1. Introducción
La quebrada de Huatacondo se sitúa en la precordillera de la región de Tarapacá en el norte de Chile (Figura 1), 200 km al suroriente de la capital regional, Iquique. Se encuentra a una altura de 2.300 m s.n.m. y sus coordenadas son 20° 55’41’’ latitud sur y 60° 03’ 15’’ de longitud oeste. Nace en la vertiente de Majala y desemboca en la pampa del Tamarugal, lo que corresponde a la depresión intermedia en una zona endorreica, con una ubicación importante por cuanto conecta las zonas costeras con las zonas altas (Alvarado Lazo y Uribe Rodríguez, 2023). Su clima destaca por ser desértico marginal de altura, de humedad relativa y con cielos permanentemente despejados. El poblado de Huatacondo se localiza al sur de la quebrada, lugar en el que se llevan a cabo actividades habitacionales y de servicios, en tanto, las actividades agrícolas se producen en los sectores aledaños donde se ubican áreas de cultivo y corrales para animales.
Actualmente, la cantidad de pobladores de Huatacondo se estima en 120 personas que habitan de forma permanente, aun cuando el censo nacional estableció en 2017 un total de 316 habitantes. En lo referido a caracterización ocupacional, de un total de 56 personas que se encuentran económicamente activas, destacan las dueñas de casa (17) y aquellos que desempeñan labores agrícolas (13) (Caniguan et al., 2021).
Este territorio está emplazado en el desierto de Atacama y asentado en un sistema de quebradas y en plena pampa del Tamarugal, lo cual ha reducido a sus habitantes a vivir constantemente aislados. Situación que ha mejorado mucho con el pasar de los años debido a la construcción de una nueva ruta de acceso que dio solución al problema histórico de conectividad, y que se ha visto condicionada por la geografía local y las geoformas presentes en la zona. Las lluvias y bajada de aguas estivales afectaban directamente el corte de caminos, provocando una desconexión vial y un aislamiento que podía durar meses, situación que se vio resuelta con la llegada de la ruta alternativa de ingreso al pueblo.
Condicionado por una geografía diversa y compleja, Huatacondo ha visto durante años la instalación de faenas mineras en la zona, actividad que ha impactado negativamente en el territorio desde un punto de vista medioambiental por la contaminación de las aguas. La comunidad indígena quechua de Huatacondo, fundada el año 2012, ha visto en la organización colectiva la mejor estrategia para decidir sobre las acciones mineras en su territorio (Caniguan et al., 2021), obteniendo beneficios económicos y mejoras de la infraestructura gracias a acuerdos tomados entre la comunidad y las empresas.
La localidad se encuentra situada al interior de Pozo Almonte, comuna que alberga lugares con un mayor desarrollo turístico, tales como La Tirana o Mamiña, además de concentrar atractivos de gran nivel como las salitreras Humberstone y Santa Laura, declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en el año 2005. De igual manera, estos territorios son diferentes a Huatacondo, entendiendo que los elementos de atracción turística que poseen se diferencian sustancialmente a los del poblado. El pueblo de La Tirana se caracteriza por ser la sede de una de las fiestas religiosas más grandes de todo Chile. Mamiña, por su parte, tiene como atractivo principal a sus termas con propiedades sanadoras y las salitreras guardan un legado y patrimonio histórico presente en la memoria colectiva de los habitantes del norte del país. En este sentido, la posibilidad de insertar a la localidad como parte de la oferta complementaria de los polos turísticos de mayor concurrencia dentro de la comuna aparece como una alternativa de desarrollo, entendiendo que el patrimonio arqueológico e identitario en la zona es de un carácter único. El turismo aparece como una oportunidad de desarrollo local y en esta línea, el patrimonio natural, arqueológico y cultural presente en la zona puede jugar un papel fundamental, ya que constituye un elemento de alto valor turístico.
No existen registros que den cuenta de las fuentes de ingresos actuales de los habitantes del pueblo. Según la última actualización de la Línea Base del Medio Humano (Caniguan et al., 2021), la ocupación laboral en la zona es liderada por las dueñas de casa (36 %), seguido por quienes desempeñan labores de agricultura (28 %). Pese a lo anterior, y según lo percibido en la visita al territorio, se pudo comprobar que en los últimos años se ha visto un aumento en las ocupaciones relacionadas a la actividad minera, así como también en aquellos servicios que han conformado la oferta turística presente en el lugar, como alojamientos, restobares y servicios de guiados. Así, las actividades vinculadas al turismo han experimentado un auge, esto a raíz de la demanda creciente (aún menor) de visitantes, la cual ha incentivado a los residentes a emprender, llegándose a desarrollar nuevas fuentes de ingresos. Estos antecedentes insinúan que, si el flujo de turistas en el territorio sigue al alza, la oportunidad para crear nuevas fuentes de trabajo sería una realidad, además de provechosa, necesaria para lograr suplir lo requerido por los nuevos visitantes del territorio.
1.1 Atractivos principales
En Huatacondo es posible hallar desde cascadas petrificadas hasta huellas de dinosaurios. A continuación, se describen algunos de los atractivos y otros elementos que forman parte del territorio.
Cascadas petrificadas. Formadas a causa del escurrimiento de aguas de alto contenido mineral durante miles de años, las también llamadas “cales” muestran una caída de agua muy particular y de rara curiosidad geológica (Figura 2A).
