de la música del himno paceño, Eloy Salmón Ampuero. Por su expansión y crecimiento, es considerado un espacio comercial y cultural de la ciudad donde además de vender mercancías como aparatos electrónicos, línea blanca y electrodomésticos, 5 también es un espacio donde se desenvuelve la vida cultural y tradicional de la ciudad: en ese espacio se llevan a cabo los ensayos de la Entrada Folklórica del Gran Poder”. 6 El espacio comercial de la Eloy Salmón abarca seis cuadras y está integrada por 800 comerciantes afiliados y 50 vivanderas. 7

La actividad comercial se inició en 1952 con el asentamiento de 20 familias provenientes principalmente del pueblo de Taraco y de otros pueblos como Charazani, localizados en el altiplano paceño (Müller 2015) -entre la ciudad de La Paz y el Lago Titicaca-; migrantes indígenas y campesinos que se desplazaron por la situación de explotación y pobreza en la que vivían buscando mejores oportunidades de vida.

Previo a la Revolución nacional, Bolivia era un país predominantemente rural, con fuertes problemas arraigados al campo: tan solo el 6% de los terratenientes poseía el 92% del total de las tierras cultivadas; los indígenas tenían que abastecer a los terratenientes con semillas, herramientas, animales e incluso eran los indígenas quienes tenían que transportar los productos (Klein 2015). El pongueaje o la obligación de los indígenas a prestar servicios personales al hacendado era un requisito impuesto sobre ellos, obligando a que sus hijos estuvieran sometidos a trabajar bajo esas condiciones -una de las causas de la migración del campo a la ciudad-. Las condiciones tan precarias en las que vivían los trabajadores indígenas del campo eran exacerbadas por la discriminación étnica y cultural fuertemente afianzada en la clase alta blanca boliviana, por lo que muchos migraron a las ciudades. 8

En 1957, las familias Yupanqui, el señor Saavedra, la familia Cañaviri, el señor Tarquino, la familia Mercado, entre otras, fundaron la Asociación de Comerciantes de la Eloy Salmón y Afines (ACESA). En sus inicios se establecieron sobre la calle en tarimas y posteriormente lograron comprar las casas donde actualmente venden las mercancías. En su mayoría vendían máquinas de coser y máquinas de escribir, de ahí que se los conozca a los comerciantes de esta zona como los maquineros, aunque también vendían radios, zapatos y bicicletas. Poco a poco los comerciantes ya establecidos en la Eloy enviaron por sus familiares que se habían quedado en sus pueblos de origen empleándolos y conformando consorcios familiares; posteriormente, debido al crecimiento en la producción de bienes de consumo en países desarrollados, estos comerciantes ampliaron su mercado y finalmente se consolidaron por el impacto de las políticas estructurales de la década de 1980 que vinieron a incrementar el trabajo “informal”. Estos comerciantes forman parte de la configuración del trabajo a finales del siglo XX denominado trabajo informal.

La configuración del trabajo en el siglo XX: el trabajo informal

A finales de la década de 1970, el trabajo a escala global tuvo una configuración que lo alejó de la industria y de la “formalidad” (Gayosso 2008), esa nueva configuración del trabajo fue denominada como trabajo informal. En 1972, la OIT utilizó el concepto de trabajo informal por primeva vez para explicar este proceso de reconfiguración del trabajo a nivel global en plena crisis económica:

Suelen no estar organizados y, por esta y otras razones, generalmente no están en condiciones de reclamar sus derechos. Los lugares de trabajo pueden ser inseguros e insalubres, con peligros graves que a veces ponen en riesgo sus vidas. A pesar de las largas jornadas laborales, la productividad y los ingresos suelen ser bajos (OIT 2002, 2).

Esta definición se enfoca en trabajos dentro de la industria y la producción, sin embargo, también abarca pequeños comerciantes y vendedores ambulantes. Descrito también como la agrupación de subempleados asentados en las calles de las grandes ciudades, entre sus principales características se encuentran: facilidad de entrada, dependencia de sus prácticas culturales, propiedad familiar, operación a pequeña escala, competencias adquiridas fuera de la instrucción escolar y mercados no regulados y competitivos (OIT 1972). Además, este tipo de trabajo está relacionado con bajos ingresos y condiciones insalubres de trabajo y sin seguridad social ni de una empresa ni del Estado; considerado un obstáculo al crecimiento económico por los sueldos tan bajos, mano de obra no calificada y actividades no vinculadas con la esfera gubernamental (OIT 2002).

Posterior a 1972 se desarrollaron diferentes discusiones en torno al trabajo informal, las cuales continuaban representando concepciones homogéneas del trabajo que llevaban a debates desarrollistas y universales (de la Garza 2009; Portes y Haller 2004; Hart 1973). Este concepto se ha utilizado a escala global para referirse a los trabajadores que están al margen de la economía “formal” y del desarrollo capitalista (OIT 2002); entre sus filas se encuentran los comerciantes de la Eloy Salmón.

