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Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca

versión On-line ISSN 1390-9274versión impresa ISSN 1390-7263

Estoa vol.6 no.10 Cuenca ene./jun. 2017

https://doi.org/10.18537/est.v006.n010.06 

Artículo

Estudio de las iglesias de la ciudad de Ibarra, Imbabura-Ecuador

Study of the churches of the city of Ibarra, Imbabura-Ecuador

Jesús Ángel Coronado Martín1 

Olga Cala Aiello2 

1 Universidad Técnica del Norte, Carrera de Artes Plásticas. FECYT, Ecuador, jcoronado71@gmail.com

2 Universidad Técnica del Norte, Carrera de Artes Plásticas. FECYT, Ecuador, calaolga@gmail.com


Resumen:

Se realiza un análisis del estado actual de las iglesias de Ibarra reconstruidas a partir del año 1868 después del terremoto y las realizadas posterior a éste para poder determinar la evolución, en cuanto a parámetros como la configuración espacial y al uso de materiales constructivos, tanto en el espacio interior como en fachada. Se realizan fichas de cada iglesia que incluyen planos de planta, fotografías del estado actual y descripción de la configuración arquitectónica, materiales estructurales, fachada principal, acabados interiores y cubierta. La recopilación de datos se realiza a través de un análisis bibliográfico y una investigación de campo corroborando los datos obtenidos en la documentación revisada. Existe evolución cronológica en la tipología de iglesias: basílica, sala con bóveda y con techo plano y de espacio único así como fachadas con diferentes tratamientos según su época de construcción.

Palabras clave: bóveda; configuración arquitectónica; construcción; espacio interior; fachada piedra labrada

Abstract:

An analysis of the current state of the churches in Ibarra, rebuilt from the year 1868 after the earthquake and the ones build after takes place, is conducted in order to determine the evolution in terms of parameters such as the spatial configuration and use of building materials, both inside space and facade. Records of every church, including floor plans, photographs of the current state and description of the architectural configuration, structural materials, main facade, interior finishes and cover are made. Data collection are done through a bibliographical analysis and field research corroborated the data obtained in the revised documentation. Exists a chronological evolution in the typology of churches: basilica, vaulted room with a flat roof and unique space, as happens on the facades, giving those different treatments, depending on the time when they were built.

Keywords: architectural configuration; carved stone; construction; facade; interior space vault

1 . Introducción

En el siglo XVI se tomó como modelo de arquitectura eclesiástica para América del Sur, la iglesia de Il Gesú (1568-1584) en Roma, primera iglesia edificada por los jesuitas. En aquella época todos los diseños de las iglesias nuevas debían de ser aprobados en Roma; por ello, la mayoría de ellas se inspiraron en la composición espacial y estructural de esta iglesia. El diseño de los templos se basaba en un concepto espacial de transición entre el Manierismo y el Barroco. La planta se desarrolla en cruz latina con tres naves, siendo la central de más amplitud con bóveda de cañón, mientras las laterales están divididas en pequeñas capillas cubiertas con cupulinas, con un crucero muy destacado cubierto con una cúpula a media naranja con tambor y linterna. La fachada principal se disponía en dos cuerpos en altura, decorados con órdenes clásicos en ambos niveles y sobre ellos un tímpano (Maldonado, 1982: p. 80).

Las primeras iglesias realizadas en Quito como fueron la Catedral (1562-1565) y San Francisco (1550-1680) incorporan la concepción de la iglesia de Il Gesú, logrando cierta uniformidad de conceptos espaciales, apreciables en planta. Las influencias provenientes de Europa que brotan durante toda la colonización española, hacen que nazca una expresión nueva local que será referente en posteriores construcciones. La Catedral posee tres naves carved stone -más ancha la central- separadas por pilares de sección cuadrada que sostienen arcos apuntados, siendo la cubierta de la nave central a dos aguas y la de las laterales a una sola vertiente. Predominó en esta construcción una intención de formas gótico-mudéjares que con el paso del tiempo se convertiría en una constante en el arte local (Crespo, Samaniego & Vargas, 1976, pp. 60-72).

