Introducción
El sector turismo y hotelería representa uno de los sectores económicos a nivel nacional e internacional en constante crecimiento; por lo que las actividades económicas que se generan, ofrecen las posibilidades de desarrollo cultural y modernización socioeconómica de un espacio geográfico centrado en los patrimonios que influye en la cohesión social de los individuos Orgaz y Moral (2016).
De esta manera, los países que buscan desarrollarse, aprovechan al sector del turismo dado que poseen gran valor y riqueza comprendidas en los recursos culturales, patrimoniales y naturales que les otorga oportunidades de visitas y hospedaje para la expansión del turismo (Millán-Vásquez et al., 2015; Soto y Villena, 2020), contribuyendo con la dinámica socioeconómica y de calidad de vida de quienes se desarrollan en estas zonas.
La Organización Mundial del Turismo OMT (2017) destaca que esta actividad aporta al 10% del PBI mundial, donde señala que la llegada de turistas internacionales logra una cifra de 1.186 millones en todo el mundo. Al respecto, Veloz y Vasco (2016), reflejan que con el pasar de los años los países latinoamericanos consideran al turismo de vital importancia debido a que demandan una serie de bienes y servicios que requieren de personas aptas para que traduzcan sus necesidades en satisfacciones.
En este sentido, Promperú (2018) señala que el Perú está encaminado a impulsar el turismo internacional y nacional, movimiento que desde el 2013 permitió ser reconocido como el tercer lugar en destino cultural por excelencia en la industria. Esta dinamización del turismo interno y receptivo, ha impulsado que este sector crezca sostenidamente y a la vez intervenga sin duda alguna en el área educativa, sobre todo en la oferta académica de las universidades (Carrera, 2014), respondiendo a las necesidades de este sector, a través de una estructura curricular que busca desarrollar competencias transferibles como creatividad, solución a problemas, manejo de tecnologías, pensamiento crítico, que pueda acondicionarse a las continuas transformaciones del entorno, permitiendo la inserción laboral.
Algunas investigaciones destinadas a reflejar la relevancia de las competencias profesionales y el perfil académico como la de Martelo et al. (2017), quienes percibieron la necesidad de diseñar perfiles profesionales en los planes académicos en una institución de educación superior a través de una herramienta Ábaco de Régnier (AR) incorporada a la plataforma web, dicho mecanismo posibilitó con el análisis de expertos los requerimientos que necesita el programa académico para que sea coherente con el devenir tecnológico, económico e industrial, debido a que los perfiles profesionales no concuerdan con las demandas empresariales, y fuerza laboral que ayude al desarrollo de las diferentes áreas productivas.
Sarceda-Gorgoso y Rodicio-García (2017), reconocen en su estudio que existen diferencias en las competencias profesionales adquiridas por los futuros profesionales en educación infantil y primaria destacando la desconexión entre la asignatura Practicum y los demás cursos de formación profesional lo que genera aislamiento de la teoría con la práctica, por lo que se llevó a cabo la intervención de los planes formativos en aspectos como: estructura, contenido, metodologías de aprendizaje y competencias requeridas para desempeñarse en el contexto laboral que se encuentra en permanente evolución.
Así mismo López et al. (2017), señalan la relación existente entre el perfil profesional y la contratación de estudiantes graduados en empresas hoteleras en Ecuador, que precisan de habilidades y perfil académico cónsonos al momento que toca vivir, pues son fundamentales para la inserción laboral, con el objeto de ofrecer una mejor atención al turista. Esa mejor atención se configura en la satisfacción del cliente, satisfacción que les permite comparar el resultado percibido en función a sus expectativas Zuleta et al. (2014).
La atención es primordial en la prestación de un servicio y es aportada por personas con actitudes, capacidades, destrezas y conocimientos para efectuar una actividad, es decir personas competentes, por lo que es necesario una profunda formación e información (Jiménez et al., 2013) que en la actualidad se ha visto comprometida, poco desarrollada con relación a las situaciones que deben ser asumidas dentro de la actividad profesional Bembibre et al. (2016).
Al respecto, Paredes-Labra et al. (2015), destaca la importancia del desarrollo de la actividad profesional pues permite la adquisición de un conjunto de conocimientos teóricos y prácticos, actitudes, que consideran la integración de componentes emocionales, cognitivos y éticos que se colocan en marcha una vez que se actúa. Mientras que el perfil académico, es el compendio de habilidades y conocimientos adquiridos en función al diseño curricular determinados en un plan de estudio (Jiménez et al., 2013). En consecuencia, el perfil académico precisa las competencias profesionales actuales para alcanzar el desenvolvimiento en el área laboral.
