Introducción
Una de las manifestaciones comunes de inestabilidad oclusal, es la pérdida de estructura dental a nivel de bordes incisales y caras oclusales, denominada atrición, clasificada dentro de las lesiones dentales no cariosas causada principalmente por parafunciones (Sperber, 2017; Shellis y Addy, 2014). Cuando este desgaste es marcado a nivel de dientes anteriores esta asociado en gran medida a la perdida de soporte posterior, debido a ausencia de dientes posteriores, desencadenando inestabilidad oclusal y articular por la deficiente dispersion de fuerzas oclusales y además, careciendo de una oclusión mutuamente protegida, donde los dientes posteriores protegen a los dientes anteriores y viceversa (Sánchez, 2016).
Existen casos similares, donde al no presentar un soporte posterior se utilizan las PPR (prótesis parciales removibles) de forma provisional, hasta lograr un equilibrio en la rehabilitación y después reemplazarlas por prótesis fija dento soportadas o implanto soportadas. Una forma de manejar estos casos de rehabilitación de mediana y alta complejidad, es mediante la estabilidad oclusal y articular; algunos autores confeccionan un jig oclusal para el sector anterior y se envía al paciente con el objetivo de lograr una estabilidad articular y el paciente se acostumbre mejor a su tratamiento definitivo, recordando que se debe siempre rehabilitar en RC (relación céntrica) todos los casos (Moraes, 2021).
Varios casos de pacientes con atrición dental son rehabilitados con tratamientos menos invasivos como resinas inyectadas de tipo fluida, técnicas de restauración semi directa y técnicas aditivas directas; esto dependerá de la complejidad del caso y de cada paciente, en ocasiones los casos de rehabilitación necesitan ser llevados junto con otras especialidades convirtiéndose así en tratamientos multidisciplinarios (Rees y Somi, 2018).
Es importante en cada caso, identificar los factores que han producido el desgaste dental en cada paciente y poder corregirlo o tratarlo previo a su rehabilitación, en ocasiones no solo influye el factor biológico sino los hábitos nocivos adquiridos por el paciente y el factor psicológico (Wetselaar ét al., 2019).
Al ser los dientes posteriores, los elementos de soporte y disipación de las fuerzas oclusales, la selección de biomateriales para restaurar ausencias totales o parciales, se convierte en un factor de éxito tanto funcional como estético en todo tratamiento restaurador (Sonia ét al., 2017), buscando conseguir una oclusión, con contactos oclusales uniformes y que aseguren un adecuado balance a nivel de la articulación temporo-mandibular (ATM), partiendo de un registro en relación céntrica, asegurando funcionalidad y brindando comodidad al paciente (Shunji, 2016).
Así se presenta el siguiente caso clínico, en el cual se describen procedimientos periodontales, restauradores y protésicos ejecutados en un paciente de sexo femenino con ausencia de soporte posterior, inestabilidad oclusal y pérdida de la dimensión vertical producto de la atrición; procedimientos realizados con el objetivo de rehabilitar de forma estética y funcional a un paciente diagnosticado con atrición dental.
Caso clínico
A la clínica docente de especialidades odontológicas de la Universidad Internacional del Ecuador-UIDE, acude paciente de sexo femenino, de 54 años, con relato de hidrocefalia y mielo meningocele controlados durante su crecimiento, osteomielitis en pie derecho y cuadros de depresión diagnosticada y en tratamiento; acude para una revisión dental general. Tras firma de consentimiento informado, autorizó su análisis y posterior difusión de caso clínico, respetando los principios de ética. Una anamnesis inicial permitió conocer que la paciente sufrió un proceso paulatino de pérdida dental en el sector posterior hace varios años y actualmente a nivel anterior, lo que desencadenó pérdida de confianza al sonreír.
Al examen extraoral, la paciente no presenta ninguna patología aparente, sin embargo, al trazar las líneas estéticas se observa que la paciente presenta ligera asimetría. Al examen intraoral se observa edentulismo parcial bimaxilar, perdida de estructura dental a nivel el borde incisal de los dientes anteriores superiores, asociada con atrición dental y desarmonía a nivel gingival (Figura 1 ).
