1. Introducción
Se conoce como canasta básica al conjunto de bienes y servicios necesarios para que las familias puedan satisfacer sus necesidades elementales; su cálculo se realiza tomando como referencia a hogares compuestos de cuatro miembros con 1,6 perceptores de ingresos [1].
Es importante tener claro que la canasta básica no es un grupo de bienes elegidos al azar, sino que tienen una función bien clara que es la de reflejar las costumbres de consumo que tienen las familias promedio. En este sentido, es considerado para su composición aspectos como: alimentos, vestuario, salud, educación, recreación, transporte, comunicación, entre otros [2]. Desde el ámbito económico el análisis de la canasta básica, tanto de sus artículos como los precios de éstos, contribuyen en el análisis para medir la relación existente entre el ingreso y la inflación [3]; también es uno de los indicadores utilizados para la medición de la línea de pobreza, donde a partir de la medición de los ingresos y los gastos de las familias se determina su capacidad para cubrir el costo de una canasta básica de alimentos y servicios [4].
El costo de los productos que componen la canasta básica familiar está influenciado por diversidad de factores y tiene un impacto significativo en la economía de los países. El desarrollo económico de los países depende en gran medida de la situación económica de sus residentes y está relacionado con: inflación, estabilidad económica, entre otros; de esta manera el bienestar de los hogares se reduce en gran medida si se experimenta un aumento en el precio de estos productos, siendo el efecto mayor para aquellas familias de bajos ingresos [5].
En los últimos meses del año 2019 el mundo se puso en estado de alerta ante la presencia de un nuevo virus, se declaró emergencia sanitaria y las consecuencias económicas se reflejaron en poco tiempo en la población. Para Jackson et al. (2020) la pandemia tiene un gran impacto en el crecimiento económico mundial; el virus podría recortar el crecimiento económico mundial hasta en un 20 %, aumentando el riesgo de una recesión económica [6].
En todos los países se han impuesto drásticas medidas de protección para contener el aumento de los contagios por el virus, que incluye el distanciamiento social, evitar viajes innecesarios y la prohibición de realizar reuniones; la sugerencia de autoaislamiento, los controles para evitar la congregación de personas, ha influido en la disminución de las actividades económicas, teniendo importantes implicaciones para la distribución de los productos básicos; los mercados han cerrados sus operaciones dificultando el intercambio de los productos [7].
De acuerdo con Shaun, et al. (2020) los gobiernos han tenido la clara intención de proteger a sus ciudadanos y empresas, en lo que seguramente sea una de las mayores recesiones económicas de la historia moderna, se menciona que las estrategias y las escalas de intervenciones económicas han sido muy amplias, desde el 2,5% hasta un 50% del Producto Interno Bruto (PIB) [8]. Aproximadamente 500 millones de personas podrían verse empujadas a la pobreza como resultado de la pandemia del Covid-19 [9].
Otro de los aspectos que denotan gran preocupación por parte de los gobiernos es el aumento de precios. Debido a las prohibiciones, gran parte de los consumidores deben permanecer en sus casas, el consumo de diversos tipos de negocios se encuentra restringido y se han minimizado la frecuencia en las compras para disminuir las probabilidades de contagio. Por el lado de la oferta, esta podría suprimirse debido a las restricciones de movilidad que afectan al normal suministro de alimentos e incluso el abandono de la producción [10].
A nivel mundial se vive una crisis sanitaria, humana y económica [11]. Ante esta situación y de acuerdo con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2020) es importante determinar el impacto de la crisis del Covid-19 sobre el abastecimiento de alimentos en la región y la capacidad de respuesta que tienen los países, indicando sobre la importancia de algunos indicadores para este cometido [12].
Entre estos indicadores se encuentra el Índice de Precios al Consumidor, (IPC) el cual de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), es un indicador mensual, nacional que mide los cambios en el tiempo del nivel general de los precios que corresponden al consumo final de bienes y servicios de los hogares que se encuentran en los estratos de ingreso: alto, medio y bajo y que tienen residencia en las áreas urbanas del país. Actualmente, para su medición se realizan 25.350 tomas de precios para los artículos que forman parte de los 359 productos de la Canasta de Bienes y Servicios del Índice de Precios al Consumidor [13].
Con los antecedentes expuestos, el objetivo del presente trabajo fue determinar la incidencia de la crisis por el Covid-19 en el incremento del precio de los productos que componen la canasta básica del Ecuador.