De esta manera las universidades han implementado propuestas curriculares para egresar profesionales del turismo, sector que es altamente competitivo por su internacionalización y que ha cambiado con el trascurrir del tiempo, por el cual las competencias profesionales deben ser coherentes con las transformaciones tecnológicas, económicas e industriales (Intriago et al., 2016). Las instituciones de educación superior en el Perú, que ofertan turismo y hotelería no están exceptas de la obsolescencia de las competencias y perfil académico de sus egresados producto de los rápidos desarrollos en las diferentes áreas de la ciencia y la tecnología, que han modificado e incrementado saberes, por lo urge formar profesionales competentes (Narrea y Saldarriaga, 2018; Rivas et al., 2019).
Esparza et al. (2020), muestran que uno de los obstáculos de las universidades peruanas es la integración del perfil académico presentados en los planes de estudio con los procesos de productividad del país, gracias a la admisión del Sistema de Evaluación y Acreditación para la Educación Superior se ha podido examinar las competencias desarrolladas que han provocado cambios significativos en el sector turismo, no obstante continúan subsistiendo currículos no adecuados y formación de competencias profesionales desvinculadas con los escenarios productivos actuales.
En función a lo antes planteado, el propósito del estudio es identificar la relación entre las competencias profesionales y el perfil académico en estudiantes del noveno ciclo de la carrera de turismo y hotelería de una universidad particular de Lima. En este sentido, la formación profesional debe ser constante y obligatoria en este rubro, porque cada día toca enfrentar a un mundo más competitivo, clientes más exigentes al que hay que complacer y satisfacer.
Metodología
La indagación se enmarcó en una metodología cuantitativa, de tipo descriptiva correlacional, basada en un diseño no experimental de corte trasversal que busca identificar competencias profesionales genéricas y el perfil académico y su relación.
La muestra fue por conveniencia, la cual quedo conformada por 46 educandos que se matricularón en el noveno ciclo del semestre 2019-2 de la escuela de Turismo y Hotelería de una universidad privada de Lima. Los educandos participantes son de ambos sexos (Femenino=54%, Masculino=46%). Con anterioridad se le explicó a la muestra en estudio que los datos aportados serán utilizados para fines estrictamente científicos y académicos, resguardando la confidencialidad y anónimato.
Se empleó la técnica de la encuesta y como medio de adquisición de información dos cuestionarios. El primer cuestionario empleado es el de Competencias profesionales fue diseñado por Tejeda y Sánchez (2012), de 27 ítems bajo la escala de Likert (Siempre=5, Casi siempre=4, A veces=3, casi nunca=2 y nunca=1), que evalúa la dimensión competencias genéricas (Tuning-América Latina, 2007 ), que comprende diseños de proyectos, toma de decisiones, capacidad de aprender y habilidades interpersonales. Las competencias genéricas se vinculan con los perfiles que buscan el desarrollo de las capacidades personales, interpersonales, axiológicos, contenidos y métodos, cultivando el ser y el hacer. Con respecto al segundo cuestionario perfil académico creado por Guibert (2015), y ajustado por la autora presentó un total de 28 ítems con cinco dimensiones: autocapacitación continua (1al 6), sensibilidad ética y moral (7 al 13), responsabilidad ante la sociedad (14 al 19), actitud proactiva (20 al 23) y actitud creativa (24 al 28).
Se validaron los instrumentos a través del juicio de expertos, la confiabilidad fue por medio del alfa de Cronbach, traducido el indice de 0,82 para el cuestionario Competencias profesionales y 0,84 para el Cuestionario perfil académico, reflejando que son altamente confiables, para la interpretación de la escala se utilizó un baremo de medición (Siempre= Muy alto, Casi siempre= alto; A veces= moderado; Casi nunca=bajo; nunca=Muy bajo).
Se operacionalizaron los datos mediante la estadística descriptiva e inferencial mediante el empleo del coeficiente de correlación de Spearman y prueba Shapiro-Wilk.
Resultados
El procesamiento de los datos generados por la muestra para identificar las dimensiones de las competencias profesionales y las dimensiones del perfil académico en los educandos muestra que para enfrentarse al mundo laboral y ofrecer lo mejor como profesional es pertinente la adquisición de capacidades que permitan un desenvolvimiento que lo califique como competente o no dentro del contexto en el cual se desarrolle.
