Introducción
Durante los últimos años, el sector empresarial hotelero ha enfrentado crecientes retos ambientales, donde la eco-innovación se visualiza como una estrategia organizacional que ayuda a reducir efectos ecológicos negativos generados por la prestación de sus servicios; sobre todo, porque diversas cadenas hoteleras han sido expuestas públicamente por contribuir en la degradación ambiental al llevar a cabo sus proyectos de inversión en destinos internacionales (CEPAL, 2017; Hernández et al., 2018; Vargas, 2015). Tal es el caso de Nuevo Nayarit, un desarrollo turístico mexicano, el cual ha sido señalado por tener un crecimiento desproporcionado de oferta turística, afectando el entorno natural hasta un punto de inflexión, impactando en la biodiversidad terrestre y marina, con un efecto negativo a partir del crecimiento de la infraestructura hotelera, situación que ha llegado a transformar el paisaje y degradado las playas (Massé et al., 2018).
En ese sentido, recientemente la eco-innovación se ha convertido en un elemento clave para fortalecer la sustentabilidad de las empresas (Martínez-Rubio et al., 2021) y los destinos (Corona y Zárraga, 2014). Las investigaciones existentes exponen la importante función que tiene la eco-innovación para mejorar significativamente las actividades de sustentabilidad (Maldonado et al., 2020; Huang et al., 2016), como el desempeño social, prácticas de gestión verde, formación y sensibilización del personal (Dangelico y Pujari, 2010; Hermundsdottir y Aspelund, 2021; Hermundsdottir y Aspelund, 2022; Larbi-Siaw et al., 2022); generando un consumo más responsable y, produciendo bienes y servicios más ecológicos (Maldonado et al., 2020). Sin embargo, son pocas las investigaciones que han abordado la relación entre ambas variables en el turismo, evidenciándose aún más la limitada literatura en torno a este binomio de eco-innovación y sustentabilidad sectorial (Aboelmaged, 2018; Días et al., 2021; Wang et al., 2020).
La importancia de la eco-innovación en la industria hotelera se destaca desde una orientación estratégica, perspectiva que contribuye a mejorar la competitividad y sustentabilidad de las empresas (Velázquez, 2019); proporcionando medidas más amplias y estructurales para la gestión de negocios verdes como el diseño y la implementación de políticas ambientales, así como las actividades de monitoreo, auditorías y certificaciones en el tema de ecología (Dang y Wang, 2022). Igualmente, la eco-innovación se presenta como una alternativa para mantener, mejorar y renovar la calidad de los bienes, servicios y procesos, definiendo patrones de producción con valor agregado al contribuir directamente en la sustentabilidad (Bossink, 2012).
Con el fin de permanecer o mejorar su posición en el mercado, las empresas del sector turístico desarrollan y fomentan procesos de innovación y actividades en pro de la sustentabilidad ambiental (Kuo et al., 2022; Reyes-Santiago et al., 2109). Se advierte que los hoteles implementan eco-innovaciones debido a las regulaciones ambientales y presiones sociales, siendo estas algunas de sus principales impulsoras (Magadán-Díaz et al., 2019; Velázquez et al., 2016). Parte de las investigaciones sobre eco-innovación en el sector turístico se ha centrado en explicar la relación existente con los grupos de interés, ya sea como estímulo del mercado o como una posibilidad de atender sus necesidades (Segarra-Oña et al., 2018; Weng et al., 2015. Se ha analizado su influencia en el desempeño ambiental de las empresas (Aboelmaged, 2018; Magadán y Rivas, 2018), así como el fomento de la colaboración y co-producción a favor de una transición hacia prácticas más sustentables (Buijtendijk et al., 2018).
