Introducción
Al relacionar los preceptos teóricos temáticos de la pedagogía y sus roles en la educación literaria, para dar una respuesta investigativa entorno a las demandas de la postmodernidad, es inherente establecer un ajuste epistémico hacia esta relación (Bauman, 2000). Las claves para el ajuste investigativo-educativo postmoderno se establecen a partir de una relación lógica, pertinente, contextual, ecológica, oportuna y equitativa (Lahire, 2008; Ocampo, 2014; Islas, 2022; Álvarez, 2022) donde la responsabilidad de una trasformación educativa íntegra no es una responsabilidad aislada de las disciplinas artísticas estéticas (literatura), sino que tiene un porvenir magnífico con un alcance transdisciplinar, al menos desde el punto de vista pedagógico. He ahí la relación entre el campo de estudio vanguardista en Latinoamérica (educación literaria) y hacerlo de manera contextualizada según nuestra propia realidad educativa (no global) como respuesta a la postmodernidad.
En este sentido, algunas consideraciones en el área de la educación literaria son orientadas y reducidas a un mero hecho formativo sobre las singularidades semiótico-lingüísticas y estéticas de los textos literarios. Harold Bloom (crítico literario) establecía que debe ser tratada la literatura por lo que es, un hecho estético, más no didáctico. Sin embargo, las aseveraciones realizadas a partir de esta premisa de Bloom han presentado un grado de incoherencia por los docentes que enseñan sobre literatura (bien/mal o no formados) por no tener en cuenta el aspecto pedagógico para la enseñanza de esta disciplina artística (literatura), y se ha manejado desde las escuelas un mero hecho letrado sin compromiso social o sin mantener el carácter práctico de la literatura en la educación, de sensibilizar (Carrera, 2021).
Cabe destacar que no es dejar de lado el aspecto estético de las obras literarias, sino que su estudio y campo de formación debe ser visto como lo que es, un hecho pedagógico no aislado. Los textos literarios deben y seguirán siendo dados como lo que son, textos estéticos y su estudio así será. Por lo que el campo educativo didáctico en esta disciplina no debe limitarse solamente al aspecto ficcional de las obras, sino filosófico. Se deberá resaltar esos aspectos ficcionales, pero aún más sus aspectos verosímiles para contrastarlos con la realidad inmediata de quienes estarán formando y educando (intensión bajo la esfera amplia de la cultura misma y necesidades sociales).
Desde el punto de vista formativo, no se trata de dar una aseveración en torno a la preparación de estudiantes y futuros profesionales que pretenden ser o serán literatos puros (convicción apegada a los entramados filosóficos, filólogos, lingüísticos, estéticos de los textos), sino que se trata de puntualizar los entramados epistémicos a la formación docente en esta disciplina, y, con ello, a la enseñanza de la misma en los diferentes niveles educativos, pues un pedagogo de la literatura no tendrá un mismo objetivo en común que un literato como tal. El uno entiende su responsabilidad y los conflictos sociales que apuntan a la educación como respuesta hacia los mismos, el otro en cambio se verá limitado por estudiar el arte por el arte, un campo alejado del entramado didáctico pedagógico, y que se recalca, así debe ser.
Metodología
Se utiliza el método analítico-sintético, propicio para analizar diversas fuentes documentales con la finalidad de filtrarlas a un contenido mucho más específico y claro para los lectores sobre toda la información generada. Por tal, se enmarcaría el trabajo dentro de una metodología crítica fundamentada bajo el paradigma socio-crítico (Bisquerra, 2009; Ortega-Rodríguez, 2021)., que abrirá el debate en torno a los resultados obtenidos tras la filtración de contenido, antes realizado al objeto de estudio del trabajo, en este caso: analizar los roles de la pedagogía en la educación literaria.
