Introducción
La vida universitaria, requiere de los estudiantes de un conjunto de habilidades cognitivas, denominadas Funciones Ejecutivas (FE) que les permita la regulación consciente de su conducta, pensamientos y emociones para el establecimiento de metas, el diseño de estrategias y la toma de decisiones que posibilite la autogestión de sus propios procesos de aprendizaje.
En Chile, el incremento en la tasa de ingreso y cobertura financiera en educación superior, ha generado cambios en el perfil de los estudiantes. Mientras que en el año 1990 existían aproximadamente 245.000 estudiantes, actualmente existen 1.162.306, lo que se traduce en que el sistema educacional superior en los últimos años se transformó en un sistema de acceso masivo. Estos cambios generacionales, sugieren nuevos desafíos en materias de calidad de los procesos de enseñanza aprendizaje, en donde la adaptación y la inserción autogestionada surgen como unas de las grandes problemáticas de los estudiantes universitarios de primer año(1).
Desde los aportes de Luria sobre el concepto de FE y su ubicación neuroanatómica(2), quien recalcó la importancia de la maduración cortical pre-frontal, hasta las recientes investigaciones de diversos autores; han coincidido en que las FE consideran una amplia gama de habilidades que permiten que la persona sea capaz de autorregularse, planificar, monitorear y evaluar sus actitudes frente a un problema específico, construyendo de esta manera un control consciente y activo del pensamiento(3), auto-dirigiendo y monitoreando los logros de su propio aprendizaje(4).
Es por ello que, las FE consideradas en líneas previas han sido progresivamente estudiadas como posibles factores asociados al rendimiento académico en educación primaria, secundaria y superior. Por lo tanto, el presente artículo tiene como objetivo principal explicar las FE que se encuentran implicadas en el rendimiento académico en estudiantes universitarios, con la finalidad de otorgar una argumentación neurocognitiva que logre entregar información que favorezca la comprensión e intervención psicoeducativa de las posibles dificultades curriculares en educación superior.
Método
Para lograr el mayor alcance de información científica posible, se utilizó el método de revisión sistemática(5), la cual tiene como objetivo principal identificar o localizar extractos generales de la revisión literaria de interés, específicamente relacionada con el impacto de las FE en el rendimiento académico en estudiantes universitarios. Para materializar dicho proceso de forma exitosa, se realizan búsquedas en distintas bases de datos, tales como Scopus, PubMed, Scielo y Google académico, considerando investigaciones de los últimos 10 años (2008-2018). Se considera fundamental la elección del periodo mencionado, ya que se evidencia un aumento considerable en las investigaciones referidas al tema a partir del año 2008, en donde aproximadamente se publican más de 30 artículos en diversos países que buscan resolver la dicotomía entre el desarrollo de las FE y el rendimiento académico(6).
La definición de los criterios de búsqueda de información, apuntaron directamente a las preguntas de investigación planteadas al inicio del proceso, las cuales buscan el análisis científico de la influencia de las FE en el rendimiento académico en universitarios, a través de la búsqueda de investigaciones descriptivas y aplicadas. Por otra parte, los criterios de exclusión de búsqueda fueron las investigaciones empíricas de más de 10 años de antigüedad y la elección del rango etario menor a 18 años. Las palabras claves utilizadas fueron “funciones ejecutivas en universitarios” y “funciones ejecutivas y rendimiento académico”, además; debido a la escasa existencia de estudios en este rango etario, se utilizaron las palabras claves por separado, tales como “funciones ejecutivas” y “rendimiento académico”.
Resultados
Funciones ejecutivas
En líneas generales, las diversas investigaciones descriptivas y aplicadas durante los últimos 10 años no han evidenciado etapas o estadios definitivos del desarrollo de las FE; sin embargo, la propuesta de Best(7) aporta información fundamental que permite presentarlas en etapas de desarrollo muy temprano, temprano, intermedio y tardío(6). Este desarrollo evolutivo y progresivo de las FE, comienza con la noción de riesgo-beneficio que se evidencia en los niños aproximadamente desde los 3 a 5 años, lo que determina la capacidad de lograr detectar los riesgos de ciertas actitudes de su vida diaria. Las FE de desarrollo temprano (control inhibitorio), reflejan la capacidad de realizar tareas mentales que requieran procesar información que denote cierta competitividad entre sí; seleccionado por ejemplo, entre varias alternativas, la mejor respuesta(6), de esta forma se puede inferir que un niño entre los 4 a los 8 años de edad, ya es capaz de tomar ciertas decisiones y elegir el procedimiento idóneo para resolver ciertas problemáticas de manera similar a la de un adolescente o un adulto(8).