Con la crisis de la década de 1970 comenzó en Bolivia un proceso de desestabilización económica que impactó principalmente en los trabajadores, pero en la década de 1980 las condiciones laborales se fracturaron a partir de las políticas estructurales neoliberales: cayeron los salarios, aumentó el despido laboral y toda esa fuerza de trabajo desempleada fue trasladada hacia el trabajo “informal” en Bolivia (Molero 2009). Los desempleados y desocupados en busca de mejores oportunidades de empleo recurrieron a las filas de este sector. Este proceso se ubica dentro de las configuraciones del trabajo a finales del siglo XX.

El desempleo provocado por estas políticas relocalizó a los trabajadores y se inauguraron nuevas formas de trabajo en Bolivia: “Se originó así un mayor desarrollo de las actividades informales, las que constituyen una opción para absorber excedentes de mano de obra” (Afcha et al. 1988, 21). Aparecieron nuevas formas de relacionarse laboralmente que eliminaron la relación de la fuerza de trabajo con el Estado y el sector privado: “La destrucción masiva de empleo tanto en el sector público como en el privado, que estudiamos en el primer apartado, provocaría la aparición de un nuevo esquema de relaciones laborales que incorpora la informalidad como mecanismo sistematizado” (Molero 2009, 155). De la disminución de la oferta laboral de las grandes empresas y del sector público9 devino la creación de nuevos establecimientos artesanales y gremiales “informales”, los cuales generaron el 80% de los nuevos trabajos en Bolivia (Molero 2009).

Algunos datos sobre el sector “informal” indican que el comercio creció exponencialmente: de 79 702 comerciantes a 147 718 en 1986 (Afcha et al. 1988). Es decir, durante un período de seis años se duplicó el número de comerciantes “informales” bolivianos por las políticas nacionales para contrarrestar la crisis, por el desvanecimiento de la presencia del Estado en la economía y por los factores internos de la propia organización de los comerciantes.

De la economía popular a los movimientos moleculares del capital

La generalidad del concepto de trabajo informal deja fuera las características que el trabajo ha desarrollado a escala nacional y local que en el caso de los comerciantes de la Eloy Salmón son: el elevado nivel de ingresos que obtienen en sus transacciones, comerciantes que agrupan un mercado competitivo y que se organizan y comercializan bajo códigos propios, una constante reinversión del capital, relaciones estrechas con el capital global y retenedor de fuerza de trabajo.

En el intento de rescatar ese pluralismo económico boliviano, el concepto de “economía popular” se plantea como una oposición a la “informalidad”. De acuerdo con Nico Tassi et al. 2015, la “economía popular” deviene de la propia realidad boliviana; es un concepto empleado por ellos mismos:

El término de popular es un término emic,10 no es un término fabricado intelectualmente para encerrarlos en una categoría, es un término que viene de las mismas personas con las que trabajamos y que se identifican con ese término, se identifican como populares, en el sentido de tener unos referentes sociales, simbólicos, culturales, a menudo nacionales, a menudos locales, y en esto se diferencian tanto de ciertos sectores, de cierta clase media urbana, de ciertos jailones, 11 de otros sectores urbanos (Tassi et al. 2015, minuto 51’19’’).

La “economía popular” es el resultado de una crítica al concepto de trabajo informal por su fuerte arraigo con los discursos de modernidad e integración social y económica, además, trata de rescatar una metodología y nuevas formas de describir la actividad de estos agentes que provienen de una larga lucha de exclusión y marginación: “Generalmente, se trata de un sector con bajos niveles de escolarización que tradicionalmente había sufrido un proceso de exclusión desde los organismos e instituciones oficiales, ya sean estatales, universidades o colegios profesionales” (Tassi et al. 2013, 8).

Los sujetos que caracterizan a la “economía popular” son emprendedores indígenas que juegan un papel clave en la articulación de un mercado con anclaje local y familiar y que se articulan de tal forma que provocan encadenamientos de largo alcance fuera de sus fronteras y con baja instrucción escolar; actualmente constituyen una nueva clase política y económica en el país (Tassi et al. 2013). De hecho Nico Tassi los describe como una “clase alta no burguesa”: sujetos que no persiguen la acumulación individual, sino que constantemente están distribuyendo la riqueza en mecanismos culturales y colectivos debido al postulado de la abundancia y de la redistribución de la riqueza; postulados que provienen de sus creencias religiosas aimara (Tassi 2010).

