Introducción
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2017), se consideran bebés prematuros a aquellos que nacen antes de la semana 37 de gestación. Se estima que, alrededor del mundo, ocurren 15 millones de nacimientos prematuros cada año (Hoffman et al., 2012).
Aunque, de acuerdo con el Ministerio de Salud Pública (MSP, 2015), Ecuador se encontraba entre los 11 países con tasas más bajas de nacimientos prematuros (5,1%), las consecuencias que esto acarrea hacen que su estudio sea relevante, pues la internación de un hijo en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) es considerada como un suceso vital inesperado y traumático, que afecta la dinámica familiar y el bienestar psicológico de sus miembros (Domínguez y Cortés, 2019).
Los progenitores suelen ser los más afectados, quienes experimentan emociones de impotencia, frustración, culpa y miedo, y pueden hacerse vulnerables a desarrollar síntomas ansiosos, depresivos y estrés postraumático (Navarro et al., 2019; Villamizar et al., 2017). Son diferentes los factores que generan estrés en los padres. Estos incluyen estar separados de sus hijos y no poder cuidarlos (Campo et al., 2018), las rutinas y procedimientos hospitalarios (Navarro et al., 2019; Villamizar et al., 2017), la comunicación con el personal de salud (Palma et al., 2017) y los monitores y demás equipos de la UCIN (González et al., 2012).
En el contexto latinoamericano, el estrés percibido por las madres y padres en la UCIN ha sido estudiado en México (Aguiñaga et al., 2015), Colombia (Villamizar et al., 2017), Cuba (Campo et al., 2018) y Chile (Navarro et al., 2019). En Ecuador, Flor (2016); Escobar y Cerruto (2020) estudiaron el estrés en madres de neonatos internados en unidades de cuidados intensivos en Quito.
Sin embargo, los resultados no son concluyentes. Mientras que, en algunos, el rol parental aparece como el principal estresor percibido por los padres y madres (Campo et al., 2018; Escobar y Cerruto, 2020; Villamizar et al., 2017), otros, como el de Flor (2016), han reportado que el ambiente de la UCIN es el factor más estresante.
Estas contradicciones encontradas sugieren que los aspectos que los padres perciben como estresores podrían variar por el contexto particular de cada institución de salud, por lo que identificar cuáles son los principales estresores de los padres permitiría mejorar la práctica profesional de enfermería en la UCIN del Hospital Isidro Ayora, a partir de las experiencias subjetivas de los padres que allí asistieron.
Por estos motivos, el presente estudio se propuso identificar los estresores parentales percibidos por los padres de pacientes internados en la UCIN del Hospital Isidro Ayora de Loja, Ecuador. Se espera que, a futuro, estos estudios sirvan para identificar y priorizar acciones del personal de enfermería para disminuir los niveles de estrés de las madres y padres de esta unidad, y contribuir con un cuidado de enfermería holístico y humanizado, que tome en cuenta no solo al paciente, sino también a su grupo familiar inmediato.
Metodología
Se trata de un estudio descriptivo, cuyo objetivo fue identificar los estresores parentales percibidos por los padres de pacientes internados en la UCIN del Hospital Isidro Ayora de Loja, Ecuador. El diseño corresponde a un estudio transversal, ya que se tomó una sola medida en el período comprendido entre octubre de 2018 y marzo de 2019 (Hernández et al., 2010).
La muestra estuvo conformada por 102 madres (84%) y 20 padres (16%). El tamaño muestral fue seleccionado mediante el cálculo del tamaño de muestra finita, teniendo en cuenta los 178 ingresos en los 6 meses previos a la investigación (Intervalo de Confianza = 95%).
Los datos se recolectaron mediante una entrevista estructurada, utilizando un cuestionario elaborado en base a la Escala de Estrés Maternal de Miles y Funks (1993). El cuestionario estuvo compuesto por 28 ítems en escala Likert de 4 opciones (“Sin estrés”, “Estrés leve”, “Estrés moderado” y “Estrés excesivo”). De estos, 5 preguntaban sobre estresores ambientales de la UCIN, 7 sobre el rol paterno con el recién nacido, 10 sobre el aspecto y comportamiento del recién nacido, y 6 sobre la comunicación con el personal de salud.
Resultados
En cuanto al ambiente de la UCIN, el ruido constante de los monitores y equipos fue percibido como causa de un estrés excesivo por 64% de los participantes, seguido de la presencia de personas que trabajan en la UCIN, que causó estrés moderado a 34% de las madres y padres que participaron en el estudio.