Desde una fundamentación descriptiva se pretende “describir con detalle una realidad educativa acotada, una situación determinada, o la actuación, el sentir o las percepciones de un grupo de personas en un contexto puntual” (Valle, 2022, p.15) y se establece una profundidad teórica a las categorías encontradas por un análisis de contenido teniendo en cuenta motivos de selección propicios al objeto de estudio a analizar, producción académica que contenga dentro de sus entramados teórico aspectos relacionados sobre la pedagogía de la literatura, educación literaria o pedagogía en la literatura (motivos de selección: alguna relación entre contenidos pedagógicos, planificación curricular, formación, relación disciplinaria).
Es decir, se analiza de manera crítica y profunda los siete componentes (resultados) que conforman los roles de la pedagogía y su alcance en la educación literaria en América Latina (aprendizaje y escenario escolar; el hombre: aseveraciones desde la constitución semántica inclusiva como ser animado racional; el proyecto educativo y la resolución de conflictos: activismo educativo; campo didáctico y metodología trasversal de la Literatura; los contenidos y conocimiento: entendimiento interdisciplinario; cultura investigativa: necesidad en el campo social contemporáneo; la evaluación circundante: apuesta por una visión holística a las necesidades formativas).
Resultados
La cientificidad de la pedagogía ha sido motivo de debate en considerables posturas académicas, un tema omitido varias veces en el ámbito educativo por direccionar los entramados investigativos hacia los problemas educativos respecto a los planes educativos (currículo); problemas de aprendizaje y enseñanza (campo didáctico disciplinar); rendimiento o actitudes del ambiente escolar (factores psicosociales y neuroeducación); pero no se han centrado en hacer prevalecer el carácter científico de la pedagogía de la que toman parte y es fuente de su análisis filosófico, que, a consideración, no corresponde a un trabajo de aplicacionismo epistémico, contraria a una postura analítica metodológica que configura la búsqueda genealógica de las bases epistémicas en la teorización de la educación en América Latina.
Así mismo, consolidar estos preceptos epistémicos de la pedagogía en un área poco explorada en el continente americano, educación literaria es fundamental para encaminar un diálogo coherente y de sentido crítico para la responsabilidad y compromiso social de una sociedad letrada. Por tal, es una necesidad el dar seguimiento investigativo como “configuración epistémica de la noción de pedagogía con el fin de intensificar nuevamente y exaltar su debate (...) contribuyendo de esta manera al mejoramiento y transformación de la práctica pedagógica” (Ortiz, 2017, p. 172)., y especialmente aplicarlo en las asignaturas que deberían, en teoría, manejarse bajo un esquema pedagógico interdisciplinario.
Se direcciona el trabajo a la postmodernidad, entendida como la circunstancia actual donde prevalece la edificación de un mundo que se aleja de las experiencias históricas, la tradición, de relatos ideológicos no espirituales, del consumo, el predominio de la subjetividad, la incertidumbre, la competencia, el individualismo, etc., o a lo que Bauman denominaba la postmodernidad líquida, en donde “la deconstrucción practica un estudio del texto en sus relaciones múltiples con todos los otros elementos de la cultura, en un esfuerzo interdisciplinar por abarcar los intercambios múltiples de la palabra artística con el mundo” (Liano, 2023, p. 151).
Roles de la pedagogía y su alcance en la educación literaria
Las investigaciones referidas en esta área de estudio demuestran una baja producción académica latinoamericana en contraste con la producción europea en esta área, la educación literaria y la relación pedagógica no se presenta con una terminología fija; sin embargo, bajo el encuadre temático y teórico encontrado se muestra a continuación la sistematización de los roles de la pedagogía (como ciencia) dentro de la educación literaria en América Latina como se muestra en la Figura 1.
Nota. Sistematización terminológica de los roles de la pedagogía. Adaptado del trabajo de Carrera (2022a).
Aprendizaje y escenario escolar
En el aprendizaje se comprende una “instauración conductual afectiva e intelectual, donde las experiencias e impresiones son fundamentales para organizar y reorganizar el proceso educativo” (Carrera, 2022, p. 53), es decir que las individualidades de los estudiantes deben ser tomadas en cuenta desde la planeación pedagógico y didáctica. El posicionamiento hacia una idea magnificadora humanizante con la comprensión inter e intrapersonal de los sujetos educativos.