Garganta del diablo. Con una denominación particular, comprende un camino angosto formado por rocas altas de la quebrada (Figura 2B), el cual a medida que se avanza da la sensación de ser tragado por una garganta, razón de donde proviene su nombre.
Aldeas prehispánicas. Las aldeas de Huatacondo y Ramaditas (Figura 2C) se encuentran a 12 km una de la otra. Corresponden a sitios arqueológicos que fueron construidos con barro húmedo mezclado con piedras de andesita y basalto. Los recintos siguen un patrón disperso, con plantas socavadas en el suelo, en su mayoría con formas ovales, muros curvados (Ministerio de Bienes Nacionales, 2018)
Huellas de dinosaurios. En la zona es posible encontrar más de mil huellas pertenecientes a dinosaurios de distintos grupos, como Theropoda y Ornithopoda (Figura 2D). Las formaciones datan de hace unos 155-161millones de años (Salinas et al., 1991).
Dunas de Chele. Formadas a partir de la acumulación de arena, conforman el escenario propicio para la práctica de actividades como Sandboard u otro tipo de recorridos, además de otorgar una panorámica única a la quebrada de Huatacondo (Figura 2E).
Petroglifos. Evidenciando el estilo de vida de los caravaneros y su actividad cotidiana, estos dibujos resaltan por sus formas muy definidas y expresividad, describiendo de manera muy sutil lo experimentado por sus autores (Figura 2F).
Iglesia del pueblo. El templo bautizado como “Nuestra señora de la Asunción de Huatacondo” data del siglo XVII y es donde se lleva a cabo la celebración ícono del pueblo, la fiesta patronal, que cada 15 de agosto atrae más de 2 mil fieles, quienes son participes de los festejos que se extienden por más de una semana. A diferencia de los tradicionales templos originarios andinos, este destaca por su arquitectura mediterránea (Figura 2G).
1.2. Problemática y objetivos del estudio
Las riquezas patrimoniales que tiene el territorio, sumado al reciente hallazgo de centenares de huellas de dinosaurios que serían las más antiguas en Chile (Mesozoico Chileno, 2020), y el crecimiento, aún menor, pero constante, de una actividad turística informal entrecruzan aspectos que, al mirar desde afuera, hacen que surjan interrogantes como: ¿es posible lograr un desarrollo local en base al turismo? Es importante conocer cuáles son las condiciones actuales que presenta el lugar para pensar en el desarrollo de una actividad turística más relevante, y que pueda gatillar, asimismo, un desarrollo local sustentable. Se hace presente, por tanto, una problemática relacionada con el desarrollo local y las relaciones que se dan entre quienes habitan y cohabitan un espacio común (Harvey, 1998), donde existe una comunidad local con costumbres y formas de habitar su territorio, con sus flujos, transacciones, desplazamientos, etc., y, por otro lado, turistas y sus flujos potenciales. Por tanto, se debe analizar si podrían coexistir y aportar en dicha comunidad.
El objetivo de este estudio es comprender en qué condiciones está el poblado de Huatacondo y los territorios aledaños que conforman la localidad, con miras a pensar en un desarrollo futuro de tipologías turísticas especializadas, fundamentadas en las principales atracciones existentes y el patrimonio arqueológico que se está intentando poner en valor. En este mismo sentido, es importante conocer cuál es la visión de la comunidad local, entendiendo que son actores claves en el desarrollo de un territorio ya que las personas y su subjetividad son indispensables (Barbini, 2005), y deberían ser consultados acerca de su relación con un fenómeno que puede afectarles directamente en su calidad de vida. Es necesario plantear y discutir, entonces, algunos escenarios probables considerando estas relaciones entre territorio, comunidad, actividad económica y el patrimonio material e inmaterial presente.
1.3. Revisión de teorías y literatura asociada
1.3.1. Desarrollo local y relaciones entre turismo y patrimonio
El desarrollo local de los territorios no está exento de obstáculos y dificultades a la hora de abordarlo (Arocena, 1995), dado que representa un desafío importante para muchos lugares que ven la posibilidad de aprovechar sus potencialidades para lograr un bienestar social, quedándose a veces solo en una idea que no logra llegar a concretarse adecuadamente, por abordar conceptos ambiguos como podrían ser el de región o el de nación (Álvarez García y Rendón Acevedo, 2010). Alburquerque (2004) mencionaba aquel enfoque “desde abajo” para referirse a un desarrollo basado en la lógica de mejorar las condiciones de la población y aprovechar los recursos endógenos. Por otro lado, Boisier (1997) hace mención acerca de recursos endógenos y el juego entre la lógica del Estado y las articulaciones con otros actores del territorio, concepto relevante dado que, en el caso del turismo, constituye la base para la construcción del destino.