2. Materiales y métodos
La investigación fue de tipo descriptiva y la metodología responde a una investigación documental. Se utilizó la metodología descriptiva porque su propósito, fue conocer las situaciones tal y como se presentan a través de la descripción de la realidad; la investigación es documental debido a que utiliza como recurso principal los diferentes tipos de documentos, relacionados con el tema y a los que puede acceder el investigador.
Se llevó a cabo el análisis de un conjunto de documentos, que incluía libros, informes, revistas científicas sobre el efecto del Covid-19 en la economía de los países y en el aumento del precio de los artículos que componen la canasta básica. Para identificar aquellos documentos que contribuirían en el desarrollo de la presente investigación se establecieron las siguientes condiciones:
Área de conocimientos social y económico.
Presencia de palabras claves relacionadas con la investigación (Covid-19, incremento de precios, afectación de la economía por la pandemia, entre otras similares).
En cuanto al acceso a los documentos se tomaron en consideración las siguientes restricciones:
Acceso a las fuentes documentales
Presencia de informes sobre la situación económica del país y de la región.
Base de datos de prestigio para la comunidad científica.
Los documentos obtenidos fueron categorizados de acuerdo con los autores, año de publicación, lugar de publicación, lo que permitió determinar aquellos más importantes para el desarrollo de la investigación. De esta manera, inicialmente se identificaron 62 documentos, una vez establecidas las prioridades y restricciones, fueron tomadas como fuentes documentales para la investigación 21 documentos
El análisis considera los siguientes escenarios, abril de 2019, abril de 2020 y septiembre 2020. El mes de abril de 2019 fue tomado como año de referencia para analizar la incidencia del Covid-19 en los precios de la canasta básica de abril de 2020, mes de mayor afectación a nivel económico, social y salud en Ecuador y el mes de septiembre se lo considera debido a que se ha emprendido un proceso de reactivación económica y es importante determinar la variación del costo de la canasta básica familiar.
3. Resultados
Para el mes de abril 2020, la inflación se había incrementado en 1 % de acuerdo con el INEC, lo que se vio reflejado en el índice de precio que pasó de 105,50 en marzo a 106,56 en abril. En el país se vivieron grandes dificultades económicas, agravadas por la crisis del Covid-19 el cierre de los mercados internacionales debido al confinamiento y la caída del precio del petróleo [13].
En la Figura 1 se puede observar cómo el IPC en abril de 2019 se encontraba en 105,49; luego en el mes de marzo del año 2020, inicio de la crisis sanitaria en Ecuador, el IPC se ubicó en 105,50; en abril de 2020, mes de mayor impacto de la pandemia en el país, el IPC se ubicó en 106,56. Aunque el efecto del Covid-19 impactó a la economía ecuatoriana en todos los sectores, las actividades agrícolas fueron las que tuvieron el mayor trabajo debido a que debían garantizar el consumo interno como los productos de exportación. La agricultura experimentó un crecimiento en la demanda y en los precios de los productos, especialmente de aquellos que componen la canasta básica.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (2020) las variaciones en los precios incluyeron algunos productos como la cebolla colorada que se incrementó hasta en un 300 % entre los meses de marzo y abril [14]. El incremento en los precios de este tipo de alimentos tuvo un efecto directo en las cadenas de comercialización y en el consumidor final. Entre las causas para el aumento de los precios se encuentra la reducida disponibilidad del transporte para la movilización de los productos, además por la disminución en la asistencia a los agricultores. Con respecto a los precios de mayor consumo se encontraban: cebolla (paiteña y perla), arroz, papa, tomate, limón. También se incrementó la demanda de hortalizas, frutas de la sierra (mora, tomate de árbol), frutas de la costa (piña, papaya, banano, plátano), también se experimentó un incremento en el consumo de huevos. A partir de mayo los precios se fueron restableciendo de forma gradual, hecho que se evidencia en la Figura 1, donde el IPC en el mes de septiembre ya se ubicaba en 105,42.
En laFigura 2se observa la incidencia mensual que ha tenido el Covid-19 por división de consumo, se puede observar que de acuerdo con los grupos en los que se encuentran divididos los productos y servicios que forman parte de la canasta básica, el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas como el que más experimentó un incremento si se lo compara con abril de 2019, pasando de 0,0095 a 0,8514 respectivamente. Otro sector que evidenció un crecimiento en sus precios fue el sector de la salud que, de 0,0513 en el 2019, pasó al 0,0609 en abril de 2020. Con respecto a los bienes y servicios que menos incremento en sus precios tuvieron se encuentran las prendas de vestir y calzado, recreación y cultura u transporte.
