Introducción
Tanto las habilidades sociales de los niños como las deficiencias específicas de control inhibitorio están sustancialmente correlacionadas entre sí y se cree que son elementos esenciales del fenotipo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) (Jacobson et al., 2017). Debido a que la hiperactividad conductual es típica de la etapa de desarrollo en la edad preescolar (2 a 5 años), las reacciones de control inhibitorio están frecuentemente vinculadas a otros aspectos como el apego de los padres y la flexibilidad mental, lo que obstaculiza la determinación del TDAH sólo a partir de la hiperactividad (Lavagnino et al., 2018).
Los síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, en algunas personas, son las características del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Estos síntomas deben cumplir ciertos criterios: funcionales (problemas graves en el desarrollo del niño), contextual (que se produzcan en ambientes, los más comunes de los cuales son el hogar y la escuela) y temporal (que se produzcan en un marco temporal concreto, antes de los 12 años). Actualmente, existen tres presentaciones fenotípicas clasificadas como "TDAH-I" (inatención), "TDAH-H" (hiperactividad-impulsividad) y "mixto" en el sistema de clasificación fenotípica actual (TDAH-C) (Santana et al. 2020).
En todo caso, los síntomas del TDAH perjudican el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y adolescentes, dificultando su aprendizaje en el aula y su adaptación a nuevas situaciones (Resett, 2021). Siendo un reto para los profesores porque muchos alumnos con TDAH tienen dificultades en la escuela. Al respecto, Resett (2021) señala que los niños con problemas de atención (TDAH) son más propensos a sacar malas calificaciones, repetir curso o abandonar la escuela.
Por otra parte, el diagnóstico del TDAH es un diagnóstico clínico que puede ser evaluarlo a través herramientas útiles como manuales internacionales de diagnóstico, los cuales ayudan a reconocer que, como condición del neurodesarrollo, los síntomas pueden ser interpretados de forma evolutiva (Rusca y Cortés, 2020). En consecuencia, el comportamiento del niño depende de la situación, en primer lugar, la historia clínica, seguido por las entrevistas con los padres, que miden la frecuencia, la intensidad y la duración de los síntomas a lo largo del tiempo y de las situaciones, finalmente, los profesores, quienes también pueden ofrecer datos sobre los síntomas y las funciones. En tal caso, es importante evaluar los antecedentes médicos y mentales, la familia, el entorno y la escolaridad, sin dejar a un lado, los problemas de comportamiento, la depresión, los tics, la ansiedad y los problemas de aprendizaje. El diagnóstico suele dar tranquilidad a las familias, profesores y personas afectadas porque favorece la comprensión y ayuda a predecir situaciones de conflicto (Santana, 2020).
A nivel mundial alrededor del 5% de los niños padecen TDAH, lo que la convierte en una de las condiciones con una alta tasa de prevalencia (Rodríguez et al., 2017; Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, 2019). Los retos emocionales, sociales y académicos que repercuten en la calidad de vida y la autopercepción son manifestaciones de las sintomatologías de este trastorno, que influyen en áreas como la afectividad, la conducta y la cognición (Hidalgo et al., 2019). En ese sentido Hernández et al. (2017) manifiesta, dado que se ha demostrado que su conocimiento ha desmejorado en áreas a las que confieren un alto rango de acuerdo con sus deseos y necesidades, como la salud física y, en particular, la escuela, y la autoestima, es necesario, de acuerdo con la literatura, imaginar las perspectivas que poseen los niños y adolescentes con TDAH respecto a su calidad de vida y sobre ellos mismos.
Por otra parte, el TDAH con una frecuencia de entre el 3% y el 7%, se considera un problema de salud pública en América Latina, donde afecta a unos 36 millones de personas (Llanos et al., 2019). La prevalencia de la enfermedad, sin embargo, es estimada por Morillo y Guzmán (2018) en un 7.6% entre los niños en edad escolar, con una tasa de 5:1 en los niños respecto a las niñas. Entre los dos y los seis años se manifiesta por primera vez, y persiste más allá de la adolescencia. Un tercio de las personas a las que se les diagnosticó hiperactividad en la infancia siguen presentando síntomas en la edad adulta (Mazurkiewicz y Marcano, 2021). Asimismo, en el Perú, no existe un estudio sobre la prevalencia e incidencia del TDAH, pero la oficina de estadísticas del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas reportó en el 2015 que los Departamentos de Neuropediatría y Neurología de la Conducta atendieron consultas externas en un 4,8% de los casos (Oficina de Estadísticas e Informática, 2015).