Las FE presentan un desarrollo intermedio y que incrementan su desarrollo en la infancia entre los 7 y 12 años de edad, en donde la memoria de trabajo, flexibilidad mental, planeación viso espacial y memoria estratégica, permite fortalecer habilidades de mantenimiento de la información en un tiempo específico, generar respuestas alternativas, enfrentarse de forma efectiva a diversas situaciones, realizar tareas de desempeño visual y seleccionar estrategias de memorización que optimicen el acceso a diversos aprendizajes de forma idónea (4)(6).
Finalmente, las últimas FE que se desarrollan, entre los 11 y 15 años de edad, son la fluidez verbal y capacidad de abstracción; las que permiten el uso de verbos abstractos que pertenezcan a una categoría en particular dentro de un tiempo específico de manera adecuada (4)(9).
Actualmente, las investigaciones han llegado a una convergencia en sus trabajos y en dar a conocer los sub componentes de las FE, en donde las principales a considerar son memoria de trabajo, atención voluntaria, control inhibitorio, planificación y flexibilidad cognitiva(2)(3)(4). Es por ello que, el rendimiento académico además de forjarse desde un carácter personal y social, se asocia a habilidades mentales de alta complejidad que permiten tomar consciencia de su propio desempeño(10).
Rendimiento académico
La habilidad académica o rendimiento académico se define como el resultado del proceso de enseñanza aprendizaje en donde los estudiantes en conjunto con su familia, docentes, e institución educacional; intentan que sus esfuerzos académicos apunten hacia el logro fructífero de las metas académicas que tienen en común. Generalmente, el rendimiento académico alude a como un estudiante alcanza sus objetivos de forma exitosa, cuyo resultado se traduce en un indicador de tipo numérico y estandarizado para cada país. Además, el rendimiento académico es comúnmente medido por ciertos estándares de calidad que varían según las normativas legales de cada país, en donde se logra inferir que los factores asociados al desempeño académico; son de carácter personal y social. Es en este primer carácter de tipo personal, en donde se consideran las habilidades o destrezas cognitivas, aptitudes, género y calificaciones durante su trayectoria educativa. En el segundo, se considera el entorno familiar, contexto socioeconómico, variables socio demográficas (sexo, edad, estado civil) y escolaridad de los padres (4)(11).
En Chile, durante las últimas décadas se ha utilizado el Sistema de Medición de Calidad de la Educación (SIMCE), a través de una prueba aplicada en enseñanza primaria y secundaria, en donde se busca detectar ciertas problemáticas de rendimiento académico. Dicha medición, ha dejado vislumbrar progresivamente que el rendimiento académico en Chile, se relaciona de manera directamente proporcional con el capital cultural de los estudiantes, en donde se evidencia una gran brecha entre los establecimientos privados respecto de los establecimientos públicos. Por lo tanto, en estricto rigor, esta base poco consolidada de conocimientos, habilidades y actitudes; obstaculizan el alcance de los aprendizajes mínimos o necesarios para ingresar a la enseñanza superior, mermando además el logro de aprendizajes esperados durante su formación profesional.
En la actualidad existen antecedentes que reflejan que el desarrollo académico de los estudiantes universitarios, se vincula generalmente con el deseo de alcanzar altos estándares de excelencia académica, estándares que la mayoría de las veces son impuestos bajo presión por sus propias familias (Kadian, 2016), generando de esta forma ciertos desajustes en las conductas de los estudiantes, impactando directamente en la adaptación comportamental frente a situaciones inciertas o novedosas, razonamiento, planificación y creatividad (12)(13).
Según diversos estudios empíricos en diversos rangos etarios, han publicado investigaciones que afirman que los estudiantes que presentan dificultades en FE, evidencian un bajo desempeño académico (véase por ejemplo, Swanson & Beebe-Frankenberger(14); Visu-Petra, Cheie, Benga & Miclea(15); Fonseca, Rodríguez y Parra(16); Correia(17) y Ramos & Lozada(18)), en donde las funciones ejecutivas que mayor relación tendrían con el rendimiento académico son la memoria de trabajo, planificación y monitorización.
Funciones ejecutivas y rendimiento académico en estudiantes universitarios
Existe evidencia empírica que las FE están asociadas al rendimiento académico en habilidades como el cálculo matemático, comprensión lectora y pensamiento crítico(28). Uno de los principales argumentos que vinculan las FE con el rendimiento académico, se evidencia en un estudio realizado por Ramos y Lozada(18), en donde se aplicó el Cuestionario de Funcionamiento Ejecutivo (EFECO) diseñado por García-Gómez y Rubio(18) a 30 estudiantes universitarios cuyas edades fluctúan entre los 19 a 27 años de edad. Los resultados arrojaron que la monitorización ejecutiva presenta una estrecha relación con el puntaje obtenido en pruebas escritas de carácter cuasi experimental, en donde se concluyó que, a mayor déficit en la monitorización ejecutiva, menor será el rendimiento en las actividades académicas que la demanden. Por lo tanto, se confirma de esta forma, la correlación entre la función cerebral ejecutiva de monitorización, con la supervisión de la ejecución de tareas de índole académica en estudiantes universitarios(18)(19).