Sin embargo, es importante señalar que la connotación de “popular” es cuestionada por los mismos comerciantes y por algunos académicos (Rea 2016; Tassi et al. 2015). Aparece como un término que niega una realidad que involucra al Estado contra los comerciantes: ¿cómo entender que hay tanta gente laborando en estas actividades “marginales” y “clandestinas” y que a la vez tengan una aproximación tan exitosa a la economía?

Los conceptos de “economía popular” y de “informalidad” los restringen a una categoría de “emprendedores” y de “subempleados en las calles”, por lo que parece una nomenclatura insuficiente para describir a los comerciantes de la Eloy, ya que las generalizaciones que se establecen ocultan algunas particularidades sobre su naturaleza capitalista, sobre la existencia de las clases sociales y sobre la configuración social, la no autoidentificación indígena en muchos de los comerciantes y la negativa de estos sujetos de incorporarse al Estado por ser el resultado de una historia que los ha negado por su pasado.

Por ello, para este trabajo fue necesario ver a estos comerciantes como parte del proceso de acumulación de capital y no como economías indígenas o debajo de alguna estructura económica, donde sí acumulan y reinvierten constantemente en capital, lo que los convierte en agentes capitalistas pero negados por el Estado por la naturaleza de sus actividades consideradas al margen de la ley. De acuerdo con David Harvey, para el Estado es preferible tener instituciones legales y reglas de juego reguladas por él, los sujetos que se desarrollaron en entornos donde el Estado no los reconoce y que no acepta la forma en la que realizan sus operaciones comerciales son los actores de los movimientos moleculares del capital (Harvey 2007), de ahí que tengan que protegerse a sí mismos a partir de códigos propios y de sus instituciones internas: crean sus propias reglas de juego.

Era necesario encontrar un concepto que describiera, al menos parcialmente, el tipo de economía que realizan estos comerciantes: el concepto de los movimientos moleculares del capital de Harvey (2007) da cuenta de la complejidad del trabajo a un nivel más étnico, cultural y local. Para el autor, la heterogeneidad del trabajo a escala local depende en parte del rumbo del neoliberalismo y del desarrollo del capital que así mismo dependen de las características propias de cada país, tanto culturales, geográficas, históricas y económicas:

El disparejo desarrollo geográfico del neoliberalismo, y su aplicación parcial y asimétrica de un país a otro, testimonia de su carácter vacilante y de las maneras complejas en las que fuerzas políticas, tradiciones históricas, y configuraciones institucionales existentes influyeron todas en por qué y cómo el proceso ocurrió realmente en el terreno (Harvey 2008, 7).

El proceso desigual de la aplicación de las políticas neoliberales trajo de igual manera el desarrollo de sujetos diferentes entre cada país que, al margen de los marcos legales, desarrollaron una forma propia de hacer economía. Los agentes de los movimientos moleculares del capital se originaron en la acumulación de capital bajo contextos históricos y culturales propios perfilándose en direcciones diferentes: redireccionando el curso del capitalismo hacia dentro de los países. Podríamos decir sobre la idea anterior de Harvey que se va reconfigurando el trabajo:

Los mercaderes y comerciantes pueden sobrevivir estableciendo sus propios códigos de honor y de acción (como siguen haciendo los cambistas callejeros en gran parte de Oriente Próximo). Desarrollan redes de confianza entre ellos -basados en relaciones familiares y de parentesco, como los Rothschild en el siglo XIX- y emplean su propia violencia -como han hecho con frecuencia los mercaderes capitalistas- dentro de o contra el poder del Estado, para proteger sus propiedades y negocios frente a la amenaza de fuerzas antagónicas o poderes estatales. Pueden optar por violar las leyes cuando los poderes estatales les son hostiles (como en el caso de muchos países ex comunistas) o indiferentes a sus actividades […]. Los procesos moleculares de acumulación de capital pueden crear y crean sus propias redes y marcos espaciales de muy diversas formas, utilizando como vehículo las relaciones de parentesco, los vínculos religiosos o étnicos, las diásporas o códigos lingüísticos en intrincadas redes espaciales de actividad capitalista que operan independientemente de los marcos o poderes estatales (Harvey 2008, 81).

El concepto de los movimientos moleculares del capital facilita el estudio de la configuración del trabajo a finales del siglo XX a escala local a partir de -como cita Harvey- redes, códigos propios y marcos internos mediante relaciones de parentesco, religiosas y étnicas que operan al margen del Estado. En el caso de los comerciantes de la Eloy Salmón, se encontraron características propias de sujetos capitalistas tales como: acumulación individual de la riqueza; búsqueda del incremento de sus ganancias; constante reinversión del capital; códigos propios basados en el postulado de la reciprocidad aimara ayni,12 principio ubicado en un legado económico y social aimara por medio de contratos orales; instituciones internas como el pasanaku13 y organización interna familiar y fraternal que se presentan dentro de los procesos económicos.

