Artistas participantes de la exposición: Sofía “La Suerte” Acosta, Angélica Alomoto, Dominga Antún, César Andrade Faini, Adrián Balseca, Paula Barragán, Juan Caguana, Saskia Calderón, Angie Vanessita, Pablo Cardoso, Falco, Fernando Falconí, Dayuma Guayasamín, Oswaldo Guayasamín, Manai Kowii, La Artefactoría, Luis A. Martínez, Juan León Mera Iturralde, Víctor Mideros, Tomás Ochoa, Bolívar Peñafiel, Ramón Piaguaje, María Teresa Ponce, Christian Proaño, José María Roura Oxandaberro, Jan Schreuder, Paul Rosero Contreras, Oscar Santillán, Enrique Tábara, Gustavo Toaquiza, Rafael Troya, Miguel Varea, Eduardo Vega, Servio Zapata.
Introducción
Los incendios forestales en la Amazonía brasileña de agosto del 2019 fueron el contexto regional en el que se inauguró la exposición “Paisaje/Territorio: Imaginarios de la selva en las artes visuales” en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil (Ecuador). Una tragedia anticipada por la devastación social y ambiental que afecta a esa región desde la época colonial, y que se recrudeció durante los procesos de modernización del siglo XX que fomentaron la urbanización, la industrialización y el extractivismo neoliberal. En el actual milenio los ecosistemas y territorios selváticos se encuentran permanentemente amenazados por la actividad petrolera y minera, la deforestación, el tráfico ilícito de especies nativas, en un contexto donde la participación de los Estados ha demostrado responder a intereses corporativos en detrimento del bienestar comunitario y el equilibrio ecológico.
¿Cuál es el lugar de las prácticas artísticas en este escenario? El concepto curatorial de la exposición se estructuró a partir de los distintos imaginarios de la selva que hemos construido en el Ecuador desde el siglo XIX hasta la actualidad. La historia del arte evidencia los modos de ver y concebir el espacio selvático en el campo social, político y cultural; por lo cual, decidimos enfocar la curaduría desde esta disciplina, pero en diálogo con perspectivas de los estudios culturales y visuales. Asimismo, incorporamos debates antropológicos que cuestionan el binario naturaleza-cultura, y reflexiones ecologistas sobre la historia del extractivismo en la región amazónica del Ecuador.
En el marco conceptual utilizamos las nociones de imaginario cultural (Valdez 2019, 49) y representación (Valdez 2019, 18) -basadas en Hall (2010 [1997]) y Anderson (1993 [1983])-. También empleamos una definición precaria de práctica artística (Valdez, 2019, p. 28), elaborada a partir de las contribuciones de Lupe Álvarez (2017 [2006]), Víctor Manuel Rodríguez (2003) y Ana María Guasch (2003, 2005). Los antecedentes de la investigación curatorial se encuentran en varios trabajos previos (Valdez, 2013, 2016, 2017, 2019; Morán, 2018; Morán y Valdez, 2017, 2019), en donde se describen enfoques teóricos, conceptos y metodologías que nos permitieron elaborar el sustento curatorial de “Paisaje/Territorio”.
Además de estos antecedentes, cabe mencionar la experiencia de Valdez en el espacio activista de Yasunidos1 en el 2014; en ese momento comenzó a idear esta exposición a través de una relación, ciertamente conflictiva, entre historia del arte y activismo ecologista. En este sentido, la muestra tuvo un fuerte componente histórico representado por obras de inicios del siglo XX, como las de Rafael Troya y Luis A. Martínez, que reflejan una visión idealizada, romántica, de la selva virgen, en diálogo/tensión con pinturas de Pablo Cardoso y fotografías de María Teresa Ponce que cuestionan la visión extractivista de la selva amazónica que se mantiene hasta nuestros días.
Un objetivo importante fue indagar acerca de cómo nos relacionamos con la selva desde Guayaquil, una ciudad en la que escasamente se abordan problemáticas ecológicas y culturales de la Amazonía ecuatoriana. La coyuntura regional de los incendios en Brasil funcionó como un detonante para la mediación con los públicos. Nos interesaba potenciar un cuestionamiento hacia los problemas que enfrenta la región, pero a través de la dimensión sensible del arte; por consiguiente, priorizamos la centralidad del objeto artístico en el espacio expositivo. Fue un desafío elaborar el guion museológico desde una visión crítica sobre los imaginarios culturales de la selva; y, a la vez, seleccionar obras y proyectos artísticos que fuesen estéticamente evocadores, metafóricos, que evitaran la literalidad, y que pudiesen ser leídos y percibidos de múltiples maneras.
La investigación histórica de “Paisaje/Territorio” fue realizada por quienes suscriben el presente texto, mientras que la curaduría fue emprendida por Valdez con la asesoría de Rodolfo Kronfle Chambers y Susan Rocha, especialistas en historia del arte. La coordinación institucional fue realizada por Sara Bermeo y Enrique Tuárez del MAAC; la producción, por Gabriela Fabre; la museografía, por Gabriela Cabrera; la asistencia general, por Andrea Mejía; y el montaje fue realizado por el equipo técnico del museo liderado por Esteban Arámbulo.