La iglesia de San Francisco de Quito (1550-1680) (fig. 1) posee una fachada con una composición influenciada por Vignola, con sus dos cuerpos inferiores donde se funden influencias italianas con las españolas y en donde la huella de Serlio queda patente en las fajas de labor rústica que decoran las semicolumnas de los cuerpos laterales (Webster, 2012, p. 35). El espacio interior está delimitado por tres naves sobre planta de cruz latina. La división está formada por muros con vacíos de arcos que determinan la ubicación de altares en las paredes de las naves laterales (Donoso, 1983, p. 95).

Las construcciones realizadas en Quito van a ser referentes para la arquitectura que se desarrolla en los alrededores, tomando los conceptos de las primeras iglesias construidas en la capital. La ciudad de Ibarra fue fundada en 1606 y a partir de esa fecha hay datos sobre la construcción de la Catedral y tres años más tarde sobre la construcción de la iglesia de La Merced. Más tarde, se inicia la iglesia de San Agustín (1672) y la de Santo Domingo. La iglesia del Señor del Amor de Caranqui data de 1604, dos años antes de la fundación de la ciudad, aunque la iglesia actual está construida en el año 1940.

La Catedral se inició en octubre de 1606 y su terminación fue en 1650. Sin embargo, en 1668 la iglesia comenzó a sufrir deterioro por el uso de malos materiales en su construcción; por ello, empezó su reconstrucción que se concluyó en 1672. La nueva iglesia era grande, labrada con cal y piedra, con buena arquitectura, construida en cuarenta varas por ocho de ancho, tiene tres altares principales y diversos nichos laterales. El terremoto de 1868 destruyó por completo la iglesia. En 1878 se consagró la nueva iglesia, siendo esta un edificio que consta de tres naves; los muros, columnas y arcos son de cal y piedra; la cubierta de madera y teja. Sobre los arcos laterales se colocaron treinta y dos ventanas, todas cubiertas con vidrios. El interior está pintado al óleo y la decoración de los altares es de estilo barroco. La media naranja fue construida sobre el altar mayor con ocho ventanas grandes y la linterna con cuatro más. El frontispicio fue recubierto con piedra labrada cuyos bloques fueron trabajados en las canteras del Tahuando, mismo material utilizado en las pilastras (Tapia, 2006, pp. 132-136)

Existen datos sobre la construcción de la Basílica de la Merced desde 1609, asignándole lote en 1611, amplió su terreno en 1632. En 1803 el sacerdote Pedro Albán menciona que “(…) La iglesia, la más hermosa del lugar y la única de tres naves, se conserva bastante bien paramentada”. El 16 de agosto de 1868 una serie de movimientos sísmicos devastó la ciudad de Ibarra junto con otras poblaciones, destruyendo completamente los edificios de los mercedarios.

A partir de 1872 los frailes mercedarios comenzaron a reedificar el convento y la iglesia. En 1933 se construyen los cimientos de la iglesia actual. El diseño de los planos de la iglesia corre a cargo del arquitecto N. Aulestia; éste posee una media naranja que descansa sobre cuatro columnas profundamente cimentadas que, sostenidas por cuatro arcos torales del ábside, le proporcionan estabilidad como se demostró en el terremoto del 5 de marzo de 1987. El material utilizado en la construcción de la iglesia es la piedra labrada extraída de las canteras del Ajaví y Tahuando. Las torres se ejecutan con menor altura que las diseñadas, guardando simetría a las originales, con la altura media naranja del crucero. Se soluciona este desfase en fachada, al incorporar una esbelta escultura de la Virgen con los brazos abiertos (Tapia, 2006, pp. 120-123).

Fuente: Planta (Donoso 1983: p. 94), fachada (Webster 2012: p. 36)

Figura 1: Planta y fachada de la Iglesia de San Francisco de Quito 

La primera construcción de la Iglesia San Agustín data de 1672 aunque no existe un registro oficial de la construcción en este año. En 1674 el presbiterio Juan García Aguado hace un inventario de la iglesia en los siguientes términos: “Iglesia de sólida estructura con cimientos grandes hechos con piedra de río y laja del Tahuando... Tendrá veinte varas por cinco de ancho. Dispone de techumbre de paja con un pequeño campanario. En su interior no hay altares vistosos, más bien pobres”.

En el testamento del señor Juan Recalde de Almeida, en 1764, se designa la obligación a su hijo Juan y Báez para que ayuden en “la restauración de la iglesia de San Agustín de la villa, la que acusa graves daños en su estructura, la misma que es de madera de montaña y cubierta de paja y se debe cambiar todo el techo”. En 1800 Gregorio Larrea señala que “la iglesia tiene buen aspecto porque su reparación concluyó hace poco”.