Los factores relacionados al aspecto y comportamiento del recién nacido que causaron estrés excesivo en los padres fueron el color poco común de su recién nacido (83%), que su hijo esté conectado a un respirador (79%), los hematomas, cortes o incisiones (65%), y que su recién nacido detenga la respiración (57%). Asimismo, 66% refirió estrés moderado a causa de los tubos o equipos en o cerca de su bebé, mientras que 60% afirmó que los cambios bruscos en el color de piel del recién nacido causaban estrés moderado, y 53% percibió estrés moderado por los movimientos respiratorios del neonato.
Con respecto al rol paterno, la separación del recién nacido fue percibida como un estresor excesivo por 87% de las personas encuestadas, mientras que la imposibilidad de abrazar al recién nacido y no poder brindarle cuidados causó el mismo nivel de estrés en 70% y 42% de las participantes, respectivamente.
En cuanto a los estresores provenientes de la comunicación con el personal de salud, 49% de las madres y padres percibieron que el hecho de que el personal explique las cosas muy rápido es un estresor excesivo. Que el personal no converse lo suficiente con los padres fue un estresor moderado para 52% de la muestra, y que no informen lo suficiente sobre los exámenes y tratamientos que realizan a su hijo es un estresor moderado para 44% de los participantes. Estos resultados se muestran en la tabla 1. (ver en Anexos)
Discusión
En la presente investigación, los aspectos ambientales de la UCIN fueron el tercer aspecto más estresante según madres y padres encuestados. Estos factores causaron menos estrés que los reportados por Flor (2016), quien reportó que el 72% refería estrés grave por el ambiente de la unidad.
De los aspectos ambientales, el ruido causado por los monitores y equipos de la UCIN fue el principal estresor. Al respecto, Velez et al. (2012) reportaron que los recién nacidos internados en estas unidades suelen estar expuestos a elevados niveles de comunicación acústica, por lo que recomiendan la elaboración de programas de mantenimiento de los equipos, así como la ubicación del recién nacido en un lugar lo más alejado posible de las máquinas y equipos. Al mismo tiempo, Vélez et al. (2012) sugieren la elaboración de protocolos que permitan reducir el ruido ocasionado por la interacción entre el personal y los visitantes. Con esto, no solo se reduciría el impacto negativo que el exceso de ruido puede tener en la evolución del neonato, sino también, en el estrés de las madres y padres, de acuerdo a los resultados de este estudio.
El aspecto y comportamiento del recién nacido resultó ser uno de los principales estresores en las madres y padres que participaron en el estudio, lo que coincide con los hallazgos de Sánchez et al. (2017). A su vez, en la muestra estudiada, este aspecto genera un mayor estrés que en el reportado por Aguiñaga et al. (2015) en México. Esto puede deberse a que el estudio señalado sólo incluyó neonatos reingresados o ingresados después de varios días de nacidos, lo que podría apoyar el planteamiento de que el nivel de estrés es mayor cuando la edad del neonato es menor.
En general, el rol paterno fue el menor estresor percibido por los participantes del estudio. Sin embargo, la separación del recién nacido y la imposibilidad de abrazarlo generaron importantes niveles de estrés en los participantes del estudio. Esto último coincide con el estudio de Garrido et al. (2017), quienes reportaron que la separación del neonato era uno de los aspectos que generaba mayor estrés en un grupo de padres y madres en una UCIN de Jerez, España.
De igual forma, la rapidez con que se explica a las madres y padres fue el principal aspecto de la comunicación que generó estrés a los participantes, siendo percibido como altamente estresante por casi la mitad de los participantes, lo que indica niveles de estrés superiores a los reportados por Escobar y Cerruto (2020), quienes indicaron que 37% de madres de un hospital en Quito manifestaban altos niveles de estrés debido la explicación rápida de los profesionales.
Al respecto, Iriarte y Carrión (2013) plantean que no tener suficiente participación en la toma de decisiones y sentirse excluidos en el cuidado de sus hijos, aumentan la preocupación de los progenitores y dificultan el establecimiento de un vínculo paterno-filial cercano. Por este motivo, es importante que los profesionales de la salud brinden información clara y precisa, con el objetivo de disminuir los temores asociados a la salud del neonato.
Esto es sumamente relevante, pues los cuidados que ofrecen los profesionales de enfermería en la UCIN no solo deben estar dirigidos a los neonatos; también deben tener en consideración las necesidades de los padres, para de esta manera ayudarlos a involucrarse de forma activa en el cuidado de la salud de su recién nacido.
En relación con lo anterior, toma relevancia el estudio realizado por Vaca (2015) en el Hospital Docente de Ambato, en el que se implementó una experiencia de aprendizaje dirigida padres y madres del servicio de neonatología. Considerando que la comunicación con el personal fue percibida como un estresor importante en los participantes de este estudio, los profesionales de enfermería podrían implementar programas educativos con estrategias didácticas adaptadas al contexto socio-cultural de los padres, para promover un aprendizaje vivencial, en el que incluso puedan aprender de la experiencia de otros progenitores.