Es preciso resaltar que esta exposición fue posible gracias al interés de Cote Zurita, exdirectora del MAAC, quien propició condiciones idóneas a nivel técnico y administrativo al interior de la institución para acoger un proyecto curatorial de carácter histórico, en el que participaron diversas colecciones de arte, públicas y privadas, a nivel nacional, y que demandó cumplir con protocolos especializados para el manejo de bienes patrimoniales. El objetivo de Zurita fue crear una experiencia referencial dentro del museo para la producción de proyectos institucionales en colaboración con curadores y curadoras autónomas.
A continuación, compartimos en la Revista Index los textos curatoriales que acompañaron la exposición.
Paisaje/Territorio: Imaginarios de la selva en las artes visuales2
Las principales ciudades del Ecuador se han constituido dando la espalda a la selva, sin embargo, ella ha sido parte inevitable de los discursos y repertorios visuales de la nación. Esta contradicción ha originado múltiples formas de imaginarla: infierno verde que no permite el desarrollo de la civilización, tierra virgen que debe ser conquistada y aprovechada, región de vitalidad mágica que se contrapone a la lógica urbana, territorio soberano injustamente invadido por los países vecinos, ecosistema único en el mundo que debe ser protegido frente a las constantes amenazas que se ciernen sobre él.
Esta exposición presenta una perspectiva histórica sobre la conformación de los imaginarios de la selva en el arte producido en el Ecuador, desde el siglo XIX hasta la actualidad. Los núcleos temáticos están articulados de forma cronológica, sin embargo, las obras no se presentan en un rango temporal lineal. Los imaginarios de la selva surgidos durante la colonia, la primera época republicana y el siglo XX, evidencian una considerable vitalidad en el presente, por lo cual hemos planteado diálogos entre piezas históricas y actuales.
El universo de obras de arte en el Ecuador que aluden a la selva es vasto. Hemos optado por escoger propuestas que, desde una sensibilidad artística, han cuestionado las formas de representación más comunes, aunque con el paso de los años hayan derivado en una nueva convención. Un criterio fundamental fue incluir a artistas que se han aproximado a la selva para resaltar su valor de manera crítica, además de considerarla un lugar vital en su trayectoria. La curaduría no intenta armonizar las fricciones entre los distintos modos de ver la selva, sino darles contexto, y resaltar la heterogeneidad de medios empleados para mirar, representar y estar en este espacio.
Los cinco núcleos temáticos que articulan la muestra no son categorías rígidas e impermeables. La intención es construir una narrativa que revele cómo los imaginarios afectan y son afectados desde lo artístico, es decir, como el arte refleja, pero también propone, modos de concebir los espacios selváticos. Finalmente, el conjunto procura evidenciar lo compleja y trascendental que resulta la selva, si nos atrevemos a verla más allá de los lugares comunes en donde, como sociedad, la hemos querido situar para nuestro propio beneficio.
Pervivencias coloniales
Ya desde la conquista, y durante la época colonial, la selva amazónica despertó la imaginación de exploradores, colonizadores, misioneros, funcionarios, artistas viajeros, empresarios, entre otros. En algunos testimonios se la concibe como un infierno verde donde la vida civilizada no es posible, pero también como un espacio que, por la enormidad de su territorio, alberga indecibles tesoros que esperan a los más arriesgados. Junto a esta imagen aparece la idea de la selva virgen, feminización de la naturaleza desde la mirada patriarcal, propia de la empresa extractiva de la colonización. Según esta perspectiva, la selva está a merced del hombre civilizado, quien tiene la potestad de domesticarla a su conveniencia.
En este núcleo se plantea un diálogo entre obras de las primeras décadas del siglo XX con propuestas de arte contemporáneo, las cuales revelan cómo permanecen vigentes imaginarios que surgieron hace siglos, como consecuencia de la colonización de América. Este hecho resulta evidente cuando se piensa en la selva como un lugar cuyas riquezas deben ser extraídas para el progreso de la nación.
El género del paisaje fue de vital importancia para el inicio del arte en el Ecuador, como lo sostiene Alexandra Kennedy-Troya, tradición que se inicia en el siglo XIX con artistas como Rafael Troya. Estas obras forman parte del repertorio visual que permitiría imaginar una nación que apenas estaba adquiriendo forma. Las obras de arte contemporáneo expuestas revisitan estas imágenes para cuestionar su intencionalidad original y reflexionar acerca de su actualidad en el imaginario colectivo.
Selección de obras que integran este núcleo curatorial:
Selva mágica, paraíso perdido
Las obras que integran este núcleo no buscan representar lugares geográficos específicos; son imágenes que marcan un contrapunto entre lo real y lo imaginario, asociadas a lo telúrico, mágico y autóctono. El conjunto revela cómo los artistas modernos se alejan de las convenciones del paisaje decimonónico, y dialogan con el espíritu renovador de las vanguardias europeas para crear un lenguaje artístico experimental, basado en la recuperación del legado ancestral de las culturas americanas.