En 1875 después del terremoto, esta iglesia aún seguía en pie porque los cimientos resistieron aunque el resto de la construcción no se pudo salvar. A comienzos del siglo XX sufrió varias averías debido a la mala calidad de los materiales empleados en su construcción, reconstruyéndose en 1935 con la configuración que tiene la iglesia en la actualidad. A finales del siglo XX la iglesia se hallaba muy deteriorada; por ello, debió ser de nuevo intervenida (Tapia, 2007, pp. 99-102).

La antigua iglesia de Santo Domingo era una de las más grandes y mejores de Ibarra, de estilo toscano y abovedado, edificada a base de cal, piedra y ladrillo; fuera del altar mayor, poseía seis capillas en su interior y con amplia sacristía. Entre los años 1871 y 1881 se comenzaron los trabajos de la iglesia porque tras el terremoto esta iglesia se desplomó, siendo los planos de la nueva iglesia realizados por el arquitecto Juan Pablo Sanz (Tapia, 2006, pp. 125-131). En 1923 fue consagrado el templo, con unas medidas de cincuenta y cinco metros de longitud por diez de anchura y diez de altura, de estilo neogótico. En 1997 se reinauguró debido a que la iglesia acusaba un grave deterioro (Narváez, 2009, p. 47).

La Capilla Episcopal -dedicada al Apóstol San Pedro- ocupa lo que antes del terremoto fue el terreno donde estaba la iglesia matriz -sede Episcopal de la Diócesis de Ibarra-. Iglesia de una sola nave con bóveda de crucería en cinco tramos, más el de acceso, con pilastras dobles adosadas al muro. Fachada de piedra con nichos en los cuales se ubican imágenes con tres remates superiores piramidales; su construcción data del año 1900 (Narváez, 2009, p. 46). Se empleó para su edificación piedra labrada, obra del maestro Quilca (Tapia, 2006, p. 135).

Después de la llegada de los primeros misioneros capuchinos en 1873, con la contribución de García Moreno se empezó con la construcción del convento y de la iglesia de San Francisco. La iglesia se terminó en 1874, tiene sesenta varas de fondo y diez de elevación (Zudaire, 1984, p. 24). Los materiales utilizados en la construcción de esta iglesia no fueron los adecuados; por ello, pronto se deterioraron. En 1892 se dispuso la reparación inmediata, indicando que el claustro sea de pilastras de ladrillo para mayor solidez, sustituyendo los viejos postes de madera por arcos y columnas de mampostería, cal y ladrillo, con basamento de piedra. En 1936, con el edificio casi en ruinas, se comienza a levantar de nuevo (Tapia, 2007, pp. 103-106).

El arquitecto Luis Aulestia diseñó los planos de la Basílica de la Dolorosa; comenzaron los trabajos en 1939 y concluyeron en 1972, con ladrillo y piedra (Narváez, 2009, pp. 47-48). Con el terremoto del 5 de marzo de 1987 se destruyó y comenzó su reconstrucción en el año de 1991 (Tapia, 2006, p. 123). La Basílica se reconstruyó con una sola nave, incorporando en el techo tres semibóvedas, una central más amplia y dos laterales, simulando virtualmente una disposición basilical. La estructura de la cubierta es de hormigón armado con pilastras del mismo material adosadas a la fachada.

La Iglesia del Señor del Amor de Caranqui se construyó sobre las ruinas del antiguo templo Inca. El primer informe data de 1604, dos años antes de la fundación de Ibarra, comentando que “existe una iglesia pobre junto al antiguo templo donde los naturales tenían sus idolatrías”. En 1705 el canónigo Francisco Albornoz informa “iglesia con diez brazas por cuarenta, techo de paja y construcción de adobe. Débil por fuera pero bien mantenido por dentro”. Con una sala central, sus paredes adornadas por varios retablos y capillas; frente al altar mayor dos capillas laterales en pequeñas naves que forman una cruz, muy semejante al estilo utilizado en la iglesia de Guápulo de Quito. El altar de la iglesia fue adornado por una de las más grandes obras del genio Bernardo Legarda, un Cristo conocido como “El Señor del Gran Poder”. La iglesia actual se edifica en 1940 y en 1980 tuvo que ser reconstruida por un cortocircuito que produjo un incendio que terminó con el altar de la iglesia. Después de lo sucedido, se incrementó una cúpula en el altar (Tapia, 2007, pp. 107-110).

