El Diseño es una profesión y una actividad de orden social, que ha evolucionado desde un inicio, proyectado en satisfacer las exigencias de la producción en masa y los requerimientos de la industria, después preocupado y enfocado en los requerimientos del usuario para más tarde centrarse tanto en el diseño de servicios, como en el diseño de productos para que los proyectos sean sociales, igualitarios e inclusivos y, estén orientados conscientemente hacia el factor medioambiental. De esta manera, el rol del diseñador constituye una forma de cuestionar las actitudes y los sistemas político, económico y sociocultural que se diseminan en la sociedades, generando formas de pensamiento y crítica; ya que adoptando una postura crítica, genere propuestas alternativas que pretenden crear conciencia social y cultural.
Por estas razones el universo del diseño está constituido por varias esferas: 1) El diseño como proceso: Se define como la metodología y el proyecto de diseño. 2) El diseño como práctica informada por el contexto: Se explica cómo el proceso de diseño y el artefacto están influenciados directamente por los contextos geográficos específicos de cada región o lugar. 3) El diseño como valor omnipresente pero diferenciado a través del artefacto: Se define como la conjunción de lugares, artefactos y prácticas que ayudan a crear una cultura vasta y diversa que a su vez es específica y distintiva1.
Generalmente, cuando hablamos de la profesión en el campo del diseño se piensa en creación, generación y producción; sin embargo, esto no sería posible de no agregar la instancia reflexiva a través de preguntas: ¿Qué es lo que hacemos? ¿Cuál es nuestra responsabilidad al traer a la presencia un objeto? ¿Estamos elaborando un necesario proceso producción? ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuál es la esencia de los objetos que creamos? Estos cuestionamientos emergen de modo crítico en el desarrollo profesional que, evitando en lo posible el procesamiento mecánico y deshumanizante, se afirme a través del diseño el carácter humanista de su producción.
Siendo así, la actividad proyectual amerita formas de pensamiento y razonamiento para el acierto de las problemáticas a enfrentar, sean de índole espacial, gráfica, objetual o de servicio social; que, luego de resolverse conceptual y descriptivamente, pasa hacia la materialización a través de la fabricación industrial.
Esta templanza, evidentemente, requiere de métodos y técnicas para determinar las cualidades del objeto que tiene como fin cubrir una necesidad humana cotidiana o de emergencia. En primer lugar: la etnografía rápida (observar y aprender de esta fuente primaria) consiste en pasar el mayor tiempo posible con la persona que va a ser el usuario del elemento a desarrollar, ganando su confianza y dando seguridad hasta la conclusión del proceso.
En segundo lugar: a partir de estos conocimientos pasamos a una fase de investigación y análisis, que permiten obtener información para desarrollar el proyecto, a través de los requerimientos del usuario para definir la contextura del objeto, los materiales a utilizarse y el proceso de fabricación. En esta etapa se utilizan encuestas, entrevistas y mapas cognitivos para esbozar las respuestas a la problemática que se enfrenta.
En tercer lugar: obtenida la información preliminar, se inicia el proceso de creación y configuración a través de distintas técnicas, como por ejemplo: los bocetos, los modelos y las maquetas de estudio, partiendo de la conceptualización, estudio de referentes, entre otros. En cuarto lugar: se analizan las opciones observando cual es la pertinente, esto se realiza cotejando los requerimientos previamente establecidos y, una vez confrontadas las propuestas y escogida la óptima, se pule al detalle la propuesta la misma que se destinará a la etapa de construcción del artefacto.
Hacer tangible el proceso enunciado y configurado el artefacto, se manifiesta la materialización del diseño a través de los apariencia del objeto conseguido y su funcionalidad, connotando características y significados particulares que han dependido del enunciado de la necesidad y su contexto y, evidenciando que el diseño como actividad y el artefacto como objeto, configuran un mensaje que busca ser comunicado y entendido.