Según la perspectiva educativa, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en alumnos de primaria es un hecho común que repercute en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Según Samaniego et al. (2020) destaca que los síntomas conductuales de esta enfermedad suponen una importante barrera para la capacidad del niño de aprender en la escuela y adaptarse a las situaciones sociales. Por lo tanto, podemos decir que los efectos del TDAH se pueden sentir en una variedad de entornos, incluyendo el trabajo, la familia, la escuela y los entornos sociales.
Con el fin de realizar una revisión exhaustiva de la literatura y proporcionar una síntesis imparcial y rigurosa de las investigaciones que se han realizado sobre el tema del autoconcepto en niños y adolescentes diagnosticados de TDAH, este trabajo consistió en una revisión sistemática de contenido. En la práctica, un alumno con sintomatología TDAH tiene efectos negativos en su desarrollo emocional, cognitivo y social, lo que dificulta su desenvolvimiento académico y su adaptabilidad social. En consecuencia, se reconoce el TDAH como un problema de alta incidencia en las escuelas que, según sus características, interfiere en la adaptación y el aprendizaje de los niños.
La presente propuesta permitirá a las familias y a los profesores que se enfrentan a este problema y que trabajan para ayudar a los niños a acostumbrarse a esta categorización diagnóstica, obtener una comprensión completa de la enfermedad. Una perspectiva única que trasciende la sintomatología y está contextualizada también es posible gracias a la recopilación y revisión exhaustiva de las investigaciones que han abordado las cuestiones o afectaciones de la condición en las experiencias de los niños(as) y adolescentes. Debido a la incidencia que este trastorno de neurodesarrollo tiene en el proceso de aprendizaje del niño, la presente investigación tiene como objetivo analizar el impacto del del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en el aprendizaje de niños(as) y adolescentes en edad escolar.
Metodología
El estudio se fundamentó bajo una revisión sistemática de estudios previos (Aguilera et al., 2021; Quispe et al., 2021), de tipo descriptiva, buscando identificar las características y propiedades relevantes de la temática a estudiar y establecer particularidades de una población o grupo (Hernández-Sampieri et al., 2014).
Se siguió el protocolo Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses-PRISMA, herramienta que permite extraer la información de mayor relevancia, práctica, clara y transparente, adoptando las recomendaciones de calidad científica determinadas por Palacios et al. (2021) y Bermúdez (2021) en la publicación de revisiones sistemáticas: a) enunciación de objetivos, b) definición de ecuaciones de búsqueda, c) criterios de inclusión y exclusión, d) diagrama de flujo de la información sistemática, e) revisión de las fuentes bibliográficas, f) análisis de las fuentes de información y g) distribución, organización y discusión de los resultados.
Estrategias para la búsqueda de información
Para encontrar la información se manejaron varios motores de búsqueda, y se utilizaron las siguientes bases de datos: Scopus, Scielo, Latindex y Web of Science, debido a su aplicabilidad y a la facilidad de acceso de los autores, los árbitros y los lectores para revisar los trabajos, Los criterios de inclusión incluyeron las publicaciones entre los años 2017 y el 2022; artículos originales o de revisión; que abordaran el impacto del TDAH en el aprendizaje de estudiantes en población infantil y adolescente. Se excluyeron investigaciones fuera del enfoque de la temática investigada, y los artículos de acceso restringido.
Tras establecer las palabras clave, se ejecutó la búsqueda, las cuales fueron enunciadas combinando términos booleanos (AND, OR), además se incluyeron descriptores en el constructo internacional, debidamente traducidos, resultando las siguientes palabras “Déficit de atención” AND “TDAH” AND “estudiantes” AND “adolescentes” AND “niños” AND “estudiantes” AND “edad escolar” AND “aprendizaje” AND, utilizando estos términos claves examinados en cada una de las categorías o unidades de análisis, combinados en los títulos de resúmenes, investigaciones, desarrollo temático.
Proceso de sistematización de la información
En la revisión sistemática, al elegir las referencias bibliográficas se tuvo en cuenta el autor, la fecha de publicación, el título, área de conocimiento y el país de la investigación.
La figura 1 muestra el proceso de sustracción de documentos, a partir de los criterios de inclusión y exclusión definidos. Siguiendo este procedimiento, se condensaron 25 artículos para el enfoque de esta investigación. Estos artículos fueron revisados y analizados siguiendo el tratamiento de un emulador de repetición de palabras (http://www.repetition-detector.com/?p=online), con la ayuda de esta herramienta se pudo determinar la repetición de palabras más frecuentes de los textos examinados y reconocer las unidades léxicas de mayor uso (como por ejemplo: TDAH, prevalencia, trastorno, diagnóstico, niños, dificultad, aprendizaje, etc.), este emulador fue una instrumento eficaz para la condensación de suficientes palabras clave que dieran a los artículos un soporte científico a la vez que promovieran la adecuación temática.
Nota. Se observa el proceso de selección de los artículos revisados.
