Introducción
En el contexto de la globalización y los constantes cambios en los que se encuentra la sociedad, es imprescindible que desde la academia se impulsen herramientas para estimular el aprendizaje y la gestión del conocimiento a través de los cuales los individuos sean capaces de planificar actividades y estrategias para aprender, de forma tal que no sólo sean competentes para el desarrollo de destrezas y habilidades de captación de información.
Es decir, se presenta como un proceso constructivo, auto-regulativo, orientado a metas, acumulativo, colaborativo, situado en determinados contextos y situaciones que permite construir un conocimiento significativo de forma intencional (Araoz et al, 2008), que actualmente es enriquecido por el constante desarrollo científico tecnológuco orientado a la intervención directa sobre los problemas sociales (García & Moreira, 2021).
Es preciso destacar a la lectura como una de las herramientas fundamentales para el efecto, entendida esta como una mera actividad mecánica de decodificación de palabras y significados (Inchausti de Jou, 2009), por lo tanto, se trata de una habilidad que se adquiere durante el proceso de formación académica como una forma única de acceder al conocimiento (Palacios et al, 2022).
Ahora bien, no basta con leer, sino con aprehender y aprender dichos significados, sino que se requiere además de la lectura comprensiva que, según lo afirma Valdivia (2014), es un proceso de construcción de nuevos significados a partir de la lectura de un determinado texto y su relación con otras ideas o saberes previos. Pero ¿cómo se desarrolla a nivel de los estudiantes universitarios?
Claramente, la lectura posibilita la comprensión de textos académicos, el reconocimiento de normas gramaticales y la absorción del contenido de manera que capte la atención y fomente la creación de nuevos materiales propios del lector. A través de la lectura se logra identificar y poner en práctica habilidades cognitivas, lingüísticas y el desarrollo de estrategias para proyectos de investigación, redacción de documentos científicos, y otros procedimientos.
Se trata de una síntesis de destrezas como proceso transaccional de interacción y realización de inferencias, de ahí que sea vista como un ejercicio de comprensión e interpretación que posibilita la ampliación de los conocimientos, por lo que la lectura “no solo se asocia con la decodificación del texto y la interpretación exacta de su contenido por parte del lector” (Cortés et al, 2019, p. 121).
La lectura facilita el proceso de aprendizaje de los estudiantes, promoviendo tanto el arte como la ciencia. En la actualidad, hay un enfoque riguroso en la escritura que debe ser impecable, sin errores ortográficos, lo que subraya la importancia de una lectura diaria para adquirir fluidez y dominio del vocabulario. Es esencial reconocer diferentes idiomas, culturas y entenderlos de la mejor manera posible, con el fin de respetar el contexto literario de los diversos autores.
Con la finalidad de dar respuesta a dicha interrogante, el objetivo de la presente investigación fue analizar la comprensión lectora en estudiantes universitarios desde las exigencias de la sociedad actual. Se considera a la lectura como una competencia transversal de la cual desprenden otros saberes propios de las areas del conocimiento específicas para los estudiantes universiarios. De ahí que a lo largo del presente estudio se resalte su importancia y la necesidad de adopción de políticas institucionales para su promoción.
Metodología
Se adoptó un enfoque cualitativo en el que se emplearon técnicas documentales de levantamiento de información. El estudio tuvo un diseño interpretativo, donde se aplicó el método hermenéutico para el análisis de la información recolectada a partir de la técnica de revisión bibliográfica y documental.
Para el efecto, se llevó a cabo una búsqueda exhaustiva de literatura relacionada con la comprensión lectora en el contexto de la educación superior con énfasis en artículos científicos que ofrecen una visión completa y objetiva respecto del tema de estudio, empleando como criterios de inclusión aquellos que se encontraran en bases de datos científicas como SciELO y Google Académico, que además hayan sido publicados en los últimos cinco años (2017-2023).
Finalmente, se realizó un análisis crítico de las fuentes seleccionadas., donde evaluaron los argumentos y evidencias presentados en cada una de ellas. Se identificaron patrones y tendencias relevantes que respaldaran la posición expuesta en este artículo.
Resultados y discusión
¿Qué es comprensión lectora?
Leer requiere la participación activa del lector, quien debe ser capaz de establecer relaciones significativas entre los conocimientos previos y los que adquiere con el texto, por lo que la lectura alimenta la imaginación y la creatividad, pero también habilidades para el desarrollo de la personalidad y la puesta en práctica de saberes teóricos (Blanco et al, 2022).
