Introducción
El síndrome de Burnout (SBO) es el resultado de una progresión negativa en los esfuerzos profesionales debido al estrés prolongado, lo que conduce a fatiga tanto psicológica como física, y genera percepciones negativas hacia el trabajo (Freudenberger, 1974). Se caracteriza por fatiga emocional, cinismo y despersonalización, lo que resulta en una disminución del rendimiento y la satisfacción laboral (Maslach & Jackson, 1981). Las personas que trabajan en diversos campos pueden experimentar agotamiento, especialmente entre los profesionales de la salud que se dedican a la atención de los pacientes(Leiter & Schaufeli, 1996).
Esta afección no solo afecta a la eficiencia laboral y a la atención de los pacientes, sino que también tiene consecuencias físicas, como trastornos del sueño, riesgos cardiovasculares y altas tasas de suicidio (Gómez-Ospina & García-Perdomo, 2021).Varios estudios han identificado los factores relacionados con los resultados de bienestar mental entre los profesionales de la salud. Estos factores incluyen la limitación de los recursos hospitalarios, los turnos de trabajo prolongados, los patrones de sueño interrumpidos, así como la comunicación y el acceso insuficiente a la información actual. Se ha reconocido que estos elementos contribuyen a aumentar el agotamiento físico y mental, la ansiedad, el estrés y la fatiga (Raudenská et al., 2020).
Los profesionales de la salud con SBO representan riesgos para los pacientes y comprometen la calidad de los servicios de atención médica (Magnavita et al., 2021). Esta situación puede reducir la satisfacción de los pacientes y la calidad de la atención e incluso provocar errores médicos(De Hert, 2020).
Por esta razón, resulta pertinente el estudio de este tema para conocer lo que se ha generado en los estudios académicos al respecto, e identificar las líneas de desarrollo de temas futuros y sintetizar los principales hallazgos realizados. Para ello se propone como objetivo de la investigación identificar estrategias de prevención del síndrome de Burnout efectivas para los profesionales de la salud.
Metodología
Para el desarrollo de la presente investigación se empleó el método de revisión presentado en la figura 1, basado en lo planteado por Kitchenham & Charters (2007) para la Revisión Sistemática de la Literatura (RSL).
Pregunta de investigación
Se formuló la pregunta de investigación siguiendo la estructura PICO, que se muestra en la tabla 1: ¿Qué estrategias son más efectivas, las personales u organizacionales para la prevención del padecimiento del síndrome de Burnout en los profesionales de la salud?
Fuentes de información y estrategias de búsqueda
Las fuentes de información para el presente estudio fueron las bases de datos: Web of Science, Scopus, Cinahi y Pubmed. Para definir la estrategia de búsqueda se establecieron términos de búsqueda basados en los objetivos definidos. Además, se crearon las ecuaciones de búsqueda usando operadores booleanos (AND y OR) de acuerdo a la sintaxis de cada fuente de información, cada ecuación de búsqueda utilizada, se muestra en la tabla 2.
Resultados de la Búsqueda
El resultado de aplicar las diferentes ecuaciones de búsqueda arrojó 1293 estudios: 142 de Web of Science, 231 de Scopus, 898 de Pubmed y 22 de Cinahi.
Criterios de selección
. Los criterios de exclusión usados para la revisión de los estudios fueron:
Los artículos tenían una antigüedad mayor a 3 años.
Los artículos no se publicaron en conferencias o revistas revisadas por pares.
Los títulos y las palabras clave de los artículos no eran adecuados a su contenido.
El resumen de los artículos no era relevante.
No se disponá del texto completo del artículo.
Selección de estudios
Se aplicó las etapas de gráfico PRISMA para la selección, como se muestra en la Figura 2.
Evaluación de la calidad metodológica
Para la evaluación de la calidad metodológica de los artículos elegidos, se empleó la escala de PEDro (Physiotherapy Evidence Database) (Shiwa et al., 2011). Para los estudios cualitativos, se empleó el Programa de Lectura Crítica CASPe (Santamaría Olmo, 2017). Al evaluar los artículos, CASPe enumera puntuaciones de 7 a 8 sobre 10, lo que indica una calidad metodológica adecuada. Las puntuaciones de los estudios cuantitativos en la escala PEDro fueron de 7 a 9 sobre 11, lo que también indica que la calidad es adecuada para su inclusión en la RSL. Entre las limitaciones figuran los indicadores de resultados no homogéneos y la ausencia de estrategias organizativas mixtas y estudios de apoyo psicológico personal.