Desde la planeación secuencial temporal de las aulas de clases se refiere a pensar las diversas singularidades personales que intervienen antes de poder instaurar un ambiente afectivo-efectivo donde todos intervengan y se genere mediante el diálogo una situación de aprendizaje dialógico “encaminado a la construcción de sistemas educativos coherentes con un régimen democrático, visión social y la reducción de formas de desigualdad e individualismos alienantes” (De Simone, 2022, p. 54.). Se trata entonces de constituir un discurso de acción desde las aulas de clase, donde las singularidades cuantificadas no sean el punto de partida del docente de lengua y literatura para un desmerecer sobre los estudiantes.
Saber contenidos de literatura no servirá de nada a personas que ya tienen en su mente una proyección alejada de las artes. Pero puede tener una conciencia estética, sensible, conectada a otras áreas del saber, siendo el aprendizaje en el escenario escolar armónico el momento idóneo para aplicar (pedagógicamente) el compromiso social como formadores proyectados a ser educadores; una tarea compleja para el otorgamiento, recepción del conocimiento disciplinar en su proceso dentro del aula (Gil de la Piedra, 2023).
Organizar las actividades didácticas del aula para generar un ambiente y discurso de cercanía (relación horizontal entre docente-estudiante) dependerá de una observación sistémica con opción a dar aplicabilidad a técnicas para la recolección de información que entre otras especificidades como el aspecto emocional, inteligencias múltiples, problemas intrínsecos y extrínsecos; tengan su relevancia dentro del proceso y no solo el estado académico para que el docente empiece a trabajar.
Esto implica un cambio vivencial de las aulas de clase, y de los espacios que se utilicen para el desarrollo de actividades de enseñanza. El desarrollo de esto con la práctica reiterativa dialógica bajo la idea de una tertulia literaria constante (Salmerón et al., 2022). No se trata de desarrollar un contenido de la asignatura en cualquier espacio de recreación como una arbitrariedad del docente en lengua y literatura, sino que será una justificación de relevancia científica observacional necesaria para el pedagogo de literatura, con el fin de detallar mayormente las necesidades socio afectivas, comunicativas, socio ambientales y personales que los estudiantes deben fortalecer, lo que se trata es de enseñar contenidos desde la perspectiva epistémica y no únicamente desde la perspectiva teórica.
El hombre: aseveraciones desde la constitución semántica inclusiva como ser animado racional
El constructo social lógico para establecer los mismos derechos y oportunidades para todos sin tener una intervención ideológica contraria a una intervención pragmática corresponde pues a un hecho meramente científico desde una postura racional. No se trata de un fenómeno socialista que promueva una constitución gramática absurda planteada desde un imaginario de identidades, sino de fomentar un entramado más racional en lo que en el aspecto asignaturista educativo de la literatura se ha llevado a cabo solo en su parte más irracional y sentimentalista (emociones), poner el foco investigativo - discutivo alimentando la acción social y participación dialógica democrática no ideológica aun si estamos siendo partícipes de un proceso social (Bolívar, 2000; 2019). Es el estudio de los entramados filosóficos, artísticos, cosmovisiones en una cultura letrada sin perder un grado de objetividad. Estudiar el arte por el arte, pero no enseñar una posición que provenga de un hecho literario, pues es ficción, y así debe serlo, darlo desde el hecho literario.
La constitución de la pedagogía como un hecho de posibilidades para todos desde el punto de vista científico, es una necesidad. Una necesidad de plantear nuevas formas de anticipar, explorar e intervenir en la educación y en la educación literaria particularmente. Una práctica que visibilice verdaderamente una intervención pedagógica a las necesidades postmodernas, no respuestas políticas (llevado a cabo por las masas y no por la razón o academia) aunque se deba, desde ahí, darle una presión para la batalla cultural.