Los investigadores han identificado algunos vacíos de conocimiento en la literatura reciente, donde se observa que la eco-innovación es aún incipiente en la industria hotelera en su camino hacia la sustentabilidad, debido a varios factores económicos, comerciales y regulatorios que enmarcan al sector (Olivera-Menezes y kindl-da Cunha, 2016). Existen trabajos en torno a las partes interesadas, a pesar de ello, todavía falta hacer un análisis desde y hacia el personal del sector (Munawar et al., 2022) y, las comunidades locales (Sánchez y Vargas, 2015). Además, otros temas de creciente interés son las certificaciones (Cántaro-Márquez et al., 2023) y la ética empresarial, especialmente, en destinos de turismo masificado (Niñerola et al., 2019).
Por esta razón, el objetivo de la investigación es analizar la influencia de la eco-innovación sobre la sustentabilidad del sector hotelero de Nuevo Nayarit, México. El documento se estructura en cinco apartados. En primer lugar, se presenta la revisión de literatura que da soporte a la hipótesis de investigación. Posteriormente, se especifica la metodología desarrollada, resaltando como técnicas centrales la encuesta y la estadística para el tratamiento de datos. En un tercer apartado, se muestran los resultados del estudio que permiten su discusión. Por último, se exponen las conclusiones, limitantes y futuras líneas de investigación.
Eco-innovación
La eco-innovación dentro del sector turístico se presenta como una oportunidad tanto para las empresas que la implementan, como para la comunidad donde se ubican (Fernández et al., 2017), siendo que coadyuvan en la reducción del impacto ambiental negativo, a la par de disminuir los costos operativos, atender la escasez de los recursos naturales, prevenir la contaminación y mitigar los riesgos ecológicos (Kuo et al., 2022). En este marco de ideas, se concibe a la eco-innovación como una capacidad donde se integra el binomio innovación-naturaleza que permite desarrollar soluciones ecológicas novedosas valiéndose de una serie de elementos y estrategias que intervienen para subsanar las externalidades negativas generadas por la operación de la industria turística (Del Río et al., 2010; ISO, 2015; Rovira et al., 2017).
Uno de los soportes más fuertes que tiene la eco-innovación es la tecnología, referida al conjunto de métodos, procesos y herramientas diseñadas para otorgar soluciones que disminuyen los efectos ambientales (Fressoli et al., 2015). Hoy en día, las tecnologías ambientales van en aumento, ejemplo de ello, son las energías renovables y aquellos sistemas que permiten la recuperación de materiales y residuos que son reutilizados o transformados en nuevos productos (Olivera-Menezes y kindl-da Cunha, 2016). Otras tecnologías son las de captura y oxidación que permiten disminuir las emisiones contaminantes, mejorando así, la calidad del aire (Bell y Ruhanen, 2016; Wang et al., 2020).
En la literatura académica, autores como Velázquez et al. (2016) resaltan que las tecnologías permiten cumplir los propósitos de la eco-innovación dentro del contexto empresarial turístico. Por una parte, al obtener un nuevo o mejorado bien, servicio o proceso y, por otra, conceden a la organización un cierto grado de sustentabilidad empresarial. Además, la adopción de tecnologías verdes proporciona beneficios como el ahorro de los costos, la atención a las políticas ambientales y la observancia a las normas de regulación y certificación (Martínez-Rubio et al., 2021).
Otra determinante de la eco-innovación es la gestión ambiental que, desde el campo organizacional, se conceptualiza como las diligencias o acciones de una empresa para controlar el uso de los recursos y evaluar sus impactos ambientales (Vargas, 2015). Esto implica, analizar las condiciones operativas y los riesgos de afectación ecológica, permitiendo una adecuada toma de decisiones que mejora la gestión y fortalece su responsabilidad legal (Ramírez et al., 2015). La gestión ambiental ejecuta todo un sistema de procesos y mecanismos que impactan en la construcción de una actividad turística más sustentable (Hall, 2019). Inclusive autores como Longoni et al. (2018) y Segarra-Oña et al. (2018), indican que su carácter multidimensional es fuente de soluciones que favorecen distintas áreas y niveles organizacionales, generando sustentabilidad de las empresas hoteleras en su conjunto.