A continuación se describirán estas características que los conforman como los sujetos de los movimientos moleculares del capital; esta sección se dividirá en dos partes. Por un lado se explicarán las características que los conforman como sujetos capitalistas y en la segunda parte se desarrollarán las características internas y su relación con el capital global: esos códigos propios que señala Harvey.

Comercio y acumulación en la Eloy Salmón: venta al detalle capitalista

La venta que se realiza en la Eloy Salmón es principalmente “la venta al detalle”, esto es, minoristas que venden mercancías de una en una al consumidor final. La venta al detalle es el último eslabón de la cadena de comercialización en Bolivia; la cadena es la siguiente: los viajeros comerciantes, 14 el primer eslabón, que ingresan al país la mercadería comprada al exterior de Bolivia; los mayoristas que muchas veces también son los viajeros comerciantes; y al final, los vendedores al detalle que adquieren sus mercancías de los mayoristas. La venta al detalle de las mercancías se exhibe en vitrinas, puestos y tiendas. La vitrina y el puesto son los niveles más bajos de venta, en ellos se puede vender un total de hasta 5 mil dólares; si se llena una vitrina de un metro por dos metros, se puede llegar a tener de pura mercancía en exhibición para el caso de celulares, hasta 10 mil dólares. Pero una tienda con clientela regular puede estar manejando de 50 mil dólares a 100 mil en pura exhibición. Esto habla de la cantidad tan alta de efectivo que se maneja en este espacio.

El nivel de ventas no es igual para todos los comerciantes de celulares y videojuegos, hacia dentro de ellos existen niveles en cuanto a la cantidad de mercancías que venden y sus ganancias, por lo que se establece que hay dos tipos de reproducción de capital en estos comerciantes. Lo que hace que el monto de la ganancia sea diferente para cada comerciante es el monto de inversión que realizan: por un lado están los vendedores al detalle minoristas -reproducción simple- y por el otro los vendedores al detalle capitalistas15 -reproducción ampliada-. Los minoristas son comerciantes que no reinvierten para comprar más mercancías, solo venden lo que tienen en sus vitrinas y cuando se les termina compran más, generalmente son personas de edad avanzada que no conocen sobre las nuevas tecnologías y venden en menores cantidades. La ganancia que obtienen con esta actividad la consumen, pero no incrementan el monto de inversión, con lo que el capital que invierten permanece constante. A diferencia de los minoristas, los comerciantes al detalle capitalistas reinvierten mayores montos de capital y adquieren más mercancías; arriesgan sus ganancias en una mayor inversión, piden préstamos al banco o mediante mecanismos de financiación interna como el pasanaku para hacer crecer su negocio e introducen nuevas tecnologías al mercado: la ganancia de los vendedores al detalle capitalista aumenta de forma creciente.

La ganancia de los comerciantes de celulares y videojuegos se utiliza en el pago de la renta, en el pago de salarios en el caso de contratar trabajadores, para mantener a su familia, en pagar la mercancía a los mayoristas, en reinvertir en más capital mientras que el sobrante -que sí hay- lo resguardan en su casa (casi no acuden a instituciones bancarias oficiales). Don Daniel, actual presidente de la ACESA, estima que el 70% de los que ahí trabaja antes eran empleados (entrevista a don Daniel, 18 de abril de 2017. Con el paso de los años, ahorraron lo suficiente y/o pidieron préstamos al banco o mediante el pasanaku, y lograron convertirse en dueños de tiendas o en comerciantes al detalle capitalista, lo que habla de la capacidad de este mercado de generar excedente monetario dedicado al ahorro y a la reinversión. A esa capacidad del mercado de ofrecer mejores condiciones laborales la denominan el “arte de hacer plata sin plata”; este arte se caracteriza por el trabajo intenso, la capacidad de ahorro, los préstamos internos como el pasanaku y la relaciones laborales hacia dentro de su organización.

El comercio al detalle está estructurado en tres generaciones: la primera es la de los fundadores, campesinos indígenas del altiplano paceño que hablaban aimara o quechua y eran principalmente católicos; la segunda generación son sus hijos, que nacieron en este mercado y vivieron el proceso de consolidación de este mercado, esta generación tuvo la oportunidad de estudiar y de ejercer su ciudadanía, 16 pero por los problemas de racismo y rechazo social perdieron, en algunos casos, la lengua indígena de sus padres; la tercera generación es la de sus hijos que gozaron de un poder adquisitivo mayor, mejores oportunidades tanto escolares como laborales, muchos de ellos son licenciados e ingenieros, en su mayoría no se autoidentifican como indígenasy muchos otros no practican la religión católica. Otra parte del comercio está conformado por oleadas de desempleados y desocupados del sector privado y público en la década de 1980, con bajos niveles escolares que encontraron en este mercado la oportunidad de obtener mejores ingresos.