No se trata de una batalla cultural por las palabras o su simbología, el uso eufemístico gramatical inclusivo absorbe en su terminología una ficción de neo resistencia al estándar genérico lingüístico; es decir, sin caer en determinismos lingüísticos de cuestión umbral (Sayago, 2019). La persona como ser humano racional sin distinción de ser otro ser con el cambio de una palabra con una desinstitucionalización de la lengua. Sin embargo, en el campo educativo, se trata de no cometer un delito educativo que es ideologizar y mutilar una conciencia crítica de reencuentro.
Se llama al reencuentro crítico a la actividad lectora no mediada de diversos textos, la posición (tesis) a partir de esas lecturas y ser activista u ofertante lector post lectura, la asimilación de los rasgos estructurados de los textos y su profundidad positiva con el entorno (Barnett, 1984; Anderson, 1991; Valle et al., 1998; Manzano, 2007; otros) competencia lecto-literaria-lingüística con compromiso social. No se trata de una construcción pragmática del docente y trabajador en un sistema de educación bajo la esfera disciplinaria en la lengua y la literatura, donde no se tenga y malinterprete la acción docente desde una inflexión no objetiva, ideológica; sino más bien sea llevada esta acción por una labor comunitaria de soluciones pensantes para los problemas educativos que no se han resuelto antes que anteponer problemas ideológicos (aun en imaginarios colectivos y en construcción) (Platero et al., 2018).
El proyecto educativo y la resolución de conflictos: activismo educativo
Los aportes significativos a un conjunto de necesidades educativas predeterminando al conocimiento y saber como pilares fundamentales para el activismo pedagógico en las diferentes disciplinas con relación a la dotación de la praxis profesional (teoría - práctica) (Chiosso, 2012; Ferrero, 2022). La sociedad actual contempla un proyecto de avances significativos en todos los niveles bajo una esfera de innovación; sin embargo, manejando esa misma esfera con métodos conflictivos reflejo de una misma sociedad, cadente de justicia o valor ético moral. En tanto, esta preocupación no solo por compromiso individual, sino como deudores de una educación de calidad, se integra la idea magnificadora de un proyecto educativo consciente humanizador. La actividad pedagógica configura su accionar en el respaldo de los actores educativos, individuos con ansias de transformación micro - meso social.
En otras palabras, integrar a la literatura como una herramienta poderosa en utilidad de la educación desde una perspectiva apegados a la ciencia pedagógica. Utilizar la literatura de manera efectiva para la comprensión de las nuevas constelaciones del saber, habilidades blandas y comprensión de la diversidad e inclusión, que desde otro enfoque postmoderno necesita un “nuevo estilo de saberes y de un marco teórico y pragmático” (Ocampo, 2018, p. 237).
En el campo literario, prevalece una constante representación social en obras de ficción, sea el caso latinoamericano y en la globalidad, un foco representativo de las distintas manifestaciones culturales, políticas y colectivos. Los escritores, muestran un vínculo verosímil con su creatividad literaria para la constatación de un auténtico mundo de ficción, e ir a la par con el goce lector de los estudiantes representa no solo tener en cuenta las obras, sino las implicaciones individuales de los alumnos para leer (Gil de la Piedra, 2023), es decir, empezar con una conciencia lectora, no de qué deben leer, sino qué implicaciones sociales o históricas tienen los textos que leen.
El desafío está presente en todas las áreas del saber para cambiar totalmente un proyecto educativo donde no prevalezca el quemeimportismo estudiantil o el facilismo académico, los conflictos personales estarán dados desde diversas complejidades individuales de los sujetos educativos. Para esto, se coincide con varios autores en el tema (Morozova et al., 2022; Gonzáles y Molero, 2022; Rivera y Matute, 2023)., que la comunicación, los seguimientos interpersonales, expresión emocional, comprensión de las subjetividades son alternativas de logro para una cultura de paz enfrentando los conflictos internos de los estudiantes. Una tarea que no aísla a ninguna disciplina, pues serán el apoyo en el manejo emocional de los estudiantes acompañados del personal de psicología.