Resultados
Se identificaron 677 publicaciones científicas como resultado de las estrategias de investigación originales; estos artículos fueron evaluados (PRISMA) para garantizar su relevancia para el objetivo del estudio. Como consecuencia del procedimiento se produjeron diferentes artículos pertenecientes a estudios secundarios, aunque algunos de los artículos fueron excluidos durante el cribado porque no se ajustaban a los criterios de inclusión de la revisión y además de no contar con acceso a los textos completos. Así pues, se seleccionaron un total de 25 artículos.
A continuación, los resultados de la revisión sistemática presentes en la tabla 1, se presentan en forma de matriz de síntesis. Este proceso permitió una perspectiva más amplia y una estructuración lógica de la información, con el objetivo de facilitar su lectura y comprensión a los lectores. Especifica aspectos fundamentales que apoyaron la investigación científica y favorecieron la visualización de los hallazgos que se tuvieron en cuenta para la triangulación, comparación y discusión de la información.
Frecuencia de publicaciones por años
Según el estudio de revisión sistemática, los años 2017 y 2021, tuvieron la mayor prevalencia de publicaciones, representando cada uno 6 trabajos (24%) de las producciones científicas; el año 2019 tuvo una prevalencia de 5 artículos (20%); el año 2020 tuvo 4 artículos, (16%); mientras que los años 2018 y 2022 tuvieron la menor productividad, ambos con 2 trabajos (8%). Esta información se encuentra representada en la figura 2:
Nota. Elaboración del autor a partir de los artículos seleccionados.
Estudios por área de conocimiento
La figura 3 demuestra que, según la muestra seleccionada, el 40% de las publicaciones científicas versaban sobre conocimientos de educación, seguidas por el 32% de las publicaciones sobre psicología y el 28% de las publicaciones sobre salud. Este comportamiento, donde predomina la educación en la producción de trabajos relacionados con el TDAH y su influencia en el aprendizaje, responde al interés de comprender mejor el desarrollo psicoeducativo de este tipo de trastornos que afectan el aprendizaje, tanto académico, emocional y social (Valverde et al., 2020).
Nota. Elaboración del autor a partir de los artículos seleccionados.
Asimismo, el abordaje desde el área de psicología relacionado con la educación permite comprender los procesos de enseñanza aprendizaje, desde el paradigma conductual, humanista, cognitivo, psicogenético y sociocultural, siendo los temas principales del desarrollo psicoeducativo (Valda et al., 2018). Desde el punto de vista de salud, su relevancia radica en la importancia del seguimiento psicoeducativo los primeros seis años de vida para la prevención y detección de un posible trastorno en esta área, relacionado o no con un futuro TDAH (Martinhago et al., 2019).
Estudios por país de procedencia
En la figura 4, se examinan los países que produjeron los artículos, dominando España con 9 publicaciones (36%), seguido de Colombia con 4 trabajos (16%) Argentina y Perú con 3 publicaciones (12%) respectivamente, Brasil 2 (8%) y, por último, Bolivia, Guatemala, Venezuela y Chile con solamente 1 publicación (4%). Cabe destacar que, si bien el estudio está centrado en el contexto latinoamericano, fue interesante incluir estudios realizados en España por sus hallazgos, además dada su colaboración con investigadores latinoamericanos, que consideran la necesidad de estudiar el TDAH debido al incremento de casos los últimos años en niños entre 8 y 12 años (Sánchez et al., 2022).
Nota. Elaboración del autor a partir de los artículos seleccionados.
Discusión
La identificación del TDAH en preescolares, de acuerdo a lo expresado por los autores, es difícil debido a las disparidades en la maduración cortical entre los pacientes con TDAH y los que no lo tienen (Rodríguez et al, 2017; Hernández et al., 2017). Además, los estudios de Balbuena (2017) demuestran que la prevalencia e incidencia del TDAH entre los 6 y 11 años era superior del 60%, lo que concuerda con los datos aportados en el estudio de Llanos et al. (2019).
Dentro de los hallazgos, las investigaciones de Uribe et al. (2019) y Fernández (2020) muestran que diagnosticar el TDAH en preescolares es difícil debido a las condiciones de desarrollo típicas de este grupo de edad, donde el juego representa un papel importante en el desarrollo de la función simbólica y la consolidación de la atención autorregulada, así como el papel regulador del lenguaje.
Por otra parte, los diversos estudios que incluyen casos clínicos, cortes y controles de casos se realizan sobre el TDAH en niños mayores, consecuentemente, Fernández-Menor (2021) y Rusca-Jordán y Cortez-Vergara (2020), recomiendan los estudios que utilizan este tipo de diseño para recoger mejor la evidencia a lo largo del ciclo vital sobre el TDAH.