En la Figura 1, señala la dimensión competencia genérica que el encuestado muestra un 38%, a veces manifiestan la capacidad de manejarse independientemente y adaptarse a la hora de planificar, organizar el tiempo y ejercer sus funciones. Así mismo un 22%, casi nunca asumen su responsabilidad social y la capacidad de investigar para aprender y actualizarse permanentemente, un 10% nunca asume la formulación y gestión de proyectos, mientras que un 30% casi siempre y siempre busca abstraer, analizar, aplicar conocimientos y comunicar. De esta manera, se muestra que los educandos han desarrollado durante su formación una moderada y baja habilidad para el desenvolvimiento concreto en el área, los cuales no son suficientes y satisfactorios.
Con relación a la figura 2, se evidencia los resultados de las competencias del perfil académico, en el que el plan de estudio de la organización educativa en lo concerniente a la preparación continua en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación, autogeneración de habilidades y construcción del conocimiento para la actualización de las tendencias laborales los encuestados puntualizan con un 38% que casi nunca las llevan a la práctica. Con respecto a la difusión del código de ética y moral de la profesión en turismo y hotelería casi siempre un 35% las cumplen y las respetan, a su vez se penalizan si se llegan a incumplirlas. Por otro lado, los contenidos del programa de la carrera a veces relacionan con un 38% las acciones de responsabilidad social buscan solo la creación de proyectos de inversión descuidando la generación de estrategias para el sector social a través del turismo. Así mismo, la actitud proactiva con un 35% a veces desarrollan el pensamiento crítico y actitudes de liderazgo, mientras que la actitud creativa con un 38% casi nunca promueven el pensamiento creativo para la solución de los problemas propios del contexto.
De manera general, se muestra con relación a los resultados que los estudiantes tienen un moderado y bajo perfil académico al responder que a veces y casi nunca se les fortalece el aprendizaje en el hacer, la orientación adecuada, especifica y actualizada que vayan a la par a las demandas del sector turismo y hotelería que se encuentra en constante reformulación por lo que el perfil académico es dinámico y perfectible en la medida que se vincule con el mundo laboral.
En la tabla 1, se revela la correlación entre las competencias profesionales de los estudiantes del noveno ciclo y el perfil académico, resultó un coeficiente de Spearman 0,659, con un nivel de significancia 0,000 esto apunta que existe una relación moderada fuerte entre las variables. Por lo que las competencias profesionales actuales moderadamente fuerte guardan estrecha relación con las competencias genéricas de los estudiantes con respecto al perfil académico.
Discusión
El estudio destinado a identificar la relación entre las competencias profesionales genéricas y las dimensiones del perfil académico en estudiantes del noveno ciclo de la carrera de turismo y hotelería de una universidad particular de Lima, manifestaron que las competencias profesionales obtenidas durante su formación son moderadas y bajas, las respuestas se encuentran en las alternativas a veces y casi nunca demuestran la habilidad de manejarse con seguridad e independencia en el momento de ejecutar una serie de tareas de forma eficiente ante situaciones cotidianas e inesperadas dentro de su área.
Resultados que concuerda con el estudio realizado por Casimiro et al. (2019), al señalar que los estudiantes de una institución de educación superior arrojaron un nivel deficiente en el desarrollo de competencias psicológicas, técnicas y participativas-sociales. Al respecto Rivero et al. (2020) indican en su estudio los aspectos negativos al no cumplir con las mejoras de un plan de formación en carreras de pregrado en una universidad, por lo que es común observar estudiantes carentes de habilidades para el trabajo cooperativo, trabajo bajo presión, comunicativo, reflexivo y orientado a resultados.
Estos hallazgos actualmente deben de poner en sobre aviso a las organizaciones que ofrecen el servicio de educación universitaria, en la renovación y actualización del plan de estudio y adecuarlos a contextos globalizados y a la sociedad de la información y comunicación, para preparar a las nuevas generaciones con competencias que les facilite construir su futuro (UNESCO, 2005). En este sentido, se presenta una gran brecha en la integración dinámica de capacidades, saberes, valores y comportamiento ante las necesidades que demanda el campo laboral actual, como innovación, creatividad, carga axiológica para dar respuestas a los complejos escenarios de la vida personal y laboral (Callejas et al.,2017).