En un estudio realizado por Baars, Nije, Tonnaer & Jolles(20), en donde se aplicó el instrumento The Amsterdam Executive Function Inventory (AEFI) diseñado por Van der Elst, Ouwehand, Van der Werf, Kuyper, Lee & Jolles(20) a 1.760 estudiantes universitarios de primer año, se reportó que las FE de control atencional, planificación, autorregulación y monitorización ejecutiva, se encuentran directamente relacionadas con el rendimiento académico, ya que se vincula estrechamente con habilidades de lectura, cálculo y planificación diaria; las cuales son fundamentales para acceder a los contenidos y aprendizajes mínimos obligatorios para progresar educativamente.
En otra investigación, Salcedo, Ramírez & Acosta(21) estudiaron los efectos del consumo de alcohol en el desarrollo de las FE en 50 estudiantes universitarios cuyas edades fluctúan entre los 18 a 37 años. Dentro de este contexto, las autoras decidieron utilizar los instrumentos Test de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin (WCST), Test de Fluidez Verbal, Test de Colores de Stroop y el Test de Figura Compleja de Rey. Los resultados indican que, se observaron dificultades en las FE de control inhibitorio, control atencional, flexibilidad cognitiva, auto-monitoreo y planificación. Por lo tanto, las autoras afirman que los estudiantes universitarios que consumen alcohol y que presentan bajos niveles de desarrollo de las FE, tendrían dificultades para planificar, monitorear y regular sus propios procesos de aprendizaje(21).
Gropper & Tanock(22) estudiaron en 46 estudiantes universitarios entre 19 y 34 años de edad, la relación entre memoria de trabajo y rendimiento académico en jóvenes con diagnóstico de Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad. Para lograr medir las variables de estudios, se utilizó el instrumento Wechsler Adult Intelligence Scale. Las autoras encontraron que las habilidades auditivas y verbales de la memoria de trabajo, se encuentran directamente relacionadas con el rendimiento académico en asignaturas como matemáticas, inglés y ciencias; sin embargo, no encontraron asociaciones significativas en las habilidades espaciales de la memoria de trabajo y el rendimiento académico de los estudiantes. En otra investigación realizada por Prosen & Vitulic(23), en donde evaluaron el desarrollo de las FE en 369 estudiantes universitarios; utilizando el instrumento Executive Skills Questionnaire for Students (23) encontraron que las FE de planificación, flexibilidad cognitiva y atención sostenida, son habilidades fundamentales para alcanzar objetivos académicos, priorizar actividades y garantizar el éxito en su futuro laboral; lo que nuevamente pone en manifiesto la necesidad de considerar la evaluación y potenciación de las FE dentro del contexto universitario.
Otra investigación, la cual no fue aplicada en un contexto universitario, sin embargo contempla una muestra total de 30 estudiantes de un Centro de Educación de Adultos, considerando un rango etario de 18 a 25 años de edad, se encontró que el rendimiento académico estaría fuertemente relacionado con la memoria de trabajo y en menor medida con habilidades de planificación y control inhibitorio(24); específicamente en actividades académicas de índole aritmética, las cuales demandan una secuencia sistemática de ejecución de automatismos matemáticos.
Si bien es cierto, las investigaciones empíricas proponen una directa relación entre las FE con el rendimiento académico, existe un estudio que arroja resultados disímiles a los expuestos anteriormente; los cuales se evidencian en la investigación de Barceló, Lewis & Moreno(25) aplicada a una muestra de 36 estudiantes universitarios. Este estudio da cuenta de que el rendimiento académico se encuentra directamente relacionado con factores de carácter familiar, psicológico y con el tipo de educación recibida durante la enseñanza primaria y secundaria, descartando de esta forma la incidencia de las FE en el rendimiento académico en estudiantes universitarios con altas y bajas calificaciones.