El examen radiográfico panorámico evidenció normalidad en las estructuras anatómicas, sombras radio opacas en ciertos dientes compatibles con restauraciones desadaptadas; se analizó la proporción corono raíz de los dientes presentes los cuales presentaron una relación 1:1, considerada mínima para procesos rehabilitadores (Figura 2) .
El tratamiento fue ejecutado por fases, siendo la primera de fisioterapia periodontal, con la que se consiguió disminuir la carga bacteriana de la cavidad bucal. Fueron realizadas impresiones a partir de las cuales fueron obtenidos modelos de estudio, articulados a través de arco facial en articulador semiajustable, permitieron el análisis intermaxilar y encerado diagnóstico que confirmó la necesidad protésica de modificar la posición gingival para una mayor estética; además de la confección de guías quirúrgicas para gingivectomía (Figuras 3 y Figura 4). Durante el procedimiento quirúrgico periodontal, a más de una remodelación de los tejidos gingivales en cuanto a su posición y biotipo, se observó la necesidad de una remodelación ósea tipo osteoplastia utilizando instrumental rotatorio de alta velocidad con una fresa larga tipo zecrya ideal para la remodelación ósea del sector anterior, brindando así armonización estética del sector antero superior previo a los procedimientos de rehabilitación.
Respetando los tiempos de cicatrización, inició la fase protésica, partiendo de un registro en relación céntrica, con la colocación de coronas unitarias de cerámica pura en incisivos centrales y laterales, buscando maximizar la estética del sector anterior. Los análisis previos determinaron la posibilidad de colocar un puente fijo de metal cerámica desde el diente 1.3 al 1.6 así como entre el 2.3 a 2.6 y una corona individual para el diente 1.7 cumpliendo con los principios biomecánicos de prótesis fija. El tallado dental fue realizado mediante guías de desgaste, empleando fresas diamantadas tronco cónicas de extremo redondo de diferente granulación y calibradas al espesor necesario para el material restaurador, respetando los tejidos blandos y evitando preparaciones subgingivales, aplicando principios de desgaste selectivo y odontología mínimamente invasiva.
La provisionalización fue ejecutada con acrílico termo polimerizable confeccionado en laboratorio para obtener un mayor pulido de la estructura y no afectar la arquitectura de los tejidos blandos previamente manipulados quirúrgicamente; verificando con ellos la adaptación, funcionalidad, comodidad, y parámetros estéticos. A los 15 días se procedió a la toma de impresiones definitivas empleando técnica de doble hilo retractor y silicona por adición (Figura 5 y Figura 6).
La comunicación con el paciente junto con análisis fotográfico permitió escoger el color 2A/130 del colorímetro de porcelana Ivoclar “Chromascop” como el color a emplearse en el material restaurador, se envió al laboratorio protésico especificando cada detalle junto con un registro fotográfico para obtener resultados predecibles en cuanto a estética. Una vez recibidas las restauraciones protésicas, se realizó una prueba intraoral y una vez comprobada su adaptación y factores estéticos se procedió a la cementación tomando en cuenta los protocolos adhesivos del material restaurador, las restauraciones metal cerámicas se cementaron con ionómero de vidrio modificado con resina (Figura 7).
El edentulismo parcial en maxilar inferior clase II de Kennedy modificación 2, exigió la rehabilitación mediante prótesis parcial removible de cromo cobalto combinada con acrílico. Una vez colocados todos los elementos protésicos en boca se realizó ajuste oclusal con papel articular de 45 y 10 micras y se envió férula rígida de descarga superior para estabilizar la oclusión y asegurar el tratamiento protésico (Figura 8).