En el ámbito empresarial turístico, se requiere de instrumentos y acciones que garanticen la calidad ambiental de las prácticas eco-innovadoras (Hernández et al., 2017). Las certificaciones y auditorías cumplen con esta función de cualificar y cuantificar el desempeño ecológico (Rosales-Lobo y Morillo-Moreno, 2018). Este tipo de acreditaciones ejercen cambios en el comportamiento de los trabajadores provocando que utilicen los recursos naturales de forma más eficiente (Martínez-Rubio et al., 2021). Además, proveen de estándares para otorgar seguridad a los huéspedes y el personal que labora en los establecimientos hoteleros, ya que existe la garantía de que las actividades operativas se ejecutan correctamente; su alcance es tan amplio, que llegan a incidir en la calidad de vida de las comunidades como un ejemplo de responsabilidad ambiental (Rosales-Lobo y Morillo-Moreno, 2018).
Desafortunadamente, la integración de certificaciones y programas ambientales en la hotelería es limitada por la falta de interés y presupuesto insuficiente siendo algunas de las barreras para su implementación (Vargas, 2015); ya que se trata de iniciativas voluntarias que se encuentran mejor percibidas por las grandes cadenas hoteleras, dejando en desventaja a las pequeñas empresas del sector. Lo cierto es que, la normalización internacional en materia ecológica establece procesos completos y líneas de acción para implementar buenas prácticas de operación. Por ello, se requiere de grupos o comités ambientales que se encarguen de operar la logística alineada a la política empresarial y al cumplimiento de la ley (Oliver-Solà et al., 2017). Así, detrás de la eco-innovación existen determinantes significativos para el contexto empresarial hotelero, los cuales van más allá de lograr únicamente un rendimiento económico (Segarra et al., 2018).
Sustentabilidad sectorial
Frente a la intensa competencia turística global para atraer mayor demanda a los destinos, las empresas del sector buscan nuevas formas de diferenciación y posicionamiento en el mercado, lo que las lleva alinearse a estrategias de sustentabilidad (Sánchez y Vargas, 2015). Es de reconocer que las organizaciones tengan una actuación con fines de preservación ambiental y mejoramiento de la calidad de vida de sus agentes internos y externos, propiciando el bienestar social (Hernández et al., 2021; Rosales-Lobo y Morillo-Moreno, 2018).
La sustentabilidad sectorial hace referencia a la capacidad que tiene un sector económico para satisfacer sus necesidades y las de sus grupos de interés a través de acciones que reflejen una responsabilidad económica, ambiental y social, valiéndose de actividades y políticas que permiten su desarrollo (Camacho et al., 2013).
Al gestionar el sector de manera sustentable se visualizan modelos de negocio alineados con la rentabilidad económica; pero con un sentido humanista que promueva prácticas organizacionales orientadas a la equidad, transparencia e igualdad (Sehnem et al., 2019; Yong et al., 2020). Los principios de sustentabilidad impulsan acciones empresariales en correspondencia con la participación comunitaria, generación de empleo, seguridad laboral y cumplimiento de las obligaciones hacia la administración pública (Chatterji et al., 2016); las cuales mantienen una relación significativa con la innovación, el compromiso ambiental y la gestión de la diversidad, reflejándose en las acciones diarias de los empleados (Gándara et al., 2012; Sánchez y Vargas, 2015; Yong et al., 2020; Weaver, 2019).
Al adoptar un enfoque sustentable en el sector se fomenta el consumo de bienes y servicios amigables con el ambiente (Yong et al., 2020). Del mismo modo, se otorga información a los turistas y público en general para transformar patrones de comportamiento y modificar hábitos equivocados de los sujetos (Carrillo, 2017; O’Ryan, 2017). En efecto, fundamentar la sustentabilidad sectorial incluye directrices que definen la operación y manejo de acciones desde una conducta responsable por parte de la organización, las buenas prácticas de operación implican actuar de manera ética en todas las áreas de la organización (Moreno y Álvarez, 2022). Esto involucra un trato justo y equitativo a los trabajadores, clientes, proveedores y otras partes interesadas (ISO, 2010).