Heidegger en el texto La pregunta por la técnica, señala que “el preguntar abre un camino (…) el camino del pensar (…) Preguntamos por la técnica y con ello quisiéramos una relación libre con ella. Libre es la relación cuando abre nuestro ser-ahí (Dasein) a la esencia de la técnica” (Heidegger, 1997, p. 113). Este texto, en cierta manera, da contestación a las preguntas anteriores y, configura reflexiones en torno a la búsqueda de la Esencia del Diseño. Esto es, entender el diseño para encontrar su sentido humanista y nuevas relaciones sociales tendientes a clarificar el camino a seguir en la presente contemporaneidad.
Por ello, para describir qué es y qué hace la técnica, Heidegger anota: “Una dice: La técnica es un medio para un fin; la otra dice: Técnica es un hacer del hombre” (Heidegger, 1997, p. 114). Por consiguiente, el diseño como técnica es un medio: para un procedimiento de producción y un medio para resolver una problemática que parte de una necesidad evidente; y, como valor omnipresente pero diferenciado a través del artefacto, permite realizar una actividad concreta. Pero también, como causa y efecto, como técnica el diseño es un hacer de la persona; es decir, es un hacer del diseñador; como proceso, es una sucesión de movimientos en que se realizan actividades específicas que permiten prefigurar el objeto a través de instrumentos y herramientas utilizados por el diseñador.
“Un medio es aquello por medio de lo cual algo es hecho, y así, obtenido. Lo que tiene por consecuencia un efecto, se llama causa” (Heidegger, 1997, p. 115) (…) “La filosofía enseña desde hace siglos que hay cuatro causas: 1. La causa materialis, el material, con la que se prepara…; 2. La causa formalis, la forma en la que se traduce la materia; 3. La causa finalis, el fin (…); y 4. La causa efficiens, que produce el efecto” (Heidegger, 1997, p. 116)
El diseño como valor omnipresente pero diferenciado a través del artefacto, tiene un efecto, como resultado el valor del objeto es su causa y, en sí mismo, evoca las cuatro causas propuestas en la filosofía heideggeriana. El artefacto desde su causa material, nos remite a la cuestión de su consistencia que se concreta en el material, que a la vez, permite connotar características específicas al objeto dotándole de una identidad única. Así, el objeto analizado desde su causa formal, esto es desde su forma, es el límite que le da figura y lo contiene, ligado a la causa material del objeto que lo determina tangible. Este es el motivo que el diseñador enfoca en la causa del objeto y comunica el mensaje crítico, de función y uso, ya sea a través de sus partes o la totalidad.
Es por esta razón que el artefacto visto desde su causa final, es la función misma para la que fue creado. La unión de materialidad y forma, crea el vínculo de significado asociado al objeto; por tanto, la materialidad es lo que le suministra las características específicas e implícitas que se comprenden tanto a partir del usuario como del diseñador; denotación, que es manifiesto a través de la forma del objeto logrado. Y, por último, la causa eficiente que determina la causalidad del artefacto en el ser-ahí (Dasein); en este caso, el diseñador implicado con su ser y su hacer en este proceso.
En este contexto y para entender lo propuesto de las causas del artefacto, un ejemplo: una tetera vista desde su causa material, nos remite a la cuestión de su consistencia dependiendo de las características específicas dadas por el material. En esta referencia podemos comparar una tetera de cerámica y una de cristal. La de cerámica se la percibe más robusta y resistente, la de cristal se la aprecia con su transparencia que permite ver el contenido de la tetera.
Estas características dependen de dos motivos: la necesidad y gusto del usuario y de la forma cómo el diseñador enfrenta esta circunstancia hasta obtener un objeto estéticamente permisible, acertadamente construido y apropiadamente único. Por otra parte, la tetera desde su causa formal, nos remite a las partes que conforman el todo descrito y nos dan a conocer lo que es; es así, que la tetera tiene como resultado: un elemento contenedor, un asa que permite manipularla y una tapa que cubre el contenido. Desde su causa final, la tetera es un objeto que contiene líquidos como el café o el té, y lo mantiene caliente y, quien determina su causalidad, es el diseñador como causa eficiente, el que la produce.