Así bien, el rol que toma la pedagogía para el campo de la literatura es velar por el cumplimiento de actividades dentro de una propia disciplina que ayude primero a estar bien con uno mismo (eje sensibilizador) para luego ayudar a otros y al mundo (conflictos sociales externos). Ya no es solo una tarea por entender y comprender el texto literario, sino tomar acción a partir de este. Medina et al. (2023) ya establece una relación de la lectura con el punto de vista psicológico que lleva a acciones de desarrollo cognitivo como para la adquisición de capacidades de toma de decisiones.
La pedagogía de la literatura en el actual avance investigativo sobre la misma, en el caso latinoamericano, es una respuesta comprometida a las vicisitudes juveniles que ha de merecer los avances de la postmodernidad. Una educación en valores no moralizadora, sino reflexiva, una apuesta que no debe marcar el hilo conductor o deuda social de una sola disciplina, sino de todas; no solo de la escuela, sino también del hogar; no solo de los docentes y padres, no solo de quienes administran la educación, sino también de la razón de ser de la educación y futuros promotores del cambio social, los estudiantes.
Campo didáctico y metodología trasversal: valores e interculturalidad
Desde el punto de vista pedagógico, las maneras en las que la literatura puede ser utilizada para la educación son muchas, los libros de texto pueden incluir lecturas con diversidad temática y de alto rendimiento para ayudar a los estudiantes a aprender sobre diferentes dificultades del mundo, las culturas (costumbres, las tradiciones y los valores) y desarrollar habilidades de comprensión, escritura y expresión oral y expresión artística., la lectura para la comprensión de la diversidad global (Bolivar, 2000). La trasversalidad de los contenidos con el resto de las asignaturas facilita el proceso adquisitivo de nuevos conocimientos teóricos y fundamenta el criterio metacognitivo, es decir una tarea que engloba a todos los agentes educativos.
La educación y la sociedad están en un punto crítico y deben revalorarse quienes pretenden realizar la acción del verbo y en especial de quienes se les quiere hacer reaccionar con la misma consecución. El campo de la Educación Literaria en este aspecto tiene las herramientas necesarias para dejar constituido una base sólida en la que docentes y estudiantes edifiquen un pensar más solidario, más sensible, más humano, más razonable, y la transversalización de los contenidos de la literatura con el resto de las asignaturas es una oportunidad única (Carrera, 2022b).
El reto por presentar las clases más dinámicas ha sido hacer salas de juegos las aulas de clases sin que muchas de las veces se establezca un aprendizaje real, efectivo o al menos reflexivo conceptualmente. Conectar los contenidos sistemáticamente corresponde a un hecho didáctico, no de hegemonizar la manera de dar clases, sino en el objetivo global que se quiere llegar frente a un currículo integrado. Velásquez (2009) afirma la idea diciendo que “tienen en común la formación humana; no podemos olvidar que el fin último de la educación es la formación, razón por la cual todas las acciones realizadas en la escuela deben apuntar a este objetivo” (p. 31).
La literatura con el resto de las asignaturas (ciencias sociales o puras) están estrechamente relacionadas, no en su carácter puro, pero si para su desarrollo, explicación y difusión. La literatura puede ser utilizada como una herramienta para la educación, ayudando a los estudiantes a desarrollar su comprensión del mundo, y a mejorar sus habilidades de comunicación, interpretación, análisis, toma de decisiones con conciencia histórica, etc. Una educación que abre las puertas al diálogo intercultural y a la educación en valores, donde los estudiantes aprecien la literatura y su amor por la lectura, que en base a esto se romperán diversas barreras cognitivas de nuestra modernidad en cualquier área del saber que se decida seguir una profesionalización. En definitiva, un diálogo multicultural desde la construcción de contenidos literarios y formación lectora (Roig, 2012; Ballester e Ibarra, 2015; Montiel, 2023).