El territorio es un espacio que conlleva la necesidad de crear condiciones adecuadas para su desarrollo mediante procesos interactivos (Vásquez Baquero, 2007), por tanto, el patrimonio y la cultura son elementos fundamentales en esta interacción. El patrimonio es un atractivo de alto nivel para el desarrollo del turismo (Almirón et al., 2006) lo que se evidencia en la continua incorporación del mismo a los diferentes productos y servicios turísticos en la oferta local. Desde esta perspectiva se podría decir que los procesos de patrimonialización podrían estar presentes en los territorios, en la medida en que las comunidades se abran a la posibilidad de mostrar y exponer el valor que su patrimonio cultural tiene, lo que podría verse en la utilización de dicho patrimonio como un recurso turístico, ya que si bien la Unesco plantea ciertas orientaciones en este ámbito, finalmente, son los actores locales de una comunidad quienes realizan las acciones (Aguirre Tejeda et al., 2021)
Se da entonces una oportunidad para aquellos territorios que cuentan con un patrimonio valioso para hacer uso del mismo mediante diferentes estrategias. Una de estas formas o estrategias podría ser la museificación planteada por Muñoz y Llano (2021), quienes lo explican como un proceso en donde el territorio se convierte en una especie de museo, donde su patrimonio es parte de la estética propia y que se debe mantener en el tiempo, ya que si este cambia afectaría la imagen del destino mismo. Este proceso de patrimonialización acarrea problemáticas como la incapacidad de mostrar los cambios en las dinámicas sociales, cayendo en una mercantilización del mismo. En este mismo ámbito, Leira López (2013) se refiere al concepto de territorio-museo como un lugar para el consumo cultural en un espacio al aire libre integrado a la forma de vida de los habitantes de una comunidad, y además como una estructura organizacional que apunta al desarrollo local, lo que se presentaría como una forma más sustentable de abordar el uso del territorio y su patrimonio ya que la integración de la comunidad en el disfrute del visitante evidenciaría una marca-territorio hacia los mercados que se quiera apuntar.
Para cuidar este patrimonio y lograr así mantenerlo en el tiempo, el rol de la comunidad se vuelve clave dado que la preservación del patrimonio representa una responsabilidad de los distintos actores que conviven en el territorio. Para Velasco Salinas (2020), esta valorización social del patrimonio tiene que ver con la significación que los bienes patrimoniales tienen entre una comunidad, y para comprenderlo se hace necesario evaluar su significado, identificando los atributos más reconocidos y distintivos entre las personas. Cuando el patrimonio está compuesto por bienes arqueológicos, la tentación inmediata es considerarlos como un recurso turístico, sin embargo, no necesariamente el patrimonio arqueológico del territorio se constituye en un atractivo turístico (Moreno Melgarejo y Sariego López, 2017). Para que estos lleguen a convertirse en recursos arqueológicos turísticos, se debe dar un acondicionamiento que garantice la conservación de los mismos, además de un bienestar para el visitante.
1.3.2. Modelos de desarrollo turístico
El turismo es uno de los fenómenos más utilizados hoy en día como herramienta para el desarrollo local (Gambarota y Lorda, 2017), principalmente por la posibilidad de aprovechar los recursos que un territorio tiene para proponer cada vez más actividades no tradicionales apuntando a turistas cada vez más informados. Un modelo se puede entender como un instrumento para facilitar las coordinaciones y toma de decisiones entre actores que comparten en un destino turístico (González y Rivas, 2008, como se citó en Pearce, 2016). También podría sumarse a esto, que son las orientaciones o bases para la gestión de un territorio. En esta mirada del desarrollo turístico, se pueden mencionar algunos enfoques importantes a considerar en el análisis de la gestión del territorio para la actividad. Merinero Rodríguez y Pulido Fernández (2009) plantean una mirada que incluye una visión sistémica del fenómeno, la competitividad de los destinos y la relevancia que tienen los actores locales. Estos enfoques concluyen que el grado de desarrollo turístico de un territorio tiene estrecha relación con la dinámica con la que se relacionan los actores, al igual que la relación entre los sectores público y privado, sobre todo en territorios en fase inicial de su gestión, como es el caso de Huatacondo en la región de Tarapacá.
Si se trata de analizar alternativas para los territorios que se abren a la posibilidad de convertir al turismo en un motor de desarrollo, es posible plantear diversas opciones y enfoques. Partiendo por miradas centradas en la economía y el libre mercado, Porter (2015), en su teoría de los conglomerados, apuntaba a la oportunidad de utilizar los recursos del territorio por medio de la instalación de empresas y operadores concentrados, especializándose y aumentando la competitividad con base en estrategias como las economías de escala y la diferenciación. Desde una mirada más en línea con los desafíos del mundo actual y considerando los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS], el principio del turismo sustentable o sostenible se puede considerar como una forma de abordar el desarrollo del turismo en el territorio, más no un producto o tipología del mismo (Cardoso et al., 2014), no obstante, entrega lineamientos importantes acerca del equilibrio económico, social y ambiental a la hora de planificar un desarrollo territorial con el turismo como motor productivo.
Como una de las propuestas integrales de desarrollo turístico, el modelo de Crouch y Ritchie (2000), perfeccionado en Ritchie y Crouch (2003), busca que los territorios puedan desarrollar el turismo con base en la relación entre sus ventajas comparativas para lograr una ventaja competitiva, partiendo desde sus recursos endógenos y aquellos desarrollados. En el caso de estudio podríamos mencionar amplias ventajas comparativas por sus atractivos, sin embargo, aún no existirían ventajas competitivas y sería el objetivo de gestión a realizar. Desde otra perspectiva, el modelo de Dwyer y Kim (2003) es similar al anterior, pero pone énfasis en diferenciar los recursos del territorio e incorporar un conjunto de indicadores para medir la calidad de vida, además de la competitividad del destino. Si se toma esto desde la perspectiva del desarrollo del territorio turístico con base en las variables de flujos de visitantes y el tiempo que se requiere para su madurez, entonces el ciclo de vida de los destinos (Butler, 1980) presenta un enfoque interesante para comprender en qué etapa podría estar un territorio como Huatacondo, considerando las variables como flujos de visitantes actuales, oferta de servicios, actores involucrados, entre otras.