A pesar de las sanciones impuestas por el gobierno sobre sus ventas consideradas al margen de la ley como el no emitir factura de venta, el no contar (en algunos casos) con permisos de comercialización y la introducción de las mercancías ilegalmente, se afianzan a este mercado que, de acuerdo con ellos, les ha dado todo: “Quién va a emplear a nuestros hijos que estudiaron una carrera universitaria y no encuentran un mejor trabajo, por ello tuvieron que venir a la Eloy a trabajar, aquí hay muchos licenciados e ingenieros que prefirieron dedicarse al comercio, aquí les va mejor” (entrevista a don Daniel, 4 de mayo de 2017). Profesionistas, jóvenes, padres de familia, señores mayores; es un mercado incluyente y plural pero lo que los une a todos es la capacidad del mercado de ofrecer otra calidad de vida por la capacidad de este sector de generar excedente dedicado al ahorro y a la reinversión.

Por la extensión del texto, hablaremos de un caso en particular de los comerciantes al detalle capitalistas de los tantos casos que se dan en el mercado de la Eloy Salmón. Andrés entró al negocio a los 23 años de edad, estudió una Licenciatura en Ingeniería Comercial e ingresó a trabajar en una empresa, la cual dejó por los bajos salarios que percibía e ingresó a trabajar al negocio de su padre, don Carlos, en la venta de videojuegos; 10 años después no ha regresado al sector privado ni al trabajo “formal” dadas las ganancias que ha obtenido en este sector. Es llamado por algunos “el Padrino de los videojuegos” por la cantidad de consolas que adquirió alguna vez de los mayoristas. Junto con su padre, vendían en toda la casa de su tía María donde actualmente Andrés tiene su tienda. Hace más 10 años eran de él y de su padre todas las tiendas y puestos de la casa y vendían videojuegos, celulares y televisores, en esa época llegaron a tener ocho empleados. Sin embargo, con la crisis de 2008 provocada por el aumento de los precios de los hidrocarburos, 17 tuvieron que seccionarse y quedarse únicamente con una tienda y un puesto en el que don Carlos vende videojuegos piratas y repara consolas. Andrés, para continuar con el negocio, ha pedido tres préstamos al banco y además maneja el sistema de financiación pasanaku de su tía María. Andrés es uno de los vendedores de videojuegos más importante de la calle, al día vende en promedio 300 dólares. Su ganancia la junta con la de su padre y la utiliza para mantener a su familia, pagar la renta, reinvertir el excedente en el negocio y una parte para gastar él mismo: se compró una camioneta Nissan y está pensando en comprar un departamento. Con su familia han viajado dos veces a México y en sus viajes solo manejan efectivo.

Así como ellos, la mayoría de los comerciantes a lo largo de los años, por su capacidad de generar ahorro junto con los mecanismos de financiación, han logrado convertirse en los dueños de los establecimientos comerciales o convertirse en vendedores al detalle capitalistas.

Los comerciantes al detalle de la Eloy Salmón adquieren la mercancía de los mayoristas. La gran parte de ellos se encuentra en las calles Huyustus o en la calle Buenos Aires. Estas calles se encuentran a unas cuadras de la Eloy Salmón. A la Huyustus recurre Andrés para adquirir los videojuegos y en la Buenos Aires acude una mayoría de vendedores de celulares, ahí están los principales mayoristas y viajeros comerciales. Los vendedores al detalle son parte fundamental en la circulación de la mercancía y en el proceso de acumulación de capital debido a que las mercancías estancadas y almacenadas de los comercios mayoristas son, en las manos de los vendedores al detalle, la forma en la que se realizan. Los vendedores al detalle permiten, tanto a la empresa productora como a los mayoristas y viajeros comerciales, que la venta no se vea interrumpida.

A continuación se desarrollarán las características internas como sus códigos propios e instituciones, características que los configuran como los sujetos de los movimientos moleculares del capital.

Códigos propios de los movimientos moleculares del capital

El principio de la reciprocidad ayni es el principal código interno de los comerciantes de la Eloy Salmón. El principio de reciprocidad aimara ayni es un sistema familiar de reciprocidad de trabajo o productos y dinero. El ayni es “ayuda mutua, más frecuentemente en forma de trabajo, pero también en diversos servicios o préstamos. Cada vez la devolución debe ser equivalente en calidad y cantidad” (Rivière 1994, 94).

La reciprocidad es un principio utilizado hacia dentro de las sociedad aimaras, mientras que hacia afuera se realiza el intercambio (Gallardo 2013). Este principio aimara de reciprocidad es un principio de ayuda mutua por medio de otorgar favores en forma trabajo, proveniente de la cultura aimara. El ayni es independiente de la contratación de trabajadores, a los cuales sí se les paga por una jornada laboral.