En tanto, el aspecto magno de la pedagogía como ciencia consolida la idea práctica en la literatura, sensibilizar. No corresponde a un hecho alejado de nuestra realidad, pues cuán necesario es que todos puedan realizar acciones responsables con actitudes de fraternidad; es decir, la reconstrucción de la conciencia personal, docente, alumno, institucional, local, regional, global para un nuevo milenio casi en utopía ya que se plantea siempre en reflexiones educativas una realidad muy alejada a las acciones realizadas (López, 2001; Moreno, 2004; Velásquez, 2009). Así pues, la tarea del pedagogo en la disciplina de la literatura, mucho más que de un docente o profesional desempeñado en el sistema educativo de la misma disciplina, será direccionada a partir de los problemas que aquejan a una sociedad perdida y cegada en su desenfreno que han llamada libertad, donde se han mal entendido valores universales necesarios para la toma de decisiones responsables y morales.
En secuencia, el aspecto verosímil de la literatura no da cuenta en tener mucha información estética- literaria, sino en tener información de la realidad y en base a ella plasmar emociones y deseos. Con esto se pone énfasis en una educación desde un enfoque emocional y constructivo, desde la creación literaria de microrrelatos, por ejemplo. Una actividad que necesariamente debe contar con competencias de lectoescritura y posicionamiento reflexivo personal.
Así pues, el respeto a uno mismo y los demás como guía a nuestra moral, el cambio de comportamiento sensible por poder entender al otro, el aprecio a la vida para el cultivo de la paz, la lealtad a la fe y esperanza de alcanzar un porvenir mejor, educar y ser educados con proyecciones comunes humanizadas, directrices por las que se debe trabajar en comunión docente, prevaleciendo los valores de la justicia y honestidad, necesarios en la contemporaneidad.
Los contenidos y conocimiento: entendimiento interdisciplinario
Para empezar, es necesario comprender que la educación literaria se refiere al proceso de enseñanza y aprendizaje relacionado con la literatura, cuyo objetivo principal es desarrollar habilidades de lectura crítica, comprensión y apreciación de la literatura en los estudiantes fomentando el amor por la lectura, mejorar la capacidad de análisis y reflexión, y promover la expresión creativa y el pensamiento crítico.
Es imprescindible para la toma en acción de los docentes del área, contar con materiales adecuados para la instrucción e inmersión temprana o tardía de la lectura y escritura. El goce lector no solo desde textos de ficción y con un peso de abstracción superior para estudiantes, sino desde cualquier texto que los estudiantes escojan en base a su posible elección profesional a futuro.
Así pues, se enmarca una neo estrategia para el hábito lector en principio; y, con el mismo, implantar una semilla para el crecimiento creativo literario consciente. Los estudiantes se informan, cuestionan, reaccionan, reflexionan, escriben, sensibilizan a partir de lo que leen. No es comunicar una información, es dar paso a una invención paradójica del mundo que crean los estudiantes en base a lo leído. Ahora bien, encuadrar todo lo anterior en una planificación curricular holística interdisciplinaria es el reto.
Proponer como parte del micro currículo, en la planeación de este una labor docente que tome parte de sus horas clase para fomentar una lectura compresiva- edificadora de los hechos sociales reprochables actuales, políticos, éticos que sin duda merecen ser reflexionados, analizados, criticados y resueltos, es decir entablar una apuesta pedagógica en el área de Lengua y Literatura que acoja las diversas asignaturas con un compromiso reflexivo que lleva en sus vertientes los componentes gramaticales sintácticos en la escritura.
La literatura es una manifestación de la conciencia que se nutre de la relación con otras áreas del saber tales como la historia, la geografía, la filosofía, las artes, que posibilitan puntos de encuentros interdisciplinarios de carácter sociocultural, al propiciar además, la reflexión en torno a las problemáticas de la realidad, la asociación que puede establecerse con otros discursos y los nexos interdisciplinarios como una concepción de para relacionar los contenidos enunciados y devolverlos creadoramente (Fierro y Díaz, 2018, p. 4)
Al aprender sobre los diferentes elementos de la literatura, como la trama, los personajes, el escenario y el tema, los estudiantes pueden aprender a apreciar la complejidad y la belleza de la literatura. La educación también puede ayudar a los estudiantes a desarrollar su amor por la lectura, alentando a leer por placer y al proporcionarles acceso a una variedad de literatura. Es decir, la aplicabilidad de la lectura a grandes niveles para las demás áreas del saber y no solo de la literatura es un proceso efectivo (León, 2023).