Se observa una influencia impresionista en los ríos amazónicos de Víctor Mideros de 1920, así como en un paisaje del Oriente de Juan León Mera Iturralde de 1932. La selva de Oswaldo Guayasamín, mientras tanto, evidencia un punto de vista propio de quien se adentra en ella. Esta obra probablemente fue producida después el viaje del artista al territorio Táschila en 1948, junto al explorador sueco Rolf Blomberg, Emma y Lillian Robinson, Olga Fisch y Minnie Bodenhorst. Junto a esta pieza encontramos la visión expresionista de la selva de Jan Schreuder, artista holandés que llegó al Ecuador en 1940 como cartógrafo dibujante de la compañía Shell.
En las obras de Enrique Tábara la selva aparece de manera expresionista o abstracta como un lugar fantástico, recreado de forma matérica, lo cual resalta su corporeidad. La pintura de Bolívar Peñafiel, en cambio, recurre al surrealismo para presentarnos una visión onírica de la naturaleza selvática. El conjunto finaliza con obras actuales de Paula Barragán y Servio Zapata, en cuyas trayectorias la selva ha sido parte medular de su repertorio iconográfico.
Selección de obras que integran este núcleo curatorial:
Un imaginario fronterizo
El Oriente ecuatoriano siempre ha sido una región periférica dentro del imaginario nacional. Su incorporación al resto de la nación, por las dificultades geográficas que existieron en el pasado para acceder a ella, por el choque cultural que ha existido desde la colonia, entre otros motivos, ha resultado sumamente compleja incluso hasta nuestros días.
Las obras que se reúnen a continuación sugieren cómo los límites trazados desde el poder político se vuelven tenues o inexistentes ya dentro del territorio. Se muestra cómo el arte puede ponerse al servicio de retóricas nacionalistas, como sucede con el mural de Oswaldo Guayasamín, Descubrimiento del Río Amazonas (1960), pero también se presentan perspectivas críticas frente a esta problemática. Este núcleo nos recuerda cómo la historia de límites del Ecuador ha estado marcada por los conflictos fronterizos con el Perú y Colombia, por lo que la selva amazónica ha sido escenario de disputas permanentes por las fronteras de la nación.
Selección de obras que integran este núcleo curatorial:
La selva y los debates ecológicos
En este núcleo se presentan obras artísticas sumamente heterogéneas producidas desde inicios del siglo XXI hasta la actualidad, en las cuales se observan enfoques que problematizan la relación de los seres humanos con su entorno y la convivencia con otras especies. En ellas la selva aparece como paisaje natural, ecosistema o territorio, pero derivan en la idea de que es un lugar disputado por múltiples agentes: el Estado, las transnacionales, las organizaciones sociales, las iniciativas turísticas, los colonos y las poblaciones nativas.
Podría decirse que en Ecuador se institucionalizan proyectos ambientalistas desde los años setenta, con la intención de proteger y conservar la biodiversidad de los espacios naturales, mientras que los discursos ecologistas emergen en la década de los ochenta, a través de organizaciones que se oponen a la depredación capitalista que afecta al equilibrio de los ecosistemas. Estos enfoques cobran fuerza en el arte local a partir del nuevo siglo.
En la actualidad, existe una amplia variedad de obras que abordan la idea de que la selva debe ser protegida, ya sea desde un interés en las agendas activistas, o desde una vena crítica afincada en el arte. Aunque las perspectivas ambientalistas y ecologistas se han vuelto dominantes en las representaciones contemporáneas de la selva, no son las únicas. Por ello, en este núcleo incluimos una diversidad de aproximaciones al territorio selvático que eluden el entusiasmo coyuntural, y se sustentan en proyectos e investigaciones de largo aliento. Las obras incorporan enfoques ecológicos, antropológicos e históricos, así como conocimientos y prácticas ancestrales, y exploran las posibilidades artísticas de los medios tradicionales y las nuevas tecnologías.
Selección de obras que integran este núcleo curatorial:
La selva en la frontera entre arte y activismo
Las obras que presentamos de Manai Kowii, Sofía “La Suerte” Acosta, Angie Vanessita y Christian Proaño provienen de procesos de colaboración con organizaciones ecologistas que promueven los derechos constitucionales de los pueblos indígenas y la naturaleza, la protección de la biodiversidad de los ecosistemas, el cuidado del agua, la defensa de la vida. Son propuestas afines a las luchas en contra de la industria petrolera y minera, la extracción indiscriminada de madera, la deforestación, el tráfico ilícito de especies nativas, el abuso del Estado y las corporaciones en los territorios ancestrales, y el modelo extractivista de desarrollo en el país. En la selección de obras no sólo fue importante considerar el discurso que promueven, sino, fundamentalmente, cómo se complejizan las ideas activistas a través de los lenguajes del arte, sin descuidar la función política de la imagen en estos contextos.
Obras que integran este núcleo curatorial: