Señora Editora:
El uso de flora medicinal o alucinógena se ha desarrollado desde los albores de la humanidad. Grandes culturas antiguas como Sumerios, Egipcios y la Antigua China utilizaron frecuentemente plantas medicinales para diversos propósitos. En América del Sur durante decenas de milenios innumerables especies de plantas nativas -y también hoy en día aquellas introducidas- se han utilizado por sus propiedades curativas y psicoactivas (1)(2). Esta Carta a la Editora destaca los beneficios para la salud y advierte sobre los efectos psicoactivos y neurotóxicos de algunas plantas medicinales usadas en Chile.
Una investigación encuestó a una muestra de población chilena (N = 361) respecto a plantas medicinales cuya ingesta mediante infusiones está contraindicada durante el embarazo. Los principales resultados incluyen a la ruda (Ruta spp.), menta (Mentha spp.), borraja (Borago officinalis), boldo (Peumus boldus), ajenjo (Artemisia absinthium) y melisa (Melissa officinalis) (Figura 1). Los encuestados reconocen que su consumo debe evitarse durante la gravidez; pero frecuentemente son consumidas debido a su efecto medicinal, basado esto en conocimientos etnobotánicos populares bastante arraigados (2).
Es interesante saber que los extractos de ruda (Ruta graveolens) inducen muerte de células de glioblastoma -pero no de neuronas- en ratones, constituyendo una prometedora oportunidad para las terapias antitumorales (3); no obstante, son conocidos los efectos neurotóxicos de las rutáceas, tales como trastornos del sueño, somnolencia, fatiga, mareos, desmayos, calambres y depresión (4). El uso de diversas especies de menta no está exento de riesgos pues se ha reportado que preparados mentolados utilizados excesivamente pueden provocar náuseas, problemas cardíacos, ataxia y otros trastornos nerviosos (5). La borraja es interesante para algunos neurocientíficos enfocados en el Alzheimer dado que sus extractos han mostrado efectos protectores en la memoria de roedores al interactuar con el péptido β amiloide (6). El boldo es también prometedor en el tratamiento del Alzheimer, lo cual se debería a propiedades antioxidantes previamente reportadas para la boldina, alcaloide presente en sus hojas (1). Por su parte, el ajenjo y la melisa son plantas cuyo consumo tradicionalmente se desaconseja durante el embarazo, pero también poseen gran potencial de uso en terapias orientadas al Alzheimer y a otras enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento (7).
Lo expuesto muestra algunas de las plantas medicinales utilizadas frecuentemente por la población chilena, quien tradicionalmente le adscribe a esta flora un alto valor curativo (1)(2). La evidencia mencionada invita a profundizar sobre el conocimiento fitoquímico en el área a fin de que se generen nuevas alternativas terapéuticas (3)(6), especialmente para patologías nerviosas y, a la vez, invita a advertir a la población sobre los riesgos para la salud (4)(5) respecto al uso indiscriminado de estas plantas.