Las cuatro causas son modos de ser-responsable-de, que se co-pertenecen entre sí (…) los cuatro modos de ser-responsable-de traen algo a aparecer. Le permiten pro-venir a la presencia” (…) “Todo dar-lugar-a que algo (cualquiera que sea) vaya y proceda desde lo no-presente a la presencia, (…); es pro-ducir” (…) El dar-lugar-a atañe a la presencia de lo que aparece en el pro-ducir, en cada caso. El pro-ducir pro-duce desde el velamiento al desvelamiento. El pro-ducir acontece solamente cuando llega lo velado a lo desvelado. Este llegar se mueve y descansa en lo que nosotros llamamos desocultar” (…) “La técnica es un modo del desocultar. La técnica presencia en el ámbito en el que acontece desocultar y desvelamiento, (…), verdad”. (Heidegger, 1997, p. 117-120, 122)
Cuando nos remitimos a los modos del ser-responsable-de, tenemos que diferenciar el enfoque, ya que tenemos su causa formal que da-lugar-a la creación del objeto, como contenedor; su causa material que da-lugar-a la fabricación del objeto, que se remite a su consistencia; su causa final que da-lugar-a lo que es el objeto y su funcionalidad; y su causa eficiente que es el Dasein: el diseñador que da-lugar-al objeto en sí, es decir el a través de las causas del objeto lo pro-viene, lo origina, lo trae a la presencia y lo produce.
Aun cuando cada causa nos muestra un modo de ser-responsable-de distinto desde cada causa, estas solo pueden funcionar en conjunto y a través del diseñador. Podemos entonces afirmar, que la esencia del diseño y el diseñador es el pro-ducir del artefacto, ya que a través de la técnica mediante la cual se produce el objeto, nos muestra lo que estaba oculto, lo desvela y lo trae a la presencia.
Por su parte el texto de Heidegger Construir, habitar, pensar, nos remite a la crítica y la reflexión al sentido del construir que ha sido desligado del habitar; igualmente, que el habitar en su esencia no es solo morar en un lugar. Es interesante como este texto, entre sus conclusiones, señala que el construir es tanto cuidar proveniente de cultivar que es a la vez custodiar. Se refiere a las cosas que convertidos en objetos construidos albergan o representan al hombre y, el erigir, que es construir en el sentido estricto. De esta manera, se cuidan las cosas porque albergan la esencia de los hombres y se erigen cosas porque dan paso a los lugares del ser.
El construir como el habitar, es decir, estar en la tierra, para la experiencia cotidiana del ser humano es desde siempre, como lo dice tan bellamente la lengua, lo “habitual” (…) “El habitar es más bien siempre un residir junto a las cosas. El habitar como cuidar guarda (custodia) la Cuaternidad en aquello junto a lo cual los mortales residen: las cosas” (…) “El verdadero cuidar es algo positivo, y acontece cuando de antemano dejamos algo en su esencia, cuando propiamente re-albergamos algo en su esencia…” (Heidegger, 1951, p. 2, 3 y 4)
Cuando Heidegger habla del cuidar, proteger a las cosas que representan a los hombres nos dice que las traen a su esencia, es correspondiente con que la esencia del diseño es pro-ducir el artefacto a través de sus cuatro causas. Entonces proteger los objetos es traerlos a su esencia que es producirlos. En este sentido, el pro-ducir el objeto da paso al lugar ya que permite albergar dentro de este a la cuaternidad y, este tipo de pro-ducir objetos que dan lugares, es el construir; y, esté construir es el habitar. Entonces, el habitar es producir.
Así concluimos que la esencia del Diseño es pro-ducir el artefacto. Es decir, traerlo a la presencia; y, esto a su vez, permite pro-ducir lugares a través del objeto que es la esencia del diseño y alberga a la esencia de los hombres. En resumen, este modo de pro-ducir es construir y habitar que es la esencia de lo que hace el hombre.