Es preciso mencionar que la lectura comprensiva se caracteriza principalmente por la concentración, la síntesis, el análisis, la coherencia y la claridad; por lo que requiere una serie de factores por parte del lector como el hecho de que se encuentre familiarizado con el tema y que exista algún tipo de interés con ese tema en específico u otros de similar naturaleza, debe existir además claridad en el propósito de esa lectura (conocer los objetivos), y contar con recursos que faciliten la comprensión (como diccionarios, enciclopedias, entre otros).
Por tal motivo, es importante ser un lector activo, que trate por cualquiera de los medios interpretar y comprender correctamente el texto; para esto se establecen cuatro pasos esenciales y las estrategias que se puede aplicar en cada uno de ellos:
Pre-lectura. Se realizan suposiciones acerca del contenido del texto a partir del análisis de los elementos para-textuales (títulos, subtítulos, gráficos, tipografías, epígrafes, entre otros).
Lectura. Se realiza la decodificación del texto, analizando su contenido y estableciendo vínculos entre las ideas del texto y los conocimientos previos del lector.
Pos-lectura. Se refiere al momento en que se verifica si las predicciones fueron correctas o no, se responden las interrogantes, se selecciona las ideas principales (y de ser posible se las explica con ideas propias), se establece un resumen de lo leído empleando un lenguaje más sencillo, se aplica una argumentación crítica sobre el contenido, se relacionan las ideas principales y secundarias y, de ser posible se esquematiza la información.
La comprensión lectora incluye, por lo tanto, un proceso sistemático e interdependiente a partir del cual se construye un significado que se obtiene como resultado de una microestructura formada por palabras e ideas que permiten al final de proceso comprender el elemento central o abstracto de la lectura (Palacios et al, 2022).
¿Cuál es el papel del lector académico en la actualidad?
Es por tal que se colige que el papel del lector académico en la actualidad es el de ser gestor del conocimiento a través de la aplicación de la lectura de forma tal que no se limite únicamente a captar e interiorizar la información sino además tenga las aptitudes y destrezas para poder ser además un transmisor de conocimiento, empleando las distintas estrategias que ofrece actualmente la globalización.
Ahora bien, en el caso de los estudiantes universitarios, el desarrollo de un nivel considerable de comprensión lectura es fundamental para su crecimiento intelectual y la eficiencia práctica en su futuro ejercicio profesional. De hecho, se considera que se trata de un sector que actualmente, dado el amplio desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, cuenta con mayores herramientas para lograr una correcta estrategia de comprensión lectora.
No obstante, se han ejecutado varias investigaciones como las de Palacios et al. (2022), en la que producto de la aplicación de diversas técnicas de levantamiento de información, existe un nivel bajo de comprensión lectora al no emplear correctamente las técnicas y estrategias necesarias para el aprendizaje. Así, autores como Loayza (2022), sostienen que ha sido justamente el avance de las nuevas tecnologías el que ha llevado a los estudantes a dedicar más tiempo a otras actividades que la lectura. Por lo tanto ¿qué debe hacer la academia?
En los estudios universitarios, los textos de lectura son una herramienta fundamental en la preparación de los futuros profesionales, por lo que García & Moreira (2021), indican que el primer paso a seguir es la identificación de las posibles causas de la dificultad para comprender los textos, entre los que se encuentra: i) la complejidad del lenguaje, ii) información desconocida, iii) dificultad conceptual por ambigüedades y/o imprecisiones, iv) extensión de los textos.
De los cuales, probablemente se debe prestar mayor atención a la tercera causal, ya que se debe procurar que los conceptos que llegan al estudiante sean coherentes y claros. Así, la ambigüedad es entendida como una cualidad ambigua que produce que un texto pueda adquirir diversas interpretaciones, lo que conlleva dudas e incertidumbre (Real Academia de Española, 2021); mientras que por imprecisión se refiere a la falta de precisión, entendida esta última como la abstracción o separación mental que hace el entendimiento de dos cosas realmente identificadas, en virtud de la cual se concibe la una como distinta de la otra (Real Academia de Española, 2021).