El terremoto de 1868 marca un hito importante en Ibarra porque la mayor parte de la Ciudad tiene que ser reconstruida. La Catedral y las iglesias de La Merced, San Agustín y Santo Domingo son destruidas por el terremoto; y, a partir de esta fecha, comienzan con las labores de reconstrucción. No se han encontrado datos sobre las iglesias citadas anteriormente para saber si fueron reconstruidas o son de nueva planta. Sobre la Catedral se comenta que “el terremoto destruyó por completo la iglesia”, pero al hablar que “tenía tres altares” antes de la tragedia y al hacerlo sobre la iglesia actual, señala: “La nueva iglesia, consta de tres naves” (Tapia, 2006, pp. 132-136), se puede pensar que la iglesia se reconstruyó sobre la antigua y es de suponer que con una configuración en planta similar.

En cuanto a la iglesia de San Agustín se comenta que “después del terremoto esta iglesia aún seguía en pie, ya que los cimientos resistieron, aunque el resto de la construcción no se pudo salvar“(Tapia, 2007, pp. 99-102). Esto nos hace pensar que se respetaron los cimientos de la nueva construcción, reconstruyendo la iglesia como en el caso anterior, con una configuración en planta similar a la original.

De La Merced y Santo Domingo se puede deducir que son de nueva planta pues, sobre la primera se comenta que “se construyen los cimientos de la iglesia actual. El diseño de los planos de la iglesia corre a cargo del arq. N. Aulestia” (Tapia, 2006, pp. 120-123) mientras de la segunda escriben que “tras el terremoto esta iglesia se desplomó, siendo los planos de la nueva iglesia realizados por el arquitecto Juan Pablo Sanz” (Tapia, 2006, pp. 125-131).

El resto de las iglesias -Capilla Episcopal, San Francisco y la Basílica de la Dolorosa- son de nueva planta, a excepción de la iglesia del Señor del Amor de Caranqui que resistió el terremoto, a pesar de ser reconstruida posteriormente debido a un cortocircuito sin alterar su configuración original de 1940, aunque con la reconstrucción se le incorporó una cúpula en el altar, según Tapia (2007).

La reconstrucción de las iglesias después del terremoto, se basó en la información recabada -que era muy escasa- y en la memoria colectiva de la Ciudad que tomó como referentes las obras relevantes de la capital: la Catedral y San Francisco de Quito que incorporan la concepción de la iglesia de Il Gesú.

En este artículo se quiere realizar un análisis del estado actual de las iglesias de Ibarra, reconstruidas a partir del año 1868 después del terremoto y las realizadas posteriores a éste para poder determinar la evolución en cuanto a parámetros como la configuración espacial y al uso de materiales constructivos, tanto en el espacio interior como en fachada.

2 . Materiales y métodos

Se analizan las iglesias más importantes de Ibarra, situadas en el centro histórico de la Ciudad. Las iglesias analizadas son: Basílica de La Merced, Catedral, iglesia de San Agustín, Capilla Episcopal, iglesia de Santo Domingo, iglesia del Señor del Amor de Caranqui, iglesia de San Francisco y Basílica de La Dolorosa.

Para poder analizar la evolución que presentan las diferentes iglesias de Ibarra, se realiza para cada una de ellas, una ficha que incluye los siguientes datos:

Plano de planta de la iglesia. Los planos están redibujados y completados sobre los que existen en las fichas de registro en la Dirección de Inventario Patrimonial de Bienes Culturales Inmuebles del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.

Fotografías del exterior e interior.

Descripción de la configuración arquitectónica, materiales estructurales, de fachada principal, acabados interiores y cubierta.

Para la recopilación de los datos obtenidos de cada iglesia y para la elaboración cada ficha, se ha realizado un análisis bibliográfico y una investigación de campo con toma de fotografías y supervisión in situ de los datos obtenidos en la documentación revisada.