Se da principalmente por medio del compadrazgo y fraternalmente; también aparece entre la familia, pero bajo la función de reproducir el capital. La base de la reciprocidad es la confianza. Gracias a este principio se establecen contratos orales basados en la confianza para el intercambio de trabajo, dinero o mercancías. Expondré dos ejemplos del ayni para saber cómo operan estos códigos hacia dentro de la organización comercial de la Eloy Salmón:

Don Carlos comenzó el negocio de videojuegos hace 30 años cuando sus hijos eran pequeños. Un proveedor le dejó 20 cajas de Nintendo y el proveedor se fue, sin dinero y sin ningún documento a cambio de las cajas (ayni). Cuando don Carlos vendió las cajas, el proveedor volvió por su pago y le pidió que trajera más (ayni). Así incursionó en el negocio de los videojuegos, negocio que hasta la fecha se mantiene gracias a las relaciones de confianza del principio de reciprocidad ayni.

Arturo, por su parte, se abastece de los mayoristas de la calle Buenos Aires. Arturo acude con su proveedor mayorista y le pide la mercancía, el proveedor se la entrega a cambio de una promesa de pago oral (ayni); al pasar de unos días el proveedor irá por su ganancia porque Arturo ya vendió el celular (ayni). El vendedor al detalle promete a cambio de la mercancía que recibe sin ningún documento de por medio o firma, vender la mercancía que el mayorista tiene almacenada y que en vez de venderla él mismo la intercambia en forma de reciprocidad.

La reciprocidad por medio de relaciones de confianza constituye el principal código interno entre mayoristas y minoristas, realizando con ello la venta de la mercancía18 y el “arte de hacer plata sin plata”.

La institución tradicional más afianzada entre los comerciantes es el pasanaku, principalmente es un mecanismo de financiación y préstamo de dinero interno de su organización; a cambio del préstamo se va pagando diariamente con un interés muy bajo (en algunos casos es del 3%). La ventaja de este mecanismo de financiación es que todos los días el prestamista pasa a las tiendas a recoger la cantidad diaria, que es mínima.

Este mecanismo lo han adecuado perfectamente a sus actividades comerciales y constituye una forma de financiación que muchos comerciantes prefieren. Se utiliza un cartón con el número de días que se va a estar cobrando y cada día el prestamista del pasanaku pasa y tacha un día menos del cartón. El pasanaku es una institución financiera aimara que permite tener una relación más estrecha entre una institución financiera y el comerciante. Gracias al pasanaku, muchos vendedores al detalle minoristas se han convertido en vendedores al detalle capitalistas, y muchos vendedores al detalle capitalistas que pueden acceder a financiamientos “oficiales” siguen recurriendo al pasanaku.

La organización familiar y fraternal es la que se presenta dentro de los procesos económicos de los comerciantes. La cadena de comerciantes que mencionamos anteriormente de viajeros comerciales-mayoristas-venta al detalle opera desde un anclaje local económico que se articula a partir de encadenamientos familiares, compadrazgos y fraternales en toda la economía boliviana y hacia fuera. Son esas relaciones las que articulan toda la circulación de la mercancía.

La característica más importante en este encadenamiento es el establecimiento de consorcios familiares que, aunado a los principios de reciprocidad con compadres y amigos, hacen funcionar este mercado. Cada familiar se especializa en una parte del proceso de circulación de la mercancía. Por ejemplo, la madre se encarga de la compra de la mercancía al exterior de Bolivia, mientras uno de los hijos se encarga de la venta al mayoreo y otro de los hijos se encarga de la venta al detalle. De esa forma operan muchas de las familias en el comercio boliviano, lo que permite que la circulación de la mercancía no se interrumpa. 19

Finalmente, la relación con el capital global se da bajo los propios términos de los vendedores al detalle. La venta de celulares es el más claro ejemplo de cómo operan los vendedores al detalle y su relación con el capital global. Samsung y Huawei no venden ningún celular, no pueden hacerlo porque el mercado ya está constituido y, de hacerlo, tendrían que vender los celulares a un precio mayor, pues al ser empresa “formal” tendrían que pagar los impuestos establecidos por la ley. Por ello, la manera de operar el capital global con los comerciantes de la Eloy es de cooperación. A continuación, ejemplificaré esta situación.

En la tienda que comparten Arturo y Andrés, por un lado se venden videojuegos y del otro, los celulares. La parte de la tienda donde se ofertan celulares está ocupada por un mueble que instaló Samsung: tres vitrinas con focos de luz neón, dos pantallas planas de 60 pulgadas para proyectar vídeos promocionales y una pequeña “zona de experiencia” con tres celulares Samsung que el cliente puede manipular. Esta es la única presencia que tiene Samsung en el mercado paceño: la de promocionar la marca, otorgar garantía y capacitar personal para que vaya a las tiendas a interactuar con el cliente y dar una mayor confianza sobre los productos, acelerando con ello la venta de las mercancías. Firman contratos con los dueños de casa para pintarlas y promocionar la marca, llenan la tienda de propaganda y dan promociones a los comerciantes. En el caso de los celulares, a los consumidores se les otorga una garantía avalada por la empresa productora.