Calcular la variación de los precios contribuye a identificar si estos se encuentran subiendo o disminuyendo, para lo cual es indispensable disponer de un patrón de consumo que sea representativo o también conocido como canasta de consumo típica, donde se encuentran registrados los bienes y servicios que las personas demandan y su correspondiente ponderación dentro del grupo, razón por la cual algunos bienes y servicios registran un mayor peso dentro del índice de ponderación de las canastas [15]. La utilidad que representa el cálculo de este tipo de variaciones es por el hecho de que contribuye en la actualización de tarifas y precios de los bienes y servicios, además de que permite un ajuste de los salarios [16].
En cuanto al comportamiento que han presentado los precios en las principales ciudades del Ecuador, se establecen claras diferencias entre las ciudades de la región costa y sierra. De acuerdo con el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (2020) la variación mensual con respecto a los meses marzo y abril 2019 y marzo y abril 2020 evidencia un claro aumento de los precios, pero no todas las ciudades experimentaron en la misma medida este incremento, es más las estadísticas indican que fueron las ciudades de la Costa en donde se hizo más evidente el incremento de los precios [17]. A partir de este punto resulta fundamental determinar las causas que condujeron a este comportamiento de los precios, destaca el hecho de que los productos que más incrementaron sus precios y que se expenden en el mercado de la Costa son aquellos que se producen en la región Interandina, de esta manera productos como la cebolla, papa, tomate, entre otros experimentaron incrementos como consecuencia de la falta de movilidad debido a los toques de queda, medida tomada por el gobierno central para disminuir los contagios del virus.
Como se observa en laFigura 3y4la variación de los precios se presenta con mayor incremento en los productos comercializados en la región costa, siendo la ciudad de Machala considerada como la más costosa, seguidas de Manta y Guayaquil. La variación mensual de los precios en la ciudad de Machala en el mes de abril con respecto al mes de marzo 2020 se encontraba en 2,96%, mientras que en la ciudad de Manta la variación se encontraba en 2,13%, en Guayaquil la variación fue de 1,61%, mientras que en relación con la medición las ciudades de menor variación fueron Santo Domingo con el 1,27% y Esmeraldas con el 0,81%.
En las ciudades de la región Interandina el escenario se presentó diferente al que experimentaron las ciudades de la Costa, si bien hubo incremento en el índice de precios, este fue menor, información que se obtiene a partir de las variaciones entre los meses de marzo y abril 2019 y del 2020. Se observa que la ciudad de mayor incremento en la variación fue la ciudad de Loja con el 1,04 %, seguido de Cuenca con el 0,89 % y Ambato con el 0,46 %. La ciudad de Quito merece especial análisis debido a que según el INEC la variación fue negativa ubicándose en el -0,18 %. gran parte de la producción agrícola para consumo interno se realiza en la Sierra del Ecuador, debido a esa y a que experimentaron menos restricciones para seguir trabajando debido a que es considerado sector estratégico, el impacto en el aumento de los precios fue menor, situación distinta a la Costa, debido a que la cadena de suministro es más largo y uno de los elementos principales para que lleguen los productos al mercado es el transporte, el mismo que se encontraba limitado en gran medida para circular por las ciudades.
En cuanto a la relación entre el ingreso familiar, la canasta básica familiar y la canasta vital, se observa que el ingreso de las familias con 1,6 perceptores se ubicaba en $726,53 en abril de 2020, el costo de la canasta básica se encontraba en $715,70 y la canasta vital en $499,91. A partir de enero de 2020 el ingreso de las familias es de $746,67 estando el costo de la canasta básica en el primer mes del año en $716,14 y el costo de la canasta vital en $508,52. Con la declaratoria de emergencia sanitaria en el mes de abril, el costo de la canasta básica familiar y la vital se incrementó pasando a $728,38 y $515,47 respectivamente (Figura 5).
Como se puede observar en laFigura 6, el incremento del precio de la canasta básica con respecto al mes de abril del 2020, la ciudad más cara es Guayaquil con el costo de $756,43 %, seguida de Manta y Machala con el $748,23 y el $727,74 respectivamente, pero al comparar las variaciones de laFigura 3se evidencia que fue la ciudad de Machala la que experimentó la mayor variación, es decir, aquella que, con respecto al mes de marzo, experimentó un mayor incremento en los precios.
En laFigura 7también se puede analizar esta situación, el incremento en el costo de la canasta básica familiar fue el resultado de la pandemia y si bien en Loja, Cuenca y Ambato, ciudades donde el INEC realizó las mediciones, el incremento en los precios fue evidente, en la ciudad Quito, se experimentó lo contrario, los precios en el mes de abril 2020 con respecto al mes de abril 2019 disminuyeron, entre las causas de este fenómeno podría encontrarse la cercanía a los centros de producción.
