Introducción
¿La lectura en emergencia o fortalecer la lectura aprovechando la oportunidad que brinda una emergencia sanitaria? El dilema es grande. No obstante, el conocimiento de los seres humanos siempre ha tenido un puntal y un poderoso aliado en la lectura ya sea digital o convencional, de allí que en la actualidad, en plena emergencia sanitaria por el Coronavirus, este recurso se constituya en un elemento imprescindible para superar dificultades y promover la formación académica de las personas.
Cualquier aspecto de la vida podría relativizarse, la salud no. La sociedad actualmente lo ha reconocido en esta situación. La amenaza de esta pandemia ha cambiado diferentes aspectos de la cotidianidad de los seres humanos e incluso ha modificado las relaciones sociales y ese concepto nuevo de “distanciamiento social”, la cercanía de un abrazo, de un saludo con besos en las mejillas. La sociedad ha cambiado la visión que se tenía sobre la lectura y en estos tiempos se ha convertido en un instrumento indispensable para que las sociedades progresen.
Las personas que argumentan que no tienen tiempo para leer desconocen que la lectura ayuda a sentirse feliz, porque nos introduce en un mundo de placer con más fuerza que lo pueda hacer una película de cine. La lectura de una novela, por ejemplo, hace que la imaginación del lector vuele libre, a su antojo y sin las limitaciones que impone la pantalla de un cine o de un televisor. Esta sensación de libertad imaginativa representa una gran fuente de placer, lo que no es nada nuevo. En efecto, desde hace muchos siglos se ha venido utilizando el libro como fuente de placer y de saber. La diversificación de la lectura en una modalidad digital fortalece el saber y el conocimiento, aparte de ubicar en un contexto baladí cuál de las dos es la que se impone.
En cuanto a la lectura digital lo mejor es preferir siempre la pantalla de la computadora a la del teléfono. Los programas de computadora permiten hacer anotaciones y subrayados en los textos y, por lo tanto, permiten un mejor manejo del texto. Si se emplea un dispositivo electrónico, bloquear internet mientras se está leyendo, ya sea desconectando la computadora de la red o poniendo el celular en modo avión. Eso evita que nos lleguen mensajes que generen algún tipo de distracción.
En este contexto, el trabajo académico que se propone en este documento pretende determinar las estrategias de motivación a la lectura digital en tiempos de emergencia sanitaria. Para ello se ha tomado como referencia a los estudiantes de los primeros niveles de la Carrera de Bibliotecología, Documentación y Archivo de la Universidad Técnica de Manabí con sede en Portoviejo.
Metodología
Aunque un libro no puede sustituir un abrazo, leer en estos tiempos ha significado para muchas personas una forma de compartir y acompañarse. Algunos círculos virtuales de lectura reúnen experiencias significativas. Otros mediadores han confrontado el distanciamiento social reinventando nuevos espacios de lectura. Será necesario que se hagan los estudios antropológicos y sociales de cómo la lectura tuvo efectos positivos en las personas. La fuerza de las palabras, su poder infinito, logra reconstruir y acercarnos de múltiples formas. En este sentido, la metodología de este trabajo es descriptiva. Se emplea un análisis documental basado en la revisión de diversos tipos de artículos y textos provenientes que poseen fundamentos teóricos sólidos. Además, se realizó una encuesta a 100 estudiantes de los primeros niveles de la Carrera de Bibliotecología, Documentación y Archivo de la Universidad Técnica de Manabí con sede en Portoviejo.
Resultados
En este apartado se sistematiza el trabajo empírico realizado mediante encuestas a 100 estudiantes de los primeros niveles de la Carrera de Bibliotecología, Documentación y Archivo de la Universidad Técnica de Manabí con sede en Portoviejo.
Preparación sobre lectura digital
Los estudiantes consultados manifestaron en una gran mayoría, el 93%, que sí tienen el hábito de leer algún tipo de textos en formatos digitales, mientras que el 7% restante tuvo una opinión contraria. Lo cierto es que la pandemia actual ha producido un punto de inflexión en el campo de la educación y de la cultura, el cual finalmente nos puede hacer actuar frente al reto de repensar drásticamente los modelos existentes de enseñanza y, también, un punto de inflexión que incite a fomentar la lectura. Hoy en día las nuevas tecnologías, las redes sociales y muchas plataformas nos pueden ayudar a mantenernos conectados y continuar con muchas actividades de forma más o menos normal. También en el caso de los libros y la lectura.
Sobre los recursos empleados
En esta pregunta, una inmensa mayoría de estudiantes encuestados, es decir el 60% manifestó que prefiere los textos de bibliotecas virtuales para realizar la lectura digital en esta pandemia; un 25% señaló como alternativa el correo electrónico; un 10% manifestó que las plataformas digitales y apenas un 5% sostuvo que las redes sociales. Es destacable que la mayor parte de estos recursos procuran trabajar la comprensión lectora y le brindan a los estudiantes la oportunidad de elegir sus propias lecturas y avanzar a su ritmo, de manera autónoma.