Finalmente, la especialización turística a la que pueda llegar un territorio dependerá en gran medida de las gestiones que se puedan realizar en él. Analizando el caso de esta localidad del norte de Chile, algunos modelos de desarrollo como el de los denominados “geoparques” podrían considerase una opción también. En este sentido, pueden ser vistos como una estrategia de conservación que potencia el saber de la geología y además el desarrollo del turismo local, y se complementan con otras formas de conservación del patrimonio que cada región o estado puede tener (Sánchez-Cortés y Simbaña-Tasiguano, 2018). Además, entre otros beneficios, se pueden mencionar la oportunidad de desarrollar emprendimientos y economías locales por su mayor cercanía con las comunidades locales sobre otras áreas o modelos de conservación como los parques nacionales (Farsani et al., 2011).
2. Materiales y Métodos
El trabajo aborda una metodología mixta, por cuanto emplea el uso de elementos cualitativos y cuantitativos para el análisis de las relaciones asociadas al fenómeno en estudio (Hernández Sampieri et al., 2014). A esto se añade un carácter exploratorio y descriptivo en la búsqueda de información que permita entender la realidad local, analizando las percepciones propias de una comunidad, sumado a la observación in situ por parte del investigador. Se realizó una visita a la localidad de Huatacondo (Figura 3) en dos instancias, de dos días cada una, que permitieron realizar, primero, un recorrido a los distintos rincones y atractivos que componen este lugar, y segundo, la aplicación de un cuestionario semiestructurado a los habitantes de la comunidad.
En los recorridos se realizó una observación participante para poder evaluar aspectos como distancias, formas de accesos a los sitios, facilidades existentes para recorrer y realizar trazados. Para el análisis también se realizó una evaluación de los atractivos identificados en la zona, con base en una selección de criterios que se describen más adelante, sumado a la evaluación de las capacidades instaladas en el territorio. Posteriormente se utilizó una metodología de Manzato y Rejowski (2007) para evaluar el grado de adecuación de los atractivos para ser usados en la actividad turística. Esta técnica se explica con la ecuación (1) que se presenta a continuación:
Siendo:
E = Índice de adecuación turística (porcentaje)
SMA = Sitios muy adecuados (número)
T = Total de sitios turísticos del Estado (número)
Interpretando el porcentaje de E de la siguiente manera:
E = 80 % a 100 % Þ Estado avanzado de explotación turística
E = 50 % a 79 % Þ Estado intermedio de explotación turística
E = 20 % a 49 % Þ Estado inicial de explotación turística
E = 19 % a 0 % Þ Estado inexistente de explotación turística
Para el cuestionario se utilizó un interrogatorio con preguntas abiertas orientadas hacia la percepción y valorización que las personas locales tienen respecto a su patrimonio y su relación potencial con el sector turístico. La aplicación del cuestionario se realizó de manera presencial en el mismo poblado de Huatacondo, intentando abarcar a la mayor cantidad posible de habitantes, aprovechando que la población se estima en 120 personas permanentes, aun cuando el censo oficial señaló 316 habitantes en 2017. Para la evaluación de los atractivos, se tomó en consideración la percepción que poseen los habitantes locales respecto a los mismos. Asimismo, en las opiniones obtenidas a través de las encuestas es posible identificar una concepción de los habitantes basada en su apreciación por el poblado. Por otro lado, se utilizaron como base estructural para la evaluación el análisis realizado por las áreas de patrimonio y arqueología, y flora y fauna, las cuales cuentan con especialistas en la municipalidad de la comuna.
Finalmente, el número de personas a quienes se les aplicó el cuestionario fue de 50, lo que representa aproximadamente a un 16 % de la población total oficial y un 42 % aproximado a los residentes permanentes. No obstante, lo anterior, el objetivo de esta parte del estudio estaba relacionado con explorar las percepciones y conocimiento que tiene la comunidad respecto a su patrimonio, al igual que su visión acerca de una actividad como turismo, y sobre esto poder discutir y relacionarlo con las teorías y enfoques en materia de desarrollo local.
3. Resultados
3.1. Condiciones del territorio
3.1.1. Capacidades instaladas
Si bien no existe un plan de desarrollo turístico integral, es posible encontrar instalaciones e infraestructura para el turismo, tales como señaléticas o paneles informativos e incluso servicios de soporte básicos para atender a visitantes como alojamientos, restaurantes y tour operadores. Estos son escasos y no se encuentran registrados formalmente en el Servicio Nacional de Turismo [SERNATUR] o páginas oficiales; no obstante, según lo observado en terreno, se puede establecer que existen seis alojamientos disponibles (correspondientes a hoteles, cabañas, hostales y un camping) y dos servicios de alimentación que funcionan como restaurantes de día y como bares de noche. También existen almacenes informales de abarrotes, los cuales disponen de víveres básicos, pero no suplen la demanda requerida. Por último, es clave destacar que existe una obra de infraestructura que lleva por nombre “El Tambo”, el cual nació con la función de ser un centro de atención para los turistas, pero también cumple con ser un punto de control territorial y de monitoreo patrimonial (Figura 4). Este posee baños, estacionamiento, cocina, estanque de agua y habitaciones adecuadas para pernoctar. Si bien la obra está bien pensada y equipada, al día de hoy nadie se encuentra de manera fija en el lugar, por lo que no responde a la razón por la que fue creado.