El análisis bibliográfico ha consistido en la revisión de textos existentes en el Municipio, en la Biblioteca del Ministerio de Cultura y en la Curia Diocesana de Ibarra con el fin de obtener datos de las iglesias estudiadas: año de construcción, materiales utilizados en su construcción, evolución histórica, morfología original, reconstrucciones y fechas significativas en su historia. De toda la bibliografía analizada, solo se han encontrado datos relevantes para esta investigación en los libros: Ibarra. 400 años de historia y tradición y Monografías de Ibarra vol. VI, ambas obras de Tapia Tamayo así como en Misiones capuchinas de Zudaire Iluarte e Imbabura, tierra preciosa de Narváez Mora.

En la investigación de campo se toman fotografías del estado actual de las iglesias y se realiza una comprobación de los datos obtenidos en el análisis bibliográfico sobre la morfología, materiales y soluciones constructivas utilizadas en cada iglesia. Con la información recabada se actualizan, completan y redibujan los planos obtenidos de las fichas de registro en la Dirección de Inventario Patrimonial de Bienes Culturales Inmuebles del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.

3 . Resultados

Se obtienen las siguientes fichas donde se reflejan los datos obtenidos que se presentan en las figuras numeradas de la 2 a la 9. Donde se reflejan, respectivamente, las fichas obtenidas de: la Basílica de la Merced, Catedral, iglesia de San Agustín, Capilla Episcopal, iglesia de Santo Domingo, iglesia del Señor del Amor de Caranqui, iglesia de San Francisco y la Basílica de la Dolorosa.

Fuente: Propia

Figura 2: Ficha con los datos obtenidos de la Basílica de la Merced 

Fuente: Propia

Figura 3: Ficha con los datos obtenidos de La Catedral 

Fuente: Propia

Figura 4: Ficha con los datos obtenidos de la iglesia de San Agustín 

Fuente: Propia

Figura 5: Ficha con los datos obtenidos de la Capilla Episcopal 

Fuente: Propia

Figura 6: Ficha con los datos obtenidos de la iglesia de Santo Domingo 

Fuente: Propia

Figura 7: Ficha con los datos obtenidos de la iglesia del Señor del Amor de Caranqui. 

Fuente: Propia

Figura 8: Ficha con los datos obtenidos de la iglesia de San Francisco 

Fuente: Propia

Figura 9: Ficha con los datos obtenidos de la Basílica de la Dolorosa 

4. Análisis y discusión

Existen tres tipos de disposiciones en cuanto a la organización del espacio en las iglesias:

Disposición basilical: La planta se desarrolla en cruz latina con tres naves: la central de más amplitud, normalmente con bóveda de cañón; y, las laterales, divididas en pequeñas capillas, con un crucero muy destacado cubierto con una cúpula a media naranja con tambor y linterna (Maldonado, 1982, p. 81).

Iglesia de planta de salón: Habitual en la arquitectura española del siglo XVI, presenta una disposición basilical y debe poseer, como mínimo, tres naves de igual altura y, por consiguiente, un sistema de iluminación lateral. Los espacios interiores son amplios,

desahogados y tremendamente unitarios; de allí que parezcan o tengan el aspecto de un gran salón. Si bien en ningún momento, debemos confundirla con la iglesia-sala porque a pesar de su nombre se trata en realidad de aquel templo de una sola nave que nada tiene que ver con la concepción arquitectónica del espacio de salón (Pano, 2004, p. 39).

Iglesia de tipo sala, calificándola como aquella iglesia de nave única que no tiene divisiones ni soportes exentos; en consecuencia, se distingue claramente de la iglesia de planta de salón, dado que esta última y a diferencia de la Basílica tiene las naves -generalmente tres- a la misma altura (Böing-Häusgen, 1974, p.176).

Las primeras iglesias construidas en Ibarra: la Catedral y la de la Merced son las primeras en ser reconstruidas tras el terremoto de 1868 y son las únicas construcciones en Ibarra que poseen una disposición basilical con tres naves, siendo la central la de mayor altura. En la Catedral la nave central está cubierta por una semibóveda de cañón lisa; la iluminación está situada entre la cubierta de la nave central y la de las naves laterales; las naves laterales también se cubren con una semibóveda de cañón. En el caso de la iglesia de La Merced, la nave central se cubre mediante bóveda de cañón con arcos fajones, marcando el espacio del intercolumnio; cada tramo de las naves laterales está cubierto por cupulinas. Las aberturas para iluminar la nave central están directamente colocadas en la bóveda de cañón.