Discusión
La pérdida dental, constituye un factor desencadenante de múltiples alteraciones a nivel oclusal y articular, produciendo pérdida de la dimensión vertical, problemas periodontales, alteraciones en la estética dental y facial, patologías articulares y deficiencia del acto masticatorio. Para un tratamiento rehabilitador integral, es importante la colaboración del paciente, partiendo de diagnóstico y un plan de tratamiento ordenado que cumpla con todas las necesidades del paciente con el objetivo de asegurar función y estética (McKenna, 2015).
La atrición dental se encuentra clasificada dentro del grupo de las lesiones dentales no cariosas, causada por una parafunción o el contacto traumático entre diente y diente o diente y restauración, la cual provoca pérdida de la dimensión vertical de forma gradual y por consecuencia alteraciones funcionales y estéticas (Green, 2016). En el presente caso la estética fue lo que motivó a la paciente a acudir a la consulta odontológica, donde la comunicación con el paciente y el técnico protésico de forma constante, fueron parte del éxito reportado (Samar, 2019).
El tratamiento de los desgastes en bordes incisales de los dientes anteriores y superficies oclusales de dientes postriores, requiere una minuciosa valoración por su asociación con diferentes parafunciones, en su mayoría causadas por la ausencia de dientes, problemas articulares, estrés, entre otros (Geoffrey, 2017). En el caso relatado, la atrición dental mostró asociación con la pérdida de soporte posterior, debido a un desbalance oclusal durante la función masticatoria, por lo cual se realizó una desprogramación ocluso articular previo a la rehabilitación, se consideró la fuerza de mórdida de los diferentes materiales a ser usados en la rehabilitación y se rehabilitó en relación céntrica, evitando una recidiva de la parafunción y garantizando la durabilidad del tratamiento protésico, lo cual se diferencia de varios casos reportados en la literatura donde prefieren rehabilitar en oclusión habitual, con el riesgo de perjudicar articularmente al paciente (Yotsuya, 2020).
El análisis clínico y radiográfico, junto con el encerado diagnóstico permitió determinar la necesidad de un abordaje periodontal, para mejorar la estética gingival a nivel del sector antero superior (Viana, 2012). Los tejidos gingivales constituyen el marco de la sonrisa, es importante realizar una planificación previa, donde el análisis de las proporciones faciales y de la sonrisa determinará los cambios a realizar, ayudándonos de guías quirúrgicas evitando así un tratamiento invasivo (Nautiyal, 2016 y Ward, 2015).
La rehabilitación del paciente con patología oclusal, exige recontruciones extensas, por medio de restauraciones directas, restauraciones indirectas, prótesis removibles e incluso implantes (Vaidya, 2015). En el presente caso la combinación de protesis fija en el maxilar superior y removible inferior fue el tratamiento de elección, los implantes no fueron considerados debido al factor económico el cual también debe ser considerado en todo tratamiento.
Para conseguir una oclusión funcional, estable y cómoda para el paciente, asegurando el tratamiento protésico a largo plazo, es indispensable partir de una relación céntrica logrando un tripoidismo entre ambos cóndilos y el componente dental anterior, esto nos permitirá realizar el aumento de la dimensión vertical de forma segura, evitando a futuro complicaciones articulares y oclusales (Holen, 2017). En el presente caso el análisis clínico mediante modelos de estudios junto con encerado diagnóstico montado sobre articulador semiajaustable, permitió decidir el tratamiento idóneo para la paciente, donde incluso se planificó el tipo de material restaurador a emplear considerando la fuerza de mordida que genera en boca, garantizando así longevidad de las restauraciones (Wong, 2009). El pronóstico se muestra favorable a largo plazo, considerando factores como la higiene dental que debe asegurar el paciente junto con los respectivos controles periódicos y mantenimientos protésicos.
Conclusiones
La rehabilitación oral del paciente con desgastes dentales fue posible a partir de un diagnóstico y planificación adecuados, junto al trabajo multidisciplinario, la colaboración del paciente y la comunicación con el técnico protésico; logrando el objetivo inicial de rehabilitar al paciente diagnosticado con atrición dental de forma estética y funcional.