Tal es la importancia de este comercio para la empresa transnacional que el gerente coreano de Samsung a nivel regional visitó la tienda de Andrés y de Arturo así como otras tiendas para conocer el estado de exhibición de sus mercancías, y constantemente los visita también el gerente a nivel Bolivia. 20

Estas empresas, al no encargarse de la venta, ahorran en gastos de comercialización21 (algunos comerciantes cuando se quejaban sobre su esquematización como contrabandistas afirmaban que Samsung o Huawei eran cómplices del contrabando), alquiler de tienda, el pago de servicios de luz y agua y la contratación de empleados. Estos comerciantes son útiles a Samsung en el sentido de que permiten que la venta no se vea interrumpida. Sin embargo, son los comerciantes quienes marcan la pauta sobre la forma en la que la empresa transnacional trabaja; ellos controlan la forma y el momento en que la empresara actúa: Samsung en este caso está al servicio de los comerciantes.

Consideraciones finales

Los comerciantes de la Eloy han dotado de un nuevo sentido al comercio y la acumulación de capital debido a sus prácticas culturales internas ancladas en un pasado indígena. Estos comerciantes han configurado un mercado interno con características tan peculiares que en una economía “formal” y “racional” no operarían, tales como la promesa de pago oral mediante reciprocidades, lo que permite vislumbrar que existen formas alternas al funcionamiento de la acumulación de capital de orden unilineal, donde sus tradiciones y prácticas culturales dan al comercio y a la economía de un sentido totalmente único y singular que hace repensar las ideas de “formalidad” y subdesarrollo sobre el comercio en las calles como parte de los movimientos moleculares del capital. Este comercio en la venta de celulares y videojuegos es lo que hay y, como diría el periodista boliviano Álvaro Zuazo, “qué más formal que ésta informalidad” (entrevista con Álvaro Zuazo, 24 de mayo de 2017).

La importancia de estos actores para el crecimiento del país se debe a que permiten y aceleran la circulación del dinero; emplean a una parte importante de la población; ofrecen una mejor calidad de vida; fungen como válvula de escape para un consumidor que quiere obtener las mismas mercancías que la clase social alta a precios accesibles; permiten que los consumidores que no tienen acceso a mercados internacionales puedan adquirir esas mercancías y controlen el mercado interno de La Paz. La forma en la que estos actores operan en relación con el capital global marca una pauta en cuanto al entendimiento teórico de la acumulación de capital: aquí son los comerciantes locales quienes, bajos sus propias reglas, delimitan el actuar del capital transnacional. Se propone ver a estos comerciantes, con sus prácticas culturales, sus instituciones y sus códigos internos como una resistencia al Estado justificada en la historia de exclusión de los orígenes y desarrollo de estos comerciantes; además, representa una alternativa frente al rumbo de la globalización y la reproducción del capitalismo.

Lo valioso es que, dentro de estas formas múltiples de actuar desde lo colectivo a lo individual, se encuentra la resistencia económica. Una resistencia a trabajar en actividades “formales” tanto del Gobierno como en el sector privado, como una respuesta a la falta de oportunidades laborales que mejoren su calidad de vida. Ante la ausencia de conceptos o la incapacidad de explicar el proceso de configuración laboral, proponemos retomar el de movimientos moleculares del capital de Harvey como una forma de aportar a la antropología económica alternativas conceptuales que permitan el análisis a escala local y para entender la economía con matices étnicos y culturales específicos.

Estos movimientos moleculares de la acumulación de capital son los que estructuran la economía del espacio del capital y orientan el capital en diferentes direcciones; es lo que hace que el capitalismo se configure de una forma peculiar en determinado tiempo y espacio, donde sus actores encuentran formas propias y particulares de intervenir y reproducir la acumulación de capital.

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Entrevista a Álvaro Zuazo, Sopocachi, 24 de mayo de 2017. [ Links ]

1De acuerdo con CEDLA 2017, tres de cada 10 bolivianos que trabajan son empleados en el comercio informal.

2El pongueaje es la obligación de los indígenas a prestar servicios personales al hacendado, además de abastecerlos con semillas, herramientas y animales. Eran los indígenas quienes incluso tenían que encargarse de la transportación de estos productos (Klein 2015).

3A pesar de que también se comercializan en otras calles como la Huyustus y la calle Buenos Aires.).

4La principal actividad del macrodistrito Max Paredes es la comercial (CMP 2009). “Este dato reafirma el carácter histórico y cultural y la tradición de la venta de productos en esta zona” (Pereira 2015, 5).