3.1.2. Valor de los atractivos
Este apartado tiene como objetivo establecer el valor de los atractivos del territorio. Para ello, se utilizaron una serie de criterios de evaluación (Tabla 1), los cuales son descritos para entender de manera clara y sencilla la importancia que poseen los atractivos para el territorio y el nivel de significación que le proporcionan a este (Navarro, 2015). A continuación, se explican brevemente:
Singularidad: se trata de medir la particularidad del recurso en comparación con otros recursos de la misma naturaleza, considerando si son únicos o irrepetibles.
Accesibilidad: se analizará la distancia, tiempo y medios requeridos para llegar al atractivo turístico desde los lugares de acceso al poblado.
Estacionalidad: si el uso del atractivo turístico se podría dar solo en temporadas concretas o durante todo el año.
Estado de conservación: se refiere al estado en que se encuentra el atractivo en la actualidad o su nivel de fragilidad.
Pertinencia: grado de vinculación con la cultura e historia local.
Significación: se trata de medir la trascendencia que posee el atractivo.
La escala de evaluación estará compuesta por los siguientes componentes: alto, medio y bajo. De esta forma, se le asignará uno de estos tres niveles de medición a cada atractivo dependiendo del criterio analizado, obteniendo así una caracterización completa del mismo.
Para la construcción de la tabla en cuestión fueron seleccionados ocho atractivos, dentro de los cuales se encuentran atractivos naturales y culturales.
El análisis evidencia un alto valor de los atractivos del territorio. De los ocho considerados, cinco presentan un nivel de singularidad alto; también destaca un buen estado de conservación en el 87,5 % y el grado de estacionalidad se puede considerar mínimo. La significación y grado de identificación con lo local son otros de sus puntos fuertes; por el contrario, la accesibilidad es el criterio que obtiene el nivel más bajo de la medición, lo que revela uno de los puntos más débiles de los atractivos, que se debe, principalmente, a las condiciones propias del territorio en esta parte del norte chileno.
Para un mejor entendimiento de la información entregada en la tabla, resulta coherente ahondar más en la valoración asignada. Tomando como ejemplo el atractivo “Huellas de dinosaurios”, se consideró pertinente otorgarle un nivel alto de singularidad y significación, debido a que recientemente se presentó el hallazgo de más de mil huellas en el territorio, lo cual marca un precedente a nivel nacional en lo que a materia arqueológica se refiere, debido a que no existe un sitio con esta concentración de huellas y con el nivel de conservación de las mismas. Por otro lado, el estado de conservación de las icnitas es particularmente bueno, lo cual se debe a que muchas de ellas no son de fácil acceso (por lo mismo, se le asignó un nivel medio en el criterio de accesibilidad). Es preciso aclarar que también existen huellas más accesibles, las cuales se encuentran cerca del pueblo y es posible llegar incluso a pie. La estacionalidad no es un factor que condicione al atractivo, ya que es posible visitarlo durante todo el año. Por último, es oportuno señalar que, al igual que la mayoría de los atractivos, el grado de identificación con lo local es alto, lo cual tiene estrecha relación con el componente identitario característico del territorio. Esto se refuerza más adelante en la siguiente parte del estudio con la comunidad local.
Las aldeas prehispánicas y cascadas petrificadas presentan exactamente la misma valoración que las huellas de dinosaurio; en tanto, los geoglifos y petroglifos poseen evaluaciones muy similares, al igual que la garganta del diablo y la iglesia del pueblo. Las dunas de Chele son el atractivo que obtuvo la más baja valoración de los ocho seleccionados. A modo de síntesis, es posible sostener que la accesibilidad es prácticamente la única condicionante de los atractivos analizados, por tanto, es donde los esfuerzos deben estar enfocados. Los atractivos se ven beneficiados en los demás criterios examinados, siendo esto una muestra del gran potencial que suponen.
3.1.3. Grado de adecuación al turismo
En concordancia con el punto anterior y en busca de lograr a un análisis más exhaustivo, se utilizó la metodología propuesta por Manzato y Rejowski (2007), la cual permite dar cuenta de la situación en que se encuentran los atractivos y, más específicamente, la adecuación de los sitios para uso turístico. La metodología plantea una escala que evalúa los atractivos como Muy adecuado, Adecuado, Poco adecuado o No adecuado.
Tomando en cuenta los mismos atractivos evaluados previamente, se puede decir que de los ocho seleccionados, la iglesia es la única en ser diagnosticada dentro de la categoría “Adecuados”, lo cual se debe principalmente a que se encuentra ubicada en el pueblo; de esta manera, el templo ha sido restaurado y ha estado sujeto a mantenciones, situación muy distinta a la realidad de los demás atractivos, los cuales son calificados como Poco adecuados o No adecuados, debido a que no poseen las condiciones mínimas, como carteles informativos sobre el lugar o cómo acceder a este. Lo anterior deja en evidencia la falta de instalaciones que caracteriza a los atractivos y si bien se reconoce que existen algunos carteles que indican lugar y distancia a la que se localizan, no es suficiente. No existen herramientas que indiquen o proporcionen mayor información al visitante sobre el lugar visitado. Evidentemente la carencia de instrumentos de planificación constituye una de las mayores problemáticas del territorio y repercute directamente en el estado de los atractivos. Cabe destacar que, del total de lugares evaluados, ninguno calificó dentro de la categoría de Muy adecuado. Ahora bien, de acuerdo con la ecuación planteada por Manzato y Rejowski (2007), que permite identificar el estado de explotación del turismo en los sitios, se obtuvo como resultado un valor de E = 0 %, considerando SMA = 0 sitios y T = 8 sitios, y por tanto hay un Estado inexistente de explotación turística.