Al igual que las primeras iglesias construidas en Quito -la Catedral (1562-1565) y San Francisco (1550-1680) - incorporan la concepción de la iglesia de Il Gesú (2) en la Catedral de Ibarra y en la de La Merced donde se aprecian los conceptos espaciales. Espacialmente se observa que la planta es de cruz latina, marcando el punto central de la cruz con una bóveda de media naranja que, en el caso de la Catedral, es de tambor cilíndrico y en La Merced es octogonal; ambas rematadas con linterna.

Las iglesias de Santo Domingo, del Señor del Amor de Caranqui y la de San Francisco poseen plantas de cruz latina, con sólo una nave,. La nave de la iglesia de Santo Domingo tiene bóveda de arista con arcos apuntados, marcando cada tramo con pilares adosados a la pared. Para la iluminación de la nave se abren, en cada tramo, un hueco circular en la parte superior y dos rectangulares en la parte inferior, uno al principio y otro al final del tramo. El crucero no está marcado por ninguna cúpula. La nave transversal es de mayor dimensión en el lado izquierdo, no es simétrica pero crea una falsa simetría en el interior incorporando arcos apuntados para cerrar el espacio.

La iglesia del Señor del Amor de Caranqui tiene planta de cruz latina no simétrica, al ser el crucero de mayor dimensión en su parte izquierda. La nave principal presenta techo plano, adosando pilastras a la pared crea tramos iluminados con huecos rectangulares en la parte superior. El crucero de más altura de las naves está marcado por arcos de medio punto en sus cuatro lados, rematado con un techo de madera a cuatro aguas sobre huecos con vidrios coloreados.

La iglesia de San Francisco tiene planta de cruz latina simétrica con nártex de entrada. La nave principal, con hornacinas en los muros laterales, está cubierta con techo plano de madera. La iluminación de la nave se realiza con huecos rectangulares que aparecen en la parte superior del muro derecho, creando simetría en el interior con la incorporación de hornacinas en el muro izquierdo. El crucero se marca en la nave principal, con la incorporación de un arco de medio punto.

La iglesia de San Agustín y la Capilla Episcopal poseen plantas rectangulares incorporando en la entrada un nártex. La iglesia de San Agustín que tiene un techo plano de madera, marca la zona del altar con un arco de medio punto. La iluminación se realiza añadiendo en los muros laterales huecos rectangulares, acabados en su parte superior en un arco de medio punto, simétricos. La Capilla Episcopal tiene su nave cubierta con bóveda de crucería, incorpora pilastras adosadas a los muros creando cinco tramos; el último, es el altar. La iluminación se realiza con huecos situados en la parte superior de cada tramo de la bóveda.

La Basílica de la Dolorosa no responde a ninguna tipología anterior. Es una gran sala rectangular a la que le adosan el altar, en la parte superior; dos capillas laterales; y, en el acceso las torres. Está cubierto por un techo con tres zonas curvas a modo de bóvedas -la central es la de mayor dimensión- atravesadas por vigas a modo de arcos, queriendo simular tres naves. Las pilastras de sección creciente, de abajo hacia arriba, sobresalen de los muros, recogen las vigas del techo y crean los tramos donde se colocan los huecos de iluminación. La iluminación se realiza por dos tipos de huecos abiertos en los muros: circulares y rectangulares, acabados en la parte superior por arco de medio punto.

Respecto a la tipología se observa que existe disposición basilical en la Catedral y La Merced -las primeras iglesias en reconstruirse-, apreciándose en ellas la influencia de las iglesias quiteñas. Las siguientes iglesias en construirse son la Capilla Episcopal y Santo Domingo que se ajustan a la tipología de sala con bóveda de arista. San Agustín, Señor del Amor de Caranqui y San Francisco -construidas posteriormente- son de tipo sala, pero a diferencia de las anteriores, el techo pasa a ser plano. La última iglesia construida -La Dolorosa- se puede considerar de tipo salón porque virtualmente se generan tres naves acordes a las curvaturas del techo.

La simetría ha estado siempre ligada a la perfección divina, mostrándose en las iglesias, en planta y en la fachada principal. Las iglesias de tipo basilical, la Catedral y La Merced, son simétricas al igual que la Capilla Episcopal, San Francisco y La Dolorosa. Esta simetría se rompe en las demás iglesias; en San Agustín el espacio de la sala es simétrico rompiéndose en la zona del altar, más ancho en el área que linda con el exterior. En Santo Domingo y el señor del Amor de Caranqui, la simetría se rompe en el crucero, siendo un lado de mayor longitud que el opuesto.