Pero las estrategias de comprensión lectora deberían -en teoría-, permitir que los estudiantes sean incluso capaces de interiorizar el significado de un texto que cuente con ciertas imprecisiones, lo que se logra solo cuando desde las universidades, como centros de gestión de conocimiento deben implementarse técnicas de enseñanza-aprendizaje que incluyan estrategias inferenciales con enfoques cognitivos, comunicativos y socioculturales que generen niveles de comprensión inteligente, crítico y creador (García & Moreira, 2021).
De ahí surge la necesidad de propiciar espacios de metacognición para organizar y comprender la información para controlar y regular el conocimiento, de forma tal que sea posible la formación de estudiantes con capacidad de aprendizaje autónomo y profundizar teóricamente dentro de dicho espacio (Alcas et al, 2019). Lo que se pretende es fomentar el nivel crítico de estudiantes universitarios de forma tal que sean posibles de emitir juicios argumentados respecto del contenido de los textos como consecuencia del desarrollo como la probabilidad (Flores, 2019).
Actualmente, las tecnologías de información y comunicación son inherentes a la educación superior, a través de las cuales se obtienen competencias y se desarrollan habilidades que, sobre elementos básicos como la lectura, logren dar respuesta a los problemas propios de la contemporaneidad con ideas nuevas acompañadas de acciones y propuestas que adapten la formación académica a la situación social actual, en este contexto Núñez y Ramírez (2022) sostienen que:
Hoy en día, aunque sigue siendo fundamental reconocer la diferencia de los espacios geográficos físicos en la educación, también es relevante estudiar las distintas estrategias de aprendizaje y el uso de las tic, así como la disponibilidad de los estudiantes para la conectividad tecnológica, con el fin de hacer sostenibles los nuevos procesos y garantizar la calidad de los mismos. (p. 241)
Pero no basta con proporcionar herramientas tecnológicas para facilitar el proceso, debe fomentarse -como se mencionó con anterioridad- estrategias cognitivas y prácticas en el modelo de aprendizaje. Debe entenderse que la lectura es un proceso de acercamiento al conocimiento integral para los estudiantes universitarios, en tanto que se presenta como un diálogo entre el autor del texto y el lector -quien la adecüa a su contexto, por lo que las universidades tienen la imperativa necesidad de promover la lectura como mecanismo de comunicación e interacción producto del cual se obtendrán nuevas competencias como el lenguaje, la otrografía y la escritura (Blanco et al., 2022).
Lamentablemente, las universidades no han puesto suficiente atención en crear una cultura de comprensión que promueva la lectura activa y participativa, llevando a los jóvenes estudiantes a percibirla como un proceso tedioso que se orienta únicamente al cumplimiento de una planificación curricular, quedando como una suerte de asignatura pendiente a la que las instituciones de educación superior tienen con la sociedad en general.
En este proceso, de acuerdo con Huarca (2022), los docentes desempeñan una tarea fundamental en tanto que desde las diversas cátedras deben impulsar la lectura comprensiva tanto a nivel individual como colectivo, para efectos de lo cual se requiere además una buena preparación, en los que las instituciones deben pretender:
Identificar las necesidades de aprendizaje en función de las necesidades sociales.
Aplicar técnicas de comprensión lectora adecuadas a contextos y necesidades específicos.
Incluir, dentro de las planificaciones curriculares competencias relacionadas con la lectura
Considerar la perspectiva de los estudiantes respecto de la lectura y sus necesidades.
Explorar nuevas prácticas formativas.
Por lo tanto, debe adoptarse un enfoque sociocultural donde la lectura es una experiencia capaz de denotar dviersidad de significados (Castillo, 2022), solo de esta manera será posible el desarrollo de competencias comunicativas como aquellas que permiten al ser humano prosperar a nivel social, siendo un factor imprescindible en la vida académica de un estudiante universitario que pretende ejercer profesionalmente su vocación (Alien et al, 2021).
Experiencias de las estrategias de comprensión lectora en la Universidad San Gregorio de Portoviejo
A partir de los datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC, 2012) mediante un censo realizado en 2012, se observó un marcado desinterés hacia la lectura en diversas ciudades de Ecuador por parte de la población y la sociedad en general. Este desinterés parece ser atribuido principalmente a la supuesta falta de tiempo, aunque se destaca que siempre hay espacios disponibles para cultivar el conocimiento a través de la lectura.