Para resumir, se presenta en la tabla I una breve síntesis de los hallazgos expuestos anteriormente, en los que se informan las FE relacionadas con el rendimiento académico.(Tabla 1)
Autor (año) | Muestra | Resultados |
---|---|---|
Ramos & Lozada (2015) | 30 estudiantes universitarios | Rendimiento académico influenciado por habilidades de monitorización ejecutiva. |
Baars et. al.(2015) | 1760 estudiantes universitarios | A mayor déficit en FE de control atencional, planificación, autorregulación y monitorización ejecutiva, menor rendimiento académico en el área de lectura, cálculo y planificación diaria. |
Salcedo, Ramírez & Acosta (2015) | 50 estudiantes universitarios | FE de control inhibitorio, control atencional, flexibilidad cognitiva, automonitoreo y planificación se correlacionan directamente con el rendimiento académico en universitarios. |
Prosen & Vitulic (2014) | 369 estudiantes universitarios | Estudiantes universitarios con bajo rendimiento académico presentan un déficit en FE de planificación, flexibilidad cognitiva y atención sostenida. |
Casas (2013) | 30 estudiantes adultos | Deficiencias en memoria de trabajo influyen significativamente en el rendimiento académico. |
Grooper & Tanock (2009) | 46 estudiantes universitarios | Habilidades auditivas y verbales de memoria de trabajo, se vinculan directamente con el rendimiento académico en asignaturas de matemáticas, inglés y ciencias. |
Barceló, Lewis & Moreno (2006) | 36 estudiantes universitarios | Los factores familiares, psicológicos y educativos influyen en el rendimiento académico de los estudiantes universitarios, descartando la relación entre el nivel de desarrollo de las FE y rendimiento académico. |
Discusión y Conclusiones
El resultado de la búsqueda de una justificación teórica y científica de la relación existente entre las FE y rendimiento académico universitario, entrega evidencias de que las habilidades de memoria de trabajo, planificación y monitorización se encuentran directamente implicadas en las habilidades académicas de los universitarios. Los análisis de tipo correccional, arrojaron un coeficiente de correlación que indica la existencia de una relación inversamente proporcional, lo que se traduce en que, a mayor déficit en FE, el rendimiento académico disminuye y viceversa.
Esta relación toma una gran relevancia, ya que un nivel de desarrollo idóneo de las FE permite al estudiante implementar estrategias que favorecen la resolución de actividades de índole académica, monitoreando sus procesos y resultados de aprendizaje, verificando el alcance de objetivos, logrando una organización y planificación adecuada; además de lograr respetar pasos sistemáticos que permiten la resolución de problemas dentro del contexto educativo.
Por lo tanto, las FE que como ya se ha mencionado en líneas previas, corresponden a destrezas cognitivas de alta complejidad, son imprescindibles para que los estudiantes alcancen el éxito académico, ya que de su desempeño depende el regular conductas que no tienen relación con el aprendizaje, la toma de consciencia del proceso de aprendizaje para alcanzar objetivos académicos, la planificación y organización de actividades y por último, la supervisión que permita verificar que lo aprendido tenga una trascendencia y significancia para su desarrollo profesional(26).
En este sentido, considerando los estudios revisados y expuestos en la tabla I, se informa que las FE que mayor significancia y relación poseen con el rendimiento académico universitario, es la memoria de trabajo, planificación y monitorización, específicamente en habilidades matemáticas y de escritura, ya que se ha concluido que se ven constantemente involucradas en la ejecución de operaciones matemáticas de alta complejidad y en la evaluación de estrategias de supervisión frente a alguna prueba escrita(18)(20)(24).
Como limitaciones del presente estudio, se debe considerar la escasa existencia de estudios que vinculen la influencia de las FE en el rendimiento académico de estudiantes universitarios a nivel mundial y por supuesto, a nivel local. Esto, además, se añade y se relaciona directamente con la escasez de instrumentos estandarizados que evalúen el desarrollo de las FE en el contexto universitario. Dicha escasez de investigaciones e instrumentos en este rango etario y nivel académico, abre puertas a futuras investigaciones y favorece el surgimiento de nuevas evidencias empíricas actualizadas y contextualizadas a la sociedad actual, reportando resultados que beneficien la implementación de prácticas psicoeducativas de potenciación de FE en general en pro del desarrollo social, emocional y profesional de todos los estudiantes universitarios.
Como proyecciones, el efecto del desarrollo de las FE en habilidades académicas sugiere progresivamente intervenciones destinadas a optimizar el éxito académico de los estudiantes de primer año universitario. Estudios como los de Lowe y Cook(27), afirman que la deserción y la falta de apoyo a la progresión académica son temáticas que deben abordarse desde el primer día que los estudiantes ingresan a sus planes de estudio, lo que justifica una intervención en FE claramente dirigida. Por lo tanto, considerando los resultados de este artículo, las políticas de asesoramiento y progresión académica universitaria, deberían considerar el nivel de desarrollo de las FE para que de esta forma, afronten los desafíos que plantea la vida académica universitaria; ya que el simple hecho de que una gran proporción de estudiantes de primer año no cuente con habilidades de planificación, memoria de trabajo o flexibilidad cognitiva adecuada, los hace vulnerables frente a un progreso académico paulatino y que posiblemente, podría desencadenar en una deserción estudiantil futura.