Las fachadas principales de todas las iglesias están tratadas con piedra para dotarlas de importancia, al contrario que las fachadas laterales o secundarias que, si no están adosadas a otras edificaciones, no se les da ningún tratamiento; sólo se les dota de un zócalo y recercado de huecos en piedra, mientras todo el resto de la fachada está enlucida en color blanco. La Basílica de La Dolorosa es la única que sí da tratamiento a sus fachadas laterales con recercados en piedra, zócalo, tratamiento de esquinas, materiales seleccionados, etc.

Respecto a su fachada principal, las iglesias se clasifican en dos tipos:

Fachada principal con un solo material -piedra-: en esta tipología están La Merced, Capilla Episcopal y San Francisco.

Fachada principal con dos materiales: piedra en el cuerpo central y enlucido que resalta las torres. En esta tipología están el resto de las iglesias: la Catedral, San Agustín, Santo Domingo, Señor del Amor de Caranqui y La Dolorosa.

De las iglesias con un solo material en su fachada principal, La Merced presenta tres cuerpos que se corresponden con las naves interiores. En la parte inferior del cuerpo central se ve la influencia de la iglesia de San Francisco de Quito, al tener fajas de labor rústica. En la parte media y superior y a ambos lados existen columnas exentas, rematando con un frontón semicircular partido sobre el cual se coloca la imagen de la Virgen. Los cuerpos laterales están remarcados a ambos lados con pilastras con fajas y rematados con las torres.

En la Capilla Episcopal la piedra de la fachada principal se coloca como almohadillado, rehundiendo la junta horizontal para crear fajas, influencia evidente de San Francisco de Quito. Se crean tres zonas verticales, una central y dos laterales marcadas con columnas exentas; se incorporan hornacinas para albergar figuras de santos. La fachada se remata con dos pequeñas torres en sus laterales y una de algo más de envergadura en la parte central.

Fuente: Propia

Figura 10: Detalle de almohadillado en la Capilla Episcopal 

La iglesia de San Francisco tiene su fachada con piedra sin traba, con junta irregular remarcando el hueco de entrada y el óculo en su parte media. Se remata en la parte central con la imagen de la Virgen y en su parte derecha con una pequeña torre fabricada con piedra diferente de la del cuerpo principal.

De las iglesias con dos materiales en su fachada principal, destaca la Catedral en la que se aprecian tres partes: parte baja con tres accesos para cada una de las naves, separados por tres columnas exentas con piedra tipo almohadillado; parte alta remarcando el acceso principal, también en piedra tipo almohadillado excepto en el remate semicircular y en las volutas laterales donde la piedra tiene junta enrasada; las torres que resaltan del resto por su color blanco, están rematadas con chapiteles cubiertos con cerámica de color similar al de la piedra.

La iglesia de San Agustín tiene la piedra con la junta enrasada. La parte superior, en la zona central, acaba a dos aguas con la inclinación de la cubierta. Las torres y una balaustrada en colores blanco y amarillo Nápoles (molduras) rematan la iglesia. Las torres acabadas en chapiteles tienen cerámica vidriada en dos colores: verde y blanco.

La piedra en la iglesia de Santo Domingo es del tipo almohadillado. Tiene la parte inferior con columnas exentas y hornacinas con imágenes de santos; la parte superior es más lisa, adornada con la estereotomía de la piedra y también con hornacinas con santos. La fachada se remata con dos torres, con su parte inferior en piedra y la superior con enlucido en color blanco y con un frontón triangular en su parte central en color blanco.

La fachada de la iglesia del Señor del Amor de Caranqui tiene piedra con junta enrasada. Se remarca el acceso con dobles columnas exentas. En las zonas laterales se incorporan dos pilastras a cada lado con enlucido blanco. Se remata con una balaustrada y sobre ésta existe un frontón triangular y dos torres, una a cada lado. Tiene un frontón con parte baja en piedra enrasada y parte superior, al igual que las torres, con enlucido blanco remarcando las molduras con un tono amarillo.

La Basílica de La Dolorosa presenta su fachada principal con piedra con junta enrasada y marcando las dos torres hasta el suelo, delimitando claramente tres zonas: una de acceso central y las dos torres; el remate de las torres se realiza en ladrillo enlucido de color blanco.