Con respecto al diagnóstico del trastorno, existen elementos que pueden confundirlo con otros factores que afectan la atención de los niños, tal como lo expresa Domínguez (2017) quien señaló que la falta de atención y la hiperactividad pueden ser causadas por dificultades familiares e insuficiencias afectivas y culturales, y no por el TDAH. Mientras que Ripoll-Salceda y Bonilla (2018), señalan que la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad son comportamientos preescolares comunes, por lo que diagnosticar el TDAH en preescolares es difícil debido a la fluctuación diaria del comportamiento, las respuestas situacionales al entorno y las interpretaciones de los adultos sobre el comportamiento.
Por su parte, en el contexto escolar, los docentes y especialistas en la atención temprana deben contar con la debida formación, recursos y dispositivos que le permitan identificar dicho trastorno, para lo cual deben poseer conocimiento y recursos para lograr un ambiente inclusivo que responda a las diferencias, sin prejuicios o discriminación, dado que son estas actitudes las que impactan negativamente en la salud mental, en su desarrollo emocional y en sus relaciones. Ello se refirma en lo expresado por Santos y Miranda (2020), dado que consideran que un proceso psicoeducativo ayuda a los profesores y a los padres a distinguir los síntomas del TDAH de las respuestas propias de la edad y de la situación, procedentes del juego, las disputas con los compañeros, los padres y los cuidadores. Sin embargo, Valda et al. (2018) señala que el TDAH indica problemas de atención, pero no es la causa principal; tener problemas de atención no implica TDAH. Consecuentemente, Marín et al. (2017) expone que el TDAH implica tener problemas de atención, lo que repercute en el aprendizaje porque es difícil reconocer los estímulos visuales o audioverbales.
En ese orden de ideas, los estudiantes con deficiencias atencionales, como el TDAH, tienen problemas para leer y escribir (Cardona y Valera, 2017; Arango y Chávez, 2021). La investigación de Álvarez y Botero (2022) coincide que los niños con problemas de atención (TDAH) presentan bajo rendimiento escolar, lo que concuerda con lo señalado por Resett (2021), en su estudio sobre la incidencia de la atención en el rendimiento de los estudiantes en la escuela. Por su parte, Álava et al. (2021) y Paneiva et al. (2021) coinciden que los niños y adolescentes con esta enfermedad son más propensos a tener malas calificaciones, a la deserción escolar o cursar nuevamente un grado. Finalmente, las investigaciones de Muñoz et al. (2020) y Manrique (2019) afirman que las funciones cognitivas predicen el rendimiento escolar.
Conclusiones
Al analizar el impacto del TDAH en el aprendizaje se halló que en la literatura revisada existen diferentes perspectivas, pero esencialmente la educación y las disciplinas de la salud (psicología o medicina) han explorado el impacto de estos en los desempeños escolares de niños(as) y adolescentes. De este modo, en el ámbito de la escuela se destacan los estudios que destacan la implementación de estrategias que docentes y especialistas proponen para atender la diversidad y sus necesidades específicas, a la vez de proporcionar a las familias apoyo en sus cuidados y atención, mediante actividades inclusivas en las cuales todos participan, y que les permiten comprender las diferencias, a fin de crear situaciones de aprendizaje.
En la vertiente de los estudios clínicos o de las ciencias de la salud, en su mayoría se definen los mecanismos para el diagnóstico temprano como elemento crucial para la toma de decisiones sobre los procedimientos y estrategias que se deberán implementar para que sus desempeños académicos no sean motivo de afectación emocional. En consecuencia, las recientes revisiones de los criterios de diagnóstico (estudios durante el período 2017-2022 pueden haber invalidado los estudios más antiguos. Por lo tanto, se necesitan datos adicionales para determinar qué tan atrasados están los niños con cada subtipo de TDAH con respecto a sus compañeros y que tienen consecuencias en el ámbito escolar. A objeto de entender los procesos de aprendizaje desde la conducta, además de hacer un seguimiento psicoeducativo para su detección temprana y comprender la incidencia del TDAH en el aprendizaje.
Asimismo, en relación con los hallazgos de los países latinoamericanos parecen indicar que se trata de un tema emergente y novedoso en esta región, con énfasis en el desarrollo o definición de comportamientos en el TDAH e incidencia en la dificulta de aprendizaje de niños y jóvenes en edad escolar. Sin embargo, es importante ampliar este conocimiento a otros continentes para fortalecer la información presentada en este artículo.
Finalmente, futuros estudios longitudinales deberían examinar la atención y el rendimiento escolar. Este tipo de investigación puede determinar si la atención influye en el rendimiento escolar o si otros rasgos neuropsicológicos causan covarianzas (direccionalidad de la causalidad). Además, debería evaluarse un perfil cognitivo de los estudiantes con mayor o menor rendimiento académico.