La transparencia es otro aspecto clave donde la empresa se compromete a ser clara en sus operaciones, comunicando de manera puntual y accesible información relevante sobre su desempeño, prácticas y decisiones (Chaudhary y Kumar, 2022), Asimismo, la adopción de medidas para prevenir cualquier forma de discriminación en todas las interacciones y decisiones relacionadas con el sector incluye el cumplimiento con las obligaciones empresariales, contemplando aspectos como la protección del medio ambiente, la seguridad de los trabajadores y los turistas, el pago de impuestos y cualquier otra obligación legal relevante (Chaudhary y Kumar, 2022).
En el marco de las prácticas laborales, las empresas turísticas adoptan una serie de medidas integrales y estratégicas, las cuales implican la implementación de programas de bienestar para el desarrollo humano de sus colaboradores (Munawar et al., 2022). Esto fomenta su crecimiento profesional garantizando condiciones laborales justas, promoviendo la seguridad e higiene en el lugar de trabajo, junto a estándares para prevenir accidentes y enfermedades ocupacionales, propiciando un entorno laboral seguro (ISO, 2010).
Finalmente, bajo el contexto actual la eco-innovación toma una importancia incuestionable, ya que parte de la necesidad de ejercer cambios significativos a favor del equilibrio ambiental, siendo imprescindible iniciar una transformación basada en los componentes de la sustentabilidad, lo que generará un impulso para adoptar prácticas que van mucho más allá de los simples intereses económicos empresariales (Nill y Kemp, 2009; OCDE, 2009; Lesakova, 2019). En resumen, la hipótesis de investigación planteada es:
H1: La eco-innovación tiene una influencia significativa y positiva sobre la sustentabilidad del sector hotelero de Nuevo Nayarit, México.
Materiales y métodos
La investigación se estructuró bajo el enfoque cuantitativo y el método de pensamiento hipotético deductivo. El diseño es no experimental y de corte transversal, ya que las variables utilizadas no fueron manipuladas y el registro de los datos se realizó en un momento único en el tiempo, dando a conocer el fenómeno tal y como se presenta en ese espacio. Asimismo, tiene un alcance explicativo al buscar responder cómo influye la eco-innovación sobre la sustentabilidad del sector hotelero.
Muestra
Se trató de una muestra no probabilística, cuya técnica de selección fue por conveniencia. La cual se compuso por 226 trabajadores de 18 hoteles, en su mayoría mujeres (65.9 %) en un rango de edad entre 26 y 40 años (71.35 %) solteras y en unión libre (82.5 %), con un nivel de estudios de licenciatura (81.85 %). Se aprecia que el lugar de nacimiento más representativo es la Ciudad de México (47.34 %), no obstante, el lugar de residencia de los encuestados tiene mayor representatividad en Bahía de Banderas (66.81 %). En cuanto a la antigüedad en el puesto de trabajo ronda entre 1 y 5 años (58.40 %), siendo los más, trabajadores de mando operativo (42.03 %) pertenecientes a hoteles que mayormente son de cinco estrellas (41.59 %) (tabla 1).
Diseño del instrumento y recolección de datos
La técnica para la recolección de los datos fue la encuesta auto administrada. El instrumento fue un cuestionario diseñado a partir de la revisión de la literatura científica y el análisis de juicio de expertos. Una vez aplicada la prueba piloto con 35 observaciones, se determinaron los ítems finales que miden las variables de eco-innovación y sustentabilidad sectorial. Así el instrumento quedó integrado por dos secciones, la primera donde se evaluaron los 25 ítems (tabla 2) a través de una escala tipo Likert de seis puntos, cuyos valores son van desde (1) hasta (6) totalmente de acuerdo respectivamente. La segunda sección fue una ficha técnica que permitió obtener los datos sociodemográficos de los trabajadores e identificar el hotel al que pertenecen.