Un ejemplo para trabajar los otros campos del saber con las competencias que se debe acreditar en el área de la literatura para crear experiencias de aprendizaje enriquecedoras sería las siguientes relaciones:
Un profesor de historia puede pedir a sus estudiantes que lean una novela histórica sobre la Revolución Francesa. La novela puede ayudar a los estudiantes a comprender los eventos de la Revolución Francesa de una manera personal y crítica.
Un profesor de inglés puede pedir a sus estudiantes que escriban un ensayo sobre el tema de la guerra. Los estudiantes pueden utilizar la literatura para explorar diferentes perspectivas sobre la guerra, y para aprender sobre las experiencias de las personas que han vivido la guerra.
Un profesor de arte puede pedir a sus estudiantes que creen una obra de arte inspirada en un poema. La obra de arte puede ayudar a los estudiantes a expresar su comprensión del poema, y a desarrollar su propia voz artística.
La educación literaria no se limita solo a la lectura de obras literarias, sino que también abarca actividades como la escritura creativa, el análisis de textos, la discusión en grupo, la investigación y la presentación oral. A través de estas actividades, los estudiantes pueden desarrollar habilidades de escritura, pensamiento crítico, comunicación y trabajo en equipo, desarrollando habilidades y competencias que les serán útiles en su vida académica, personal y profesional en cualquier área del saber.
Cultura investigativa: necesidad en el campo social contemporáneo
La investigación en el campo de la literatura es un área de estudio que se dedica a analizar y comprender la literatura desde diferentes perspectivas. Esta investigación puede abarcar diversos temas, enfoques y metodologías, y su objetivo es profundizar en el conocimiento y la comprensión de la literatura y sus efectos en la sociedad y la cultura. A esto, aporta Fierro y Díaz (2018) diciendo que:
La unidad del carácter científico e ideológico de la educación literaria: el proceso de investigación científica y de innovación con el empleo de métodos de investigación de orientación cualitativa, revela que los referentes pedagógicos y literarios articulan coherentemente como soporte de acciones encaminadas a en al proceso de interacción con la literatura en diferentes ámbitos (p. 4).
Ahora bien, la matriz intelectual por la cual gira la educación literaria se verá reflejada en los procesos de lectura propiamente, sin embargo, en el flujo social moderno contemporáneo existe una serie de obstáculos que en el proceso cognitivo intelectual hace mucho más latente la necesidad de innovar en el hecho educativo a partir de su hilo conductor principal, la investigación. Pero ¿qué investigar desde una perspectiva pedagógica en el área de la educación literaria?
Para ello, se debe analizar en la brevedad posible algunas temáticas que sostienen el eje conceptual articulado de la literatura en sí; análisis literario, filosófico, historiográfico, lenguaje, entre otros. A estas temáticas, cada una tendrá un fin en el producto literario a analizar, pero como se ha aseverado en párrafos anteriores, necesita un accionar verdadero el lector que no se quede solo en una voz poética / lectora, sino que trascienda hasta su realidad inmediata a través de la reflexión - acción.
De ahí la necesidad de investigar, siendo la pedagogía como ciencia quien incita a esta actividad en el campo educativo que tenga transformaciones reales aplicadas, está determinada para un acto de valoración personal ontológico (qué ser) en una realidad altamente problemática. Es decir, en principio recae la idea nuevamente de la actividad individual reflexiva de acción para que en conjunto con otros sujetos en proceso emancipador (cognitivo-liberador) trasformen una sociedad a vistas de una deshumanización, una insensibilidad.
Así pues, no hay que dejar de lado tampoco que la investigación literaria puede ser utilizada para una variedad de propósitos, para comprender mejor la literatura, para desarrollar teorías sobre la literatura o para promover la apreciación de la literatura, pero sobre todo el segundo punto ya no hacia el individuo, sino hacia la praxis misma del área, es fomentar con esa investigación literaria una sensibilidad no observante, que no se quede en libros, sino en la búsqueda de aspiraciones comunes para una utópica idealización humana.