Resultados y discusión
Análisis de la calidad metodológica de los estudios incluidos
De los 13 artículos seleccionados, 7 corresponden a estudios cualitativos, los cuales fueron evaluados utilizando la lista de CASPe, obteniendo calificaciones que oscilaron entre 7 y 8 puntos sobre un máximo de 10. Los 6 estudios cuantitativos restantes se evaluaron mediante la escala de PEDro, alcanzando puntuaciones entre 7 y 9 puntos de un total de 11 posibles. Por lo tanto, todos los estudios se consideraron adecuados para su inclusión en la revisión sistemática de la literatura (RSL). En la tabla 3 se muestra los principales aportes de los estudios incluidos.
La discusión sobre las estrategias más efectivas para prevenir el síndrome de Burnout en los profesionales de la salud se puede estructurar en varios subtemas, que analizan tanto las estrategias personales como las organizacionales.
Efectividad de las estrategias organizacionales
Las estrategias organizacionales se han identificado como cruciales en la prevención del Burnout. Estas incluyen la implementación de políticas que promuevan un ambiente laboral saludable, la reducción de cargas de trabajo excesivas y el establecimiento de horarios flexibles (Norful et al., 2022; Jones et al., 2022). Los estudios revisados sugieren que un liderazgo efectivo puede mediar en el agotamiento, promoviendo un clima de apoyo y colaboración entre los equipos de trabajo.
La adopción de un estilo de liderazgo auténtico ha mostrado ser un factor protector contra el Burnout, lo que resalta la importancia de la formación en habilidades de liderazgo dentro de las instituciones de salud (McPherson et al., 2022). Sin embargo, a pesar de la efectividad de estas estrategias, su impacto directo en la reducción del Burnout no siempre es concluyente.
Es posible que las intervenciones organizacionales no aborden adecuadamente las necesidades individuales de los profesionales de la salud, por lo que es recomendable aplicar una combinación de enfoques ya que esta podría ser más efectiva.
Impacto de las estrategias personales
Brindar apoyo y capacitación psicológicos podría reducir los síntomas del agotamiento (Prentice et al., 2022). Las intervenciones personales, como programas de autocompasión (Franco & Christie, 2021) y mindfulness, han demostrado ser efectivas para mitigar las emociones negativas asociadas con el Burnout. Estas estrategias permiten a los profesionales desarrollar habilidades de resiliencia y autocuidado, lo que puede resultar en una disminución significativa de los niveles de agotamiento, ansiedad y estrés.
Entre las estrategias utilizadas en los estudios incluidos, se encuentra un programa de formación de un día en autocompasión, el que mostró resultados positivos en la mejora de la resiliencia y la satisfacción laboral (Joshi et al., 2022). No obstante, surge una preocupación sobre la sostenibilidad de estos efectos a largo plazo.
Las estrategias personales pueden ser útiles, ya que son más específicas e individualizadas pero su implementación debe ser acompañada de un apoyo organizacional continuo para asegurar que los beneficios se mantengan en el tiempo. La falta de medidas estandarizadas en los estudios revisados también limita la capacidad de evaluar la efectividad a largo plazo de estas intervenciones.
Integración de estrategias personales y organizacionales
Las investigaciones sugieren que la combinación de estrategias personales y organizacionales podría ofrecer un enfoque más holístico para la prevención del Burnout. La integración de programas de apoyo psicológico individual con políticas organizacionales que promuevan un ambiente laboral saludable puede abordar tanto los factores individuales como los estructurales que contribuyen al Burnout.
La formación en inteligencia emocional, no solo mejora la capacidad de los profesionales para gestionar sus emociones, sino que también puede ser complementada con políticas organizacionales que fomenten la comunicación abierta y el apoyo entre colegas (Khesroh et al., 2022). Esta sinergia resulta en un entorno de trabajo más resiliente y menos propenso al agotamiento.
De forma general se aprecia que tanto las estrategias personales como las organizacionales tienen un papel importante en la prevención del síndrome de Burnout en los profesionales de la salud. Sin embargo, la efectividad de cada enfoque puede depender del contexto y de las características individuales de los trabajadores.
Se recomienda que las instituciones de salud adopten un enfoque integrado que combine ambas estrategias, asegurando así una respuesta más efectiva y sostenible a este problema crítico en el ámbito de la salud. Para futuras investigaciones, sería beneficioso explorar más a fondo la interacción entre las estrategias organizacionales y personales, así como desarrollar medidas estandarizadas que permitan evaluar de manera más precisa la efectividad de las intervenciones implementadas.
Conclusiones
Los hallazgos principales destacan que las estrategias organizacionales tienen un impacto positivo en diversos aspectos del trabajo médico, pero su efectividad en la mitigación del Síndrome de Burnout es limitada. Por otro lado, las estrategias psicológicas personales resultan eficaces para reducir emociones negativas, lo que podría contribuir a disminuir el agotamiento; sin embargo, algunos estudios indican que este efecto puede ser temporal. La combinación de estrategias integradas, tanto personales como organizacionales, parece ser la opción más prometedora para el tratamiento y la prevención del Síndrome de Burnout.