Sobre el nivel de satisfacción de textos digitales
En esta pregunta los estudiantes señalaron en un 72% que califican de forma muy satisfactoria su experiencia de lectura en textos digitales en comparación con la lectura en textos impresos; el 8% señaló que de forma poco satisfactoria, mientras que el 20% restante aseguró que de forma nada satisfactoria. Este tipo de respuestas ayudan a entender que la lectura de textos digitales es un medio para descubrir, comprender y analizar temas que se ponen al alcance dentro y fuera de las aulas.
Acerca de las estrategias a emplearse
En esta pregunta, existen respuestas divididas. Un 52% señaló que los profesores emplean trabajos individuales para fomentar la lectura en esta época de emergencia sanitaria; un 5% indicó que son los trabajos colaborativos; un porcentaje similar sostuvo que es el aula invertida; un 8% manifestó que son las clases tradicionales; mientras que un 20% indicó como opción de respuesta que son los materiales y recursos ubicados en las plataformas de aprendizaje. Finalmente, un 10% de los consultados sostuvo que son los recursos audiovisuales.
La lectura cobra relevancia debido a que en cualquiera de las asignaturas que se imparten la universidad, ésta es quizá la principal como medio de acercamiento, desde la lectura de alguna indicación, un mapa, una imagen, una página o una ilustración para después realizar una producción o actividad complementaria a partir de la lectura.
Discusión
Estrategias de motivación a la lectura
El aprendizaje de la lectura implica pasos para apropiarse del uso de un artefacto letrado: en un primer momento distingue la disponibilidad, acceso, participación con interacción y apropiación, integrándolo a sus prácticas comunicativas y aporta su voz personal. Utilizando este método sistemáticamente, se podría trazar un camino efectivo a la lectura efectiva. Este tipo de prácticas de lectura las podemos encontrar con las actividades propuestas a los alumnos, mismas que se pueden explorar con esta investigación.
Explican Alonso y Frederico (2020) que la lectura es una de las actividades que más beneficios le puede traer al ser humano. Ahora, en tiempos de pandemia, se torna aún más trascendental entre las familias que, por razones sanitarias, han tenido que pasar más tiempo en sus casas. Sumado a lo anterior, cuando entre los miembros de la casa existen pequeños, esta acción todavía se convierte aún más en un elemento indispensable para poder lograr que ellos sobrelleven de la mejor manera el confinamiento.
Obviamente no debemos esperar que la lectura per se resuelva todos los problemas sociales, sanitarios, económicos o psicológicos que genera una pandemia en las familias, sin embargo, sí puede coadyuvar visiblemente a mejorar nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, Kazmierczak (2020) ha señalado que la lectura puede contribuir a la reconstrucción de uno mismo cuando estamos enfrentándonos a una crisis personal o colectiva, independiente si es un niño, adolescente o adulto. Con relación a los estudiantes universitarios, los beneficios de la lectura en los más pequeños, ya sea a corto o largo plazo, es razón suficiente para acercarlos a ella.
Aguilera (2020) señala que la lectura debe fomentarse pese a las limitaciones y para ello cita un informe de UNICEF en el que se señala que en Ecuador, solo el 37% de los hogares tiene acceso a internet, lo que significa que 6 de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de plataformas digitales. La situación es más grave para los niños de zonas rurales, solo el 16% de los hogares tiene este servicio. No obstante, en el país 9 de cada 10 hogares sí cuenta con televisor o teléfono celular, lo que supone una alternativa para llegar a los niños a través de estos medios.
En este contexto, Cáceres (2020) manifiesta que en esta pandemia se ha evidenciado las enormes diferencias en que vivimos. Una segregación siempre ocultada, siempre menospreciada, pero que ahora se hace más preocupante cuando las mayorías populares de la sociedad se ven afectadas en todos los ámbitos.
Para Jenkins, Peters-Lazaro y Shresthova (2020), con el impulso de la lectura digital se pretende construir colectivamente visiones para un mejor mañana, conjuntamente con la actualización de procesos de cambio, basados en la agencia cívica de las personas y, en base a alianzas de cooperación y solidaridad, también de confrontación y contestación económica, política, social y cultural.
El objetivo es que la educación no se detenga, debido a la emergencia sanitaria. Esto supone un reto y una oportunidad para repensar la educación y plantear propuestas y otras formas de enseñar, según la perspectiva de Luque (2020). Se aconseja también que las familias incentiven actividades que puedan hacer juntos en el hogar como cocinar, limpiar y organizar la casa. A su vez, para las familias que viven en el campo, o tienen un patio o terreno, pueden cultivar en los niños conocimientos sobre la naturaleza y seguridad alimentaria. Este tipo de actividades permiten construir proyectos de vida y desarrollar las habilidades y capacidades que cada ser humano tiene. En este tipo de actividades también se puede fomentar la lectura.