Desde esta mirada, las universidades deben aperturar espacios para la construcción y desarrollo del ser, hacer, saber y saber convivir (UNESCO, 2005; Ruiz et al., 2012), a partir de modelos y metodologías abiertas, flexibles, permanentes asociadas y coordinadas con los sectores empresariales productivos a fin de disminuir las fisuras en la formación y capacitación de los estudiantes (Icarte y Labate, 2016). Es por ello que el perfil académico debe ajustarse debido a que es fruto de los procesos de trasformación de la malla curricular cónsona con las dimensiones de la actual realidad.
El perfil académico, de los estudiantes encuestados en su gran mayoría es moderado y bajo dado que respondieron a veces y casi nunca, demostrando falta de características particulares del área en formación, diferenciándose en la competencia sensibilidad ética y moral en la que asumen principios y compromisos ante la carrera estudiada. Realidad que permite inferir, la gran importancia de modificar el currículo, contenidos y competencias para alinear el perfil de egreso y las capacidades esperadas en las propuestas de enseñanza operacionalizadas por los docentes en cada asignatura que tiene que estar basada en la práctica-aprendizaje (Beneitone et al., 2007), esto ayudará a evitar el divorcio de las competencias y el perfil académico.
De esta forma se debe motivar el aprendizaje para que los estudiantes adquieran las competencias trasversales de manera creciente hasta que las domine y las haga parte de su desarrollo. Esto solo se logra fortaleciendo los planes de estudio y corrigiendo las debilidades en la formación de los estudiantes en la búsqueda de profesionales aptos para hacer vida en ambientes laborales que buscan resultados (Jaramillo, 2015; Päivikki et al., 2018). De allí, emerge la importancia de una excelente educación para ser portavoces del cambio, que sirva de utilidad en el desarrollo de habilidades y destrezas para el desempeño eficiente y pertinente.
Sin embargo, los resultados de las competencias y perfil profesional fueron moderados y bajos la correlación de las variables estudiadas presentan una relación moderada fuerte, lo que no incidió negativamente en la relación, demostrando que guardan estrecha relación las competencias genéricas con relación al perfil académico. Por lo que la literatura confirma que ambas variables son imprescindibles una de la otra, porque una es resultado de la otra, son complementarias. Esto se debe que el plan de estudio de cada carrera lleva implícito el perfil académico del egresado, comprendiendo los aprendizajes que se pretende lograr (Pérez et al., 2017).
Según lo anteriormente planteado, es pertinente que dentro de los planes de estudio todos sus objetivos y competencias a desarrollar estén firmemente adaptados y vinculados a la realidad que los mercados actuales demandan con el objetivo de integrar el saber hacer con el deber ser de las organizaciones empresariales (Pérez et al. 2015). Es necesario, que la educación de este siglo y sus organizaciones de educación universitaria adecuen la formación y capacitación profesional a las necesidades presentes y futuras para hacer frente a los desafíos de una sociedad cambiante e inestable (Villarroel y Bruna, 2014).
Conclusiones
Se concluye que las competencias profesionales y perfil académico de los estudiantes encuestados de la escuela de turismo y hotelería de una universidad privada de Lima, fueron moderada baja, cuyas competencias genéricas centradas en el desenvolvimiento concreto en el área, no son dominadas por lo cual son insuficientes, y el perfil académico presente en el plan de estudio no asegura una adecuada formación en el área que condiciona la incorporación al mercado laboral.
Por otra parte, se identificó la existencia de la relación moderada fuerte en las variables competencias profesionales y perfil académico a través de Rho Spearman, relación estadísticamente comprobada y que por medio de la literatura tiene una correspondencia significativa en los planes de estudio al estar articulados, brindando oportunidades de desarrollo de conocimientos y destrezas.
En síntesis, aunque exista relación estadística en dichas variables se debe continuar en la superación de las competencias genéricas y las dimensiones del perfil académico abriendo posibilidades de mejoras significativas mediante la actualización de los programas de estudio hasta alcanzar las capacidades que demandan los profesionales de esta área en la sociedad, como lo es reforzar los planos afectivos (saber ser), cognoscitivo (saber conocer y hacer) social (saber estar o convivir), orientando el proceso de aprendizaje hacia un lógico desempeño profesional, para la integración laboral, cerrando de alguna manera las brechas en las capacidades y destrezas de los egresados para hacer frente al entorno cambiante en la cual las organizaciones de educación superior deben asumir el desafío de los avances científicos-tecnológicos que se dan en los sectores productivos.