De esto se desprende que el turismo en Huatacondo se encuentra en un estado inexistente de explotación turística. Consecuentemente, es posible establecer que si bien en el cálculo se estable esta condición de inexistencia de explotación, en la observación en terreno se puede establecer que existen actividades turísticas incipientes como visitas al poblado y a algunos de los atractivos mencionados, por lo que dicha inexistencia no es absoluta, sino una manera de plantear lo inicial que la actividad turística presenta en el territorio.
Si bien el territorio posee atractivos arqueológicos, naturales y culturales de gran relevancia, sustentados en su nivel de singularidad, significación, estado de conservación y grado de adecuación con lo local, estos no tienen una gestión turística aún, la cual, de ser implementada, posibilitaría un desarrollo turístico de mayor nivel y que se relacione de manera más cercana con la magnitud de los atractivos tratados. Quedó demostrado que la accesibilidad es el gran punto débil, al igual que las instalaciones, por lo que se debe prestar una especial atención en la gestión de estos temas, lo cual debe efectuarse lo más pronto posible, con el objetivo de alcanzar su desarrollo y así poder avanzar a otras áreas que también lo requieran.
3.2. Percepción de la comunidad local
El estudio permitió conocer la valorización y conocimiento actual que poseen los habitantes sobre su territorio, además de su opinión respecto a un potencial desarrollo turístico del lugar. La recopilación de datos permite establecer que del total de entrevistados (50), un 50 % no es oriundo del lugar. De las 25 personas que provienen de otros lugares, 16 se encuentran residiendo hace 10 años o menos en el pueblo (64 %), mientras que los 9 restantes (36 %) viven hace 11 años o más en Huatacondo.
El análisis de la información obtenida a través de las encuestas deja en evidencia el gran componente identitario que caracteriza a la comunidad, el cual se ve reflejado en el aprecio que sienten hacia su territorio y el reconocimiento que le otorgan a sus costumbres y tradiciones (Figura 5). Del total de personas encuestadas, 49 afirmaron sentir aprecio por el poblado, lo cual corresponde a un 98 % de la muestra. El elemento identitario que más veces es mencionado corresponde a las llamadas cascadas petrificadas, uno de los principales atractivos de Huatacondo. En materia cultural, los datos revelan que las celebraciones de carácter espiritual o ancestrales son uno de los componentes con el que más se identifican los habitantes del pueblo, destacando entre las principales la Fiesta Patronal (15 de agosto) y la Fiesta de las Cruces de Mayo (llevada a cabo durante todos los fines de semana del mes); además de esto, la iglesia del pueblo es nombrada en varias oportunidades, lo cual se identifica con el fuerte componente religioso que caracteriza al territorio. Otro elemento identitario destacado corresponde a las huellas de dinosaurios, que junto con las “cales” son percibidas como los atractivos turísticos más representativos de la zona.
Con el objetivo de conocer el imaginario colectivo local (entendida de acuerdo con Gaceta Sanitaria, 2010), se consultó a la población Huatacondina acerca de historias que demuestren o reflejen algún tipo de creencia popular, donde los participantes expusieron vivencias propias y/o de cercanos. Duendes, una virgen y un hombre con un diente de oro son las historias más mencionadas, las cuales forman parte del patrimonio cultural inmaterial del lugar. Cabe destacar que los habitantes relatan sus experiencias con naturalidad, lo que da cuenta de que lo sobrenatural y legendario está muy presente en el pueblo.
Ahora bien, en lo referido al ámbito turístico, se les preguntó a todas las personas participantes de la encuesta si conocían sobre el desarrollo de actividades turísticas en el territorio (Figura 6). Las respuestas arrojaron que más de un tercio asegura estar al tanto de la realización de guiados en la zona; de esta manera, los guiados corresponden a la actividad más conocida del área. Le siguen la visita de turistas particulares, el turismo arqueológico, la existencia de una empresa de turismo en la zona y el no saber si se desarrollan actividades turísticas en el pueblo. Por otro lado, las respuestas que menos se repitieron corresponden a la presencia de algunos restaurantes y la práctica de sandboard.
Al consultar a la comunidad sobre su participación en alguna instancia de carácter turístico, los resultados presentan una mínima diferencia. Un 52 % de los encuestados asegura no haber sido partícipes de actividades de esta índole. Aquellos que indicaron no haber formado parte presentaron sus razones, entre las cuales se mencionan por temas de trabajo, por falta de tiempo y por no haber tenido la oportunidad hasta el momento. Por el contrario, existen quienes indican haber conocido atractivos por su cuenta y otros que han acompañado a visitantes a recorrer el pueblo.