El cuestionario se capturó en formato digital (online) en la plataforma de Google Forms, donde bastó con tener el enlace al cuestionario y un dispositivo electrónico con conexión a internet. La aplicación se realizó durante el primer semestre de 2021; para ello, se solicitó la autorización de los directivos garantizando la confidencialidad, anonimato y buen uso de la información obtenida.
Tratamiento de los datos
Para analizar la influencia de la eco-innovación sobre la sustentabilidad sectorial como se plantea en la hipótesis, se utilizó la modelación de ecuaciones estructurales por mínimos cuadrados parciales (PLS-SEM, por sus siglas en inglés) con el apoyo del software Smart PLS, ver. 4. Se parte del enfoque de un modelo de componentes jerárquicos (MCJ) o de segundo orden de tipo reflectivo-reflectivo, donde el modelo de medida se integra por factores que son manifestaciones de una dimensión, la cual a su vez refleja una variable (Hair et al., 2017). En este sentido, el procedimiento seguido se llevó a cabo en tres fases. Primero, se evaluó el modelo de medida donde se verificó la consistencia interna y la validez de los constructos, se ha corroborado la convergencia a través de la carga factorial y la varianza media extraída (AVE, por sus siglas en inglés), mientras que para la validez discriminante se comparó la raíz cuadrada del AVE y correlaciones (Henseler et al., 2015). Conforme a las recomendaciones de Hair et al. (2017), se evaluó la colinealidad utilizando el Factor de Inflación de la Varianza (VIF, por sus siglas en inglés).
Como siguiente paso, observando que el modelo reflectivo cumplió la validez y la confiabilidad, se llevó a cabo la evaluación del modelo estructural donde se analizaron los coeficientes de determinación (R2), el tamaño y significancia de los coeficientes path para cada dimensión, el tamaño de los efectos (f2) y la relevancia predictiva (Q2), basándose en la metodología propuesta por Henseler et al. (2015).
La tercera fase consistió en la interpretación del modelo. Complementariamente, se realizó un análisis descriptivo considerando las medias y desviaciones estándar, y un análisis de correlaciones utilizando el coeficiente de Pearson para datos normales, según los valores de asimetría y curtosis ±2 (Field, 2018).
Resultados
Modelo de medida
La fiabilidad del instrumento se demostró a través de la prueba de alfa de Cronbach (α), rho_A y fiabilidad compuesta (ρc); los valores cumplen satisfactoriamente con los criterios establecidos al ser superiores a 0.700 (tabla 3) (Nunnally, 1980; George y Mallery, 2003; Hair et al., 2009; Salas y Escurra, 2014). Asimismo, se cumple la validez convergente y discriminante teniendo valores arriba de 0.500 para la varianza extraída media (AVE); lo mismo sucede con la raíz cuadrada, ya que en todos los casos se superaron las correlaciones entre las dimensiones de cada constructo (Pérez-Cruz, 2023) (tabla 3).
La tabla 4 expone las cargas factoriales cruzadas por ítem, las cuales tienen un valor de al menos 0.700; no obstante, para el caso del ítem GA_04 que está por debajo de dicho valor se conservó por encontrarse muy cerca de la estimación recomendada y por su pertinencia teórica para el estudio (tabla 4) (Hair et al., 2017). Complementariamente, se revisó el factor de inflación de la varianza (VIF) comprobando que no existen problemas de multicolinealidad entre los ítems.
Modelo estructural
Respecto al grado de ajuste entre el modelo y los datos, se utilizó la técnica de re-muestreo bootstrapping con una simulación de 5000 casos. Como puede observarse en la tabla 5, los valores de t y p para cada una de las relaciones entre ítems y constructos cumplen satisfactoriamente con los criterios t≥1.96 y p<0.001. Los valores de R2 son mayores de 0.100 según lo recomendado para garantizar un modelo de importante explicación predictiva. Los tamaños de los efectos (f2) son grandes al ser mayores a 0.350 y se muestra una gran relevancia predictiva al tener un valor Q2 a 0.100.