En laFigura 8es posible observar la variación de las ciudades de la Costa y Sierra ecuatoriana donde el INEC realiza las mediciones, siendo evidente que la ciudad que experimentó una mayor variación en los precios del mes de abril con respecto al año 2020 fue la ciudad de Machala, seguida de Ambato y Guayaquil.
De acuerdo con lo expuesto en los resultados, si bien el costo de la canasta básica se incrementó a partir de la pandemia, las mediciones realizadas por los organismos del gobierno indicaban que los ingresos de las familias alcanzaban a cubrir el costo de los artículos. En este punto es necesario considerar que la medición del ingreso se realiza a partir de la percepción del salario básico por las familias, es decir que el ingreso familiar mensual que mide la capacidad de consumo de las familias para adquirir la canasta básica familiar y la vital se sustenta en el salario básico, por lo que es importante contrastar con otros indicadores. La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2020) estima que para América Latina y el Caribe en lo que respecta al segundo trimestre del año, las pérdidas de empleo se acercarían a los 25 millones [18]. El Banco Interamericano de Desarrollo calcula que como consecuencia de la crisis económica generada por el Covid-19 se perderían entre el 4,4 % y el 14.8 % de los trabajos formales en la región [19]. Mientras que la CEPAL estima que la tasa de desempleo será de 11,5%, superando el cálculo del año 2019 [20].
Es evidente que se han profundizado en gran medida las tendencias negativas de las actividades económicas a nivel mundial; la economía ha experimentado una caída muy similar a la de Segunda Guerra Mundial, y el PIB per cápita disminuirá en 90% de los países, provocando una recesión sin precedente [19]. En el Ecuador el desempleo se ubicó en el 13,3% lo que evidencia un millón de desempleados, donde Quito tiene el porcentaje más alto con 22,8% y Guayaquil ya se acerca al 15%. El empleo adecuado que en el 2019 se ubicaba en 38,8% disminuyó al 16,7 en el 2020, caída relacionada con la reducción de las horas laborales y el salario, medida aplicada tanto en el sector privado como en el público [21].
Con estos antecedentes, gran parte de los ecuatorianos no tiene un empleo adecuado, muchos se encuentran desempleados y han optado por actividades informales, el acceso a la canasta básica resulta casi imposible. Ante esta situación resulta un gran reto el diseñar alternativas que contribuyan al bienestar de la población lo cual debe actualmente convertirse en una prioridad económica, política y social, siendo necesario que se apliquen fuera de las medidas convencionales o de la que teoría convencional propone [22].
4. Conclusiones
La crisis iniciada por el Covid-19 se convirtió en un problema sin precedentes para la economía del mundo, en consecuencia, sus efectos en las actividades económicas también presentan valores negativos, por lo que las grandes interrogantes actualmente giran en torno a la magnitud real de la pandemia en la economía, su duración y el costo de la recuperación. Gran parte de los efectos negativos que viven la economía de los países se refleja en el consumo, el cual se ha visto disminuido por las medidas de confinamiento, en la caída del precio del crudo, en el cierre temporal o permanente de las industrias y de comercios, en la reducción de la producción, en las limitaciones en la cadena de suministros, entre otros, que han conducido a una crisis económica, social y de salud.
Muchos empleos se han visto afectados, el desempleo ha crecido en gran medida y el trabajo informal se ha convertido en la salida de muchos ciudadanos para mantener a sus familias. Debido a la especulación y a las restricciones, los precios de los artículos que componen la canasta básica han incrementado sus precios, haciendo que la población que se encuentra más afectada por la pandemia les resulte casi imposible adquirirlos, debido al desempleo, y la falta de ingresos en las familias.
Para el segundo semestre del año 2020 varios países han comenzado a disminuir las restricciones de confinamiento y autorizar la reapertura de ciertos negocios, siempre y cuando se compruebe que cumplen con las medidas de bioseguridad, esperan reactivar la economía. Ecuador no se ha quedado atrás, el Gobierno Nacional ha iniciado un programa de reactivación económica con el apoyo de las autoridades de los gobiernos autónomos de las provincias del Ecuador, con lo cual se espera disminuir la tasa de desempleo y que las familias se encuentren en capacidad de adquirir aquellos productos que componen la canasta básica, aunque es importante recordar que las estrategias para reiniciar la economía deben equilibrarse con la incertidumbre de una posible segunda ola de Covid-19.