Para lograr un análisis de un territorio complejo como lo es Huatacondo, se buscó conocer la percepción que posee la comunidad respecto a la actividad turística que actualmente se realiza en la zona, entendiendo que esta cumple un rol clave en el desarrollo local y, por tanto, se debe abrir la posibilidad a esa democratización del territorio que Alburquerque (2004) menciona. Así, las personas encuestadas entregaron su punto de vista acerca del turismo como una actividad que sirva de motor de desarrollo para el pueblo y en este caso, 48 de los 50 participantes (correspondiente al 96 % de la muestra) vieron en el turismo una oportunidad provechosa.
Entre las razones para creer que el turismo puede ser una actividad que sirva de motor de desarrollo en un escenario futuro se señala: “puede generar ingresos y ayudar a la economía local”, “puede ayudar a que el pueblo se haga conocido y así llegue más gente” y “pone en valor la cultura local”. Por otro lado, existen quienes no perciben esto de la misma manera y entre sus razones incluyen que “no existe un verdadero interés de la gente” y “se puede perder la tranquilidad característica del pueblo”.
También se consultó a los encuestados y encuestadas sobre los beneficios o aspectos negativos que genera el turismo actualmente en Huatacondo, en este aspecto, el 44 % de las personas considera que existen problemáticas relacionadas a la llegada de los turistas al pueblo. Entre las opiniones vertidas destacan que existe destrucción de atractivos y/o pérdida de privacidad e inseguridad, actividades que están ligadas a la visita de foráneos. Por otro lado, los beneficios que más se asocian con la llegada de turistas se relacionan con los ingresos económicos percibidos gracias a esta actividad y el reconocimiento del pueblo. Un pequeño número de personas añade que al llegar más gente es posible un desarrollo que contribuya con prácticas sustentables y medidas de conservación de los atractivos.
Al consultar si existe o no participación de la comunidad local en el desarrollo de la actividad turística del pueblo, los datos indican que un 70 % de los encuestados considera que los residentes se involucran de una manera activa en el área. Además, es posible establecer que más de dos tercios de la muestra (84 %) cree que el residente Huatacondino es hospitalario y acogedor con aquellos visitantes que llegan a la localidad.
Se puede reconocer un fuerte sentido de pertenencia de la comunidad con el territorio. A través de las múltiples respuestas entregadas los residentes demuestran que sienten aprecio por el lugar y tiene un valor especial para ellos. El 100 % de las personas encuestadas consideran que Huatacondo es un lugar interesante para visitar en vacaciones y a 47 de los 50 no les molestaría que turistas lleguen a visitar la zona, lo cual tiene relación con preguntas anteriores, donde reconocen que la llegada de turistas trae múltiples beneficios al pueblo.
El territorio posee un patrimonio arqueológico único en la región y sus habitantes están en conocimiento del gran recurso cultural que esto significa. El 88 % de los participantes de la encuesta aseguró estar en conocimiento del hallazgo de más de mil huellas de dinosaurios que fueron encontradas en la zona durante el último tiempo. Geoglifos, petroglifos y aldeas prehispánicas son solo algunos de los muchos vestigios que componen el panorama arqueológico de Huatacondo, elementos que sus habitantes tienen muy presentes y por lo mismo se asigna un alto valor patrimonial a cada uno de ellos. Existe una tendencia por mostrar la arqueología presente en el territorio y un 64 % de las personas encuestadas lo respalda; sin embargo, también hay quienes optarían por la creación de un espacio destinado exclusivamente para exhibir los vestigios, tal como un museo de sitio (20 %) y, en menor medida, aparecen aquellos que prefieren no exponer el patrimonio de ninguna manera y desearían resguardarlo por temas de conservación (16 %).
En función de las respuestas de las personas se puede desprender un interés local por el desarrollo turístico en el territorio, tomando en cuenta la serie de atractivos y recursos arqueológicos presentes en el mismo. Como se pudo evidenciar a través de las respuestas vertidas, existe una intención por parte de la comunidad de lograr un progreso y una voluntad por evolucionar junto al desarrollo turístico y la gestión eficiente de los recursos y del territorio.
4. Discusión
Desde una perspectiva geomorfológica la localidad de Huatacondo es un territorio complejo por sus condiciones naturales en medio del desierto de Atacama, con las inclemencias que radican en este tipo de zonas extremas. Sin embargo, es también un tesoro oculto entre montañas y arena, con un patrimonio de alto valor ligado a la naturaleza de épocas remotas, pero también a la gente contemporánea, sus costumbres y tradiciones. Todo esto lo convierte en un lugar de interés para la actividad turística, la cual, si bien se ha comenzado a desarrollar, aún está lejos de ser una actividad importante para las personas que ahí viven en aspectos como su economía, empleo o bienestar social. No obstante, lo incipiente de este, el turismo es, sin dudas, una posibilidad concreta para la localidad y sus actores territoriales deben comenzar a pensar y discutir respecto a cuál o cuáles podrían ser las formas en que se desarrolle.