La evaluación circundante: apuesta por una visión holística a las necesidades formativas
La relación entre calificación y literatura es compleja. Por un lado, la calificación puede verse erróneamente como una forma de evaluar la comprensión de la literatura por parte de los estudiantes. Al asignar calificaciones a ensayos, pruebas y otras tareas, los maestros pueden medir qué tan bien los estudiantes han captado los conceptos e ideas presentados en los textos que han leído, más no han evaluado. Por otro lado, la calificación también puede verse como una forma de disuadir a los estudiantes de leer literatura. Si los estudiantes solo están interesados en obtener una buena calificación, es menos probable que lean literatura por placer o exploren nuevas ideas.
Las nuevas tendencias hacia la evaluación de resultados demandan una nueva oportunidad de evaluación por contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales de manera inmediata y de momento. Una evaluación de aprendizaje basado en problemas / proyectos es una manera de profundizar la manera de evaluar. En el aprendizaje de la lengua (como competencia indispensable dentro de la formación literaria) el ABP corresponde de igual forma una oportunidad de transversalización de contenidos para una educación motivadora y con valores, sin embargo, necesita de la constante retroalimentación de todos los docentes de las diferentes áreas que integren el proyecto con la construcción de instrucciones claras y preguntas direccionadas a lograr un objetivo colectivo (Cabanillas, 2023).
Hay varias formas de mitigar los efectos negativos de las calificaciones en el compromiso de los estudiantes con la literatura. Una forma es centrarse en el proceso de aprendizaje en lugar del producto. Esto significa que los maestros deben enfatizar la importancia de leer para comprender, en lugar de solo para obtener una calificación. Los maestros también pueden crear un ambiente de apoyo y aliento en sus aulas, donde los estudiantes se sientan cómodos asumiendo riesgos y explorando nuevas ideas.
Otra forma de mitigar los efectos negativos de la calificación es utilizar una variedad de técnicas de evaluación. Esto significa que los maestros no deben basarse únicamente en pruebas y ensayos para evaluar la comprensión de la literatura por parte de los estudiantes. En su lugar, también deberían utilizar la observación, la encuesta y la entrevista, así como técnicas alternativas de evaluación la participación en clase y el trabajo en equipo, enfatizando que pedagógicamente correcto es integrar todo el proceso y al final de este se vuelve a iniciar a evaluar, es ese el proceso circular dialéctico ascendente.
Los profesores deben tener en cuenta el impacto que las calificaciones pueden tener en la motivación de los estudiantes, pero eso no significa que se recaiga en un facilismo académico, un espacio de obsequios u oferta de créditos. Si a los estudiantes solo les interesa tener una buena calificación, es menos probable que lean literatura por placer, por tanto, no se manejará una pedagogía de la literatura como respuesta a los conflictos postmodernos, sino solo a una transmisión conceptual de contenidos de una asignatura para acreditar un novel educativo. Por lo tanto, los maestros deben asegurarse de que sus prácticas evaluativas sean justas y sobre la base de ella emitan calificaciones que no desalienten a los estudiantes de leer literatura, y al mismo tiempo asegure una neo calidad educativa alejada del pasado, pero que tiene noción histórica de ella.
Conclusiones
Los roles de la pedagogía en la educación literaria están enfocados en dar solución a una pasividad con la que es vista la formación literaria, teniendo como insignia la competencia lectora. Es entender el hecho científico de la pedagogía para encaminar su objeto de estudio en la disciplina literaria desde una visión crítica liberadora.
Los roles y alcance en la educación literaria de la pedagogía son contextualizados a partir de la sistematización bibliográfica, donde ha mantenido una relación filosófica de la práctica educativa en la disciplina literaria en la modernidad, lo que en un momento solo era tomado como punto de partida y reflexión a la didáctica de la literatura, que en la práctica podía verse inestable al estar sin un sostén pedagógico que revele un alcance epistemológico, que no solo se agudice en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, sino en el hecho educativo, la educación en sí misma por el particular práctico de la literatura: sensibilizar, crear, solucionar problemas.