La bondad de ajuste del modelo fue aceptable al obtener 0.080 en la raíz cuadrada media residual estandarizada (SRMR, por sus siglas en inglés). De acuerdo con la complejidad del modelo y el tamaño de la muestra para este estudio, donde las variables aún se encuentran en un nivel exploratorio (Simms et al., 2002).
En la figura 1 se aprecia que la variable eco-innovación tiene una influencia significativa y fuerte sobre la variable sustentabilidad sectorial (β=0.809; f2=1.891; p<0.001), donde la capacidad predictiva resulta ser elevada (R2=0.654; Q2=0.355) lo que soporta la hipótesis de la investigación (H1).
En la tabla 7 se observa que las empresas hoteleras están adoptando la eco-innovación y la sustentabilidad sectorial; aunque no lo suficiente, ya que las dimensiones han sido valoradas como positivas bajas (x̄=4.187; σ=1.496 a x̄=4.626; σ=1.462). Al visualizar la estimación de los ítems (tabla 6), las tecnologías ambientales para el reciclaje de residuos sólidos fueron las mejor evaluadas (x̄=4.491, σ=1.772), lo mismo sucede con la inclusión de procesos ecológicos de operación de la dimensión gestión ambiental (x̄=4.496, σ=1.824); y en el caso de la política y normalización ambiental, algunos hoteles están trabajando con comités ambientales (x̄=4.350, σ=1.832).
Considerando las respuestas para la variable de sustentabilidad sectorial, se observa que las empresas hoteleras fomentan oportunidades laborales para la comunidad local (x̄=4.708, σ=1.581); igualmente, el uso de productos y servicios amigables con el ambiente (x̄=4.451, σ=1.723). Las buenas prácticas de operación, así como las prácticas laborales fueron consideradas positivas, pero con un grado de evaluación moderado, bajo este valor se considera que las empresas mantienen comportamientos éticos (x̄=4.708, σ=1.724) y condiciones de seguridad e higiene para sus trabajadores (x̄=4.752, σ=1.676).
Respecto a las correlaciones destaca la asociación entre buenas prácticas de operación y prácticas laborales (r=0.792; p=<0.001), reflejando que las acciones de ética, transparencia, la no discriminación y el cumplimiento a las leyes en los hoteles se entrelazan con las prácticas de seguridad social, higiene y desarrollo humano para el personal. La relación entre tecnologías ambientales y gestión ambiental también es destacable (r=0.785; p=<0.001), ya que refleja la función que ambos factores tienen para prevenir y corregir los efectos que la actividad hotelera produce sobre el ambiente.
La participación en el desarrollo de la comunidad tiene una fuerte asociación con las buenas prácticas de operación (r=0.769; p=<0.001); así como las tecnologías ambientales con las prácticas laborales (r=0.742; p=<0.001).
Discusión y conclusiones
Esta investigación aporta evidencias empíricas de que la eco-innovación (a través de la adopción de tecnologías ambientales, la implementación de acciones de gestión ambiental y la integración de instrumentos de normalización) influye positivamente en la sustentabilidad del sector hotelero donde se contempla el desarrollo de la comunidad, la promoción del consumo responsable, buenas prácticas de operación y prácticas laborales, tal y como sugieren y postulan otras investigaciones (Kuo et al., 2022; Martínez-Rubio et al., 2021; Longoni et al., 2018; Rosales-Lobo y Morillo-Moreno, 2018; Segarra-Oña et al., 2018; Velázquez et al., 2016).