Aun cuando el valor de los atractivos es alto, claramente la condición actual en materia turística es muy básica y la localidad no está en posición de explotar directamente un turismo especializado (Manzato y Rejowski, 2007); sin embargo, sí es posible evaluar las orientaciones hacia dónde podrían volcarse los esfuerzos de una gestión pública y privada. En este sentido, la relación entre la cantidad de visitantes y el nivel de gasto esperado toman relevancia, por cuanto las condiciones de lejanía, la especialidad de las temáticas como la arqueología y la fragilidad que pueden tener algunos recursos del territorio, obligan a pensar en un turismo de poco volumen de flujos de visitas, pero de alto valor para compensar el precio de venta de los productos y servicios. En términos comerciales, los productos y servicios turísticos deberían tener un alto valor agregado en las prestaciones por medio de ofertas complementarias (gastronomía local, artesanía típica, etc.), ya que los grupos de visitantes deberán ser reducidos, lo que eleva el costo de producción de los mismos y, por tanto, también eleva el precio de venta. Así mismo, esto implicaría que las personas involucradas en los servicios deberán tener conocimientos relevantes en materias como geología, paleontología, patrimonio material e inmaterial, entre otros. Con lo anterior se desprenden algunas interrogantes importantes cómo, por ejemplo, si la comunidad local podría capacitarse para trabajar en la prestación de los servicios que algunas empresas foráneas puedan realizar. De modo contrario, ¿existirán emprendedores locales con capacidad para comenzar servicios de este nivel de especialización?
Analizando los datos arrojados por el estudio, la comunidad se manifiesta abierta a la posibilidad de participar en el turismo y con ganas de mostrar su patrimonio, siendo capaces incluso de identificar cuáles son sus principales atractivos, lo que revela una posibilidad concreta para la actividad turística orientada a un desarrollo sustentable, involucrando a la comunidad que comprende y valora su patrimonio (Barbini, 2005). Si tomamos los modelos mencionados anteriormente, como el que expone Leira López (2013) con la idea de una museificación del territorio, al igual que Muñoz y Llanos (2021) que proponen abrir los espacios como museos-territorios, Huatacondo podría ser un escenario interesante para una propuesta de destino turístico especializado en estas líneas. La mezcla de atractivos, como huellas de dinosaurios, petroglifos, belleza escénica y poblados con características propias conforman una base importante para un turismo a mediano y largo plazo que transita los distintos parajes por medio de recorridos interpretativos como en un gran museo abierto. Esto último conlleva un trabajo con los actores locales, no solo aquellos propios de la localidad, sino además aquellos actores con experiencia en desarrollo de ofertas en la región de Tarapacá, dado que se necesitarían estrategias para la implementación de una mayor capacidad en instalaciones y equipamiento turístico, que solo es posible con un adecuado trabajo público-privado.
Al final, ¿son solo el grado de atracción y las posibilidades comerciales a nivel turístico los elementos más relevantes para avanzar hacia el desarrollo local en esta localidad? Si bien desde una mirada solo turística pareciera serlo, no se puede obviar el deseo manifiesto de la comunidad y su posición de querer ser partícipes de su propio desarrollo. Esto implica que, si bien las condiciones técnico-comerciales no son las más adecuadas hoy, la decisión de las personas que habitan un territorio de querer participar en aquello que perciben como una oportunidad para mejorar su calidad de vida, entrega una base importante para planificar desde adentro y de manera democrática y participativa lo que se podría entender como desarrollo local.
5. Conclusiones
La primera lectura que se hace a un territorio en materia turística podría entenderse como el grado de atracción que este tiene desde sus atractivos y el valor de los mismos. En el caso de Huatacondo los atractivos son de alto valor por su singularidad o la significación que representan, lo que en materia turística revela un alto potencial para desarrollar aquí una actividad especializada en arqueología y patrimonio material e inmaterial. Desde la perspectiva de la construcción de oferta turística, atractivos como huellas de dinosaurios, petroglifos y lugares con belleza escénica en un lugar inhóspito, son componentes importantes para pensar en la creación de productos y servicios para el mercado de turistas que busca este tipo de recursos.
En cuanto al grado de explotación posible, las condiciones actuales no son suficientes para comenzar a explotar un turismo especializado, principalmente por la carencia de elementos de soporte básicos para la protección de los recursos territoriales, y para la experiencia que requieren los visitantes. No obstante, ya existen algunos servicios de guiado que se realizan en la zona, que evidencian una actividad turística que probablemente seguirá creciendo, a medida que se sigan dando a conocer algunos atractivos comunicacionalmente llamativos, como el caso de la gran cantidad de huellas de dinosaurios descubiertas recientemente. Esto implica que se daría un desarrollo turístico; sin embargo, de no generarse las alianzas público-privadas para pensar y planificarlo, probablemente terminará siendo de manera espontánea y con impactos negativos para el territorio y su comunidad.
Existen alternativas y modelos interesantes para el desarrollo turístico, algunos más orientados hacia el mercado y otros más hacia la geografía y el territorio; no obstante, no existe un modelo único o replicable en su totalidad y, a la larga, se hace necesario construir uno propio, desde adentro hacia afuera, desde los recursos endógenos, con la comunidad local y con las condiciones naturales que impone la geografía. Es recomendable también considerar algunos aspectos relevantes de cada uno de ellos, como las ventajas comparativas que puede tener un lugar como Huatacondo, o la posibilidad de ofrecerlo como un territorio-museo, con énfasis en la geología, pero también en las personas y el patrimonio inmaterial.
Finalmente, el desarrollo local conlleva aspectos condicionantes, como la realidad del territorio en que se habita, en el caso de Huatacondo entre quebradas y en el desierto, pero también de decisiones que se toman considerando las personas que habitan y cohabitan, comunidad y visitantes, con la participación de los diferentes actores relevantes del ámbito público y privado. Es entonces también un anhelo, un deseo manifiesto de quienes podrían actuar como actores de su propio desarrollo, en ese imaginario colectivo que puede ser el punto de partida para su propio bienestar.