Según Rodríguez Romero (2020), a partir de la pandemia y la suspensión de clases presenciales, se modificaron abruptamente los parámetros de la educación a lo largo y a lo ancho del país. No hay vínculo presencial estudiante-docente ni tampoco de los alumnos entre sí; el dictado de las materias se alteró, no hay recreos ni horarios, casi no hay conversación directa y tampoco posibilidades de observar integralmente conductas o actitudes.
Por otro lado, Nóbile y Luna (2015) señalan que el reducido tiempo de lectura que dedican los estudiantes para fines académicos o recreativos (por placer), en el aula y en el hogar constituye una de las variables principales que incide en el bajo desempeño de la comprensión lectora. Álvarez, Alejaldre, y Valle (2019) consideran que el tiempo que dedican los estudiantes a la lectura es uno de los factores que incide en el desarrollo de la comprensión lectora. La cantidad de tiempo de lectura que dedican los estudiantes se ve afectada por el limitado cumplimiento de los 30 minutos diarios de lectura libre de textos, en esta actividad cognitiva.
Actualmente vivimos en una sociedad de cambio conocida, como la era de la Información y de la comunicación, y que afectan a los ámbitos de la vida cotidiana. Por ello, Valls (2015) considera que es necesario integrar los elementos digitales en el sistema educativo para seguir transmitiendo el conocimiento con otra nueva herramienta, dejando de utilizarse los libros de texto; por ello, la innovación es la clave del esfuerzo por mejorar la calidad de la educación, construyendo una innovación en las aulas puede mejorar el aprendizaje, la motivación de los estudiantes.
Para Castellví y Breogán (2020), la innovación, más allá de su simplista visión como sinónimo de acciones novedosas o creativa, apuesta por la consecución del máximo aprendizaje, aumentar la motivación del alumnado, favorecer la participación de la comunidad en las escuelas y generar contextos donde la convivencia entre todas las personas sea plenamente positiva. De allí la importancia de fomentar la lectura digital.
Desde la perspectiva de Santín y Bada (2017), el uso de las TIC y de la lectura en formatos digitales dentro de la universidad permite utilizar nuevos recursos para la enseñanza y la organización del profesorado y del alumnado, la utilización de la herramienta pone de manifiesto la distribución del material de forma clara y concisa, reduciendo el coste de la formación. Según Goleman (2015), las ventajas del uso de la tecnología en el aula suponen la motivación de los alumnos, el acceso al conocimiento, participación en grupo con los foros creados en cada asignatura, el coste es escaso. Las desventajas que presentan el uso del portátil en las aulas hacen que exista una dependencia del dispositivo para trasmitir la clase, el exceso de información y el tiempo que se dedicado a leer cada apartado que se genera de actividades, foro, lecturas, información, dudas, etc.
En opinión de Bautista (2015), la era digital ha traído consigo nuevos retos para la educación, evidenciando la importancia de desarrollar el pensamiento crítico a fin de formar una ciudadanía comprometida con el futuro de la democracia y la justicia social. La propuesta que presentamos ayuda a fomentar tal capacidad en el alumnado de secundaria a partir de la lectura crítica de los medios digitales y el trabajo con problemas sociales relevantes. En este sentido, Leal (2020), señala que los nuevos procesos de lectura y escritura deben fomentar la construcción de un pensamiento crítico en línea con las necesidades de aprendizaje social que el siglo XXI demanda. La Universidad debe asumir el reto de mejorar la competencia lectoescritora con nuevos y significativos procesos de alfabetización, integrando enfoques cognitivos, constructivistas y conectivos para un aprendizaje competencial transferible a contextos de uso académico y profesional reales.
Conclusiones
Una de las consecuencias de las medidas extraordinarias tomadas por la emergencia sanitaria generada por el Covid-19 (coronavirus), ha sido el cierre de las bibliotecas convencionales, por ello la lectura en formato digital ha ganado mucho terreno en la actualidad.
Si bien es ampliamente reconocido que el uso de las nuevas tecnologías y la lectura digital permiten desarrollar estrategias didácticas más creativas y participativas en los estudiantes universitarios, además de que potencialmente constituyen una excelente herramienta didáctica, sus mejores resultados sólo se alcanzan en la medida en que el docente tenga claro el modelo pedagógico que quiere impulsar y, por tanto, maneje con soltura los conceptos y roles correspondientes.
El camino a la lectura es largo y requiere de reforzamiento continuo, que depende en gran medida de las conducciones de los docentes, por lo que sugiero seguir construyendo el abanico de posibilidades de estrategias de lectura en educación primaria e innovar con la participación de los alumnos, algo que durante esta pandemia se ha realizado y que sin lugar a duda se seguirá reflexionando.