5Se ofertan televisiones, computadoras, bocinas, celulares, cámaras fotográficas, radios, videojuegos; además de aparatos de línea blanca y electrodomésticos como refrigeradores, estufas, lavadoras, hornos microondas, licuadoras, batidoras, cafeteras; películas piratas, carcasas para celulares, vidrios templados, despertadores, cables eléctricos, conexiones eléctricas, aparatos de ejercicio; se ofrecen también servicios de reparación técnica de celulares, computadoras y cámaras fotográficas, exhibidos en vitrinas, puestos, tiendas y galerías.

6La Entrada Folklórica del Gran Poder es la fiesta más importante de la ciudad de La Paz, celebrada en honor al Señor Jesús del Gran Poder (Himpele 2003).

7Las vivanderas en su mayoría son mujeres: 47 mujeres y tres hombres se encargan de la venta de todo tipo de comestibles, almuerzos, frutas, bebidas, postres y realizan la venta ambulante en las calles.

8La ciudad de La Paz a lo largo del siglo XX aumentó su población exponencialmente, principalmente por las oleadas migratorias del campo de indígenas campesinos: en 1900, La Paz tenía una población de 60 mil habitantes; de 1942 a 1950 ya eran más de 300 mil; con la reforma agraria los campesinos liberados ampliaron aún más la mancha urbana y en 1976 la población de La Paz era de 654 mil habitantes (Albó 2009).

9Con la aprobación del Decreto Supremo 21060 (DS 1985) el 29 de agosto de 1985, se inició un período que duró 20 años de políticas neoliberales en el país. La principal repercusión de estas políticas fueron contra el trabajador, la secuencia del proceso fue crisis, ajuste y salario: “El ataque a las condiciones de vida de los trabajadores, pasando previamente por la liquidación de las empresas públicas bolivianas” (Molero 2009, 143).

10Emic es una categoría lingüística para construir conocimiento desde la perspectiva de los sujetos que se estudian: “Lo que caracteriza a las operaciones de tipo emic es la elevación del informante nativo al estatus de juez último de la adecuación de las descripciones y análisis del observador” (Harris 1985, 2).

11En Bolivia se llama jailones a las personas ricas o con mucho poder adquisitivo.

12El ayni es un principio de reciprocidad aimara, es un sistema familiar de reciprocidad de trabajo o productos y dinero.

13El pasanaku es un mecanismo de financiación interna.

14Los viajeros comerciantes son aquellos comerciantes que viajan a otro país, principalmente a la Zona Franca de Iquique (ZOFRI) a comprar las mercancías que llegan por mar y que posteriormente la ingresan de manera casi siempre ilegal: evitan las aduanas fronterizas debido al maltrato que viven al ingresar la mercadería en la frontera boliviana. Los denomino viajeros comerciales porque la palabra contrabando –que es como realmente se los conoce– tiene estigmatizaciones muy fuertes de carácter moral y social para los comerciantes, las que no son objeto de esta investigación.

15Esta es una forma de referenciar los niveles de ventas en la Eloy Salmón, utilizada por los propios comerciantes.

16Con la Revolución nacional de 1952 se promulgó como derecho la educación para todos y el voto universal.

17Bolivia tiene un modelo primario exportador de su economía, por lo que depende principalmente de los precios internaciones de materias primas como el petróleo y el gas (Klein 2015).

18De acuerdo con Marx (1978), una mercancía se realiza cuando al fin ingresa al mercado, esto es, cuando se vende al consumidor final.

19Marx señala que el capital comercial tiene una función importante para la acumulación de capital porque permite la no interrupción de la circulación de las mercancías, acelerar el proceso productivo y el proceso de la realización de la mercancía. Sin este capital, el proceso de la circulación de las mercancías se vería obstaculizado (Marx 1978).

20Los comerciantes de la Eloy Salmón al constituirse como comerciantes tienen por ley que pagar impuestos con la emisión de factura: un total de 16%, 13% sobre tu venta y 3% sobre tu ganancia. Acción que no realizan los comerciantes al no emitir factura y los consumidores tampoco la piden para no generar más costos. Las personas que acudían a la tienda de Arturo eran funcionarios de gobierno, artistas importantes, futbolistas, médicos, abogados, profesores, extranjeros, estudiantes, y ninguno de ellos pedía factura. Por estos motivos Samsung, de querer ingresar a la venta de celulares en La Paz, tendría que competir con un mercado que vende sus teléfonos más baratos.

21La empresa productora de los celulares se deslinda de la comercialización de sus mercancías. Una vez fuera del país y hasta la llegada de la mercancía a la calle Eloy Salmón, el productor no interfiere en nada.

Recibido: 25 de Febrero de 2018; Aprobado: 11 de Julio de 2018

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