Todas las iglesias tienen cimentación en piedra, a excepción de la Basílica de La Dolorosa que está realizada en hormigón armado. Las iglesias con tres naves -La Merced y la Catedral- tienen los muros portantes y pilastras en piedra y los arcos, la bóveda y las paredes interiores no estructurales en ladrillo; mientras La Merced tiene estructura de contrafuertes para soportar el peso de la bóveda de ladrillo.

Fuente: Propia

Figura 11: Estructuras de cubierta metálica y de madera de las iglesias de Santo Domingo y San Agustín, respectivamente 

Las iglesias que poseen una nave y bóveda de arista -Capilla Episcopal y Santo Domingo- tienen los muros portantes de piedra y la bóveda y los arcos realizados en ladrillo. Las iglesias con una nave y techo plano -Señor del Amor de Caranqui y San Francisco- tienen muros portantes de piedra, pilastras (si las hay) en piedra y arcos realizados en ladrillo. La iglesia de San Agustín es la única que tiene los muros portantes de tierra prensada de 1,3 metros de espesor. La Dolorosa es la única de las iglesias con estructura de hormigón armado, sus muros de fachadas laterales no portantes están realizados en ladrillo visto.

Fuente: Propia

Figura 12: Fachada lateral de Santo Domingo donde se aprecia el muro portante de piedra y los huecos y arcos en ladrillo 

La Catedral, San Agustín, Capilla Episcopal, Señor del Amor en Caranqui y San Francisco tienen estructura de cubierta de madera y cubrición en teja. La Merced no tiene cubierta, porque la bóveda y las cupulinas están impermeabilizadas y actúan como tal, sin un elemento de cubrición superior. La estructura de la cubierta de Santo Domingo y de La Dolorosa es metálica, siendo la cubrición en teja (fig. 12).

5 . Conclusiones

Se puede concluir que, morfológicamente hablando, existe una evolución cronológica en las iglesias de la ciudad de Ibarra. Las primeras iglesias construidas y reconstruidas después del terremoto de 1868 -la Catedral y la de La Merced- son las que poseen una disposición basilical, con elementos como bóvedas y cúpulas que dotan de importancia a estas edificaciones. En estas dos iglesias es donde se aprecia más la influencia de las iglesias quiteñas: la Catedral (1562-1565) y San Francisco de Quito (1550-1680). Las siguientes iglesias pasan a ser de tipo sala -Capilla Episcopal y Santo Domingo- dotadas de espacio central, de bóveda de arista. Las iglesias realizadas posteriormente, también de tipo sala -San Agustín, Señor del Amor de Caranqui y San Francisco- tienen su espacio central más sencillo, incluyendo techo plano. La última iglesia realizada -La Dolorosa- presenta un espacio único muy amplio donde se muestra un alarde estructural, dotando al espacio de tres naves virtuales marcadas por la forma de los arcos de la cubierta.

En las fachadas principales de todas las iglesias, el material elegido es la piedra labrada que proviene de las canteras cercanas (Ajaví y Tahuando). Las primeras iglesias realizadas -Merced, Catedral, Capilla Episcopal y Santo Domingo- colocan la piedra en forma de almohadillado y realizan decoración con columnas exentas, tomando como referencia las construcciones quiteñas. En las iglesias realizadas con posterioridad -San Agustín, Señor del Amor de Caranqui, San Francisco y La Dolorosa- se pierde el tratamiento de la piedra en forma de almohadillado y se coloca con junta enrasada -en San Francisco sin traba y con junta irregular- perdiendo también la decoración en forma de columnas exentas, optando por decoraciones más sencillas.

No existe evolución en los materiales utilizados en la estructura a excepción de La Dolorosa que posee cimentación y estructura de hormigón armado. En el resto de iglesias la cimentación está realizada en piedra, los muros portantes y pilastras son de piedra; la bóveda, la cúpula y las paredes no estructurales están construidas con ladrillo a excepción de la iglesia de San Agustín que posee muros de tierra prensada. La estructura de cubierta se realiza en madera con cubrición en teja, a excepción de La Merced que no tiene cubierta como tal y La Dolorosa y Santo Domingo con estructura de cubierta metálica, está última debido a una rehabilitación de la cubierta anterior de madera.

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Recibido: 09 de Septiembre de 2016; Aprobado: 21 de Noviembre de 2016

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