En el ámbito legal, se evidencia una dificultad en la interpretación de textos por parte de legisladores, asambleístas y abogados litigantes, lo que resulta en una falta de comprensión precisa y argumentación jurídica sólida. Es importante señalar que el hábito de la lectura es una elección voluntaria que, mediante la repetición y la motivación, puede ser desarrollada para fortalecer estos argumentos. Por lo tanto, se sugiere que se reserve al menos un momento diario para leer un libro favorito, lo que contribuirá a ejercer las profesiones de manera más efectiva.
En este sentido, la Universidad San Gregorio de Portoviejo, a través de su carrera de Derecho cuenta con el proyecto de investigación “La lectura como método para el desarrollo de competencias y habilidades en los estudiantes”, con la finalidad de impulsar a los estudiantes universitarios a involucrarse en la lectura a través de procesos académicos con la finalidad de procesar y analizar información para posteriormente argumentar y expresarse con libertad.
El principal problema que motivó la creación de este proyecto de investigación se relaciona con las múltiples lagunas de comprensión presentes entre estudiantes y profesores universitarios. Es evidente que muy poca gente lee por gusto, ya que la lectura se realiza más como una obligación para cumplir un objetivo específico, como obtener beneficios académicos, y después se olvida la responsabilidad y el compromiso que implica la lectura. Pues, nace justamente en etapas en la que los estudiantes vivían incertidumbre y careciendo de este tipo de iniciativas (Guerra et al, 2021).
Este proyecto abarca diversas actividades destinadas a fortalecer el aprendizaje y fomentar la cultura como un medio para evaluar el pensamiento crítico y la argumentación en los estudiantes de educación superior, especialmente en la Universidad San Gregorio de Portoviejo, pues se trata de un problema que a menudo afecta el ámbito académico, ya que los estudiantes tienen dificultades para procesar, interpretar y expresar sus argumentos frente a un grupo específico de personas.
Durante el tiempo de ejecución del mismo se han obtenido una serie de resultados como la participación en seminarios, paneles de lectura, conferencias congresos o jornadas de investigación arbitrados nacionales e internacionales, con sus respectivas memorias; actividades y competencias que se han complementado con la adecuación de espacios físicos dentro del campus universitario para el fomento de la lectura recreativa y científica.
De esta manera, se ha permitido que los estudiantes desarrollen lo que Duche et al (2022) consideran habilidades lectocomprensivas para “analizar, comparar, criticar, argumentar, describir hechos y formular soluciones a problemas específicos” (p. 182). A través de estos planteamientos, se pretendió obtener resultados pertinentes y adecuados en los campos del derecho, la tecnología y la información y comunicación. Las actividades planeadas se llevaron a cabo y se difundirán, además, a través de plataformas digitales, un libro de memoria e incluso se logró establcer un espacio designado como sala de lectura en el edificio de la carrera de derecho, para que los estudiantes tengan la oportunidad de leer e interpretar textos.
Se evidencia que existe una creciente preocupación al respecto de la importancia de la lectura, implementando estrategias de vinculación de ejes fundamentales dentro del entorno universitario: los estudiantes, los docentes, la investigación y la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos. Ahora, debe evaluarse la capacidad de adaptación de estas iniciativas pedagógicas a las exigencias de un mundo globalizado ¿o llegará el momento en que los estudiantes dejen de leer?
Conclusiones
La comprensión lectora representa una competencia básica que debe asumir la persona en sus diveros niveles de formación, especialmente al llegar a un nivel profesionalizante en que el estudiante debe prepararse para dar solución a problemas de la realidad.
Sin embargo, existe un marcado desinterés al respecto provocado -probablemente- por el advenimiento acelerado de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que han llevado a los estudiantes a optar por alternativas más rápidas en la lectura; pero también por la falta de atención que a nivel de las universidades se ha prestado a este asunto.
Para las instituciones de educación superior, el desarrollo de habilidades de comprensión lectora por parte de los estudiantes debe ser uno de sus objetivos centrales a nivel curricular, en tanto que representa la forma en la que los futuros profesionales intervengan sobre la realidad a nivel profesional.
Así, existen casos como el de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, que ha prestado especial atención al desarrollo de estas habilidades a través de la creación de programas y proyectos que integran los saberes teóricos propios de la formación profesional con las bondades de las nuevas tecnologías a fin de lograr un crecimiento académico y profesional integral por parte de sus estudiantes.