La eco-innovación responde a la necesidad de prevenir la contaminación y la mitigación de los impactos ambientales (Kuo et al., 2022; Rovira et al., 2017). Las empresas hoteleras de Nuevo Nayarit están empezando a introducir tecnologías principalmente para el ahorro de energía y el reciclaje de residuos, como se ha encontrado en otros estudios de Bell y Ruhanen (2016) y Wang et al. (2020). El análisis de riesgos ambientales fue el aspecto menos valorado; es necesario que los hoteles integren instrumentos preventivos de gestión ambiental y que beneficien a la empresa conduciéndola hacia la sustentabilidad (Hall, 2019; Longoni et al., 2018 y Segarra-Oña et al., 2018).
Los hallazgos revelan que la política y normalización ambiental son positivas para generar sustentabilidad en los hoteles; no obstante, se observa una mayor relación con la promoción del consumo responsable que con la participación en el desarrollo de la comunidad; así, se confirma cómo las certificaciones y los estándares son referencia para los turistas y el público en general para mantener una administración más verde y de conducta responsable (Carrillo, 2017; Dang y Wang, 2022; O’Ryan, 2017); mientras que la posibilidad de mejorar la calidad de vida y las oportunidades laborales quedan limitadas (Sánchez y Vargas, 2015; Hernández et al., 2021).
En materia de eco-innovación se reafirman los postulados de Rosales-Lobo y Morillo-Moreno (2018) donde las empresas al alinear sus actividades con los principios de sustentabilidad se logra una influencia de forma positiva y moderada en acciones que aumenten aspectos como la generación de empleo, la seguridad laboral y el cumplimiento de las obligaciones, garantizando condiciones laborales justas (Munawar et al., 2022; Moreno y Álvarez, 2022; ISO, 2010).
La investigación cumplió su objetivo al determinar la influencia de la eco-innovación sobre la sustentabilidad sectorial en la hotelería de Nuevo Nayarit, México. Se demostró que la eco-innovación al ser gestionada a través de instrumentos preventivos y de control define la operación de actividades para una conducta empresarial más responsable, ética y de cumplimiento con sus obligaciones legales.
Es evidente que la sustentabilidad sectorial se explica por la eco-innovación a partir de las tecnologías ambientales, las cuales juegan un papel relevante al asociarse significativamente con el desarrollo de la comunidad y las prácticas laborales, atendiendo la seguridad de los empleados y mejorando la calidad de vida de las comunidades.
No obstante, también se han destacado áreas susceptibles de mejora, lo que agudiza la necesidad de reforzar la política y normalización ambiental con el fin de proporcionar medidas más estructuradas y extensas para la gestión de un sector más ecológico. Esto resalta la urgencia de un marco regulatorio más sólido que pueda orientar a las empresas hoteleras en su transición hacia la sustentabilidad.
La sustentabilidad requiere un compromiso que vaya más allá de la mera participación, contribuyendo en la generación de empleo, seguridad laboral y el cumplimiento de obligaciones hacia la administración pública. Estos aspectos son vitales para la sustentabilidad de cualquier sector, por lo que merecen una atención prioritaria en la agenda de las empresas hoteleras.
Se ha confirmado la relevancia de la sustentabilidad sectorial para la industria hotelera. No obstante, aunque estas prácticas son valiosas, su grado de implementación aún se considera incipiente, indicando que todavía hay margen para mejorar y ampliar estas iniciativas. Además de lo anterior, se evidencia la capacidad del sector económico para satisfacer sus propias necesidades y las de sus grupos de interés a través de acciones responsables.
Como limitaciones en esta investigación, se consideró que la obtención de datos se realizó durante la recuperación de la actividad turística (post-pandemia), donde la apreciación de los respondientes pudiera cambiar durante una fase de estabilidad. Por lo que se recomienda proceder con cautela al intentar generalizar las conclusiones obtenidas. Asimismo, la muestra está integrada por colaboradores de la hotelería, lo que ofrece la percepción de un solo colectivo.
En suma, es palpable la necesidad de investigar estas variables en otros destinos turísticos nacionales e internacionales. Este enfoque aportaría una visión más holística que enriquecería la comprensión sobre la relación entre la eco-innovación y la sustentabilidad del sector para construir un marco de análisis de la realidad más robusto y preciso.